Local - Artístico - Independiente Enero 2019 - El Chaltén Santa Cruz - Número 37 EDITORIAL
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nte cualquier crítica al feminismo que escucho o leo no puedo dejar de pensar en mi abuela. Lo primero que viene a mi mente es la cercanía de los eventos que vienen a continuación. No estamos hablando de hace quinientos años, estamos hablando de menos de cien años atrás, dos generaciones menos. Nacida en el campo de la provincia de Buenos Aires, era la número diecisiete de dieciocho hermanos. Ni hablemos de mi bisabuela porque esto se hace eterno. Sí de la número diecisiete, que a esa misma edad decide dejar su hogar para aventurarse en la capital; pero sobre todo para poder sobrevivir frente a un padre maltratador: por eso se lleva consigo a su madre y al hermano menor. María Ercilia Marín trabaja en múltiples lugares para poder mantener a sus refugiados: desde limpiar habitaciones hasta ser extra de cine. En una sociedad donde la mujer solitaria es tenida como no deseable o puta, adquiere este último adjetivo por ser una mujer bella de la que cualquier hombre, soltero o casado se enamoraría. Su vida a mis ojos es casi una novela, ya que solo la conozco por dichos de mi madre y unos escritos que aún conservo. En ellos, explícitamente, no solo deja en claro su mala suerte en el amor; sino que también demuestra cómo el poder económico a su alrededor siempre estuvo en manos del género masculino. No importó cuánto trabajó, cuánto sacrificó por salir adelante. Los hombres que la rodearon siempre fueron, quisiera ella o no, sus proveedores porque el paradigma de la época así lo reconocía. Una mujer pobre, enamorada de un hombre casado, con una hija natural; casi no contaba con derechos propios, le eran asignados por los masculinos circundantes. Me gusta pensar que algo de ella sigue vivo en mí. Mis oportunidades fueron otras y mi realidad también, pero muchas veces la masculinidad que nos rodea intenta definirnos. Está en nosotros escapar de la opresión junto a nuestra madre y nuestro hermano menor y buscar una nueva y mejor vida, más allá del ojo acusador que todavía podamos sentir sobre nuestras espaldas. El verdadero empoderamiento está lejos de cualquier autoritarismo.
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E n b u sc a de l Ma y o a rg e nt in o
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n gr upo de es t udi ant es decide sal ir a la call e a prot es tar. M uchos de s us r ecl amos t ienen que ver con el atr opell o de la s oci edad de consumo en l a que vi vi mos y el aument o de poder de qui enes manej an el i mper i o económi co de s u país y el m undo. A ell os s e l es unen obr er os , si ndi cat os y has t a el par ti do ll amado com unis t a. C omo r esul t ado nos encontr amos con la m ayor huelga general de todos los ti empos . Tanto es as í que el pr esi dente el ecto se ve obl i gado a ll amar a el ecciones anti ci padas . La pr otes ta es t udi ant il s urgida de un no cont entam ient o con l a real idad pl anteada des de el s eno de l a pol í ti ca, da s us fr ut os . Es te r elat o que par eci er a s ali do de un s ueño ideal izado por muchos de nos otr os , no es más que un pequeño y s i mpl e res umen de l o que s i gnif i có el Mayo Fr ancés . En el año 1968 f ue un gr upo es t udiant il qui en ini ció est e cambi o que s i gnif i có un qui ebr e en la s oci edad par i si na del mom ento. Var i os de l os íconos de l as pr ot est as call ejer as fuer on y s on par te de la es f er a pol ít ica de es e paí s . La huelga general es ut il i zada com o ar ma ef icaz ant e l a sorder a de quienes r epr es entan en el poder al puebl o. La em pat í a de los j óvenes fr ances es con los s ector es m ás s i lenci ados de la s ociedad pari s ina s e hace pr esent e en l os sl ogans de s us pancar t as : i nmi gr ant es y m ujer es pr i nci pal mente, qui enes cum plen un papel pr otagóni co en var i as de l as acciones el egidas . Cabe dest acar l a viol enta acci ón pol i cial a la
que s e hace fr ente ya des de comi enzos de l os años s es ent a. Des de gol pes, pr esos polí t icos , hast a la vi olent a m uert e de 200 argel inos en octubr e del s es ent a y uno –cuyos cuer pos f ueron arr oj ados al r ío Sena– r epres entan los antecedentes a los cual es es t os gr upos de est udi antes deciden enfr ent ars e. S e enti ende, as i mi s mo, que el gobi er no el ect o no es del todo legí ti mo ya que al s er el egi do a t ravés de un bal lot age, no se puede habl ar de una mayor í a r eal de votant es a f avor ; cues t ionando di cho s is t ema. En com pañí a al debat e pol ít i co y económi co surge, j unt o al m ovi m ient o mundi al de l os años ses ent a, una revol ución cul t ural que pone en t el a de j uici o par adi gmas aceptados por el s tat u quo. La m ús ica, el cine y el ar te, t anto gráf ico, f otogr áf ico como pi ctór i co, confor man var ios de l os es cal ones en l os que se f undan est os cam bios que no s olo af ect an a la s oci edad f r ances a si no al mundo enter o. No s e queda at r ás el mundo i ntel ect ual, des de l os li t er at os has t a los f il ós of os encuentr an nuevas f orm as de ver a l os i ndi viduos y a l as r edes que s e t ej en ent re ell os en r elaci ón con el poder o con la preval enci a económi ca o r acial . En nuest r o paí s es te s urgir i nt electual no s e quedó atr ás , aun habiendo quer ido s er aplacado por los gol pes mi li t ar es en el año 1976. La des apar i ci ón de per s onas , el rapt o de r ecién naci dos com o est rat egia de r epr ogram aci ón i deológi ca y un f uer te acompañami ento de l os m edios de comuni caci ón
Kusch, Rodolfo. Citado por Claudio Caveri. Una frontera caliente. Buenos Aires 2002. Edit. Syntaxis.
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dejar on una Argenti na f r agm entada en donde muchos de nos otr os nos cr iam os con el : “de polí t ica no s e habla”; en donde l os paradi gmas del pas ado vuelven a r es urgi r fr ente al avance tot al y r eal de l as econom ías m onopoli zadoras que nos at r opel lan a di ari o; en donde el i nmi grant e, el pobr e y l a m ujer vuel ven a s er l os cul pables de l a real idad que vivi mos y no l os grandes poder es económ icos que deci den pr es i dentes a s u ant oj o. Mi r em os si n más el nuevo surgi m ient o de l a der echa no sol o en Lat inoam ér i ca, s ino en el mundo. En donde un pr esi dente tan patét ico como Donal d Trum p apoya si n tapuj os un gol pe de es tado como el de Venezuela. En donde un paí s en creci mi ent o, como l o er a la Argent ina, s e enf r enta hoy a l a m ayor f uga de capi tal es de la his t or ia si n ningún pr onóst ico pos i t ivo en el f ut uro. Donde m uchos hablan de “ot r o dos mi l uno”, encontr ándonos en peores condici ones económi cas , soci ales , cul tur al es , et c. La pr egunt a es has ta cuándo vamos a poder s oport ar es t e manejo de los capi tal es int ernaci onales , has ta cuándo vamos a per m it i r que un gobi er no centr al s it uado f ís i ca y m ental ment e en Buenos
Ai r es decida el fut ur o de una nación t an ext ens a como l a nues tr a. ¿Acaso l os int ent os de cal lar nuest r a voz fuer on efi caces ? ¿Acas o no tenemos m ás nada que decir al r es pect o? Recorr o el país des de donde m e encuent r o y veo no sol o una gr an canti dad de gent e pensant e que no vot ó es to que tenem os, s i no muchos que ya pudier on ver l a r eali dad. E n vez de s egui r cul pando a qui enes vier on o no que es to pas ar í a, el ij o que j untos mi r em os par a adel ante el país que quer emos . No podem os negar que la uni ón t anto de l os ci udadanos , es t udiant es, t r abaj adores es tan necesar i a como la uni ón de t oda Lati noamér ica. Si no, no vendr í an cont ra el la qui enes l o hacen. El t ít ul o de es ta not a no qui ere s er un ej empl o más de mi rar haci a Europa para ej em plo de nuest r o porvenir, per o s í qui er e poner en context o la pos ibi l idad de un cambi o des de el puebl o y hacia el pueblo; entr e s uces os haci a los que podrí amos y deber íamos s ent ir empat ía. Dent r o del ejem plo f r ancés exis t en ot r os ej empl os de cambi os de paradi gma y de gobi er no aún m ás cer ter os y efi caces . P er o cr eo, per s onalm ente, que es tam os l ej os de l a guil lot i na de Mar ía Ant oni et a …, al m enos por ahor a.
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L a le g a l id a d de la c o s tu mbre Volvi endo de la f acult ad con unos am igos , nos f ast i diaba el hecho de que el colect ivo en el que vi aj ábamos f uera a vel ocidad t an lent a, ya que l as cal les del mi crocent ro a es a hor a es t aban des ier tas . El úl ti m o tr en s al í a de cons t i tuci ón 0: 40 y no querí amos per derl o. Por cuest i ones de s eguri dad vi al , o m ás bi en por el cont rol de l os chof er es , l os col ecti vos no pueden ll egar ni muy t ar de ni muy pr ont o a su des t ino, es o l o s abíamos . Per o la di s cus i ón s urgió al ver que el chofer f renaba en t odos l os s emáf oros que, por alguna extr aña r azón, s eguí an en funci onami ent o. Es t ar el ti empo que s ea fr ent e a un s em áf or o en roj o en una ciudad des i er t a, no dis t a de una es cena de alguna pel ícul a en la que l a r idi culez s e pone en evidenci a. El argumento de l os l egal i st as de la l uz roj a s e bas aba en l a i m port ancia de cumpl i r l as l eyes y en el pel igr o de no hacerl o, ya que ell as es tán par a prot eger el or den s oci al o el bi en común. E nfr entando es a pos tur a nos encontr amos qui enes pens amos que l a ley dej a de t ener ef ect o cuando no cum ple s u f i n. Es deci r, que a l as 13: 00 el s emáf or o en la es quina de M aipú y Av. de M ayo es de gr an uti l idad; pero a l a medi anoche, con la ci udad vací a, deja de s er neces ar io. Si s u fi n es or denar el tr áfi co, ya no t iene s enti do por que no lo hay. S ólo bas t a con que el conductor am inor e la m archa en l as es qui nas m i rando t ranqui lam ente que no pas e nadie. En nues t ro gr upo de dis cus ión habí a un es tudi ante f r ancés de i nter cam bio. En es te f rent e de batal la s obr e la l ínea 45, s u s eri a pos tur a a f avor de que el col ect ivo f r enar a en cada cuadr a, f ue mut ando has t a es tar en contr a no s ólo de es o, s i no de todas l as r eglas que s e cum pl en s i n pens ar. Sí , s eñor es , ¡ tuvi mos un conver s o! Úl t im amente es t uve leyendo var ias cuest i ones s obr e l a cos tum bre. E mpecé con el t érm ino “us os y cos tum br es ” que s egún Wi kipedi a: “s e r efi er en a las t radi ciones mem ori zadas y tr ans mi ti das des de gener aciones ancest r ales , or igi nales , s i n necesi dad de un s is t ema de es cr i tur a; es deci r, s on acti tudes .” En paí s es com o Méxi co s e uti l iza es ta denom inación legal par a encuadrar cos tum br es no es cr it as pero pas adas de gener ación en generaci ón, por ej empl o. O es a t r avés de es te f undamento que pueden exi st i r l os gobi er nos autónom os zapat i st as . En nues tr o paí s el us o de l a cos t umbr e como par te del derecho no s e queda atr ás . Aunque exi st en t eór i cos que l o ni egan, exis t en vari os ejem plos no s ol o en deci s i ones guber nam ental es, si no que t ambi én se ha ut il i zado par a r es olver var ios cas os jur ídi cos . As i mi s mo es la bas e de las l eyes que r egul an l os acuerdos comer cial es, ya que m uchos de sus es t at ut os fuer on antes acciones que s e habi t uaba r eali zar. Si qui si ér am os poner un ej empl o de cómo f unciona, podr íam os deci r que la ci udad de B uenos A ir es f rent e a la no neces idad del us o de los s emáf oros a cier t as hor as de la noche en algunos punt os del eji do deber ía es tabl ecer por l ey que es os s emáf oros es t én en i nt erm it ente, dando l ugar al conductor a poder dis cer nir en l a es qui na si puede cr uzar o no. El aut or El vi o Gal at i en s u li br o “L a cos tum bre en el Der echo A rgenti no – Anál is i s j usf i los óf i co y tr ial i st a de l a r azón del puebl o”,
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expone cómo el Es tado, f r ent e a l a real idad de l a cos tum bre com o part e de nuest r a idi os incr as ia, deberí a t ener en cuenta l os us os de l a pobl aci ón a l a que pr et ende r epr es ent ar; s iem pre a f avor de l a j us t ici a soci al. No hacer l o de est a maner a, nos habla de un poder lej os del puebl o. Gal ati l o enti ende como una abs tr acción: cuando quienes l egi s l an hacen l as l eyes no mi r ando al pueblo y s u compor t am i ent o, s i no teni endo a un ideal , un obj eti vo ciego. L as m etas s iem pre s on buenas , pero es neces ar i o s aber qué es tá pas ando a nues tr o alr ededor par a poder tener met as no s olo real es , s i no que r eal ment e hablen por todos . Si no, caemos en una fal ta de pens ami ento, en una es cas ez de anál i s is . “De ahí las car enci as de pens am i ent o cuando hay una excl us ión de un pr oces o por s u antagoni s ta. D e es t e modo, l a abs tr acción s ol a mat a, no sol ament e lo concr eto, s ino tambi én al cont exto, mi entr as que lo concr et o s olo m ata l a int eli gi bil i dad. El anál is i s s olo des int egra l a organizaci ón que une l os elem entos anali zados, mi entr as que la s í ntes is s ol a ocult a l a real idad de l os cons t it uyent es . L a i dea omni pot ent e conduce al i deal i s mo ( encer r ami ent o de l o real en la i dea); l a razón no r egulada por la experi encia conduce a la r acional izaci ón. Todo pr oces o de pens ami ento, s i es tá ai s lado, [ …] y es empuj ado al l ím it e, es decir, s i no es tá di alógi cam ente cont rol ado, conduce a l a ceguera o al deli r io.” M OR IN , El Mét odo 3. El conocim ient o del conoci mi ento, tr ad. de Ana Sánchez, 5ª ed., M adri d, Cát edra, 2006, pág. 200.
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Re la t o Li v re Tengo dos mi nutos par a deci r... t e. Por qué dos mi nutos ? por que yo lo di s pongo, decido s obr e el t i em po por no hacer l o s obre l as emoci ones. Los demás convers an y el vient o t iñe m i car a de un r osa m ontaña. Es t oy lej os de las cas as , cos as , s eres . Lej os de t odo y no t anto. Com o s i f ues e uno con el l ugar. Com o s i en m i dej as en las i deas , aquel los que no s e s ient en li br es de s ol tar las , por m iedo a que t omen vuelo y ll eguen lej os . Las t apan con una pi edra y l as dejan en mi , yo l as cui do. Des per tó al go en mi , des menuzó el l et argo. I nmens a de nuevo. .. débil de nuevo.. pl ena s i empr e. Te ret o a olvi dar algo de t odo. A des andar con el vi ent o ent re l as mont añas l as noches en l as que er osi oné t u al m a s i n ni ngún s egundo de des per dicio
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Cu l tur a L iv re Ya hace años que vem os a Aus ti n por el puebl o, s iem pre i mpecable, no par ece un es calador. En un cas t el l ano per fect o nos ha caut ivado muchas veces con hi s tor i as y anécdot as, pero es cuando vem os s us f ot os que nos encontr amos con es a s ens ibi l idad úni ca que l o car act er iza. Em pezó a es cal ar en l a univer s idad y poco ti empo des pués s e di o cuenta de que er a s u ver dader a pas i ón. Cuando ter mi nó l a car r er a decidi ó com prar s e una van y vivi r en el l a m ient ras r ecor r ía el oes t e de Es t ados U nidos es cal ando. “M e s entí muy ins pi r ado por el tr abajo de J i mmy Chi n y m uchos ot ros . Me encant aban s us f otos de l a vi da, la m ontaña, l a cult ur a de escalada y el al pi nis m o. Qui s e pr obarl o, aunque no s abí a nada de es o, per o quer í a i ntent ar.” Des pués de pas ar m es es conoci endo la cám ar a y s us f unciones más bás i cas , cons i guió una pas antí a en una pr oductor a en Seat t le que al cabo de tr es mes es l o contr ató at iem po com plet o. “Par a mí en es e m oment o f ue un s ueño. Tr abaj é con el los dos años f il mando, edi t ando y di r igi endo vi deos y apr endí un mont ón. Tam bién hice contact os con muchas m ar cas como Pat agoni a, The Nor th Face, B lack Di amond y ot r as más .” Luego compr endi ó que la vi da de ciudad l o abrumaba; decidi ó renunci ar y com enzar a tr abajar f reel ance, apr ovechando l os cont actos que ya habí a gener ado. Vino a El Chal tén donde t uvo la opor tuni dad de t rabaj ar con A lex H onnold y Tommy Caldw ell . “Tuve mucha s uer te por que f ue el año que es calar on la tr aves ía del Fi t z. Fue a fi n de tem porada y yo er a el úni co f ot ógraf o es cal ador que es taba acá, as í que l a pr oduct ora bás icam ent e m e cont rat ó por es o.” Com o Tom my es em bajador de l a mar ca Pat agonia, pudo entabl ar una r el ación y hoy es su pr i ncipal cl i ent e. Las f ot os de A ust i n s on di s t int as, s i bi en vemos l as mi sm as mont añas que todos l os días cuando nos l evantam os ( o l os dí as que el cl i ma lo perm it e) , él nos l as mues t ra de ot ra manera, a s u modo. “A m í no me i mpor t a m ucho lo que todos l os demás hacen, t am poco cr ear una i magen que s e vea bi en. M e i nter esa int ent ar encont r ar moment os en l os que hay una l uz o ci rcuns t anci as muy únicas . Si es una f ot o que cual quier a puede s acar, no es muy especi al, el moment o no es muy es pecial . Per o acá, la l uz, el vient o, la m ont aña; s e generan mom entos especi ales t odo el ti empo, mom entos que nunca más s e r epit en. Es o es l o que i nt ent o captur ar. ” Y def ini t ivam ent e l o logr a, el mi s mo J im my Chin lo ha el ogiado en m últ i ples ocas iones . As í y t odo, pens ati vo, dudos o, nos conf ies a que es tá exper im entando m uchos cam bios en s u vi da. La es calada, si bi en s i empr e i mpor tant e, s e al eja
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un poco del est r ell ato para dej arl e l ugar a ot ras pr eocupaci ones. Rí e pens ando que es t á m adur ando mi ent r as habl a de s us pr óxi mos pr oyect os , alej ados del mundo al pino e ins pi r ados por probl em áti cas ambi ent al es . “Pas é l os últ i mos s iet e años cami nando l as m ontañas par a s acar f otos en lugar es sal vajes y r em otos per o la ver dad es que l a vida pasa acá, en el pueblo, entr e nosot ros , en Fres co. La cum br e ver dader a es t a acá.” Nos cuent a de que quier e bus car s e un lugar f ij o donde vivi r en Es t ados Uni dos , que t r abaj ar á en document ales s obre la m iner ía en Chi le y en s u país , que en l o que ll eva de es t a tem porada sacó más fot os de gat it os del puebl o que de m ontañas . Su capaci dad de ver l a bell eza y capt ur arl a nos i nvit a a s enti r cur ios i dad por est e nuevo hor izont e que s in dudas nos des l umbr ará. Tal vez l a pr óxi ma vez que nos vis i te nos s or pr enda con alguna expos ici ón de denunci a s oci al más que con s us r écords de veloci dad en el Fi tz Roy.
Staff D irecc ió n d e red a cc ió n : R o mi na Lo j o R eda c ci ó n: Cec il ia Fa c a l - Ro m i na S a n ch ez C ol a b o ra ci ó n: Yes ic a Du p in A nt o n el la M a r a ng e ll i li v r ed i to r i al @ g m ai l.c o m
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