la mirilla / diciembre 2017
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SOCIEDAD
NINGÚN ROCKSTAR ES NUESTRO DUEÑO Por Cecilia Díaz
P
rimero agotó entradas de un mítico antro. Y luego las de un boliche conocido. Llegaron, lógico, los estadios. Y todos lo aplaudieron. No había razón para no hacerlo. Alguien le contó la historia del viejo rockstar que recibía fans en su departamento pintado con aerosoles y repleto de
sustancias. Y compró el relato, ese relato que lo ponía como dueño del mundo. Como dueño de todo. Como dueño de todas. Los titulares sobre abusos de rockeros sobre sus fans se repiten: algunos casos son violaciones, corrupción de menores, otros maltratos y
extorsiones. Y es aquí donde ese concepto de ser “dueños” no es casual ni arbitrario dado que la cuestión de género es una opresión más en este régimen social de explotación. Las mujeres trabajadoras son oprimidas por una cuestión de clase pero también lo son por ser –precisamente- mujeres.