Revista Lanzallamas - Julio 2019

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El baile del Chino La historia de William Patiño —y de su doble identidad—, fundador de un proyecto musical que revaloriza la música chicha.

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illiam Patiño mira con detenimiento uno de sus más preciados vinilos. Aunque hay varios desperdigados alrededor de la mesa de su sala, fija la mirada en uno en particular. Muchos de estos fueron conseguidos en sus excursiones por distintos lugares del Perú. Pero no todos los ha encontrado en sus paseos por Quilca o en puestos de antigüedades de provincias; algunos han sido obsequios, objetos con una historia detrás. El que tiene ahora entre sus manos es muy especial. Se trata de un elepé del Cuarteto Continental, una banda de cumbia colombiana que le regaló el papá de su novia. “Él se ve reflejado en mí”, comenta. “Tenía el mismo trabajo que yo: organizaba eventos de música chicha”. William —o simplemente Patiño, como firma sus ilustraciones— es artista gráfico y uno de los fundadores de Sonido Chacadélico, con la que difunde la cultura chicha a través de fiestas y eventos culturales. Para Patiño, Sonido Chacadélico es tradición. Es viajar en el tiempo. Es ir hacia los recuerdos. Es remontarte a las fiestas de tu abuela bailando con un longplay. Es alegría. Es ser poseído por el espíritu de tus ancestros y moverte al ritmo de lo que él denomina “la chicha tradicional y brava del Perú”. “La gente está buscando sus raíces”, dice. Y la chicha, aquella música que los migrantes escuchaban —y siguen escuchando— después de sus agotadoras jornadas de trabajo, es perfecta para encontrarla. En tiempos prehispánicos, la chicha fue la bebida sagrada de los incas. Ahora, en tiempos

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posmodernos, se ha convertido en el cuyo superpoder es sacudir la pista fermento de distintas vertientes: el con lo más selecto de su repertorio de huayno andino, con su buena carga sonido tropical andino. Al principio, de nostalgia (cuyos temas predilectos muchos le pusieron reparos. Querían son el sufrimiento y los amores escuchar algo más light, la versión contrariados) y los ritmos costeños más mainstream y suave del género, y tropicales. Una “Para Patiño, Sonido pero él persistió en mezcla explosiva, poner canciones Chacadélico es tradición. capaz de provocar del grupo Génesis, el movimiento de Es viajar en el tiempo. Es de Alegría, lo más los cuerpos. ir hacia los recuerdos. Es caleta de Chacalón, Patiño tiene una el dios al que Patiño remontarte a las fiestas de doble vida. La mayor venera y a quien parte del tiempo tu abuela bailando con un también le decían se desempeña longplay. Es alegría. Es ser Chino. como diseñador, poseído por el espíritu de “La idea es no transformando lo solo emborracharse, tus ancestros y moverte al sino típico peruano — aprender ritmo de lo que él denomina en estos momentos la historia de tu viste un polo la chicha tradicional y brava país”, dice Patiño blanco en el que sobre el sentido de del Perú”. ha cambiado las su proyecto. Las palabras del logo de la cerveza Cristal fiestas de Sonido Chacadélico —que por las de “Chicha”—, pero una vez en un principio iba a llevar el insípido al mes, como un superhéroe, su álter nombre de Sonido Estereofónico— ego se apodera de él, se transforma: tienen como característica ser un se convierte en Chino Chicha, un DJ vehículo para la difusión del arte


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