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LA GUALDRA NO. 469
8M2021 Mujeres en la cultura
Adela Bañuelos
S
oy Adela Bañuelos Acevedo, directora del Museo Francisco Goitia en la ciudad de Zacatecas, México. Mi desempeño laboral ha sido mayormente en el ámbito cultural centrado en tres actividades: gestión, museología y museografía. Soy Licenciada en Arquitectura con maestría en Administración pendiente de titulación. Realicé estudios de museología y museografía avalados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ahora Secretaría de Cultura federal. En los diversos equipos de trabajo en los que he sido
integrante tanto en el lugar de subordinada como en el lugar de coordinadora, líder o directora, reconozco y celebro que la presencia del género femenino ha sido relevante en atención a su capacidad, inteligencia, perspectiva, responsabilidad, compromiso y perseverancia; la habilidad de la mujer para reunir a las personas favorece la formación de equipos de trabajo y fomenta la participación mejorando la toma de decisiones, así como en aquellos en donde colaboramos juntos hombres y mujeres se genera una mayor creatividad y aser-
tividad aumentando con ello la productividad, empatía y por ende resultados eficientes en cada actividad o proyecto realizado. Fortalecer los lazos del género femenino apoyándonos unas a otras, es una herramienta de cambio para una convivencia sana desde lo personal hasta lo comunitario logrando un estado del bienestar, siendo y reconociéndonos como ciudadanas plenas, porque cuando hablamos de ciudadanía hablamos de poder, de responsabilidad, de autonomía y dignidad, de equivalencia y
diversidad evidenciando que unidas podemos tener un estado de bienestar, aceptación y reconocimiento. Confío en que las administraciones públicas adopten cada vez más estrategias y medidas que fomenten la participación de las mujeres, de obligado cumplimiento, porque es lo socialmente justo, lo económicamente eficiente, lo emocionalmente inteligente y porque únicamente de esa manera se alcanzaría la plena ciudadanía cultural de las mujeres. Reconozcámonos como parte de una misma tribu.
/// Adela Bañuelos, directora de Museo Francisco Goitia en Zacatecas
Maritza M. Buendía
E /// Irma Valerio. Dir. de la galería que lleva su nombre en Zacatecas
Irma Valerio Quintero
D
e historias de mujeres... y conmemoraciones. El ser humano se forja a lo largo del camino. Es así que un logro no viene solo y está engarzado en las circunstancias y adversidades. Viví la naturaleza desde los primeros años de mi niñez en Villanueva, pueblo donde nací, al sur de Zacatecas. Creo que el gusto por el arte y la estética me entró por los ojos, a través de la tía Lupita a quien le tocó ser protectora de mis hermanos y yo al morir mi madre, nos dio todo su amor y protección. La honraré toda la vida. Ella era la modista del pueblo. Hacia uniformes, vestidos casuales y de novia, así que aprendí a ver la forma en los trazos, el color y la textura de las telas. Mi padre poseía un pequeño rancho al que acudíamos con frecuencia. Ahí aprendí a apreciar la naturaleza, los amaneceres, atardeceres, escuchar el silencio del campo y ver los cambios de paisaje. Esto aportó a mi sensibilidad. Comencé a trabajar desde muy jovencita. Me desempeñaba en un banco donde aprendí a vender servicios-abstracciones. Muchas horas de trabajo diario, números, cifras y datos sin tecnología, metas y relaciones públicas. Esto forjó mi carácter para lo que seguiría...
Me casé, tengo cuatro hijos: Irma Alejandra, Paco, Gaby y Gerardo, quienes ahora, junto con mi esposo, hemos hecho ‘‘empresa familiar’’. Decidí comenzar a realizar mi idea de crear una empresa cultural que además me permitiera compaginar con mis roles de esposa y madre. Era el año de 1991 y entonces no era muy bien visto que una mujer casada saliera a trabajar. En todas las épocas ha sido un reto para la mujer romper paradigmas. En esta empresa me he dedicado con pasión, compromiso y entrega a la promoción, difusión y venta del trabajo de nuestros creadores plásticos, con objeto de hacer de nuestros bienes culturales, bienes sustentables. Esta historia comenzó hace 30 años. Nuestra hoja de vida dice que se han realizado 248 exposiciones en el país, 9 en el extranjero y 49 subastas de arte. Hemos publicado diversos libros y catálogos de arte. Estoy segura que con el arte he tocado vidas y alegrado corazones. No soy la misma mujer después de mi paso por el mundo del arte. Agradezco hacer visible el trabajo de tantas mujeres que a la vez que crecemos como personas, aportamos a la sociedad.
scribo con mis manos, con mi cuello, con mis hombros, con el latir de mis sienes, con los pies. Escribo con mi boca, con los dientes, también con mi vestido negro, con mis botas, con mi perfume, con olor a champú en el cabello, con aretes y pulseras. (O sin aretes, sin pulseras, sin champú.) Escribo con mi espacio, con este espacio: con el polvo, construcción en obra negra, metáfora de la silente vida. Escribo con una mesa que nadie usa, con el recuerdo de mis amantes muertos, con la conciencia de lo vano, con temor de lo fugaz… y con esta silla que me espera, donde me siento, donde al final tan solo callo y me
siento a mirar a quien me mira. Escribo siempre, primero, para mí. Porque soy mi principal lector más caprichoso, mi yo más pulcro y egoísta. Escribo con el corazón despierto, alborozado, como niña que guarda para sí una sorpresa repentina. La escritura es un trozo de chocolate dando vueltas en mi boca. Coloco una palabra. Cualquier palabra. Escribo, por ejemplo, Amor, pero igualmente puedo escribir Silla, Puerta, Ventana… También Mujer. Centro la palabra Mujer justo en medio de la pantalla en blanco. La dejo ahí, le doy su espacio, me alejo. Las otras, las demás palabras, las Mujeres, pronto llegarán.
/// Maritza M. Buendía. Escritora y docente universitaria. Foto de Ernesto Moreno.