Local - Artístico - Independiente Marzo 2019 - El Chaltén Santa Cruz - Número 39 EDITORIAL
L
a lealtad no es solo peronista. El cumplimiento de las normas de fidelidad, honor y gratitud pueden darse hacia una persona o grupo. Y aunque muchas veces se la relaciona con una sumisión casi irracional hacia un ideal, en general demuestra lo que en el barrio se llama: tener códigos. En mi opinión pareciera que cuando dejamos de lado los buenos modales del pasado hemos abandonado el contemplar al otro. No voy a negar que mucha de la galantería de antaño escondía los actos más atroces del mundo. Pero hoy los hechos no cambian, solo lo hacen las formas. En nombre de la búsqueda personal o de alinear mi kundalini puedo, con el perdón de la palabra, cagarme en el otro. En mi propia experiencia, cuando una persona te adorna con elogios e intenta todo el tiempo demostrar su bondad nos encontramos con una cuchillada por la espalda que lo único que hace es doler y encima culparnos: ¿cómo no fui capaz de verlo? Por eso, en este equinoccio de otoño quiero dar un mensaje. Si uno se cruza con gente amable pero que a veces parece tonta y hasta torpe en las maneras; o con una persona con buenas intenciones, pero a quien no le es posible el autocontrol; o una persona que le quiere hacer bien a todos y que cree que mantener su aura es lo más importante: CORRÉ. Si el valor está en tener códigos, creo que los buenos amigos son los que te dicen lo que piensan, son quienes anteponen el valor de la amistad antes de satisfacer cualquier necesidad, son con quienes seguramente alguna vez te peleaste. Basta de un concepto del amor basado en lo superficial. El amor de verdad es el que se banca que llores en su hombro y no te busca solo para divertirte. Es el que te hace encontrar la risa aún en el momento más oscuro. El que te da una mano y es quien tiene la capacidad de dejar de lado su propio bienestar para aunque sea escucharte si es necesario. A todos esos amigos que tengo desperdigados por el mundo, les doy las gracias y desde estas líneas todo mi amor.
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