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¿Quién es Monsiváis?

En el 85 aniversario de su natalicio, que se cumplió el 4 de mayo, los amigos del escritor y periodista Carlos Monsiváis que participaron en la jornada La Ciudad y Monsiváis, organizada por el Epacio Cultural Infonavit, compartieron con el público los recuerdos que conservan del cronista y que presentamos en estas páginas

Elena Poniatowska, escritora: “Conocí a Monsiváis en el suplemento México en la Cultura, que dirigía Fernando Benítez. Él y José Emilio Pacheco eran una suerte de editores y decidían lo que se publicaba y lo que se rechazaba, yo era la reportera. Fue muy bonito ese cariño, esa camadería que teníamos los tres. Claro, muchas veces también llegaba Benítez, pero siempre se iba a comer a un restaurante elegante que estaba en la calle de Luis Moya, en el Centro, porque todos los periódicos estaban cerca de Bucareli; entonces, por ahí nosotros nos echábamos una torta o un refresco.

“Monsiváis conocía muy bien la Ciudad de México. Una vez un taxista no le cobró porque lo reconoció; usaba

Jenaro Villamil, periodista: “Monsiváis en esencia es un gran periodista. Se han visto muchos ángulos de Carlos como ensayista, como compilador ointelectual público, pero su esencia es el periodismo, su oficio más importante. Él mismo lo decía, o al menos se lo decía a los más cercanos, que se sentía un periodista. Desarrolló el género de la crónica, que recrea y lo lleva a una de sus expresiones más acabadas. También estuvo interesado en la revisión informativa cotidiana.

“No hubo persona más informada en su momento que él, porque tenía esta capacidad intelectual y periodística de cruzar las versiones, de prever los conflictos, de observar el comportamiento del debate público a través de los medios, y ubicar muy bien el tema de diferencias, sobre todo en el discurso de los actores políticos; por eso la columna Pormimadre,bohemios ante todo fue periodística y una de las más antiguas, con más de 40 años de existencia.

“El principal legado de Carlos es su obra periodística, sus columnas, sus artículos, porque es el testigo cotidiano de la vida de los últimos 50 años de México. Su gran otro gran legado es su obra bibliográfica, que puedes dividirla en muchos temas de interés, desde el derrumbe del modelo autoritario mexicano, hasta el surgimiento o la emergencia de una sociedad civil combativa, sus causas y la cultura popular. Hay otra parte maravillosa de Carlos como antologador, capaz de hacerte una revisión de poetas, pintores, artistas, porque tenía esa práctica y ese oficio literario, de saber lo más importante de cada una de sus generaciones.

“También hay mucha obra en colaboración con otros autores. Con Julio Scherer escribió varios libros, por ejemplo, el de Tlatelolco o el de la revisión del periodismo en México; el ejercicio de Carlos sobre esos dos temas es maravilloso, fundamental.

“Hay otro legado que es muy importante también que tiene que ver con su obra como coleccionista, y eso se ve claramente en el Museo del Estanquillo. Muy pocos intelectuales como él tuvieron esa posibilidad de ver concretada una colección disponible a todo el público. Fue un coleccionista con una mirada de interés social muy importante.” mucho el trasporte público, así que era muy de recorrer la ciudad, era nocturno, en el sentido de que le gustaba ir a varios lugares; conocí la Ópera gracias a Monsiváis porque me llevó, y en los salones de baile, aunque no le gustaba bailar, tenía que hacerlo si alguien lo sacaba a la pista. Yo lo hacía y se quedaba ahí parado, enojadísimo, y no bailaba nada.

“Carlos nos dejó un gran legado político porque sus análisis son verdaderamente extraordinarios. Tenía opiniones muy críticas, en cada espacio de su cerebro había una capacidad crítica que no hay en otros. Monsiváis hace mucha falta también por su forma de ironizar y de burlarse de las circunstancias.”

Alejandro Brito, director del Museo del Estanquillo: “Carlos Monsiváis fue una persona muy generosa. Siempre me decía que no podía decir que no a todas las peticiones que le hacían de apoyo, de solidaridad, de participación en eventos o de prólogos; incluso hasta en la revisión de trabajos, Carlos era muy generoso.

“Precisamente, destacaría en primer lugar su generosidad y en segundo que fue una persona con una capacidad de trabajo increíble, todos nos preguntábamos cómo era capaz de hacer tantas cosas, de participar, de estar en todos lados y además coleccionar tantos objetos. Tenía una capacidad impresionante y una memoria prodigiosa, él estaba orgulloso de ella.

“Le gustaba que lo desafiaramos y le pusiéramos retos de memoria para demostrar que recordaba muy bien eventos, sucesos, incluso qué ropa llevaba cuando conocía a alguien o versículos de la Biblia. Le preguntábamos por una película y él no sólo nos decía quiénes habían sido los actores principales y el director, sino también sabía el nombre de los fotógrafos y actores secundarios, el año de la cinta, todos los detalles de la ficha de un filme de Hollywood o del Cine de Oro en México.

“Carlos amó la Ciudad de México, se sentía parte de ella. Cuando viajaba siempre me decía que la añoraba y lo único que quería cuando estaba en el extranjero era regresar. Viajar le servía para recolectar videos, películas o libros del extranjero, pero ansiaba regresar a la Ciudad de México para compartir sus hallazgos.

“Son muchos los legados que nos dejó. En primer lugar, tenemos su obra literaria que es única, original y muy renovadora tanto de la literatura como del periodismo. Creo que la manera de hacer periodismo cambió con los textos de Carlos. El periodismo es uno antes y es otro a partir de él. Está también toda la colección que nos legó en el Museo del Estanquillo, son más de 20 mil obras de arte, miniaturas, fotografía, grabados. Todo eso habla mucho de la historia no solamente de la ciudad, sino del país.

“Otra cosa que nos dejó Monsiváis es la reflexión sobre las causas sociales. Se divertía mucho pensando que eran causas perdidas, porque llevaba el récord de que ninguna de esas luchas que había apoyado tuvieron éxito o triunfaron.

“Monsiváis aportó reflexiones únicas e invaluables sobre el papel del feminismo en la sociedad, sobre el movimiento magisterial, el movimiento estudiantil del 68 y las movilizaciones que se desataron en torno al terremoto de 1985, o sobre el movimiento de la diversidad sexual y de identidad de género.”

Apoyado en nuevas y cada vez más sofisticadas tecnologías de la realidad virtual, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg (1984), presenta Metaverso, del griego meta , que significa más allá, y verso, que se refiere al universo, es decir, un universo más allá del que conocemos. Este artículo describe ese proyecto inmersivo, sus posibilidades técnicas y su trasfondo lucrativo; al fin y al cabo, a pesar de su promesa paradisíaca, una realidad virtual que bien puede resultar más amenzante que la realidad en la que vivimos.

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