El sari verde Alfredo Noriega
Il suffisait de deux pas pour que le rêve s’écroule
Ananda Devi. El sari verde
L
a mujer me tiende un pedazo de papel. Lo tomo sin saber lo que quiere, ni lo que debo hacer. Me pide un autógrafo. No soy un escritor conocido, e incluso, si lo fuera, ese pedazo de papel arrugado, sacado de su bolsillo, no está como para recibir una firma, que sea o no de un escritor famoso o de un tipo como yo. Le pido que se siente a mi lado. En el papel hay garabatos. Lo firmo y se lo entrego, rogando a Dios que se vaya con mi firma y que esto se termine ahí. Pero la mujer se queda sentada y nerviosa con el
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