Local - Artístico - Independiente Mayo 2019 - El Chaltén Santa Cruz - Número 41 EDITORIAL
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ower to the people? Algo que me dejo mi pasado religioso es el terror a la masificación. Cualquier tipo de ideología o revolución planteada por una mayoría me genera desconfianza. Y no porque no crea que los cambios son necesarios y posibles, sino porque detrás de cada grupo, en busca de la fortaleza de este, encuentro la anulación de las identidades de sus miembros. El modus operandi es la preponderancia del más fuerte. Quien grita más o toca con violencia el bombo, en general, decide por los demás. El grupo tiende a ser un medio de identificación, a la vez que separa la paja del trigo. Estás o no dentro del grupo si seguís ciertas normas. A veces, estas son impuestas y otras veces se llega a ellas por medio del consenso. Otra gran mentira que, en mi opinión, aceptamos. El consenso deja de lado la riqueza de lo que se quiere discutir, anula opiniones disidentes; entendiendo que la conformación de cierta ideología de un grupo no es el tamiz de todas las ideas hasta llegar a una; sino que es la sumatoria de ellas. Los paradigmas deberían estar llenos de contradicciones, revisiones y aportes, como a su vez los grupos en pos de una verdad o un cambio deberían aceptar a quienes se sienten identificados, cumplan o no con lo que piensa la mayoría. ¿No es esta la razón por la cual existen cada vez más religiones, más partidos políticos, más grupos en busca de la revolución? Porque cualquier disidencia lleva al quiebre, no se permite. Aun compartiendo la mayoría de sus estipulaciones, cualquier diferencia automáticamente descarta a uno o el otro. Creo que debemos empezar a aceptar nuestra propia heterogeneidad así como la del otro y ni gritar, ni dejarse amedrentar. Power to the people, pero para todos, buscando el punto en común en nuestras diferencias. Porque como dice Molotov: quien se enoja pierde; la verdad, a veces, duele. Página 1
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Ca r g a pú bl i ca
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es de t odos los t i em pos se han es cuchado hi st or ias r es pect o a catás tr of es tant o natur ales como l levadas a cabo por el hom br e. Hi s t ori as de guer ra con s us enemi gos y s us héroes , que i nt ent ar on s iem pre fom entar l a per t enenci a a un gr upo o naci ón (el l lam ado naci onal is mo) o adoctr i nar a los pueblos s obre las maner as l oables de accionar f r ent e a un confl i ct o de es t e t ipo ( el concept o del hér oe) . La i ndus tr i a hol l ywoodens e es un clar o ejempl o. Cuando era una ni ña cas i t oda la cinem atogr afí a se bas aba en conf l ict os bél icos en donde quedaba bi en en cl aro qui énes er an los enemi gos : los rus os , l os nazi s, los colom bianos , l os narcos , los ár abes. Des de hace unos años es e enemi go f ue m ut ando y, aunque s igue habiendo pelí cul as de es t e ti po, en m uchas l os hér oes pel ean ahor a cont r a l a nat ur aleza. Pero el m odelo de contr apar te si gue si endo el mi s mo: es una amenaza contr a l a cual no podemos hacer nada has ta que apar ece un pers onaj e ( occi dental y caucás ico) que de al guna m anera puede vencer la junt o a ot ros m er ecedores de tal gr aci a. Recuerdo coment ar con mi f am il i a cómo m uchas de es t as pel ícul as parecí an exagerar l a r eal idad has t a que uno de l os pr im eros t s unami s f ue noti cia m undial . Los r elat os eran at err adores y, aunque al menos
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par a mí , seguí a s i endo al go l ejano, des per tó mi empat ía. Una not a de un s obr evi vi ente que había s ali do en el New Yor k Ti mes l legó a mi s manos . Un hom bre mayor que vi vía en un puebl o con s u muj er, r el at aba como en un s egundo s u vida habí a cambi ado. Es t aban con s u es pos a por al mor zar y él s ubió al dor mi t ori o a bus car una cos a. Si n dar se cuent a, de r epent e, s e encontr ó f l otando en una par te de su cas a. E l agua habí a ar ras ado con t odo l o que tení a, incl uido s u gran amor. Tar dar on dí as en encontr arl o y aunque agradecía haber s obr evi vi do, no est aba tan s egur o de encont r ar, al menos en pr inci pio, cons uel o en es t a nueva vi da. Vivi endo en un l ugar como El Chalt én no podemos es capar de l a natur aleza. El l a nos abr uma con s us grandes pai s ajes , con el s ol que quema nues tr a pi el o con l os fuer t es vi entos que vuel an nuest ros cabel los (y a veces has ta nuest r os t echos ) . Nues tr o país cuent a des de el año 2016 con l a ley N° 27287 que crea un s i s tem a nacional par a la ges ti ón i ntegr al del r i esgo y la prot ecci ón ci vil , el cual ti ene com o f inal idad la prot ección int egr al de las per sonas , como l o es ti pula s u art í culo 3° , y t i ene a su dis pos i ci ón r ecurs os del Es t ado par a t ant o reconocer las am enazas , es t udiar l as e i nvest igar más y m ej or es m aner as de pr eveni r las , así
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como par a r eali zar un m anej o de cr i si s adecuado f rent e a un event o de es te t i po. A s u vez y des de el año 2010 l a pr ovi nci a cuenta con s u pr opia l ey de cr eaci ón de un s is t ema de prot ecci ón civi l , la N° 3127, en l a cual el es t ado provi ncial s e organiza, ar ti culando todos l os medi os par a pr evenir y ger enci ar ef i cient ement e l a at enci ón de emergencias o desas t res natur ales o ant r ópicos . El ar tí culo 18 de es ta m is m a ley es tabl ece que l os muni ci pios t endr án dentr o de s u j uri s dicci ón r es pons abi l idad de organi zar l a Pr ot ecci ón Civi l a ni vel l ocal . En apoyo a es ta res pons abil i dad y a l a ini ciat iva de vecinos y ent idades guber nament ales nace en nues t r a l ocal i dad el C OE: C entr o Operat i vo de Em ergenci a. El pas ado 25 de abri l cont amos con una capaci taci ón bri ndada desde N aci ón par a poder ent ender l a ter mi nol ogía que s e apl i ca y a s u vez par a t rabaj ar con s i mul acr os de emergencias natur al es est ableci endo pr otocol os y act ores . Es ta capaci t aci ón fue br indada en Par ques N aci onal es y par ti cipar on: per s onal muni cipal , fuer zas pr ovincial es y naci onal es y per s onal de APN . Ent re todos pudi mos ver cóm o, fr ente a un des as t r e natur al en El C halt én, l as j ur is di cci ones y r angos im por tan per o no t ant o como el cuidado de l a vida de l a comuni dad. Poner est e t ema en l a agenda es m uy i m-
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por tant e y sobr e todo que t odos los que habit amos es te pueblo ent endam os que t enemos que em pezar a conci ent izar nos. H ast a ahora, f r ente a algunos des ast r es ant rópi cos (com o las vol adur as de los t echos a caus a de vi cios de cons tr ucción) hemos di cho: t enem os suer t e. Pero no podemos es perar t ener es a conci enci a una vez que al go gr ave s uceda. Es un tr abajo en conj unt o, desde la pr evenci ón has ta l a as i st encia. De t oda l a char l a, el tér mi no más pol émi co y el que a mí m ás m e gust ó f ue el de “carga públ ica” fr ente a una em ergenci a de es ta índol e. Según el dicci onar i o j ur ídi co s e tr ata de una Pr es tación r eal o per s onal , ir r enunci abl e y grat uit a en benef ici o del Es t ado. Fr ente a lo cual podemos ent ender que, en el mom ent o de as i s ti r o no a algui en en es as ci rcuns t anci as , l a ley nos r ecuerda que vivi mos en com unidad y que no podemos escapar de es o, por m ucho o poco que nos agrade. Qui er o pens ar que es a “obl igaci ón” no s ea neces ari a y que fr ente a cual quier cat ást r ofe tant o el Es t ado com o l os ci udadanos que l o conf orm amos , podamos r es ponder por nos otr os y por l os demás .
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Mó d u lo i n di v i du a l
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a ar quit ectur a l l amada m oder na ocur r e en occident e a f i nal es del s i glo XI X y pr i ncipi os del XX de la mano de Walt er Gr opi us, Mi es van der Rohe y Le Cor busi er, ent r e ot ros . M ás all á de la i ncor por ación de var ios concept os r ef er idos al est il o ar qui tect ónico, una de las innovaci ones más humani s tas , r elaci ona al dis eño con el hom bre de maner a dir ecta. Le Cor bus ier, apoyado en el modelo de Vit r uvio, i ntr oduce al l l am ado m odulor. Es t e cons is t e en un m odelo de hom bre gr áf i co a r aíz del cual s e es t andari zan l as medidas de los es paci os , así como s u r el ación con el m obi li ari o. Cabe des t acar que es tas m edidas s e as emejan al mi s mo Le C orbus i er. De pens ar en un s er humano es t ándar, deviene el pens ar en una vi vienda de es te t i po, una que s ir va par a todos l os l ugar es y l as per sonas , s in i mpor tar l a topogr afí a del lugar ni el pai s aje. D ebem os , ent onces , am ol dar nues tr o habi t ar a es t e model o pr es entado como una ver dad univer s al. Sum ado a es to, y en concor danci a con el cr ecim ient o ya vi sl um brado en es a época de las ci udades , comi enza el di ál ogo de la vi vienda mí ni ma. El es paci o jus t o a m edida de las neces i dades bás i cas , una vida s ocial en l o públ ico y la reducción de l o pr ivado. En nues tr o país podemos ver i nfi ni dad de ej em plos de es ta maner a de ver l a vivi enda a par t ir del golpe cí vico mi l it ar : const r ucci ones enor mes que ent endí an al habit ant e com o un núm er o que devi ni eron en cent ros de vi olenci a conoci dos ( por ej empl o, Fuer te Apache) . Por es o no cabe duda de que cuando habl am os de vi vienda s oci al s e nos vi ene es t a i magen a l a cabeza. Per o creo que com o habit antes nos debem os est e debate. ¿Podemos pens ar en una
vivi enda s oci al no vi nculada a la es cas ez de cal idad de vida? Def ini t ivam ent e es posi bl e encont rar var ios ejem plos de el lo, aunque en gener al no logr an es capar del pr otot i po de vi vienda y de homogenizaci ón. ¿Somos capaces , ent onces , anim arnos a di s eñar una vivi enda s ocial en donde el adj udicatar io se vea r epres entado en el la j unt o con el entor no y l a s oci edad que compar te? M e ani mo a decir que s í , que en C hal t én es posi bl e. Fr ent e a l os des afí os de plani fi cación de l a ci udad con los que últ im ament e nos encont r amos , la ventaj a que s alt a a la vi st a es la f aci l idad de abarcar un puebl o de es tas di mens i ones . D e la m i sm a maner a creo pos ibl e el hecho de pens ar una vi vienda colect iva par a l os habi t ant es de El Chalt én. Los tr abajos de “mej or am i ent o de vi vi endas ” que s e hi ci er on en as ent ami ent os durant e el gobi er no de Nés tor Ki r chner en el gr an Buenos Ai res , s on un ej empl o de es t o. Tr atam ient o del cl i ent e uno a uno, dejando af uera un m odelo de per sona, par a acept ar l os a t odos . La urbani zaci ón que r odeaba es tas vi viendas er a pl ant eada de m aner a gener al , per o s iem pre t eni endo en cuent a la vi da de ese pequeño as entami ent o, es capando del model o de ciudadano s ali do de al gunos t extos . Al go que s urgi ó en los t al l eres de Pl ani f icaci ón i mpul s ados por el CFI como par te de nues tr a i dent i dad f ue l o het er ogéneo. ¿Por qué no acept ar lo y sacar provecho de es to? ¿A cas o no est á en l a di f er encia la r i queza? Si al go nos dejó de ens eñanza la arqui tect ura moder na y s u modul or es que no s i empr e s e aj us ta a t odos . A unque muchos s e am oldan a un t i po de vi vienda es tándar y a un m odel o de ci udad común a var i os ot r os model os, cr eo que podemos pens ar en crear nues tr o propi o m odulor. P odemos pensar una ar qui tect ura a l a medi da del hombr e o l a m ujer, per o propi o de cada uno de el los y en r elaci ón con la nat ural eza que nos rodea.
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Re la t o Li v re Sof ocados baj o el mi sm o ciel o, veo en el t i em po t us dichos , t us lament os . Que r eit er at i va es t aba con lo de l a habit ación, que t an de memor i a conozco, que f áci l recr eaba l a peli . Lo ci ert o es que el punt o de part i da f uer on esas bander as de l argada de concr eto, y nos f uim os encont r ando en di f erent es lat it udes . Hoy es t amos s ofocados baj o el m is m o ci el o. Par a quer er nos nos quedó chi co el m undo. Hay ot r a cos a i gual de ci ert a, no s i em pr e que s e qui ere s e l e at i na al des ti natar i o, o m ás bi en al pl ano donde nuest r as al mas deci den encont rar s e. Se ve que es tam os hechos de es os ins t ant es , f ort ui tos s í , per o es por ádicos . Al go amargo m e deja t ener t antas cert ezas. Se r evel an l as cos as como s on, no s é s i f uer on los as tr os , l a cant i dad de m ates s ola, o l a mi s ma l is t a de mús ica t odos los dí as , l a cues t ión es que veo en el t i empo t us dichos , t us lam ent os . Ya no es s ufi ci ent e para m í, me j unt o est as const el aci ones en una val i ja y voy a l im piar con l os pas t os del cami no, t odo el pant ano que me dejas t e en el cuerpo*. *Obs . C on lo bi en que me s i enta l a suci edad.
Sir John Everett Millais, Ophelia
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Cu l tur a L iv re El mes pas ado nos encontr ó con s or pr es a y al egr ía l a expos ici ón de Es pát ula Ros ada, donde des cubr im os las pint ur as de M el i . Rápi dam ente ent endi mos de qué s e t r at aba: el buzo at as cado en la cabeza de un hom bre, l as escal eras , l as mar cas i ndef ecti bl es de nues t r o queri do Cor t ázar. M eli t omó s us nar raci ones com o f uent es de i nspi r aci ón par a pr oduci r l as obras para di cha mues tr a y alegr arnos con s us her mos os y s i mpát icos cuadr os . “Si em pr e dibuj é, l a pi ntur a s i em pr e fue com o una es capat or ia, es un r ef ugio”, nos conf i esa t ím i damente. Fiel a s us i nter es es, cuando term inó el s ecundar io decidi ó es tudi ar B el l as A rt es per o l a i l usi ón l e duró poco: “M e ll evaba pues t a contr a l a pared por que me obli gaban a di buj ar ant es de pi nt ar y a mí no m e gus taba, er a un embol e. Además , m e cuest ioné m il veces qui én era el pr ofes or par a poner le deter mi nada not a a un cuadr o m ío… los odiaba”. Es as decepciones l a l l evar on a cam biar de una carr er a a ot r a. Por ot r o l ado, hi zo un cur s o de acompañante ter apéuti co donde encontr ó una veta i nspi r adora. Indagando des cubri ó el ar te ter apia y s e di o cuent a de que es o er a l o que el la r ealment e querí a. “Habí a dos cam inos par a ll egar al ar te t er api a; uno er a la psi col ogía y el otr o Bel las A r tes , en es e m omento pens é que es t udiar ps icol ogí a m e i ba a abr ir más puer t as , per o nada que ver. M uy apas ionant e, per o no er a lo mí o”. Su curi os i dad y l a m oti vación l a l levar on a t rabajar como volunt ar ia en hos pi t al es ps i qui át r icos en B uenos Ai res , dando t al l eres de ar t e. La vi da en la ciudad no s iempr e es f ácil y l legó un t iem po cuando no encont r aba l os mom ent os par a
pi ntar. Term inó por venir s e a E l Chal t én donde conoci ó a Seba, su compañer o de avent uras . “M e gus tan todos l os mat eri al es , de t odo un poco, pr obé ól eos , acr í li cos , cerám ica, cuando conocí a Seba empecé a i ndagar en l as acuarel as , per o mi f uert e es l a pi nt ura y el acr íl i co”. Si empr e pint ó pero reci én est e año t odo conf luyó par a que expus ier a en nues t ro puebl o. La propues t a vi no de Paz, par a que pres ent ar a en Es pátul a R osada: “Ar mé una s eri e de cuadr os ins pi rados en cuentos de Cor tázar, m e gus ta mucho l eer y es te úl ti mo año es t uve m uy f an de él ; me i nspi r é en cos as que me des per t aban s us li br os y cuentos ”. Es t a es s ól o una f aceta de M el i , además de s u t rabajo com o recepcioni s ta, es t a t empor ada est uvo dando un t al ler de ar te t erapi a j unt o a Yanela. La contact aron des de Des ar rol l o Social con l a propues ta y, a pes ar de que era un gr an des af ío, no pudo res i s ti r se. Ll amó a Yane y junt as ar m ar on un her mos o t al ler que l e di o es paci o a m uchos jóvenes par a l iber ars e y expr esar s e desde el art e. M eli es un al ma s ens ibl e que neces i ta compar ti r es a s ens ibi l idad y es a for m a t i erna de ver el m undo. Ve en el ar t e el cami no par a subl im ar y tenemos la s uert e de pr es enci ar l o. “El ar te es como una li beraci ón y s ana un m ont ón”.
Staff D irecc ió n d e red a cc ió n : R o mi na Lo j o R eda c ci ó n: Cec il ia Fa c a l - Ro m i na S a n ch ez C ol a b o ra ci ó n: A nt o n el la M a r a ng e ll i li v r ed i to r i al @ g m ai l.c o m
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