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Fernando Turner: El hombre que siempre busca más
El empresario habla en exclusiva con Latitudex y nos deja conocer su vida, tanto dentro como fuera del mundo de los negocios
Por Javier Cendejas, Rodrigo Carbajal y Néstor Hernández
El Espíritu Santo siempre lo ha sacado adelante en las malas… ¡y en las peores!
“En todas las épocas difíciles llega el Espíritu Santo, más bien, llamado por mi mujer porque tiene muy buenas relaciones con él”, expresa.
El empresario sui generis Fernando Turner Dávila habla en exclusiva con Latitudex y nos deja conocer su vida, tanto dentro como fuera del mundo de los negocios.
Nació y creció en un pueblo creyente donde sus habitantes solo podían aspirar a ser mineros, al menos en aquel entonces: Nueva Rosita, Coahuila.
Su habilidad “todoterreno”, la cual le ayudaría a progresar en el ámbito empresarial con el paso de los años, la aprendió de primera mano de su padre.
“Mi papá fue un milusos, o sea, hizo de todo. No terminó la primaria, era humilde pero muy trabajador, de un carácter muy emprendedor, con mucho deseo de progresar”, comenta.
Un destino inesperado
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A raíz del estallido de la huelga histórica en la Mexican Zinc Company y en la carbonífera de Sabinas, a mediados de 1950, la familia Turner se vio forzada a mudarse a la ciudad de Monclova. Fue allí donde recibió sus primeras lecciones de vida.
Y es que, ante la apremiante situación económica, Fernando tuvo que vivir en casa de uno de sus tíos, el cual trabajaba como obrero de sol a sol para llevar el pan a la mesa.
“La casa solo tenía una recámara, una cocina y el piso era de tierra. Observé cómo vive un obrero, cómo es la dignidad del trabajo. Y cómo el trabajo da orden, método y disciplina. También aprendí a cuidar el dinero”, recuerda.
Con la finalidad de iniciar sus estudios profesionales y aún siendo un adolescente, Fernando Turner se mudó de nuevo, pero ahora a Monterrey, la capital industrial de México.
Entró a Contaduría Pública en el Tecnológico de Monterrey. Se graduó con mención honorífica en 1966.
“Me gustaba la química y la física, yo quería estudiar eso. Pero mi cuñado me dijo un día: ‘estás loco, andarás con batas blancas llenas de ácido; mejor estudia contador, esos sí ganan dinero’”, comparte.
También estudió un MBA en administración pública en Harvard entre 2004 al 2005.
El mago de las finanzas
A pesar de que hoy es un exitoso empresario acaudalado, el joven Fernando Turner nunca —ni en sus desvelos más creativos— se imaginó que sería dueño de su propia empresa.
Yo no tenía dinero, mi papá no tenía capital, no tenía una empresa donde yo fuera a trabajar, yo nunca pensé ser empresario.
“Pero tampoco me resignaba a ser un empleado, o sea, a depender de alguien más, a seguir instrucciones y a seguir políticas, como que no se me da mucho eso", menciona.
Turner comenzó a desarrollarse profesionalmente.
“Entré a Altos Hornos aunque al principio no quería. Me sentí humillado con la primera chamba que me dieron, ya que era organizar el archivo de la contraloría. Pensé: no soy secretaria”.
“Estuve enojado varios días hasta que dije: bueno, sí lo voy a organizar y lo haré bien. Encontré toda la historia de la empresa, sus secretos, sus préstamos y créditos. Aprendí un chorro. Después agradecí mucho eso”, agrega. Luego de 10 años renunció a su primer trabajo.
“Cuando estuve en Altos Hornos aprendí mucho, muchísimo, pero en la época de Luis Echeverría vi cuestiones internas que ya no me gustaron y decidí salirme”, rememora.
Posteriormente, y gracias a su talento innato con las finanzas, Turner Dávila fue contratado por Grupo Alfa como director corporativo de tesorería.
Pero presentía que no trabajaría mucho tiempo en ese lugar. Y más o menos acertó en su pronóstico, ya que estuvo de 1976 a 1982.
“Desde que entré a Alfa sentí que no iba a durar, que me iban a correr porque no tenía el perfil del ejecutivo, así con trajecito de Yves Saint Laurent”, ironiza.
En ese entonces montó su primera empresa la cual existe hasta nuestros días: Hultek, S.A. de C.V.
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De 1982 a 1994 fue presidente y director general de Bicicletas Windsor, Motocicletas Carabela, Bienes Turgón, entre otras empresas del ramo metalmecánico.
Uno de los momentos cruciales en su carrera empresarial fue cuando decidió diversificar aún más su dinero y no concentrarse en la producción de bicicletas.
“Llega el Espíritu Santo y resulta que decidí que ese negocio (de las bicicletas) no era negocio y que debíamos buscar otras áreas”, comenta.
Gracias a esa “ayuda divina” fundó Katcon en 1993, una fabricante global de convertidores catalíticos bajo la licencia de General Motors.
Dicha empresa tiene plantas de producción en 10 países, como Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur, Polonia y la India, y sus productos se venden en más de 40 mercados en el mundo.
Katcon facturó alrededor de 600 millones de dólares en 2014.
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La intervención de Fidel Velázquez
Era diciembre de 1981, Turner había comprado una empresa que tenía serios problemas económicos y justo cuando trataba de resolverlos, los empleados emplazaron a huelga.
“Agarré la empresa el 6 ó 7 de enero, pero el día 10 ya estaba alzada la huelga en toda la empresa”, explicó.
Como Fidel Velázquez era el mandamás de la CTM, Turner no dudó en buscarlo para pedirle ayuda y así resolver el conflicto laboral.
“Don Fidel me dio la cita. Fui a su oficina, me quedé en una antesala grandota, vieja. Me sentí ahí todo chiquito porque usaban esa táctica de que el señor te llamaba (a turno).
“Entré a su oficina y él estaba sentado en una mesa y atrás había una imagen de Carranza o no sé qué”.
Contrario a una actitud desinteresada, Velázquez se disculpó con Turner por la huelga que había estallado en su empresa.
“Quiero pedirle una disculpa. Le hemos fallado, el sindicato de la CTM ha tenido muchos problemas, se nos infiltraron gentes malas, nuestros líderes fallaron. Lo vamos a ayudar, vamos a sacar su empresa adelante”, relata Turner lo que le dijo el líder sindical.
Fue entonces que Fidel Velázquez propuso apoyarse con el Ejército Mexicano para intervenir las instalaciones de la empresa, la cual estaba tomada por cientos de trabajadores.
“Vamos a abrirla con el Ejército”, habría dicho Fidel.
Y así sucedió. Por órdenes de “arriba”, elementos del Ejército Mexicano entraron a la empresa recuperando el control y pusieron fin a seis meses de paro laboral.
Servir a los demás
En el 2012, Turner Dávila apoyó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y, de haber ganado la presidencia, habría sido su secretario de Economía.
A partir de octubre del 2015, Fernando fungió como secretario de Economía y Trabajo en el gabinete de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León.
Su renuncia al cargo, asegura, fue porque se cansó de luchar en contra del aparato burocrático del Gobierno Federal encabezado entonces por Enrique Peña Nieto.
Reflexiones de vida
Leer, mantener la curiosidad y tener aspiraciones altas son tres aspectos que lo han llevado al éxito.
“Cuando estaba en Alfa alguien me dijo que lográbamos cosas grandes porque nos proponíamos cosas muy grandes. Por eso hay que mantener altas tus aspiraciones”, puntualiza.
Su libro favorito: la biografía de Napoleón. Quizá se sienta reflejado en su personalidad concienzuda y en que estudiaba a detalle el campo de batalla antes del combate.