JESÚS TERÁN
Editorial
Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Diciembre
2019
No. 81
Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván
Vladimir Putin firma rubrica el tratado de accesión de Crima y la ciudad de Sebastopol a la Federación Rusa, marzo de 2014. Fuente: http://en.kremlin.ru/events/president/news/60490/photos/58818
SOREN HÉCTOR DE VELASCO GALVÁN
Moscú, Federación Rusa. 18 de marzo de 2014. Desde el Salón San Jorge del Kremlin –lugar cargado de simbolismo debido a que sus muros están ornamentados con los nombres de los generales rusos que derrotaron a la Grande Armée de Napoleón Bonaparte-, el presidente Vladimir Putin rubricó el tratado de accesión de Crimea y la ciudad de Sebastopol a la patria ancestral: Rusia. Hace veinte años, en diciembre de 1999, Vladimir Putin fue designado presidente interino de la Federación Rusa. La situación en que heredó al país no era la más halagüeña: la crisis del rublo de 1998 había dejado al país en la ruinan financiera y Chechenia, convertida en un emirato gobernado por islamistas radicales, era una hemorragia en dinero y vidas. Entonces, Putin –al igual que el caballero de la película sueca, El séptimo sello- se enfrascó en unan partida de ajedrez global cuyo objetivo clave era y es la supervivencia de Rusia como entidad cultural, geográfica y política.
Por ello, el Suplemento Jesús Terán dedica su edición de diciembre de 2019 a analizar diversos aspectos de Rusia bajo la égida de Vladimir Putin: Lizeth Guadalupe González Rodríguez enfoca su colaboración en analizar la importancia del sector agrícola y su intersección con la Nueva Ruta de la Seda. Por su parte, Jonathan LeBlanc dedica su participación a examinar la amistad entre Vladimir Putin y el líder chino, Xi Jinping. Finalmente, Jean-Jacques Kourliandsky escribe sobre las oportunidades y oportunismos entre Rusia y América Latina. Por último, Aurora Terán y el escribano agradecen a nuestra casa editorial, La Jornada Aguascalientes, creer en el Suplemento Jesús Terán y permitirnos su publicación.
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RUSIA
en la punta del iceberg de la nueva ruta de la seda Vladimir Putin visita una Exhibición Agrícola, junio de 2007 Fuente: https://www.timeout.com/munich/things-to-do/public-transportation-in-munich
LIZETH GUADALUPE GONZÁLEZ RODRÍGUEZ
Estudiante de Ingeniería en Logística Internacional Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes
Después de largos años de debilidad en la que se encontraba Rusia debido a varios factores tanto políticos como económicos, el presidente Boris Yetsin en 1999 anuncia su renuncia y sube al cargo el abogado y espía Vladimir Putin como presidente interino de la Federación Rusa. Putin llegó al poder para iniciar un paulatino proceso de recuperación del Estado, poniendo orden y regresando la dignidad a una nación humillada por la Guerra Fría. Del mismo modo, generando un estatus a la nación Rusa para que siguiera figurando como potencia en el escenario internacional. Actualmente, el mandatario ruso apuesta por la Nueva Ruta de la Seda, que será ubicada en referencia al Heartland, según la teoría geopolítica propuesta por el geógrafo inglés Halford John Mackinder a principios del siglo XX, donde postula que, debido a la continuidad geográfica ente los continentes europeo, asiático y africano, la conectividad sería la más importante del planeta. Este megaproyecto de inversiones e infraestructura proporciona una nueva oportunidad para las 68 naciones involucradas entre ellas Rusia y así hacer frente a posibles guerras comerciales. La participación de la Federación Rusa en la Nueva Ruta de la Seda ha propiciado el aumento en la relación bilateral entre el presidente chino Xi Jinping y Vladimir Putin. Impulsando acuerdos de gran peso en materia de energía, defensa, aviación, agricultura, tecnología y comercio electrónico, alianzas que han resultado muy beneficiosas para ambos mandatarios. Durante la inauguración de la segunda edición del Foro de la Franja y la Ruta (“One belt, One road”), Putin expresó: “Consideramos que esta iniciativa tiene el objeto de unir a diferentes países en el continente euroasiático, lo cual
esta en consonancia con nuestra política de conectividad. En Eurasia todos quieren un desarrollo pacífico, con más intercambios y Rusia esta dispuesta a trabajar con otros socios de nuestra región para crear una comunidad económica con mercado único y libre circulación de capital y de personas”. Rusia cuenta con una gran riqueza natural y, aunque es una de las naciones con mayor extensión territorial, la superficie cultivable es relativamente pequeña debido a las desfavorables condiciones climatológicas de la federación. Aun así, cuenta con el 10 por ciento de las tierras agrícolas del mundo lo que le permite ser un gran productor de granos como: la cebada, trigo, avena entre otros. Asimismo, las teologías incorporadas a la agricultura han producido una mejora en el campo después de la caída el sector durante la crisis de1998. Paulatinamente, el sector agroindustrial se ha ido recuperando hasta convertirse en uno de los principales países exportadores de cereales. Para el año 2016, Rusia se convirtió en el primer exportador de trigo por primera vez antes de la Revolución Rusa, el ministro de agricultura de ese momento mencionó “El grano es nuestro segundo aceite, se espera que, en el 2024, el trigo siga siendo el principal producto de exportación con un volumen de 11,000 millones de dólares, así mismo se espera aumentar la cosecha bruta de los cereales un 28 por ciento”. Como complemento a la declaración expresada por el mandatario en la segunda edición del OBOR y claro ejemplo de la unión entre los países, en agosto del año 2018, Rusia ofreció a China 2.5 millones de acres (1 millón de hectáreas) de tierras cultivables a disposición de agricultores chinos, para satisfacer su creciente demanda de soya y por supuesto evitar una escasez masiva de este producto que provocaría estragos a la Federación, China, de esta forma vencería la guerra comercial con Estados Unidos. De acuerdo con South China Morning Post, varias empresas de inversión chinas han mostrado interés en solidificar un acuerdo con Moscú y están dispuestos a aceptar precios más altos de la soya a corto plazo, pero el plan a largo plazo es claro: la tierra cultivable en el lejano oriente de Rusia podrían ser la próxima fuente de soya de China, evitando así a los agricultores americanos.
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Vladimir Putin, el “mejor amigo de China” JONATHAN LEBLANC
Vladimir Putin saluda a Xi Jinping, abril de 2019 Fuente: http://en.kremlin.ru/events/president/trips/60403/photos/58669
Maestro en Geopolítica Instituto Francés de Geopolítica de París 8, Francia
La Federación Rusa es el país más grande del mundo, pero muchos olvidan que la mayor parte del territorio se ubica en Asia. La larga tradición histórica que vio los diferentes líderes rusos dirigir la mirada al Oeste explica aquella representación geopolítica. Es verdad para los zares de la dinastía de los Romanov que viajaron a múltiples ocasiones en las zonas occidentales de Europa y que copiaron el estilo de las cortes de París, Viena o Londres. Se confirma también con los dirigentes comunistas, especialmente con Lenin que vivió en Suiza. A pesar de la caída del comunismo en Rusia desde 1991, el “destino manifiesto” hacia el Oeste siguió como lo ilustran la invasión de Crimea, el caso georgiano y las interferencias políticas en Moldavia, Serbia o Bielorussia. Sin embargo, esta mirada al Oeste cambió con el aumento de poder de China en las últimas décadas, sumado con las fuertes sanciones económicas tomadas por la Unión Europea después de la invasión rusa en Ucrania y con el cambio estratégico por parte de los Estados Unidos, que desde la administración Obama se centró más en Asia. Todo lo anterior provocó un giro de perspectiva hacia el continente asiático por Moscú. La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), cada día más poderosa, ilustra esta idea. Anteriormente esta organización llamada “Grupo de Shanghái” (creado en 1996) reunía los gobiernos de la zona central de Asia. Fundado por el impulso de China y Rusia, este grupo también cuenta inicialmente con Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. No obstante, es después de la incorporación de Pakistán y de la India en 2017 y de varias naciones como observadores que el grupo empezó a tomar un papel geopolítico clave, poniéndose como un rival de largo plazo de la OTAN. La OCS representa casi el 16 por ciento del PIB mundial y el 43 por ciento de la población mundial. Las miradas de Putin al Oriente y, especialmente, hacia China, se confirman con la última visita del líder chino Xi Jinping en Rusia, en junio
2019. Este encuentro entre Putin y Xi Jinping tomó lugar cuando los Estados Unidos acabaron de aumentar las tasas de aduana sobre las mercancías chinas. En plena guerra comercial, Xi Jinping se ha referido a Putin como el “mejor amigo de China”. Para Putin, la idea clave era desarrollar nuevas puertas de comercio después de las sanciones europeas y estadounidenses. Putin remarcó varias veces que los intercambios comerciales entre las dos naciones crecieron en 25 por ciento en 2018 y que rebasaron los mil millones de dólares por la primera vez en la historia. Putin sabe que su relación con China es una relación clave para evitar la crisis económica que podría aparecer en Rusia. Es por esto que aceptó ayudar a Beijing exportando millones de toneladas de soya (mercancía en escasez en China a causa de la guerra comercial con Washington) y recibiendo con los brazos abiertos la red de 5G de Huawei que ha sido criticada por varios países occidentales. Sin embargo, no podemos ver aquellas relaciones como iguales. Las posiciones de fuerzas cambiaron en los últimos años, y China hará todo lo posible para evitar una dependencia fuerte de la economía rusa. Beijing continúa exportando 10 veces más en Estados Unidos, ya que tienen un poder adquisitivo mucho más importante que los rusos. Paralelamente, la base de la política china con los países occidentales siempre ha sido de adquirir nuevas tecnologías para mejorarlas, lo que las innovaciones rusas no son capaces de proponer a Xi Jinping. Al final, la «amistad» entre China y Rusia desde el punto de vista chino podría también servir para amenazar a los Estados Unidos. Si las relaciones entre Washington y Beijing siguen cada vez más tensas, Xi Jinping podría ejercer el chantaje de fortalecer aún más su alianza económica y geopolítica con Putin, y así crear un nuevo frente en contra de Donald Trump.
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Rusia y américa latina: Entre oportunismos y oportunidades JEAN-JACQUES KOURLIANDSKY
Doctor en Historia Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) Director Observatorio de América Latina, Fundación Jean Jaurès, París, Francia
Rusia ha vuelto a América Latina. Si se considera que Rusia es, de cierta forma, heredera de la difunta Unión Soviética. Pero a pesar de las advertencias de unos, de las nostalgias ideológicas y de los temores, reales o fingidos, de otros, este “regreso” no tiene nada que ver con la Guerra Fría de los últimos tiempos del siglo XX. Pero si más bien con las competencias y los pulsos comerciales de este principio del siglo XXI. Que pueden acompañarse de enfrentamientos muy concretos argumentados con recursos sacados del pasado. En este marco, Rusia efectivamente está apoyándose para asentar su presencia mundial, tener un papel central que considera obvio, en los paises en donde la Unión soviética tuvo una influencia fuerte, en América Latina, Argentina, Cuba, Nicaragua, Perú. Por distintas razones: agro-comerciales con la dictadura argentina; ligadas a ventas de armas en Perú, en Cuba y Nicaragua, como líder de un Bloque, el “Bloque del Este” dialécticamente enfrentado al “del Oeste”. Rusia entonces reactivó los acervos de tiempos superados, pero que dejaron raíces humanas y tecnológicas todavía vivas, para construir nuevas plataformas de presencia económica, comercial y de influencia. Los turistas rusos volvieron a Cuba. Perú es el taller continental de mantenimiento, y el escaparate de los helicópteros de fabricación rusa. Que ahora se venden en muchos paises del sub-continente latino-americano. Las relaciones con Argentina se reanudaron sobre las bases anteriores. Las de un país, Rusia que importa la carne y los otros insumos agrícolas que puede venderle Argentina. Muchos de los otros paises latino-americanos han considerado como una oportunidad esta presencia rusa. Como la de otras naciones, asiáticas en su mayoria, -China, Corea, Japón, Turquía-. Permite diversificar los socios comerciales, y así reducir las dependencias lesivas del pasado, con europeos en el siglo XIX y Estados Unidos en el XX. Rusia pudo de esta forma entrar en los mercados latino-americanos con los instrumentos de penetración que tiene: industria de armamentos, industrias petroleras, créditos bancarios, a cambio de materias primas agrícolas o mineras. Esta ampliación de contactos fue facilitada por los cambios surgidos en la sociedad internacional después de la Guerra Fría. Rusia, como muchos paises latino-americanos, es miembro del Grupo BRICS (Brasil-Rusia-India-ChinaÁfrica del Sur), del Fórum Asia-Pacifico (APEC), y coopera con la OPEP (paises productores de petróleo). Lo que permitió armar amistades fructíferas, basadas en intereses compartidos, con Brasil, Chile, Venezuela. Y más. Los presidentes rusos, Medvedev y Putin que participan a las reuniones rotativas y regulares de estos grupos, visitaron así América Latina en 2004, 2008, 2013,
Vladimir Putin y Hugo Chávez, noviembre de 2004 Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b9/Vladimir_Putin_with_Hugo_Chavez_26_November_2004-5.jpg
2014, 2016, 2019. Lo aprovecharon para visitar o tener contacto con los responsables de Bolivia, Colombia, Ecuador, México. Para hacerse entender mejor en las guerras de influencia, los rusos, crearon lo que tienen muchos otros paises jugadores mundiales, una red mediática en español, “RT, Rusia Today”, desde 2009. Volvieron a movilizar el Instituto de Estudios de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia en Moscú y crearon otro en San Petersburgo, el Centro de Estudios de América Latina de la Universidad Estatal de San Petersburgo para crear intercambios universitarios duraderos. Los unos y los otros a veces tomando nota de la ideologización de los nuevos conflictos económicos, se ayudaron mutualmente de manera cruzada. Rusia condena el embargo norteamericano contra Cuba, y defiende la vía del diálogo para arreglar la crisis venezolana, como México, Uruguay y los paises miembros del ALBA y del Caricom. Cuba, Nicaragua y Venezuela apoyan en la ONU la posición rusa relativa a los conflictos en el Este de Ucrania o de Georgia. Estos apoyos cruzados por lo tanto no cortan las relaciones de Rusia con los gobiernos latino-americanos que por distintas razones se alinean con Estados Unidos en estos distintos litigios internacionales. Putin y Bolsonaro participaron sin problema mayor a la última cumbre de los BRICS que acaba de tener lugar en Brasil. Simplemente se apartó del orden del día y de la declaración final lo que podía dividir, Argentina, Bolivia, Chile, Georgia, Ucrania, Venezuela, etc. La actuación de Rusia con América Latina, de América Latina con Rusia, revela la nueva dinámica del mundo. Un mundo diferente de los tiempos de la guerra fría, más pragmático y flexible, menos ideologizado. En donde cada uno privilegia sus intereses de los más concretos y materiales. Que permite interrogar la sinceridad de los argumentos satanizadores, usados a otras fines por algunos responsables, los de Estados Unidos y de la mayoria de los miembros del Grupo de Lima. Matizando acaso el comentario tratándose del Presidente brasileño, a pesar de su recién aggiornamiento que le conduce ahora a tratar de tu a tu a los presidentes chino y ruso. Rusia para concluir esta en América Latina de manera duradera. Para defender sus intereses y el sitio diplomático internacional central que pretende ocupar. “Rusia buscará consolidar los vínculos con los socios latinoamericanos en el marco de los foros internacionales (...) Y ampliar la cooperación con alianzas multilaterales (...) integracionistas de América Latina y el Caribe”, se dice en el “Concepto ruso de la política exterior de la Federación de Rusia” editado por el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.1 1.- Citado en la Revista Mexicana de Política Exterior, No. 115, enero-abril 2019 .