Local - Artístico - Independiente Febrero 2019 - El Chaltén Santa Cruz - Número 38 EDITORIAL
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somándose detrás del paredón, aparece ella como la actriz principal de una obra teatral. Vestida de fiesta ilumina a su paso. La luna tiene ese “qué se yo” que inspira, desde hace siglos, distintos rituales. Algunos, sagrados; otros, profanos. Pero como sea, creo que logra encender algo en mí, al menos, que me lleva a lo más profundo, a lo más escondido. Me lleva a poder mirarla como si se fuera a escapar. Creo que a todos nos hechiza y nos hace pensar lo imposible como real. La luna abre su paso entre los árboles, se espeja en el agua, hace brillar cualquier montaña. Es la portadora de los ciclos que llevan a cualquier especie a su reproducción. Al final de los años ochenta, el director Norman Jewison creó una obra maestra del cine en donde toda una familia es transformada por la aparición de la luna llena. Ese efecto lunático lo invade todo, inspirando a cada uno desde su lugar a tomar decisiones, a mirar lo que negaba; en definitiva a ser más valientes. La sociedad, hoy en día, casi que se ríe del riesgo y de la osadía en la resolución de nuestra vida diaria y sólo la aplaude en algún deporte extremo. Quisiera pensar en una inyección de valor que nos afecte a todos y podamos, como alguien dijo por ahí, mirar la vida a la cara. Y dejarnos inspirar, influir e impulsar por ese gran reflejo de la luz del sol que nos alcanza de una semana a la otra. “Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar”. Página 1
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E mer g en ci a ha b i ta c io n a l o es p ecu l a ci ó n i nm o bi l i a ri a
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n alguna ci udad, un gr upo de am igas de más de s es enta años viven en barr i os cercanos , per o di st i ntos . Todas ti enen s us casas : al gunas con parque, otr as no. Viven s ol as . Cada hi s tor ia es dif erent e, pero el dest i no qui so que as í fuer a. Sus hogar es , una vez ll enos de ni ños , hoy s e hacen gi gant es ant e la s oledad; que cada t anto mengua vi si t ándose o s ali endo junt as . No l ejos de ahí, una muj er de l a mi s ma edad com part e s u cas a con s us t res hi j os y ocho ni etos . Ti enen un pequeño pati o que l es perm it e s ali r s i hace mucho calor, pero si n ver de. C uando puede, s al e de l a cas a con l a excus a de com prar al go y apr ovecha a sent ars e un r at o en un banco de pl aza. Al revés de s us cont em poráneas , l a m ult i tud que l a r odea l a obl i ga m uchas veces a bus car un t iem po par a el l a.En un puebl o de l a Pat agonia, un gr upo de pioner os t iene t odo l o que s i empr e soñó: una cas a, m ujer, hi jos y un negocio prós per o como pr ueba de “haber hecho las cos as bi en”. Cons t rucci ones de di s ti nt os t amaños l os r odean, per o s iem pre cuentan con todo l o neces ar i o par a poder s obr evivi r en el cl im a hos t il al que - en el f ondo- am an. De vez en cuando, s e junt an a adm ir ar sus l ogr os y, s in deci rl o, a compet ir un poco. En el mi s mo pueblo un t r abaj ador de la mi s ma edad, pero s i n tant a s uer te, com par t e habi taci ón con dos am igos par a abar at ar l os cost os . Es os i ns tant es neces ar ios par a des pejar l a m ente l os encuent r an en el m onte, rodeados de todo aquel lo que, al m enos t odavía, no ti enen que pagar.
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En un bar r io de una gr an ciudad, un grupo de pr ofes i onales en bús queda de una f or ma pos i ble de vivi enda encuent ran una f orm a alt ernat iva de vi da. Sal i endo del modelo pos m oder no del i ndivi dual i s mo como única opción a la fel i ci dad, proponen un s i st ema en el cual la cl ave es l a comuni dad. Es te lugar s e l lama Spreef eld. Un bar ri o l lam ado cooper at i vo, en donde s e combi nan espacios indi vi dual es con ot ros abier tos a l a act ivi dad s oci al . De l a m is m a m anera, exi st en gast os comunes en donde s e pueden s alvaguar dar las economí as que de ot ra maner a no tendr ían capacidad de ahorr o. El acces o a l a vivi enda a t r avés de l a cooper at i va es pos i ble gr acias al i m puls o del Es t ado que benef i cia dichas acci ones con subs idi os a per sonas excl uidas del mer cado inm obil iar io. S in embargo, par a poder vi vir en Spr eef eld es neces ar io s ali r se del model o de fam il i a y de vi da capit ali s t a en el que es tam os inm ers os . En la Argenti na, por ejempl o, es t e ej empl o de vida s ocial est á s iempr e as oci ado a l a gente de bajos r ecurs os económi cos . Tuve l a opor t uni dad de poder t rabaj ar en un par de com unidades en el oest e del G ran B uenos Ai res , l l am ados ‘as ent am i ent os’ . Lo que m ás me l l am ó l a atenci ón al conocer a est as per s onas er a el s enti do de comuni dad y de per tenencia que des t il aban en cada sabr os a anécdot a de l a vida en “El M ol ino”. Las alegr ías y t ri s tezas de cada vecino eran tom adas como propi as y aunque no vamos a negar que en t oda rel aci ón s oci al exi s ten pr oblem as, l a ident idad de l os vecinos es t aba li gada abs olut ament e a la porción de s oci edad que j untos habí an conf or mado. M uchos de los vi s it ant es de El Chalt én que l legan año a año ven a nuestr a s ociedad como al go par eci do.
FOTO: Spreefeld desde el Río
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FOTO: Spreefeld desde el aire
Ver dader ament e m uchas veces l ogram os uni r f uerzas par a un bi en com ún o de al guna m ayor í a. Par a qui enes vi vim os hace var ios años acá es i mpos i ble no reconocer que s ol o s om os un pequeño ej empl o del compl ejo m undo en el que vi vi mos . Por es o mi s mo l a vida comuni t ari a a di ar io es s olo vi vida por los s ect or es de menor es i ngres os : con los pr eci os de l a vi vienda y la comi da s iempr e es convenient e compar ti r. P er o cuantos m ás r ecurs os tenemos , más t endem os a del inear nues tr os es pacios y a vi vir res pet ando ante t odo nues tr a indi vi dual idad. Porque aunque no l o adm it amos , es t amos r odeados por un gr an par edón de mer it ocraci a y cr eem os que s i “hacemos las cos as bi en” t endremos nues t ros l ogr os par a r egodear nos y al ar dear f rent e a algui en más . Aunque es ta act it ud no di s ta mucho de una s it uación mundi al, en El Chal tén es t ambi én vi s ibl e en rel ación con l a t ier r a. Cada chalt enense qui er e s u t er reno. A lgunos l o han logr ado a pesar de l o que f uera y otr os , si n tant o esf uerzo. F rent e a l a real idad que tenemos no podemos alej arnos del m odelo que nos vendier on. Q uis i er a
pens ar que es posi bl e que pl anteem os al go en verdad novedos o: entender que s i n i mpor tar nues tr a r eal i dad económi ca podam os apos tar a l a vi da en comuni dad. No s e t rat a de otr a cosa que de compar ti r. De res pet ar nues t ro es pacio, per o s aber que necesi t o de l os dem ás para muchas cos as. Pongo en duda cuan im pres i onante puede s er al gui en que puede “s olo contr a t odos ”. La cl ave, creo, est á en el t odos por t odos . P odem os em pezar por anim arnos a encont rar es os es pacios com unes y hacer los f ís i cam ente pos i bles . “Nada es i legal en s í mi sm o, s ino que la il egali dad es una cuali dad que s e def ine des de fuer a, en part i cular des de el Es tado. Lo que en un paí s es t á pr ohi bi do, en ot ro puede es tar autor i zado. Y lo que en un mom ent o es t á perm it ido, con s olo m odi fi car una regl a de der echo al dí a s i guient e puede quedar pr ohibi do. Pens ar en la i legal idad como un at r ibut o de l os as ent ami ent os , cuando s olo l a acci ón humana puede s er cal if icada como i l egal o legal .” Azuela de l a C ueva, A ntoni o ( 1989). “La ci udad, l a pr opi edad pr ivada y el derecho”.Méxi co: El Col egio de Méxi co.—— (1990) . “Los as entam ient os popular es y el or den jur í dico en la urbani zaci ón peri f ér i ca de Amér i ca Lat ina”. Página 3
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Ac ti v a r e l z ur do l ó b ul o
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ar a la ciencia, uno de los gr andes enigm as s in r es ol ver es cómo funci ona el cer ebro humano en t odo s u pot encial . Si bien s e t iene en cl ar o de qué maner a r epercut en algunos i ncent i vos, los r esul t ados van var iando de es tudi o en es tudi o y de univer s idad en uni vers i dad. Las per s onas bi l ingües han s i do obj eto de i nves t igaci ón de var iados gr upos cient íf i cos. Con cer t eza se pueden conocer algunos detal les : en una per s ona que apr ende dos i diom as es im port ante l a edad en que s e adqui er e es e conoci m ient o, l a capaci dad de habla de es e l enguaj e y su cont rol cognit i vo. La época es i m port ant e porque se cree que l a capacidad de apr ender palabr as y com unicar se con f lui dez ti ene es tr i cta r elación con el hecho de que s uceda a tem prana edad. La f acult ad de habl ar un lenguaj e t i ene que ver, otr a vez, con la f aci l idad en la comuni caci ón. Y el cont rol cogni ti vo se ref ier e a poder el egir cons tant ement e qué i diom a ut i li zar par a poder expr es ar l o que s e quier e en l a l engua adecuada s egún nues tr o int erl ocut or. Aunque t odavía no s e es tá del t odo de acuer do con al gunos as pect os , es i nter esant e l a for ma en la cual es es te cont rol cognit i vo el que hace que l as per sonas bi l ingües t engan m ayor capaci dad de concentr ación. Por es ta r azón al gunos argum entan que es ta s upues ta cuali dad nada t i ene que ver con que la segunda l engua s ea m ater na. Para l a ci enci a el benefi cio de adquir i r una s egunda o ter cera l engua es tá l igado a l a capaci dad de comuni cación (que no dej a de es tar dir ectam ente r elacionada a una car acter í st ica innat a del parl ant e) y a el ejer cici o cer ebr al que podr í a pr eveni r enf erm edades como el al zheimer (m ás al lá de no exi s ti r pr uebas cont undentes de ell o) . Aunque el hecho de pens ar en t ener un cerebr o ej erci tado pueda r es ult ar atr acti vo – si es que es o exi s te –, en m i opini ón, l o i nter es ante
FOTO: Escultura . Ruth
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de aprender un nuevo idi om a t i ene que ver con apr ender acerca de l a s ubj eti vi dad de l a r eal i dad. Beat ri z Col omi na, una his t or iador a de la ar quit ect ur a, dict a que la f orm a en que s e nom br a un es paci o de alguna m anera l o confor ma, dando l ugar a toda una r esi gni fi caci ón del lenguaj e com o conf orm ador de par adigm as . P ar a dar un ejem pl o, de est a conexión s e ext raen t odas l as nuevas t endenci as de nom br ar l as cos as de maner a genér ica par a la i nclus i ón: el f am os o amado y odi ado “todes ”. Rel acionado con el apr endi zaj e de otr a l engua, es i nter es ante cómo el es cal ón s uperi or en es te conocim i ent o s e da cuando uno dej a de t raduci r cons t antement e y s e anim a a “pens ar en” ese ot r o idi oma. E st a f orm a de ver el lenguaje nos per mi t e abr i r nues t ra m ente a nuevos par adi gmas que pueden o no coinci di r con nues t ra f or ma de ver las cos as . E l i di oma j aponés , por ejem plo, pos ee una gran cl as if i caci ón de los l lam ados “cont ador es ” en donde exi s ten di s t int as pal abras par a cont ar desde per s onas , obj et os r edondos y pl ayos , r edondos y huecos , ani males s in plum as y ani mal es con plum as y en donde dentr o de es ta cl as if icaci ón para l a cosm ovis i ón ni pona los conejos ent rar í an en és t os últ i mos . Es s or prendente l a maner a en que el i magi nari o occident al r egular i ntent a encont r ar el err or en es te t ipo de cues t iones y no admi r ar y ent ender que l a cos m ovis i ón del m undo puede var i ar de un l ugar a ot r o. ¿Acaso no es di s ti nt o el ci elo en ot ro hem is f eri o o l a luna al lado del mont e Fuj i no se ve azul ? A ntes de cr eer que un nuevo l enguaj e s ólo nos ayuda a comuni carnos como si f uera un m ero obj eto de cam bi o con un f in, me par ece i nter es ant e encontr ar en los nuevos idi omas el entendi mi ento de que l a nutr i ción per s onal es t á en abri r nues t r a mente a nuevas f orm as de pens ar y de ver las cos as .
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Re la t o Li v re Ni na, Al f onsi na, Viol et a, Si mone, M e vuel vo a mi r ar al es pejo, M e cant o, m e acar ici o y me pei no y cor ro m i pel o par a un lado y par a el ot r o, me m ir o el cuel l o y me exci ta l o que veo. Pi enso, es t a vez sí voy a poner me es a poll era, por qué no? M e encant arí a met erm e en la cabeza de es as per sonas que me ven y s e pr eguntan qué pi enso, qué hago, dónde voy. Por mom entos pi enso que vi ven a t ravés de mí , que di sf r utan i magi nars e en m is zapatos , en m i pol ler a cort a, f res ca, li br e. M i pol l er a cor ta, com o la vi da que tr ans it amos . Fr es ca, com o ll uvi a de ver ano. Li bre, com o deberí a s er. M e mi ro al es pejo, s al go de mi s pens am ient os par a vol ver a mi piel , ¡ qué pres entes s on l os mom ent os con una mi s ma! Bi l li e y s u voz de bourbon m e cant an y acompañan mi m ano que vuel ve a cam biar mi pelo de l ugar.De un l ado me da el s ol , del otr o no. J us to com o l a vi da mi s ma: de un l ado, luz; del otr o, l o que se puede. Pi enso, hoy sí m e voy a poner es a poll er a… ¡ porque s í ! Porque s i una poll er a m e vuelve una put a, voy a ser una put a, ¡per o una puta di vi na!
FOTO: Escultura Ruth
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Cu l tur a L iv re Com o muchos de nos otr os , Rut h vi no im antada a El Chal tén por s us m ontañas , s i n s aber con segur idad qué le es per aba. Si empr e l e int er es ó el ar te por l o que cuando ter mi nó el s ecundar i o comenzó a es tudi ar en un t erci ari o de Bell as Ar tes . Ent us ias t a de apr ender y de for mar s e, t omó di st int os tal l er es donde pudo est udi ar di vers as t écni cas . En uno de el l os conoci ó a quien s er ía s u compañer a de t rabaj o en es cul t uras públi cas dur ante s ei s años , N atal ia Abot , qui en l a acompañó en su cr eci m ient o ar t ís t ico des de es e moment o. As í Rut h comenzó el cam ino com o ar ti s ta que vi ve de s u pasi ón, si gui ó t omando cur s os y tal ler es par a for mar s e aún m ás , l o que l e perm it e adapt ars e a l os requer im i ent os y gust os . Nos cuenta de s us exper i enci as en cer ámi ca, mur ali s mo, s ol dadura ar t ís t ica, yes o y m ader a. Sedi ent a de conoci m ient os, apr ovecha cual quier opor tuni dad par a apr ender y adqui r ir exper i encias . Al ll egar a El Chal t én, G uido l a cont act ó par a que tr abajar a con él , lo que le per mi te pr acti car y apr ender de qui en hace años tr abaja l os met ales . En Buenos A ir es t i ene s u pr opi o t all er donde juega con todas l as t écni cas y m ater ial es que l e gust an, alt er na pint ur a, dibuj o y es cult ur as con car pint er í a y her rer í a. “M e encanta el ól eo en pi ntur a, per o l e t engo m ás l a m ano al acr íl ico y me encanta el hi er r o… voy pinchando un poco de t odo. En m i cas a hi ce muebles en m ader a y l e t al l é las pati t as con det al l es ; cos as que me gus t an a mí ”. Ent re ri s as de hum il dad m e cuenta cómo busca el equi li br io entr e vivi r del ar t e y amar el art e, hace l o que a el la le gus t a y lo que cree que pueda l l egar a vender. Su m ir ada dul ce, cas i i nocent e, em papa de t ernur a l as anécdotas y s us obras . En el pueblo pens aba t rabaj ar de l o que f uer a par a di sf r utar del l ugar, s in pens ar que podr ía i nter es arnos su ar te. As í y t odo, las mont añas l a abr umar on l o
sufi cient e com o par a i ns pir ar nuevas macet as , di buj os y pi ntur as que van ll enando y decor ando la cas a. “Ahor a es M I t ema, es t oy enceguecida con el Sol o. Fui a hacer l e un pegue a l a Poi ncenot y cuando es taba en Pas o S uper i or y la ví, m e al uci nó. Me encant ó es tar ahí y poder dibuj arl o m e per mi te im plant arl o”. Hoy es t á s igui endo la car rer a de guía de m ontaña l o que la al eja un poco del m undo del art e, per o s iem pre encuent ra el huequi to par a cr ear algo, convenci da de que vuelve la pr óxi ma t empor ada a E l C halt én. I nsi s ti r emos par a que tr aiga s u pr oducción par a com par t ir l a con nos otr os .
Staff D irecc ió n d e red a cc ió n : R o mi na Lo j o R eda c ci ó n: Cec il ia Fa c a l - Ro m i na S a n ch ez C ol a b o ra ci ó n: A nt o n el la M a r a ng e ll i li v r ed i to r i al @ g m ai l.c o m
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