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Calidad de excelencia y actualización constante en Neurocirugía Dr. Jorge Alberto Gómez Rivera

HosPital infantil del estado de sonora / Hgz2 iMM / HosPital san josé de HerMosillo

Calidad de excelencia y actualización constante en Neurocirugía

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Al igual que muchas áreas médicas de alta especialidad, la Neurocirugía en nuestro país está concentrada principalmente en ciudades capitales o ciudades con un volumen alto de población, ya sea estable o flotante.

Esto es entendible tomando en cuenta varios factores: uno de ellos es la compleja geografía de muchos estados; la densidad de población o la dispersión a la largo y ancho de cada estado; la frecuencia e incidencia de patologías que realmente requieren alta especialidad; los recursos con los que se dispone en la federación o en los estados para el adecuado equipamiento de hospitales, ya que no es solo el equipamiento básico de mobiliario, sino el equipamiento de insumos de alta especialidad y, el principal de todos, la falta de recurso humano calificado, Enfermería, médicos, laboratorio, biomédica, etcétera.

Aun así, incluso los hospitales de las ciudades capitales, donde históricamente se ha concentrado la mejor atención médica posible en cada estado, se encuentran carente, la gran mayoría de ellos, de los equipos médicos de vanguardia o incluso en ocasiones hasta del equipamiento básico necesario para una adecuada práctica médica de alta especialidad. Ante esto, la capacidad resolutiva de los médicos y neurocirujanos de este país es alta y digna de reconocer, obteniendo, sin temor a equivocarme, resultados altamente satisfactorios y poniendo a la Neurocirugía nacional en un plano internacional digno de reconocimiento.

Es altamente satisfactorio saber de la trayectoria de la Neurocirugía en México y de la capacidad probada de nuestros maestros, hablando en nombre de todas las sedes de formación actual y, por qué no decirlo, de la capacidad probada de excelentes neurocirujanos a lo largo y ancho de este país, que sin estar en sedes oficiales de formación de nuevas generaciones mantienen una calidad y actualización constante en sus centros de trabajo.

En nuestro México no existe una sede completa o un hospital que cuente con todos los recursos o equipamiento que se requieren para una práctica neuroquirúrgica que llene todas las subespecialidades al 100 por ciento; de ahí la importancia de las diferentes rotaciones tanto a hospitales nacionales como internacionales. En ese sentido y con una idea académica bien definida inició en su origen la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, fundada por grandes neurocirujanos.

Actualmente surge por el entusiasmo, empuje y visión de otro excelente grupo de neurocirujanos, bajo el liderazgo del Dr. Carlos Castillo Rangel, el Colegio Nacional de Neurocirugía, A.C., el cual desde el inicio ha marcado la academia como parte fundamental de su visión y desarrollo y esto se puede ver por el creciente número de sesiones intrahospitalarias, congresos nacionales, etcétera.

A la par de esto mantiene en sus objetivos velar por los derechos de nosotros los neurocirujanos ante cualquier situación de índole médico-legal que pueda ser factor en contra de nuestro desarrollo y práctica profesional. Siguen y seguirán los simposios y reuniones en la Cámara de Diputados exponiendo la problemática nacional y buscando las soluciones a los mismos.

Soy Neurocirujano egresado del Hospital Juárez de México bajo la tutela de

grandes y apreciables maestros como lo son el Dr. Rafael Mendizábal, jefe de Servicio; el Dr. Luis Delgado Reyes, Dr. Rubén Acosta Garcés, Dr. Carlos Castillo Rangel, Dr. Edmundo Rocha (Neurocirugía pediátrica) y el maestro Dr. Sánchez Cabrera, jefe de División de Neurociencias (QEPD), así también como los diferentes maestros de Neurología, Neurofisiología y Neuropatología (Dr. Ignacio Félix).

Es el hospital cuna de la Cirugía en México y formador de grandes recursos profesionales en Neurocirugía, quienes se encuentran ya distribuidos en gran parte del territorio nacional. Cursé un fellowship en cirugía de base de cráneo y vascular cerebral en la University of Arkansas for Medical Science bajo la tutela del Dr. Ali Krisht, donde tuve la gran oportunidad de estar presente en sesiones académicas y cirugías con otros dos grandes de la Neurocirugía mundial, como lo son el Dr. Ossama Al-Mefty y el Dr. Gazzi Yasargil. Llegué a la ciudad de Hermosillo, Sonora, en el año 2005, donde inicié mi práctica profesional en Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES), siendo el mayor centro de atención infantil del estado de Sonora.

Cuenta con curso de postgrado reconocido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Pediatría, Cirugía Pediátrica, Neonatología y Oncología Pediátrica, entre otras.

Por ser el centro más grande y mejor provisto de instalaciones y recursos humanos y materiales para estas especialidades y teniendo neurocirujanos desde sus inicios (noviembre de 1977), esperaba que se contara con mejor equipamiento para nuestra amada especialidad; sin embargo, me encontré con solo un microscopio Seizz OPMI 1 cuyo primer modelo vio la luz en 1964.

No estoy seguro de que dicho modelo haya sido de esa fecha, pero seguramente estaba cercano a ella. También me encontré con la ausencia de craneotomo, endoscopio cerebral, cabezal, charola de micro disectores, solo por poner ejemplo de lo básico. Su única herramienta neuroquirúrgica disponible era una charola de craneotomía general con árbol de Hudson completo y una charola básica de cirugía de columna.

5 años después ingresé al Hospital General de Zona No. 2 del IMSS, que en este cumple 62 años y es actual sede de formación de urgenciólogos y sede de inicio a la especialidad médica de Medicina Interna, Cirugía General, Anestesiología y que también cuenta con plazas para Neurocirugía desde sus inicios, el panorama no fue diferente.

El equipamiento neuroquirúrgico que encontré y el cual es el mismo desde ese entonces es cabezal de Mayfield, charola de craneotomía con árbol de Hudson y charola básica de cirugía de columna; el resto de equipamiento neuroquirúrgico es inexistente.

A la par de esta práctica institucional me desarrollo de manera paralela en el Hospital San José de Hermosillo, al cual tuve la fortuna de pertenecer desde su fundación, que ha ido creciendo de manera directa año con año y el cual en fechas próximas estará inaugurando el primer centro integral de atención oncológica en el Noroeste de México.

Retos

Ante este panorama previo comentado los retos fueron mayúsculos, lo siguen siendo de alguna manera y lo seguirán siendo siempre, porque la Neurocirugía es un reto constante, diario, de aprendizaje, de enseñanza, de dar lo mejor de ti como ser humano, de tu ciencia, de tu arte en pro de mitigar el sufrimiento de otro ser humano. No solo se trata de los retos en la infraestructura, los cuales poco a poco se han podio paliar. Seguiremos insistiendo para mejorar esta infraestructura hospitalaria en la medida de lo posible.

Por otro lado, sigue siendo un reto en todos los estados y no es la excepción Sonora, el poner la Neurocirugía al alcance de otras zonas que no sean la región capital.

Con grandes escuelas a nivel nacional el problema de fondo no es del todo la falta de neurocirujanos sino la falta de una adecuada distribución de los mismos, ofreciendo hospitales donde nos podamos desarrollar profesional y personalmente y al mismo tiempo poder ofrecer la cobertura mínima que la población merece

Otro reto importante es poder contar con subespecialidades como Neurocirugía Pediátrica, Neuro Oncología, Neurocirugía Funcional, Neuro Radiocirugía, entre otras. Afortunadamente la Neurocirugía cada vez está más cerca de áreas donde antes jamás hubo.

Personalmente no solo he podido atender a niños y adultos a pesar de todas las carestías hospitalarias dando siempre lo mejor posible a cada situación, sino también he podido acercar la consulta médica de alta especialidad a una pequeña parte del gran Desierto de Altar (Caborca, de donde soy orgulloso originario y toda su región cercana), saliendo de la ciudad capital Hermosillo hacia esa zona, logrando con esto impactar de manera positiva en cientos de pacientes carentes de esta oportunidad durante siglos.

Queda mucho por hacer y el panorama nacional no se vislumbra prometedor en el corto plazo, las políticas de salud pública en el país han sido durante décadas manipuladas al antojo de muchas personas que desafortunadamente no han estado frente a la necesidad de cómo resolver la enfermedad, qué insumos se requieren o cuáles no.

Aun así no podemos jamás dejar de insistir en solicitar los recursos mínimos necesarios y un poco más, para poder seguir haciendo lo que más nos apasiona, que es la Neurocirugía, debemos ser la voz de nuestros pacientes, quienes al final del día son realmente los que pagan el precio de la carencia de insumos para su mejor atención posible y quienes dejan en nuestras manos lo más preciado que tienen, que es la vida misma o la vida de algún ser amado.

No queda más que expresar mi sincero compromiso con este país que tanto me ha dado y con las diferentes asociaciones médicas a las que pertenezco, por seguir todos los días dando lo mejor y agradecer profundamente a todos los pacientes que confiados han puesto su salud en mis manos.

Compartiré en esta oportunidad un par de casos solamente como muestra de lo que gracias a mis excelentes maestros y al deseo real de poner un granito de arena en la atención neuroquirúrgica de alta especialidad hemos logrado hacer en estos ya 15 años en esta zona geográfica de este hermoso país.

Caso 1. Se trata de paciente femenino, 34 años de edad sin enfermedades crónico degenerativas, no alérgicos, traumáticos o quirúrgicos. Ama de casa, toxicomanías negadas, deporte negado. Acude a consulta por cefalea desde la adolescencia cumpliendo criterios clínicos de cefalea vascular (migraña). Exploración neurológica con funciones mentales superiores, nervios craneales, sistema motor, sistema sensitivo y cerebelo íntegro, signos meníngeos ausentes. Se inicia manejo médico correspondiente sin respuesta favorable, sino por el contrario subiendo la frecuencia e intensidad de su sintomatología. Se decide realizar estudio de imagen cerebral de tomografía de cráneo simple y contrastada con reconstrucción angiográfica obteniendo como hallazgo la presencia de aneurisma sacular de arteria carótida interna izquierda en segmento oftálmico (1 y 2) hacia su pared inferomedial (terreno de arteria hipofisiaria superior) 6 mm longitud base-domo y 2.7 mm de base. Ante estos hallazgos se platican las opciones de manejo (incluyendo endovascular), decidiendo finalmente por manejo con técnica microquirúrgica. Se programa para abordaje quirúrgico con referencia

de carótida interna a nivel cervical, pterional clásico según técnica descrita por el Dr. Yasargil, clinoidectomía y clipaje (3 y 4). El clipaje total se logró con dos clips (5), el segundo de ellos por pequeño remanente en su base. No complicaciones transoperatorias, sale a terapia intensiva a vigilancia por 24 horas y egresada del hospital al cuarto día de su cirugía. Recuperación clínica completa y hasta el día de hoy continua con su vida normalmente, sin cefalea de tipo migraña.

Caso 2. Paciente femenino de 5 meses de vida, primera hija de mujer 22 años de edad, quien llevó control prenatal adecuado, llegó a término, obtenido por parto sin complicaciones aparentes y dados de alta en binomio. Desde la segunda cita de control a neonatólogo observan alteración de forma craneal, argumentando al inicio cuestiones genéticas relacionadas con forma craneal de su padre. Al aumentar y marcarse cada vez más su desproporción craneofacial es enviada a Neurocirugía para su valoración.

Con nosotros llegó a los 5 meses de edad, con reactividad física adecuada, adecuada sonrisa social, seguimiento ocular y sin déficit neurológico aparente, perímetro cefálico en percentil 50 y con alteración de forma craneal muy marcada compatible con braquicefalia. Solicitamos tomografía de cráneo con reconstrucción tridimensional craneofacial donde se pone de manifiesto como única alteración significativa la presencia de sinostosis de sutura bicoronal (6) sin ninguna alteración en la arquitectura cerebral. Posterior a ello se programa para cirugía, la cual se realiza teniendo la paciente 6 meses de edad (7), realizándose suturectomía bicoronal, avance fronto orbitario y estabilizándose con mini placas de material absorbible (8).

Sin incidente transoperatorio, es dada de alta al cuarto día de su cirugía. Se anexan fotos de su cirugía, a los 3 meses de operada (9 y 10) y 18 meses después (11 y 12). La paciente al momento con una vida completamente normal y con un resultado cosmético y funcional excelente.

Bibliografía

1.- Wirth F P; Surgical Treatment of Incidental Intracranial Aneurysms. Clin Nuerosurg 33: 125-35, 1986. 2.- Wiebers D O, Whisnant J P, Sundt T M,et al.: The Sgnificance of Unruptured Intracranial Saccular Aneurysms. J Neurosurg 66: 23-9, 1987 3.- Ali F. Krisht, MD., Jorge Gomez, MD., Sharon Partington R.N.;Neurosurg 58,2: 207-16, 2006 4.- Burke M J, Winston K R, Williams S: Normal suture fusión and and the etiology of single suture cranesynostosis, Pediatr Neurosurg 22: 241-6,1995 5.- Gates G F, Dore E K: Detection of craneosynostosis by bone scanning; Radiology 115: 665-71

Labora actualmente como neurocirujano en el Hospital Infantil del Estado de Sonora; Hospital General de Zona No.2, IMSS, Hermosillo, Sonora; staff médico del Hospital San José de Hermosillo y del Hospital CIMA de Hermosillo. Licenciatura por la Universidad Autónoma de Baja California, 1992-1999. Especialista en Neurocirugía por la Universidad Nacional Autónoma de México. 2005. Certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Neurológica. Estudios de postgrado en Cirugía General y Neurocirugía en el Hospital Juárez de México; fellowship en el Departamento de Base de Cráneo y Cerebrovascular en la University of Arkansas for Medical Sciences. Socio activo de la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, del Colegio de Neurología y Neurocirugia del estado de Sonora, de la Sociedad Médica Sonorense y socio fundador del Colegio Nacional de Neurocirujanos.

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