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La globalización en la era del nearshoring

La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, advierte que abandonar el comercio abierto podría aumentar la volatilidad de los precios y debilitar el crecimiento mundial

Por Juan Puente

La relocalización de las cadenas de suministro, o nearshoring, es un arma de doble filo. Mientras que algunos la defienden como una apuesta más segura al offshoring, otros advierten que, si no tenemos cuidado, podría ser un duro golpe a la globalización si se termina dividiendo al mundo en grandes bloques económicos.

Actualmente existe en el mundo un fuerte movimiento nacionalista en la que diversas corrientes políticas, comunmente de extrema derecha, acusan a la globalización de ser el culpable de sus malestares económicos. En lugar de ayudar a los trabajadores, buscan proteger los puestos de trabajo que llevan años siendo realizados a menor costo en el extranjero.

Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio, advierte que esta tendencia es un peligro para la economía global que traerá consecuencias negativas para todos.

“Un mundo que se aleje del comercio abierto y previsible será un mundo con menores presiones competitivas y una mayor volatilidad de los precios. Sería un mundo caracterizado por peores perspectivas de crecimiento y desarrollo, una transición hacia la economía con bajas emisiones de carbono más lenta y una mayor vulnerabilidad de la cadena de suministro ante perturbaciones imprevistas”, señaló Okonjo-Iweala en una reunión con líderes de los bancos centrales en el Simposio de Política Económica anual de Jackson Hole.

Derivado de la crisis económica de la pandemia de COVID-19, actualmente el mundo enfrenta una fuerte presión inflacionaria. Como consecuencia, las autoridades monetarias han tenido que endurecer sus políticas y han aumentado las tasas de interés, lo que termina impactando negativamente al crecimiento económico. De acuerdo con la directora de la OMC, esto ha generado más tensiones geopolíticas y varios países han comenzado a revertir la globalización.

La caída de los costos del comercio de mercancías, y en particular de servicios, demuestra que la globalización puede seguir impulsando el crecimiento, la eficiencia y las oportunidades económicas, y contribuir al mismo tiempo a la moderación de los precios”

Según datos de la OMC, si la economía mundial se terminara dividiendo en dos bloques comerciales independientes, como parecen ser las intenciones de Rusia y China y el resto de los BRICS, el resultado a largo plazo sería una caída del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de por lo menos un 5 por ciento. En ese sentido, las economías emergentes más vulnerables serían las más afectadas y podrían ver pérdidas de su PIB en dos dígitos.

“Hoy en día las empresas que revalúan su concepción de las economías de escala a la luz de los riesgos de concentración tienen la oportunidad de potenciar la resiliencia de la cadena de suministro ampliando este proceso de diversificación para que abarque más mercados, de África, Asia y América Latina, que cuentan con buenos fundamentos macroeconómicos, pero permanecen al margen de la división internacional del trabajo. La reglobalización es, sin duda, una alternativa mejor”, advirtió Ngozi Okonjo-Iweala.

La OMC también destacó que existe un gran escepticismo acerca del impacto positivo que ha tenido el comercio internacional en los últimos tiempos. Sin embargo, las cifras no mienten y se puede observar que en 20 años los costos globales del comercio de productos agropecuarios, productos manufacturados y servicios han disminuido en un 12 por ciento.

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