Christopher Cáceres Héctor Altamirano-Medina Clive Shrubsole
Narval Ansaldo
Soledad Hernández
María de la Luz Lobos
Autores
Cristián Berríos
Francisca Salas
Cristián Salinas
Constanza Cerda
Andrés San Martín
Carlos Candia Equipo aPLOMO Edifica
Mauricio Espinoza
Paula Aguirre
Alejandro Crispiani Tomás Errázuriz
Alexander Bustos Mauricio Cuevas
José Rosas Pedro Bannen Wren Strabucchi Germán Hidalgo
Claudia Torres Soledad Valdivia Maximiano Atria Kim Díaz
Luisa Frigolett
Pablo Fuentes
Emiliano Ruidiaz
Sofía Jesús Caro
Fernanda Muñoz
Isabel Serra
Editores
Juan Pablo Urrutia Cristina Núñez Sebastián Simonetti
Cristian Schmitt Alejandro Soffia Leonardo Agurto Pedro Orellana José Antonio Turégano Adelqui Fissore Concha Diez-Pastor Daniel Sanginés Juan Pablo Fernández
Carolina Aguilera
1
II
Arquitectura no es sรณlo obra
1
Esta publicación reúne los trabajos que fueron exhibidos en la sección Investigaciones de la Muestra Académica durante la XIX BIENAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO DE CHILE 2015 Arquitectura + Educación: el país que queremos
Christopher Cáceres Héctor Altamirano-Medina Clive Shrubsole
Narval Ansaldo
Soledad Hernández
María de la Luz Lobos
Autores
Cristián Berríos
Francisca Salas
Cristián Salinas
Constanza Cerda
Andrés San Martín
Carlos Candia Equipo aPLOMO Edifica
Mauricio Espinoza
Paula Aguirre
Alejandro Crispiani Tomás Errázuriz
Alexander Bustos Mauricio Cuevas
José Rosas Pedro Bannen Wren Strabucchi Germán Hidalgo
Claudia Torres Soledad Valdivia Maximiano Atria Kim Díaz
Luisa Frigolett
Pablo Fuentes
Emiliano Ruidiaz
Sofía Jesús Caro
Fernanda Muñoz
Isabel Serra
Editores
Juan Pablo Urrutia Cristina Núñez Sebastián Simonetti
Cristian Schmitt Alejandro Soffia Leonardo Agurto Pedro Orellana José Antonio Turégano Adelqui Fissore Concha Diez-Pastor Daniel Sanginés Juan Pablo Fernández
Carolina Aguilera
Urrutia, Juan Pablo; Núñez, Cristina; Simonetti; Sebastián ARQUITECTURA NO ES SÓLO OBRA. 27 investigaciones seleccionadas para la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo Juan Pablo Urrutia, Cristina Núñez, Sebastián Simonetti - 1ª ed. - Santiago de Chile: Local Editores, 2017. 280 p. 21,5 × 16,5 cm ISBN 978-956-9862-04-5 1. Arquitectura cdd 720
ARQUITECTURA NO ES SÓLO OBRA. 27 investigaciones seleccionadas para la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo © LOCAL Editores © Textos: Los autores © Imágenes: Los autores Textos e imágenes son responsabilidad de sus autores. Editores Juan Pablo Urrutia, Cristina Núñez, Sebastián Simonetti Producción editorial Sebastián Simonetti Dirección de arte y diseño gráfico Cristina Núñez Asistente diseño gráfico Julio Morales Corrector de textos Renato Bernasconi Impresión Andros Impresores Versión digital disponible en www.localeditores.cl/arqnoes Permitida la reproducción total o parcial de contenidos editoriales citando la fuente Santiago de Chile / octubre 2017 Esta publicación fue financiada por el Fondart Nacional 2017, Línea de Arquitectura, Modalidad Difusión, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Produce
Financia
Edita
CONTENIDOS
8
Diversidad disciplinar Juan Pablo Urrutia
10
In medio stat virtus. La investigación en arquitectura Umberto Bonomo
12
27 INVESTIGACIONES SELECCIONADAS
Material y Construcción
14
01 Robert Le Ricolais en Chile. Último taller docente, Estructuras Espaciales 1975: Metodología y conceptos Cristián Salinas
24
02 Tejado-Tejido: Una obra doble Carlos Candia y Equipo aPLOMO Edifica
32
03 Expandiendo las posibilidades para edificios de mediana altura en Chile por medio de la aplicación de sistemas de paneles de madera Cristian Schmitt
Sustentabilidad y Eficiencia
42
04 Hacia una arquitectura entomimética Alejandro Soffia
52
05
64
06 Recintos perimetrales de interés tipológico y su influencia sobre el comportamiento térmico de viviendas rurales de la Patagonia occidental Juan Pablo Fernández
76
07 Calidad del aire interior en espacios educativos y uso de estrategias de ventilación natural en ciudades contaminadas. Caso de estudio: Rancagua (Chile) Christopher Cáceres, Héctor Altamirano-Medina y Clive Shrubsole
86
08 Prototipo de ciudad sustentable en Chile Soledad Hernández
Prótesis bioclimáticas. Una estrategia low-tech para la vivienda social adaptativa chilena. Desarrollo de un sistema de componentes para la climatización bioclimática e integración de sistemas pasivos en el acondicionamiento y la rehabilitación energética de la arquitectura social Leonardo Agurto, Pedro Orellana, José Antonio Turégano, Adelqui Fissore, Concha Diez-Pastor y Daniel Sanginés
5
Espacio Público y Diseño Urbano
96
09 Emilio Duhart: Plan Director Universidad de Concepción. La medida humana del proyecto urbano Cristián Berríos
106
10 De-malling: una oportunidad para la integración del mall a la ciudad Constanza Cerda
116
11 Reproducción sociocultural en la apropiación temporal de los espacios públicos. El caso de las ferias libres en Santiago Centro Mauricio Espinoza
126
12 Espacio público ⁄ Espacio privado. Destrucción y reconfiguración de los límites cotidianos del habitar en la experiencia post-terremoto Alejandro Crispiani y Tomás Errázuriz
Ciudad y Planificación Urbana
134
13 Santiago 1939. La idea de “ciudad moderna” de Karl Brunner y el plano oficial de urbanización de Santiago en sus 50 años de vigencia José Rosas, Pedro Bannen, Wren Strabucchi y Germán Hidalgo
142
14 El dibujo de los datos: Técnicas urbanas y lenguajes gráficos en cuatro cartografías de Santiago: 1930, 1938, 1958 y 1978 Luisa Frigolett
152
15 Suelo urbano como bien de mercado. Causas explicativas y potencialidades de los sitios eriazos en el triángulo fundacional de Santiago de Chile Emiliano Ruidiaz
162
16 Desarrollo inmobiliario a lo largo de los corredores de transporte público. El caso de la Gran Avenida en Santiago Fernanda Muñoz
172
17 Investigación en diseño urbano. Restauración de la Red de Canales Subterráneos (RRCS) para la Red Hídrica de Santiago Narval Ansaldo
182
18 ¿Santiago clasista? Recordaciones urbanas de la violencia política de los largos años setenta (1970-1991) Carolina Aguilera
6
Paisaje y Territorio
192
19 Explotación de recursos naturales v/s paisaje protegido. El rol territorial de la arquitectura en el caso del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo María de la Luz Lobos
202
20 Contenciones topográficas para la reconversión del ex-sitio minero Lo Aguirre Francisca Salas
210
21
218
22 La geografía como paisaje marginal. Cerros isla en la cuenca metropolitana (1910–2010) Paula Aguirre
Energía, infraestructura y paisaje. Ocupación y reconversión paisajística de las infraestructuras urbanas de movilidad a partir de nuevos modelos energéticos en base a las energías renovables no convencionales. Caso: Autopista Américo Vespucio Andrés San Martín
Historia y Patrimonio
228
23 Valoración del patrimonio arquitectónico moderno en Chillán. El caso de la estación de ferrocarriles Alexander Bustos y Mauricio Cuevas
238
24 Arquitectura escolar pública. Registro y valoración del patrimonio moderno en Chile (1937–1960) Claudia Torres, Soledad Valdivia, Maximiano Atria y Kim Díaz
Política Pública y Sociedad
246
25 Ampliaciones informales. Pistas para la rehabilitación de bloques de vivienda básica Pablo Fuentes
256
26 Cambio socio-espacial en barrios históricos de ciudades intermedias: Ausencia de políticas públicas de rehabilitación y rol de las inmobiliarias. El caso de Talca y sus barrios norte Sofía Jesús Caro
268
27 La captura política de la expansión de Santiago. El caso del PRMS 100 Isabel Serra
278
Arquitectura no es sólo obra
7
Diversidad disciplinar
Juan Pablo Urrutia Director Muestra Académica XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo
En el contexto local, en el que se titulan alrededor de 1.500 nuevos arquitectos cada año —todos ellos formados para servir a una población de aproximadamente 17 millones de personas—, resulta interesante preguntarse cómo están ejerciendo la profesión los egresados, en el entendido de que contamos con una de las tasas de arquitectos por población más altas de todo el mundo. Bastante se ha discutido sobre la proliferación de escuelas de arquitectura, algunos incluso señalan que es necesario regular y limitar la cantidad de titulados por año, pero muy poco se ha dicho y discutido, de manera seria, sobre la ocupación en áreas y campos laborales desatendidos o emergentes, lugares en que los arquitectos deberían y podrían estar presentes para contribuir con su particular aproximación a los fenómenos del hábitat. Al interior de las propias escuelas de arquitectura se tiende a valorizar una deriva profesional por sobre todas las demás. El ejercicio tradicional y socialmente asociado a la profesión radica en diseñar espacios edificados, en proyectar obras de arquitectura. Ese enfoque es el que básicamente lidera los planes curriculares de casi todas las escuelas de arquitectura, donde los espacios curriculares dominantes son el taller, el laboratorio de proyectos y los espacios de diseño arquitectónico en general. Dicha visión se exacerba tanto que las aproximaciones formativas diferentes se ven desvalorizadas, invisibilizadas o incluso menospreciadas. Ello se ve reforzado por la forma predominante de titulación de los estudiantes, quienes concluyen su etapa formativa mediante un proyecto de título, es decir, a través del diseño de una obra. Si bien existen universidades que han explorado estrategias diferentes de titulación, el proyecto de una obra sigue siendo predominante. La estructura curricular desbalanceada de las carreras de arquitectura se ve acentuada por la atención y los reconocimientos que reciben los arquitectos que se desempeñan en el ámbito tradicional. Son pocos los referentes
8
Arquitectura no es sólo obra
profesionales asociados al urbanismo, la construcción, el patrimonio, la teoría, la gestión y el desarrollo tecnológico, entre otros ámbitos de competencia de los arquitectos. Normalmente se tiende a destacar, distinguir, publicar y estudiar a los profesionales con una trayectoria en el diseño de obras, situación que en combinación con las estructuras formativas debilita el desarrollo de los otros ámbitos comprendidos en esta profesión. Todo esto contrasta fuertemente con la realidad del campo laboral y la situación nacional. Los arquitectos son profesionales competentes habilitados para la planificación territorial, la gestión urbana, la construcción, la innovación tecnológica, el desarrollo inmobiliario, la administración pública de obras, la conservación del patrimonio construido, la discusión teórica disciplinar y el ejercicio académico propio de la arquitectura, sólo por mencionar algunos campos que pertenecen a la disciplina. No sólo se trata de ámbitos de desempeño profesional que son ocupados por arquitectos, sino también de las áreas en que la mayoría de ellos se desenvuelve. Y sin embargo, el medio disciplinar de alguna manera los sigue desconociendo. El sesgo formativo y profesional que sólo valora uno de los ámbitos en que despliegan sus capacidades los arquitectos es, sin duda, perjudicial respecto del amplio alcance de esta profesión, que implica mucho más que el diseño de una obra. Esta situación detona y motiva la publicación de estas investigaciones, que en su conjunto representan una muestra atractiva de las diferentes áreas y acciones propias de la arquitectura. Resulta paradójico que la diversidad de espacios profesionales pertinentes a los arquitectos se vea reflejada en esta ocasión a través de un ejercicio puramente académico como lo es la investigación. Sin embargo, ello demuestra, a la vez, que la arquitectura no es sólo obra construida, sino que también puede ser obra escrita, soporte y manifestación que permite reflexionar sobre la amplia diversidad de campos en que la arquitectura puede y debe tener una postura. Así, esta publicación resignifica el mensaje de las 27 investigaciones seleccionadas, organizándolas de acuerdo al ámbito de la arquitectura y el urbanismo en que se desarrollan. Estas áreas se definen como material y construcción, sustentabilidad y eficiencia, espacio público y diseño urbano, ciudad y planificación urbana, paisaje y territorio, historia y patrimonio y, finalmente, política pública y sociedad. Los siete ámbitos emergen de los trabajos de investigación presentados y su orden dentro del libro responde al amplio espectro de escalas de cada uno de los enfoques abordados por cada equipo de profesionales, comenzando por la aproximación a la arquitectura desde la materia y concluyendo con la consideración de la sociedad en su conjunto mediante el diseño de políticas públicas. Dicho esto y dada tal diversidad, no cabe duda que arquitectura no es sólo obra.
Diversidad disciplinar
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In medio stat virtus. La investigación en arquitectura
Umberto Bonomo Coordinador Sección Investigaciones XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo
En los últimos años se han multiplicado las polémicas y los debates sobre la relación entre la investigación y la arquitectura. Las posturas van desde las de aquellos que piensan que no es adecuado aplicar el método científico a una disciplina de carácter preferentemente humanista, porque de esta forma se priva a la arquitectura de su coeficiente inefable, encasillándola en un procedimiento de causa-efecto árido y, sin duda, incompleto al momento de explicar los complejos procesos creativos vinculados al proyecto. Y por otro lado están los planteamientos de aquellos que trabajan principalmente con los problemas de carácter técnico relacionados con la arquitectura, para los cuales la construcción de un método constituido por una pregunta, una hipótesis y unos determinados objetivos resulta sumamente útil para desarrollar respuestas a problemas complejos, producir nuevo conocimiento y comunicar dichos resultados a la comunidad científica y a la sociedad. In medio stat virtus, decían los antiguos romanos. Esta locución latina invita a buscar el punto de equilibrio. Pero lo que más importa no es definir un equilibrio estático, fijo, sino uno que genere una tensión constante entre las partes que caracterizan y definen nuestra disciplina. En arquitectura conviven en constante equilibrio y tensión archè (del griego ἀρχή) y tèchne (del griego τέχνη). Archè, la dimensión artística, vinculada a la belleza y lo inefable, convive con tèchne, la dimensión técnica vinculada a lo tangible y, por lo tanto, a lo medible y cuantificable. Las investigaciones que se presentan a continuación se juegan en ese plano y en esa tensión. Vistos y analizados cada uno de estos trabajos por separado, es posible que se genere un profundo y preocupante desequilibrio. Los estudios de carácter sociológico, histórico o antropológico se complementan con trabajos en torno a la tipología, el módulo o la forma, pasando por aquellos que se centran en
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Arquitectura no es sólo obra
el desarrollo tecnológico, el uso de nuevos materiales o el desarrollo de softwares al servicio de la arquitectura. Un desequilibrio que nos sugiere plantearnos la siguiente pregunta: ¿dónde está la arquitectura aquí? Sin embargo, si se analizan los estudios como un solo cuerpo, se puede vislumbrar la complejidad mencionada anteriormente. No queremos preocupar y confundir con el uso de la palabra “complejo” —muy en boga hoy en día con el revival de figuras como Manfredo Tafuri, que en los setenta hizo de los términos “crisis” y “complejidad” sus caballos de batalla— sino que queremos poner énfasis en la diversidad, la riqueza y la complementariedad de tópicos que atañen a la arquitectura. Por primera vez en la historia de las bienales de arquitectura de Chile, una versión incluye una sección de investigaciones al interior de la muestra. Esta iniciativa de la XIX bienal de 2015 tiene como objetivo principal exponer al público general y especializado la labor de muchos profesionales que se desarrollan en esta dimensión de la arquitectura y el urbanismo. A la convocatoria respondieron más de 150 investigadores con sus equipos de trabajo. La mayoría de las propuestas provino de Chile, con una importante presencia de estudios desarrollados en regiones o cuyo tema de investigación involucra zonas extremas del país. Por otro lado, se presentaron estudios de Europa y América Latina. En muchos casos, los lazos profesionales, las redes y las cooperaciones internacionales han dado origen a propuestas ambiciosas que demuestran la forma de trabajo en un mundo globalizado, en el cual las fronteras y los límites prácticamente no existen. En este espacio confluyeron investigaciones de pregrado, tesis de magister y de doctorado, y proyectos financiados por el Estado chileno a través de los concursos Conicyt, Fondecyt, Mecesup y Fondart, entre otros. Por último, confluyeron propuestas desarrolladas con el aporte de la Comunidad Europea u otras organizaciones internacionales. El equipo de evaluadores de esta sección estuvo compuesto por quien escribe, en colaboración con Pablo Altikes, Rodrigo Booth, Emanuel Giannotti, Christian Glavic, Nina Hormazábal, Jorge Insulza, Sandro Maino, Fernando Marín, Hugo Mondragón y Daniel Opazo, quienes seleccionamos las 28 investigaciones más relevantes, 27 de las cuales se podrán revisar en las próximas páginas.
In medio stat virtus. La investigación en arquitectura
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27 INVESTIGACIONES SELECCIONADAS
12
A continuación se presentan 27 investigaciones seleccionadas en la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile 2015. Estos trabajos se han agrupado de acuerdo a siete ámbitos: Material y Construcción
14 – 41
Sustentabilidad y Eficiencia
42 – 95
Espacio Público y Diseño Urbano
96 – 133
Ciudad y Planificación Urbana
134 – 191
Paisaje y Territorio
192 – 227
Historia y Patrimonio
228 – 245
Política Pública y Sociedad
246 – 277
13
01
Robert Le Ricolais en Chile. Último taller docente, estructuras espaciales, 1975: Metodología y conceptos
01 AUTOR
Cristián Salinas COAUTOR
Arturo Lyon (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile E-MAIL
cristiansalinasarq@gmail.com ÁMBITO
Material y Construcción
14
Arquitectura no es sólo obra
01
Resumen Esta investigación propone la reconstrucción descriptiva y la contextualización de la documentación del último taller docente que dirigió Le Ricolais, el que fue impartido a profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1975. Se analizan la metodología, el contenido de la enseñanza y los conceptos utilizados por el ingeniero bajo la siguiente hipótesis: por medio de la reconstrucción del Taller Le Ricolais en Chile podemos develar la importancia de su venida a nuestro país tras 40 años de investigación. La metodología y el plan de trabajo se basaron en la búsqueda de antecedentes y referentes que permitieran armar un panorama sobre sus años de investigación. Palabras Clave Robert Le Ricolais, estructuras espaciales, analogías, prototipos — El ingeniero francés Robert Le Ricolais (1894-1977) dedicó gran parte de su vida a la investigación sobre las configuraciones espaciales de peso cero y espacio infinito, desarrollando con gran éxito estructuras experimentales de mallas tridimensionales. Estas ideas lo llevaron a ser docente e investigador de la Universidad de Pennsylvania, en los Estados Unidos, entre 1954 y 1974. Su intuitiva observación de la naturaleza lo llevó a establecer analogías entre estructuras de origen biológico y estructuras elaboradas por el hombre. Le Ricolais fue invitado a realizar un taller sobre sus estructuras experimentales en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1975, invitación que se materializó ese mismo año. Este fue su último taller docente, con el cual culminó su carrera dedicada a la exploración y la experimentación. Este taller propuso la comprensión de los conceptos y modelos de tipologías de estructuras espaciales de Le Ricolais a través de la realización de prototipos experimentales manufacturados en acero por los mismos participantes. Lamentablemente, el registro realizado en aquel tiempo fue extraviado, por lo cual no hay antecedente alguno en el Centro de Información y Documentación Sergio Larraín García-Moreno. Además de esto, los registros de la investigación de Le Ricolais son escasos, incluso a nivel internacional. Por esta razón, se hizo relevante documentar la experiencia del taller en Santiago de Chile. Hoy, los contenidos abordados por el ingeniero son muy apreciados en el panorama de la arquitectura contemporánea como fuente de inspiración. En 1997, el Centro Pompidou de París realizó la muestra “El arte del ingeniero” con el fin de mostrar la estética tecnológica constructiva del acero1. En esta ocasión se utilizaron maquetas, planos y dibujos de un conjunto de ingenieros estructuralistas. Uno de los expuestos fue Robert Le Ricolais, quien vuelve, a través de esta exposición, a la discusión contemporánea. Por otro lado, los autores del libro Atlas de la nueva tectónica, publicado en 2006, exponían la importancia de Le Ricolais a través de la experimentación de sus estructuras espaciales y de la manipulación del acero como material, con lo cual es posible generar nuevas formas y conceptos (Reiser & Umemoto, 2006).
Material y Construcción
1 La exposición “L’art de l’ingenieur” se llevó a cabo en el Centro Pompidou de julio a septiembre de 1997.
15
01
Le Ricolais creía que dudar era el mejor método para producir conocimientos que podrían convertirse en una «idea inalterable e indestructible», de hecho repetía a menudo que «para descubrir la naturaleza de las cosas, el secreto está en la curiosidad» (como se citó en McCleary, 1997, pág. 39). Sus investigaciones estuvieron alineadas con la exploración a través de prototipos y diagramas análogos a la naturaleza biológica (Figura 1). Por medio del concepto de analogía que ocupan los arquitectos para crear y diseñar, Le Ricolais se aproxima a este mundo de la arquitectura, utilizando también en sus exploraciones un nuevo concepto, el de “peso cero y espacio infinito” (McCleary, 1997). Esta tesis propone la reconstrucción descriptiva y la contextualización de la documentación del último taller docente que dirigió Le Ricolais a profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile entre mayo y julio de 1975. Se analiza la metodología, el contenido de la enseñanza y los conceptos utilizados por el ingeniero bajo la siguiente hipótesis: por medio de la reconstrucción del Taller Le Ricolais en Chile podemos develar la importancia y la significación de su venida a nuestro país al final de 40 años de investigación. Figura 1 Croquis de un radiolario y un diagrama de Haeckel, 2014. Fuente: Elaboración propia.
La metodología y el plan de trabajo se basaron en la búsqueda de antecedentes referidos a Le Ricolais que nos permitieran armar un panorama sobre sus años de investigación. En paralelo, para emprender la reconstrucción del taller en Chile hubo que identificar y contactar a los participantes, realizar entrevistas, obtener notas y fotografías, cruzar la información para corregir datos confusos o diversos y, así, reconstruir de forma completa y ordenada este relevante episodio. Le Ricolais en el panorama arquitectónico internacional La interrelación entre las ingenierías y la arquitectura ha proporcionado, en diversas ocasiones, importantes logros a la historia de la construcción, los cuales, generalmente, han consistido en la consecución de récords de orden cuantitativo, es decir, la construcción más grande, el edificio más alto, el puente más largo, la cubierta de mayor superficie o de menor espesor, la torre más esbelta, etc. Sin embargo, en otras ocasiones se ha producido una mutua contaminación que ha provocado la adopción de una nueva estética que, en el caso de la arquitectura, ha llegado a modificar sustancialmente las características formales (McCleary, 1997). Para Colin Rowe (1999), la estructura ha sido el catalizador de la arquitectura, pero debe advertirse que la propia estructura también se ha convertido en arquitectura y que la arquitectura contemporánea es casi inconcebible sin ella. Corre la primera mitad del siglo XX y la ingeniería logra dar un paso más allá de lo cuantitativo en su aporte a la arquitectura, sobrepasando el ámbito formal
16
Arquitectura no es sólo obra
01
predominante en aquel período. Esto se origina gracias a los aportes experimentales de ingenieros como Eugène Freyssinet, Rafael Guastavino, Pier Luigi Nervi, Eduardo Torroja, Buckminster Fuller, Konrad Wachsmann, Ove Arup, Eladio Dieste y Robert Le Ricolais (Figura 2), quienes conforman el grupo más significativo de estructuralistas de la primera mitad del siglo XX (McCleary, 1997). A comienzos del siglo XX aparece un ingeniero hidráulico de origen francés llamado Robert Le Ricolais, quien en 1935 atrajo la atención en su país de origen tras publicar, en el boletín de la Sociedad de Ingenieros Civiles de Francia, el artículo titulado “Las placas compuestas y sus aplicaciones en construcciones metálicas ligeras”. En dicha publicación, Le Ricolais introdujo el concepto de “capas corrugadas de tensión” a la industria de la construcción, con piezas similares a las utilizadas en los fuselajes de los aviones. Producto de esta investigación se le concedió la Medalla de la Sociedad Francesa de Ingenieros Civiles (McCleary, 1997).
Figura 2 Robert Le Ricolais en el Laboratorio de Ingenería, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1975. Fuente: Fotografía de Andrés Roi.
Además de ser ingeniero, Le Ricolais tiene una gran formación humanística, complementada con una en artes plásticas. Desde muy temprano se ve interesado en la investigación, con la que continuará a lo largo de toda su vida. Su tema serán las configuraciones espaciales, usando en todas sus exploraciones el concepto “peso cero y espacio infinito” (McCleary, 1997), con el cual desarrolla, con suficiente éxito, las estructuras espaciales de mallas tridimensionales producidas en metal. Según Rowe (1999), ahora estamos completamente acostumbrados a considerar el esqueleto como un instrumento espacial de cierto poder, y esto es debido a que hace bastante tiempo se encontró una fórmula que permitiese la aparición, simultánea, tanto del reticulado estructural como de una complejidad espacial. Este, con toda seguridad, es el motivo más común de la arquitectura contemporánea. Conceptos estructurales de Le Ricolais utilizados en Chile Para acercarnos a los conceptos de Le Ricolais debemos despojarnos de nuestras opiniones sobre la forma meramente ligada a la estética. Su búsqueda desafió la noción de “forma y espacio” a través de la exploración en el campo de la biología y la matemática. Su aproximación a esta última configura un nuevo pensamiento que sobrepasa las normas usuales de la percepción, fortaleciendo lo subjetivo y eliminando lo circunstancial y lo accesorio (Juárez, 1996). A través de su método de descubrir las ideas de las cosas, en 1934 Le Ricolais comienza a investigar y publicar sus primeros trabajos sobe el revestimiento resistente, uno de los cuales se llamó “Las placas compuestas y sus aplicaciones en construcciones metálicas ligeras”, idea basada en la investigación de la estructura Molusco bivalvo (Pecten jacobeus), además de otros ensayos sobre sistemas reticulados en tres dimensiones. Estos estudios fueron premiados por instituciones francesas ligadas a la ingeniería y a la arquitectura (McCleary, 1997).
Material y Construcción
17
01
Figura 3 Croquis de un Radiolario (Etmosphaera conosiphonia). Fuente: Elaboración propia.
Según Peter McCleary, Le Ricolais llegó, luego de cuarenta años de investigación y publicaciones, a la idea de lo indestructible. Su aspiración fue descubrir la naturaleza de la cosas, lo que fue algo trascendental en sus estudios, llevándolo a la investigación de estructuras de “peso cero y luz infinita”. Y fue esta idea abstracta la que resultó lo suficientemente significativa para despertar su curiosidad. Le Ricolais consideraba que las formas naturales son mecánicamente más eficientes que las construidas por el hombre y, por esta razón, dirigió sus primeros estudios a los prodigios creados por la naturaleza. Estaba convencido que existía una tierra de nadie entre la resistencia de materiales y la biología, temática ajena a las formas tradicionales de investigación de la ingeniería convencional. Mientras los ingenieros estructuralistas utilizaban realmente la analogía, Le Ricolais tomó este recurso como proceso teórico de razonamiento que identificaba la correspondencia o similitud parcial a partir de la comparación de casos paralelos, como la analogía biológica que identifica el parecido morfogenético de la forma entre órganos esencialmente diferentes (McCleary, 1997). Los radiolarios En 1940 Le Ricolais comienza la exploración de los radiolarios, organismos marinos microscópicos que dejan un esqueleto mineral esférico de silíceo con espéculos radiales unidos a una membrana. Le Ricolais aprecia la separación de sus zonas estructurales, una membrana externa en tensión y un núcleo comprimido compuesto por tres redes hexagonales, espacialmente trianguladas, dirigidas en tres direcciones, y el poliedro resultante. Prueba su propuesta de estructura espacial o su losa armada doblándola y comparándola sobre varios ejes y modelos reticulares ortogonales con triangulaciones. Los conceptos de superficies mínimas, geodesia, partición igualitaria del espacio y el isotropismo2 se encuentran entre las ideas estructurales que aparecen en la investigación de los radiolarios (Figura 3).
2 Isotropismo significa poseer las mismas propiedades físicas en todas las direcciones.
Panales de abeja Según Mimram (1983), en la naturaleza hay un sinfín de variedades de estructuras que son para nosotros tecnologías distintas, como el panal de abejas, en el que podemos ver una estructura que proyecta formas planas perfectamente hexagonales. Los huesos Otro de los conceptos investigados por Le Ricolais es el que denominó “el arte de dónde colocar los huecos”. Si en lugar de trabajar con elementos sólidos pensamos en los huecos, llegamos al principio que él postulaba. La estructura espacial se compone de huecos, tal como la estructura de los huesos humanos. A través de esta analogía, él llega a una conclusión paradójica según la cual el arte de la estructura consiste en saber dónde colocar los huecos, esas cosas que no tienen peso pero tienen fuerza (McCleary, 1997).
18
Arquitectura no es sólo obra
01
Película de jabón Le Ricolais también experimentó con las películas de jabón. De hecho, tiene muchos prototipos que derivan de este estudio. Él decía que no hay mejor forma de aproximarse al difícil concepto de la forma que con los experimentos con solución de jabón, en los que la naturaleza despliega una fantástica colección de finas membranas, denominadas “superficies mínimas” o “superficies de la economía” (McCleary, 1997). Tallo vegetal Para Thompson (1989), la estructura cilíndrica o tubular es un elemento que resiste en todas direcciones (flexión). Una hoja de papel podría convertirse en un tubo rígido si la enrollamos. De igual forma, podemos encontrar esto en otros ejemplos, como el cañón de una pluma, una caña hueca o el delgado tallo que sujeta el peso de una espiga de trigo. Existen estructuras vegetales cilíndricas cuyo tallo está constituido por ordenadas fibras de tejido tensil, formando numerosos paquetes de fibras que configuran un anillo periférico, dejando algo de espacio para el tejido vivo y activo (Thompson, 1989). Taller en Chile «Siempre interesará reemplazar la materia por fuerzas, las que no pesan nada» Título de la exposición de cierre del Taller Le Ricolais.
Profesores invitados extranjeros
Robert Le Ricolais y Paul Steege
Profesores
Hilda Carmona, Sergio Miranda y Jean Jacques Copetta Equipos y sus respectivos trabajos
La metodología inicial del taller consistió en analizar los conceptos que utilizaba Le Ricolais en sus observaciones de la naturaleza (en observaciones de moluscos, radiolarios, panales de abeja, tallos vegetales, huesos y películas de jabón). Por medio de estos conceptos, los profesores enseñaban la correspondencia o similitud en formas geométricas, aproximándose a la topología, para luego construir cuerpos geométricos que se asemejaran a los conceptos. Le Ricolais proponía algo muy simple «lo que él enseñaba, era la experiencia de construir estos modelos» (F. Pérez Oyarzún, comunicación personal, 23 diciembre, 2013), es decir, que en el hacer radicaba la comprensión de los conceptos que él promovía.
Queen post Floor
Carlos Rioseco y Rolf Kusch
Umbrella Roof (hexagonal)
Sara Cruzat, Cuti Calderón, Raquel Vohaniak y Félix Kasztan
Umbrella Roof (cuadrado)
Gabriela Zabala, Soledad Gómez y María Inés Miranda
Delta Dome
Pedro Bannen y Jorge Squella
Delta Hyperbola
Sigrid Nielsen, Hernán Illanes y Víctor Kaiser
Monkey Saddle
Alfredo Cruz y Rodolfo Bambach
Diaphragm Boom
Francisco Barros, Jorge Barzelatto, Emilio Hodolo y Andrés Roi
Octen Tower-Cactus Tube
Mario Castillo y Roberto Natt
Diaphragm Tower
Horacio Bórquez y Guy de Mussy
Prototipos en relación a los conceptos de Le Ricolais Queen post La estructura Queen post proviene de identificar una similitud con un Molusco bivalvo (Pecten jacobeus), estructura que trabaja constantemente sometida a la tracción y la compresión. «Esta condición estructural se refleja en la forma de dichos elementos: los comprimidos son de gran sección, a veces tubulares, para
Material y Construcción
19
01
resistir el pandeo, y los traccionados suelen ser esbeltos y hechos de materiales de alta resistencia unitaria» (Baixas, 2010, pág. 74). Panales de abeja Las estructuras Umbrella Roof (hexagonal y cuadrado) provienen de identificar una similitud con una sección del panal de abejas. Ésta es una estructura que proyecta formas planas, las cuales son perfectamente hexagonales. La particularidad de estos prototipos es que se genera un reticulado, como una especie de tablero, constituido por hexágonos y cuadrados según el caso, en el que se incorpora otro elemento como un pilar, el cual resiste principalmente las compresiones. El tablero trabaja con el pilar a través de un viento, que se tracciona al soportar el tablero. Este tipo de prototipo trabaja de forma similar a un puente de vientos (Baixas, 2010). Los radiolarios La estructura Delta Dome proviene de identificar una similitud estructural con los radiolarios. Es como una membrana externa en tensión, lo cual es equivalente al concepto de superficie mínima (McCleary, 1997). Las cúpulas geodésicas, conocidas con el nombre de “estructuras en forma de casquete esférico”, resisten como verdaderas cáscaras. En ellas, la superficie no es una membrana rígida sino una red triangulada de barras (Baixas, 2010). Película de jabón Las estructuras Delta Hyperbola y Monkey Saddle provienen de identificar una similitud a través de los experimentos realizados con películas de jabón, donde aparecen membranas finas, denominadas “superficies mínimas” o “superficies de economía” (McCleary, 1997). Las membranas de burbujas de jabón son sostenidas en sus bordes por medio de hilos o alambres y trabajan tensiones similares a telas o mallas de cable (Baixas, 2010).
Figura 4 Modelo 3D Umbrella Roof (hexagonal). Fuente: Fotografía del autor.
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Arquitectura no es sólo obra
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Figura 5 Prototipo Monkey Saddle reconstruida a escala 1:25. Fuente: Fotografía del autor.
Los huesos Las estructuras Diaphragm Boom y Diaphragm Tower provienen de identificar una similitud con la ausencia de materia que tienen los huesos para ser más eficientes. Estos dos sistemas estructurales tejen cables para generar una red de tensión a partir de una superficie mínima, rotando cables funiculares alrededor de los diafragmas circulares de compresión y conectándolos a la red de tensión con un elemento de compresión axial. Tallo vegetal La estructura Octen Tower proviene de la similitud con un tallo vegetal, específicamente del tallo del cactus, que es una estructura cilíndrica. Constituido por fibras de tejido tensil, Le Ricolais asoció esta estructura al octaedro, configurando una estructura en un sistema vertical. Conclusión Entre los principales resultados de esta investigación se encuentra la recopilación de las experiencias de diferentes asistentes al taller y pares del ingeniero en los Estados Unidos, realizada a través de entrevistas, junto con la obtención de fotografías de la época e incluso la restauración de uno de los prototipos originales y la reconstrucción a escala de los prototipos creados en dicho taller. Para muchos de los participantes, el taller fue inspirador y de una gran relevancia. Sin embargo, en sus vidas profesionales no siguieron experimentando de la forma en que se les enseñó en el taller.
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Figura 6 Prototipo restaurado Diaphragm Boom, en su estado actual (2014). Fuente: Fotografía del autor.
Le Ricolais estaba muy adelantado para el período en que realizó el taller. Ver la naturaleza como fuente de inspiración en los años setenta parece haber sido una idea muy lejana aún. Lo más probable es que, si el taller se realizara hoy, habría un mayor interés de parte de alumnos y docentes en aprender esas metodologías, para después experimentarlas con distintos softwares o materiales, como por ejemplo la modelación tridimensional o el modelado a través de prototipado rápido. La exploración de Le Ricolais juega con la arquitectura y la ingeniería al punto de no poder distinguirlas, fusionándolas en esas nuevas imágenes abstractas como de nuevos mundos, como las propuestas de Archigram, por ejemplo. Nuevos mundos de exploración, del material y la forma, que pudiesen activar una génesis de nuevas estructuras. Según la información comunicada por Peter McCleary, después de hacer el taller en Chile Le Ricolais no volvió a su vida de docente en la Universidad de Pennsylvania. Luego de dos años, falleció. Ante esto, el taller en Chile queda como el que puso punto final a los años de experimentación de Le Ricolais, un punto cúlmine en su carrera. Tal vez, al final de su carrera, los prototipos que enseñó en Chile fueron la cristalización de un período de búsqueda y exploración sin descanso que se extendió por más de 40 años. Considerando la importancia de este hecho, habría que hacer extensión del material o simplemente rehacer el taller para que nuevas generaciones aprendan de esa búsqueda y de esa fuerza inspiradora que denota en él a un ingeniero inventor. Todo su proceso de investigación es impulsado por ese arrojo, por ir más allá, por cuestionarse todo para encontrar cosas nuevas, por siempre problematizar. Y en esa búsqueda nace algo nuevo. En palabras de Paul Steege ahí «comienza la innovación» (Comunicación personal, 1 de mayo, 2014).
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— Trabajos citados Baixas, J. I. (2010). Forma resistente (2° ed.). Santiago: ARQ. Juárez, A. (1996). El arte de construir con agujeros: Reflexiones en torno a Robert Le Ricolais. Circo(39), edición online, disponible en: www.arranz.net/web.arch-mag. com/3/circo/39.html McCleary, P. (1997). Robert Le Ricolais: Visiones y Paradojas / Visions and Paradox. Madrid: Fundación Cultural Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Mimram, M. (1983). Structures el Formes: Étude appliquée à l’oeuvre de Robert Le Ricolais. París: Bordas. Reiser, J., & Umemoto, N. (2006). Atlas of Novel Tectonics. Nueva York: Princeton Architectural Press. Rowe, C. (1999). Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos. Barcelona: Gustavo Gili. Thompson, D. A. (1989). Sobre el crecimiento y la forma. Madrid: H. Blume.
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Tejado-Tejido: Una obra doble
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Carlos Candia Equipo aPLOMO Edifica INSTITUCIÓN
aPLOMO Edifica E-MAIL
carloscandia@gmail.com ÁMBITO
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Resumen La investigación intenta aportar al debate disciplinar en relación al diseño, la construcción y la docencia en arquitectura. Tejado-Tejido es un proyecto que pretende cautelar la habitabilidad mediante la estabilización de fibras de madera, es decir, dar sombra, techo y resguardo mediante el uso de madera de baja sección. El objetivo es desarrollar un catálogo técnico que permita ampliar, y de paso renovar, las posibilidades constructivas que ofrece la madera. El reconocido ingeniero estructural Enzo Valladares colabora en el testeo de la resistencia de los prototipos y, especialmente, en la evolución de cada modelo, dejando el registro de estas progresiones. La arquitectura ha de poner en consonancia materiales y personas mediante procedimientos cuidadosos y atentos, para que la obra no sirva solamente a quien la encarga, sino que contribuya también a construir una mejor realidad para todos. Palabras Clave Equidad, estructuras, madera, sostenibilidad — La arquitectura Muchas definiciones se han elaborado en torno a la arquitectura. Nuestro accionar diario, y con ello esta investigación, asume que el irrenunciable mandato disciplinar implica cautelar la habitabilidad de los seres humanos en el planeta. Ese supuesto, al ser interrogado sobre el para quién y el dónde, es el que desencadena esta investigación. Intentamos dar respuestas ajustadas a necesidades concretas. Nos dedicamos a proyectar para personas, comunidades y fundaciones que viven en este rincón específico de nuestro planeta. El mundo La participación que tiene nuestra disciplina en el concierto global indica que sólo el 30 por ciento de la población mundial tiene acceso a protocolos formales de medicina, economía y derecho. En arquitectura la situación no es muy distinta. Reflexionar sobre este hecho nos sitúa entre dos campos: el de la irrelevancia segregadora (dedicar nuestro trabajo sólo a aquellos que pueden pagarlo) y el de las posibilidades inexploradas (hacernos preguntas nuevas y orientar las respuestas al 70 por ciento no atendido). Chile En ese marco global, nuestro país se caracteriza por ofrecer variaciones climáticas y paisajísticas que han contribuido a dar alcance internacional a la arquitectura chilena. Esta ventajosa diversidad asociada a nuestro territorio convive con otra condición que vincula esas parcialidades: la realidad sísmica de Chile. Vivimos en uno de los dos países con mayor actividad sísmica del planeta. La diferencia radica en que en el primer mundo económico y tecnológico, caracterizado por la realidad de Japón, se puede conseguir alta resistencia con altos presupuestos. En este sentido, Chile puede ofrecer una ventaja. La necesidad de responder a
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Figura 1 Visita a edificio diseñado por aPLOMO con estudiantes del curso impartido en la Universidad de Talca. Fuente: Fotografía de los autores.
Figura 2 Visita a Centro de Innovación Ambiental con estudiantes que hacen su práctica en aPLOMO. Fuente: Fotografía de los autores.
esfuerzos horizontales con bajos presupuestos, y más desde el diseño que desde el cálculo, abre un camino de investigación pertinente a nivel país. Por otra parte, si somos capaces de dar respuesta a este problema con recursos escasos, podríamos producir conocimiento exportable. Región del Maule En la relación triangular entre personas, materia y suelo existe un potencial aún no explorado que podría promover nuevas maneras de hacer. Las personas Bajos índices de desarrollo humano, altos niveles de cesantía y capital humano poco calificado son los indicadores que presenta la Región del Maule en comparación con la realidad nacional. Por otro lado, la vocación agrícola de esta zona potencia un mercado de trabajo informal, con importantes fluctuaciones
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en la oferta laboral en función de las estaciones del año. Buena parte de la mano de obra utilizada en labores de construcción corresponde a agricultores sin capacitación, es decir, se cuenta con mano de obra abundante pero poco calificada, sin motricidad fina. La materia La Región del Maule forma parte del núcleo maderero de Chile. Empresas de escala nacional y pequeños productores trabajan los bosques generando una oferta de madera destinada a satisfacer demandas del mercado nacional e internacional. Aserraderos diseminados por toda la costa maulina y barracas a lo largo de la carretera en el valle configuran el paisaje cotidiano de la región. El suelo Esta porción de Chile ha sido especialmente afectada por los sismos de las últimas décadas. Las construcciones de la Región del Maule sufrieron una gran destrucción con el terremoto de 1985 y sus ciudades fueron duramente golpeadas por el terremoto y el maremoto del 27 de febrero de 2010. Si bien la condición sísmica del país es común al territorio nacional, en esta zona la alta disponibilidad de madera y el buen comportamiento de sus fibras ante las solicitaciones sísmicas hacen especialmente interesante aprovechar el potencial técnico de este material. Llevamos mucho tiempo participando como consumidores en lugar de hacerlo como productores, comentando catálogos más que optimizando nuestras potencialidades. Los arquitectos podemos materializar en construcciones las disponibilidades del aquí y el ahora, entendiendo por “disponibilidad” la abundancia material de la madera, la exigencia geográfica que imponen los sismos y el déficit social que arrastra el capital humano poco calificado. Intentamos, desde la construcción de este trinomio técnico-geográfico-social, empoderar a las personas y a los productos naturales de este rincón específico del planeta, procurando levantar el peldaño que nos permita dar un siguiente paso hacia el desarrollo como sociedad. Como arquitectos podemos aportar mediante el diseño de proyectos sensatos y sensibles a la canalización de todas estas posibilidades, orientando su desarrollo hacia la construcción de una cadena profesional de calidad. Talca La localización de nuestra oficina-laboratorio no es casual, sino causal de lo que hacemos y cómo lo hacemos: instalamos nuestro lugar de trabajo en un punto equidistante entre el Campus Lircay de la Universidad de Talca (una de las universidades regionales de mayor prestigio) y a la Villa Las Américas (la población más peligrosa y estigmatizada de la ciudad). Intuimos que situarnos en esta fisura nos permite cristalizar ventajas comparativas difíciles de encontrar en otra situación. El cómo transformar esa brecha social, más que en un lugar físico de trabajo, en un capital humano de trabajo, es un desafío fantástico. La pregunta es tan compleja que, para intentar responderla, nuestro equipo está integrado por personas provenientes de esas dos realidades.
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Figura 3 Cubierta para multicancha (celulosa flectada y sombra). Proyecto en desarrollo. Fuente: Fotografía de los autores.
Figura 4 Bóveda como sistema urbano autónomo para una plaza. Proyecto en desarrollo. Fuente: Fotografía de los autores.
La academia La Universidad de Talca ha graduado hasta la fecha cerca de 400 arquitectos. La mayoría de estos titulados se insertó en municipios o en organismos públicos de esta zona. Es un hecho que esos puestos de trabajo ya se encuentran copados, y otro hecho es que más generaciones de arquitectos seguirán siendo graduados por esta universidad, con un promedio de 50 nuevos profesionales por año. Lo que
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preocupa no es la imagen del arquitecto como alguien incomprendido, sino del arquitecto como alguien innecesario. Cumplir con el mandato de “construir para proteger” implica abandonar la zona segura que ha conquistado la tradición disciplinar y concentrarse en hacer todo lo que todavía no sabemos hacer. El proyecto intenta transformar ideas en hechos, incorporando en el proceso todo recurso del cual podamos disponer, en el entendido de que la real contribución de la arquitectura tiene relación con la generación de conocimiento nuevo. Poner a disposición de la sociedad la capacidad técnica e imaginativa de una porción de estos nuevos profesionales abriría un rango de acción importante e influyente para la disciplina. Pensar cómo dar casa a bajo costo, es decir, reduciendo la cantidad de materiales y de procedimientos constructivos, demanda una importante cantidad de horas de reflexión, de ensayo y error, y de corrección, proceso que potenciaría las capacidades de un arquitecto recién titulado al exigir creatividad justamente por imponer restricciones objetivas y rigurosas. Sabiendo que los primeros años de ejercicio son determinantes en el rumbo que toma un arquitecto joven, este proyecto podría generar una plataforma para establecer un centro de investigación que transforme al diseño aplicado en un productor de valor. La sociedad El segmento al cual orientamos nuestro quehacer, ese 70 por ciento de la población no beneficiada por la arquitectura, percibe al arquitecto como un profesional que opera en torno al lujo. Los sectores de la ciudad en los que vive este rango de la población son justamente aquellos que ofrecen los peores indicadores de calidad de vida. La arquitectura como disciplina puede aportar soluciones a estos problemas concretos, siempre y cuando se reconozca a sí misma como concertadora de oportunidades para una sociedad y un momento específico. Vincularse con la sociedad mediante obras permite que la comprobación del aporte surja como retorno por parte de ese tejido comunitario en el cual el arquitecto se inserta, más que en parámetros intradisciplinares. Esta manera de relacionarnos con el medio que sustenta nuestro quehacer profesional garantizaría una renovación de la arquitectura. Nuestro taller La equidistancia de nuestro lugar de trabajo respecto de esas dos realidades diversas es explotada como catalizador de procesos. Cada día intentamos transformar un terreno de 850 m2 con una oficina de 50 m2 y un taller de producción de 75 m2 en un lugar donde no sólo se hace una síntesis material, sino también una síntesis humana. Reunimos a jóvenes en riesgo social, a profesionales, a maestros de la construcción y a estudiantes universitarios, quienes, por lo saturado del campo laboral, se sienten en riesgo profesional e intuyen que haciendo prácticas con nosotros incrementan de manera efectiva sus capacidades, trabajando en un lugar estimulante en el que la transmisión de cada progreso, por mínimo que sea, se da de manera natural.
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Los resultados obtenidos hasta el momento constituyen una “obra doble”, ya que por un lado obtenemos las infraestructuras rurales (secaderos, invernaderos y cobertizos) que estamos diseñando y construyendo para diversas asociaciones de micro agricultores, y por otro lado obtenemos la obra humana: prefabricamos estos desarrollos en nuestras instalaciones mediante la asociación de dos tipos de personas, arquitectos recién titulados y jóvenes talquinos en riesgo social, quienes elaboran estos prototipos en equipo, midiendo, cortando y asociando madera. Luego de un semestre de trabajo, seguimos investigando en diversas vertientes en relación a componentes constructivos y sus posibilidades de resolver solicitaciones de estructura y clima. Estos componentes son los siguientes: “alma activa” en los diafragmas de piso y techo, en la cual las cerchas secundarias se incorporan dentro del alma de las cerchas principales generando estabilidad horizontal y resistencia vertical al mismo tiempo; “envolvente corrugada” en elementos constructivos verticales que al plegarse aumentan su inercia estructural resistiendo mejor a cargas horizontales y al volcamiento; “piel portante” como envolvente eficiente orientada a las infraestructuras agrícolas que requieren ventilación y protección contra las heladas; y “tejado-tejido” en las distintas versiones de mantos curvados por la fuerza de gravedad al ser colgados como catenarias para luego invertir la forma y conseguir bóvedas que funcionan como sombreaderos. Estamos trabajando en la asociación de estos mantos como superposición de capas, revisando el incremento de su capacidad mecánica en función de la cantidad de estratos y de la curvatura de la bóveda que se conforma. Estas operaciones sofisticadas a bajo costo informan su lógica a partir de experiencias que van desde los modelos de pesos invertidos de Antoni Gaudí hasta la estructura tejida del Pompidou-Metz proyectada por Shigeru Ban. La obra doble Un edificio nace de una necesidad, de alguien que requiere resolver un problema. Lo que intentamos es que las líneas tiradas más allá o más acá en un papel en blanco le faciliten la situación no sólo al cliente formal, sino también a un “cliente extendido”. Escogemos trabajar con materiales hipoenergéticos (madera en bruto y subproductos de la madera) que por haber recibido poca energía en su producción tienen un precio de mercado bajo. Esos materiales han de ser organizados de manera inesperada por mano de obra no calificada, lo cual a veces produce resultados nuevos, registrables y trasladables. Estas construcciones, por pequeñas que sean, son altamente demandantes de mano de obra en un lugar en donde el trabajo escasea. Así, generamos una obra de doble significado: la construcción física y la construcción social. Aquello que hace grande a la arquitectura como disciplina es su vocación de servir, por lo cual debemos renovarla constantemente e ir adaptando sus propias consideraciones internas, reconociendo en qué momento y en qué lugar trabajamos. Esta obra doble, la que ensambla materiales y la que vincula personas, puede permitir que nos reforcemos como estructura social, dotando a la arquitectura de una condición realmente transformadora de nuestra realidad.
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Figura 5 Montaje de techumbre prefabricada en vivienda unifamiliar diseñada y construida por aPLOMO. Fuente: Fotografía de los autores.
Figura 6 Stand montado por aPLOMO en Semana de la Madera 2015, Estación Mapocho. Fuente: Fotografía de los autores.
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Expandiendo las posibilidades para edificios de mediana altura en Chile por medio de la aplicación de sistemas de paneles de madera
03 AUTOR
Cristian Schmitt INSTITUCIÓN
University of British Columbia FONDO(S) ASOCIADO(S) Becas Chile - CONICYT E-MAIL
cristianschmitt@gmail.com ÁMBITO
Material y Construcción
Mención Honrosa
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen 03
En Chile, la mayoría de los edificios se estructuran en albañilería y hormigón armado. La madera, en tanto, es considerada un material de baja calidad. Dentro de las estructuras en madera disponibles, dos sistemas de paneles, el Midply y el Panel Contralaminado (CLT) resultan relevantes para el contexto chileno debido a su comportamiento sísmico resistente de muros arriostrantes. Para establecer la factibilidad de estos sistemas en Chile se analizaron aspectos sociales, técnicos y normativos. Se determinó que estos sistemas son adecuados para el contexto chileno pero con algunas condiciones. Se propone ampliar bloques de cuatro pisos de vivienda social en Santiago utilizando dichos sistemas debido a que su rigidez permite un apropiado comportamiento sísmico de la nueva estructura en su relación con el edificio existente. Palabras Clave Sistemas prefabricados, Midply, CLT, ampliaciones en madera, renovación de vivienda colectiva — A lo largo de la historia, la madera ha demostrado ser un excelente material para aplicaciones estructurales. Tradicionalmente los elementos de madera han sido utilizados con éxito en la construcción, pero a principios del siglo XX diversas regulaciones de prevención de incendios limitaron la altura de las edificaciones de madera en Europa, Norte América y Australia. La madera es un material combustible. Sin embargo, el correcto diseño de los edificios de madera permite cumplir con los requerimientos de resistencia al fuego a través de los métodos de carbonización o encapsulamiento1. Recientes modificaciones a las normas de incendios, diferentes investigaciones y la aplicación de tecnologías han permitido el desarrollo de nuevos sistemas prefabricados. El uso de la madera ha crecido sostenidamente y su utilización en edificios de mediana altura ha confirmado sus atributos de eficiencia energética, excelente aislación y comportamiento sísmico. En países del hemisferio Norte es común ver edificios de cinco pisos estructurados de madera y, con la aplicación de nuevos sistemas, se amplían las posibilidades a estructuras de mayor altura. Utilizando algunos sistemas de madera masiva es posible desarrollar estructuras de hasta dieciocho pisos y nuevas propuestas apuntan a edificaciones de más altura como una alternativa en un campo reservado exclusivamente a construcciones de acero y hormigón armado.
1 El método de carbonización se basa en el sobredimensionamiento de los elementos para proveer una capa adicional de madera que se carboniza y aísla al elemento constructivo. El método de encapsulamiento protege los elementos de madera con capas de materiales resistentes al fuego.
Chile es un país con una importante tradición en edificación en madera, principalmente en viviendas unifamiliares. Estas técnicas de construcción son parte de la herencia traída al país por inmigrantes en el siglo XIX y presentan una fuerte influencia del hemisferio Norte. Es posible encontrar destacados ejemplos a lo largo de todo el país y casos singulares como edificios de vivienda de cuatro pisos en el campamento minero de Sewell o las iglesias de la isla de Chiloé. Sin embargo, la vivienda conserva una fuerte influencia de la colonización española. Las casas en adobe son una práctica común en zonas rurales y las edificaciones de altura se estructuran en hormigón y albañilería reforzada. Por ejemplo, en 2010 el 66 por ciento de los muros construidos en el país fue estructurado en hormigón
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reforzado y albañilería, mientras que sólo el 12,8 por ciento utilizó madera (Instituto Nacional de Estadisticas, 2011).
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Chile posee abundantes recursos forestales. La industria forestal representa la segunda actividad económica del país y ha mostrado un crecimiento sustentable desde los años setenta. En la actualidad existen 15,4 millones de hectáreas de bosque que representan el 21 por ciento de la superficie nacional, con una producción de 21,5 millones de metros cúbicos de madera en bruto (Fritz, 2004). Especies de crecimiento rápido como pino radiata (Pinus radiata D. Don) y eucaliptus (Eucalyptus globulus Labill) han sido introducidas desde los Estados Unidos y Australia. Estas maderas blandas hoy representan la base de la economía forestal, donde el 77 por ciento del total de la producción corresponde a pino radiata. El uso masivo de estas maderas blandas ha influido en que sean consideradas como un material de construcción de baja calidad. La madera no ha logrado consolidarse como un material para la construcción. En el país, sólo el 18 por ciento de la vivienda se construye en madera, la que es principalmente usada en viviendas de uno o dos pisos (Instituto Nacional de Estadisticas, 2011). Esta proporción es baja comparada con la que se registra en los Estados Unidos o Canadá, donde el uso de la madera alcanza a más del 80 por ciento de las construcciones. Sin embargo, otros países como el Reino Unido, Austria, Suiza y Alemania presentan un porcentaje de construcción en madera similar al de Chile. Nuevos sistemas en madera están siendo utilizados exitosamente en dichos países en estructuras de seis y siete pisos de altura. Esto sienta un precedente importante para la aplicación de esos sistemas en el contexto chileno. Las edificaciones de mediana altura representan una oportunidad única para estas nuevas tecnologías como una alternativa a las estructuras tradicionales. Los sistemas de paneles de madera Midply y CLT Es posible clasificar los sistemas constructivos en madera de acuerdo a sus características generales y comportamiento estructural. Dentro de esta configuración, los sistemas de paneles destacan debido a su configuración de muro arriostrante con un comportamiento sísmico resistente. Los elementos estructurales logran este comportamiento a través del uso de madera masiva o paneles de marco de madera con placa rígida. Los sistemas de paneles de madera masiva se utilizan íntegramente como muros arriostrantes y diafragmas rígidos que soportan las cargas sísmicas, mientras que los sistemas de marco incluyen planchas de terciado o tableros OSB que actúan en combinación con las soleras y pies derechos para crear el mismo efecto. Hasta la fecha, únicamente dos de estos sistemas han sido evaluados sísmicamente en prototipos estructurales de seis y siete pisos a escala real con resultados exitosos: los sistemas Midply y Panel Contralaminado (CLT) (Figura 1). 2 El sistema de plataforma se caracteriza por los entramados o paneles de muros que tienen la altura de un piso.
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El sistema Midply consiste en una variación del sistema de marcos de madera en plataforma2 para lograr una mayor resistencia a las cargas laterales. El panel Midply utiliza el mismo principio de los muros arriostrantes convencionales, pero con un reordenamiento de sus elementos. Este tipo de muro normalmente consiste en un marco de piezas 2” × 4” o 2” × 6” de soleras y pies derechos espaciados a 400 mm con una placa rígida fija a una cara del panel. En el caso del panel Midply, la placa arriostrante se ubica al centro del panel con piezas 2”×3” o 2”×4” por ambos
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PANEL MIDPLY
PANEL CLT 03
DIMENSIONES Largo = Máx. 18.000 mm (por transporte) Alto = Máx. 2.440 mm (standard) Espesor = Máx. 115 mm
Revestimiento exterior Barrera de humedad Plancha Aislación Placa arriostrante Aislación Barrera de vapor Terminación exterior 2" × 4" o 2" × 6" @ 600 mm
DIMENSIONES Largo = Máx. 20.000 mm (por transporte) Alto = Máx. 4.800 mm (por manufactura) Espesor = Máx. 500 mm
Revestimiento exterior Barrera de humedad Aislación Panel CLT Terminación exterior
lados del panel y un espaciamiento de 600 mm entre pies derechos. Esto genera conexiones con un doble esfuerzo de corte que proporciona una resistencia lateral adicional al panel (Karacabeyli, Stiemer, & Ni, 2007). De acuerdo a evaluaciones desarrolladas en Canadá, la resistencia a cargas laterales de los paneles Midply es tres veces mayor que la de un panel arriostrante convencional (Ni, Popovski, Karacabeyli, Varoglu, & Stiemer, 2007).
Figura 1 Características generales y detalle constructivo de muro envolvente de paneles Midply y CLT. Fuente: Elaboración propia.
En general, el diseño estructural para los edificios que utilizan el sistema Midply no varía significativamente respecto a un edificio de marcos en plataforma. La capacidad de carga vertical de los paneles es la misma de la de un panel convencional, pero su alta resistencia a los esfuerzos laterales constituye un mejoramiento del sistema de plataforma para zonas sísmicas. Su aplicación no pretende abarcar la totalidad del edificio, sino que está orientada a zonas con altas cargas laterales o donde la longitud de los muros está restringida por el diseño. La principal restricción del sistema es la continuidad estructural del muro hasta la base del edificio para asegurar el comportamiento arriostrante ante las cargas laterales. Para los paneles de piso se pueden considerar envigados de 2" × 8" para luces de hasta tres metros o vigas I-joist para luces mayores. En la actualidad, los muros Midply están siendo desarrollados en British Columbia, Canadá, para lograr estructuras de seis pisos o 18 metros de altura que no cumplirían con los requerimientos sísmicos utilizando los sistemas tradicionales.
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El sistema de madera masiva CLT, por su parte, se compone de capas de piezas de madera encoladas orientadas a 90° para aumentar su rigidez y estabilidad de forma similar a lo que ocurre con el contrachapado en una plancha de terciado. Los muros se componen de entre tres y nueve capas de madera cepillada laminada con unión finger-joint. Las capas normalmente se disponen en cantidades impares para mantener la simetría del componente, mientras que el espesor de los paneles varía según los estándares de manufactura. Los productores europeos desarrollan capas de entre 19 y 40 mm de espesor, mientras que los norteamericanos mayormente utilizan listones de 2" × 4" con un espesor de 38 mm (FPInnovations, 2011).
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El comportamiento estructural de los sistemas de madera masiva es más similar a las estructuras de hormigón que a las de marco de madera debido a la rigidez de sus componentes (Malczyk, 2011). Los paneles presentan una alta resistencia a los esfuerzos de corte y buena respuesta a los esfuerzos de flexión. Sin embargo, se precisa de consideraciones especiales en el caso de los conectores para asegurar la correcta relación entre los componentes. En general, las uniones entre paneles se realizan utilizando autoperforantes, pero en el caso de zonas sísmicas es necesario utilizar fijaciones de placa de acero. En edificios de mediana altura se pueden especificar paneles de muro de tres capas para los tres pisos superiores, mientras que para los pisos inferiores se deben considerar los de cinco capas. Asimismo, paneles de piso de cinco capas cumplen con los requerimientos para luces de 5 metros. En la mayoría de los casos, los paneles de siete capas no son viables debido al alto costo asociado. Este sistema se ha desarrollado a partir de los años noventa en Europa y es el caso más importante de paneles de madera masiva en dicho continente. En la actualidad es posible encontrar más de 15 plantas, siendo Austria es el productor más importante, con una producción de más de 76.000 m3 por año, lo que la convierte en el mayor productor a escala global (Schickhofer, 2011). Factibilidad en el contexto chileno Para establecer la factibilidad de estos sistemas en Chile se consideran aspectos sociales, técnicos y normativos. Luego de analizar la factibilidad de mercado (percepción de los usuarios), disponibilidad de recursos (industria forestal y recursos de madera), factibilidad de manufactura (fabricación de elementos prefabricados), desempeño estructural (dimensionamiento de muros y losas y comportamiento sísmico) y normas constructivas (NCh433 Diseño sísmico de edificios; NCh1198 Madera-Construcción en Madera-Cálculo; y Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones), se determinó que ambos sistemas son adecuados para el contexto chileno, pero con algunas condiciones. Es necesario desarrollar estrategias para modificar la percepción negativa de los usuarios respecto a la vivienda en madera. De acuerdo a estudios de mercado, los usuarios poseen arraigados prejuicios en contra del uso de madera en la construcción. A pesar de que destacan su flexibilidad para las renovaciones y ampliaciones, existe una preferencia por los sistemas masivos como la albañilería. Sin embargo, sólo el seis por ciento de los usuarios señala preocupaciones sobre la resistencia de las estructuras de madera. La madera se relaciona, más bien, con un material combustible (43%) que atrae plagas de insectos (36%) (Collect, 2008).
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Estos sistemas prefabricados son factibles de manufacturar localmente y su aplicación podría mejorar la calidad de los productos y disminuir los costos de construcción. Sin embargo, los paneles prefabricados deben ser ajustados a las posibilidades de manufactura local. Es necesario investigar la aplicación en los paneles de maderas blandas como principal producto forestal. Estas maderas poseen una baja resistencia a la compresión perpendicular a la veta. En los sistemas de marco, las soleras ubicadas en las plantas bajas de los edificios de mediana altura pueden colapsar ante las altas cargas de compresión. Sin embargo, el pino radiata podría ser apto para la construcción de paneles CLT porque estos paneles presentan bajos esfuerzos de flexión3 (Chapman, 2011). Para los paneles de madera masiva se recomienda considerar la manufactura según las dimensiones nominales de los listones de 2" × 4" (42 × 90 mm) resultando en paneles de 135 mm (tres capas) y 210 mm (cinco capas). Sin embargo, el desarrollo de la producción de paneles Midply requiere una menor inversión inicial, ya que el sistema usa los mismos componentes del sistema tradicional de marco de madera. Asimismo, la cantidad de madera utilizada es un tercio de la de los paneles masivos.
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3 Los sistemas de paneles CLT poseen un esfuerzo de flexión máximo de alrededor 5 N/mm2.
La resistencia al fuego de los elementos de construcción detallada en la ordenanza de construcción nacional posee requerimientos similares a los estándares norteamericanos. Sin embargo, difiere en que no distingue entre estructuras combustibles y no combustibles, por lo que no exige el uso de sistemas de sprinklers para las estructuras de madera. Según el Listado Oficial de Comportamiento al Fuego de Elementos y Componentes de la Construcción del MINVU, a un panel CLT de tres capas se le puede asignar una resistencia al fuego de 60 minutos, mientras que a uno de cinco capas se le asigna una resistencia de 90 minutos (Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 2014). Estos valores cumplen para la mayoría de los elementos de un edificio residencial de cinco pisos. En el caso de muros cortafuegos, cajas de escaleras o estructuras de más pisos se puede lograr la resistencia necesaria encapsulando los elementos Midply o CLT con planchas de yeso-cartón o fibrocemento. Por otra parte, el comportamiento térmico requerido por la norma es notoriamente menos exigente que el especificado por otros códigos del hemisferio Norte. En este caso, ambos sistemas cumplen con los requerimientos nacionales. La principal diferencia consiste en la ubicación de la aislación en los muros: en los sistemas de marco la aislación se ubica dentro del mismo, mientras que en los sistemas de madera masiva normalmente se aplica en la cara exterior del panel. Normalmente los paneles CLT poseen un mejor comportamiento debido a que la masividad y las propiedades aislantes de la madera proveen un adecuado comportamiento térmico, por lo que no siempre se necesita aislación adicional (Figura 2). A pesar de que estos sistemas han sido implementados en zonas sísmicas, su comportamiento estructural no cumple con los requerimientos de la norma para desplazamientos entre pisos ante cargas sísmicas. Esto se debe a que el principio estructural de la construcción en madera posee una alta resistencia comparada con su peso, por lo tanto, los edificios en madera tienden a ser más livianos que otras tipologías. La ligereza de las estructuras en madera reduce las cargas sísmicas y los edificios poseen más flexibilidad ante los sismos que otras estructuras a base de hormigón o albañilería. En la actualidad, la norma de diseño sísmico está enfocada en estructuras de hormigón y es necesario que se estudie y considere la flexibilidad y la disipación de energía propias de las estructuras de madera para permitir la incorporación de sistemas como Midply y CLT.
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CLT AUSTRIA
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MURO
R-31
CLT NORUEGA
R-39
TECHO
CLT CANADÁ
MARCO PLATAFORMA EE.UU.
MIDPLY CANADÁ
R-22
R-18
R-34 R-21
R-9.5 R-3.4 > 6 pisos 5 pisos < 4 pisos
CLT CANADÁ
F90
F60
R-39
R-42
F90
F90
F90
F90
F60
F60
R-35
R-34
R-33
R-33
F90
F90
F60
F60
R-23.7 R-14.9 5 pisos < 4 pisos Aislación térmica
Figura 2 Comparación de cortes de detalle y desempeño de envolvente entre soluciones de paneles CLT, Midply y sistema de marco plataforma. La resistencia térmica R (h·ft²·°F/Btu) representa la aislación térmica del elemento constructivo y depende de la conductividad y el espesor de los materiales de construcción utilizados. La resistencia al fuego F define el tiempo mínimo en minutos en que el elemento constructivo debe permanecer funcional al ser expuesto al fuego. Fuente: Elaboración propia.
Resistencia al fuego
Mínimo según norma chilena
Estos sistemas de madera también pueden ser utilizados para ampliar estructuras existentes. En 2012 se realizó una ampliación de tres pisos en el Hotel Terme atež en Eslovenia utilizando paneles de CLT. La estructura existente de cuatro pisos consistía en albañilería con refuerzos y losas de hormigón armado. La masa del nuevo edificio sólo aumentó en 10 por ciento, mientras que las fuerzas originadas por esfuerzos sísmicos aumentaron en 6 por ciento después de la ampliación (Sustersic, Dujic, & Gostic, 2010). A partir de esta obra se ha estudiado el comportamiento de ampliaciones a estructuras existentes por medio de modelos matemáticos y pruebas en mesas vibratorias de modelos a escala 1:2. El análisis demostró que las ampliaciones de marcos de madera y de acero son muy flexibles comparadas con la estructura existente de hormigón y pueden ocasionar un “efecto de látigo”. Ante esfuerzos sísmicos se pueden originar desplazamientos horizontales excesivos en los pisos superiores y la estructura de ampliación parcialmente vibra en sentido opuesto a la estructura existente (Jancar & Dujic, 2010). Esta deformación no presentó problemas cuando se utilizaron paneles de CLT. Este sistema es ligero pero rígido, puede disipar la energía a través de los conectores utilizados y transferir los esfuerzos sísmicos a la estructura original. El desempeño de las ampliaciones en CLT es considerablemente mejor al que ofrecen las estructuras de acero considerando las transferencias de cargas, las diferencias en la
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Arquitectura no es sólo obra
rigidez, el efecto látigo y la velocidad de construcción. Sin embargo, se produce un aumento en los esfuerzos sísmicos que debe ser considerado en el diseño (Jancar, Dujic, & Premrov, 2012).
Estructura de hormigón
Estructura de hormigón + Estructura de entramado
Estructura de hormigón + Paneles masivos de madera
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Figura 3 Comportamiento sísmico de ampliaciones utilizando sistema de marco tradicional y de sistema de paneles de madera. Fuente: Elaboración propia.
Propuesta arquitectónica Para analizar las posibles aplicaciones arquitectónicas de estos sistemas se propone ampliar bloques de cuatro pisos de vivienda social en Santiago utilizando paneles de madera. Los bloques lineales de viviendas de cuatro pisos han sido ampliamente desarrollados en grandes áreas de la ciudad. La densificación de la ciudad, el aumento de la demanda y su ubicación privilegiada han llevado a demoler algunos de estos bloques para levantar nuevas edificaciones. Una práctica sustentable en nuestras ciudades (y una alternativa a la demolición) es la reutilización y mejoramiento de los edificios existentes para adaptarse a nuevos requerimientos. Las condiciones para el mejoramiento de los bloques y su entorno quedan definidas a partir de los problemas de su condición actual. Los bloques lineales de viviendas corresponden a un modelo repetible con una distribución simétrica de departamentos que no responde a su contexto ni orientación solar. Se propone densificar la agrupación de viviendas e incorporar unidades de más dormitorios maximizando las posibilidades del sitio por medio de la conexión de los edificios existentes. Las nuevas fachadas del edificio responden a la orientación solar por medio de celosías fijas y móviles como elementos de control. La ligereza de la estructura de madera no requiere replicar exactamente la distribución en planta en los nuevos pisos. Esto permite flexibilidad y diversidad en el diseño de los departamentos. La utilización de un sistema prefabricado de rápida instalación representa un mínimo impacto para los residentes del barrio. Los paneles Midply y CLT cumplen con estos requerimientos de ligereza, poseen una alta resistencia a las cargas laterales y una rigidez más cercana a la de las estructuras de hormigón. El desempeño de ampliaciones sobre estructuras de hormigón armado que utilizan sistemas de paneles de madera Midply y CLT es mejor que el de ampliaciones en acero o de marco de madera tradicional. El comportamiento estructural de estos paneles evita desplazamientos horizontales excesivos, así como la aparición del “efecto látigo”, y permite un
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Figura 4 Sistema constructivo y materialidad de la estructura existente y de la ampliación propuesta. Fuente: Elaboración propia.
Hormigón armado (existente) Paneles de madera (ampliación)
apropiado comportamiento sísmico del edificio en su totalidad. Estos sistemas estructurales combinados expanden las posibilidades arquitectónicas para el desarrollo de una tipología que reutiliza los edificios existentes y se adapta a la densificación de la ciudad. — Trabajos citados Chapman, J. (2011). John Chapman en la FAU (Clase magistral, 26 de abril de 2011). Obtenido de Universidad de Chile: http://www.uchile.cl/portal/facultades-einstitutos/arquitectura-y-urbanismo/videos-fau/videos/71373/conferenciainternacional-john-chapman-en-la-fau Collect. (2008). Informe estudio cualitativo, madera como material constructivo. Santiago. FPInnovations. (2011). CLT - Introduction to Cross-Laminated Timber. En S. Gagnon, & C. Pirvu (Eds.), CLT Handbook Cross-Laminated Timber. Quebec: FPInnovations. Fritz, A. (2004). Manual la construcción de viviendas en madera. Santiago: Centro de Transferencia Tecnológica de la Corporación Chilena de la Madera. Instituto Nacional de Estadisticas. (2011). Edificación: Informe anual 2010. Instituto Nacional de Estadísticas, Subdirección de Operaciones, Subdepartamento Estadísticas Sectoriales. Santiago: INE. Jancar, J., & Dujic, B. (2010). Seismic Analysis of Existing Buildings with Different Construction Upgrades. En A. Ceccotti (Ed.), 11th World Conference on Timber Engineering 2010 (WCTE 2010), Trentino, Italia.
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Arquitectura no es sólo obra
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Figura 5 Perspectiva de la propuesta y su inserción en el contexto urbano. Fuente: Elaboración propia.
Jancar, J., Dujic, B., & Premrov, M. (2012). Seismic Response of Buildings Upgraded With The X-Lam Timber Superstructure. En P. Quenneville (Ed.), World Conference on Timber Engineering 2012 (WCTE 2012), Auckland, Nueva Zelanda. Karacabeyli, E., Stiemer, S., & Ni, C. (2007). Midply Shearwall System. En P. C. Chang (Ed.), Structures 2001: A Structural Engineering Odyssey. Proceedings of the 2001 Structures Congress and Exposition, Washington, D.C., 21-23 de mayo. Malczyk, R. (2011). Cross-Laminated Timber in British Columbia. Trabajo presentado en el CLT Symposium (Vancouver, Canadá, 8 de febrero). Ministerio de Vivienda y Urbanismo. (2014). Listado oficial de comportamiento al fuego de elementos y componentes de la construcción. Santiago: MINVU. Ni, C., Popovski, M., Karacabeyli, E., Varoglu, E., & Stiemer, S. (2007). Midply Wood Shearwall System: Concept, Performance and Code Implementation. FPInnovations, Forintek Division: Vancouver. Schickhofer, G. (2011). CLT-European Experiences. Trabajo presentado al Cross Laminated Timber Symposium (Vancouver, Canadá, febrero de 2011). Sustersic, I., Dujic, B., & Gostic, S. (2010). Timber Upgrade of Structures on Seismically Active Areas. En A. Ceccotti (Ed.), 11th World Conference on Timber Engineering 2010 (WCTE 2010), Trentino, Italia.
Material y Construcción
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Hacia una arquitectura entomimética
04 AUTOR
Alejandro Soffia COAUTOR Pedro Alonso (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile FONDO(S) ASOCIADO(S) Beca CONICYT para estudios de Magíster en Chile E-MAIL
alejandro.soffia@gmail.com ÁMBITO
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Mención Honrosa
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen Se presenta el término “entomimética” como una fracción o especialidad dentro de la “biomimética”, en el entendido de que mientras la segunda abarca cualquier referente biológico, la primera sólo considera el grupo de los insectos. La biomimética puede definirse como una metodología interdisciplinaria en la que convergen distintos conocimientos orientados a transferir, desde la naturaleza, lecciones formales, lógicas productivas o fenómenos físicos para disminuir el impacto de la producción humana en el medioambiente natural. Se describe una metodología gruesa para desarrollar una transferencia biomimética, constituida por cuatro fases, desde la observación de un fenómeno natural hasta la comercialización de un producto de diseño (objetos, edificios). Por último se plantean algunas características particulares del conjunto de los insectos que los transforman en un grupo especialmente atractivo para el ejercicio de la biomimética. Palabras Clave Biomimética, tecnología, biodiseño, sustentabilidad — Hacia una definición de la entomimética El escarabajo Stenocara dentata vive en el desierto de Namibia. Su particularidad es que subsiste aunque haya escasez de agua. ¿Cómo lo hace para sobrevivir? Su cuerpo presenta una superficie que actúa como un “atrapaniebla”, condición que, sumada a la disposición de su cuerpo en relación a la brisa marina cercana, produce la condensación necesaria para adquirir día a día el vital elemento (Figura 1). Debido a este comportamiento, el Stenocara dentata presenta una interesante capacidad de sobrevivencia en condiciones de vida extremas. No cabe duda alguna de que en un escenario global en que la aridez va en aumento, aquellas estrategias exitosas para acceder al agua dulce serán cada vez más demandadas. Así como este escarabajo, existen muchas especies de plantas y animales que presentan formas y comportamientos que les permiten obtener agua dulce de manera exitosa. ¿Qué pasaría si pudiéramos transferir estas formas y comportamientos a objetos o componentes constructivos? Podríamos, por ejemplo, facilitar la vida humana y/o potenciar la productividad de la tierra en zonas áridas carentes de este importante recurso natural.
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Figura 1 Ilustración que grafica las tres escalas que componen el fenómeno adaptativo del escarabajo Stenocara dentata. En el hexágono superior se puede apreciar la disposición contra la brisa marina que adopta el volumen ovalado del insecto. El hexágono inferior izquierdo muestra un aumento para observar la textura granulosa de sus élitros, que multiplica la superficie de roce, y “atrapa” las gotas de agua con sus cimas hidrofílicas. El último hexágono contiene un aproximación aún mayor para observar la textura de la superficie de las concavidades presentes en los élitros. En esta escala las cimas son hidrofóbicas, por lo tanto, favorecen la circulación del agua capturada. Fuente: Elaboración propia.
Ésta, como otras especies de insectos, resuelve problemas de diseño análogos a los que nos hace enfrentar el nuevo paradigma del desarrollo sostenible. Si bien recurrir a la naturaleza como referencia para el diseño no es un fenómeno reciente, el enfoque contemporáneo de lo que se
Sustentabilidad y Eficiencia
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ha llamado “biomimética” o “biomímesis” concentra su mirada en formas, comportamientos o fenómenos de la naturaleza que optimizan sus recursos sin producir un impacto negativo en ella. Luego es necesario que aquello que es observado se transfiera al diseño tecnológicamente mediante principios físicos, formas y/o desempeño, para finalmente colaborar con la producción de un entorno medioambientalmente más benigno. La biomimética opera en base a cualquier expresión de la naturaleza, sean organismos vivos o fenómenos abióticos. Es decir, toma como casos de transferencia al conjunto de elementos que conforman nuestra biósfera, lo que permite tener una gran cantidad de casos de referencia, tantos como especies, tantos como fenómenos. Sin embargo, centraremos la mirada particularmente en la taxa de los insectos, que han demostrado ser el grupo más exitoso en términos evolutivos, y que en el desarrollo reciente de la biomimética no sólo integran el mayor número de transferencias actuales (Bushan, 2009), sino que, además, integran la fuente más extensa de referencias biológicas a partir de la gran cantidad de especies descritas, que suman aproximadamente un millón.
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1 Concepto acuñado por el autor, proveniente del griego entomos, insecto, y mimesis, imitación.
De esta manera, acotaremos el concepto de biomimética según el sistema de clasificación taxonómica, y llamaremos “entomimética” 1 a toda transferencia que se base exclusivamente en la observación de la morfología o el comportamiento de los insectos. Se recurre así a la estructura de clasificación de la zoología, que se divide en diferentes ciencias (en este caso, la entomología) para aislar un grupo específico de organismos a estudiar. Esta acción de selección (entomimética), aparentemente inédita, podría llevarse a cabo con cada una de las ramas de la biología, y así entonces podríamos hablar, por ejemplo, de otras ramas para la biomimética, como la “herpetomimética” (de la herpetología, el estudio de los reptiles), o incluso habiendo suficientes casos de estudio, podríamos hablar dentro de la entomimética de subcategorías, como la “coleopteromimética” (a partir del orden Coleoptera), o tantas como subcategorías de insectos hay. Definición de una metodología para el desarrollo de un diseño entomimético A continuación se abstrae una metodología de innovación tecnológica (I+D+i) que permite la ejecución del diseño entomimético. Esta metodología comprende un conjunto extenso de actividades que pueden dividirse en tres fases: investigación, desarrollo tecnológico y diseño para su aplicación. Las experiencias de transferencias exitosas nos muestran la necesaria reunión de conocimientos disciplinares específicos asociados a estas tres fases. De esta manera, pareciera ser necesario que, en el caso específico del diseño entomimético, interactúen interdisciplinarmente un profesional de la entomología, uno de la ingeniería y uno del diseño (de objetos, arquitectónico u otra especialidad dependiendo del caso). La intensidad de la participación de cada uno de estos tres profesionales puede variar en el desarrollo de un proyecto, determinando por lo tanto las características del producto final. De esta manera, por ejemplo, la poca participación de un entomólogo puede producir un conocimiento parcial del referente biológico, y así afectar la efectividad de la replicabilidad técnica y, por último, su eficiencia en el producto diseñado. Por lo mismo, también es difícil pensar que las barreras entre estas tres disciplinas son posibles de traspasar. Es decir, cada una de estas tres especialidades no puede realizar el trabajo de la otra. Pero sí puede influenciar, dirigiendo la iteración en la metodología.
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Arquitectura no es sólo obra
En la primera fase pareciera ser que el trabajo de investigación del entomólogo, a diferencia del que desarrollan el ingeniero y el diseñador, tiene un fin acotado relacionado con la generación de conocimiento específico que produzca avances en el conocimiento de la morfología y en la comprensión del comportamiento de determinada especie de insecto. El entomólogo realiza una investigación que se sintetiza generalmente en el formato de un artículo o conjunto de artículos científicos de alcance público, y si ese producto es utilizado o no como la base de una transferencia orientada a diseño, no influye en el éxito de sus objetivos disciplinares. El compromiso con el proceso de I+D radica más bien en la selección del fenómeno a estudiar, es decir, si el fenómeno no posee una relevancia pública es muy probable que no se pueda alojar la investigación en la estructura formal y contemporánea de financiamiento de la ciencia. En este sentido, se puede afirmar que la relevancia de los problemas relacionados con mejorar el impacto humano en el medio ambiente natural constituye hoy un factor importante para la justificación de áreas o casos de estudios científicos o entomológicos.
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La segunda fase de una metodología entomimética consiste en el desarrollo tecnológico asociado al conocimiento de la ingeniería, la mecánica, la electrónica o la química, entre otras. Los conocimientos específicos de cada una de estas especialidades serán más o menos relevantes dependiendo de las características del fenómeno investigado. De esta manera, en unos casos las tecnologías de materiales asociados a sus características químicas podrán ser exclusivas o jerárquicas en relación a, por ejemplo, la mecánica, la electrónica, etc. En esta fase del proceso de I+D+i se toma una primera decisión de diseño que tiene que ver con el grado de abstracción con el que se replica el fenómeno a transferir. En un extremo está el desafío de la reproducción exacta de las características morfológicas que subyacen a determinado comportamiento, donde no existe una abstracción formal, y el desafío tecnológico consiste generalmente en la fabricación de componentes muy pequeños y de geometrías complejas. En el otro extremo, el desafío consiste generalmente en la reproducción de un fenómeno físico asociado a una morfología que no es tan determinante en la virtud del fenómeno a transferir, y por lo tanto la abstracción de la forma que lo genera puede ser absoluta. De esta manera se salvan ciertos problemas de reproductibilidad técnica. Por ejemplo, en el caso del Stenocara dentata, o “Escarabajo Atrapaniebla”, su superficie posee una morfología que favorece la captura de micro gotas de agua (Zhai, et al., 2006). Este fenómeno ha sido transferido de distintas maneras y distintas escalas. Una de ellas son las superficies de prueba de adherencia de las pinturas desarrolladas por el National Institute of Standards and Technology (NIST) de EE.UU., que replican la morfología del exoesqueleto del escarabajo en una escala nanométrica, similar al tamaño real de las microestructuras que facilitan el fenómeno. Pero en el extremo “abstracto” del proceso de transferencia, el sistema constructivo para invernaderos Seawater Greenhouses replica sólo el principio de condensación que complementa la capacidad de acumulación del agua de este escarabajo en el desierto de Namibia (Pawlyn, 2009). La aplicación de las tecnologías desarrolladas en la segunda fase, —que integran las virtudes del fenómeno presente en la especie de insecto estudiado en la fase inicial—, constituyen la responsabilidad principal de la tercera fase, en la cual el diseñador es el principal responsable. En esta fase se completa la dimensión funcional de la innovación tecnológica a partir de la unidad que reproduce el
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fenómeno observado, que se transforma en un módulo que se repite y agrupa según los criterios establecidos por el diseñador. Por lo mismo, es posible decir que dentro de las labores específicas del diseñador está probar la versatilidad y eficiencia del módulo a través de la creación de distintos tipos de objetos. En estos casos, la versatilidad del uso de la unidad modular implica otro tipo de desarrollo tecnológico, diferente al del desarrollado por el ingeniero, esta vez en el ámbito de la construcción o su materialización. Otros aportes del diseño en esta última fase de transferencia dicen relación con la detección de otros tipos de problemas donde los fenómenos transferidos puedan entregar nuevas soluciones. Entendiendo que la biomimética se inscribe dentro del diseño sostenible, estas soluciones estarán inscritas dentro de los grandes problemas ambientales, como el ahorro y la generación de energía, la disminución de la contaminación y los residuos, o la preservación de los recursos naturales. En este sentido, la identificación de estos nichos de investigación asociados a estas problemáticas permitirá influir desde el diseño en la decisión sobre qué especies estudiar, determinando de manera inversa las investigaciones científicas situadas en la base de esta metodología.
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Por último, dentro de la metodología general para el diseño entomimético se puede hablar de una cuarta fase si reconocemos la importancia del product management dentro de una cadena de I+D+i. Esta dimensión comercial le permite a los objetos que integran los fenómenos naturales transformarse, a través de la transferencia tecnológica, en productos y así insertarse en las lógicas del mercado, que aún permanece vigente como la herramienta principal para el desarrollo humano. Esta cuarta fase debiese estar orientada a lograr una escala considerable de replicación de los beneficios obtenidos en relación a la mitigación cuantitativa de los problemas medioambientales. La subclase insecta en el contexto de la biomimética Se destacan una serie de ejemplos de transferencia tecnológica aplicada a ámbitos productivos, que representan la relación directa entre observación de la naturaleza, desarrollo tecnológico y procesos de innovación que colaboran en el cuidado del medio ambiente (Benyus, 1998). Dentro de los casos paradigmáticos de la biomimética, el grupo de los insectos ocupa un espacio destacado. Por ejemplo, hay colectores solares para viviendas que generan energía a partir del estudio de cómo las mariposas nocturnas evitan el reflejo de la luz para no ser detectadas por algunos depredadores. En este caso, la clave de la investigación está relacionada con la forma en que la morfología permite una mejor absorción del recurso lumínico, así como con su optimización para producir más energía en otros casos. Una de las ventajas del método creativo de la biomimética radica en la gran cantidad de modelos a observar. Bajo los preceptos de la evolución, el universo de lecciones puede ser tan amplio como la cantidad de especies de organismos vivos que habitan nuestro planeta. Ciertamente se trata de una hipótesis apresurada. Pero como no es posible aislar la morfología de los organismos vivos de las variables medioambientales, tenemos a la vista un amplio catálogo de respuestas en especies cuyas formas dicen relación con el medio en que se desenvuelven. ¿Pero qué distingue a los insectos dentro de otros grupos biológicos? Si recurrimos al caso más paradigmático, podemos notar que el Stenocara dentata es sólo una de las aproximadamente 380.000 especies diferentes de escarabajos que existen en el mundo. ¿Cuántos más estarán resolviendo de diferente manera su necesidad de agua? ¿Cuántos más estarán resolviendo otro tipo de problemas, por ejemplo, vinculados al manejo de la energía solar?
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Con el objetivo de construir una visión amplia acerca del campo de la biomimética, contamos con una selección de varios “objetos” de la naturaleza y sus funciones selectivas (Figura 2), que incluyen aplicaciones en desarrollo o incluso ya disponibles en el mercado (Bhushan, 2009):
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– Nuevos nanomateriales. – Aparatos o procesos a escala nanométrica. – Superficies superhidrofílicas autolimpiantes. – Superficies para la conversión de energía y su conservación. – Súperadhesivos. – Robótica. – Objetos que proveen empuje aerodinámico. – Materiales y fibras con alta resistencia mecánica. – Superficies antireflectivas. – Superficies coloreadas. – Pieles y textiles artificiales. – Artefactos médicos e implantes. – Materiales autoreconstructivos. Destaca el hecho de que en esta lista significativa de casos contemporáneos, siete de las 21 (33,3%) funciones presentadas, así como cuatro de los 10 (40%) tipos de organismos vivos relacionados, corresponden a insectos. Dentro de ellos vuelve a destacar como uno de los más relevantes ejemplos de la biomimética el escarabajo Stenocara dentata, que se las arregla para conseguir agua y así sobrevivir en el desierto de Namibia. También se agregan como casos paradigmáticos de transferencias ya disponibles en el mercado las escamas iridiscentes de las mariposas del género Morpho, que son capaces de optimizar su color mediante la luz ambiente, y la capacidad antireflectiva de los ojos de ciertas mariposas nocturnas. Estos tres casos poseen transferencias exitosas al campo del diseño. Las lecciones que ha brindado el estudio del escarabajo de Namibia han posibilitado la creación de sistemas constructivos que permiten
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Figura 2 Adhesión en insectos, arañas, lagartijas y ranas. (a) Elementos terminales en los extremos pilosos de las almohadillas de (i) escarabajo, (ii) mosca), (iii) araña, y (iv) gecko (Arzt, Gorb, & Spolenak, 2003) mostrados en diferentes escalas (izquierda y derecha) y (b) la dependencia de la densidad del elemento terminal en relación a la masa del cuerpo (Federle, 2006). Fuente: Bharat Bushan “Biomimetics: lessons from nature –an overview” (Philosophical Transactions of the Royal Society A, 2009).
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la acumulación de agua en lugares áridos; las escamas de las mariposas se han transformado en pixeles de pantallas electrónicas; y la antireflectancia de las mariposas nocturnas se ha convertido en telas antireflectivas. Estas transferencias exitosas, sumadas a otros casos que se encuentran actualmente en estudio, no sólo comprueban la hipótesis general del método de innovación basado en la observación de la naturaleza, sino que además sitúan a los insectos como un grupo destacado para ser considerado en futuras proyecciones de esta línea de investigación.
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Los insectos desde la perspectiva del diseño La palabra “insecta” significa, en latín, “dividido en partes” (Figura 3). Los aspectos más relevantes de su clasificación taxonómica, que los hacen únicos, tienen que ver con la presencia de tres regiones corporales (cabeza, tórax y abdomen), un solo par de antenas y tres pares de patas. Además, los insectos son los únicos artrópodos que poseen alas, aunque pueden variar desde no presentarlas, hasta tener dos pares (como la mayoría de ellos). Desde el punto de vista de la relación de estos animales con el medio ambiente, es importante destacar que han
Figura 3 (a) Dibujo de un Saltamontes (Orthoptera, Acrididae) identificando su morfología exterior. (b) Saltamontes con sus componentes principales explotados. Fuente: museoentomologico. comfenalcoantioquia.com
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sabido adaptarse, a través de la diversificación de especies, en tal cantidad y con tantas diferencias, que es prácticamente posible encontrarlos en la totalidad de los ecosistemas naturales, como también en el medio ambiente construido. A excepción de los océanos, los insectos comparten todos los espacios terrestres en los que se desenvuelve el ser humano. Esto es especialmente relevante porque significa que probablemente algunos de ellos ya resuelven problemas comunes a los nuestros, en el entendido de que compartimos el instinto de supervivencia, que además está determinado por un medio ambiente natural específico.
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La clase Hexapoda presenta, en términos cuantitativos, el grupo mejor adaptado al entorno de nuestro planeta. Dentro de los factores que justifican este éxito de adaptación, los siguientes parecieran ser los más relevantes dentro de un enfoque biomimético (Apablaza, 1995): – El pequeño tamaño que les permite vivir en cualquier hábitat. Este punto plantea una constricción más que una ventaja. ¿Cuánta relación existirá entre la dimensión de su morfología y los comportamientos que nos pueda interesar transferir a la escala del ser humano? – El exoesqueleto liviano, resistente e impermeable que les protege y les permite vivir con poca humedad. Este factor es muy relevante porque constituye un elemento de interfaz que media, tal como la arquitectura media entre un ambiente interno y las condiciones del medio exterior. – Diversidad de estructuras (funcionales), donde destacan en particular las alas (Figura 4) y las patas, que en sus categorías inferiores (órdenes, familias, géneros y especies) tienen altos grados de especialidad y caracterización formal. De esta manera, a diferentes necesidades de adaptación, diferentes comportamientos o morfología. – Por último, su gran capacidad reproductora, sus diferentes estados de desarrollo y lo corto de sus ciclos vitales, no tienen una relación directa con el diseño, pero presentan la posibilidad de una rápida adaptación a nuevas condiciones ambientales y, por lo tanto, representan la existencia de una diversidad morfológica y de comportamientos que deberían poder constituir una base extensa de lecciones para el diseño entomimético.
Sustentabilidad y Eficiencia
Figura 4 Las alas de Locusta mostrando su venación. Algunas de las venas secundarias están indicadas con flechas. INT = vena intercalar, ACC = vena accesoria (después de Ragge, 1955). Fuente: Chapman, R. F. The insects, structure and function (Harvard University Press, 1982).
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Figura 5 Stenocara dentata. Familia Tenebrionidae. Fotografía: Hans Hillewaert. Fuente: es.wikipedia.org
La gran cantidad de especies diferentes y de individuos representantes de cada especie constituye la fuente cuantitativamente más relevante de este grupo de organismos vivos en el contexto de la biomimética. Según el Departamento de Medio Ambiente y Agua del gobierno australiano, para el 2006 hay descritas y aceptadas oficialmente alrededor de 1,75 millones de animales y plantas. Dentro de este total, 1,01 millones corresponden a insectos, es decir, el 57%. Dentro de este número, destaca como el más importante el orden Coleoptera, al que pertenece el caso entomimético más paradigmático (Stenocara dentata) (Figura 5), con aproximadamente 0,38 millones de especies. Es decir, los escarabajos corresponden al 21% de los animales del planeta. El otro orden relevante es aquel que reúne a dos de los casos de transferencia entomimética más importantes (Mariposas Morpho y Noctuidae) (Figura 6), con aproximadamente 0,17 millones de especies (9% de los organismos vivos). Siguen en relevancia numérica el orden Diptera (moscas, zancudos, tábanos), que también posee casos de transferencia en el ámbito de la robótica, con 152.000 especies (8%) y el orden Hymenoptera (abejas, avispas y hormigas) con 115.000 especies (6%). Este último grupo destaca por los notables casos de arquitectura animal. Varias especies construyen complejas estructuras en barro, celulosa y otros materiales para vivir y reproducirse en ellos. Sin embargo, las proyecciones matemáticas acerca de las especies existentes en nuestro planeta son muy superiores a las actualmente descubiertas y descritas. Y en el proceso de descubrimientos recientes, el grupo que más ha aumentado son precisamente los insectos. Esto implica que la cantidad de especies puede seguir aumentando y, por lo mismo, es posible que surjan aún nuevas formas o comportamientos que puedan seguir provocando más diseños entomiméticos.
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— Trabajos citados Apablaza, J. (1995). Introducción a la entomología general y agrícola. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile. Arzt, E., Gorb, S., & Spolenak, R. (2003). From micro to nano contacts in biological attachment devices. Proceedings of the National Academy of Sciences, 100 (19), 10603-10606. Benyus, J. (1998). Biomimicry: Innovation inspired by Nature. Nueva York: Harper Perennial. Bushan, B. (2009). Biomimetics: lessons from nature –an overview. Philosophical Transactions of the Royal Society A, 367 (1893), 1445-1486. Federle, W. (2006). Why are so many adhesive pads hairy? Journal of Experimental Biology, 209 (14), 2611-2621. Pawlyn, M. (2009, abril 30). Michael Pawlyn debate with Bjorn Lomborg at the BCO 2009 Conference. Retrieved from Youtube: www.youtube.com/watch?v=w_ c5g6tXvK8 Ragge, D. R. (1955). The wing-venation of the order Phasmida. Ecological Entomology, 106 (9), 375-392. Zhai, L., Berg, M. C., Cebeci, F. C., Kim, Y., Milwild, J., Rubner, M. F., & Cohen, R. E. (2006). Patterned superhydrophobic surfaces: toward a synthetic mimic of the Namib desert beetle. Nano Letters, 6 (6), 1213–1217.
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Figura 6 Ilustración que grafica las tres escalas que componen el fenómeno adaptativo de las mariposas Morpho. En el hexágono superior se puede apreciar la composición por escamas de la superficie del ala de una mariposa cualquiera. En el hexágono inferior izquierdo se muestra un aumento para observar la superposición de escamas de “suelo” bajo escamas de “vidrio” en el género Morpho. En el último hexágono se presenta una aproximación aún mayor para observar una isométrica cortada del espesor de una escama de “suelo”. Allí se puede observar una microestructura que replica la superposición de superficies para multiplicar la luz incidente. Fuente: Elaboración propia.
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Prótesis bioclimáticas. Una estrategia low-tech para la vivienda social adaptativa chilena. Desarrollo de un sistema de componentes para la climatización bioclimática e integración de sistemas pasivos en el acondicionamiento y la rehabilitación energética de la arquitectura social
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Leonardo Agurto Pedro Orellana José Antonio Turégano Adelqui Fissore Concha Diez-Pastor Daniel Sanginés Coral INSTITUCIÓN
Universidad de Zaragoza E-MAIL
leonardoagurto@gmail.com ÁMBITO
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Mención Honrosa
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen Actualmente, una buena parte del parque de viviendas sociales no cumple con los estándares mínimos de sostenibilidad. Para mejorar estas viviendas construidas bajo normativas ya obsoletas, se explora la relación entre las partes existentes y los nuevos elementos que se insertan en una vivienda o edificio rehabilitado, desarrollando una base a nivel conceptual y de implementación. Así nace el concepto de “prótesis”, que se explora para resaltar la relación entre lo existente y el artefacto complementario. Este documento es un primer paso hacia un catálogo incremental y de código abierto de pequeños componentes bioclimáticos. La metodología desarrollada surgió de la arquitectura protésica como una estrategia innovadora para dar acceso a la adaptabilidad ambiental y a las soluciones bioclimáticas que se utilizarán para la renovación progresiva de la vivienda social en los países en desarrollo.
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Palabras Clave Rehabilitación de viviendas, arquitectura bioclimática, viviendas sociales, prefabricación — Problema de investigación A pesar de la resonante inclusión de Chile a la OCDE, aún hoy existe en todo el país un enorme parque de viviendas sociales construidas antes de la actual regulación térmica, la que entró en vigor en 2000, y que no están bien adaptadas al entorno climático donde se emplazan. Esto manifiesta la desigualdad del acceso a la vivienda de calidad en Chile. Problemas graves de habitabilidad son constatados, entre los que se cuentan la gran cantidad de horas de disconfort térmico para los usuarios y los nulos criterios de ahorro energético, los que originan crecientes necesidades de energía para acondicionar térmicamente estas viviendas, constituyendo un dividendo energético de por vida para las familias (Ministerio de Energía, 2011). Esta evidencia, constatada al cabo de años de política de vivienda social, es reafirmada mediante el análisis de resultados de simulación térmica de estas viviendas. Las razones de esta problemática son múltiples, pero sobre todo se explican por los bajos estándares de las normativas y, por sobre todo, por la falta de desarrollo de diseños de vivienda adaptadas a los diferentes contextos microclimáticos regionales del país. Si bien se ha avanzado en los últimos quince años desde el punto de vista de la normativa térmica, que fija condiciones básicas como niveles de aislamiento diferenciado por zonas geográficas, aún es una tarea pendiente mejorar, mediante el diseño, la respuesta a las disímiles condiciones medioambientales de cada uno de los múltiples contextos microclimáticos de Chile, generando con ello adaptaciones adecuadas en las envolventes mediante la integración de los sistemas pasivos propios de la arquitectura bioclimática. Necesidad de energía limpia y soluciones sustentables El ahorro energético en la arquitectura y, más aún en la vivienda social, constituye hoy una prioridad debido a los altos costos ambientales y económicos de los
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Gráfico 1 IZQUIERDA: Combustible usado 05
para calefacción en viviendas a nivel nacional. Fuente: Comisión Nacional de Energía, 2012. DERECHA: Gráfico de distribución en porcentajes del consumo de energía residencial, total país para el año 2010. Fuente: Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), 2010.
grandes consumos energéticos en nuestro parque edificado. Éste se ha hecho un problema crítico sobre todo por el gasto que proveerse de energía implica para las familias más vulnerables, y por otro lado, debido a la alta contaminación de las ciudades en invierno, la que es producida por el alto consumo de leña para calefacción (Gráfico 1). Se observa que la severidad climática de nuestras ciudades constituye hoy la principal determinante de esta situación, lo que se explica porque el parque construido no está respondiendo correctamente a las condiciones climáticas. El confort interior se ve gravemente afectado debido, principalmente, a la falta de adaptación de las envolventes de los edificios a esta severidad y diversidad climática. Esta situación puede ser contrarrestada con medidas en el diseño de la arquitectura y en su rehabilitación energética mediante la incorporación de estrategias bioclimáticas que adapten sus respuestas a estos microclimas, tanto en invierno como en verano.
1.512.034 1.320.746 1.115.025 744.982
272.889 51.843 Gas
Parafina o Leña o petróleo derivados
Carbón
Electricidad
2.027
16.091
Energía solar
Otro
No usa o no tiene
0.5 0.8 0.8 0.9 1.4 1.8 2.2 2.8 5
Hervidor Lavadora Aspiradora PC Horno Stand By TV Iluminación Refrigerador Cocina ACS Calefactores
7.6 17.6 56.3 0
10
20
30
40
50
60
La propuesta: prótesis o componentes bioclimáticos en madera «Prótesis: 1. f. Med. Procedimiento mediante el cual se repara artificialmente la falta de un órgano o parte de él. 2. f. Extensión artificial que reemplaza o provee una parte del cuerpo que falta por diversas razones. 3. f. Aparato o dispositivo destinado a esta reparación» (RAE, 2014, pág. 1.236)
Normalmente una prótesis ayuda a cumplir una función que el cuerpo original naturalmente no posee, o contribuye a rehabilitar alguna falencia o desventaja, completando así al cuerpo con una función específica necesaria. De la misma manera, las funciones naturales de un edificio pueden requerir elementos de ayuda para resolver problemáticas de diversa índole, entre ellas la energética. Eso es lo que busca hacer este proyecto transformando una serie de estrategias bioclimáticas en elementos y componentes de madera de fácil integración en la arquitectura ya existente, o en la de nueva construcción, para la adaptabilidad al clima de la arquitectura. Se propone, partiendo de una clasificación y factibilidad por clima de estas soluciones, hacer de estos componentes elementos fácilmente manejables y asequibles, y lograr que mediante acoples o ensambles sencillos aporten soluciones y adaptaciones tecnificadas en los edificios, siendo capaces de convertirse en elementos estandarizados de referencia para la construcción del hábitat bioclimático en el entorno chileno y latinoamericano (Agurto, 2016).
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Arquitectura no es sólo obra
Objetivos Se propone desarrollar esta adaptabilidad en la arquitectura diseñando e integrando un conjunto de componentes bioclimáticos modulares, de forma que sea posible generar estas adaptaciones a los contextos medioambientales de cada lugar y su microclima, así como a sus respectivas diferencias y singularidades en lo que se refiere a las condiciones de radiación solar, temperatura, ventilación natural y humedad.
05
Para ello se desarrollarán diversos componentes prefabricados que provean y compensen diversas funciones que la vivienda en madera por naturaleza no posee (de ahí que se los designe como “prótesis”). Esto se logra adicionando componentes para captación solar, acumulación de energía y masa térmica e iluminación, así como diferentes elementos reconfigurables de arquitectura pasiva, logrando con ello una mejor adaptabilidad y un notable ahorro y eficiencia energética pasiva (sin necesidad de consumos eléctricos ni energía de ningún tipo) de alto valor agregado en su diseño, aprovechando la energía del Sol y las condiciones que el entorno y el microclima de cada lugar de implantación ofrece. Se propone desarrollar un conjunto de componentes prefabricados y un sistema constructivo modular de alta calidad, e implantar una concepción flexible y progresiva que usará sistemas pasivos integrados en las pieles de las viviendas, haciéndolas reconfigurables a bajo costo. Para ello se trabajará en tipologizar soluciones y componentes bioclimáticos, tanto definitivos como reconfigurables, diseñados como piezas autónomas y fácilmente insertables y reversibles (Figura 1).
Figura 1 Ejemplos de modularidad y progresividad de los componentes. Inserción y combinación de dos tipologías de prótesis en módulo genérico. Fuente: Elaboración propia.
Sustentabilidad y Eficiencia
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Rehabilitación bioclimática de viviendas Es necesario, como el paso siguiente a las actuales medidas de conservación de la energía —como colocación de aislamiento en la envolvente y mejoramiento de los vanos—, avanzar en la incorporación de estrategias bioclimáticas y de arquitectura solar pasiva de acuerdo a cada uno nuestros contextos regionales en este parque de viviendas existentes. Aplicar estas estrategias transformadas en elementos de fácil replicabilidad, colocadas como medidas correctoras que aporten al ahorro energético y a la sostenibilidad de las soluciones constructivas entregadas por el Estado, reduciendo su huella de carbono, es el principal desafío.
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Hipótesis de trabajo Hipótesis 1 Es factible mejorar el confort en el interior de las viviendas sociales existentes y disminuir considerablemente su consumo energético mediante la inserción de soluciones bioclimáticas a manera de componentes insertables independientes, que a manera de prótesis puedan suplir falencias considerables en estas viviendas. Esta rehabilitación puede ser considerada como un segundo paso en una estrategia progresiva de rehabilitación, luego de mejorada la envolvente térmica. Hipótesis 2 Es posible transformar los elementos y estrategias bioclimáticas en soluciones tipologizadas y fácilmente replicables dados ciertos patrones, que bajo condiciones mínimas puedan adicionarse a la vivienda y mejorar su performance energética. Metodología y resultados alcanzados El primer paso de este proyecto conduce al desarrollo de una taxonomía y traslación a la lógica de componentes de diversas familias de soluciones bioclimáticas integrables, las que fueron catalogadas y caracterizadas, pudiendo así ser fácilmente utilizadas para la rehabilitación bioclimática en diversos contextos en el campo de la vivienda social. Posteriormente, estos elementos se diseñarán y construirán para ser monitorizados durante un período de un año y medio, para comenzar su caracterización de rendimiento real, de cara a una etapa posterior que profundizará en criterios encaminados hacia la certificación e incorporación a la norma chilena de estos elementos pasivos de ahorro de energía. La Figura 2 muestra brevemente una hoja de ruta del proceso, indicando la secuencia lógica en que se desarrolló el diseño del proyecto (Watson & Labs, 1980). Tecnologías bioclimáticas: principios low-tech La arquitectura bioclimática es aquella que optimiza, en su propio diseño arquitectónico, sus relaciones energéticas con el entorno medioambiental. Es la que aprovecha, mediante orientaciones correctas, proporciones y compacidad adecuadas al entorno, la energía del Sol de invierno y rechaza la de verano, la que utiliza los beneficios de la ventilación natural para combatir la humedad, la que ocupa materiales con inercia térmica para acumular calor y, en resumen, aprovecha los ciclos naturales del día, la noche y las estaciones, adaptándose a estos cambios graduales y aprovechándolos en pos de mantener el confort interior de los
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espacios. Las mejoras de los aspectos energéticos en un edificio pueden apoyarse en diferentes técnicas que, desde el punto de vista termodinámico, influyen en el comportamiento de un edificio (Agurto, 2016). A saber: 1. Técnicas conservativas: Son las que se ponen en práctica cuando se intentan evitar al máximo las pérdidas o ganancias de energía entre el interior y el exterior. Con este mismo objetivo, es importante que la forma general del edificio sea compacta (poca superficie de contacto con el exterior) y que su piel trabaje primordialmente como una barrera (térmica, radiante y al aire). Es lo que normalmente se hace al colocar aislamiento en un edificio o vivienda. Estas técnicas, según este proyecto, son básicas y deben considerarse en toda envolvente, por lo que se asumen como un estado anterior y superado para pasar a la segunda generación de técnicas de rehabilitación.
Figura 2 Metodología y taxonomía de las estrategias bioclimáticas primarias y su origen en los mecanismos de transferencia de calor. Fuente: Elaboración propia y taxonomía basada en Watson & Labs, 1980.
2. Técnicas de conexión: Son aquellas en que se intenta favorecer la penetración o salida de determinada forma energética para mejorar con ello las condiciones interiores. Las técnicas más conocidas son las de captación de la radiación solar, aunque también pueden ser importantes las de ventilación y disipación nocturna de calor, entre otras. Con estos objetivos será importante que la piel esté constituida en gran parte por conectores (radiantes, térmicos o de aire). 3. Técnicas estabilizadoras: En este caso se hace referencia a las que tienden a mantener constantes en el tiempo las condiciones energéticas del interior. En este sentido, todas las técnicas conservativas serán más favorables a este propósito que las de conexión, pero, además, debemos añadir las que incrementen la inercia térmica del interior del edificio, que tenderán a mantener constantes sus condiciones energéticas.
Sustentabilidad y Eficiencia
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Es así que la acción combinada de las técnicas conservativas, conectoras y estabilizadoras nos conducirá a referirnos a las “técnicas mixtas”, es decir, a la conjunción de las tres para crear sistemas de filtros (barreras a ciertos tipos de energía y conectores respecto a otros) y captores con amortiguación de su efecto. Otras características del sistema de componentes
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Figura 3 Principales características del sistema de prótesis creado. Fuente: Elaboración propia.
El proyecto trabaja con el uso de la madera en todas las diferentes estrategias, las que combinadas agregan nuevas características y perspectivas bioclimáticas a su uso, elevando las características y prestaciones de habitabilidad de este material renovable con la consiguiente mejora del nivel de bienestar de los usuarios. Estos componentes, además, aumentan el valor agregado de la madera como material sustentable, ya que generan una nueva forma de pensar elementos de rehabilitación energética que suman nuevas características a las viviendas, resumidas en los puntos A, B, C, D y E de la Figura 3.
Tipologización de componentes bioclimáticos y lógicas de inserción Los elementos se diseñaron como elementos fácilmente adicionables y reversibles, comprobándose su desempeño energético mediante simulaciones computacionales. Las tipologías de elementos a considerar están clasificadas en:
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1. Prótesis contra el frío 1.1 Elementos de captación solar e integración de dispositivos solares para climatización como invernaderos, muros trombes y chimeneas solares. Se basan normalmente en la captación de la energía solar, por ello se conocen también como “sistemas captores” o “sistemas pasivos de energía solar”. Normalmente se diferencian la captación, el almacenamiento y la cesión al ambiente interior como las tres partes que deben optimizarse para un buen resultado. La captación solar estará constituida por un elemento transparente o translúcido (que permite la entrada de la radiación solar y detiene la salida de la infrarroja del interior) y una superficie o superficies que reciben esta radiación solar y la absorben. Es conveniente que el elemento vidriado tenga el máximo coeficiente de transmisión a la radiación solar, lo que aconseja la utilización de vidrio sencillo, excepto en el caso de climas muy fríos, donde las pérdidas por transmisión serían muy elevadas y es necesario reducirlas con vidrios provistos de cámara de aire, aunque ello disminuya la transmisión de radiación solar (Figura 4). El 85 por ciento de la carpintería a usar será en pino radiata, que poseerá siempre la sección más reducida posible. Cabe mencionar que las superficies absorbentes que reciben la radiación deberán ser de color oscuro si están inmediatamente detrás del vidrio y de colores claros si están repartidas por el interior del local.
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Figura 4 Esquema explotado de “Prótesis 01 tipo invernadero”, mostrando las funciones de cada pieza. Proceso de diseño de modelos para posterior simulación en TRNSYS y CFDAnalysis. Fuente: Elaboración propia.
1.2 Elementos de acumulación de energía. Involucran diferentes configuraciones de distribución de masa térmica en paredes de madera. Para la adición de inercia térmica mediante diferentes configuraciones manteniendo la ligereza de la madera con el fin de proveer acumulación de energía, se usarán materiales auxiliares de acumulación térmica como agua, arena, tierra y materiales de cambio de fase (PCMs). El almacenamiento se producirá en los elementos masivos que, en contacto con las superficies absorbentes, acumulan en forma de calor la energía de la radiación absorbida. En general, pueden ser elementos de obra (hormigón es lo
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más común) o depósitos de agua. La cesión o distribución al ambiente se efectúa por convección y radiación desde la masa térmica que ha acumulado la energía. La respuesta retardada y amortiguada con que se lleva a cabo esta cesión al ambiente actúa conjuntamente con la posible inercia general del edificio (en el caso de ser una vivienda de albañilería de ladrillo, por ejemplo, para procurar la estabilidad energética interior). Por ello, y conjuntamente con estos “sistemas de captación” y con los siguientes “sistemas contra el calor” como elementos influyentes en ambos comportamientos, deben considerarse los sistemas de inercia térmica como “técnicas estabilizadoras” (Gráfico 2).
05
40
36,2567
35
33,0324 29,8645
30
28,0631
27,0053
25 18,3902
20 15
13,524
11,3851
Temperatura
10 5 0 -5 3
4
5
6
7
8
9
10
11
Semana más fría del año (mes de julio) Temperatura del aire dentro del habitáculo genérico (shoebox) – Situación de partida Temperatura del aire en el habitáculo (shoebox) sumando la prótesis de invernadero en la cara norte Temperatura de bulbo seco exterior en la ciudad de Concepción Temperatura del aire en el interior de la prótesis A_01
Gráfico 2 Resultados de simulación. Comparación entre las temperaturas interiores, la situación inicial de un módulo de habitáculo (shoebox) y los resultados de la adición de una pequeña prótesis de invernadero en la fachada Norte. Simulación realizada con el software DesignBuilder. Fuente: Elaboración propia.
MODELO “SHOEBOX” PARÁMETRO VALOR UNIDAD Área 50,00 m2 Altura 2,50 m Volumen total 125,00 m3 Habitantes considerados 3,00 persons Longitud fachada sur 8,93 m Longitud fachada este 5,60 m Parámetros de ocupación 16,73 m2/inhab Parámetros de ocupación 0,06 inhab/m2 Actividad (Design building) Dwell_DomBed Proporción entre los lados 1 : 1.6 ENVOLVENTE VALORES U Muros exteriores 1,60 W/m2K Roof 1,10 W/m2K Windows 6,12 W/m2K Floor over ground 0,90 W/m2K Infiltration rate 0,70 1/s PORCENTAJES DE ACRISTALAMIENTO Fachada NORTE 50% Fachada SUR 10% Fachada ESTE 20% Fachada OESTE 20% Concepción (MIL/CIV) Fichero climático usado Source: Meteonom + Energy Plus Weather Data
2. Prótesis contra el calor Ayudarán a mantener las condiciones interiores de confortabilidad cuando las condiciones climáticas exteriores tengan exceso de radiación y/o de temperatura del aire. Para ello, las técnicas básicas son las de “ventilación y tratamiento del aire” y las de “protección a la radiación”. Se explora una gran diversidad de soluciones, entre ellas: 2.1 Pieles reconfigurables, fachadas ventiladas, aislamientos y sombreamientos móviles. (A desarrollarse con mayor detalle posteriormente. Por razones de espacio, fue imposible mostrar el desarrollo existente hasta la fecha y sus posibilidades). 2.2 Dispositivos pasivos de ayuda a la ventilación. Incluye diferentes tipos de elementos para favorecer la ventilación natural, tales como rejillas ajustables y aperturas flexibles y respirables. Por otro lado, los sistemas de protección a la radiación deberán prevenir el sobrecalentamiento de las fachadas de la vivienda más sensibles a la sobrecarga energética solar en verano, ya sea por su permeabilidad radiante (vanos, huecos y aberturas) o por su exposición a las radiaciones más intensas (techumbre, fachadas Este y Oeste). En general, deberán permitir un buen paso del aire y, en muchos casos, la penetración de luz difusa y la visión hacia el exterior de los espacios. Dado que la geometría y forma de estas protecciones es decisiva para definir su rendimiento en relación con la posición del Sol, en muchas ocasiones conviene que sean reconfigurables, regulables y/o móviles para dotar de la necesaria flexibilidad de uso. En todos los casos, las soluciones deberán adaptarse a la latitud.
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3. Prótesis para la iluminación natural Estos sistemas se implementan para favorecer la penetración de la radiación solar, de manera directa o difusa, para lograr un mejoramiento de la iluminación de espacios interiores, mejorando la eficiencia del alumbrado cuando sea necesario. Aunque el enfoque de estos sistemas pueda parecer similar al de los “sistemas captores de energía solar” a efectos térmicos, en la práctica resulta muy distinto, aunque a veces puedan coincidir ambas acciones en una misma zona del edificio. En estos sistemas existe también una gran variedad de soluciones, lo que complica cualquier análisis general del problema. A pesar de ello, cabe hacer notar que, al transformar estos elementos en prótesis que se insertan en la vivienda, la primera consideración referida al problema del alumbrado debe ser la distinción entre zonas periféricas y zonas interiores de la vivienda en las que normalmente hay ausencia de luz natural (Figura 5).
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Figura 5 Esquema explotado de “Prótesis 02 techumbre”, mostrando las funciones de cada pieza. Proceso de diseño de modelos para posterior simulación en TRNSYS y CFDAnalysis. Fuente: Elaboración propia.
4. Prótesis multifuncionales Prótesis como soluciones a nuevas funciones anexas a la vivienda, especialmente los llamados heliodomésticos o cocinas y secaderos solares que se vincularán, como elementos auxiliares de la cocina para el ahorro energético, mediante tecnologías solares integradas al interior de la vivienda. Como complemento, el sistema de prótesis incorporará también un grupo importante de prótesis como elementos de unión y sujeción para la integración de dispositivos de producción energética (por razones de espacio no se incluye una pieza gráfica con el detalle de éstas). Se trata de un desarrollo de elementos anexos (Hafke, Hochberg, & Raab, 2009) para el sistema que favorecen la integración de energías renovables y la agricultura urbana, y de elementos bastidores para la utilización del máximo de espacio intersticial (Figura 6).
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En resumen, este proyecto busca poner en valor el conocimiento de componentes o sistemas que puedan mejorar determinados aspectos del funcionamiento energético de la arquitectura, rehabilitando con ellos viviendas de manera progresiva, ya que ante la imposibilidad de incidir sobre el diseño y las decisiones que se toman al inicio del proyecto es imposible mejorar la concepción de la vivienda y su implantación dentro del conjunto.
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Conclusiones
Figura 6 Espacios frontera aptos o recomendables para la instalación de prótesis en las fachadas: a) baranda, b) ventana espacio, c) bowwindow, d) balcón, e) loggia, f) patio interior. Fuente: Hafke, Hochberg, & Raab, 2009).
Cabe hacer una fuerte reflexión sobre la real aplicación del saber académico en la búsqueda de soluciones a las problemáticas de nuestro país, y desde un punto de vista crítico es necesario plantearnos qué rol está jugando la academia en solucionar realmente las graves disparidades existentes. Es obligatorio preguntarnos sobre quiénes son realmente los hacedores de ciudad y cómo las buenas intenciones parecen perderse en el camino cuando se trata, sobre todo, del diseño y de lo “propositiva” que pretende ser la formación académica. ¿Qué relevancia tiene el diseño hoy en la vida de las personas en Chile? ¿Por qué hoy el buen diseño no está reflejado en nuestras ciudades? ¿Por qué el buen diseño es sólo para unos pocos? Como arquitectos, esta reflexión debe llevarnos a preguntarnos para quién trabajamos. ¿Seguiremos trabajando obedientemente para quienes son hoy los dueños del país? Esto debe cambiar. Vale la pena decir que, con honrosas excepciones, durante mucho tiempo los arquitectos hemos estado siempre del lado de los poderosos. Sin duda, la arquitectura es un instrumento de poder, pero hoy ésta debe volver a convertirse en un instrumento de cambio social. Hoy, desde nuestra profesión los arquitectos debemos hacernos cargo de la cuestión de la distribución de los recursos, luchando por aumentar, mediante el diseño, el acceso equitativo a la ciudad, a los recursos que ésta provee y a las tecnologías que finalmente permiten la igualdad de acceso al confort. De otra forma, no podemos hablar de ciudades sostenibles, como hoy tanto se repite, convirtiendo este concepto en una entelequia sin sentido, y sin conciencia de que aún gran parte de la población urbana vive en condiciones de vulnerabilidad. Sin duda, esta desigualdad tiene su expresión más fuerte en el enorme parque de viviendas precarias existentes en nuestras ciudades del sur, donde a veces las casas construidas por el Estado, o a menudo auto-construidas con presupuestos reducidos, responden mal a condiciones climáticas extremas, exponiendo a los usuarios a condiciones de vida que no permiten su pleno desarrollo, impidiendo que las personas tengan sus necesidades básicas ni siquiera medianamente satisfechas y poniendo en peligro su salud. El proyecto propone, por primera vez en Chile, catalogar soluciones bioclimáticas apropiadas para cada contexto y transformarlas en elementos a prefabricar mediante tecnologías de fácil acceso que permitan su autoconstrucción. La segunda etapa de este catálogo desarrollará prototipos construidos que serán monitorizados y posteriormente optimizados en su diseño y puestos a disposición de todos como una herramienta de código abierto.
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Estas adaptaciones ambientales harán posible la adaptabilidad de acuerdo a los variados contextos microclimáticos de nuestro país, y aportarán un mayor confort a la vivienda o edificio, existente o de nueva construcción, disminuyendo además el sobrecosto económico que supone para el usuario el consumo energético durante toda la vida útil de la vivienda y reduciendo también el enorme costo medioambiental que trae consigo el uso de combustibles para climatización, tanto fósiles como biomasa. Creemos que generar este cambio es posible y para ello creamos esta especie de kit de soluciones en madera tipologizadas de acuerdo a zona la climática, el uso, la flexibilidad y las posibilidades de re-configurabilidad, creando soluciones y componentes bioclimáticos diseñados como piezas autónomas y fácilmente adicionables, tanto a un edificio o vivienda existente como a diseños de arquitectura antes de su construcción.
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El mayor aporte de este proyecto es colocar un resultado en la mano de quienes tienen muy poco para facilitar la autoconstrucción de estas adaptaciones. Pensado bajo una lógica low-cost y low-tech, este esfuerzo de investigación derivado de una tesis doctoral (Agurto, 2016) financiada por CONICYT propone poner la investigación mediante diseño (research by design) como una estrategia al servicio de los más desposeídos, al servicio de los que día a día deben elegir entre comer o calefaccionar su vivienda, siendo parte de un sistema que todavía no les da una mano para poder vivir en condiciones dignas. Este trabajo deriva de un capítulo de la tesis doctoral en energías renovables y eficiencia energética realizada por el autor en la Universidad de Zaragoza y el Instituto CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), efectuada gracias al financiamiento del programa Becas Chile de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT).
— Trabajos citados Agurto, L. (2016). Micro Urbanismo Bioclimático: el espacio intermedio y sus posibilidades de apropiación y adaptabilidad medioambiental como factor determinante en el habitar colectivo (Tesis doctoral, Universidad e Zaragoza). Zaragoza. Comisión Nacional de Energía. (2010). Precio de combustibles en estaciones de servicio para el 11 de noviembre de 2010. Recuperado el 20 de noviembre de 2010, de CNE: http://antigua.cne.cl/noticias/energia/hidrocarburos/101-precios de-combustibles-en-estaciones-de-servicio-para-el-11-de-noviembre-de-2010 Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). (2010). Manual técnico - Reacondicionamiento térmico de viviendas en uso. Recuperado el 10 de diciembre de 2010, de www.minenergia. cl/minwww/export/sites/default/05_Public_Estudios/descargas/Re acondicionamiento_termico_viviendas.pdf Hafke, J.-H., Hochberg, A., & Raab, J. (2009). Open/Close: Windows, Doors, Gates, Loggias, Filters. Boston: Birkhauser. Ministerio de Energía. (2011). Balance Nacional de energía 2011. La Urgente necesidad de un plan nacional de acción para la eficiencia energética en Chile. Santiago. RAE. (2014). Diccionario de la lengua española (23ª edición). Madrid: ESPASA. Watson, D., & Labs, K. (1980). Climatic design: Energy-efficient building principles and practices. Nueva York: Mc Graw-Hill.
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Recintos perimetrales de interés tipológico y su influencia sobre el comportamiento térmico de viviendas rurales de la Patagonia Occidental
06 AUTOR
Juan Pablo Fernández INSTITUCIÓN
Universidad Técnica Federico Santa María FONDOS ASOCIADOS
Asociado al convenio de cooperación Universidad Técnica Federico Santa María, I. Municipalidad de Torres del Paine E-MAIL
jpfergoy@gmail.com ÁMBITO
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INVESTIGACIÓN DESTACADA
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen La investigación surge del cuestionamiento de la valoración de la “tradicionalidad” de la arquitectura introducida en el contexto rural de la Patagonia Occidental, en base a su relación con el clima del territorio en el que se emplaza. Desde dicho cuestionamiento se identifican distintos tipos de recintos tipológicos característicos de las viviendas estudiadas para, posteriormente, analizar su comportamiento térmico. 06
Se estudiaron tres tipos de recintos que tienen incidencia sobre el desempeño térmico de las viviendas: la galería, el jardín de invierno y la veranda. Utilizando un software de simulación térmica (Ecotect Analysis 2011) se analizó la incidencia que la adición de estos recintos ejerce sobre un recinto base al variar sus orientaciones y condiciones de acoplamiento, en términos de kWh/m² año. Se analizó un total de 24 casos hipotéticos, obteniéndose tanto aumentos como reducciones respecto a los valores de referencia. Palabras Clave Arquitectura rural, tipología de vivienda, eficiencia térmica, Patagonia — Introducción Este estudio surge del análisis de la vivienda rural producida en la Patagonia chilena durante el último periodo de expansión de las estancias ganaderas ovinas, en la primera mitad del siglo XX. La arquitectura masificada en el territorio patagónico durante dicho proceso de expansión productiva tuvo un carácter marcadamente funcional, cualidad que la relegó a no ser considerada objeto de estudio, atención ni conservación durante un largo periodo. Investigaciones recientes junto con acciones realizadas en función del interés cultural que estas instalaciones generan han logrado poner en valor sus cualidades arquitectónicas, así como el aporte que esta arquitectura ha jugado en la construcción del imaginario cultural de la zona en cuestión (Garcés Feliú, 2009; Lolich, 2011). Los esfuerzos académicos se han centrado en la caracterización histórica y en la clasificación tipológica de estilos (Martinic, 1984; Baeriswyl, Morris, Irribarra, Subiabre, & Fernández, 1991; Baeriswyl, 2003), y poco se ha hablado del aporte que la arquitectura desarrollada en este periodo podría entregar a la producción arquitectónica contemporánea. Es más, parte de la actividad constructiva actual ha caído en simplismos tales como la imitación de elementos exteriores figurativos o decorativos. Este estudio, por tanto, se centra en explorar los potenciales de reducción de demanda térmica activa de las viviendas por medio del análisis del comportamiento térmico de los recintos tipológicos propios del periodo señalado. En concordancia con lo que indica Lolich en su estudio de perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula de la Patagonia (2007), se busca documentar, a través del análisis técnico, valores que permitan validar la conservación y continuidad de este tipo arquitectónico. El objetivo de esta investigación no es buscar valores óptimos para el funcionamiento térmico de las viviendas estudiadas, sino obtener valores que
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permitan validar técnicamente la implementación de las tipologías arquitectónicas en función de la eficiencia térmica de sus elementos, particularmente respecto a sus recintos perimetrales. Tipología y recintos perimetrales analizados Caracterización tipológica de la vivienda rural 06
La vivienda rural de la Patagonia Occidental, producida durante el periodo de expansión productiva aquí abordado, se caracteriza en lo formal por los volúmenes compactos con cubiertas de pendiente pronunciada, por la ausencia de aleros y por tener una altura de piso a cielo considerablemente alta. En lo material se caracteriza por usar la madera como materialidad estructural y por el amplio uso de revestimientos metálicos, siguiendo una tradición constructiva importada principalmente del Reino Unido. Adicional, pero no necesariamente, también es común la presencia de adornos propios del pintoresquismo en la escueta decoración de las fachadas y elementos constructivos (Lolich, 2011). De acuerdo a la clasificación tipológica propuesta por Martinic (1984) y Baeriswyl (2003), en un primer periodo las tipologías introducidas en el contexto se caracterizan por la ampliación constante, ejercida mediante la adición perimetral de recintos adosados en torno a las fuentes térmicas internas. En un segundo periodo éstas se caracterizaron también por la mixtura de tradiciones constructivas diversas (principalmente inglesa, croata, suiza, española y chilota) y por la adición de mayores complejidades espaciales y decorativas (Benavides, Martinic, Pizzi, & Valenzuela, 1999). ¿Patrimonial por qué? Se ha atribuido el carácter patrimonial a estas tipologías y a las formas de apropiación del territorio que sustentan por ser un remanente claro del periodo histórico en cuestión. Del mismo modo, investigaciones recientes destacan cómo esta arquitectura y su formas de apropiación territorial han incidido ampliamente en la construcción de un imaginario cultural de la ruralidad patagónica (Garcés Feliú, 2009). Este estudio sostiene que, junto con lo anterior, la arquitectura desarrollada en el contexto toma un valor adicional por cuanto es una manifestación de la adaptación del hábitat residencial a la hostilidad extrema del clima de la Patagonia Occidental, situación que se ve materializada en la incorporación de elementos tipológicos disímiles, ya sea por proceder de distintas tradiciones o por obedecer a la necesidad directa de protección frente al clima. Nos referimos particularmente a recintos perimetrales tales como: chifloneras, verandas, galerías y jardines de invierno (Fernández, 2014). Recintos perimetrales analizados a. Galería Se trata de un recinto que cuenta con al menos una de sus caras longitudinales cubierta, principalmente por ventanas, vinculándose siempre al volumen principal de la vivienda por la otra. Para este estudio se definió como un recinto de 6×10 metros, con un 50 por ciento de su cara exterior longitudinal vidriada.
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b. Jardín de invierno Es un recinto que presenta cubiertas todas sus caras externas, principalmente por ventanas, vinculándose siempre al volumen principal de la vivienda por una de sus caras longitudinales. Para este estudio se definió como un recinto de 6×10 metros, con un 90 por ciento de sus caras exteriores vidriadas. c. Veranda Se trata de un recinto perimetral que brinda resguardo del viento y las precipitaciones antes del ingreso a los espacios de permanencia de la vivienda. Se compone de una cubierta y un piso o terraza elevada. Para este estudio se definió como un espacio cubierto de 6×10 metros.
06
Simulación Metodología Se evaluó un recinto base, cuya demanda térmica fue usada posteriormente como medida de referencia para valorar el desempeño de las distintas variaciones. Posteriormente se simularon 40 casos, que corresponden al recinto base con la adición de tres tipos de recintos perimetrales, variando sus condiciones de acoplamiento. Para realizar las simulaciones se utilizó el software Autodesk Ecotect Analysis 2011. Se calcularon las demandas energéticas de calefacción y la captación solar de los recintos. También se analizó la temperatura al interior de los recintos y los desgloses de pérdidas/ganancias pasivas. Los valores de demanda y ganancias solares se usaron como criterio para comparar el rendimiento entre cada una de las situaciones, utilizando los datos climáticos de Punta Arenas, obtenidos a través del Servicio de Administración Oceánico y Atmosférico de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Recinto base de referencia Se consideró una vivienda de 60 m2 en planta rectangular de seis por diez metros, con su cara mayor orientada al Norte, en una situación similar a la que presentan las viviendas de empleados de las estancias Tres Pasos o San Sebastián. Se consideró una altura interior de tres metros y la adyacencia superior de una cubierta a cuatro aguas con entretecho de dos metros de altura en su punto más alto, así como un zócalo perimetral de 50 centímetros. Para la situación base se consideró que el recinto tuviese un porcentaje de aperturas de 15 por ciento de su fachada Norte con vidrio monolítico. Respecto a la materialidad se establecieron como valores de aislación aquellos definidos como mínimos por la normativa térmica chilena para la llamada “Zona 7”. Se omitieron los valores de aislación originales, ya que el objetivo de este estudio no es evaluar las características de las viviendas existentes, sino las implicancias térmicas de su tipología. Finalmente, se estableció una carga de ocupación de dos personas en estado de reposo y un requerimiento de confort de 17 °C durante todo el día.
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De este modo, el análisis arrojó una demanda térmica de calefacción de 203,3 kWh/m² año. Valor que resulta superior al rango obtenido por otros estudios como el de Bustamante (2009), que sitúa la demanda de viviendas aisladas en esta zona climática entre los 177 y 184 kWh/m² año. A pesar de utilizarse aquí un requerimiento de confort menos exigente que en dicho estudio, la diferencia puede atribuirse al aumento considerable de altura interior y a los valores de infiltración utilizados. La distribución anual de la demanda energética obtenida muestra que el 40 por ciento del requerimiento de calefacción se produce en invierno y sólo el 12 por ciento durante el verano (Gráfico 1).
06
Gráfico 1 Distribución anual de la demanda energética de calefacción obtenida para el caso de referencia, expresada porcentualmente. Fuente: Elaboración propia.
12% VERANO
26% OTOÑO
40% INVIERNO
22% PRIMAVERA
Variaciones A la vivienda descrita anteriormente se vinculó un recinto perimetral de 6 × 2 metros con su lado más ancho enfrentado al exterior, y por lo menos una de sus caras en contacto con el recinto base, simulando la dimensión aproximada de un recinto perimetral. Se simuló la situación original con la adición de tres recintos perimetrales distintos: veranda, galería y jardín de invierno, variando su configuración según tres variables: primero, la orientación en la que se ubicó el recinto perimetral: Norte, Sur, Este u Oeste; segundo, la relación formal entre el recinto base y el recinto perimetral: adosado o encastrado; y tercero, la presencia o ausencia de aislación térmica entre el recinto base y el recinto perimetral. Se reconoce que al agregar un volumen adosado o sustraer un volumen a la forma original, se genera una variación en la superficie interior estudiada, así como también se produce una alteración en el coeficiente de forma entre recintos adosados y encastrados (variación del área expuesta al exterior). Sin embargo, estas variaciones se aceptan como propias de la expresión de la tipología estudiada y por tanto como parte del objeto de estudio. Para la obtención de los valores de demanda energética en el caso de los recintos perimetrales no se consideraron cargas de ocupación adicionales. Se estableció un requerimiento de confort de 17 °C entre las 9 am y las 11 pm, asumiendo que estos no son recintos destinados a pernoctar. Resultados Generales Para cada una de las variaciones antes señaladas se midieron las demandas energéticas de calefacción anuales del recinto base y del recinto perimetral, obteniéndose la siguiente tabla de resultados (expresada en porcentajes de variación respecto al valor de referencia):
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Arquitectura no es sólo obra
GALERÍA
DE MA NDA E N RECI NTO PE RI ME TRAL
VA R I ACI ÓN DE DE M A NDA E N RECI NTO BA SE
Encastrada
JARDÍN DE INVIERNO
Adosada
Encastrado
VERANDA
Adosado
Encastrada
Adosada
a
b
a
b
a
b
a
b
a
b
a
b
E
-1,5
-0,1
3,4
4,1
-1,4
-0,5
-0,9
-0,1
-
1,3
-
1,8
N
51,9
61,3
43,4
44,9
52,1
53,9
38,7
39,4
-
54,4
-
39,0
O
-1,4
-1,0
3,8
4,5
-1,0
-0,1
-0,5
0,3
-
3,5
-
2,8
S
1,5
2,6
3,2
3,8
31,7
3,2
-1,0
-0,2
-
9,4
-
3,9
E
5,0
-28,0
39,9
49,0
45,5
45,5
90,1
90,1
-
-
-
-
N
-21,4
-38,8
18,2
18,2
13,5
13,5
84,1
84,1
-
-
-
-
O
-4,4
-24,9
37,3
37,3
35,7
35,7
89,6
89,6
-
-
-
-
S
0,2
-22,8
50,2
44,7
44,7
44,7
108,8
108,8
-
-
-
-
Tabla 1 Valores porcentuales de variación de demanda térmica en relación al recinto base (203,3 kWh/m2 año) para cada tipo de recinto perimetral estudiado, según su orientación, su vinculación formal y la presencia o ausencia de aislación intermedia (a= sin aislación intermedia / b= con aislación intermedia). Fuente: Elaboración propia.
Utilizando como unidad de comparación la demanda del recinto de referencia, se observa que 13 de los recintos interiores disminuyen su demanda, mientras que los restantes 27 la aumentan. Respecto a la demanda de los recintos perimetrales, sólo tres consiguen valores más bajos que el recinto de referencia.
20
20
15
Cantidad de casos aumento de demanda
10 5
15 10 5
0 Recinto Base (RB)
Recinto Perimetral (RP)
Cantidad de casos disminución de demanda
0 Aumento en RB y RP
Aumento en RB Disminución y disminución en RB y en RP aumento en RP
Variación en la demanda térmica del recinto base
Disminución en RB y RP
Gráfico 2 IZQUIERDA: Distribución de los
Las simulaciones demostraron que en el 59,4 por ciento de los casos la adición de recintos perimetrales generó un aumento en la demanda térmica en el recinto base (sin considerar los ocho casos de veranda que también generaron un aumento de demanda interior). En el caso de los recintos base vinculados a recintos perimetrales adosados, este número corresponde a sólo cinco de los 16 casos estudiados. En tanto, con la adición de recintos perimetrales encastrados se consiguió una reducción de demanda en el recinto base en ocho de los 16 casos simulados.
resultados por recinto en relación a la demanda térmica de referencia. DERECHA: Distribución de los resultados según variación en relación a la demanda térmica de referencia en cada recinto. Fuente: Elaboración propia.
Las variaciones que provocan los mayores aumentos de demanda térmica en el recinto base son las que se ubican en la orientación Norte. Si bien son los recintos perimetrales ubicados al Norte los que tienen mejor ganancia solar y los que alcanzan mayores temperaturas internas, su bajo desempeño se debe a que este posicionamiento obstruye las posibilidades de captación solar directa e indirecta del recinto base, remitiéndolo a comportarse de forma similar a un recinto Sur.
Sustentabilidad y Eficiencia
69
06
Adicionalmente, la modulación utilizada y el dimensionamiento de las ventanas impide que la energía solar pueda penetrar de forma directa cuando se adiciona un recinto perimetral: la adición de una galería, un jardín de invierno o una veranda supone, en términos de captación solar en el recinto base, el mismo efecto que la colocación de un alero. Por el contrario, las variaciones de recintos posicionados por el lado Sur del recinto base suponen la inversión del problema anterior. En vez de “tapar” al recinto base, éste se está dejando completamente libre en sus fachadas Norte, Este y Oeste (de donde más se recibe radiación). A su vez, el recinto perimetral genera una aislación adicional al lado Sur, que resulta ser el más riguroso de todos.
06
1.800 1.600
Recinto base con Jardín de invierno
1.400 1.200 1.000
Recinto base con Galería
800 Horas al año
Gráfico 3 Distribución de horas totales por rango de temperatura en recinto base de referencia comparado con recintos base influidos por jardín de invierno y galería orientadas al Oeste. Se observa en ambos casos una disminución en la cantidad de horas por debajo de los 8 °C y un aumento en la cantidad de horas por sobre los 10 °C. Fuente: Elaboración propia.
600 Recinto base de referencia
400 200 0
Temperatura 0
Exterior
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
Es posible afirmar que la adición de recintos perimetrales en las orientaciones este y oeste es la que mejor respondió a la búsqueda de reducción de las demandas térmicas del recinto base, consiguiéndose en 11 de los 16 casos simulados (los cuatro casos de galerías encastradas y siete de los ocho casos de jardines de invierno), siendo los casos de las galerías y jardines de invierno encastradas sin aislación intermedia los que consiguen las mayores reducciones de demanda del recinto base. Adicionalmente, los recintos orientados al Este y Oeste son los que presentaron el comportamiento más estable en cuanto a la variación de sus temperaturas internas durante el año, con una tendencia lógica a tener menores demandas y mayores temperaturas durante los meses estivales. Demanda térmica de los recintos perimetrales Se observó que la demanda energética obtenida para los recintos adosados es significativamente mayor a la de los recintos encastrados en iguales orientaciones, muchas veces llegando a duplicar los valores. Esto probablemente se deba a dos condiciones de los recintos adosados: 1. El aumento de área expuesta directamente al exterior, lo cual provoca una mayor área sujeta al efecto de pérdidas por convección (situación que no se da en el caso de los recintos encastrados ya que éstos limitan en tres de sus caras con un recinto temperado y sólo en una con el exterior);
70
Arquitectura no es sólo obra
2. El recinto adosado, a diferencia del encastrado, tiene mayores pérdidas por la cubierta debido a la ausencia del volumen de aire que proporciona el entretecho, el cual, a pesar de no ser un aislante propiamente, si ayudaría a reducir las pérdidas por convección.
06
1.800 1.600
tº Jardín de invierno
1.400 1.200 1.000
tº Galería
Horas al año
800 600
tº Exterior
400 200 0
Temperatura 0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
Gráfico 4 Distribución de horas totales por rango de temperatura en los recintos jardín de invierno y galería orientados al Oeste. Se observa que los recintos jardín de invierno tienden a acentuar las temperaturas extremas, mientras que las galerías concentran más horas en las temperaturas promedio. Fuente: Elaboración propia.
Se observó también que el único caso en el cual la demanda del recinto perimetral varía significativamente debido a la modificación de la aislación intermedia entre el recinto perimetral y el recinto base es la galería encastrada, siendo la versión con aislación intermedia la que presenta una menor demanda. Sin embargo, los recintos base presentan un comportamiento inverso en cada caso: el asociado a la galería sin aislación intermedia tiene una demanda menor que el asociado a la galería con aislación intermedia. Discusión Al evaluar el comportamiento térmico de los recintos perimetrales se hace presente la importancia de considerar el aspecto temporal y las fluctuaciones de temperatura al interior de ellos, ya que, si bien en muchos casos la demanda térmica anual puede entregar valores insatisfactorios de rendimiento, los mismos casos pueden presentar considerables variaciones en la distribución de temperatura que generan en el recinto base. Lo mismo se comprueba al analizar la cantidad de horas día en que la temperatura está por sobre el rango de confort establecido al interior de los recintos perimetrales (Gráfico 5). Esto abre la posibilidad de considerar dichos recintos como espacios de uso temporal, que según el parecer de los usuarios puedan incorporarse o separarse de la envolvente térmica principal de la vivienda. De la interpretación del Gráfico 5 se puede plantear hipotéticamente que sería posible diseñar viviendas en función de obtener un equilibrio térmico durante los meses estivales. Esto permitiría suponer dos escenarios de operación: uno activo en la temporada fría y otro potencialmente pasivo en la temporada cálida.
Sustentabilidad y Eficiencia
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30 t° Interior sin Adosamiento
25 20
tº Exterior
15 10
t° Interior con Elemento Adosado
5 Temperatura
06
Gráfico 5 Ejemplo de variación de temperatura por horas en los días más frío y más cálido del año, en el caso del jardín de invierno encastrado al Oeste. Se observa que en la situación cálida la temperatura al interior del jardín de invierno alcanza valores sobre los 25 °C y produce un incremento de temperatura en el recinto base de aprox. 2 °C por un periodo de casi seis horas (de 13:00 a 19:00 horas). Fuente: Elaboración propia.
0 -5
t° Interior con Elemento Adosado
-10
Horas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 del día
Finalmente, se debe acotar que las relaciones entre recintos base y perimetrales aquí señaladas consideran el tipo de construcción ligera, sin masa térmica, típico de la zona. Estas relaciones se podrían ver ampliamente alteradas al utilizar materiales de mayor masa, que permitirían conseguir una inercia térmica entre día y noche, ampliando las posibilidades de la captación térmica solar.
Figura 1 Veranda adosada a recinto de comedores en estancia Oazy Harbour. Fuente: Fotografía del autor.
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Arquitectura no es sólo obra
06
Conclusiones En resumen, según los resultados obtenidos, los mejores desempeños de captación en los elementos perimetrales los tienen las galerías encastradas con aislación intermedia orientadas al Este, Oeste y Norte. En tanto, las mayores reducciones de demanda del recinto base se obtienen al anexar galerías encastradas al Este y Oeste sin aislación intermedia (-1,5% y -1,4% respectivamente); y con los jardines de invierno encastrados orientados al Este y Oeste sin aislación intermedia (-1,4% y -1,0% respectivamente).
Figura 2 Vista de conjunto de la Estancia Tres Pasos. Fuente: Fotografía del autor, también utilizada en Fernández, 2014.
Se observa así que los recintos estudiados, considerados tipológicos de la vivienda rural de la Patagonia Occidental, tienen el valor de poder ejercer una influencia positiva en el desempeño térmico global de la vivienda. Sin embargo, esta variación nunca superó al 1,5 por ciento de reducción respecto a la demanda de referencia, por lo cual su implementación sería probablemente injustificable si dicha variación fuese su único aporte (posiblemente se podrían lograr mayores reducciones simplemente mejorando el sistema de vidriado o la aislación perimetral). Se reconoce una cualidad adicional en todos los recintos de tipo galería y jardín de invierno orientados al Este, Norte y Oeste: generar en forma pasiva un incremento sustancial de temperatura durante ciertas horas del día, las cuales podrían potencialmente coincidir con sus horas esperadas de uso. Esto permitiría crear una zona pasivamente habitable al “exterior” de la vivienda pero resguardada de las asperezas del clima local, como sucede con el jardín de invierno orientado al Oeste, que alcanza peaks sobre los 25 °C durante las tardes de los meses cálidos (Gráfico 5). Así, a modo de demostración, el estudio valida técnicamente el potencial de reducción de demandas térmicas de los recintos perimetrales propios de la tipología estudiada, entendiendo que el comportamiento de éstos queda sujeto a ciertas condicionantes de orientación, vinculación y temporalidad. A pesar de ello, este estudio no permite validar la correcta implementación histórica de los mismos, asunto que requeriría ser abordado por medio de un catastro y análisis de la orientación y formas de vinculación de cada caso particular.
Sustentabilidad y Eficiencia
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— Trabajos citados
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Figura 3 Galería adosada en vivienda principal de la estancia Cerro Guido. Fuente: Fotografía del autor.
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Baeriswyl, D. (2003). Arquitectura en Punta Arenas, casas de madera: 1848-1948, cien años de historia. Punta Arenas: Hielos Antárticos. Baeriswyl, D., Morris, J., Irribarra, A., Subiabre, J. L., & Fernández, J. (1991). Hábitat y ocupación del territorio magallánico. CA (64), 26–30. Benavides, J., Martinic, M., Pizzi, M. & Valenzuela, M. P. (1999). Las estancias magallánicas: Un modelo de arquitectura industrial y ocupación territorial en la zona austral. Santiago de Chile: FAU; Editorial Universitaria. Bustamante, W. (2009). Guía de diseño para la eficiencia energética en la vivienda social. Santiago de Chile: MINVU; CNE. Fernández, J. P. (2014). Bases para una interpretación tipológica de la vivienda rural introducida en la Patagonia suroccidental desde el fenómeno de sus adaptaciones al clima. Arquitecturas del Sur, XXIII (46), 78–91. Garcés Feliú, E. (2009). Tierra del Fuego (Chile) y los paisajes culturales extremos. Apuntes: Revista de Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 22 (1), 82–93. Lolich, L. (2007). Patagonia: nuevas perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula. Actas del Congreso Internacional sobre Arquitectura Vernácula, (pp. 489–496). Sevilla, España. Lolich, L. (2011). El patrimonio inmaterial como sistema. Efectos de la industrialización en la Patagonia. Apuntes: Revista de Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 24 (2), 257–274. Martinic, M. (1984). El hombre y el uso arquitectónico durante el asentamiento colonizador en la Patagonia austral (1848–1930). Libro de conclusiones 1er Congreso de arquitectura de la patagonia (Vol. 1) (pp. 48–58). Punta Arenas: Colegio de Arquitectos de Chile, Delegación Magallanes.
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Recinto Perimetral Adosado
Caso Norte
Caso Este
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Recinto Base
Recinto Perimetral
Recinto Perimetral Encastrado
Caso Norte
Caso Este
Figura 4 Variaciones de vinculaciรณn de los recintos simulados. Fuente: Elaboraciรณn propia.
Sustentabilidad y Eficiencia
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Calidad del aire interior en espacios educativos y uso de estrategias de ventilación natural en ciudades contaminadas. Caso de estudio: Rancagua (Chile)
07 AUTOR
Christopher Cáceres Héctor Altamirano-Medina Clive Shrubsole INSTITUCIÓN
University College London FONDOS ASOCIADOS Becas Chile - CONICYT E-MAIL
arqcaceres@gmail.com ÁMBITO
Sustentabilidad y Eficiencia
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen A continuación se presentan los resultados de un estudio sobre la influencia de la contaminación del aire exterior en la calidad del aire interior de salas de clases ventiladas naturalmente. Se selecciona como caso de estudio un colegio con altos niveles de contaminación ubicado en la ciudad de Rancagua. Usando una metodología que combina monitoreo ambiental, encuestas y simulaciones con software especializado, se determina que la penetración de contaminantes al interior de las salas es alta y, por lo tanto, usar ventilación natural en colegios ubicados en zonas contaminadas puede generar efectos adversos en el rendimiento y salud de estudiantes y profesores.
07
Palabras Clave Calidad del aire interior, ventilación natural, salas de clase, material particulado — Introducción La calidad ambiental interior de un recinto es determinada por la interacción de los factores térmicos, lumínicos, acústicos y de calidad del aire. Esta última resulta de especial interés dados los efectos que posee sobre el rendimiento y la salud de los ocupantes (Mendell & Heath, 2005). Proporcionar una calidad ambiental óptima en colegios es de suma importancia ya que se estima que los niños pasan el setenta por ciento de su día en este tipo de edificios y serían más susceptibles a los efectos de una mala calidad del aire (Raizenne, Dales, & Burnett, 1998). La incorporación de estrategias de ventilación natural en colegios representa una oportunidad para proporcionar ambientes saludables con un bajo costo energético (Allard, 1998), pero también constituye un gran desafío de diseño dado que es necesario compatibilizar las condiciones ambientales y climáticas locales (Mumovic & Santamouris, 2009) con las condiciones de uso de los recintos educativos. En este caso, se trata de altas concentraciones de personas en espacios reducidos durante tiempos prolongados (Bakó-Biró, Clements-Croome, Kochhar, Awbi, & Williams, 2012). Analizar las escuelas chilenas es de interés dado que las guías de diseño recomiendan el uso de la ventilación natural (MOP, MINEDUC, UNESCO, 2000), sin considerar la crisis ambiental presente en variadas zonas del país (Ministerio de Medio Ambiente, 2013). Además, proporcionar una buena calidad del aire tampoco es parte del marco regulatorio vigente y, por lo tanto, el cuestionamiento sobre la pertinencia del uso de estrategias de ventilación natural resulta evidente. El tema también es relevante para la “XIX Bienal de Arquitectura: Arquitectura + Educación” debido al escaso debate en torno a la calidad de la infraestructura educacional en medio de las importantes reformas que se están llevando a cabo en la materia. Esta investigación examina la calidad del aire en una típica sala de clases que es ventilada naturalmente, es decir, mediante la apertura o cierre manual de puertas y ventanas. El caso de estudio se ubica en Rancagua, una de las ciudades más contaminadas de Chile a causa de sus malas condiciones de ventilación y al uso
Sustentabilidad y Eficiencia
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de biomasa para calefacción. En particular, se analiza la penetración del material particulado al interior de salas junto con el comportamiento de las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) debido a que estos contaminantes tienen efectos adversos para las personas. De este modo, se evalúa la pertinencia del uso de estrategias de ventilación natural en entornos con problemas de polución del aire. Metodología Diseño del estudio El estudio se desarrolló en dos etapas. La primera fase consistió en monitorear los parámetros ambientales de dos salas de clases durante cinco semanas entre los meses de junio y julio de 2014 en Rancagua, dado que en estos meses se concentran los episodios críticos de contaminación la ciudad (Centro Mario Molina & Ministerio del Medio Ambiente, 2013). El registro incluyó temperatura y humedad relativa, vientos, concentraciones exteriores de PM10 y PM2.5, además de niveles interiores de CO2. También se realizó una encuesta entre los estudiantes para medir su percepción sobre la calidad del aire y el confort térmico durante el periodo estudiado. Estos datos permitieron obtener un primer diagnóstico sobre el ambiente de las salas de clases.
07
La segunda fase consistió en una serie de simulaciones, las que fueron realizadas con el software CONTAM, un modelo validado que permite evaluar flujos de aire y transporte de contaminantes entre espacios interiores y exteriores (Shrubsole, et al., 2012). El objetivo fue observar la penetración de PM10 y PM2.5 desde el exterior al interior de la sala de clases bajo el escenario real de contaminación de Rancagua considerando distintas tasas de ventilación natural. Además, se evaluaron las variaciones en los niveles interiores de CO2 a dichas tasas de renovación de aire. Los resultados de las simulaciones fueron comparados con estudios similares para estimar el impacto de la polución exterior en la calidad del aire interior, junto a sus posibles efectos sobre la salud y el rendimiento de estudiantes y profesores.
Figura 1 Promedio PM10 ambiental exterior en Rancagua, periodo 2009-2011. Fuente: Elaboración propia.
Vacaciones Verano
Vacaciones Invierno
(10 semanas)
(2 semanas)
300
Clases
Clases
250
Concentración PM10 (µg/m3)
200 150 100 Nivel Máx. Norma Chilena
50
Nivel recomendación OMS
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Meses
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Arquitectura no es sólo obra
Nov
Dic
Caso de estudio El caso de estudio se ubica en un colegio ubicado en la zona urbana de Rancagua, en la cual en los últimos años los niveles de material particulado han excedido ampliamente los promedios anuales límite recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (PM10 20µg/m3 y PM2.5 10 µg/m3), e incluso la propia norma chilena que es menos estricta (PM10 50 µg/m3 y PM2.5 20 µg/m3). Por ejemplo, en el periodo 2009-2011 la concentración promedio mensual de PM10 de la ciudad fue mayor a 50 µg/m3 durante todo el año, con una media máxima de 100 µg/m3 en los meses de junio y julio. Es importante considerar que los meses críticos coinciden con el periodo en que los estudiantes asisten a clases (Figura 1).
07
Closet
El caso de estudio son dos salas de clases ubicadas en el primer y segundo piso de un edificio de dos niveles de altura, con estructura de hormigón armado, ventanas de vidrio simple y sin aislación térmica en los muros. Ambos recintos enfrentan patios ubicados al Este y Oeste del edificio, se ventilan naturalmente mediante ventilación cruzada y no poseen sistemas de calefacción o enfriamiento. Cada espacio tiene un área total de 56 metros cuadrados (145 metros cúbicos de volumen; 1,5 metros cuadrados por persona) y es ocupado por un profesor y 36 estudiantes de ambos sexos con edades entre 16 y 19 años. El horario de uso es de lunes a viernes, desde las 7:50 hasta las 14:20 horas. La Figura 2 y la Figura 3 proporcionan una vista general de las características de ambas salas de clases.
Figura 2 Plano tipo de las salas de clases estudiadas. Fuente: Elaboración propia.
Pizarra Profesor
7m
Vista
Ventanas
Ventanas
Acceso
Área Estudiantes
8m
Sustentabilidad y Eficiencia
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07
Figura 3 Vista interior de las salas de clases estudiadas. Fuente: Fotografía de Cristián Ciolina Valencia.
Modelado y simulaciones La sala de clases del primer nivel, la cual registró la peor calidad del aire en el monitoreo, fue modelada considerando una infiltración de 0,5 renovaciones de aire por hora (ACH), es decir, que la mitad del volumen total de aire de la sala se renueva cada una hora aunque las puertas y ventanas estén cerradas ya que el recinto no es hermético. El comportamiento físico del PM10 y PM2.5 fue modelado siguiendo métodos previamente publicados (Shrubsole, et al., 2012; Jones, 2013). El modelo no consideró generación interior de material particulado o efectos de re-suspensión producto de la actividad de los estudiantes, pero sí consideró el CO2 generado por efecto de la respiración. Un archivo de datos climáticos dinámicos de la ciudad de Rancagua (Meteotest, 2014) fue utilizado para realizar todas las simulaciones. Las simulaciones probaron el modelo utilizando tasas de ventilación que oscilaron entre 0,5 ACH (mínimo por infiltración) y 15 ACH, pasando por tasas de renovación de aire de 6 ACH y 9 ACH que corresponden a los estándares ASHRAE 62 (2010) y CIBSE AM10 (2005) respectivamente, los cuales son referentes internacionales para establecer tasas de ventilación en colegios. El escenario de contaminación simulado fue una media de 67 µg/m3 PM10 y 45 µg/m3 PM2.5 de acuerdo con los datos registrados durante el monitoreo.
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Arquitectura no es sólo obra
Resultados Percepción de calidad del aire al interior de salas de clases En la encuesta, el 52,5 por ciento de los estudiantes declara percibir la sala como “mal ventilada” durante la mañana, mientras que el 40 por ciento reporta problemas de mal olor y sensación de “aire estancado”. En cuanto a los efectos sobre el bienestar, el 50 por ciento de los estudiantes siente frecuentemente somnolencia, un tercio de ellos dice tener dificultades para concentrase y el 25 por ciento declara sufrir de dolores de cabeza e irritación de la nariz en forma frecuente.
07
Por otra parte, el monitoreo revela que al interior de las salas hubo una temperatura promedio de 13° C, mientras que al exterior fue de 9° C. Estas cifras sugieren que los recintos estudiados tienen un bajo rendimiento térmico (Armijo, Whitman, & Casals, 2011; Trebilcock, Soto, & Figueroa, 2014), situación que podría estar vinculada con la percepción de mala calidad del aire, ya que los usuarios tienden a mantener cerradas las ventanas cuando hay bajas temperaturas. La situación es confirmada por los resultados de la encuesta, donde el 70 por ciento de los estudiantes afirma usar abrigo dentro de la sala de clases durante la mayor parte del día, al mismo tiempo que el 50 por ciento declara mantener las ventanas cerradas todo el tiempo. Influencia del material particulado exterior en la calidad del aire interior Los resultados de las simulaciones muestran que las concentraciones de PM10 y PM2.5 al interior de la sala equivalen al 40 por ciento de los niveles de material particulado presentes en el exterior cuando las puertas y ventanas se encuentran cerradas (0,5 ACH). En el caso referido, la media fue 28 µg/m3 PM10, mientras que el promedio de PM2.5 fue 24 µg/m3. Janssen y otros (2003) vinculan concentraciones similares con conjuntivitis, picazón de la piel y nariz, además de incremento en las reacciones alérgicas. En cuanto a los resultados para las tasas de ventilación recomendadas por los estándares internacionales (6 ACH y 9 ACH), éstos muestran una penetración de material particulado equivalente al 85 por ciento de los niveles exteriores con registros superiores a 55 µg/m3 y 40 µg/m3 para PM10 y PM.5 respectivamente. Tales niveles de material particulado son similares a las concentraciones encontradas al interior de viviendas de fumadores en Alemania (Fromme, et al., 2005) y son calificados como “muy altos”. Otros estudios relacionan la exposición a estos niveles de contaminación con enfermedades pulmonares crónicas a corto plazo (Bruce, Pérez-Padilla, & Albalak, 2002; Sanhueza, et al., 2009), mientras que la OMS identifica que en el largo plazo serían causal de cáncer a la garganta y enfermedades cardiovasculares (WHO, 2005). Respecto de los efectos sobre el rendimiento escolar, un amplio estudio desarrollado en 2013 por Vela & Miller analizó los resultados de 3.880 colegios y escuelas Chilenas en el test SIMCE entre los años 1997 y 2012. Los investigadores determinaron que concentraciones de PM10 superiores a 50 µg/m3 provocarían una reducción significativa del rendimiento en los test de lectura, matemáticas y ciencias. Estos resultados concuerdan con otros estudios recientes en la materia (Lavy, Ebenstein, & Roth, 2012; Zweig, Ham, & Avol, 2009).
Sustentabilidad y Eficiencia
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Concentraciones interiores de CO2 El Gráfico 1 muestra la distribución de los niveles de CO2 registrados en la sala de clases del primer piso durante el monitoreo. Es posible observar que los niveles estuvieron sobre el nivel máximo recomendado (1.100 ppm) durante el 60 por ciento del periodo total de ocupación, revelando una deficiente calidad del aire al interior. Estos resultados concuerdan con la percepción de la mala calidad del aire expresada por los estudiantes a través de la encuesta. Evidencia proveniente de numerosos estudios vincula los rangos de CO2 observados con un incremento en el ausentismo escolar, un menor rendimiento en el aprendizaje de los estudiantes y una menor productividad en profesores (Al-Rashidi, Loveday, & Al-Mutawa, 2012; Mendell & Heath, 2005 Chatzidiakou, Mumovic, & Summerfield, 2012). En efecto, estudios recientes en Reino Unido muestran que incluso niveles de CO2 en el rango considerado aceptable (750 ppm – 1.300 ppm) podrían gatillar síntomas tales como dolor de cabeza, fatiga, sensación general de disconfort y somnolencia (Chatzidiakou, Mumovic, Summerfield, Hong, & Altamirano-Medina, 2014; BakóBiró, et al., 2012).
07
Gráfico 1 Distribución de la concentración de niveles de CO2 en la sala del primer piso. Fuente: Elaboración propia.
Rango recomendado 37 %
36 %
Intervalos Concentración CO2 (ppm)
15 % 11 %
1%
≤ 700
Gráfico 2 Comparación de la distribución de la concentración de los niveles de CO2 en salas con diferente densidad de ocupación. Fuente: Elaboración propia.
701-1.100
1.101-1.500
1.501-1.900
> 1.900
Rango recomendado 37 %
35 %
Intervalos Concentración CO2 (ppm) 26 % Simulación 1,5 m2/persona Simulación 3,1 m2/persona
20 % 15 %
17 %
16 %
17 % 11 % 7%
≤ 700
82
701-1.100
1.101-1.500
Arquitectura no es sólo obra
1.501-1.900
> 1.900
Las simulaciones para el comportamiento de CO2 predicen concentraciones sobre 2.000 ppm incluso para el modelo con la máxima cantidad de renovaciones de aire por hora (15 ACH). Una simulación posterior que considera la mitad de personas en la misma cantidad de superficie, es decir 18 estudiantes para 56 metros cuadrados (3,1 metros cuadrados por persona), logra obtener concentraciones aceptables e inferiores a 1.100 ppm por más del 60 por ciento del tiempo de ocupación (Gráfico 2). De este modo, se sugiere que el estándar de diseño de 1,1 metros de superficie de sala por estudiante, el mínimo exigido por la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción al diseñar colegios en Chile, sería insuficiente para generar un ambiente con buena calidad del aire. Conclusiones
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El objetivo de este estudio fue evaluar el impacto de un ambiente contaminado en la calidad del aire interior de las salas de clases, junto con discutir la pertinencia de utilizar estrategias de ventilación natural en colegios que se encuentran en zonas con aire contaminado, tomando como caso de estudio un colegio de la ciudad de Rancagua. Los datos del monitoreo y las percepciones recogidas mediante las encuestas revelan condiciones desfavorables para generar una aceptable calidad del aire interior. Por otra parte, todas las simulaciones de penetración de material particulado PM10 y PM2.5 revelan altos niveles de contaminantes al interior de las salas de clases, los cuales están asociados con efectos nocivos sobre la salud y el aprendizaje. Además, las simulaciones de CO2 revelan que el estándar de superficie disponible por estudiante debería aumentar casi al doble para lograr ambientes con una calidad aceptable del aire. Considerando la evidencia presentada, el estudio sugiere que las estrategias de ventilación natural no deben considerarse como una alternativa válida para proporcionar aire fresco en colegios ubicados en zonas con problemas de polución similares a los de Rancagua. En términos prácticos, estos colegios debiesen buscar los mecanismos para adecuar su infraestructura de modo de integrar sistemas de ventilación que al menos consideren un filtrado de las partículas del aire que proviene del exterior, ya que mantener las ventanas cerradas tampoco es una opción viable dado el efecto de acumulación de CO2 al interior. Las autoridades chilenas deberían reforzar las medidas para reducir los actuales niveles de contaminación del aire para equipararlos a los niveles sugeridos por la OMS. Por otro lado, se debería actualizar el marco que regula el diseño de espacios educativos, haciendo que sea obligatorio integrar un estándar de calidad del aire interior y confort térmico. En particular, la discusión sobre la calidad y el estándar de la infraestructura educacional es un punto que debería ser abordado dentro del actual proceso de reforma educacional chilena, ya que tal como ha citado este estudio, existe evidencia significativa que demuestra que el ambiente donde se desarrollan las clases tiene un gran impacto en la salud y el rendimiento de toda la comunidad escolar. Agradecimientos Esta investigación fue en parte financiada gracias al Convenio BCH Magíster en el Extranjero suscrito entre el autor principal y CONICYT.
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Prototipo de ciudad sustentable en Chile
08 AUTOR
Soledad Hernández INSTITUCIÓN
Illinois Institute of Technology IIT E-MAIL
solmaqui@gmail.com ÁMBITO
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Resumen En una era de rápida urbanización y cambio climático, es necesario modificar la forma en que las ciudades están siendo planificadas. Las ciudades necesitan una nueva visión y una nueva estrategia para reducir su impacto negativo sobre el medio ambiente y, a su vez, crear mejores lugares para vivir. Por consiguiente, es esencial investigar las principales características de un diseño urbano sustentable. El prototipo de ciudad sustentable desarrollado en la Patagonia chilena surge de una nueva visión de ciudad que promueve una sinergia entre los factores sociales, económicos y medio ambientales. Al mismo tiempo, desarrolla una planificación urbana basada en los principios de ciudad sustentable, dando como resultado una forma urbana que reduce el impacto en el ecosistema y crea una mejor calidad de vida urbana.
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Palabras Clave Ciudad, sustentabilidad, diseño urbano, configuración urbana — Problemática actual y metodología Las ciudades tienen un gran impacto sobre el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Durante esta última década, la contribución de las ciudades al calentamiento global ha sido básicamente debida a la producción de energía. Las ciudades son responsables del 80 por ciento de los gases de efecto invernadero, el 60 por ciento del consumo de agua y dos tercios del consumo de energía del planeta. Por otra parte, las ciudades están teniendo un rápido desarrollo y se espera que en 2050 más del 70 por ciento de la población mundial viva en zonas urbanas, lo que implicará una mayor demanda energética y un mayor uso de recursos naturales. En este contexto, en una era de cambio climático y rápida urbanización, es necesario cambiar la forma en que las ciudades son planificadas. Las ciudades necesitan una nueva visión y una nueva estrategia para reducir su impacto negativo sobre el medio ambiente y crear mejores lugares para vivir. En este contexto, es esencial investigar las principales características y principios de un diseño urbano sustentable, determinando cómo es posible combinar estos factores para crear ciudades que reduzcan su impacto en el ecosistema (minimizar el consumo de energía y reducir la emisión de CO2), así como crear mejores lugares para vivir. Basado en este contexto, uno de los principales objetivos de esta tesis fue investigar y analizar los principios de una planificación urbana sustentable y desarrollar un prototipo de ciudad sustentable. La metodología se desarrolla de dos etapas. La primera fue una fase de investigación y análisis de diferentes casos de estudio en términos de configuración urbana, densidad, usos de suelo, escala, tramas urbanas, trasporte público, áreas verdes y vida urbana. Además, se investigó en energías renovables y manejo de aguas y residuos enfocados a una visión urbana. La segunda fase fue el proceso de diseño, que consistió en la interpretación y aplicación de los resultados, en este caso, patrones de diseño urbano, para obtener, como propuesta final, un prototipo de diseño urbano sustentable.
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Diseno urbano sustentable La introducción de prácticas sostenibles en el desarrollo urbano ha generado diferentes conceptos de ciudad, como “ciudades energía cero”, “ciudades inteligentes”, “ciudades ecológicas” y “ciudades verdes”. La mayoría de estos conceptos de ciudad hace hincapié sólo en un factor de sustentabilidad, como la eficiencia energética, el uso de la tecnología o la ecología, mientras otros factores, tales como los sociales y los económicos, son olvidados. Una planificación urbana sostenible promueve un enfoque holístico de la planificación para lograr un equilibrio entre las necesidades sociales y económicas de la comunidad y la conservación del medio ambiente. No existe un precedente sobre cómo construir ciudades sostenibles. Sin embargo, existen diferentes enfoques, ideas y ejemplos sobre este nuevo concepto. Sobre la base de la investigación, la observación y el análisis de diferentes ciudades como casos de estudio, se seleccionaron diferentes principios de diseño urbano y patrones repetitivos que son esenciales para desarrollar una ciudad sostenible, tales como un sistema de trasporte público eficiente, la interconexión de la trama urbana, el uso de suelo mixto, la densidad urbana, el desarrollo áreas verdes y espacios públicos, el manejo eficiente de aguas y desechos urbanos, el uso de energías renovables, la viabilidad económica y la identidad local, los que fueron aplicados en el prototipo de ciudad sustentable desarrollado.
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Para el proceso de diseño se seleccionó un lugar en Chile, específicamente en el extremo sur del país, en la Provincia de Palena. Esa zona del país, específicamente la ciudad de Chaitén, había sido destruida por una erupción volcánica. En este contexto, se tomó la necesidad de reconstruir una ciudad destruida por un fenómeno volcánico como una oportunidad para desarrollar un prototipo de una nueva ciudad sustentable para la Patagonia. Después de analizar el contexto geográfico e identificar la cultura local y la demografía de la nueva ciudad con sus necesidades, se desarrolló el plan maestro aplicando los resultados de la investigación en patrones de diseño urbano sustentable. El plan maestro se basó principalmente en las condiciones geográficas y la conectividad. El primer paso fue definir los principales elementos de la estructura física y estudiar las diferentes opciones de sistemas de transporte para desarrollar una movilidad urbana eficiente. Consecutivamente, se integró la nueva trama urbana a las condiciones geográficas del lugar, y se definieron las áreas verdes, los espacios públicos y los principales usos (nodos de tránsito, nodo centro cívico, nodo residencial y nodo universitario, entre otros). El resultado es una forma urbana compacta y densa con un uso mixto que promueve el transporte público, así como también el uso de energías renovables, con un manejo eficiente de las aguas y los desechos urbanos. Los siguientes son los principales elementos de la configuración urbana que se desarrollaron en el plan maestro siguiendo los principios de sostenibilidad urbana investigados.
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CONECTIVIDAD ÁREAS VERDES
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Figura 1 Áreas verdes y conectividad. El sistema de transportes genera un corredor verde dentro de la ciudad. Fuente: Elaboración propia.
Sistema de transporte El principal sistema de transporte en la ciudad es de carácter público. Un tren ligero proporciona la movilidad urbana en toda la ciudad. La configuración del sistema obedece a un esquema de circuito bidireccional (Loop System) con diez nodos de trasporte que generan el principal corredor de tránsito en la ciudad. Estos nodos de trasporte siguen la regla de cinco o diez minutos a pie, que permite crear barrios peatonales, ofreciendo fácil acceso a los lugares de trabajo, escuelas y lugares públicos, reduciendo la dependencia del automóvil dentro de la ciudad. Además, el sistema de trasporte público se combina con un sistema de bicicleta, un sistema de redes peatonales, un sistema de ferry y un sistema de calles para automóviles. Uno de los nodos de tránsito del sistema de circuito tiene conexión con el sistema de ferry que conecta la ciudad con el resto de las áreas de la región. Interconexión de la trama urbana La trama urbana está configurada por un sistema de calles interconectadas basado en la integración de los diferentes tipos de calle, lo que permite una conectividad eficiente entre los diferentes puntos de la ciudad, creando también una ciudad más orientada al peatón. La trama urbana, compuesta por unidades de 100 x 100 metros, genera pequeñas manzanas y promueve la conectividad peatonal dentro de la ciudad. Además, la orientación de la trama sigue la estructura geográfica y las condiciones climáticas del lugar. Como resultado, la trama urbana está integrada con la condición natural del territorio. Este sistema está integrado por diferentes tipos de flujo urbano, como transporte público (Loop System), vías peatonales, vías de automóviles, vías de ciclistas y vías verdes. La principal característica de estas vías es que tienden a la integración entre los peatones, los automovilistas, los ciclistas y los usuarios de las vías verdes. Por otra parte, la principal característica del Loop System es que genera un corredor verde dentro de la ciudad, en términos de áreas verdes, y también genera un corredor comercial y de servicios, en términos de uso de suelo.
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IDENTIDAD MARÍTIMA Figura 2 Borde costero y plaza cívica. Dos elementos urbanos que forman parte de la identidad de las ciudades chilenas. Fuente: Elaboración propia.
PLAZA CÍVICA
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Uso de suelo mixto La ciudad tiene un uso de suelo mixto que permite superponer actividades, creando vitalidad en los barrios y diversidad al privilegiar las conexiones sociales dentro de la ciudad. Además, el desarrollo de un uso de suelo mixto promueve una ciudad más peatonal puesto que las actividades están más cerca unas de otras. Predominantemente, la configuración de uso mixto es vertical mediante edificios de uso mixto. Por otra parte, algunas zonas de la ciudad, como las zonas residenciales, tienen uso mixto horizontal, el que permite tener casas unifamiliares junto con servicios básicos en las esquinas de las manzanas. A pesar de que la ciudad tiene uso mixto, los nodos de tránsito tienen un uso principal, como nodo centro cívico, nodo residencial y nodo universitario, entre otros. Densidad urbana Las zonas más densas de la ciudad se ubican alrededor de los nodos de transporte público (Loop System), apoyando al sistema de transporte e incentivando a caminar. Se genera una mayor densidad a lo largo de la zona de influencia de cada nodo, intensificándose en el núcleo de los nodos de transporte. Por otra parte, la mayor densidad generada por edificios en altura se desarrolla a lo largo de zonas abiertas (áreas verdes), por lo que proyectan menos sombra a las zonas edificadas. En consecuencia, el tejido urbano de la ciudad cambia de acuerdo a diferentes áreas de densidad. Áreas verdes y espacio público La ciudad cuenta con diferentes escalas de áreas verdes (a nivel de ciudad, de barrio y de preservación natural a nivel regional). La estrategia para el desarrollo de estas áreas es preservar las áreas verdes existentes y generar nuevas zonas verdes de acuerdo con los patrones naturales (la fuente hidrológica existente, las laderas, la topografía y los corredores naturales). Por otra parte, se creó un sistema enlazado de zonas verdes incorporadas a la trama urbana mediante flujos verdes,
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un elemento importante de la identidad cultural de la zona. Por lo tanto, uno de los objetivos de estas áreas verdes es generar zonas culturales y recreativas en las que los ciudadanos puedan generar redes sociales. Además, dado que la ciudad se encuentra en una zona de precipitaciones intensas, la gestión del agua de lluvia es una consideración principal en el diseño urbano. En este sentido, las áreas verdes son también un área de infiltración significativa en la ciudad y la estrategia considera el aumento de estas áreas de infiltración a partir de métodos alternativos, como mantener los espacios naturales, incorporar canales urbanos, crear zonas de inundación y usar pavimento permeable. Por este motivo, el sistema de transporte público no sólo es un corredor de transporte, sino también un corredor verde que se transforma en otra área de infiltración. 08
Figura 3 Vista área Plan Maestro. Se observa la forma urbana compacta y densa, con una trama urbana integrada a la geografía del lugar. Fuente: Elaboración propia.
Figura 4 Elementos de configuración urbana: Sistema de transporte, trama urbana, uso de suelo, densidad y áreas verdes. Fuente: Elaboración propia.
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Sistemas de energías renovables Esta zona es parte del sistema eléctrico de Palena, que se basa en un sistema hidroeléctrico. Por otra parte, este lugar cuenta con un gran potencial para desarrollar dos energías renovables: geotérmica y eólica. Por lo tanto, el objetivo es integrar estos recursos energéticos para proporcionar una energía limpia a la ciudad. La energía eólica produce electricidad a nivel de la ciudad y la energía geotérmica se utiliza para la calefacción a nivel de barrio. El sistema hidroeléctrico es utilizado para la electricidad como sistema complementario. Para operar a escala de ciudad, el sistema de energía eólica está compuesto por un área de turbinas eólicas, un centro de control y una red de distribución. El número y tipo de turbinas de viento se basa en el consumo energético de la ciudad. En este caso, son necesarias cuatro turbinas eólicas grandes con 12,5 MW de capacidad instalada. La ubicación de las turbinas es al Sureste, detrás de la ciudad. La ubicación se basa en la dirección del viento, la necesidad de espacio de las turbinas y la favorable conexión con la red de distribución.
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Por su parte, el sistema de distribución es una red inteligente que sigue la cuadrícula de servicios y la configuración del sistema de calles para producir un impacto mínimo en la ciudad. Asimismo, el sistema de distribución utilizará cables subterráneos para reducir el impacto visual. Es importante recordar que la energía eólica depende de la capacidad eólica y, por tanto, no es constante. Por esta razón, los sistemas hidroeléctricos son utilizados para producir energía en forma complementaria. A su vez, la energía generada por la energía térmica de la Tierra se puede utilizar en una aplicación directa (calentamiento) o indirecta (generación de electricidad). En este proyecto la energía geotérmica se utiliza para la calefacción y el agua caliente. La estrategia para aplicar esta energía en la ciudad es el uso de un sistema de calefacción urbana, que consiste en un sistema que distribuye el calor generado en una ubicación específica para satisfacer las necesidades residenciales y comerciales de calefacción y calentamiento de agua. Este sistema es más eficiente que los sistemas independientes de calefacción, ya que es más rentable. El calor se puede distribuir de acuerdo a las necesidades, produciendo un menor impacto en el medio ambiente. El sistema cuenta con tres elementos principales: el de generación de calor, el de distribución de calor y el de distribución independiente en el edificio. El primer paso es la generación de calor. Esto se consigue mediante una bomba de calor geotérmico que extrae energía del subsuelo a través de un sistema vertical cerrado, que está compuesto por un sistema de tubos de polietileno de alta densidad que se entierran a una profundidad de entre 10 y 20 metros. En la ciudad hay ocho puntos de generación de calor geotérmico. Cada uno se encuentra a no más de 1.000 metros del último punto de distribución del calor, reduciendo la pérdida de calor por transporte. El segundo elemento es el sistema de distribución basado en tubos aislados subterráneos. El calor y el frío se distribuyen a través de una red de tuberías de agua caliente y fría (una tubería de agua caliente y una de agua fría). Este sistema sigue la cuadrícula de servicios y la configuración del sistema de calles para producir un impacto mínimo en la trama urbana. Por último, el sistema de distribución interna del edificio se compone de circuitos de aguas interiores, que pueden ser radiadores calientes o calefacción por
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suelo radiante, y un sistema de intercambiador interno que regula el suministro de calor a partir de la red de distribución. Manejo eficiente de las aguas y desechos urbanos El objetivo del manejo de los residuos y el agua en la ciudad es crear una gestión eficiente para reducir el impacto de los primeros y generar un uso óptimo de la segunda. La estrategia principal de la gestión de residuos consiste en separar los residuos en tres tipos: orgánicos, reciclables y basura. Tanto en el espacio público como en el privado se implementa un sistema con diferentes contenedores para recolectar los residuos. Los clasificados como reciclables se recogen una vez por semana y se envían a una planta de reciclaje ubicada en la ciudad para crear nuevos productos. La basura regular se recoge dos veces por semana y se envía a una planta de generación de biogás que funciona a nivel regional. Con los residuos orgánicos se generará compost en cada casa, en los patios o en las áreas verdes de la comunidad. Los residuos orgánicos también son depositados en contenedores especiales para ser enviados a la zona de la universidad. El compost se utiliza en zonas verdes y en la zona agrícola orgánica de la ciudad.
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Por su parte, la estrategia de aguas residuales separa el agua residual en dos tipos: gris y negra. Esta clasificación permite tratar el agua de manera más eficiente porque los componentes y el tipo de tratamiento son diferentes. El agua gris se reutiliza en el mismo edificio o se envía al sistema de tratamiento de humedales para ser limpiada y utilizada para regar las zonas verdes públicas. El agua negra se combina con residuos orgánicos y generara biogás por un proceso aeróbico. Viabilidad económica La ubicación estratégica de la ciudad en la región ofrece una gran oportunidad para estimular el uso eficiente de los recursos naturales y aprovechar el potencial económico de la zona, principalmente a través de la pesca, la agricultura local, la ganadería y el turismo. Por otra parte, esta nueva ciudad es concebida como el centro administrativo de la provincia, lo que genera un nuevo centro en la zona, con nuevas oportunidades de trabajo y nuevos inversionistas a la región. Entre las actividades productivas destaca la actividad pesquera, una de las principales actividades económicas de la región. Por lo tanto, es importante desarrollar un área especial en la ciudad para la industria pesquera en el ámbito local, con un pueblo de pescadores y un área de mercado, lo que incrementará esta actividad y creará una mejor calidad de vida para los pescadores y sus familias. Por otra parte, la actividad agrícola regional se basa en la producción de papas, verduras y frutos a escala local. Estas actividades son potenciadas mediante la introducción de prácticas de agricultura ecológica en las escalas comunitaria e individual. Por lo tanto, los ciudadanos pueden producir sus propios alimentos y también pueden vender sus productos en el mercado local de agricultores, ubicado en el nodo de tránsito. Además, se crea un campo de estudios relacionados con la agricultura y la pesca en el campus universitario. Así, los estudiantes pueden investigar y desarrollar nuevas tecnologías y sistemas en estos ámbitos y trabajar en conjunto con la comunidad.
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Además, el turismo ofrece un gran potencial económico en la zona. El sur de Chile tiene un alto atractivo turístico por la belleza escénica de su paisaje natural. Por otra parte, la ciudad está ubicada en la entrada de la Patagonia y en el acceso al principal parque natural de la región. Por lo tanto, el objetivo es potenciar esta actividad económica mediante la promoción de las zonas turísticas y las actividades al aire libre, con el consiguiente desarrollo de la infraestructura básica (hoteles, restaurantes, mercados locales y lugares de interés cultural). Identidad Como ocurre en cada región o zona de Chile, los habitantes de Palena tienen su propia identidad local, la que influye en los elementos de la ciudad. En este caso, la identidad local se basa en la relación entre las personas y el medio ambiente. Como resultado, la gente vive en una profunda interdependencia con su entorno y su cultura. Como consecuencia de esta interdependencia, el medio ambiente es uno de los elementos de la identidad y la historia. Además, es un elemento que influye en el estilo de vida día a día. En este contexto, es esencial incorporar este elemento como parte principal del nuevo programa de la ciudad, en este caso a través de la integración de áreas verdes y el borde costero.
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Conclusiones El prototipo de ciudad sustentable desarrollado en esta tesis representa un nueva visión de sustentabilidad urbana en un emplazamiento específico, el sur de Chile. La ciudad promueve una sinergia entre los factores sociales, económicos y medio ambientales, desarrollando una planificación urbana integrada basada en los principios de ciudad investigados. Esta forma urbana sustentable es compacta y densa con un uso mixto que promueve el transporte público, el uso de energías renovables y el manejo eficiente de las aguas y los desechos urbanos. Además, es una ciudad que preserva la identidad y la cultura local. Como resultado, esta nueva forma urbana reduce el impacto en el ecosistema y, a su vez, crea una mejor calidad de vida urbana. Las principales características y principios utilizados para desarrollar este prototipo pueden ser aplicados globalmente, en la medida que se adapten al contexto local, las condiciones geográficas y el contexto económico y social. Cabe hacer notar que, para que este modelo sea viable, es necesario gestionar nuevas políticas públicas y crear una planificación urbana integral con la participación de los diferentes actores urbanos. Del mismo modo, para sustentar este desarrollo de vida urbana, es esencial generar una conciencia pública entre los ciudadanos sobre la sostenibilidad.
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Figura 5 Imagen objetivo: Prototipo de ciudad sustentable en Chile. Vista รกrea del norte de la ciudad. Fuente: Elaboraciรณn propia.
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Figura 6 Imagen objetivo: Prototipo de ciudad sustentable en Chile. Vista รกrea del sur de la ciudad. Fuente: Elaboraciรณn propia.
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Emilio Duhart: Plan Director Universidad de Concepción. La medida humana del proyecto urbano
09 AUTOR
Cristián Berríos INSTITUCIÓN
Universidad del Bío-Bío FONDO(S) ASOCIADO(S)
Beca Mecesup E-MAIL
cberrios@ubiobio.cl ÁMBITO
Espacio Público y Diseño Urbano
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen A lo largo de su trayectoria académica y profesional, Emilio Duhart demuestra un permanente interés por la concepción de espacios públicos mediante el ajustado tratamiento de las estructuras urbanas y la disposición de los edificios puestos en relación. En 1957, Duhart tiene la oportunidad de poner en práctica sus permanentes reflexiones sobre el espacio público en la redacción del Plan Director para la Universidad de Concepción, en el cual conjuga la escala urbana y la arquitectónica, teniendo como referente la escala humana como entidad individual y social. El mayor legado de Duhart en este conjunto universitario no son solamente sus edificios, sino también la calidad de los espacios públicos que logró concebir. Palabras Clave 09
Emilio Duhart, espacio público, escala humana, ciudades universitarias — Introducción Emilio Duhart desarrolló una importante serie de proyectos y obras de escala urbana que consolidan un generoso cuerpo teórico digno de ser estudiado. La dificultad está en que el arquitecto comunicaba sus intensas reflexiones por medio de sus obras y en que sus escritos sobre estos temas se reducen a algunas memorias de proyecto o artículos aislados. Introducirnos al estudio de sus propuestas urbano-arquitectónicas requiere un doble esfuerzo de acopio y síntesis: por medio de la máxima recopilación de material gráfico original es posible reconstruir las distintas etapas de proyecto, a modo de un recorrido genealógico de las obras. El trabajo de recopilación y análisis tiene como objeto develar y poner en valor las distintas decisiones de proyecto durante el desarrollo y ejecución de las obras. Con esto se pretende reconstruir algunos criterios de proyecto convocados por Emilio Duhart para desarrollar el Plan Director de la Universidad de Concepción, acaso como un esfuerzo de escribir un cuerpo teórico implícito en sus propuestas. Plan Director de la Ciudad Universitaria de Concepción (1957) El Plan Director redactado por Emilio Duhart para la Universidad de Concepción es la actualización y ampliación del plan original del campus realizado por el arquitecto Karl Brunner1 en 1931. El terreno donde se emplaza el campus universitario se encuentra en total comunión con el tejido urbano de Concepción y se puede entender que esta nueva “urbanización” viene a extender el damero fundacional de la ciudad, integrando a una idea de ciudad de “sólido continuo” —en palabras de Rowe y Koetter (1988)— una nueva lectura urbana de “vacío continuo” sobre la idea de ciudad jardín promovida por Brunner para el campus de la universidad. Este sólido plan del arquitecto austríaco tendrá vigencia desde 1931 hasta 1956, año en que el rector fundador, Enrique Molina Garmendia, deja su cargo, dando pie a una renovación curricular de la universidad y también a una actualización del conjunto universitario.
Espacio Público y Diseño Urbano
1 Karl Brunner von Lehenstein (1887-1956) es un arquitecto austríaco. Es Doctor en Ciencias Técnicas por la Universidad Técnica de Viena. En 1924 asume como profesor en la misma universidad, haciéndose cargo de la cátedra de Urbanismo. Ese mismo año inicia el Seminario Libre de Urbanismo y Política Urbana. En 1929 viaja a Chile invitado por el Ministerio de Obras Públicas para trabajar como asesor urbanista del Gobierno, donde permanecerá hasta mediados de 1932. A principios de 1930 se incorpora como profesor a la Universidad de Chile, donde dicta el primer seminario de urbanismo realizado en el país. En 1931 viaja a Concepción, invitado por el rector de la Universidad de Concepción, Enrique Molina Garmendia, quien lo invita a realizar un Plan Director para el campus de la universidad. En 1932 publica Santiago, la ciudad moderna, libro donde expone el análisis realizado sobre la ciudad y da a conocer sus distintas propuestas para la capital. En 1934 regresa a Chile, permaneciendo por seis meses, y redacta el Plan de Desarrollo Urbano de Santiago, planificación que trazó el devenir de la ciudad durante la mitad del siglo XX.
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El nuevo rector de la universidad, el abogado David Stitchkin Branover, propone al directorio de la universidad contratar los servicios del arquitecto Emilio Duhart Harosteguy, quien a la fecha ya contaba con un reconocido prestigio nacional, para que redacte el nuevo plan regulador de la universidad. El encargo consistió en desarrollar la planificación general de un conjunto capaz de organizar su crecimiento físico y que éste, a su vez, incorporase la actualización del modelo educativo. Duhart presentará de manera sucesiva varios avances del plan durante el transcurso de 1957. El plan adopta otros alcances cuando el arquitecto comunica a los miembros del directorio la pertinencia de realizar los futuros edificios de la universidad en base estructuras de acero, debido a la mala calidad del suelo, y éstos le encargan también que incorpore los proyectos de arquitectura del nuevo Plan Director. Para Emilio Duhart esto suponía una doble oportunidad, la de realizar un proyecto urbano desde la arquitectura y, a la vez, proyectos de arquitectura capaces de configurar el espacio urbano. Esta inflexión permite al arquitecto poner en acción sus permanentes cavilaciones sobre la arquitectura y el urbanismo, entendidos como una realidad indisoluble.
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Modulación como matriz fundacional del conjunto universitario Figura 1 Plano general del Plan Director de la Universidad de Concepción, Emilio Duhart, 1957. Se puede apreciar la organización por medio de la modulación matriz del terreno. Fuente: Redibujado por el autor.
«Cuando el artista usa un método múltiple modular suele elegir una forma simple y accesible. La forma en sí es de importancia muy limitada; deviene en la gramática para el total de la obra. Usar formas básicas complejas sólo desbarata la unidad del todo. Usar repetidamente una forma simple reduce el campo de la obra y concentra la intensidad en la distribución de la forma. Esta distribución deviene el fin, mientras que la forma deviene el medio» (LeWitt, 1967, pág. 77).
Una vez doblado el encargo, Emilio Duhart traza sobre la totalidad del terreno universitario una cuadrícula modular de 7,65 × 7,65 metros con la clara voluntad de unificar las decisiones de proyecto, tanto urbanas como de arquitectura, y así sistematizar las medidas en todas sus escalas (Figura 1). Esta actitud de mensurar las dimensiones sobre el suelo de la universidad le permite al arquitecto obtener un mayor control sobre la forma y el espacio urbano que concibe, logrando visualizar de antemano los efectos que configura cada
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uno de los componentes del proyecto global, así como los efectos de sus partes funcionando como un todo integrado. En resumen, la imposición de esta retícula facilita a Duhart el desarrollo compenetrado y simultáneo de las decisiones urbanas y arquitectónicas. El fragmento de Sol LeWitt citado en la introducción de esta sección servirá para entender la voluntad del arquitecto frente a la concepción de los edificios para la universidad. Cabe mencionar que durante su última visita al campus, en 1994, Emilio Duhart fue entrevistado por Jaime García Molina; en dicha ocasión, al detenerse frente al conjunto del Foro Abierto, Duhart comentó lo siguiente: «lo que a mí me interesó no fue hacer edificios con carácter, sino que un conjunto con carácter», a lo que se puede agregar un fragmento de una serie de entrevistas inéditas realizadas el mismo año por Fernando Pérez Oyarzún y Pilar Urrejola, en el que, en relación a la Universidad de Concepción, Duhart señala: «quiero agregar un aspecto que me parece fundamental, que al poco andar me di cuenta que la arquitectura sin urbanismo se queda corta en su aporte, la obra puntual de arquitectura, como objeto aislado, para mí ya no tenía mucho sentido». Una vez implantada la modulación de base para las medidas horizontales y verticales del conjunto, el arquitecto establece una malla tridimensional sobre la totalidad del terreno de la universidad. Tomando las palabras de LeWitt, esto fija un campo de acción, “un método múltiple modular”, con el fin de “concentrar la intensidad en la distribución de la forma”. El hecho de modular el sitio se transforma, para Duhart, en un medio eficaz para materializar su concepto de espacio urbano, lo que le permite preconcebir las relaciones visuales y las contenciones de aire que pretende definir mediante la distribución intencionada de los volúmenes sobre el plano: dominar el “vacío continuo” (Figura 2).
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Figura 2 Fotografía de la maqueta presentada por E. Duhart al Directorio de la Universidad de Concepción en 1958. Se aprecian las relaciones formales y espaciales entre las edificaciones y el espacio urbano. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción.
Se puede suponer, entonces, que la solución arquitectónica para los edificios de la universidad debe tener un cierto grado de neutralidad formal que le permita materializar, como voluntad genérica, las relaciones físicas que generan los volúmenes entre ellos, así como también el contraste con el entorno geográfico donde se emplazan. Son los intervalos
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generados entre los edificios los que ocupan la atención del arquitecto, quien evita la subjetividad de sus decisiones con la modulación como matriz (Figura 3).
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Figura 3 Vista aérea del conjunto universitario. Se identifican el rol articulador del Foro Abierto y los dos grandes ejes perpendiculares. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción.
La medida del espacio público «El factor más importante al construir un corazón, es la relación que debe existir entre las masas edificadas y el espacio libre comprendido entre ellas. Esto podrá parecer obvio, pero yo me he encontrado con muchas personas que no se dan cuenta de esta relación, e incluso hay expertos arquitectos que no llegan a comprender el significado de los espacios libres; sólo piensan en los edificios, ignorando que los espacios que los separan tienen tanta importancia como aquéllos. Hemos de profundizar, pues, en nuestros estudios sobre este particular más de lo que hasta ahora los hemos hecho, e intentar averiguar por qué nos encontramos bien en el espacio libre de un determinado corazón (plaza) y en otros no. Si logramos aclarar el por qué de esta preferencia, nos será más fácil determinar cuáles deban ser las medidas y proporciones de los espacios libres en relación al hombre» (Gropius, 1955, págs. 53-54).
Al centro del Plan Director para la Universidad de Concepción, Duhart ubica la Plaza del Foro Abierto. Este espacio público organiza la lectura y el total del campus.
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Desde él se pueden comprender los dos grandes ejes que dotan de estructura al conjunto: hacia esta plaza convergen los senderos peatonales, es el punto donde se articulan el plan de Brunner y el de Duhart y hace de gran soporte del emblema de la universidad, el Campanil; pero ante todo, la Plaza del Foro Abierto es el gran espacio público que convoca los actos de mayor relevancia universitaria y también gran parte de los eventos ciudadanos de Concepción (Figura 4).
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El proyecto desarrollado por Emilio Duhart en el Foro Abierto nos permite profundizar en otro aspecto de la configuración urbana en relación a la percepción sensitiva del espectador frente a él: la medida del espacio público. El hombre mide el espacio arquitectónico principalmente a través del ojo, el órgano que se enfrenta a la necesaria realidad material de los objetos (otros sentidos también pueden percibir algunas cualidades del espacio arquitectónico para mensurarlo: la audición y el tacto). Dicho esto, ¿cuáles deberían ser las medidas que necesita este espacio, entendido como un lugar creado para estimular el encuentro masivo entre las personas, para incorporar la esfera visual del peatón de tal manera que fomente las relaciones humanas?
Figura 4 Fotografía de la maqueta del conjunto del Foro Abierto, Emilio Duhart, 1960. Esta maqueta expone la ubicación original de la Biblioteca Central, enfrentada al Instituto de Química, y permite apreciar la contención formal de esta plaza en todos sus bordes. Fuente: Archivo Fotográfico Diario El Sur.
Emilio Duhart publica en 1979 un artículo en la revista Techniques & Architecture titulado “Reflections on the street and the city. Followed by some propositions”. En la sección “Proportions” de dicho texto, Duhart intenta precisar el concepto de “escala humana”, que toma como origen la capacidad de dimensionar el “espacio de reconocimiento y referencia” por parte del peatón en relación a los objetos y sujetos que le rodean. El arquitecto introduce un nuevo aspecto sobre la concepción del espacio urbano: la medida humana, entendida como una serie de
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magnitudes que guardan relación con las esferas sensoriales del espectador, las que, cuando son transgredidas, comienzan a deteriorar la percepción del espacio público que se ha querido configurar. «Las distancias de referencia y de percepción entre las personas (en rangos de una centena de metros) pueden medirse en: reconocimiento de un rostro hacia los 30 metros; de las expresiones faciales, hacia los 20 metros; y de la lectura de objetos, de 5 a 10 metros. Estas proporciones deberían regir sobre las calles o el espacio público» (Duhart, 1979, pág. 39).
Respecto a la percepción peatonal, Duhart agrega lo siguiente: «como contra ejemplo, podemos mencionar el largo rectilíneo de la calle La Fayette (proporcional al tiro de la artillería, ¡pero no a la vista del peatón!), o la altura de apilamiento de las torres del “Frente al Sena”» (1979, pág. 39). 09
Duhart menciona en este fragmento dos medidas que parecen ser clave para la escala humana en el espacio público. La primera se refiere a la distancia a la que el ojo es capaz de reconocer un rostro (30 metros); la segunda, a la distancia a la que se pueden reconocer las expresiones faciales (20 metros). Esta reflexión sobre las dimensiones del espacio público fija medidas concretas para el radio visual del peatón: más allá de los 30 metros el observador es incapaz de identificar un rostro humano, por lo tanto pierde la capacidad de establecer el primer contacto que estimula la comunicación entre las personas. En cambio, en la medida que esta distancia preestablecida se va acortando, aumentan visualmente las referencias y la percepción entre las personas, y con esto la capacidad de configurar un espacio en que el encuentro es factible para las personas de una urbe. Dentro de los documentos de la Ciudad Universitaria de Concepción donados por el arquitecto al archivo de la Pontificia Universidad Católica, se encontró un plano de trabajo, en el cual, sobre la planta del Foro Abierto, Duhart redibuja a escala las plantas de la Piazzetta San Marco de Venecia, en azul, y la Piazza della Santissima Annunziata de Florencia, en rojo (Figura 5). La inexistencia de un escrito del autor o memoria que explique este ejercicio proyectual sobre el plano del foro, abre un abanico de suposiciones. Lo tomaremos para comparar las dimensiones del espacio público que definen y también para cotejar las relaciones que los planos abiertos al cielo establecen con los diversos límites verticales en sus perímetros. La Piazzetta San Marco de Venecia, dibujada en azul, es un anexo perpendicular a la Plaza de San Marcos. Ambas plazas se articulan por medio de la fachada principal de la Basílica de San Marcos y su campanario. Esta plaza conforma en planta un trapezoide alargado, que desde su llegada bajo la Basílica tensiona la perspectiva hacia la cara Sureste que limita con el Gran Canal. El tamaño promedio de esta plaza, tomando en consideración el trazado sobre el pavimento de ella para su longitud y las fachadas enfrentadas de los palacios para el ancho, es de 77,5 × 44,5 metros. Estos edificios que definen la espacialidad longitudinal de la plaza no superan los 25 metros de altura, y configuran a lo largo de toda la planta baja un espacio porticado en directa relación con el espacio peatonal de ella. Esta plaza es redibujada por Duhart, quien orienta su perímetro disponiendo el lado del Gran Canal hacia el Noreste del Foro Abierto, que aproximadamente coincide con el borde de la plaza del conjunto universitario. La superficie abierta al cielo queda superpuesta con el área central del Foro Abierto.
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La Piazza della Santissima Annunziata de Florencia, dibujada en rojo, es una plaza de planta cuadrangular de 70,3 × 60,3 metros, definida en sus bordes por la Basílica de la Santísima Anunciación en la cara Noreste, el Hospital de los Inocentes al Sureste, la Logia de los Siervos de María al Noroeste y el palacio Budini Gattai y el Hotel Le Due Fontane al Suroeste. Tres de las edificaciones dispuestas en su contorno conforman cuidados pórticos en su planta baja, vitalizando la espacialidad del conjunto. Sólo la cara Suroeste está definida por dos edificios de fachada continua, separados por la Via dei Servi. Dos de los accesos a esta plaza están ubicados en sus vértices, y con ello el peatón se ve enfrentado a la perspectiva diagonal del conjunto. La potencia de esta plaza está dada por el desahogo que ofrece la apertura al cielo alrededor de una trama urbana densa y calles estrechas. Su armonía se logra principalmente por el tratamiento de los pórticos laterales de los edificios, en los que se despliega una gama de recursos compositivos y espaciales de gran precisión.
Figura 5 Plano original del conjunto del Foro Abierto. Se aprecia el redibujo a escala, realizado por el arquitecto, de la Piazzeta San Marco de Venecia (en azul) y de la Piazza della Santissima Annunziata de Florencia (en rojo). Fuente: Archivo de Originales, FADEU, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Superponer estas plazas sobre el dibujo del Foro Abierto deja de manifiesto que, en su proceso de concepción, Duhart es capaz de referirse a obras de otras épocas, las que trascienden en el tiempo debido a los valores inmanentes de la arquitectura que portan. El redibujo a escala se entiende como una manera de contrastar sus propios criterios de proyecto con estas plazas ejemplares, especialmente en lo referido a las dimensiones que faciliten el encuentro entre las personas. También se puede constatar en estos centros
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cívicos que la relación del espacio abierto al cielo con los edificios circundantes se establece por medio de los pórticos conformados en planta baja, y que la altura de los edificios es proporcional a la superficie que enfrentan, definiendo el espacio aéreo del conjunto en su contorno. El manejo intencionado de los accesos a estas plazas busca tensionar las experiencias visuales sobre las perspectivas posibles. Al revisar las medidas del suelo abierto al cielo de la Piazzetta San Marco; la Piazza della Santissima Annunziata y el Foro Abierto, se obtienen dimensiones que hacen eco de las propuestas reconocibles por la esfera sensitiva visual del peatón: Piazzetta San Marco Piazza della Santissima Annunziata Plaza del Foro Abierto
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Venecia Florencia Concepción
77,5 × 44,5 m 70 × 60 m 61,2 × 61,2 m
El cuidado sobre la proporción y la confinación del espacio público denota la capacidad de Duhart de actuar con independencia intelectual respecto a los criterios urbanos instaurados a mediados del siglo XX. La reflexión que hace el arquitecto transita en una lectura más ajustada sobre las dimensiones recíprocas que establecen los volúmenes arquitectónicos del conjunto y sobre la trabazón espacial que generan entre sí, pero también sobre la adecuada “medida humana” entre ellos, de manera que contengan la esfera visual del usuario frente al fenómeno del espacio urbano. Epílogo En este breve resumen se intenta profundizar en dos aspectos particulares de la propuesta de Emilio Duhart para la Ciudad Universitaria de Concepción: la implantación de una retícula modular y la medida del espacio público. Ambos aspectos llevan consigo una reflexión sobre la medida y la virtud de establecer ciertos criterios dimensionales a la hora de proyectar el espacio de escala urbana. Esto le permite a Duhart concebir de manera deliberada el vacío entre las obras. Una de las grandes lecciones de esta planificación es que el arquitecto no separa la planificación del conjunto del ámbito del proyecto arquitectónico. Duhart entiende el proyecto urbano como un cambio de escala y, por lo tanto, tiene al hombre como permanente unidad de medida (Figura 6). — Trabajos citados Duhart, E. (Febrero de 1979). Reflections on the street and the city. Followed by some propositions. Techniques & Architecture (325), 36-40. Gropius, W. (1955). La medida humana. En E. N. Rogers, J. L. Sert, & J. Tyrwhitt (Eds.), VIII CIAM. El corazón de la ciudad: por una vida más humana de la comunidad (págs. 53-55). Barcelona: Hoepli. LeWitt, S. (Junio de 1967). Paragraphs on conceptual art. Art Forum, 5 (10), 75-78. Rowe, C., & Koetter, F. (1988). Ciudad Collage. Barcelona: Gustavo Gili.
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Figura 6 Fotografía de evento escolar realizado en el Foro Abierto en diciembre de 1960. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción.
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De-malling: una oportunidad para la integración del mall a la ciudad
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Constanza Cerda CO-AUTOR
Jorge Inzulza (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
constanza.cg.arq@gmail.com ÁMBITO
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Resumen El mall de hoy no es el mismo que el de hace diez o veinte años. Ha sufrido un cambio tipológico importante que se inscribe en el concepto “de-malling”, que corresponde a la estrategia actual de regeneración de los malls. Ésta estrategia se evidencia básicamente en malls que físicamente se han abierto a su entorno mediante la incorporación de ciertos principios básicos como la generación de espacios abiertos al aire libre, la integración de nuevos usos, la peatonalización de sus accesos, la conformación de una imagen arquitectónica identificable y, finalmente, la integración de elementos de sustentabilidad. Todo esto permite analizar este proceso de cambio y cuestionar si las regeneraciones aportan a una mayor integración del mall con su entorno. Palabras Clave De-malling, subcentros urbanos, mall, regeneración 10
— Introducción Como estructura comercial, el mall ha traído, desde su importación en los años ochenta, una carga de críticas que, para bien o para mal, no han sido impedimento para su rápida proliferación en el área metropolitana de Santiago, evidenciando con ello su claro éxito desde el punto de vista de la clientela, puesto que logró convertirse en un espacio de encuentro social, entretenimiento y recreación en torno al consumo que perdura hasta nuestros días. Este alto nivel de atracción de flujos de personas, asociado al sistema de transportes y a una carencia de proporciones en lo que respecta al equipamiento urbano de escala comunal e intercomunal, ha hecho que estas mega estructuras comerciales se conviertan en fuertes catalizadoras de subcentralidades, impactando desde su origen privado no sólo a su entorno inmediato sino también, debido a su escala, a una mayor porción de la ciudad. Tomando en consideración el rol innegable del mall en la construcción de elementos tan estructurantes para la ciudad como son las subcentralidades, a más de 20 años de su llegada aún queda una brecha importante por resolver: la relación del mall con su entorno inmediato: cómo interactúa y se enlaza esta mega estructura con un contexto con el que muchas veces no dialoga en escala ni en proporción. En ese sentido, y desde el punto de vista morfológico, surgieron casos en un comienzo muy herméticos al exterior, reduciendo a una sección ínfima los accesos, sirviendo éstos únicamente para la captación de clientes y procurando que el contacto con el exterior fuera mínimo. Hoy, su realidad es diferente, pareciera ser que las cajas de zapatos pasaron de moda y que ahora la tendencia apunta a las terrazas, los paseos peatonales y las “plazas”, así como a la incorporación de otros programas como clínicas y centros educacionales. Cabe preguntarse entonces a qué responden esos cambios y qué impactos tienen en su entorno.
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Mall Parque Arauco
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Mall Plaza Vespucio
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Mall Portal La Dehesa
Fuente 1, 2, 3 y 5: FotografĂas del autor. Fuente 4 y 6: Molina, H., Groote, C., Silva, P., & del Fierro, C. (1993). El comercio y la vida urbana. Ciudad y Arquitectura (72), 50-55.
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¿Son una constatación de que el mall ha tendido a integrarse a su entorno? ¿Son la comprobación de que los desarrolladores han dejado de lado su interés exclusivo en propiciar el consumo, para favorecer a cambio una relación más estrecha con la ciudad? De-malling El de-malling es un concepto emergente de origen estadounidense que se relaciona con los términos demolish (demoler) y malling (mall) es decir, demoler o abrir un mall cerrado. Este concepto surge a partir del cambio en los patrones de consumo de quienes por años visitaron los malls y dejaron de preferir la tipología cerrada, provocando que parte de éstos se transformara en edificios abandonados (greyfields) o se vieran obligados a regenerarse para ser nuevamente atractivos para los clientes. El de-malling puede llevarse a cabo desde dos perspectivas diferentes: como iniciativa de retail o como regeneración urbana. La primera de ellas tiene por objetivo atraer a una mayor cantidad de consumidores y mantenerlos en el tiempo mediante las regeneraciones constantes. La segunda tiene por objetivo generar un beneficio directo al entorno urbano y social del mall, caso en el cual se suele incorporar una alianza público-privada y una intervención de la comunidad afectada.
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Tanto el de-malling que surge como iniciativa de retail como el planteado hacia la regeneración urbana hacen suyos indistintamente los principios básicos de desarrollo, los cuales caracterizan este proceso y aportan a identificarlo como la tendencia actual de regeneración de la tipología mall. Éstos son: 1. Generación de espacios abiertos al aire libre Los investigadores del tema coinciden en que es éste el principio más característico de un mall regenerado. Kocaili (2010) recalca que este principio da cuenta de una tendencia masiva orientada a preferir los espacios abiertos, razón por la cual se habría abandonado el mall cerrado, mientras que Thomas (2006) atribuye este principio a una estrategia que permite crear una secuencia de experiencias que no tienen que ver necesariamente con comprar, y que sin embargo hacen que la experiencia de la visita sea tan relevante como los productos adquiridos. Este principio puede traducirse en la introducción de parques o áreas verdes, así como en la generación de estancias masivas al aire libre tipo escenarios o plataformas multifuncionales. El Congreso para el Nuevo Urbanismo hace hincapié en que éstos espacios sean de uso público, de modo de aportar al entorno con áreas que puedan suplir la falta de plazas o áreas verdes (Congress for the New Urbanism, PricewaterhouseCoopers, & Sobel, 2001). 2. Integración de nuevos usos Se refiere a la integración de usos complementarios a la función de retail del mall, los cuales pueden ser tan variados como las personas a las cuales se quiera llegar. La inclusión de una mayor variedad de programas y actividades permite que el mall extienda su funcionamiento incluso a lo largo de las 24 horas, haciendo que las personas puedan pasar el día completo en ellos (Crawford,
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1992), lo que favorece directamente sus ganancias. Por otro lado, a mayor variedad mayor será el público que atraiga el mall, vitalizándolo y garantizando su estabilidad en el tiempo. Los programas integrados más comúnmente son culturales (salas de concierto, bibliotecas, museos, anfiteatros, etc.), servicios (oficinas, hoteles, clínicas, centros médicos, etc.), nocturnos (bares, cines, cervecerías, discotecas, etc.) y complementarios (residencial, educacional, etc.). 3. Incorporación al entorno Se refiere a la reintegración del mall con el tejido urbano que se ha generado a su alrededor, integrando aquellas grillas locales de modo de exteriorizar espacios semi públicos hacia el entorno. El Congreso del Nuevo Urbanismo define este principio como una reorientación de la actividad del mall para volcarse hacia la calle y restablecer el patrón de vías que conectan con la comunidad que rodea al mall (Congress for the New Urbanism, PricewaterhouseCoopers, & Sobel, 2001), lo que para Kocaili (2010) aumentaría el interés de quienes viven en sus alrededores.
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4. Peatonalización El mall, como tipología comercial, apostó desde un comienzo únicamente por la accesibilidad a través del automóvil, lo que es dejado atrás con la regeneración y es sustituido por un tránsito amigable con el entorno, lo que provee de una vitalidad peatonal fundamental para mantener activo al mall y sus alrededores, aportando con la integración del tejido urbano. Esta peatonalización se asocia, además, a la integración de redes del transporte público que facilitan el acceso desde otros medios de transporte diferentes al automóvil (Taylor, 2002). 5. Imagen arquitectónica identificable Los desarrolladores del mall entienden que su arquitectura es parte de su imagen corporativa, por lo tanto ésta puede cambiar y buscar una que logre ser reconocida como propia (Thomas, 2006). Esta búsqueda de una imagen identitaria puede basarse en elementos meramente decorativos, como muros verdes, vitrinas y jardinería, que lo diferencian de su entorno, o en elementos que sean reconocidos como propios de su contexto y que permitan entenderlo como parte de ese lugar en particular (Congress for the New Urbanism, PricewaterhouseCoopers, & Sobel, 2001; Thomas, 2006). 6. Sustentabilidad Intenta disminuir los impactos ambientales que pudiera tener la regeneración tanto en la etapa de reconstrucción como en su funcionamiento, incorporando a su vez beneficios sustentables para su entorno, para lo cual el Congreso del Nuevo Urbanismo sugiere incorporar elementos verdes en fachadas, áreas verdes y jardinería, así como fomentar el uso de transportes no contaminantes como la bicicleta, optar por la eficiencia energética y conectarse al transporte público (Congress for the New Urbanism, 2005).
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De-malling en Santiago El de-malling en Santiago hace suyos estos principios y los desarrolla en parte importante de sus malls pero, a diferencia de lo que se observa en Estados Unidos, en Santiago no se han regenerado greyfields sino que el proceso se ha dado a través de la regeneración de malls existentes y mediante la construcción de nuevos malls que incorporan desde su concepción los principios del de-malling. Casos como Mall Plaza Vespucio y Parque Arauco corresponden a claros ejemplos de regeneración de malls existentes, que con los años han incorporado bulevares y terrazas, modificando sus fachadas para darles una imagen propia e integrando usos complementarios al retail y elementos de sustentabilidad. Otros casos como Mall Paseo Quilín, Mall Plaza Norte, Mall Plaza Egaña y Mall Portal La Dehesa son ejemplos de aquellos que se han instalado incorporando desde un comienzo los principios del de-malling. Este complejo proceso de regeneraciones responde a una lógica propia que relaciona tres variables: el nivel de competencia al que están expuestos los malls, el flujo de clientes que poseen y la tendencia a regenerarse. Para entender esta lógica se analizaron nueve malls destacados en el estudio de curvas de isovalor 2006 realizado por Galetovic, Poduje y Sanhueza (2009), el cual grafica un área en torno a cada uno de esos nueve malls que representa el área que requieren para satisfacer sus ventas (considerando el ingreso de cada uno de los hogares dentro de esa área) y en el que el cruce entre esas áreas grafica la competencia con otro mall. Los malls analizados, entonces, fueron: Mall Portal La Dehesa, Mall Alto Las Condes, Mall Arauco Maipú, Mall Plaza Norte, Mall Parque Arauco, Mall Plaza Vespucio, Mall Florida Center, Mall Plaza Tobalaba y Mall Plaza Oeste.
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En primer lugar se analizó el nivel de apertura morfológica que posee cada uno de ellos, con variables como integración de grillas existentes, apertura de las fachadas al exterior con algún programa, generación de espacios abiertos al aire libre, generación de paseos peatonales y relación entre la actividad del mall y la calle. En segundo lugar se determinó el nivel de competencia al que estaban expuestos, sumando el número de curvas de isovalor superpuestas con la cercanía a otros malls como un segundo valor. El resultado del cruce entre ambos datos, el nivel de apertura morfológica y el nivel de competencia al que estaban expuestos, dio resultados interesantes. Siete de los nueve casos responden a una lógica en que a mayor competencia es mayor su apertura morfológica. Mall Plaza Vespucio y Parque Arauco resultaron ser los malls con mayor nivel de apertura morfológica, coincidiendo con su exposición a una alta competencia (el primero con Florida Center y el segundo con Costanera Center), lo que ciertamente ha influenciado sus procesos de regeneración. Mall Plaza Oeste, Mall Portal La Dehesa y Mall Plaza Tobalaba se encontraron en un rango intermedio de apertura morfológica, mostrando ciertos rasgos de aperturas espaciales que los distinguen de los malls cerrados, encontrándose también en un nivel medio de competencia. Mall Plaza Norte se conforma como un caso especial dentro del análisis, puesto que si bien podría considerarse una excepción al ser el tercer mall con mayor apertura morfológica, no está expuesto a alta competencia. Sin embargo, en
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realidad se acoge a la misma lógica puesto que, según muestra el gráfico de curvas de isovalor, el área que abarca este mall es una de las más grandes, lo que lo hace más vulnerable a que se instale otro mall en sus cercanías y por lo tanto está expuesto a una competencia latente. Las reales excepciones del caso fueron el Mall Alto Las Condes y el Mall Florida Center, ambos con un grado mínimo de apertura hacia el exterior a pesar de someterse a un alto nivel de competencia. La diferencia entre ambos casos es que el Mall Florida Center incorpora la tercera variable: posee un flujo de clientes asegurado debido a su ubicación en relación al transporte público, lo que podría explicar que no haya sido intervenido, lo que no ocurre con el Mall Alto las Condes. Este último, por su parte, si bien no se ha abierto al exterior, ha tenido regeneraciones al interior que podrían explicar que mantenga su atractivo. Analizando aquellos malls que no han sido considerados en este estudio, se puede identificar que se repite la lógica. Costanera Center, por ejemplo, es muy hermético a su entorno a pesar de estar expuesto a altísima competencia, no sólo por la cercanía a otros malls sino también por las calles comerciales que lo rodean. Esto se debe a la variable del flujo asegurado de clientes. Dada su ubicación en una zona de alta densidad de población, cercano a varias estaciones de Metro y transporte público intercomunal, posee un flujo de clientes que lo visitan independientemente de sus espacios. Caso contrario es el del Parque Arauco, mencionado anteriormente, que vio comprometidas sus ventas con la apertura de Costanera Center y de inmediato evidenció el proceso de regeneraciones constantes.
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Este entendimiento de las lógicas de regeneración de los malls bajo los principios del de-malling se hace relevante en tanto se comprende como parte del proceso bajo el cual se construye la ciudad día a día, entendiendo también que estas modificaciones son de origen privado y buscan como primer objetivo generar mayores ganancias a los desarrolladores del mall, a pesar de tener impactos directos en la ciudad. Mall Plaza Vespucio, un claro ejemplo de la incorporación del de-malling Dado que el Mall Plaza Vespucio resultó ser el que posee un mayor nivel de apertura morfológica, estando a su vez expuesto a altos niveles de competencia, se decidió que fuera el caso de estudio específico a analizar. Como primer paso del análisis específico se revisó la incorporación de los principios del de-malling por parte del mall desde su construcción en 1990 hasta el 2012, lo que dejó en evidencia que a lo largo de su historia ha incorporado todos los principios del de-malling, aunque en diferentes medidas, destacando la generación de espacios al aire libre con las terrazas y la apertura de sus accesos; la incorporación al entorno a través de la creación del bulevar subterráneo con conexión directa al Metro; la incorporación de nuevos usos con la construcción de una automotora, oficinas, un centro médico, cines, salas de recitales, salas de exposición, bibliotecas, centros educacionales, entre otros; la peatonalización al incorporar paseos peatonales de acceso al mall; la creación de una imagen arquitectónica identificable con el uso de fachadas verdes y la creación del Espacio
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De-malling en Mall Plaza Vespucio
1990 Tiendas
1998 Centro Médico + Oficinas + Bulevar subterráneo metro
1992 Cine + Patrio de comidas
2003 Automotora + Teatro + Biblioteca + Centro de educación
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1995 Nuevos locales + Tienda ancla
2005 Terrazas + Salas de exposición + Salas de recitales + Pubs
1996 Estacionamiento subterráneo + Ampliación cines
2008 Aires + Supermercado
Fuente: Elaboración propia.
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Aires; y, finalmente, la sustentabilidad al suscribirse al Green Building Council y con ello obtener reconocimientos varios en lo que a dicho tema se refiere. Para ir más allá, se estudió si efectivamente la incorporación de estos principios del de-malling aportó a que hoy el mall se encuentre mayormente integrado a su entorno, para lo cual se analizó cada uno de sus bordes en relación a su contexto inmediato. De ese análisis se concluyó que cada uno de sus bordes presenta niveles de integración diferentes, siendo el borde correspondiente al acceso principal, el de Vicuña Mackenna Oriente, aquel que obtuvo el mayor índice de integración al poseer una alta conectividad con el espacio público y con los flujos peatonales existentes. En gran parte del tramo mencionado la actividad del mall se relaciona con la calle y los espacios abiertos generados se leen como parte de ésta y como espacios urbanos vivos. Conclusiones y reflexiones finales La presente investigación logró conocer de forma general cómo se está desarrollando en la actualidad el proceso de de-malling en Santiago y cuáles son las variables principales que conlleva ese desarrollo, el que ocurre estrechamente ligado a una política urbana de libre mercado que potencia la implantación de estas mega estructuras dentro del área metropolitana, aumentando la competencia entre ellos y potenciando el desarrollo del de-malling. Es necesario cuestionarse si elementos tan estructurantes para el funcionamiento de la ciudad deben surgir desde una iniciativa meramente privada o si, por el contrario, debiese haber una planificación que fuese de la mano con las necesidades reales de los ciudadanos.
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Por otro lado, es necesario destacar, y respondiendo a las preguntas planteadas en un comienzo, que si bien la incorporación de los principios del de-malling genera un aporte en cuanto a estrechar las relaciones del mall con su contexto inmediato, el problema sigue radicando en cuál es el objetivo de incorporar aquellos principios. Si el objetivo es atraer mayor cantidad de clientes, como lo ha sido en los casos estudiados, el nivel de integración con el entorno se va a limitar únicamente a las decisiones de los desarrolladores del mall, con lo cual se producen situaciones como las observadas, (bordes muy integrados y otros que dificultan las relaciones del mall con el contexto), precisamente porque los desarrolladores optarán por lo que les otorgue un mayor beneficio económico y no por hacer un aporte desinteresado a la ciudad. Vale la pena destacar ejemplos extranjeros como los casos de Mizner Park y Belmar Village en Estados Unidos, que entendiendo el problema de una mega estructura abandonada lograron concretar renovaciones urbanas que permitieron revivir estos espacios y constituirlos, gracias a la participación de la comunidad, en un aporte directo a la mejora de su calidad de vida y de sus barrios. Al tratarse de ejemplos de una intervención público-privada, se apostó a la generación de espacios públicos, lo que hoy no ocurre en los casos santiaguinos, manifestándose una diferencia significativa en los resultados de integración que se pueden obtener con la regeneración. Ciertamente no es necesario esperar al abandono para entender que el mall genera un impacto en su entorno y que se debe entretejer con éste para lograr que estas
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mega estructuras dejen de conformarse como islas que rompen el paisaje, las tramas y las relaciones pre existentes. Esta investigación se propuso, finalmente, como una base para futuras investigaciones que deseen abordar el tema y que involucren, por ejemplo, otras ciudades con casos emblemáticos como el Mall de Castro, el Mall de San Antonio y el Mall Barón en Valparaíso, los cuales están en discusión precisamente por las (no) relaciones que proponen con su entorno y su contexto local particular, generando impactos de proporciones en la imagen y el tejido urbano de esas ciudades. — Trabajos citados Cavoto, G. (julio-agosto de 2013). The demalling process in Italy. ARQA, 143. Congress for the New Urbanism, PricewaterhouseCoopers y Sobel, L. (Junio de 2001). Greyfields into Goldfields: From failing shopping centers to great neighborhoods. Obtenido de Congress for the New Urbanism: http://cnu. civicactions.net/sites/www.cnu.org/files/Greyfield_Goldfields_vol2.pdf Congress for the New Urbanism. (2005). Malls into Main steets: An in depth guide to transforming dead malls into communities. A report by the Congress for the New Urbanism in cooperation with the United Stated Environmental Protection Agency. Crawford, M. (1992). The World in a Shopping Mall. En M. Sorkin (Ed.), Variations on a Theme Park: The New American City and the End of Public Space (págs. 3-30). Nueva York: Hill and Wang. Galetovic, A., Poduje, I., & Sanhueza, R. (2009). Malles en Santiago: De centros comerciales a centros urbanos. Centro de Estudios Públicos (114), 219-252. Kocaili, B. (2010). Evolution of shopping malls: Recent trends and the question of regeneration (Tesis de Magíster, Universidad de Cankaya, Turquía). Obtenido de www.academia.edu/299926/evolution_of_shopping_malls_recent_trends_ and_the_question_of_regeneration Moreno, M. (2010). Porosity and Play: sustaining public life in New Zealand´s sub urban shopping centers (Tesis de Máster, School of Architecture, Victoria University of Wellington). Taylor, M. (2002). Repositioning the Older Shopping Mall. En D. Smiley, & M. Robbins (Eds.), Sprawl and Public Space: Redressing The Mall (págs. 49-50). Nueva York: Priceton Architectural Press. Thomas, I. (Agosto de 2006). The mall as a resort. Urban Land, 107-109.
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Reproducción sociocultural en la apropiación temporal de los espacios públicos. El caso de las ferias libres en Santiago Centro
11 AUTOR
Mauricio Espinoza COAUTOR
Jorge Larenas (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
arquisur@msn.com ÁMBITO
Espacio Público y Diseño Urbano
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen Esta investigación se centra en la generación de una metodología transdisciplinar innovadora respecto al estudio del fenómeno de la feria libre al interior de la ciudad de Santiago, buscando determinar mediante qué expresiones las ferias libres se consolidan como entidades de reproducción sociocultural al interior de la ciudad, trascendiendo su rol económico, entendiendo que esta capacidad se presenta como hipótesis de trabajo. Las ferias libres se organizan en el espacio público, actuando inicialmente como proveedores de productos hortofrutícolas y hoy, con más frecuencia, de otros productos y servicios. Esta evolución lleva asociada la apertura de la feria libre a expresiones propias de la ciudad contemporánea, siendo soporte de interacciones que trascienden las temáticas económicas. La innovación metodológica se refleja en una serie de recomendaciones que orienten las políticas públicas y las acciones privadas vinculadas a la feria libre, con base en lo cualitativo y en un tejido de disciplinas diversas. Palabras Clave Feria libre urbana, espacio público, enfoques conceptuales, Santiago Centro 11
— Introducción Las ferias libres presentes en gran parte de los asentamientos urbanos de Chile son herederas de una larga tradición de comercio originado en la informalidad a principios del siglo XX. Con el paso de los años, conformaron un intrincado enjambre de relaciones que se tradujo en la consolidación de circuitos de distribución de productos hortofrutícolas y, por tratarse de un intercambio comercial, en un circuito ordenado de asociaciones con la ciudad y sus habitantes. Sin embargo, este proceso posee la particularidad de emplazarse en un territorio que no se encuentra diseñado para tal grado de relaciones y funciones, y que es cedido temporalmente por la ciudad para tales fines: el espacio público. Hoy, las ferias libres no sólo actúan como proveedores de productos hortofrutícolas, sino que, cada vez con más frecuencia, se han convertido en abastecedores de productos complementarios a las funciones básicas de compra de alimentos, presentando una oportunidad de empleo para nuevos agentes sociales diversificando el público objetivo al cual apuntan en su dinámica comercial. El debate en la opinión pública, los foros sociales y el mundo académico en torno al espacio público y su función frente a la configuración de barrios visualiza el rol de las ferias libres como espacios relacionales socioculturales entre agentes y actores, y como entidades en las cuales las acciones típicas de la ciudad globalizada, del individualismo y del anonimato social se rompen mediante el diálogo de actores con realidades disímiles, pero articulados por una necesidad de intercambio comercial, trasformando este espacio temporal en un lugar con una carga significativa propia, trascendente a lo efímero de su implantación. Bajo la anterior premisa se puede afirmar que las ferias libres forman parte del tejido estructural que soporta la interacción social de la ciudad. Esta
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definición concuerda con la acción asociada a la instalación periódica de las ferias libres al interior de la ciudad, al permitir y fomentar el surgimiento de este tipo de redes de contactos y movilidad. Estas redes implican un alto grado de interacción al momento de su funcionamiento temporal y una serie de circuitos trazados en su cíclica dinámica de emplazamiento en el espacio público, respectivamente. Lo anterior implica que en la actualidad las ferias libres presenten expresiones y construcciones culturales propias, transmitidas por generaciones, relacionando lo rural y lo urbano, con un marcado carácter de patrimonio cultural nacional. Simultáneamente, las ferias libres representan un emprendimiento familiar al que se ingresa en un 39 por ciento por motivos de cesantía y un 46 por ciento por antigüedad de al menos 17 años en el rubro (ODEPA, 2008). Por lo tanto, las ferias libres conforman un marco o soporte sobre el cual en la actualidad se desarrolla, consciente o inconscientemente, un sentido de comunidad, es decir, constituyen entidades de reproducción sociocultural al interior de la ciudad. Sin embargo, la problemática no se centra en la capacidad de reproducción sociocultural, sino en cómo se da este proceso de reproducción al interior de las ferias libres y en dilucidar si los diversos conceptos que entrega la literatura permiten describirlo y explicarlo. Para esto se debe recurrir al análisis cualitativo en terreno, y a las herramientas proporcionadas por las perspectivas sociológicas y antropológicas de Erwin Goffman e Isaac Joseph, junto con la validación mediante instrumentos de participación e interacción con los actores y agentes asociados al fenómeno. Los resultados se abordan en función de generar una serie de recomendaciones para el diseño de intervenciones que emanen a futuro desde el mundo público y privado, en pos de promover el carácter de reproductor sociocultural que las ferias libres presentan en la actualidad, haciendo hincapié en la construcción de un marco metodológico innovador, con base en lo cualitativo y en un tejido de disciplinas diversas.
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Las primeras aproximaciones en torno a las ferias libres se traducen en una serie de conceptos asociados al desarrollo de estas entidades comerciales en el espacio público de la ciudad de Santiago. Al abordar el tema de la investigación se articulan ideas de las ferias libres que las conciben como sustrato donde ocurren cosas diversas, como enjambre de historias personales que se entrelazan en un tejido cultural dentro de un espacio transitorio y como entidades que combinan un proceso de apropiación (lugarización) y temporalidad. Así, la revisión de la literatura en torno a los conceptos arroja una serie de enfoques, con sus respectivas potencialidades y limitaciones en la explicación del fenómeno de las ferias libres, tal como muestra la tabla en las siguientes páginas. Los tres primeros enfoques convergen principalmente en áreas concretas, con miradas centradas en sus propias disciplinas y sin mayores interacciones con otras áreas del conocimiento. Tanto el enfoque socio-cultural como el simbólico representan interesantes esbozos de perspectivas transdisciplinares, inclusive dificultando su clasificación en un área específica.
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Enfoque
Potencialidades
Limitaciones
• Establece los lineamientos de la actual ocupación del espacio público.
• Descripción de acontecimientos respecto a las ferias libres como una correlación de hitos y hechos, sin establecer mayores asociaciones con los trasfondos sociales, culturales o de otra índole que los gatillaron.
• Establece un cruce entre los hechos históricos respecto a las ferias libres y las políticas públicas desde su constitución a principios del siglo XX.
Historicista
• Permite identificar algunas de las ferias libres “históricas” de la ciudad de Santiago.
• Sólo es un enfoque de tipo contextual, que apunta a la definición actual del fenómeno en función de sus experiencias pasadas, pero que no logra establecer luces respecto a futuras acciones.
• Analiza retrospectivamente o revisa medidas ya realizadas. • Propone indicadores respecto a la población objetivo, volúmenes de transacciones y el peso económico de las ferias libres en el contexto de la Región Metropolitana, desagregando datos a escala comunal.
Económico
• Detecta ventajas de las ferias libres y que sustentan su continuidad en el tiempo, a pesar del auge de la industria del retail. • Se detectan las principales cualidades de las ferias libres en función de su instalación en el espacio público, incorporando conceptos como la permeabilidad y fenómenos asociados a estas instalaciones como los “coleros”. Espacio Público
• Establece asociaciones con el concepto de barrio, eliminando lo que hasta este punto de la investigación se concebía como un hecho “aislado” dentro de las interacciones de la ciudad.
• Enfoque estrictamente descriptivo, asociado al informe de ODEPA-USACH, que hace alusión al objeto arquitectónico denominado puesto de venta.
Urbano Espacial
Espacio Arquitectónico
• Se detecta el rol urbano que las ferias poseen al acercar a los barrios las centralidades duras de comercio desarrolladas por los sistemas de retail en el espacio privado (supermercados, bazares y tiendas).
Espacio Público y Diseño Urbano
• No visualiza aspectos cualitativos en la definición de categorías y tipologías de puestos de trabajo. • No abarca la dinámica económica interna del feriante, es decir, se restringe a constatar y clasificar el puesto en función de un análisis visual de éste y su proporción como tal en el global de la feria libre. • Considerando que existen múltiples definiciones de espacio público, que van desde lo normativo a lo arquitectónico, una estructura superpuesta a éste también se encuentra afecta a estas múltiples definiciones y, por tanto, resulta complejo sistematizar todas sus cualidades. • Lo anterior proporciona una visión del fenómeno sólo desde el nivel macro de la realidad urbano-arquitectónica, además de remitirse a soluciones “formales” sin mayores consideraciones de las particularidades sociales y culturales que implica el fenómeno. • Mirada de feria libre como carácter unitario. Desde la disciplina arquitectónica prevalecen las ideas de proyecto que consideran a las ferias como un elemento urbano estático, que se limitan a plantear soluciones para los puestos formalmente establecidos, pero desconociendo la adaptabilidad, la flexibilidad y la permeabilidad detectadas previamente en otros enfoques. • Las ferias son vistas como una excusa en la “modernización” de los espacios públicos deteriorados, apuntando al fenómeno a nivel pericentral o en la periferia de la ciudad, no haciendo alusión a la mecánica operativa presente al interior del casco central de ciudades con características metropolitanas.
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Enfoque
Espacio de Diversidad Cultural
Potencialidades
Limitaciones
• Se destaca la capacidad de ser espacios de aglutinamiento de realidades sociales diversas por emplazarse en un espacio público libre y abierto a cualquiera.
• No se logran dimensionar los aspectos físico-arquitectónicos, permaneciendo a nivel de conceptos teóricos, sin establecer un aterrizaje sobre realidades concretas.
• El nivel de permeabilidad y flexibilidad que poseen las ferias libres las transforma en espacios de validación de las expresiones socioculturales que se alojan en ellas.
• Su nivel de definición, en cuanto a conceptos teóricos con falta de expresión física a nivel arquitectónico-espacial representa, en casos concretos, una fuerte limitante dado el nivel de abstracción que presenta el fenómeno para este sub-enfoque.
• Estos niveles de flexibilidad resultan casi irrepetibles en otros fenómenos temporales al interior de la dinámica de la ciudad, ya que todos ellos presentan un grado de sesgo en la inclusión de actores sociales (marchas, acciones de arte, celebraciones, etc.). • Permite una comprensión de la complejidad de los fenómenos que se establecen en el espacio público y, por extensión, al interior de las ferias libres.
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• El nivel de abstracción de este enfoque no permite representarlo en una realidad concreta, a nivel de normas o preceptos generales de aplicación amplia, por lo que su aplicación variará según el caso.
• La construcción de la feria, como fenómeno social, conlleva una serie de costumbres, nociones, prácticas y valores. Sociocultural
Espacio Social
• Se caracteriza el espacio de las ferias libres (en el espacio público) mediante conceptos como “espacio relacional” o “colectivo”, posibilitando la multiplicación de las experiencias a través del intercambio con otros. • Se mantiene a nivel de conceptos teóricos, por lo que su expresión en terreno representa un nicho de investigación. • Permite asociar las ferias libres con el proceso de generación de espacios públicos con características de bienes de uso público, ya que a consecuencia del accionar comercial se produce un proceso de construcción social.
Soporte de Producción Social del Hábitat
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• En términos aislados, el concepto se presenta forzado a encajar con las ferias libres; sin embargo, al evaluarlo dentro de un contexto barrial como lugar de encuentro de este último, inclusive con mayor vigencia respecto al espacio público puro, se comporta como un fenómeno vinculado a una condicionante real de espacio, a diferencia del enfoque de espacio social, puesto que interactúa, muy someramente, con la realidad espacio-urbanística de la unidad territorial de acogida.
• No presenta mayores limitaciones desde el punto de vista que relaciona la feria libre y el barrio. No obstante, se desvincula de las cualidades físicas del contexto y evalúa el fenómeno desde una óptica abstracta y centrada en relaciones sociales que perfectamente pudieran prescindir de las cualidades espaciales de la feria, dándose en espacios públicos de similares cualidades o eventos posados sobre ella con cualidades similares de interacción entre los actores.
Arquitectura no es sólo obra
Enfoque
Acto Consuetudinario
Lugar
Potencialidades
Limitaciones
• Involucra la instancia relacional, permitiendo evaluar a futuro la serie de circuitos internos como fenomenología, como una serie de historias concatenadas y configuradoras de una realidad cultural al interior de las ferias.
• Si bien se trata de una perspectiva innovadora respecto a la visualización de las ferias, aún se mantiene dentro del ámbito de la generalidad, no alcanzando a diferenciar el fenómeno cuando se da en el contexto del centro urbano, el pericentro y la periferia, distinción que, a la luz de los enfoques predecesores, genera fuertes cambios en la concepción y percepción general de una feria específica.
• Se presenta como nicho de investigación la relación entre la instalación y la construcción de redes, tanto al interior de las ferias como en su relación con los barrios que aborda en su deambular por la ciudad. • Al igual que los enfoques socioculturales, se trata de una concepción bastante integral respecto a los atributos del acto de la feria en el espacio público (se refuerza la idea de un acto sobre un determinado espacio, pues esta concepción establece esta separación en cuanto a la conceptualización, pero asume que el sistema se comporta en forma binaria, es decir, el uno no es identificable sin el otro).
• Si bien el concepto de “lugar” se encuentra plenamente desarrollado por diferentes autores, no existen, o al menos no se han podido detectar en la literatura, asimilaciones con el fenómeno de las ferias libres. Por tanto, las asociaciones que se puedan establecer dependerán plenamente de la interpretación que se pueda gestar al sindicar a las ferias libres como “lugares”.
• Representa, al establecer esta dualidad acto-espacio, una de las miradas más integrales respecto al fenómeno de las ferias libres. • Describe las cualidades e implicancias de la temporalidad de las ferias libres en el espacio urbano y en el contexto de la ciudad. Simbólico
Espacio Transitorio
Acto Político
• Complementa los enfoques anteriores con un nuevo concepto asociado a la subjetividad y la individualidad: la noción de “percepción” y su relación con la temporalidad, debido a que muchos de los aspectos desarrollados en torno al espacio se fundan en la inamovilidad de las estructuras constituyentes y en cómo actúan los agentes sociales en él. En cambio, el concepto de espacio transitorio relativiza tanto al individuo como al configurante, ya que a pesar de que es la misma feria la que se visita cada semana, los elementos configuradores del espacio nunca serán los mismos y siempre tendrán variaciones. • Se evidencian las relaciones sin reglas sociales escritas, sino innatas, así como la predominancia de lo relacional, basado más en lo popular que en la modernidad fundadora de la estructura social contemporánea y concebido como un acto de rebeldía frente al mundo preconcebido de la ciudad metropolitana. • Un postulado interesante es el concepto de “marca” en la ciudad, impronta que deja la feria durante su funcionamiento pero que en ausencia de ella simplemente deja de existir. En este sentido, se vincula de sobremanera con el enfoque de espacio transitorio.
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• La relativización, tanto del individuo como del espacio configurante, deja escasas variables fijas para establecer un estudio que no se arriesgue a caer en pre-concepciones y prejuicios. Sin embargo, al cruzar este enfoque con otros complementarios, resulta una herramienta interesante para evaluar el fenómeno de las ferias libres.
• En muchos pasajes del enfoque se exalta de sobremanera el costumbrismo y la anécdota y, por tanto, se puede caer fácilmente en la descripción fútil. Sin embargo, al leer entrelíneas y contrastar el fenómeno se pueden controlar estas externalidades a fin de recabar información constructiva y complementaria de otros enfoques.
Fuente: Elaboración propia.
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La investigación se articula sobre dos ejes en toda su extensión: una primera etapa exploratoria y una segunda fase inductiva. Sin embargo, a pesar de este hilo conductor, ésta se configura en dos grandes bloques de análisis en función de la organización del estudio: un proceso de revisión bibliográfica y el contraste de las herramientas conceptuales sobre un caso concreto; es decir, una recopilación de conceptos descriptores del fenómeno y una etapa de validación de dichos conceptos como herramientas de análisis.
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Figura 1
Metodología
IZQUIERDA: La feria libre como
espacio transitorio. En el proceso de apropiación temporal del espacio público, la feria libre debe enfrentar y adaptarse a los procesos de transformación del barrio, tanto en términos morfológicos como en la captura de los nuevos pobladores. DERECHA: La feria libre como acto político. Se evidencian relaciones sin reglas sociales escritas y la predominancia de lo relacional y lo popular. La apropiación del espacio público responde a un acto de implantación, de marca en el territorio. Fuentes: Fotografías del autor.
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Metodología de la revisión bibliográfica El proceso de exploración de la temática de las ferias libres descubre que aquellos autores consultados directa o indirectamente abordan distintas áreas y, en muchos casos, pasan de un área temática (historia, arquitectura, política, antropología o economía, entre otras) a otra en el desarrollo de sus ideas. Dado este escenario, se propone una separación de todos los conceptos detectados en enfoques conceptuales que permita la optimización y organización de conceptos complejos, asociándolos entre sí por afinidad. Metodología de la experiencia de campo Considerando que en su sentido más estricto los enfoques identificados en la revisión bibliográfica no se circunscriben a la problemática de las ferias libres, sino que se concentran en nociones más generales referidas al espacio público, se hace
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necesario desarrollar un proceso de ajuste conceptual que oriente el trabajo hacia su foco específico: espacios públicos apropiados por estructuras temporales. Para el contraste en terreno de los enfoques teóricos descritos se revisa la visión respecto a las relaciones e interacciones posibles en el espacio público de los autores Erwing Goffman, con su análisis de la realidad urbana y la vida cotidiana desde una óptica teatral, con puestas en escena y actuaciones de roles urbanos (1959), e Isaac Joseph, quien propone la construcción de inconscientes colectivos a través del concepto de rutina y no reiteración mecánica (2002). Asimilados los patrones de comportamiento de los actores y agentes observados en los casos de estudio, resulta factible aplicar los conceptos predefinidos para establecer una descripción y explicación del fenómeno en estudio, pudiéndose definir fenómenos tales como su funcionamiento por muchos años a pesar de las constantes variaciones del contexto de la ciudad. El proceso de retorno a la experiencia de campo, empoderado con los antecedentes que proporcionan los conceptos teóricos, se ve apoyado por el empleo de los principios de la microsociología de Erwing Goffman y la sociología de Isaac Joseph respecto a las actuaciones en la vida cotidiana y en el espacio público, respectivamente. Esta segunda etapa del proceso de validación de los elementos conceptuales consiste en el establecimiento, como caso de estudio, de una feria tipo en el casco central de la Comuna de Santiago, junto con tres casos de contraste.
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Método de evaluación de resultados Definido el caso de estudio, éste se aborda desde tres aspectos: la observación participante, el taller de levantamiento de información y las encuestas. El resultado es una importante masa de datos cualitativos que, de forma aislada y sobre una base abstracta, resultan imposibles de manejar, por lo que se hace necesario su ordenamiento y depuración en una serie de descriptores que expliquen el fenómeno. OBSERVACIÓN
TALLER
APLICACIÓN DE CONCEPTOS AL CASO DE ESTUDIOS
DESCRIPTORES DE LA FERIA LIBRE
ENCUESTAS CAPTURA DE INFORMACIÓN
ANÁLISIS
VALIDACIÓN DE ENFOQUE
Esquema 1 Proceso de análisis del caso de estudio de campo. Fuente: Elaboración propia.
Los descriptores de la feria libre constituyen la base para el establecimiento de una serie de recomendaciones de diseño. Sin embargo, requieren una segunda revisión, esta vez a través de una mirada de contraste sobre otros casos de feria libre. De este modo se obtiene una mirada global de los descriptores y se elimina la posibilidad de que las particularidades del caso de estudio determinen las recomendaciones, pudiéndose enmarcar la investigación en los tres enfoques relacionales antes descritos y permitiendo que el foco de la investigación se mantenga sobre la definición cualitativa del problema.
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Figura 2 IZQUIERDA: La feria libre como
espacio social. El espacio relacional o colectivo posibilita la multiplicación de las experiencias a través del intercambio con otros. DERECHA: La feria libre como espacio de diversidad cultural. Emplazadas en espacios libres y abiertos, las ferias libres aglutinan realidades sociales diversas, transformándose en espacios de validación de expresiones socioculturales. Fuentes: Fotografías del autor.
El resultado final de esta revisión constituirá la base de las recomendaciones metodológicas que incorporen todos los enfoques teóricos, diferenciando los puntos estructurales de aquellos complementarios; permitiendo obtener las conclusiones del comportamiento de los actores, los agentes y el espacio urbano y sus estructuras; y posibilitado extrapolar sus resultados a nivel conceptual a otros casos de instalaciones en el espacio público que representen un valor sociocultural urbano y tengan por base su temporalidad en el uso como condicionante de la apropiación, es decir, que compartan características primordiales con las ferias libres urbanas y posean el potencial de entidades de reproducción sociocultural urbana.
MIRADA TRANSDISCIPLINAR SOBRE LAS FERIAS LIBRES CASO DE ESTUDIO FERIA 10 DE JULIO RECOMENDACIONES DESCRIPTORES DE LA FERIA LIBRE HIPÓTESIS DE ACCIÓN CASO DE CONTRASTE
Esquema 2 Proceso de construcción de recomendaciones metodológicas. Fuente: Elaboración propia.
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RETORNO AL ESPACIO PÚBLICO
ANÁLISIS DE INFLUENCIA EN EL MEDIO
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– CONTEXTO HISTÓRICO – CONTEXTO ECONÓMICO – Espacio público – Espacio arquitectónico – Espacio de diversidad cultural – Espacio social – Soporte de Producción Social del Hábitat - Acto Consuetudinario - Lugar - Espacio Transitorio RECOMENDACIONES FERIAS LIBRES URBANAS
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Figura 3 IZQUIERDA: La feria libre como
Trabajos citados Goffman, E. (1959). La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu Editores. Joseph, I. (2002). El transeúnte y el espacio urbano. Barcelona: Gedisa. ODEPA. (2008). Estudio para la caracterización del canal feria para la distribución de productos hortofrutícolas en la Región Metropolitana. Santiago: USACH-ODEPA.
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lugar (que acoge diversos actos). DERECHA: La feria libre como acto consuetudinario. La instancia relacional permite evaluar a futuro la serie de circuitos internos como fenomenología, como una serie de historias concatenadas y configuradoras de una realidad cultural. Fuentes: Fotografías del autor.
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Espacio público ⁄ Espacio privado. Destrucción y reconfiguración de los límites cotidianos del habitar en la experiencia post-terremoto
12 AUTOR
Alejandro Crispiani Tomás Errázuriz INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile Universidad Católica del Maule FONDOS ASOCIADOS
Fondecyt Regular 2012 N° 1120406 E-MAIL
acrispia@uc.cl ÁMBITO
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INVESTIGACIÓN DESTACADA
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen El trabajo de investigación parte de un supuesto básico: que en las ciudades afectadas por la catástrofe el momento post-terremoto puede ser tomado como una instancia reveladora de diversos aspectos de la ciudad y sus habitantes que, en cierta manera, están ocultos en el funcionamiento normal de la misma. El análisis y la comprensión de este momento fueron abordados a partir de dos operaciones. En primer lugar, a partir de la recolección de materiales provenientes de diversas fuentes y tiempos históricos, se definieron “situaciones espaciales tipo” que se suceden cuando ocurre un terremoto. Desde este análisis espacial se estudió cómo ocurre la movilidad en esta ciudad en ruinas, definiendo distintos movimientos. Palabras Clave Arquitectura, ciudad, catástrofes, patrimonio — El momento de la destrucción Este trabajo se centra en el momento post-terremoto, ese período de tiempo que sobreviene en las ciudades o pueblos luego de que son afectadas por un sismo. Lo hemos denominado el momento de la destrucción. Se trata de un tiempo de duración variable, en el que el entorno construido adquiere otra naturaleza debido a los efectos catastróficos. Se constituye entonces un orden diferente del de la vida cotidiana que afecta a las construcciones, los objetos y las personas, determinando un comportamiento particular de todos ellos, que se da en un tiempo acotado pero que es, sin embargo, altamente significativo de la naturaleza de la ciudad. Aunque quizás no podamos hablar exactamente de ciudad, según los parámetros usuales, en relación con el entorno físico que se produce después de una catástrofe. En definitiva, la pregunta sería de qué tipo de ciudad estamos hablando. Lo que nuestro trabajo propone es darle cierta entidad a una expresión corriente con que se suele designar el momento de la destrucción, la llamada “ciudad terremoteada”, la ciudad todavía víctima del terremoto.
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El trabajo, en principio, apunta a un estudio histórico amplio, que tome en cuenta los principales terremotos ocurridos en Chile en el siglo XX, centrándose casi exclusivamente en los días posteriores al terremoto y poniendo foco en el entorno construido, en esa ciudad ruinosa, pero sin duda “nueva” e inclusive a veces irreconocible para sus propios habitantes. El trabajo se plantea, en principio, revisar ese momento de la destrucción que afectó a las ciudades chilenas durante los siglos XX y XXI. Se trata de un espectro muy amplio de ejemplos, que van desde el terremoto de Valparaíso de 1906 hasta el más reciente de Concepción, en febrero de 2010. Evidentemente, en ese lapso de tiempo se produjeron profundos cambios tanto en lo que respecta a la configuración, la materialidad y el entramado tecnológico sobre el que se apoyan la ciudad y el ambiente construido, como en los comportamientos y las relaciones de los habitantes con éstos. Sin embargo, pueden detectarse ciertas condiciones invariantes vinculadas con situaciones que de alguna manera resultan típicas, que afectan al entorno construido en su estado de destrucción o terremoteado.
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Figura 1 Cocinando en la Alameda. Fotografía: Diario El Centro, 28 de marzo de 2010, pág. 11.
Es importante señalar, de todas maneras, que se trata del estudio específico de los efectos de los terremotos sobre la ciudad, separándolo de las consecuencias de otro de tipo de catástrofes o situaciones de desastre. Es evidente que cada tipo de situación catastrófica implica un determinado tipo de destrucción del entorno humano y de la ciudad propiamente tal. El terremoto tiene una característica particular: lo que podríamos llamar el “elemento catastrófico en sí”, lo que en última instancia produce la pérdida de vidas humanas, es el mismo entorno construido. El agente amenazante, lo que genera en primer lugar la desaparición de vidas humanas, es el entorno construido. No hay, en tal sentido, un agente de destrucción natural visible, sea éste agua, fuego, viento, lava, ceniza o barro. En los terremotos, el agente de destrucción de origen natural, que es el movimiento de la tierra, no es visible en sí mismo sino que se hace visible a partir de su efecto en las construcciones y el mundo físico en general. El movimiento de la tierra altera la condición esencial de las construcciones que es su estabilidad y su inercia frente a las fuerzas de la gravedad. En tal sentido, no interviene en su destrucción ningún nuevo elemento, nada externo, ninguna fuerza que no tenga que ver de alguna manera con la construcción misma. La construcción no necesita conjugarse con un nuevo elemento que la destruye, como puede ser el viento en los huracanes, el agua en las inundaciones o el fuego en los incendios, sino que se destruye porque pasa a faltarle la condición sobre la que se asienta, que es la estabilidad del plano de apoyo. De ahí que los terremotos tengan una relación con el entorno construido por el hombre como no la tienen las otras formas de “catástrofe natural”. La investigación parte del entendido que ellos guardan una relación directa con el entorno construido que es particularmente reveladora de su naturaleza. Los terremotos hablan de la destrucción de la arquitectura y la ciudad como no lo hacen otros fenómenos naturales. El paisaje de la destrucción generado por el terremoto tiene características que le son propias, características que hablan justamente de esta ausencia de elementos externos. Lo existente ha tomado otra forma sin que nada nuevo haya aparecido, sólo algunos cambios temporales en ciertas condiciones naturales. Ciudad y arquitectura ante la destrucción Dentro de este planteamiento general, el trabajo tiene como objetivo aportar al conocimiento del espacio construido, sea de la casa o la ciudad, fijándose en el período de tiempo que se vive inmediatamente después de un terremoto, esos días en que los escombros, que parecen invadir todo, no permiten diferenciar claramente a esas entidades eminente sociales que son lo público y lo privado. Es el momento de la emergencia nacional, marcado por la búsqueda de sobrevivientes, la necesidad de dar alojamiento a un elevado número de personas, la falla de las tecnologías que permiten el funcionamiento de la ciudad y la vida
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urbana, el quiebre de las categorías espaciales que ordenan el entorno construido y la alteración de todos los comportamientos habituales. Es un tiempo en general corto, en el que no resulta posible pensar todavía en la reconstrucción dadas las urgencias que plantea la emergencia. Se entiende, entonces, que la destrucción es un momento revelador, que puede ser estudiado sistemáticamente. Es un tema también de particular importancia para la arquitectura de Chile y su historia, ya que pocos países se han tenido que enfrentar tan recurrentemente a la destrucción masiva de su entorno construido. El fenómeno de la destrucción inesperada del entorno construido no parece ser un problema de mayor interés entre académicos y profesionales que trabajan dentro una disciplina enfocada en lo construido. Incluso la destrucción causada por el natural proceso de deterioro de las estructuras y/o la destrucción planificada no se estudia como fenómeno en sí, sino en función de otros procesos como la preservación o la reconstrucción. Esto, desde luego, no quiere decir que la destrucción no esté presente como idea y posibilidad latente en cada nueva obra que se construye o restaura. La destrucción tiene un lugar central en la arquitectura desde el momento que todas las decisiones de proyecto se toman de tal modo que este fenómeno no ocurra. Muros, puertas, techo, todos tienen un lugar predeterminado en el espacio y han sido construidos de manera que permanezcan en aquel lugar. Desde este punto de vista, debido a los incansables esfuerzos por evadirla, la experiencia de la destrucción puede interpretarse como punto de partida del entorno construido.
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Paradójicamente, aunque el paisaje construido chileno sufre periódicamente los embates de movimientos telúricos de gran magnitud, la reflexión de los especialistas en torno a las relaciones entre la arquitectura y estos fenómenos naturales no logra trascender del aspecto práctico. Así, la respuesta de los arquitectos y urbanistas se ha concentrado naturalmente en las tareas de reconstrucción y planificación, así como en el avance en el uso de nuevos materiales y metodologías constructivas. Lo que aquí se propone es concentrarse en el momento previo a la reconstrucción, en el momento de la emergencia, en el Figura 2 Acarreo de agua. Fotografía: Diario El Sur, 16 de marzo de 2010, pág. 7.
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periodo en que esta reconstrucción no puede ser siquiera pensada dada la urgencia de dar una respuesta, que se sabe será transitoria, a la necesidades inmediatas de alojamiento y prestación de servicios de todo tipo que se suscitan en los días inmediatamente posteriores al terremoto, cuando la ciudad está en ruinas. Es un momento en que reina un orden espacial inédito, en el que ya no rige el viejo y naturalizado orden que la edificación y la ciudad sostienen. En definitiva, la pregunta que guía la investigación es cómo se habita en esa ciudad en ruinas, o en ese entorno que ha sido sacudido en sus fundamentos físicos y simbólicos por el terremoto. Para dar respuesta a esto se optó por combinar dos tipos de enfoque. Uno, en cierta medida, estático, centrado en un estudio espacial y material de la ciudad en ruinas; otro dinámico, atendiendo a cómo esta ciudad es experimentada por los habitantes en el momento de la destrucción. En relación con el primer punto, se definió un conjunto de categorías espaciales, que han permanecido invariantes en los grandes terremotos del siglo XX en Chile, a las que se dio el nombre de situaciones espaciales madre de la ciudad destruida. Desde esta suerte de escenarios se trató de llegar a los comportamientos que generan.
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Figura 3 Lo doméstico se hace público. Fotografía: Diario El Sur, 29 de marzo de 2010, pág. 12.
En relación con el segundo punto, el eje se puso en la experiencia de los habitantes y en cómo se percibe la ciudad como hecho físico desde dicha experiencia. Se tomó como punto de partida un hecho básico de los terremotos: la caída de los límites y el desplazamiento de los habitantes que esto genera. Desde allí se definieron también tres movimientos básicos. Como puede verse, en ambos casos el espacio no se separa de la percepción y las acciones de quienes lo habitan, simplemente se parte de supuestos distintos pero complementarios. Situaciones espaciales tipo El trabajo propone un conjunto de situaciones, que en algún punto también podríamos llamar figuras, en las que conviven justamente ese conjunto de relaciones cruzadas entre los hombres, con su universo de ideas y representaciones, y las cosas. Son situaciones que intentan iluminar la naturaleza de la ciudad terremoteada o destruida. No se trata de una clasificación sistemática, pero tampoco son situaciones arbitrarias. Son más bien imágenes condensadoras de sentido espacial, antes que compartimentos claramente separables e identificables. Son situaciones que han aparecido a lo largo del siglo XX cuando se ha producido un terremoto, provocando la destrucción extendida de un cierto tejido urbano. Estas situaciones suelen aparecer encadenadas en el tiempo, construyendo una suerte de relato. Es este relato, en definitiva, el que termina por definir el llamado “momento de la destrucción”. Pero no se trata sólo de un encadenamiento temporal o cronológico, sino también de uno conceptual. Independientemente
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de que se puedan superponer en el tiempo, cada una de las situaciones madre se enlaza con el resto, constituyendo un conjunto coherente. En términos generales, se han identificado siete situaciones condensadoras de sentido espacial en las que se define el momento de la destrucción: 1. La activación de plano cero. 2. La primacía de lo horizontal. 3. La ciudad sin límites. 4. La ciudad disponible. 5. El orden entre las ruinas. 6. La ciudad inestable. 7. La reaparición de un nuevo plano fundante. Como puede verse, la secuencia se abre y se cierra en relación con el hecho físico al que pueden remitirse todos los efectos catastróficos que ocurren en un medio urbano cuando se produce un terremoto: la súbita pérdida del plano de apoyo de todo el universo físico levantado por el hombre. Esta pérdida del plano de apoyo, que como se sabe es muy breve, abre una primera secuencia de situaciones espaciales y de comportamientos humanos directamente asociados a ellas, en las que se juega la destrucción. En tal sentido, la destrucción no es inmediata, es un proceso que empieza con la activación del plano y que culmina con la aparición de un nuevo plano fundante, un suelo finalmente vacío y “pacificado” sobre el que podrá comenzarse la reconstrucción. En el ínterin se produce, en primer lugar, el escape del entorno construido, que se vuelve particularmente amenazante. Además, aparece un nuevo escenario urbano en el cual se hace presente la fuerza oculta de la gravedad en los edificios, que hace que todo tienda hacia el suelo, hacia la horizontalidad. En este movimiento la ciudad pierde sus límites convencionales, los muros caen y con ellos las divisiones que son el fundamento de lo urbano: lo público y lo privado, lo propio y lo ajeno, la casa y la calle, el espacio de la legalidad y el de la ilegalidad. Se generan entonces nuevos límites a partir de circunstancias que varían de terremoto en terremoto. Con la pérdida de los límites convencionales aparece una nueva ciudad, una ciudad “disponible”. Los espacios privados y los objetos que contienen, una vez caídas o afectadas las barreras materiales que los definen, se contaminan de un cierto carácter público o de disponibilidad pública, que en casos extremos puede llevar a los saqueos, pero que conoce también formas más inofensivas. La respuesta a ello es la puesta en acción de nuevos principios de orden, en general vinculados a la militarización de la ciudad, que afectan tanto a las personas y sus acciones como a los objetos mismos que circulan por la ciudad y que son indispensables para sus habitantes. Mientras tanto, se hace necesario limpiar la ciudad retirando los restos de la destrucción y, particularmente, removiendo todo aquello cuya estabilidad está en duda y que sigue presentando peligro. En muchos casos, más que una ciudad destruida, los terremotos suelen dejar una ciudad inestable. Es la ciudad terremoteada que es necesario superar. Se produce
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Figura 4 Nuevos límites en la ciudad postterremoto. Fotografía: Diario El Sur, 5 de marzo de 2010, pág. 18.
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entonces la demolición de todo lo que ofrece sospecha de que no pudo soportar al terremoto. Tiene lugar entonces una segunda destrucción, esta vez por mano humana. Es con esta segunda destrucción que vuelve a emerger el plano fundante y se sientan las bases para comenzar otra vez la construcción de la ciudad.
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Figura 5 La importancia del suelo como espacio habitable. Fotografía: Diario El Sur, 23 de marzo de 2010, pág. 23.
Movilidad en la ciudad en ruinas Una de las características principales de la ciudad en ruinas es el movimiento de las personas, los múltiples desplazamientos que los habitantes se ven obligados a realizar, una verdadera migración urbana que se desata en todas direcciones y con destinos múltiples. La investigación busca adentrarse en esta experiencia del entorno destruido o inutilizado y analizar específicamente los alcances que la desaparición o transformación de los límites cotidianos tiene para el habitar y para la reflexión sobre la vida diaria en la ciudad. Teniendo como punto de partida la aproximación de Humberto Giannini a la vida cotidiana en las ciudades (como circularidad topográfica, como movimiento constante), se analizaron las nuevas movilidades y trayectos que surgen cuando se alteran los límites entre domicilio, calle y trabajo. 1. Movimientos de reacción Son aquellos movimientos que se producen como respuesta, a veces casi refleja, frente a la activación del plano cero y sus consecuencias. El principal y primero de ellos es el escape de la arquitectura, la súbita necesidad de abandonar los edificios y las construcciones que se produce en el momento del temblor. Las construcciones literalmente expulsan a sus habitantes, que se juegan la vida en el escape rápido. Es un movimiento que suele quedar marcado y fijado en la vida de las personas. La arquitectura, que habitualmente cobija, se vuelve una amenaza mortal. La crisis de la arquitectura es además la crisis del límite, de los muros que contienen y separan, y se erigen como verdaderos garantes del orden social. Esto también suele generar otra familia de movimientos de reacción, particularmente los que se aprovechan de esta situación, ya sea para escapar de la cárcel o
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saquear. Todos estos movimientos de reacción, como su nombre lo indica, son movimientos sobre los cuales no existe programación, al menos no en el primer momento. El instinto y la necesidad son potentes motores que empujan a la acción y generan reacción.
Figura 6 La seguridad de las carpas. Fotografía: Diario El Centro, 19 de abril de 2010, pág. 2.
2. Movimientos de socialización Todos los terremotos tienen un impacto inmediato sobre las prácticas de sociabilidad. En cada caso histórico estas prácticas han adquirido distintas formas, variando con el tiempo y la ciudad. Pero pueden verse ciertas constantes. En principio, la experiencia en común del sismo marca a todos, sin excepción. Todos tienen una historia que contar. Todos, sin importar clase social, raza, edad o género, tienen una experiencia de vida en común que quebró y transformó sus rutinas cotidianas. A partir de allí, la ciudad en ruinas obliga a generar nuevas asociaciones en nuevos espacios, la mayoría temporales, pero también otras destinadas a durar, como es el caso de las personas que en el terremoto protegieron a niños que nunca encontraron a sus padres, por lo que luego terminaron adoptándolos.
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3. Movimientos de asimilación Mientras los movimientos de reacción revisados hacen referencia al quiebre material o simbólico de la arquitectura y cómo éste desencadena el traslado instintivo de personas y objetos, y en tanto los movimientos de socialización representan las consecuencias sociales que tienen estos traslados, llamaremos “movimientos de asimilación” a aquellos que permiten comenzar a recomponer la relación de los sujetos con su entorno construido. Si bien la asimilación puede prolongarse por muchos años, son sin duda las primeras semanas las más intensas. Se podría decir que la asimilación comienza cuando acaba el peligro inminente del terremoto; cuando el cuerpo está a salvo y la tierra ha dejado de moverse. El movimiento de asimilación más claro es el deambular al que suelen entregarse los habitantes de la ciudad luego de ocurrido el terremoto. En la medida que se recorre la ciudad y se visita lo que queda de ella, se vuelve también sobre su pasado. Con el transcurso del tiempo, poco a poco, el antiguo imaginario urbano va cediendo terreno a las nuevas imágenes de la ruina, del vacío, y luego del proyecto, la restauración o su sustitución. Con la alteración de la arquitectura se altera el sentido, se diluyen las prácticas y los discursos asociados a los lugares. La asimilación implica comenzar a recomponer y transformar estos significados que atribuimos a nuestro entorno. En el momento de la destrucción la ciudad aparece bajo nuevas categorías espaciales que son percibidas y que, a la vez, condicionan estos movimientos. Al romperse los moldes espaciales habituales ellos son inevitables; el movimiento de las personas es la última fase de lo que comenzó con el movimiento de la tierra y siguió con el de los edificios. El momento de la destrucción puede verse básicamente como un ámbito urbano dinamizado de una manera no-humana.
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Santiago 1939: La idea de “ciudad moderna” de Karl Brunner y el Plano Oficial de Urbanización de Santiago en sus 50 años de vigencia
13 AUTORES
José Rosas Pedro Bannen Wren Strabucchi Germán Hidalgo INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile FONDO(S) ASOCIADO(S) FONDECYT Regular N° 1141084 E-MAIL
jrosasv@uc.cl ÁMBITO
Ciudad y Planificación Urbana
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen El Plano Oficial de Urbanización de la Comuna de Santiago de 1939, y su Ordenanza, es el primer plano que regula la más importante transformación de Santiago del siglo XX, vigente entre 1939 y 1989. Pretendemos identificar la idea de “ciudad moderna” de Brunner que encarna este plano, percibido como un documento gráfico relevante para comprender los proyectos, cambios y continuidades que la ciudad registra en medio siglo. Sostenemos que esta propuesta da inicio a un nuevo entendimiento y configuración de la ciudad consolidada, promoviendo una idea moderna de centralidad, al tiempo que un tratamiento de todos los suburbios que constituyen su entorno, cuya forma general mantiene una relación con la ciudad central, así como una nueva forma de mirarla y representarla. Palabras Clave Karl Brunner, representación, Santiago de Chile, ciudad moderna — Introducción Todo proceso de transformación de una ciudad hace necesaria una serie de documentos que gobiernen las acciones para implementarla. El Plano Oficial de Urbanización de la Comuna de Santiago de 1939, y su ordenanza, es el primer plano que regula la más importante transformación de Santiago del siglo XX, vigente entre 1939 y 1989, estableciendo líneas de futuro de la ciudad y ejes sólidos y duraderos de desarrollo urbano. Se compone de un Atlas de Planos y consiste en un Plano General, escala 1:5.000 (149 × 195 centímetros) y 51 planos de detalles, escala 1:1.000 (de tamaños variables, que oscilan entre 32 × 92 centímetros y 105 × 218 centímetros). Cabe destacar que este plano es el único documento planimétrico, anterior a 1939, que se conserva de la ciudad de Santiago a escala 1:5.000, y que permite una visualización de conjunto de la ciudad configurada.
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El problema de investigación se relaciona con la idea y los contenidos de “ciudad moderna” que este documento posee, y con la comprensión del proceso urbanístico moderno realizado sobre los tejidos urbanos históricos de la ciudad central. Pretendemos identificar la idea de “ciudad moderna” de Brunner que encarna el Plano Oficial, como un documento gráfico relevante para comprender los proyectos, cambios y continuidades que la ciudad registra hasta 1989 y desagregar analíticamente las acciones “prescriptivas y predictivas”, al decir de Busquets (2004), contenidas en dicho documento. El plano de 1939, desarrollado por Roberto Humeres a partir del anteproyecto realizado por Karl Brunner en 1934 a partir de los estudios y esbozos realizados en su primera visita de 1929, se produce en un nuevo contexto urbanístico y cultural del país y de la ciudad de Santiago, que se caracteriza por un nuevo urbanismo, ideas de calles, tipologías edificatorias, soluciones de barrios y vivienda social, comercio y esparcimiento, en relación a la ciudad del Centenario. En efecto, con esta propuesta se da inicio a un nuevo entendimiento y configuración de la ciudad
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consolidada, promoviendo una idea moderna de centralidad, al tiempo que un tratamiento de todos los suburbios que constituyen su entorno, cuya forma general mantiene una relación con la ciudad central. Sin embargo, esta nueva idea y plan para la ciudad no surge de la nada, sino que es posible gracias al cuerpo urbano que la ciudad ha ido configurando a través de la historia, y una nueva forma de mirarla y representarla. El asunto en juego El Plano Oficial es un documento único e inédito. Junto al atlas de planos mencionado, existen copias de algunas de estas láminas, realizadas en 1961, formando un cuerpo documental unitario. El sentido de oportunidad de rescatar y estudiar este material histórico es consecuencia de un convenio entre la I. Municipalidad de Santiago y la Pontificia Universidad Católica de Chile, que nos permite seguir profundizando en el conocimiento de un periodo clave en la historia y la dimensión urbanística de Santiago, y proteger su condición patrimonial. Se proponen tres enfoques para abordar este problema: el primero pone su énfasis en las ideas contenidas en el Plano Oficial; el segundo hace énfasis en la relación entre ciudad catastrada (1890/1910) y ciudad proyectada (1939); y el tercero recoge la relación entre la voluntad unitaria de urbanización y su concreción parcial en los proyectos urbanos construidos efectivamente (1939-1989).
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Primero, la idea de una ciudad moderna en el plano investiga los contenidos gráficos y escritos del Plano Oficial, que en tanto primer documento planimétrico con dimensión regulatoria marca un punto de inflexión en la historia urbana de Santiago al contener una idea específica de ciudad moderna, así como una dimensión urbanística vinculada a operaciones de proyecto urbano que son respuestas específicas a los problemas que plantea la modernización de la ciudad. Segundo, de ciudad catastrada a ciudad proyectada investiga la importancia y peso de los catastros en la representación técnica de la ciudad existente y su utilización en el tránsito hacia una nueva ciudad, a través de la dimensión proyectiva que registran el plan y sus ordenanzas. Tercero, de ciudad proyectada a ciudad edificada investiga la vigencia que durante 50 años tuvo el Plano Oficial (1939-1989). Durante este periodo se realizaron grandes proyectos urbanos, como el Eje Bulnes, Diagonal Paraguay, Diagonal Cervantes y Parque Almagro, entre otros, que definitivamente cambiaron la fisonomía de la ciudad republicana. Sin embargo, nunca han sido estudiadas las 352 enmiendas que se realizaron hasta el término de su periodo de vigencia en 1989.
1 Ver Parcerisa Bundó, 1996, 2012.
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La idea de ciudad “moderna” planteada por Brunner requiere investigar con precisión los perfiles de intervención respecto de sus contrapartes e identificar en su trabajo y pensamiento el impacto en la ciudad de Santiago. Al mismo tiempo, se deberán incorporar las ideas y las intenciones de Brunner a la discusión sobre la Forma Urbis de Santiago.1 Esta investigación se puede entender a partir de cuatro dimensiones y sus respectivas preguntas:
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Dimensión teórica del plano El plano marca un punto de inflexión dado que es el primer plan formulado científicamente para Santiago. También lo hace en cuanto representación, ya que debe resolver la forma de comunicar una idea y proyecto de ciudad. Esto pone en discusión un problema de escala, de soporte y de dibujo. Esta condición también se puede entender en su capacidad de describir la ciudad física dada y la ciudad proyectada, que posteriormente desaparecerá de los planos reguladores, cancelando la condición proyectiva. De esto se desprenden las siguientes preguntas: ¿Fueron los catastros de 1890 y 1910 utilizados en la elaboración del Plano Oficial? ¿Cuáles fueron, y cómo se representaron, los proyectos que se elaboraron sobre el plano escala 1:5.000? ¿Cuáles fueron, y cómo se representaron, los proyectos que se elaboraron sobre el plano a escala 1:1.000? ¿Qué tipo de registro se utilizó para representar la ciudad en sus dos escalas? Dimensión histórica crítica Hasta ahora no se ha reconocido el rol central de este documento en la construcción de la ciudad, específicamente en lo referido a las “enmiendas”. Interesa estudiar el rol del plano en el desarrollo de las planimetrías de Santiago en el siglo XX y los ajustes entre plano y plan. Es posible conjeturar que el Plano Oficial es la base para posteriores representaciones de la ciudad, así como tenemos indicios de que se basó en los catastros de 1890 y 1910. Surgen entonces las siguientes preguntas: ¿Cómo se explica que Brunner exponga, en su libro Santiago la ciudad moderna, una idea de ciudad a partir de intervenciones articuladas con la realidad de la ciudad existente, y que en el Plano Oficial realizado con Humeres presente una visión más utópica, y que además dos años después el plano comience a ser modificado? Otro problema es aclarar la cronología de hechos comprendidos entre su segunda estadía, en 1934, y la formalización del Plano Oficial en 1939.
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Dimensión patrimonial La fuente primaria es única en su tipo y se encuentra en condición vulnerable. Además, se hace necesaria su difusión pública para hacerla disponible a otros investigadores. Debido al extravío de tres de los cincuenta y un planos a escala 1:1000, se hace necesario restituirlos a partir de algunas de sus copias. Surgen al respecto las siguientes preguntas: ¿Cómo representar el material planimétrico legado por Brunner para volverlo vigente? ¿Cuál fue su valoración del patrimonio urbano de Santiago al formular su propuesta en el contexto de un urbanismo funcionalista que no lo consideraba? Dimensión contemporánea y sustentable Esta dimensión cobra sentido actualmente por los constantes cambios y presiones a los que están sometidos nuestros asentamientos y, en consecuencia, al desaprovechamiento de los recursos, el capital acumulado y la calidad de vida existentes. Por el contrario, el Plano Oficial y la legislación urbanística adscrita a éste no sólo fueron el soporte (al menos en la Comuna de Santiago) de un urbanismo procedimental y tecnocrático que hizo sustentable un desarrollo urbano durante medio siglo, y que elevó el confort urbano de muchos sectores de
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la ciudad, sino que también fue un proyecto desarrollado a partir de los recursos urbanos previos, capitalizando así sinergias con visiones anteriores y propuestas de transformación de ciudad. Algunos resultados preliminares Si la pregunta de fondo y forma que guía esta investigación ha sido cuál es la idea de “ciudad moderna” que Brunner refleja en su Plano Oficial, cabría interrogarse también por la validez y gravitación actual de este documento sobre las formas contemporáneas de representación y de aproximación a la dimensión proyectual de un futuro de ciudad posible. Es decir, ¿cuánto y cómo se reemplazan los modos técnicos y las percepciones asociadas a un proyecto de ciudad desde el momento de Brunner y las décadas posteriores?, ¿qué dimensión y complejidad adquiere en el caso de Santiago de Chile el desafío de asumir la gran ciudad cuando ésta se extiende y compromete jurisdicciones comunales distintas a la ciudad fundacional?, ¿cómo gravita y se plasman hoy en la ciudad real las condiciones proyectuales del momento inicial del plan Brunner? En este contexto, podríamos adelantar algunos resultados preliminares: La “re-aparición” de un documento muy relevante para el devenir de una ciudad 13
Este hecho, que es una de las razones que sostienen esta investigación, debe poner en alerta a todos quienes tienen alguna responsabilidad en la construcción del discurso urbanístico sobre los antecedentes de Santiago, porque va a permitir enfocar con una nueva lente algunos episodios y algunos supuestos que han permanecido inalterados y que han provocado la construcción de argumentos inexactos. Es posible afirmar que existe una discordancia entre la explicación histórica presentada en textos y artículos, y la realidad urbana manifiesta en planchetas y hechos urbanos. Este tipo de sucesos enriquecen el conocimiento sobre el urbanismo de las ciudades si son capaces de expresarse positivamente como oportunidades para reformular los procesos seguidos. Para ello es imprescindible disponer del instrumental teórico del “urbanismo urbano” y aplicar metodologías precisas, fundamentalmente en los procesos de representación. La representación como forma de conocimiento y el valor de los documentos catastrales ¿Qué significa esto? El primer paso es comprender la representación en sí, el objeto representado en sí, y las relaciones entre ambos. En el contexto de este proyecto de investigación significa reconocer los valores de los documentos gráficos en sí mismos: la planta de la ciudad a escala 1:5.000 y cincuenta y seis planchetas con la planta de sectores de la ciudad a escala 1:1.000. ¿Qué encontramos en la planta escala 1:5.000 que no está en las planchetas a escala 1:1.000, y viceversa? Esta diferencia nos comunicará la especificidad de cada uno de estos documentos: su sentido. La escala 1:1.000 es la escala del proyecto, del plan, de la propuesta. ¿Qué nos deja ver esta escala de representación? Sin duda, deja ver la calle: los
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elementos que se desarrollan en su extensión, en el largo, los cuales sólo son visibles en términos relativos a lo que se deja ver en el ancho. A modo de ejemplo del trabajo en desarrollo se muestra una serie de seis planos que representan un fragmento del territorio urbano en estudio. Una primera representación (Figura 1) muestra el fragmento del Plano Oficial, a escala 1:5.000, que se ha desagregado en sus principales capas de análisis con el fin de comprender la propuesta2. La leyenda de este plano informa sobre lo específico de su contenido, destacando las calles existentes, que se dibujan con línea continua; las calles nuevas, que se representan con línea segmentada; y los jardines, que se trazan con línea punteada. La segunda imagen (Figura 2) es el recorte de un fragmento del plano anterior, cuyo fin es mostrar el estado en que se encuentra la fuente original. Se trata de una copia antigua, visiblemente deteriorada. Por este motivo, el contenido de este plano ha sido transcrito (Figura 3), permitiendo una lectura más nítida, como la de la leyenda que acabamos de describir. En este fragmento se representa el triángulo fundacional, cuyos límites corresponden al río Mapocho por el Norte; la Alameda por el Sur y la calle Ricardo Cummings por el Poniente, que en su conjunto corresponde a los sectores del 1 al 5, recogidos, por su parte, en las planchetas del Plano Oficial a escala 1:1.000. El sector muestra dos tipos de operaciones: el ensanche de calles y la incorporación de “jardines”. El triángulo central se destaca por la aplicación preponderante del ensanche de calles. Muestra de ello son las calles San Antonio y Mac-Iver, ambas en sentido Norte-Sur; en el sentido Oriente-Poniente, en cambio, el ensanche principal lo encontramos en Monjitas y Catedral. La operación principal en el sector centro-sur es la intervención del interior de las manzanas, incorporando nuevos jardines en las áreas residenciales, de modo puntual y acotado. Podemos decir que con estas acotadas operaciones se cambia radicalmente la homogeneidad que caracterizaba el orden original de las calles, así como la configuración de las manzanas fundacionales.
2 El plano base del Plano Oficial, a escala 1:5.000, es el Plano Aero-fotogramétrico de 1933, el primero en su tipo realizado en Santiago. Con ello se diferencia radicalmente de los planos a escala 1:1.000 que están constituidos por las planchetas de sectores, a escala 1: 1.000, elaborados por Alejandro Bertrand entre 1889 y 1890.
Figura 1 Plano Oficial de Urbanización de la Comuna de Santiago (POUCS) de 1939. Escala original 1:5.000, con sector central demarcado.
El plano, por haber sido dibujado a partir de tres líneas, y luego trascrito por nosotros a través de medios digitales, nos permite una lectura nítida de la ciudad existente, de la ciudad propuesta y de los nuevos jardines incorporados. Este contraste entre la ciudad existente (Figura 4) y la ciudad propuesta (Figura 5) permite comprender efectivamente la naturaleza de las dos operaciones principales ya descritas. En este sentido, cabe destacar el caso de la calle Manuel Rodríguez, cuya transformación se realiza trastocando su original carácter colonial y republicano, con su perfil angosto y continuo, para convertirla en un nuevo tipo de calle, estructurándola en base a una secuencia de episodios urbanos, rompiendo la
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continuidad de su perfil y convirtiendo los ochavos de algunas esquinas en verdaderas plazoletas. Resulta de interés mencionar que esta calle, que sirvió como modelo proyectual para la transformación de la Comuna de Santiago, posteriormente fue radicalmente transformada, utilizándose buena parte de ella para dar forma a la polémica Avenida NorteSur, actual Autopista Central.
Figura 2 Sector central extraído del POUCS, 1939.
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Figura 3 Transcripción digital del sector central, realizado en el marco del Taller de Investigación EARQ PUC 1er semestre 2015, profesores Strabucchi-Saavedra.
Este mismo fragmento de la ciudad, analizado ahora a partir de la desagregación de los nuevos “jardines” proyectados, nos permite observar el contraste que se esperaba producir entre la escala acotada de un barrio y aquella mayor de carácter metropolitano de la comuna. En efecto, si la Plaza de Armas, el cerro Santa Lucía, el parque Forestal y la Alameda parecían estar a escala de la ciudad, la introducción de estos nuevos jardines estaba destinada a caracterizar la escala de barrio, al ser pensados desde las dimensiones y circunstancias de la manzana (Figura 6). Podríamos señalar, en relación a los dos tipos de operaciones, que la del ensanche de calles estaba destinada a caracterizar el centro de la ciudad, mientras que la intervención al interior de las manzanas nunca llegó a establecerse como configuradora de la ciudad. Por otro lado, se debe señalar que la única calle nueva que se incorporó fue la Diagonal Cervantes, que si bien en términos del total es una intervención menor, es bastante representativa de un urbanismo de pequeña escala que llegó a articular dos principios de modo simultáneo: la fluidez vehicular, por un lado, y el encuadre y resalte de algunos edificios singulares, como fue el caso de la iglesia de Santo Domingo, por otro. La lectura de este plano exige, por tanto, una mirada nueva sobre la ciudad. No se trata de los grandes proyectos que pretenden intervenciones instantáneas, sino de aquellos que, por el contrario, procuran operaciones acotadas y puntuales, en una suerte de “micro urbanismo” que exige reconocer las cualidades urbanas propuestas y existentes, cuya transformación debe darse, necesariamente, en el tiempo. Colofón
Figura 4 Transcripción sector central ciudad existente.
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En este marco, la investigación ha ido declinando hacia la siguiente pregunta: ¿Cómo entender la transformación estructural de una ciudad como Santiago, que entre finales del siglo XIX y las primeras
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décadas del siglo XX registra una fase de temprana modernización e incipiente metropolización? De este modo, coincidimos con lo planteado por Schlögel, quien en su fundamentación sobre la manera de aproximarse a la materialización y espacialización de la vida social en un período histórico específico, señala que la ciudad ha de ser leída como un palimpsesto, lo que es posible a través del uso de las cartografías como fuente primaria: «los paisajes culturales son como formaciones geológicas. Cada generación deja tras sí un estrato propio, unas más, otras menos. Cultura es sedimento. Un estrato sigue a otro, un aluvión a otro» (2007, pág. 283). Esta manera de leer los paisajes urbanos desde sus estratos y capas es de vital importancia para esta investigación, dado que nos permite entender los procesos de transformación de la ciudad central registrados en su organización espacial, ya no desde su secuencia temporal de hechos, sino a partir de los procesos de sustitución de ciertos hechos urbanos y la persistencia de alguna de sus formas. Desde otro ángulo, Saskia Sassen enriquece la afirmación anterior al decir que «la observación de etapas anteriores sirve para elevar el nivel de complejidad en el análisis de las transformaciones actuales. Más que un modelo, lo que se busca aquí es una suerte de lupa que permita ver las partes de aquello que hemos llegado a considerar necesariamente como un todo, para así rastrear la formación de las capacidades que en efecto han “cambiado de rumbo”, ya sea en el Medioevo, en la época de Bretton Woods o en la era global, es decir, las capacidades que se han reubicado en nuevos ensamblajes» (2010, pág. 32).
Figura 5 Transcripción sector central ciudad propuesta.
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Figura 6 Transcripción sector central “jardines”.
Agradecimientos Verónica Aguirre, Carolina Hermosilla, Mariana Rodríguez, Christian Saavedra, Carlos Silva, Waldo Vila. Investigadores extranjeros invitados: Josep Parcerisa, Carles Crosas, Andreas Hofer.
— Trabajos citados Busquets, J. (2004 ). Bringing the Harvard Yards to the River. Cambridge, MA: Harvard Design School. Parcerisa Bundó, J. (Agosto de 1996). Santiago forma urbis. ARQ, 33, 4-13. Parcerisa Bundó, J. (2012). Forma Urbis. Cinco ciudades bajo sospecha. Barcelona: Laboratori d’Urbanisme de Barcelona. Sassen, S. (2010). Territorio, autoridad y derechos. De los ensamblajes medievales a los ensamblajes globales. Buenos Aires: Katz. Schlögel, K. (2007). En el espacio leemos el tiempo. Sobre historia de la civilización y geopolítica. Madrid: Siruela.
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El dibujo de los datos: Técnicas urbanas y lenguajes gráficos en cuatro cartografías de Santiago: 1930, 1938, 1958 y 1978
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Luisa Frigolett COAUTOR
Horacio Torrent (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile E-MAIL
luisafrigolett@gmail.com ÁMBITO
Historia y Patrimonio
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen Probablemente dibujar la ciudad sea uno de los ejercicios de representación gráfica de mayor complejidad que existen. La multiplicidad de variables y las categorías de problemas que la afectan hacen que su dibujo sea siempre parte de un proceso de selección acotada de la realidad urbana, una síntesis de aquellos aspectos que expresan un tipo de ciudad en un periodo determinado de tiempo. “El dibujo de los datos” es un discurso gráfico a partir de cuatro cartografías, desde las cuales se grafica el modo de representar el fenómeno de la metrópolis en los planos de la ciudad de Santiago por un periodo de 50 años. Un espacio de tiempo en el que la búsqueda de modelos e invenciones permitió dar con las equivalencias, tanto gráficas como técnicas, de un nuevo modelo de ciudad en que los datos jugaron un rol fundamental. Palabras Clave Cartografía, representación gráfica, urbanismo, ciudad, Santiago — El dato, como elemento de la representación cartográfica de la ciudad de Santiago, consolidó desde 1930 una nueva capa de lectura. Desde entonces emergen una serie de cartografías donde los datos estadísticos, elementos clave para entender el fenómeno de la metrópolis, fueron codificados de manera gráfica y sobrepuestos a la representación fisonómica de la ciudad.
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El uso del dato permitió dibujar la ciudad más allá de las formas urbanas y posibilitó pasar de la morfología al uso de la estadística como disciplina para codificar y racionalizar las nuevas dimensiones urbanas asociadas a la ciudad a gran escala, las cuales fueron representadas por medio de un lenguaje gráfico de símbolos y figuras geométricas abstractas. Josep María Montaner (2011) declaraba que una de las grandes transformaciones en el campo de la representación a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX fue el abandono de la mímesis, situación que propició la búsqueda de los nuevos tipos de expresión gráfica en la época de la máquina, reemplazando la mímesis por los mecanismos de abstracción. Así, se desarrollaron invenciones que imitaron la realidad solamente en el plano de sus leyes constructivas, encontrándose ahí los mecanismos para el desarrollo y producción de nuevas imágenes. A continuación se presentan cuatro cartografías de Santiago asociadas a una técnica urbana que describe el paso metodológico para comprender el cada vez más complejo fenómeno metropolitano en un periodo de cincuenta años durante el siglo XX. Las técnicas urbanas o pasos metodológicos asociados a las cartografías fueron: cuantificar, racionalizar, vincular e interpretar.
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Cuantificar, la ciudad en crecimiento: La carta de densidad de la población, Karl Brunner, 1930
1 Juan Borchers fue alumno de Brunner en las clases que el urbanista dictó en la Universidad de Chile. En París, alrededor de treinta años después de la primera visita de Brunner a Chile, Borchers escribió una carta dirigida al también arquitecto Isidro Suárez en la que señaló lo siguiente: «Con Brunner yo trabajé en un urbanismo computista. Si eso se adaptó a mí porque tenía predisposición o bien porque es el único que estudié no lo sabré por lo menos hoy. Después leí cosas de Le Corbusier pero el fondo queda» (Borchers, 1961).
Cuantificar y recolectar datos fue parte de la metodología incorporada por el arquitecto y urbanista austríaco Karl Brunner al estudio de la ciudad de Santiago en su primera visita a Chile en 1929. La visión que tuvo Brunner de la ciudad fue catalogada por el arquitecto Juan Borchers como “computista”: una forma de aproximarse al estudio de la metrópolis a través de los números, las escalas y las medidas1. Los datos estadísticos y la aerofotografía fueron para Brunner instrumentos fundamentales para el desarrollo de una representación gráfica exacta y una evaluación previa del estado de la ciudad. Debido a la ausencia de planos y datos estadísticos de Santiago, Brunner incorporó al estudio urbano los resultados de los censos de población, el estudio de la densidad, los conteos de tránsito y el catastro y la evaluación de los sectores industriales como parte de un estudio analítico de la ciudad y sus problemas. Sin embargo, los datos estadísticos fueron escasamente representados en el dibujo de la ciudad, salvo por la carta de densidad, un soporte de interpretación del fenómeno urbano que permitió vincular y ajustar las necesidades futuras de la ciudad a un proyecto de regulación y transformación (Brunner, 1930).
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Figura 1 Santiago, densidad de la población, 1930 basado en el censo de 1930. Redibujado por la autora en base a la imagen Carta de densidad realizada en base al censo de 1930, obtenido de: Santiago ciudad moderna (Karl Brunner, Santiago, 1932).
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1 Juan Borchers fue alumno de Brunner en las clases que el urbanista dictó en la Universidad de Chile. En París, alrededor de treinta años después de la primera visita de Brunner a Chile, Borchers escribió una carta dirigida al también arquitecto Isidro Suárez en la que señaló lo siguiente: «Con Brunner yo trabajé en un urbanismo computista. Si eso se adaptó a mí porque tenía predisposición o bien porque es el único que estudié no lo sabré por lo menos hoy. Después leí cosas de Le Corbusier pero el fondo queda» (Borchers, 1961). 2 Joven constructora de obras que trabajaba junto a Luis Muñoz Maluschka.
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Dos fueron las cartas de densidad dibujadas por Alice Riedel2 para Karl Brunner (Hofer, 2010). La primera fue realizada en base al censo de 1920, mientras que la segunda tomó como referencia los datos del censo de 1930 (Figura 1). Ambas cartas monocromas dibujaban la ciudad de Santiago por medio de puntos. Cada uno establecía una equivalencia igual a 100 habitantes, dando una apariencia granulada al dibujo. El lenguaje de puntos sumado a la monocromía remitía a los elementos gráficos más básicos del dibujo. Esta economía visual, es decir, la justa medida en que sus elementos —figura y color— daban forma al dibujo de la ciudad, hicieron de éste un material gráfico claro y eficiente en la entrega de información cuantitativa de la urbe, que fue finalmente la forma de acceder y asir un aspecto cualitativo de la misma: su densidad (Figura 2). Visualizar el tamaño y la forma urbana de acuerdo a un dato preciso en cifra (100 habitantes), en tiempo (censos) y en extensión (metros cuadrados) consolidó un dibujo catastral concreto y preciso. En ese sentido, cifrar y establecer fórmulas para visualizar el fenómeno metropolitano permitió a Brunner aproximarse a la ciudad futura, especulando acerca del tamaño y extensión de la ciudad de Santiago en veinte, treinta y hasta sesenta años. Una de las observaciones concretas realizadas por Brunner acerca de la carta de densidad fue el crecimiento de los sectores residenciales en forma de cruz, una expansión en el sentido de las cuatro direcciones cardinales que él interpretó como una ventaja para establecer el
2 Joven constructora de obras que trabajaba junto a Luis Muñoz Maluschka.
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Figura 2 Carta de densidad de la población del año 1930 inscrita en los límites comunales actuales. Redibujada por la autora en base a la Figura 1.
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proyecto del F. C. Metropolitano, situación que posibilitaba establecer dos líneas que se cruzaran en el centro de la ciudad (Brunner, 1930). De esta manera, el rigor científico, amparado en los datos estadísticos de la carta de densidad, permitió atrapar la ciudad más allá de las formas urbanas, a través de un dibujo que proponía una mirada técnica y racional para la planificación de la ciudad de Santiago. Racionalizar, la ciudad funcional: Mapa I, Enrique Gebhard, 1938 Cuando los arquitectos y urbanistas participantes de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) buscaron, a principios de 1930, estudiar la ciudad industrializada, sabían que la tarea y el ejercicio requerían de ciertos mecanismos o fórmulas que permitieran su comprensión y visualización gráfica. Por lo mismo, no fue de extrañar que los mismos conceptos de standard, economía, síntesis y racionalización tocados en las reuniones anteriores para referirse al diseño y la construcción de la vivienda en serie fueran extrapolados al estudio de la ciudad.
3 El concepto de síntesis fue necesario para entender la ramificación compleja de la ciudad, un hecho que manifestó Cornelis van Eesteren en la reunión preparatoria para el IV CIAM en Berlín, en 1931 (Somer, 2007).
Sintetizar y racionalizar fueron los principales mecanismos para el estudio de la ciudad entendida desde sus aspectos funcionales3, depurados en cuatro funciones: habitar, trabajar, descansar y circular. Con esta fórmula o técnica urbana se estudió la ciudad más allá de su forma y se produjo un acercamiento al fenómeno de la metrópolis desde la información aportada por los datos estadísticos. El lenguaje gráfico para representar la ciudad funcional seguía, de igual manera, los conceptos de racionalización y standard, codificando los aspectos funcionales en símbolos, figuras geométricas abstractas e isotipos, construyendo un lenguaje visual que fue crucial para el ejercicio de comparación de las 34 ciudades a nivel internacional, realizado en el IV CIAM a bordo del Patris II en su ruta de Marsella a Atenas en 1933.
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4 Los tres mapas funcionales para la ciudad de Santiago fueron publicados cinco años después del IV CIAM en la revista Acción Social y en el Boletín de Estadísticas Municipales de 1938. Probablemente los mapas fueron realizados para ser expuestos en el Primer Congreso Chileno de Urbanismo, realizado en febrero de 1938. Aunque no hay registros fotográficos que avalen la exposición de los mapas, se puede deducir lo anterior por el contenido de tres charlas realizadas por Gebhard en el congreso: “Método para la investigación urbana”, “Constantes de la ciudad moderna” y, en particular, “Premisas de la realización funcional”.
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En 1938, tres mapas de Santiago fueron realizados como una contribución del arquitecto de la Universidad de Chile Enrique Gebhard al estudio de la ciudad funcional (Gebhard, 1938). Tal como los mapas realizados de las 34 ciudades, los mapas de Santiago seguían los mismos lineamientos que fueron utilizados en el IV CIAM: el uso de una misma escala y un lenguaje gráfico predeterminado y estandarizado, tal como fuera propuesto por el grupo holandés a cargo del arquitecto Cornelis van Eesteren con la colaboración de Otto Neurath4. El Mapa I de Santiago (Figura 3) fue dibujado en una escala de 1:10.000 y contenía aspectos relativos a dos de las cuatro funciones: habitar y trabajar. El lenguaje gráfico utilizado fue principalmente de puntos, cruces y líneas. El dibujo fue fragmentado por el tipo de sociedad que habitaba, donde la vivienda fue categorizada y clasificada en “antihigiénica”, “obrera”, “de clase media” y “de lujo”. Esta categorización y representación gráfica fue desarrollada en todos los “Mapas I” de las ciudades participantes del IV CIAM, permitiendo un ejercicio de comparación urbana a nivel internacional de acuerdo a los mismos parámetros. El lenguaje gráfico desarrollado por Cornelis van Eesteren y Otto Neurath tuvo como finalidad construir mapas parlantes que permitieran dar a conocer de manera gráfica la ciudad como metrópolis (Somer, 2007). Visualizar esta nueva escala de ciudad y los problemas que la afectaban sería parte de un análisis previo para la comprensión global del fenómeno urbano, un proceso que fue definido por Nader Vossoghian (2006) como excepcional, en el sentido que abrió paso a un conocimiento basado en nociones abstractas de integridad y totalidad
Arquitectura no es sólo obra
Figura 3 Mapa I de Santiago, Ciudad Funcional, 1938. Redibujado por la autora para el proyecto FONDECYT N° 110494 “Experiencias urbanas, transformaciones, planes y proyectos: representaciones en las publicaciones periódicas. Chile 1930-1960”, a cargo del profesor Horacio Torrent, en base al Mapa de Santiago I “habitación y trabajo”, escala 1:10.000, obtenido de: Boletín de Estadísticas. Municipalidad de Santiago n.º 9-10, julio-diciembre, 1938.
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que precedió cualquier diálogo con el mundo físico inmediato, inaugurando el desarrollo de cartografías basadas en la estadística. Se trata de una estadística visual, respecto de la cual Le Corbusier señalaba que favorecía un urbanismo sintético donde primaba el análisis intuitivo y rápido de una situación urbana, promoviendo la obtención de una imagen de ciudad a través de los datos más que el manejo preciso de los mismos (Chapel, 2010). Así, los datos fueron fuentes que permitieron entender la metropolis más allá de la morfología urbana, ofreciendo la comprensión desde una dimensión de espacio-tiempo. Vincular, la ciudad y su contexto: Plan intercomunal, MOP, 1958 Vincular la ciudad a su región fue un modo de pensar la ciudad impulsado con especial fuerza en la década de los cincuenta5, situación que fue reflejada en la escala y los alcances de los planos realizados para el Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS). La falta de planificación a nivel intercomunal hizo necesaria la existencia de una voluntad política que estableciera la posibilidad de proyectar la ciudad vinculando las 17 comunas que constituían en ese momento el Gran Santiago, así como a la ciudad con su región inmediata. El estudio del PRIS fue realizado por un grupo multidisciplinar a cargo del arquitecto de la Universidad de Chile Juan Honold, quien actuaría como jefe del plan hasta 1961. El plan intercomunal fue aprobado en 1958, mientras que la
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5 La nueva planificación de conjunto del territorio nacional y sus regiones fue parte de las ideas del arquitecto y urbanista Luis Muñoz Maluschka, quien movilizó a los miembros del Instituto de Urbanismo para la incorporación de este nuevo enfoque a la planificación urbana del país, logrando, en agosto de 1953, que la idea de una planificación de conjunto fuese incorporada a la Ley de Construcciones y Urbanización (Pavez, 2003).
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aprobación del plan microregional se extendería dos años más. El hecho de pensar la ciudad y su contexto territorial abrió un abanico de escalas para representar la ciudad de Santiago, donde los alcances microregional y regional permitieron concebir la ciudad de acuerdo a los vínculos que establecía con su contexto, incorporando una lectura de la geografía que permitía anticipar y prever los caminos de expansión y destino de la ciudad. Figura 4 Plano Intercomunal de Santiago sin fondo base, 1958. Fuente: Fondo Juan Parrochia Beguin, Archivo Nacional de Chile.
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El uso del color fue una herramienta clave para una zonificación cromática de las funciones de la ciudad, las que fueron categorizadas en: vivienda, zonas industriales, centros cívicos, áreas suburbanas, áreas verdes y vialidad. Del conjunto de 19 planos del plan intercomunal pertenecientes al archivo Juan Parrochia Beguin del Archivo Nacional, hay sólo uno que prescinde de un plano base, donde los datos aparecen representados y localizados sin referencias concretas al territorio (Figura 1). El hecho de que en este plano aparezcan los datos aislados permite una lectura clara de las ideas y contenidos del plan. Sin embargo, los datos dibujaban la ciudad en forma inconclusa, dando cuenta de variables limitadas e insuficientes para la clasificación y representación del total urbano, ofreciendo una imagen de ciudad clara y rápida en sus aspectos funcionales, pero incapaz de definir los detalles asociados a los problemas urbanos. Si bien Juan Honold destacaba la importancia de informar la parte cuantitativa del proceso de planificación de la ciudad, como los datos del censo de población y vivienda de 1952 o los porcentajes
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de la movilidad de población campo-ciudad, también consideraba importante la recolección de otros datos, que si bien no son definidos concretamente, aludían a un factor psicológico, imposible de medir en cifras, pero que influían intensamente en el proceso de crecimiento de la metrópolis. En general, esta contraparte de los estudios cuantitativos estaba —para Honold— constituida por aquellos aspectos que tenían que ver con los intereses de las personas para una mejora en su calidad de vida, la cual se daba de mejor manera en la ciudad, donde podían acceder al desarrollo de actividades o al aprovechamiento de los beneficios de una jubilación o renta. Con respecto a las cifras, señalaba que si bien éstas otorgaban una idea numérica del fenómeno humano, detrás de ellas se escondía la realidad de la población urbana. De esta manera, los datos estadísticos fueron una primera capa que informaba acerca de la existencia de los problemas urbanos, pero los planificadores eran conscientes de que su alcance no era capaz de evidenciar aquellas particularidades detrás de cada habitante de la ciudad (Honold, 2003). Interpretar, la ciudad extensa: lámina 5, estructura física y funcional existente, Plan CORMU, 1978 La interpretación del aquí y el ahora fue uno de los primeros pasos metodológicos para la construcción de la imagen de ciudad del Plan CORMU según señaló Jaime Márquez6, arquitecto UCV e impulsor de dicho plan. Un llamado de alerta al presente que consistía en la observación detenida de la compleja realidad de la ciudad, donde se abstraían las variables espacio y tiempo y se concluía con una hipótesis acerca de la voluntad urbana. O sea, la metodología consistía en interpretar los posibles destinos del espacio de ciudad, un ejercicio que facilitaría la proyección de los planes regionales e intercomunales.
6 «Para construir la imagen de ciudad se requiere de una representación pero también, y antes que nada, de una hermenéutica, que es la capacidad de interpretación del aquí y el ahora» (Secretaría Ministerial Metropolitana, 1978, pág. 3).
El encargo de repensar los planes urbanos existentes fue realizado por el MINVU a la Secretaría Ministerial Metropolitana en 1977 como parte del Plan de Regionalización que buscaba impulsar el gobierno (Secretaría Ministerial Metropolitana, 1978). Sin embargo, el anteproyecto sería sólo la formalización de un estudio acerca de la ciudad que había comenzado diez años antes con las observaciones y discusiones teóricas de un grupo de arquitectos de la Escuela de Valparaíso (UCV), entre los que se contaban Guillermo Baranda, Germán Bannen, Jaime Márquez, Mario Ortúzar, Eugenio Ringeling, Alfonso Rosende y Hernán Tredinick (Márquez, 1996). La invención y creación de una imagen de ciudad fue una de las principales búsquedas de los arquitectos a cargo. Una imagen-objetivo que bosquejara y sirviera de referencia a los planes regionales, dando valor a la idea planteada por Werner Jaeger en el libro Paideia7 de atrapar el objeto de manera intuitiva como un todo. O sea, la ciudad en su idea total, en un sentido finito y esférico, en sí mismo con todo a la vez. De esta manera, el grupo daba importancia a las cualidades de síntesis, posición y sentido que otorgaba la imagen a las ideas y los datos de ciudad.
7 El documento escrito del Plan CORMU contenía, en sus primeras páginas, una cita del libro Paideia de Werner Jaeger.
Los datos contenidos en los planos del Plan CORMU fueron principalmente de dos tipos: aquellos estructurados que provenían de la estadística y los catastros, y los no estructurados provenientes de las observaciones hechas a los planes vigentes de la época, los hechos particulares de la ciudad y la cualificación de las formas. Los datos representados fueron principalmente socioeconómicos, físicos, naturales, funcionales e históricos.
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Figura 5 Lámina 5. Estructura física y funcional existente, 1978 Plan CORMU. Fuente: Archivo personal Jaime Márquez.
Jaime Márquez señalaba que, del total de 24 láminas del Plan CORMU, la lámina 5 “Estructura física y funcional existente” fue la que representó uno de los trabajos más ambiciosos del plan (Figura 5). Para su dibujo existió un arduo trabajo de medición de la cantidad y la calidad de los equipamientos de salud, educación, recreación, gobierno y comercio (Márquez, 1996). Por lo mismo, no era únicamente un plano catastral que tenía como objetivo el registro y conteo del equipamiento existente, sino un plano que incorporó un aspecto más difícil y subjetivo de medir, como la calidad de los servicios en base a la accesibilidad de las personas. Si bien los mismos autores señalaban que fue un sistema complejo de entender, la invención de esta herramienta gráfica que iba más allá del dibujo catastral fue significativa para realizar invenciones que permitieran cruzar y relacionar los datos urbanos obtenidos, desarrollando nuevos conocimientos. El dibujo de los datos: construcción técnica y racional del dibujo de ciudad El dibujo de los datos de la ciudad de Santiago, realizado a partir de 1930, fue el origen de la construcción técnica y racional del dibujo de ciudad. El dato como componente de la representación cartográfica fue uno de los elementos más eficaces para la comprensión del crecimiento urbano impulsado por la técnica, que racionalizó la realidad urbana a través de procesos de medición y cálculo, cifrando la ciudad y clasificándola principalmente en base a sus usos y funciones. Se trataba de una aproximación científica, o si se quiere matemática, que formó parte de una metodología común a todos los casos estudiados y que posicionó al dato como la principal fuente para el estudio y la representación de la ciudad del siglo XX. Las metodologías aplicadas para las nuevas comprensiones de la ciudad estaban alineadas con aquel término que Michel Foucault denomino “matematización de lo empírico”, que consistía en hacer de la naturaleza algo mecánico y calculable, lo que también es explicado a través de la mathesis como la ciencia universal de la medida y el orden (Foucault, 2010). Esto es observado en los casos de estudio,
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los cuales adquieren medida a través del dato y, sobretodo, orden por medio del proceso de racionalización de la realidad urbana. Por otra parte, el dato carga de sentido la representación, facilitando la lectura de las ciudades representadas, de manera que es posible distinguir en forma clara las distintas interpretaciones de la ciudad de Santiago: la ciudad en crecimiento, la ciudad funcional, la vinculada a su contexto y la ciudad extensa. El problema del dibujo de la ciudad se enfrenta en cada época de manera distinta, exponiendo diversos estadios de percepción de la realidad urbana. En los casos estudiados se puede ver la intención de alcanzar una sintonía con los fenómenos en desarrollo, principalmente la búsqueda de los motivos figurativos de lo técnico8, una aproximación que ayudaría a superar las imitaciones estilísticas del pasado. Así, las cartografías aquí expuestas podrían ser consideradas como las representaciones urbanas modernas por excelencia por su pérdida analógica de la realidad formal; sin embargo, su valor no radica ahí, sino en la contribución metodológica para una construcción técnica y racional del dibujo de ciudad, que tuvo como objetivo principal hacer visible, más allá de dibujar lo visible9. — Trabajos citados Borchers, J. (1961). Carta a Isidro Suárez, escrita en París el 28 de mayo de 1961. Santiago: Colección Fondo Juan Borchers, Centro de Información y Documentación Sergio Larraín García Moreno, FADEU, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago. Brunner, K. (1930). Conceptos urbanísticos de Santiago. Conferencia Inaugural del Seminario de Urbanismo. Anales de la Universidad de Chile, segunda serie, segundo trimestre 1930, año VIII (págs. 123-160). Santiago: Universidad de Chile. Chapel, E. (2010). L’oeil raisonné: l’invention de l’urbanisme para la carte. Ginebra: Metis Presses. Foucault, M. (2010). Las palabras y las cosas, una arqueología del saber. México DF: Siglo Veintiuno. Gebhard, E. (Mayo de 1938). La ciudad funcional. Acción Social, año VII (69), 208-216. Hofer, A. (2010). Karl Brunner und der Europäische Städtebau in Lateinamerika. Münster: LIT Verlag. Honold, J. (Enero de 2003). Visión general de los problemas del Gran Santiago. Revista de urbanismo (7), 1-19. Márquez, J. (1996). Plan CORMU, la ciudad República Extensa. En E. Hermosilla (Ed.), Juan Parrochia Beguin: 6 Planes para Santiago. Santiago: Arquitaller. Montaner, J. M. (2011). La modernidad superada. Ensayos sobre arquitectura contemporánea. Barcelona: Gustavo Gili. Pavez, M. I. (2003). En la ruta de Juan Parrochia Beguin. Premio Nacional de Urbanismo de Chile 1996. Santiago: Universidad de Chile. Secretaría Ministerial Metropolitana. (1978). Anteproyecto del Plan Regional de Desarrollo Urbano y Plan Intercomunal del Gran Santiago. Santiago. Solà-Morales, I. (2003). Inscripciones. Barcelona: Gustavo Gili. Somer, K. (2007). The functional City. The CIAM and Cornelis van Eesteren, 19281960. Róterdam: NAi Publishers. Vossoghian, N. (2006). Mapping the modern city: Otto Neurath, the International Congress of Modern Architecture (CIAM). Design Issues, 22 (3), 48-65.
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8 Ver Solà-Morales, 2003, pág. 161.
9 En referencia a una frase de Paul Klee escogida por Jaime Márquez en uno de los diálogos disciplinares de la revista CA del año 1977 para referirse a la imagen-objetivo de ciudad: «La pintura no pinta lo visible, sino que hace visible».
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Suelo urbano como bien de mercado. Causas explicativas y potencialidades de los sitios eriazos en el triángulo fundacional de Santiago de Chile
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Emiliano Ruidíaz CO-AUTOR
Ernesto López (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
eruidiaz@ug.uchile.cl ÁMBITO
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Resumen En la Comuna de Santiago existen 171 sitios eriazos (bien raíz con destino no agrícola en el que no existen construcciones). El área de estudio de esta investigación es el triángulo fundacional de Santiago, donde existen 19 sitios eriazos, terrenos altamente propicios para la construcción y donde el instrumento local de planificación urbana no contiene restricciones a la alta constructibilidad, a la ocupación de suelo ni a las alturas. Esta investigación apunta a una mejor comprensión de la naturaleza de estos sitios y las potencialidades de estos lugares, intentando dilucidar si éstos constituyen un “fenómeno natural” o una “falla” en el desarrollo de las ciudades. La metodología utilizada, de estudio de caso, verifica las situaciones particulares que han experimentado los 19 sitios en términos de traspaso de propiedad, valores de transacción, normativas de suelo aplicadas, ventajas y desventajas de localización, etc. Asimismo, se cuantifican los valores de renta potencial del suelo y la capacidad de cabida de éste para construcciones habitacionales. La investigación concluye que una enorme capacidad disponible, económica y social, actualmente está desaprovechada en el centro de la ciudad. Los resultados apuntan a generar reflexiones en torno a las políticas públicas y la movilización social con el fin de lograr un desarrollo más armónico y socialmente más sustentable del suelo urbano metropolitano chileno. Palabras Clave Suelo urbano, sitio eriazo, potencialidades, centralidad — Introducción 15
Los centros históricos de las ciudades latinoamericanas han experimentado diversos cambios a través de su historia. Con la tendencia al desarrollo en expansión, comenzaron a sufrir un periodo de abandono entre 1920 y 1970 (Borsdorf, 2003), razón por la cual su infraestructura y espacios públicos iniciaron un proceso de deterioro. La tendencia que se vive desde la década de los noventa en las ciudades latinoamericanas es la llamada “vuelta al centro”, producida por una serie de políticas públicas que comienzan a apuntar a la renovación de los centros históricos de las ciudades a partir de incentivos a las empresas privadas para invertir y construir en ellos (Carrión, 2001), estímulos tales como subsidios habitacionales y liberalización de la constructibilidad edificatoria. Distintos procesos de desarrollo urbano han dejado abandonados o subutilizados diversos edificios y terrenos en el centro de las ciudades, quedando áreas vacías y bolsas de terrenos en medio del área urbana consolidada. La existencia de éstos hace posible una nueva forma de crecimiento urbano a través de su redesarrollo, aprovechando su constructibilidad y las cualidades patrimoniales de los barrios en los que se encuentran emplazados. Prácticamente todas las ciudades latinoamericanas poseen amplias áreas centrales deterioradas o subutilizadas, y en las últimas tres décadas sus gobiernos locales están promoviendo su recuperación (Rojas, 2004).
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En Chile, esta vuelta al centro, inaugurada en 1991 con la promulgación del Subsidio de Renovación Urbana por parte del MINVU, trajo consigo una fuerte inversión privada, incentivada, además, por la poca regulación del Estado en la normativa de construcción. En este proceso no todos los lugares del centro de la ciudad fueron construidos o utilizados, sino que algunos quedaron vacíos y ajenos a este nuevo desarrollo urbano. Estos espacios son los sitios eriazos existentes en las ciudades. En la Comuna de Santiago aún existen 171 sitios eriazos (Corporación para el Desarrollo de Santiago, 2013). El Servicio de Impuestos Internos de Chile (SII) define un sitio eriazo como un bien raíz con destino no agrícola, en el que no existen construcciones (no edificado). El área de estudio de la presente investigación es el triángulo fundacional de Santiago (Alameda Bernardo O’Higgins por el Sur, Avenida Presidente Jorge Alessandri por el Poniente y Avenida Santa María por el Norte) (Figura 1), el cual aún mantiene un alto grado de vigencia y vitalidad. A diferencia de lo que ocurre en Figura 1 Área de estudio. Fuente: Elaboración propia a partir de Google Earth (2013).
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otras ciudades latinoamericanas, en esta área se emplazan los edificios en que funcionan los principales servicios públicos, muchas de las oficinas matrices de las instituciones financieras y gran parte de las gerencias de las principales empresas del país, por lo que el sector atrae un tercio de los destinos de viaje que se realizan en el Gran Santiago (Greene & Soler, 2004). De acuerdo a los resultados de esta investigación, en el área de estudio existen 19 sitios eriazos (Figura 2), los cuales son terrenos altamente propicios para la construcción, en los cuales el instrumento de planificación urbana no posee normas estrictas o duras restricciones en términos de constructibilidad ni de alturas. Figura 2 Sitios eriazos en el área de estudio (2013). Fuente: Elaboración propia.
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La actual Política Nacional de Desarrollo Urbano de Chile, oficializada el 4 de marzo de 2014, constituye una guía de cómo se deben desarrollar las ciudades y poblados chilenos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, independientemente del gobierno de turno. En ésta se establecen principios, objetivos y líneas de acción para lograr esta finalidad. En los objetivos y principios se habla del territorio, el cual no es considerado como un bien cualquiera, sino que tiene la cualidad de ser único e irrepetible, por lo que no es apropiado referirse a él exclusivamente en términos de escasez o abundancia. Las normas que regularán la utilización del territorio, la fijación de los usos permitidos y prohibidos, las normas de constructibilidad, etc., deben dictarse teniendo siempre en consideración el principio del bien común y el respeto de los derechos consagrados en la constitución para todos y todas. Dentro de los objetivos propuestos se encuentra el de corregir el mercado de suelo, haciendo referencia a los sitios eriazos, y se apunta a mejorar las herramientas tributarias que se aplican a estos terrenos
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eriazos o subutilizados en las áreas urbanas, corrigiendo distorsiones o exenciones que les otorgan un trato diferente al del resto de los terrenos urbanos. Por lo tanto, hay preocupación sobre la necesidad de un trato especial hacia este tipo de terrenos, lo que podría llevar a un desarrollo de éstos. Marco teórico Desde lo teórico, esta investigación primero busca definir qué tiene Santiago en común con el resto de las ciudades latinoamericanas, las cuales han pasado por procesos de crecimiento urbano similares a través de su historia.
1 En este caso, especular consiste en comprar el terreno, esperar que suba de valor con el tiempo y luego venderlo a un precio mayor.
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Se analizan dos posturas que explican estos espacios vacíos en la urbe, ya que ambas, con distintas miradas, informan acerca del fenómeno de los sitios eriazos en las ciudades. La primera es una investigación realizada por la Cámara Chilena de la Construcción (Petermann, 2006), la cual busca revelar por qué motivo existen estos sitios eriazos en las ciudades, específicamente en Santiago de Chile, clasificándolos en dos grupos: “Desarrollo discontinuo natural” (terrenos que se enmarcan dentro de un desarrollo urbano eficiente, donde se espera el momento óptimo para su desarrollo) y “Desarrollo discontinuo artificial” (terrenos que no pueden desarrollarse por ciertas trabas, por ejemplo, una regulación muy estricta o cambiante). El estudio concluye que los sitios son parte de la construcción de ciudades y que especular1 con ellos no es un problema, dejando clara la concepción del suelo urbano como un bien de mercado. La segunda teoría es la del “Rent Gap” de Neil Smith (López Morales, 2008), la que nace para explicar los procesos de gentrificación, en la que la diferencia entre “renta potencial” y “renta de suelo capitalizada” es fundamental para explicar el proceso. La renta de suelo capitalizada es la actual renta que produce un terreno en su actual uso de suelo, mientras la renta potencial es la máxima renta que podría llegar a alcanzar ese terreno en su aprovechamiento máximo, utilizando un uso de suelo diferente al actual. Éstas parten en un mismo nivel al momento de la construcción de un edificio, pero debido al desarrollo urbano del lugar, la renta potencial comienza a aumentar. Cuando la renta potencial es considerablemente mayor que la renta capitalizada, es un buen momento para renovar el suelo y darle un nuevo uso al lugar. Este proceso es un proceso cíclico, en el que la renta potencial y la renta capitalizada parten en el mismo nivel y luego, con el tiempo, se van alejando una de la otra. Si los sitios eriazos se analizan bajo la mirada de Smith, son espacios cuya renta potencial aumenta cada vez más debido a la transformación de su entorno. No hay ninguna construcción que impida o limite su utilización, por lo que no hay una espera de que la brecha de renta sea considerable para el desarrollo del terreno, sino sólo la especulación, donde el valor del suelo y su renta potencial aumentarían cada vez más. Los sitios eriazos del área de estudio están en el momento adecuado para su renovación y alcanzar su máxima renta potencial. Hoy no se están desarrollando y es en la compra y venta de éstos donde se obtiene un porcentaje de su renta potencial a través de la especulación. Si la renta potencial de estos espacios llegara a estancarse en un momento, los propietarios desarrollarían estos lugares, ya que la sola tenencia de éstos (sin darles
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un uso) dejaría de ser un negocio rentable, lo que obligaría a construir para obtener ganancias. Es difícil que la renta potencial se estanque en un lugar como el área de estudio debido a su privilegiada ubicación y por el crecimiento de la ciudad, por lo que el Estado debiera presionar para el desarrollo de estos sitios y detener el negocio de plusvalías con éstos. Marco metodológico La metodología de investigación, la cual es de carácter mixto, se basa en enfoques cualitativos y cuantitativos. Para la recopilación de información se realizaron dos entrevistas, la primera a la Asesora Urbana de la Municipalidad de Santiago y la segunda al Asesor Urbano de la CORDESAN, destinadas a conocer su opinión informada sobre estos espacios en la ciudad y si existe algún plan para su desarrollo. Estas entrevistas, semi-estructuradas, fueron grabadas y transcritas con la autorización de los entrevistados. Además, se buscó la información de cada sitio del área de estudio en el Servicio de Impuestos Internos y en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, para conocer su movimiento en el mercado y el tipo de propietario que tienen. Resultados En el área de estudio existen 19 sitios eriazos (Figura 2) que suman 18.768 m², lo que se traduce en 134.874 m² totales de potencial constructivo. Se calculó la cabida de posibles viviendas para mostrar la capacidad de estos lugares para albergar personas en una zona privilegiada en la ciudad, con una gran densidad de servicios y transporte público. En los 19 sitios podrían construirse 1.772 viviendas nuevas aproximadamente, que pueden albergar a 5.316 personas. Dentro de estas viviendas está la posibilidad de generar viviendas sociales en el centro de la ciudad2, las que siempre han sido desplazadas a las periferias, privando a las personas de escasos recursos de la posibilidad de elegir dónde quieren vivir. La construcción en estos sitios traería grandes beneficios sociales, diversos y numerosos, pero más difíciles de identificar con la precisión con la que se cuantifican los beneficios económicos (Rojas, 2004). 18.000 16.000 15.271
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Según datos de 2013, el 81,36 por ciento de los metros cuadrados totales de estos sitios eriazos es propiedad de privados, y sólo el 18,64 por ciento pertenece al Fisco (Gráfico 1). Estos porcentajes muestran que la mayor parte del suelo urbano vacío que se encuentra en el centro de la ciudad está en manos de privados, quienes son propietarios del suelo, y que, por lo tanto, el futuro de éstos depende de ellos. Estos propietarios en su mayoría son empresas inmobiliarias que se dedican a construir, alquilar, vender y administrar inmuebles, por lo que adquieren el suelo con la finalidad de hacer negocios.
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Estos sitios tienen un movimiento activo en el mercado, ya que 13 de los 19 sitios del área de estudio han cambiado de dueño entre 2005 y 2013, ocho de ellos en el periodo 2010-2013 (Gráfico 2).
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2 Tema desarrollado por el autor en su en Proyecto de Título: “Vivienda Social Central”, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile, 2015.
Privados Gráfico 1 Propietario de sitios eriazos por m² (2013). Fuente: Elaboración propia con datos del Conservador de Bienes Raíces de Santiago y el Servicio de Impuestos Internos.
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Gráfico 2 Año de la última transacción de los sitios eriazos en el área de estudio (2013). Fuente: Elaboración propia con datos del Conservador de Bienes Raíces de Santiago.
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6 4 2 0 Compra Venta
Cesión de Derechos
Fusión
Herencia
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La transacción que predomina en estos movimientos comerciales es la compra y venta (Gráfico 3), lo que demuestra lo atractivos que son estos sitios para entidades como las inmobiliarias, las que más los adquieren. Estos datos muestran que estos sitios no están dormidos y que sí son utilizados. No se usan para ser desarrollados, pero sí para obtener ganancias con ellos. Van pasando de propietario en propietario a través de ventas o permutas, se guardan por un tiempo esperando que suban su precio y se venden a un precio mucho mayor. Es un negocio seguro para las inmobiliarias, ya que el suelo en el centro de la ciudad es escaso y es difícil que su valor disminuya; muy por el contrario, éste tiende a aumentar. La legislación y la gestión municipal respecto de estos sitios, que debería tener como objetivo incentivar su desarrollo, no lo consigue. Existen dos leyes que apuntan al desarrollo de los sitios eriazos. Una se encuentra en la modificación del Decreto de Ley N° 3.063 (Ley N° 20.033, del 2 de julio de 2005) sobre Rentas Municipales, que establece una multa del cinco por ciento anual calculado sobre el avalúo fiscal total de la propiedad, pero que sólo se aplica a sitios abandonados, no sitios eriazos, lo que implica que si el sitio está limpio y cercado, no paga la multa. La segunda es la Ley N° 17.235 de 1998 sobre impuesto territorial, modificada en 2005, que en su artículo 8° se refiere a los sitios eriazos, señalando que se les aplicará una sobretasa del cien por ciento sobre el impuesto territorial.
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Arquitectura no es sólo obra
Estas multas y sobretasas son insuficientes y no logran el incentivo necesario para que los propietarios desarrollen sus terrenos. La investigación demostró que en un terreno del área de estudio, descontando lo pagado en contribuciones y en la sobretasa aplicada por ser sitio eriazo, la ganancia que obtiene por especulación es de 14.283.576 pesos chilenos al año (Cuadro 1). Esto demuestra que lo que se gana con la especulación de los sitios es considerablemente mayor a lo que deben pagar sus dueños por mantenerlos sin desarrollar, y que las presiones impuestas por el Estado para obligar al desarrollo de estos espacios se hacen ineficientes.
AVALÚO FISCAL
Cuadro 1 Cálculo de diferencia entre sobretasa y ganancia con especulación (2013). Fuente: Elaboración propia con datos del Conservador de Bienes Raíces de Santiago.
IMPUESTO TERRITORIAL
SOBRETASA
TOTAL PAGADO
1,2% sobre el Avalúo Fiscal
100% sobre el Impuesto Territorial
Impuesto + Sobretasa en 1 año
330.552.343 CLP
3.966.628,11 CLP
3.966.628,11 CLP
7.933.256,232 CLP
PRECIO COMPRA DE TERRENO 2007
PRECIO VENTA DE TERRENO 2011
GANANCIA OBTENIDA POR ESPECULACIÓN
GANANCIA OBTENIDA POR ESPECULACIÓN EN 1 AÑO
40.000 UF
43.823,3 UF
3.823,3 UF
955,852 UF
929.720.000 CLP
958.634.884 CLP
88.867.332,35 CLP
22.216.833,09 CLP
SOBRETASA + IMPUESTOS 1 AÑO
GANANCIA ESPECULACIÓN 1 AÑO
DIFERENCIA MULTA VS GANANCIA
7.933.256,232 CLP
22.216.833,09 CLP
14.283.576,85 CLP
15
Conclusiones Actualmente, en Chile se privilegia el valor de cambio por sobre el valor de uso de los sitios eriazos, entendiendo el valor de uso de algún objeto como la capacidad para satisfacer alguna necesidad humana y el valor de cambio como el valor que posee un objeto en el mercado, que es medido en dinero, en términos puramente cuantitativos. El suelo urbano es tratado como una mercancía. La postura del Estado en este tema es contradictoria, ya que si bien se manifiesta en contra de la existencia de estos sitios, aplicando multas y sobretasas a ellos y mencionándolos como un problema en la nueva Política de Desarrollo Urbano (MINVU, 2014), las normas e instrumentos que emite para regir la ciudad permiten la existencia y la posibilidad de nuevos sitios con estas características de uso. El Estado debe recuperar estos espacios en la ciudad, ya que el suelo está siendo controlado por privados y éstos están decidiendo el futuro de nuestras ciudades. El suelo vacío en el centro de la ciudad es una oportunidad que se debe aprovechar para crear una ciudad más equitativa y no tan segregada como la que se ha estado
Ciudad y Planificación Urbana
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construyendo. En estos espacios se pueden desarrollar proyectos de vivienda social, la cual ha sido desplazada y expulsada de las comunas centrales de la ciudad, creando una urbe con claras (y espacialmente segregadas) diferencias socioeconómicas en su desarrollo. Se deben crear herramientas legales para recuperar estos espacios vacíos y utilizarlos para crear una mejor ciudad. En la Política Nacional de Desarrollo Urbano (MINVU, 2014) se habla de una ciudad equitativa y de mejorar la ubicación de las viviendas sociales, pero esta declaración no sirve de nada si no se transforma en leyes que permitan recuperar estos espacios y devolverlos a la ciudad. En términos tributarios, como quedó demostrado, las multas y sobretasas aplicadas a los sitios eriazos no son suficientes, por lo que se deberían aumentar. Con este aumento de tasa en los impuestos que pagan los propietarios de los terrenos vacíos, se les incentivaría para que los desarrollen, controlando así la especulación con el suelo urbano. Lo recaudado por estas multas y sobretasas debiera emplearse en función de este mismo objetivo, lograr desarrollar estos lugares, devolverlos a la ciudad y a las personas, por ejemplo para financiar las expropiaciones de terrenos declarados de utilidad pública. Los resultados obtenidos en esta investigación apuntan a crear conciencia de las enormes potencialidades económicas y sociales que se están desperdiciando en nuestras ciudades. Se deben generar políticas públicas que contengan estas reflexiones, para luego transformarlas en leyes que otorguen herramientas eficaces a la autoridad correspondiente para que, de este modo, las ciudades chilenas no se ordenen planifiquen ni desarrollen sólo bajo las leyes de la oferta y la demanda, si no que se conviertan en ciudades socialmente sustentables, inclusivas, no segregadoras o excluyentes, para así lograr un desarrollo armónico, equitativo y que propicie el bien común.
15
Agradecimientos Este trabajo es una síntesis del Seminario de Investigación desarrollado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, completado en diciembre de 2013. La investigación completa se encuentra disponible en http://contested-cities.net/CCsantiago/suelo-urbano-como-bien-de-mercado/
— Trabajos citados Borsdorf, A. (2003). Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana. EURE, 29 ( 86). Carrión, F. (2001). Las nuevas tendencias de la urbanización en América Latina. En F. Carrión (Ed.), La ciudad construida, urbanismo en América Latina (págs. 7-24). Quito: FLACSO. Corporación para el Desarrollo de Santiago. (2013). Catastro sitios eriazos y otros. Santiago: CORDESAN. Greene, M., & Soler, F. (2004). Santiago: De un proceso acelerado de crecimiento a uno de transformaciones. En C. De Mattos, M. E. Ducci, A. Rodríguez, & G. Yáñez Warner (Eds.), Santiago en la globalización: ¿Una nueva ciudad? (págs. 47-84). Santiago: SUR.
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Arquitectura no es sólo obra
López Morales, E. (1 de agosto de 2008). Destrucción creativa y explotación de brecha de renta: Discutiendo la renovación urbana del peri-centro Sur Poniente de Santiago de Chile entre 1990 y 2005. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, XII (270-100-), edición electrónica, disponible en www.ub.edu/geocrit/sn/sn-270/sn-270-100.htm. MINVU. (Enero de 2014). Política Nacional de Desarrollo Urbano, ciudades sustentables y calidad de vida. Recuperado el 1 de mayo de 2014, de http:// politicaurbana.minvu.cl/ Petermann, A. (2006). La problemática de los sitios eriazos en Santiago de Chile. Santiago: Gerencia de Estudios Cámara Chilena de la Construcción. Rojas, E. (2004). Volver al centro: La recuperación de áreas urbanas centrales. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
15
Ciudad y Planificación Urbana
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Desarrollo inmobiliario a lo largo de los corredores de transporte público. El caso de la Gran Avenida en Santiago
16 AUTOR
Fernanda Muñoz CO-AUTOR
Rocío Hidalgo (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile E-MAIL
fmunozvalencia@gmail.com ÁMBITO
Ciudad y Planificación Urbana
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen La investigación aborda el impacto de la implementación de corredores del transporte público en las dinámicas inmobiliarias. Diversas publicaciones han revelado el comportamiento del sector privado en torno a infraestructuras de transporte, como en el caso de las estaciones de Metro, pero no se ha explorado el impacto que ha generado el Transantiago en el desarrollo inmobiliario. A primera vista, se puede intuir que el Transantiago no ha generado atractivos para impulsar desarrollo urbano en torno a sus vías de circulación. El objetivo de esta investigación es develar el impacto que genera el Transantiago en el desarrollo inmobiliario a través de un análisis evolutivo de la dinámica inmobiliaria en torno al eje troncal de la Gran Avenida, en el tramo de San Miguel y La Cisterna, en la Región Metropolitana. Palabras Clave Desarrollo inmobiliario, transporte público, Gran Avenida, corredores del Transantiago — Introducción El presente estudio se enmarca dentro de la investigación “Designing Bus Rapid Transit Corridors” (Fondo MISTI-MIT), realizada en conjunto por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Massachusetts Institute of Technology (MIT). La investigación estudia la relación entre el diseño de los corredores de transporte público, en especial de los sistemas de Bus Rapid Transit (BRT), y la planificación y el diseño urbano de los sectores que atraviesan, tomando como casos de estudio el Urban Ring de Boston y la Gran Avenida de Santiago. El tema específico a abordar en esta investigación es el efecto del Transantiago en torno a la Gran Avenida en las comunas de San Miguel y La Cisterna (Figura 1). El Transantiago consiste en un sistema de BRT, modelo que se ha implementado con bastante éxito en ciudades como Curitiba y Ottawa. Parte del tramo en observación de la Gran Avenida cuenta, paralelamente, con servicios de Metro y Transantiago. Para poder situar en un horizonte mayor las dinámicas del desarrollo urbano a lo largo de la avenida, se comienza analizando los efectos de la construcción de la Línea 2 del Metro en la década de los setenta y, posteriormente, se evalúan con mayor detalle los efectos urbanos que surgen desde la implementación del Transantiago en 2007 (Figura 2).
16
Los resultados arrojados por esta investigación son el primer acercamiento para entender los efectos que ha tenido el Transantiago sobre el desarrollo inmobiliario. Respecto al área de observación, se devela que: a) el alto valor del suelo ha impulsado sólo proyectos en altura; b) desde el 2007, el sector no ha sido atractivo para el surgimiento de edificios comerciales ni oficinas, pese a la permisividad del suelo; c) los PRC de las comunas han generado un proceso de desindustrialización en el sector, lo que asegura predios de gran tamaño para futuros proyectos inmobiliarios; d) la Gran Avenida es un espacio público estresado, lo que la hace poco atractiva para el sector inmobiliario; e) suelos urbanos con importante conectividad territorial se encuentran subutilizados.
Ciudad y Planificación Urbana
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Figura 1 Plano del Gran Santiago. Localización de San Miguel y La Cisterna. Fuente: Elaboración propia, a partir de imagen extraída de registros de la investigación “Designing Bus Rapid Transit Corridors”, PUC-MIT.
Límite La Cisterna Límite San Miguel Límites Comunales Límite Urbano 0 1
5 km
Revisión literaria La discusión bibliográfica se inicia abordando a autores que indagan sobre los factores que inciden en la localización de actividades en un determinado territorio, profundizando en la actividad inmobiliaria. La “Teoría general de localización” fue elaborada inicialmente por la Escuela Alemana de localización, donde podemos destacar a Von Thünen (1826) y a Weber (1929), y fue continuada durante los años cincuenta y sesenta por la Asociación Regional, destacando a Isard (1956), Moses (1958) y Hoover (1937). Si bien cada autor estudia la localización de ciertas actividades económicas (principalmente al sector productivo), los factores expuestos también son aplicables para el sector residencial.
16
Aunque los teóricos pertenecen a distintas épocas y culturas, todos concuerdan, con distintos niveles de profundidad, en que los principales factores de localización son el coste del transporte y la distancia entre el punto de producción y el centro urbano (punto de intercambio comercial). Posteriormente, esto se fue complejizando, considerándose como factor el punto de extracción de materia prima y la disposición geográfica del mercado, que no necesariamente se ubica en el centro. Marmolejo (2004) afirma que estos modelos fundan los pilares teóricos en cuatro aspectos: la accesibilidad, la indivisibilidad territorial (aglomeración), la jerarquía social y las externalidades urbanísticas. También asegura que éstas son las condiciones clásicas de localización de todo tipo de actividad, desde donde teóricos posteriores complementan con nuevos factores según actividad (residencial, comercial, industrial y oficinas). Los factores clásicos (Teoría general de localización) son los siguientes:
164
Arquitectura no es sólo obra
La accesibilidad: La facilidad con la que se puede acceder a un lugar determinado a partir de uno o varios lugares, considerando el desplazamiento y la ayuda de algún medio de transporte.
SIMBOLOGÍA Línea 2 Metro Línea 4A Metro Estaciones Metro Paraderos Transantiago Área de estudio 400 m Área de estudio 800 m
Calle Isabel Riquelme Calle Silva Vildósola
Recorridos de Transantiago Troncales y Alimentadores
Las economías de aglomeración: Diversidad de actividades concentradas en un determinado territorio, aumentando el rendimiento y generando beneficios económicos.
TRAMO 1 Línea Metro 1978 Transantiago 2007
La jerarquía social: A partir de la individualización de los gustos y necesidades sociológicas de los localizadores, se generan sectores denotados por un carácter social, tanto positivo como negativo.
Metro Lo Ovalle Calle Carvajal
TRAMO 2 Línea Metro 2004 Transantiago 2007
16
Metodología
Metro La Cisterna
La investigación se elabora a partir de cinco unidades metodológicas. Se inicia 0 0,1 0,5 1 km con la contextualización del caso de estudio, donde se profundiza sobre el territorio en observación y los factores que pudiesen influir sobre las dinámicas inmobiliarias. Posteriormente se levantan y localizan los proyectos inmobiliarios y permisos de edificación concedidos entre 1980 y 2013, a partir de información extraída de Portal Inmobiliario, portal Inciti y datos entregados por el Observatorio de Ciudades (OCUC). A continuación se inicia una etapa de evaluación de los proyectos registrados para proseguir con un trabajo en terreno que evidencia la información levantada y genera nuevos registros. Por último, se determinan los aspectos que inciden en la dinámica inmobiliaria del área de estudio, profundizándose en el rol que ha tenido el Transantiago.
Av. Vespucio TRAMO 3 Transantiago 2007 Calle Riquelme Av. Lo Espejo
Figura 2 Plano del área de estudio y años de implementación de Metro y Transantiago. Fuente: Elaboración propia.
Para poder evaluar la localización de los proyectos, se establecen franjas en sentido Norte-Sur (franja de predios aledaños a la Gran Avenida, franja de hasta
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Plano de localización de proyectos inmobiliarios
Esquema de análisis Localización de proyectos inmobiliarios
LA CISTERNA
SAN MIGUEL
Plano de localización de barrios y vías estructurales
0 1
16
Figura 3 Esquema de localización, obtención de cuadrantes de análisis. Fuente: Elaboración propia.
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3
4
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1
GA
GA
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6
1 1
1
1
4
5 km
400 metros y franja de hasta 800 metros) y demarcaciones en sentido OrientePoniente a partir de los límites de los barrios y las vías estructurales. Como resultado, se definen cuadrantes de análisis de las distintas localizaciones y evoluciones de las concentraciones de los proyectos inmobiliarios en los distintos períodos de análisis (Figura 3). Contexto Se definen como área de estudio las comunas de San Miguel y La Cisterna, ubicadas al Sur de Santiago Centro. Se decide analizar este sector debido a que en las últimas décadas se ha observado una importante presión inmobiliaria, principalmente sobre la zona del Llano de Subercaseaux de San Miguel (Ortiz, 2008). A su vez, la zona presenta una fuerte presencia de comercio y servicio a escala local e intercomunal, consolidándose como centralidad comercial lineal (Figura 4). Finalmente, y como aspecto fundamental para el estudio, el Metro (Línea 2) y Transantiago circulan por el mismo eje de la Gran Avenida. La Gran Avenida José Miguel Carrera, más conocida como la Gran Avenida, fue nombrada de esta manera en 1951 (Sampieri, 2012). Su trazado, originalmente perteneciente al Camino del Inca, ha sido una importante arteria de la zona sur del Gran Santiago. Es uno de los ejes radiales predominantes, extendiéndose desde la comuna periférica de San Bernardo, atravesando El Bosque y La Cisterna y finalizando en San Miguel, donde se empalma con la calle San Diego de la Comuna de Santiago. La Gran Avenida atraviesa a las cinco comunas por sus centros y, debido al déficit de
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Arquitectura no es sólo obra
vías paralelas y conectividad en el sentido Norte-Sur, este eje concentra una importante congestión vial en horarios punta. Por otro lado, sirve a diversos grupos socioeconómicos, localizándose los grupos de mayores ingresos en el sector de El Llano de Subercaseaux de San Miguel y los de menores ingresos en Los Molles de San Bernardo. Este eje es considerado un troncal del Transantiago por donde circulan en ambos sentidos los buses troncales y alimentadores, junto con servicios de taxi colectivo y, de manera subterránea, transita la Línea 2 del Metro entre la estación Franklin de Santiago y la Estación Intermodal de La Cisterna.
Comercios y Servicios 2013
Desde la década de los noventa se han propuesto diversos proyectos de mejoramiento de la Gran Avenida, todos enfocados a optimizar el transporte público más que el espacio de la calle; sin embargo, todos han enfrentado una fuerte oposición de la ciudadanía sin poder llevarse a cabo.
Bencinera Centro de Salud Equipamiento Deportivo Establecimiento Educacional Servicios Públicos Servicios Religiosos Supermercado - Multitienda Banco Centro Comercial Farmacias Área de 400 m
Resultados
Área de 800 m Gran Avenida
A partir de la localización espacial y la evaluación cuantitativa y cualitativa de diversos proyectos inmobiliarios desarrollados entre 1980 y 2013, así como de la comprensión de los distintos fenómenos que se han dado en el territorio debido a los diversos factores que inciden en el desarrollo inmobiliario, se evidencian los siguientes resultados (Figura 5).
0 1
5 km
Figura 4 Plano de San Miguel y La Cisterna. Localización de comercio y servicios en 2013. Fuente: Elaboración propia.
En primer lugar, es evidente que desde 1980 se observa una escasez de proyectos en los predios contiguos a la Gran Avenida. Por otro lado, se aprecia la presencia casi nula de desarrollo inmobiliario en la franja comprendida entre los 400 y los 800 metros de distancia al Oriente de la Gran Avenida, área próxima a la Avenida Santa Rosa, corredor del Transantiago, y donde se localizan gran parte de las industrias y galpones de las comunas. El sector que concentra la mayor cantidad de proyectos inmobiliarios, y por ende el más atractivo para invertir, corresponde a las franjas que se comprenden entre los predios secundarios a la Gran Avenida y los 400 metros hacia el Oriente y el Poniente de ésta.
16
Se devela que San Miguel es una comuna notablemente más atractiva para el sector inmobiliario que La Cisterna, lo que se explica principalmente porque ésta última presenta menor flexibilidad en las normas de uso de suelo, restricciones en altura debido a la cercanía del Aeródromo de El Bosque y mayor distancia con Santiago Centro. Respecto a los productos inmobiliarios ofertados en 2013 (Figura 6), todos son de carácter residencial con edificaciones en altura. En San Miguel se aprecian preferentemente edificios de entre 20 y 25 pisos de altura con oferta de departamentos de uno, dos y tres dormitorios con valores promedio que fluctúan entre las 31 y las 37 UF por metro cuadrado. La oferta va enfocada a niveles socioeconómicos C1, C2 y C3, observándose una amplia oferta de productos
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1 1
Figura 5 Cuadrantes de análisis de localización. Número de permisos de edificación en el cuadrante entre 1980 y 2005 y número de proyectos ofertados entre 2006 y 2013. Fuente: Elaboración propia.
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LA CISTERNA
LA CISTERNA
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en un mismo edificio, permitiendo mayor diversidad socioeconómica. En el caso de La Cisterna, también son sólo de carácter residencial en alta densidad. Las edificaciones tienen entre cinco y 15 pisos y ofertan departamentos preferentemente de dos y tres dormitorios. Los valores promedio de los edificios fluctúan entre las 25 y las 28 UF por metro cuadrado, y están enfocados en los niveles socioeconómicos C2 y C3. Se aprecia menor diversidad de productos en un mismo edificio que en San Miguel. También se evidencia que tanto en San Miguel como en La Cisterna existe una escasez de suelo disponible para edificar. Esto, junto al alto valor del suelo debido a su cercanía a Santiago Centro y su accesibilidad, sólo ha permitido que emerjan proyectos en altura. Desde 2007, todos los proyectos han sido residenciales, por lo que el sector no ha sido suficientemente atractivo para el surgimiento de edificios comerciales ni oficinas, pese a la permisividad del suelo, especialmente de las manzanas colindantes a la Gran Avenida.
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Por otro lado, los planes reguladores vigentes de ambas comunas han inducido a un proceso de desindustrialización en el sector, lo que asegura predios de gran tamaño y diversos sectores blandos para futuras inversiones inmobiliarias. Otro resultado relevante que se muestra en la investigación es que la Gran Avenida es un espacio público estresado, con evidente deterioro urbano, que hace poco satisfactoria la experiencia de transitar por ella y poco atractivos los predios colindantes para el sector inmobiliario. Esto genera que los suelos urbanos con mayor conectividad territorial se encuentren subutilizados por el sector inmobiliario, pese a que diversos estudios evidencian que las estaciones de Metro generan un importante desarrollo inmobiliario en su entorno inmediato, que se extiende hasta una distancia caminable (400 a 500 metros) (De Grange, 2010; Galilea, Reyes, & Sanhueza, 2007; Agostini & Palmucci, 2010; Galilea & Hurtado, 1988).
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Arquitectura no es sólo obra
Nombres de proyectos inmobiliarios 2013
Proyectos 2013 Franja frente a Gran Avenida Franja de 400 m Franja de 800 m Gran Avenida
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Figura 6 Plano de San Miguel y La Cisterna. Localizaciรณn de proyectos inmobiliarios del 2013. Fuente: Elaboraciรณn propia. 0
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Conclusiones La accesibilidad es fundamental para generar atractivo inmobiliario si se considera que permite menor tiempo de viaje y mayor conectividad con el resto del territorio, pero no garantiza el desarrollo urbano. La Línea 2 del Metro ha incidido positivamente en el desarrollo inmobiliario del área de estudio, aumentando el valor del suelo, emergiendo tanto nuevas subcentralidades en torno a las estaciones y/o entre ellas como proyectos que van revitalizando los barrios aledaños. Sin embargo, los efectos del Transantiago son muy diferentes. Respecto al sector en estudio, se constata que existe un escaso interés del sector privado por ubicarse en los predios que enfrentan a la Gran Avenida, y que ni la extensión del Metro ni el Transantiago han modificado esta situación. La implementación del Transantiago en 2007, sin un correcto rediseño del eje vial (problema ya diagnosticado en la década del noventa), no llevó más que a generar mayor deterioro del espacio público, haciendo cada vez menos atractiva la localización y el tránsito por esta vía. Si bien esta franja cuenta con un uso y una normativa de suelo flexible, con numerosos predios de gran tamaño y con una ventajosa localización respecto a los barrios posteriores, el desarrollo inmobiliario toma distancia, concentrándose en el sector comprendido entre la segunda línea de predios y los 400 metros desde la Gran Avenida. La escasa revitalización que ha tenido la franja que bordea este eje troncal ha desincentivado la localización de oficinas y otro tipo de equipamientos en los subcentros con mayor potencial, desaprovechándose la oportunidad de diversificar los usos de suelo en torno a estos polos. A partir de ello se puede aseverar que el Metro incentiva el desarrollo inmobiliario en los barrios interiores, independientemente de las externalidades que pudiese generar el desplazamiento de masas del eje por donde circula. Respecto al Transantiago, éste no altera el desarrollo inmobiliario natural del territorio más allá de sus predios colindantes y, al no ser implementado con un correcto diseño de la calle, frena la revitalización por desarrollo inmobiliario que el Metro pudiese haber generado en sus bordes. Lo anterior nos permite afirmar que Transantiago, por sí solo, no incentiva el desarrollo inmobiliario. Por último, los efectos de la planificación del transporte público priman por sobre los posibles efectos de una planificación de suelo, evidenciando una discordancia entre la planificación del transporte y la del suelo.
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Las diversas potencialidades de la Gran Avenida (excelente conectividad, calle activa, normativa de suelo flexible, subcentros en procesos de consolidación, etc.) ofrecen la oportunidad de revitalizar y rentabilizar la franja deteriorada a partir de estrategias sustentables y armónicas que permitan mejorar la experiencia de circular y vivir en el sector. Con ello, se incentiva que más habitantes vivan o trabajen en esta franja territorial bien conectada. Para que esta revitalización se lleve a cabo, es fundamental elaborar una planificación concordante entre las estrategias de suelo y las de transporte, considerando dos puntos. El primero es que la mejora del espacio de la calle debe ser acorde a un flujo peatonal y vehicular real y controlado. El segundo, que se incentive una mayor intensificación en los suelos urbanos bien conectados frente al trocal, pero que se prevean los efectos nocivos que se pudiese tener por excesiva densificación habitacional.
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Arquitectura no es sólo obra
— Trabajos citados Agostini, C., & Palmucci, G. (2010). Capitalización anticipada del Metro de Santiago en el precio de las viviendas. Santiago: Universidad Alberto Hurtado. De Grange, L. (2010). El gran impacto del Metro. EURE, 36 (107), 125-131. Galilea, S., & Hurtado, J. (1988). Efectos del Metro en la estructura urbana de Santiago. EURE, 14 (42), 43-62. Galilea, S., Reyes, M., & Sanhueza, C. (2007). Externalidades en proyectos urbanos: Saneamiento de aguas servidas y del ferrocarril metropolitano en Santiago de Chile. Santiago: CEPAL, División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos. Hoover, E. M. (1937). Location Theory and the Shoe and Leather Industries. Cambridge, MA: Harvard University Press. Isard, W. (1956). Location and Space-Economy. Cambridge, MA: Technology Press MIT; Wiley. Marmolejo, C. (2004). Hacia una interpretación de la teoría de localización de las actividades de oficina en el territorio post industrial: El caso de Barcelona (Disertación Doctoral, Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona). Moses, L. (Mayo de 1958). Location and the Theory of Production. Quarterly Journal of Economics, 72, 259-272. Ortiz, V. (2008). Identidad y renovación de áreas centrales, componentes del proyecto urbano: El caso del barrio El Llano Subercaseaux, San Miguel (Tesis no publicada de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile), Santiago. Sampieri, B. (28 de septiembre de 2012). Gran Avenida: Un clásico de Santiago. Obtenido de Rincones Capitalinos: http://tadeperiodismo.wordpress. com/2012/09/28/gran-avenida-un-clasico-de-santiago/ Von Thünen, J. H. (1826). Der Isolierte Staat in Beziehung auf Landwirtschaft und Nationalökonomie. Hamburgo: Perthes. Weber, A. (1929). Theory of the Location of Industries. Chicago: The University of Chicago Press.
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Investigación en diseño urbano. Restauración de la Red de Canales Subterráneos (RRCS) para la Red Hídrica de Santiago
17 AUTOR
Narval Ansaldo INSTITUCIÓN
The University of Melbourne FONDO(S) ASOCIADO(S) Becas Chile - CONICYT E-MAIL
narval.ansaldo@gmail.com ÁMBITO
Ciudad y Planificación Urbana
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen El objetivo del Plan de Diseño Urbano para la Restauración de la Red de Canales Subterráneos (RRCS) de Santiago es generar una reflexión crítica sobre la construcción de un ecosistema natural como parte integral del interior de una ciudad. El proyecto utiliza la RRCS a partir de una metodología basada en un sistema híbrido que combina la forestación urbana y el diseño urbano sensible al uso de aguas para revelar, re descubrir, abrir y restaurar ecológicamente la existente, escondida y densa trama de canales subterráneos. Asimismo, el proyecto pretende develar qué significa para los santiaguinos redescubrir estos canales naturales que surcan e hidratan la cuenca del Maipo. Palabras Clave Canales urbanos, restauración ecológica, forestación urbana, diseño de aguas — Introducción Cambio climático, calentamiento global y degradación ambiental son hoy materia de preocupación en todo el mundo. El rápido crecimiento urbano es uno de los más importantes factores que participan en la destrucción de los ecosistemas naturales y, al mismo tiempo, del deterioro de los asentamientos humanos (Folke, Jansson, Larsson, & Contanza, 1997; Gregg, Jones, & Dawson, 2003). En los últimos sesenta años, Santiago de Chile ha deteriorado la totalidad de su sistema hídrico desde un punto de vista social y medio ambiental. El presente proyecto tiene como objeto desarrollar un Plan de Diseño Urbano para la Restauración de la Red de Canales Subterráneos (RRCS) de Santiago. Dicho plan se concibe como una reflexión crítica sobre la construcción de un ecosistema natural como parte integral de una ciudad. Un modelo híbrido será utilizado para testear dos innovadoras técnicas aplicadas, con excelentes resultados, a nivel internacional: reforestación urbana (urban forestry) y diseño urbano sensible al agua (water sensitive urban design).
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El Plan de Diseño Urbano para la RRCS busca transformar Santiago con el objetivo de que deje de ser una ciudad condicionada y definida por la necesidad de suplir agua, esconder el alcantarillado, secuestrar aguas, protegerse de inundaciones y evitar la contaminación de las aguas, para convertirse en una ciudad adaptativa, con infraestructura multifuncional y con un urbanismo que refuerza comportamientos sensibles y comprensivos con los recursos hídricos. Metodología Este estudio busca responder dos preguntas de investigación de carácter cualitativo. Para eso se generó un diagrama de investigación en el que el estudio y la propuesta se dividen en dos escalas: macro y micro. Para llevar a cabo una respuesta macro se utilizó como herramienta un catastro contextual. Para responder en la escala micro se utilizó un conjunto de visión, principios y
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estrategias que permitieran generar una respuesta puntual para una sección de uno de los canales de Santiago. Preguntas de investigación El proyecto define dos preguntas primarias de investigación. Primero, desde una perspectiva pragmática, la investigación se centra en cómo se puede revelar, redescubrir, abrir y restaurar ecológicamente la existente, escondida y densa trama de canales que definió la trama urbana y que narra un patrimonio intangible velado por motivos de sanidad urbana. Este develar considera la conexión de esta red de canales subterráneos y entubados con espacios públicos, parques y la red de ríos y canales existentes (Mapocho, Zanjón de la Aguada, San Carlos, San Ramón y Las Perdices) para construir una trama de parques y espacios verdes en Santiago. La segunda pregunta, formulada desde una perspectiva teórica, busca develar qué significa para los santiaguinos el redescubrimiento de los canales naturales que surcan e hidratan la cuenca del Maipo y conectan lo ancho del posicionamiento geográfico de los santiaguinos con la cordillera y el mar. Marco teórico Existen tres conceptos clave que condicionan y refuerzan esta investigación. Primero, la “restauración ecológica”, que de acuerdo con E. S. Higgs (1997) se enmarca dentro de aspectos tanto éticos como técnicos. Higgs argumenta que una buena restauración requiere de una amplia visión que incluye aspectos históricos, sociales, culturales, políticos, estéticos y morales. Segundo, la noción de “diseño urbano sensible al agua” propuesta por Wong y Ashley (2006), quienes afirman que ésta se compone de dos partes “sensible al agua” y “diseño urbano”. Wong y Ashley aclaran que, colectivamente, el diseño urbano sensible al agua integra las ciencias sociales y físicas, trayendo al diseño urbano la sensibilidad al agua. Finalmente, la “reforestación urbana”, que según Helms (1998) puede ser descrita como la ciencia y el arte del manejo de los árboles, los bosques y los ecosistemas naturales en, y alrededor de, comunidades urbanas para maximizar los beneficios fisiológicos, sociológicos, económicos y estéticos que los árboles proporcionan a la sociedad.
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Diagrama de investigación El diagrama de investigación para la RRCS está dividido en dos escalas: macro y micro. Por medio de esta diagramación se generaron, primero, una propuesta macro que abarca la amplitud de un sistema hídrico en su entendimiento y la propuesta de una red para todo el sistema; y segundo, desde la escala micro, una serie de intervenciones específicas de diseño urbano que permitan testear el RRCS y soportar la propuesta macro. Para llevar a cabo esta exploración se utilizaron diferentes herramientas de investigación. Primero, la construcción de un catastro contextual que entregue el material para el desarrollo de la propuesta macro. Segundo, la construcción de la visión, los principios y las estrategias para el RRCS en Santiago. Esto conlleva al desarrollo de planos, cortes y elevaciones de uno de los canales, lo que otorga la imagen objetivo de la propuesta.
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Escala macro: catastro contextual El catastro contextual, como herramienta investigativa, se centró en dos aspectos, el geográfico y el histórico. El primero consistió en un posicionamiento geográfico que establece la relación entre la ciudad de Santiago y la cuenca del río Maipo. En este catastro se estableció la jerarquía que tienen los flujos hídricos para la ciudad de Santiago. Éstos se estructuran por el recorrido del río Maipo, que fluye desde la cordillera de Los Andes hasta el océano Pacífico (la hoya hidrológica, su disponibilidad de agua, sus precipitaciones, su flujo anual, el área que irriga, etc.), y el de sus principales afluentes naturales, el Mapocho, el Zanjón de la Aguada y el San Ramón. También son importantes en esta estructura los canales construidos al Oriente de la ciudad: Las Perdices y San Carlos. El segundo consistió en un catastro histórico soportado en la investigación de G. P. Figueroa (1999), quien establece que la historia del diseño urbano y el tejido urbano en Santiago, desde el primer asentamiento español en 1540 hasta hoy, ha tomado forma por los elementos geográficos naturales como Los Andes, la cuenca del Maipo y, sobre todo, el río Mapocho. Esto elevó un valor patrimonial e histórico en el diseño de la Red Hídrica de Santiago. Parte de este catastro utiliza el escenario actual y sus propuestas para la red hídrica de la ciudad de Santiago. Uno de los proyectos más insertos e involucrados es el llamado “Sistema Metropolitano de Ejes Verdes” o “Gato” (o “#”), desarrollado por la Fundación de la Sociedad de Canal del Maipo (Fundación San Carlos de Maipo, sin año). Sin embargo, más importante para la presente investigación es la red de canales subterráneos que muestra en sus planos la Sociedad del Canal del Maipo. Esta escondida y densa trama de canales a revelar, redescubrir, abrir y restaurar ecológicamente es materia esencial de trabajo para esta investigación. Resultado escala macro: Red Hídrica para Santiago Para la propuesta a escala macro (Red Hídrica de Santiago) se realizó un ejercicio de sobreposición de las capas del catastro contextual. Se analizaron las capas históricas de los planos de Santiago de los años 1746, 1805, 1901 y 1929 y los planos actuales de Fundación de la Sociedad del Canal del Maipo. En los planos históricos se encontraron, en forma consistente y constante, canales abiertos que estuvieron en la definición de la trama urbana y que hoy ya no son visibles en la ciudad. Estos canales encontrados fueron jerárquicos también en planos actuales de la Sociedad del Canal del Maipo, pero esta vez como canales subterráneos.
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La propuesta restaura cuatro canales elegidos por su consistencia en las capas analizadas: San Joaquín, San Ramón, San Miguel y Pinto Solar, a los que se sumó la construcción de un nuevo canal para dar continuidad a la trama. La RRCS tiene un largo total de 52,2 kilómetros y recorre prácticamente la totalidad de Santiago, pasando por varias comunas. Los canales de esta trama fueron seleccionados por cumplir el rol de conectividad en la ciudad y dar así respuesta a las preguntas de investigación. La conectividad está dada en un amplio espectro de relaciones entre las que cabe mencionar las conectividades entre pasado-presente-futuro, geografía-naturaleza-ciudad, periferia-centro y RRCS-#, así como entre los cuatro canales restaurados. Una de las potencialidades del proyecto es el quinto y nuevo canal conector de esta trama, que propone suturar uno de los espacios más
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Red hídrica de Santiago Sistema metropolitano de ejes verdes RRCS (restauraciones de la red de canales subterráneos)
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Figura 1 La Red Hídrica de Santiago considera el “Sistema Metropolitano de Ejes Verdes”. Fuente: Elaboración propia en base a imagen de DigitalGlobe.
degradados de la ciudad, el tramo de la Carretera Panamericana Norte-Sur que pasa por el centro de Santiago. El “Sistema Metropolitano de Ejes Verdes” ha sido incluido y considerado para articular, en conjunto con la trama del RRCS, la Red Hídrica de Santiago (Figura 1). Escala micro: visión, principios y estrategias A continuación se presenta el conjunto de herramientas utilizadas para la propuesta micro de los canales de la RRCS. Visión El Plan de Diseño Urbano para la Restauración de la Red de Canales Subterráneos (RRCS) rehabilitará una ecología preexistente. De este modo, cambiará la situación actual, en la que las aguas de las montañas corren inicialmente por un canal natural abierto para posteriormente, al llegar a la ciudad, convertirse en canales subterráneos e invisibles. Principios y estrategias Siete principios fueron desarrollados y aplicados junto a sus respectivas estrategias de intervención, los que se muestran en el siguiente resumen.
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Principio 1: Continuidad de flujo. Busca dar continuidad y fluidez a los nuevos canales y sus aguas, incrementando el sentido de continuidad, la recuperación de flujos y la reducción de secuestro de agua. Principio 2: Reapertura de canales. Busca mejorar las obras en canales, la construcción de nuevos canales y el mejoramiento en la calidad del agua. Principio 3: Reforestación urbana. Busca proporcionar servicios a los ecosistemas críticos, como el aire y la filtración del agua, la sombra, el hábitat, el oxígeno, la captura de carbono y el ciclo de nutrientes. Principio 4: Diseño urbano sensible al agua. Implementación en la captación de agua, su conservación y su distribución; captación de agua de lluvia en techos y calzadas, represas urbanas, tanques agua urbanos, estanques subterráneos, humedales artificiales, sistemas interconectados de riego y sistema mixto de estrategias de distribución de agua. Principio 5: Relación con tejido urbano. Tematización de tramos, canal en distintos usos de suelo, canal y posicionamiento respecto de los sitios, áreas blandas y espacios vacíos. Principio 6: Nuevos proyectos inmobiliarios. Proyectos comprometidos con los nuevos canales, el aumento de la densidad, la inclusión de tanques de agua y el desarrollo escalar. Principio 7: Conectividad. Desarrollo de la conexión entre todos los elementos divididos por el nuevo canal, cruces de peatones, vías compartidas, conexión de riberas del canal, conexión entre edificios y conexión de la ciudad. Resultado escala micro: muestra canal san ramón Como ejemplo de su aplicabilidad se eligió trabajar con el tramo que considera el Canal San Ramón (canal abierto de aproximadamente 9 kilómetros), el San Joaquín (subterráneo, de aproximadamente 8,7 kilómetros) y el nuevo tramo propuesto, el Canal Conector Norte-Sur (de 6,5 kilómetros aproximadamente). Este tramo se eligió por la jerarquía, problemática y conectividad urbana que implica. Desde cordillera a mar, el tramo comienza su recorrido por el parque Intercomunal y la calle Valenzuela Puelma, y después fluye como un angosto canal encerrado detrás de fondos de predio para cruzar, independientemente, el Canal San Carlos. Luego fluye bajo las avenidas Diego de Almagro, Pedro de Valdivia, Irarrázaval y Diez de Julio, para conectarse con la Carretera Panamericana Norte-Sur y proyectarse hacia el canal Pinto Solar (no incluido dentro de la investigación) hacia el Norte de Santiago.
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El tramo total tiene un largo aproximado 24 kilómetros y fue diseñado acorde con los principios y estrategias expuestos. El principio 1, de continuidad de flujo, fue aplicado para dar continuidad y fluidez a los nuevos canales con resultados positivos. La propuesta considera un extenso parque que recorre desde la cordillera hasta el centro de la ciudad de Santiago, conectado con otros parques, así como con otros elementos geográficos de la ciudad.
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A continuación se aplicó el principio 5, relación con el tejido urbano, para establecer dicha relación. Se realizó una tematización que resultó en seis parques longitudinales conectados. Estos parques fueron nombrados según la tematización, de cordillera a mar, como Canal Intercomunal, Canal de la Periferia Urbana, Canal del Barrio Urbano, Canal del Centro Urbano, Canal Urbano Histórico y Nuevo Canal Norte-Sur. Cada área y canal queda así definida y diferenciada por condiciones propias e independientes respecto de las otras áreas (Figura 2). 6 muestras Canal San Ramón
Figura 2 Cada área y canal de los seis parques longitudinales conectados queda definida por condiciones propias e independientes. Fuente: Elaboración propia.
Con posterioridad se aplicaron los principios y estrategias a cada parque por separado: 1. Parque Canal Intercomunal. Enfocado en la restauración ecológica del Canal San Ramón, ubicado en la espalda del parque Intercomunal. La intervención se enfocó en revitalizar ese sector del parque por medio de la apertura del mismo hacia el Sur, lo que permite conectarlo con la ciudad. La implementación de los principios y estrategias se enfocó principalmente en la construcción de represas y humedales aterrazados que mejoren la calidad del agua usando áreas verdes públicas.
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2. Parque Canal de la Periferia Urbana. Esta propuesta trabaja la conexión entre el canal encerrado entre fondos de sitio y el subterráneo canal San Ramón. La propuesta se enfocó en dar un carácter de paseo público al angosto espacio del parque entre medianeros (Figura 3) y la construcción de un nuevo conjunto residencial de densidad media, que se conecta con la restauración del canal San Ramón (Figura 4). 3. Parque Canal del Barrio Urbano. Está enfocado en desarrollar una propuesta que restaure el subterráneo canal San Miguel utilizando la calle como el espacio para un parque. La principal estrategia incluye la inversión del sistema vial-canalización, considerando la colocación de la vialidad bajo tierra. Así, el canal utiliza el espacio de las avenidas Diego de Almagro, Pedro de Valdivia, Irarrázaval y Diez de Julio.
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Detalle Parque Canal de la periferia urbana
Corte A-A
Corte A-A
Figura 3 Detalle del parque Canal de la Periferia Urbana. La propuesta se enfoca en dar un carácter de paseo público al angosto espacio del parque entre medianeros. Fuente: Elaboración propia en base a imagen de DigitalGlobe.
Corte tipo por conjunto residencial de densidad media Parque Canal de la periferia urbana
Figura 4 El parque Canal de la Periferia Urbana contempla la construcción de un nuevo conjunto residencial de densidad media que se conecta con la restauración del canal San Ramón. Fuente: Elaboración propia.
4. Parque Canal del Centro Urbano. Esta propuesta está enfocada en la utilización de los pocos espacios verdes existentes en el centro de la ciudad para su inclusión de la red hídrica. La principal estrategia incluye la utilización de represas y humedales urbanos aterrazados para incluir el canal San Miguel en las áreas verdes y plazas existentes (Figura 5). 5. Parque Canal Urbano Histórico. Está enfocado en la relación que se puede establecer entre los barrios antiguos en la Avenida Diez de Julio y la restauración del Canal San Miguel. La principal estrategia considera una narrativa que exprese la relación entre el canal antiguo y la ciudad que existió junto con el canal mientras éste estuvo abierto en el pasado.
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Axonométrica Parque Canal de la periferia urbana
Figura 5 La principal estrategia del parque Canal del Centro Urbano incluye la utilización de represas y humedales urbanos aterrazados. Fuente: Elaboración propia en base a imagen de DigitalGlobe.
6. Parque Nuevo Canal Norte-Sur. Está enfocado en construir un nuevo canal sobre la Carretera Panamericana. La propuesta además contempla la construcción de un canal puente sobre el río Mapocho que conecte el parque Nuevo Canal Norte-Sur y con el canal Pinto Solar. Esta conexión considera la escala urbana del centro de Santiago, la del canal puente y la conexión del parque Nuevo Canal Norte-Sur con el parque Los Reyes (Figura 6). Vista aérea Parque Canal de la periferia urbana
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Figura 6 El parque Nuevo Canal Norte-Sur contempla la construcción de un canal puente sobre el río Mapocho para conectarse con el parque Los Reyes. Fuente: Elaboración propia en base a imagen de DigitalGlobe.
Conclusión Santiago ha deteriorado la totalidad de su sistema ecológico (cuenca hídrica del Maipo) desde un punto de vista social y medio ambiental. La presente investigación propone un Plan de Diseño Urbano para la Restauración de la Red de Canales
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Subterráneos (RRCS) de Santiago, el cual se concibe como una reflexión crítica sobre la restauración de un ecosistema natural como parte integral de la ciudad. La RRCS responde desde las posibilidades que entrega la práctica del diseño urbano a las dos preguntas cualitativas planteadas en esta investigación. Primero, desde una perspectiva pragmática, la implementación de un modelo urbano híbrido contextualmente reformado por medio del uso de la “reforestación urbana” y el “diseño urbano sensible al agua” permite, a través de un proyecto a largo plazo, revelar, redescubrir, abrir y restaurar la existente, escondida y densa trama de canales que definió la trama urbana histórica. Y en segundo lugar, la RRCS profundiza en el significado que tiene para los santiaguinos el redescubrimiento de los canales naturales que surcan la cuenca del Maipo y que conectan sus vidas con la naturaleza circundante. Considerando el interés creciente por actividades recreativas al aire libre y en áreas naturales, el develar los canales permitiría y fomentaría que los habitantes recorran la ciudad y se trasladen desde ésta hacia la cordillera y hacia el mar por medio de la red de canales subterráneos y la red hídrica de Santiago. El Plan de Diseño Urbano para la Restauración de la Red de Canales Subterráneos propone una trasformación en Santiago. Esta transformación, testeada en seis parques, revela y redescubre tanto social como ecológicamente la existente y escondida relación entre los canales y los santiaguinos. La restauración de la red de canales subterráneos busca la formación de una ciudad adaptativa, con un urbanismo que refuerza comportamientos sensibles y comprensivos de los recursos hídricos. — Trabajos citados Figueroa, G. P. (1999). Las aguas de Santiago de Chile, 1541-1999 (Vol. 19). Santiago: Editorial Universitaria. Folke, C., Jansson, A., Larsson, J., & Costanza, R. (1997). Ecosystem appropriation by cities. Ambio, 26 (3), 167-172. Fundación Canalistas del Maipo. (sin año). Obtenido de www.fsancarlos.cl Gregg, J. W., Jones, C. G., & Dawson, T. E. (10 de julio de 2003). Urbanization effects on tree growth in the vicinity of New York City. Nature, 424 (6945), 183-187. Higgs, E. S. (1997). What is good ecological restoration? Conservation Biology, 11 (2), 338-348. Helms, J A. (1998). The Dictionary of Forestry. Bethesda: Society of American Foresters. Wong, T., & Ashley, R. (2006). International Working Group on Water Sensitive Urban Design, submission to the IWA/IAHR Joint Committee on Urban Drainage, marzo 2006.
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¿Santiago clasista? Recordaciones urbanas de la violencia política de los largos años setenta (1970-1991)
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Carolina Aguilera INSTITUCIÓN
Universidad Diego Portales FONDO(S) ASOCIADO(S)
Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y CONICYT (Beca de Doctorado Nacional) E-MAIL
caaguilera@uc.cl ÁMBITO
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Resumen Se presentan los resultados parciales de una investigación doctoral que analizó el conjunto de monumentos conmemorativos dedicados a víctimas de la violencia política ocurrida entre 1970 y 1990 en Santiago de Chile. Dicha investigación buscó establecer los vínculos entre los procesos sociales y políticos de creación de estos elementos con el desarrollo de la ciudad. Este trabajo presenta dos aspectos de esta relación. Por un lado, la memorialización de la violencia política está estrechamente relacionada con los procesos políticos y sociales de urbanización y crecimiento de la ciudad; por otro, forma parte de los procesos de segregación socio-económica residencial que afectan a Santiago. La investigación contabiliza elementos instalados hasta el año 2013, no pudiendo considerar los desarrollos contemporáneos al respecto. Palabras Clave Memoria colectiva, Chile, monumentos conmemorativos, dictadura — La violencia desatada por el Golpe Militar de 1973 asoló al país, configurando el hito temporal que originó un nuevo Estado caracterizado por la institucionalización de torturas, desapariciones, desinformación y, más tardíamente, reformas estructurales. En 2013 conmemoramos el aniversario número cuarenta de ese fatídico martes 11, momento que no dejó dudas sobre la importancia de recordar públicamente el periodo de la dictadura, así como también el de la Unidad Popular. Incipientemente, desde 1998 el país se abrió a una conversación sobre el periodo (Wilde, 1999). Si los primeros años de post-dictadura estuvieron marcados por presiones militares, acuerdos políticos y enclaves autoritarios que fueron clausurando la posibilidad de debate (Moulián, 1997; Garretón, 2000), posteriormente la detención de Pinochet por parte de un país considerado aliado, junto a cambios en el Poder Judicial chileno, permitieron ir descongelando el iceberg que supuestamente representaba nuestra identidad cultural. Parte importante del deshielo fue impulsado por organizaciones de la sociedad civil que impulsaron la resignificación de efemérides y toponimias.
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Este boom de memoria en versión criolla —adoptando el término de Andreas Huyssen (2003)— ha tomado diversas formas: exitosas mini-series televisivas, documentales, películas, investigaciones y trabajos artísticos y literarios. Este impulso por recordar fue poblando ciudades, desiertos y montañas, configurando una nueva geografía de la memoria (Aguilera & Cáceres, 2012). Este ensayo reflexiona sobre el fenómeno urbano de la última dimensión, poniendo énfasis en las relaciones entre la configuración del espacio y la proliferación de inscripciones de carácter permanente que recuerdan a los caídos del periodo de violencia política. Se presentan evidencias en torno a las siguientes relaciones: a) aquella que se establece entre la memorialización y el proceso de crecimiento de la ciudad; y b) la que surge entre la segregación socio-económica residencial y el carácter dual que ha tomado la memorialización en la capital, considerando las tendencias políticas de los homenajes.
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Figura 1 Cartografía de los elementos conmemorativos de carácter permanente ubicados en la ciudad de Santiago. Fuente: Elaboración propia a partir de cartografías OCUC citadas y catastro de memoriales. Diseño de imagen: Javiera Ramírez.
Huechuraba Quilicura
Conchalí
Vitacura
Renca
Recoleta
Independencia
Cerro Navia
Quinta Normal
Pudahuel
Las Condes Providencia La Reina
Lo Prado
Ñuñoa Santiago
Estación Central Cerrillos
San Joaquín P.A.C.
Macul
San Miguel
Peñalolén
Lo Espejo
Maipú
La Cisterna
El Bosque
La Granja
La Florida
San Ramón
La Pintana Puente Alto
San Bernardo
a ac
An
Pl
im Es ita cu l Re tura cin to
Simbología de homenajes
Sitio de muerte en la vía pública o lugar de atentado Recinto de represión y muerte Homenaje en la vía públcia que no indica lugar de represión Recinto de memoria no ubicado en lugar de represión y muerte Sin determinar
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0
1
5 km
Esta investigación se realizó a partir de análisis de registros oficiales, literatura secundaria, revisión de prensa y dos años de trabajo de campo sobre las inscripciones de carácter permanente instaladas hasta agosto de 2013 en Santiago1. 1 Este ensayo es una versión resumida y actualizada del artículo “Memories and silences of a segregated city: Monuments and political violence in Santiago, Chile, 1970–1991”. Ver Aguilera, 2015. 2 El estudio sólo se refiere al espacio urbano de la RM, habiendo intervenciones rurales en Paine y Lonquén.
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Santiago contaba hasta agosto de 2013 con al menos 67 inscripciones del tipo animitas, monolitos, esculturas, obras de arte público y centros de memoria, cubriendo un área extensa de la ciudad2 (Figura 1). Han predominado esculturas y obras de arte público, las que en su mayoría han tenido dos propósitos: realizar homenajes a víctimas en espacios públicos y recordar a víctimas oriundas de una comuna, población o campamento. En algunos casos, también señalan recintos de represión y lugares de ejecución en la vía pública, como es el caso del Memorial del Puente Bulnes (Figura 2).
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Geografía social de la memoria en la periferia de los años setenta
Figura 2 IZQUIERDA: Misa en homenaje al
La pregunta por la relación entre espacio urbano y memorialización pública llevó a enfocar la investigación en los memoriales dedicados a víctimas oriundas de una comuna, población o campamento (Figura 3). En algunos casos se trata de memoriales que forman parte de la infraestructura cultural de los nuevos subcentros metropolitanos, como son el reubicado memorial de Conchalí, el memorial de Maipú y el memorial de Huechuraba. Otros están instalados en poblaciones o villas, en una lógica que destaca al territorio. Se trata de los memoriales de La Legua, Peñalolén, Villa Francia, y los monolitos de La Victoria y del ex campamento Nueva Habana (Figura 4). Otros dos están ubicados en ejes viales estructurantes, como son uno de los memoriales de Peñalolén, el memorial de San Joaquín, y también el memorial de Villa Francia, ubicado sobre una avenida colindante. Sólo en el caso de San Joaquín la ubicación obedece al lugar que originalmente identificaba al sitio de la detención y posterior desaparición de miembros de la familia Recabarren González. ¿Qué tienen en común estos elementos? ¿Cómo entender esta memorialización pericentral de carácter territorial? Estos memoriales fueron creaciones promovidas localmente por grupos de derechos humanos y familiares de víctimas. Inaugurados entre 2002 y 20113, son el resultado de procesos temporalmente extensos y heterogéneos. Diez tienen la forma de una escultura u obra de arte público, que lleva adosada en su estructura, o plinto, una placa con la lista de víctimas. En algunos casos hubo un concurso público para elegir el diseño. Para al menos la mitad de los casos registrados, una parte significativa de la financiación provino de la respectiva municipalidad, y en cuatro casos del Gobierno central, a través del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.
sacerdote obrero Juan Alsina, ejecutado el 19 de septiembre de 1973 en el Puente Bulnes, sector Parque de Los Reyes. DERECHA: Detalle del Muro de la Memoria y el mural en homenaje a Juan Alsina en Puente Bulnes. Fuentes: Fotografía del autor, 2015 (editada por Viviana Bravo Botta y Javier Lewin).
3 Sin considerar la instalación de una piedra conmemorativa en La Legua en 1990 y que forma parte de la escultura existente en la actualidad.
Aunque el proceso de creación de estos monumentos ha sido heterogéneo, en su mayoría han sido liderados por personas pertenecientes a partidos políticos de izquierda, que abrazaron la defensa de los derechos humanos durante la dictadura o con posterioridad. En La Legua, el líder local Vladimir Salamanca es militante del Partido Comunista (PC). Siendo él mismo un ex preso político, es hermano de dos desaparecidos e hijo de una fundadora de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. En Lo Prado, el líder Víctor Hugo Fuentes es militante comunista
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Figura 3 Elementos conmemorativos en homenaje a víctimas de un lugar, en la ciudad de Santiago. Fuente: Elaboración propia a partir de cartografías OCUC citadas y catastro de memoriales. Diseño de la imagen: Javiera Ramírez.
Huechuraba
45 Quilicura
Vitacura
Conchalí
36 Renca Cerro Navia
Independencia
41
Providencia
Lo Prado
48
La Reina
Santiago Ñuñoa Estación Central
28
Cerrillos
Lo Espejo
37 39
18
P.A.C.
59 Maipú
Las Condes
Quinta Normal
53 Pudahuel
Recoleta
San Miguel
San Joaquín
54 La Cisterna
Peñalolén
Macul
30
La Granja
La Florida
San Ramón El Bosque La Pintana Puente Alto
San Bernardo
0
1
5 km
Evolución del crecimiento de la ciudad
1900 1920 1940 1952 1960 1970 Límite comunal Área urbana actual Memoriales
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Obras de arte público en homenaje a víctimas de un territorio 18 Piedra conmemorativa y memorial de La Legua (1990, 2006) 28 Memorial de La Victoria (2002) 30 Memorial de ex Nueva Habana (2002) 36 Memorial de Conchalí (2004) 37 Memorial de Peñalolén, Plaza Víctor Jara (2004) 39 Memorial de Peñalolén, Plaza Los Mártires (2005) 41 Memorial de ex comuna de Barracas (2006) 45 Memorial de Huechuraba (2008) 48 Memorial de Villa Francia (2008) 53 Memorial de Lo Prado (2011) 54 Memorial de San Joaquín (2011) 59 Memorial de Maipú (2012)
y padre de un joven asesinado durante una protesta. En Conchalí, el memorial fue iniciativa de la célula local del PC, dirigida por Ana María Herrera. Una situación similar ocurrió en La Victoria. En Huechuraba, éste fue iniciado por familiares de las víctimas, conducidos por Juan Soto López, militante socialista y viudo de una persona asesinada por una “bala loca” en un día de protesta. En Peñalolén, el monumento principal fue forjado por la Organización Cultural Por la Memoria Histórica de Peñalolén, dirigido por Rebeca Martínez, madre de un joven asesinado en una concentración política en dictadura. Este grupo también instaló un memorial en la Población Lo Hermida. En Maipú, el monumento fue erigido por iniciativa de la organización local de derechos humanos, dirigida por el socialista Patricio Chandía. Mientras muchos activistas pertenecen a los partidos políticos, sobre todo
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al PC y al PS, por las entrevistas es posible deducir que la instalación del monumento no ha sido producto de decisiones partidarias, sino que se trata de iniciativas de carácter local sin mayor colaboración entre sí. La Figura 3 es una de las claves espaciales para entender la presencia de estos elementos. Allí se evidencia que su ubicación corresponde a la periferia capitalina de los años setenta, si bien en la actualidad estas áreas forman parte de la ciudad. Se trataba de una región que experimentó un proceso de crecimiento acelerado en las décadas precedentes, ocasionado por la demanda de vivienda que en muchas ocasiones conllevaba una organización social y política de los necesitados, como la del Movimiento de Pobladores (Castells, 1972; Cortés, 2011, 2014; Espinoza, 1998). Vía programas de erradicación y reubicación, programas de operación sitio, tomas de terreno y la construcción de vivienda social, muchos de estos territorios se configuraron con la participación organizada de familias y militantes de partidos de izquierda y de centro. Eso marcó las estructuras políticas de estos territorios, convirtiéndolos en sectores urbanos con altos niveles de organización política y social. Espacios de apoyo de la UP, estos lugares sufrieron la represión militar de la dictadura de manera masiva, y también selectiva hacia sus dirigentes, incluyendo la ocupación militar de poblaciones por uno o más días. En estos procedimientos los hombres eran sacados de sus casas, golpeados y en numerosos casos detenidos. Muchos fueron asesinados o están desaparecidos. Como se establece en los memoriales, más de 300 personas fueron asesinadas en total en estos lugares. Se trata de una cifra relativamente alta —correspondiente al 10 por ciento del saldo nacional— si se considera que estos territorios sólo cubren un área urbana proporcionalmente muy pequeña en relación al total nacional. Si bien los primeros esfuerzos para buscar justicia y verdad activaron dispositivos narrativos sobre la violencia vivida, este proceso se vio fortalecido desde 1983 con el auge de los movimientos de masas contra la dictadura. Las protestas masivas que debutaron en las poblaciones de Santiago y otros sectores del país surgieron en un contexto de crisis económica (1981-1983), que trajo altos niveles de pobreza y hambruna. Las manifestaciones, en un inicio lideradas por sindicatos y pobladores, fueron especialmente fuertes en aquellos asentamientos donde el movimiento de pobladores había sido particularmente activo en los años previos a la dictadura (Schneider, 1991). Según Schneider (1991), las protestas se radicaron allí donde aún había una presencia de militantes izquierdistas locales, capaces de mantener y reactivar una cultura política entre los pobladores, y crear sinergias con las nuevas organizaciones surgidas en la época. Por su parte, las iglesias locales lideradas por sacerdotes obreros, la mayoría extranjeros, se erigieron como un nodo de una red que posibilitó la reorganización político-social de estos territorios (Cortés, 2014). En este ciclo de protestas, murió alrededor de un centenar de personas a nivel nacional, a consecuencia de la represión militarizada4. Algunos fueron abatidos en las mismas poblaciones, otros en concentraciones en el centro de la capital. Sobre todo, la muerte de adolescentes y de un cura obrero sintetizaron la imagen de una población indefensa y muy castigada por una dictadura que ya tenía una década de duración. Así, junto con la movilización social, las conmemoraciones públicas
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Figura 4 Memorial en Plaza Legua Nueva una mañana de domingo, 2015. Fuente: Fotografía de Viviana Bravo Botta y Javier Lewin.
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4 Cifra de elaboración propia a partir de los datos publicados por la Corporación de Reparación y Reconciliación, Gobierno de Chile, 1996.
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comenzaron a extenderse en los asentamientos y barrios populares de la capital por medio de murales y animitas que fueron instaladas en sus calles. Sin embargo, no fue sino hasta terminada la dictadura que en diversas localidades comenzó a tomar fuerza la idea de instalar un homenaje de manera más permanente a las víctimas del sector. Estas inscripciones, en su gran mayoría, no se concretarían sino hasta aproximadamente una década después, con el descongelamiento del pacto transicional. Si bien en la actualidad presentan una multiplicidad de identidades políticas y sociales, no sorprende que este tipo de memoriales se haya instalado allí donde por décadas existió un tejido político y social fuerte, y además se sufrió la represión de manera especial. ¿Cultura de la prudencia post-dictatorial? Silencios y olvidos de la élite
5 Se usó como indicador el sistema de medición utilizado por las compañías de marketing que distinguen entre quienes tienen mayor riqueza y quienes tienen mayor pobreza utilizando las siglas A, B, C1, C2, C3, D y E.
6 A la fecha de la realización de este trabajo (2015) aún no se habían instalado los dos memoriales a víctimas de la dictadura que hoy se ubican en las comunas de Providencia y La Reina. Este fenómeno constituye un giro en los procesos de memorialización de las últimas décadas descritos en este artículo, que no pudo ser recogido en el texto por haber ocurrido con posterioridad a su realización. 18
7 Con posterioridad, en 2016, se instaló un memorial dedicado a las víctimas del cuartel de la Dina en una plazoleta en Simón Bolívar, a pocos metros del lugar.
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Al observar la ubicación de los homenajes a víctimas de la violencia política, considerando esta vez la distribución del nivel socioeconómico residencial5, obtenemos la imagen de una ciudad dual (Figura 5). Por un lado, los monumentos dedicados a las víctimas de la dictadura se ubican mayoritariamente en las zonas de sectores socio-económicos medios y bajos. Por otra parte, el cono de alta renta, la zona donde habita la parte más rica de la población, no ha acogido ningún homenaje a víctimas de la dictadura y, por el contrario, en él se ubican monumentos a personas asesinadas por grupos armados de izquierda. La excepción es la obra de Carlos Ortúzar al General Schneider, asesinado en 1970 en una operación que buscaba frenar la ratificación de Allende como Presidente de la República6. ¿Qué dinámica conmemorativa se ha puesto en juego aquí? Además de la obra de Ortúzar, este sector de la ciudad cuenta, en primer lugar, con tres conmemoraciones instaladas por las autoridades dictatoriales locales: dos bustos al ex Intendente de Santiago y mayor de ejército Carol Urzúa, asesinado en 1983 por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (como en el caso del monumento a Schneider, se privilegiaron las avenidas importantes que no referían al lugar del atentado); y, por otra parte, el monolito que instaló la Municipalidad de Providencia en 1978 en homenaje Edmundo Pérez Zújovic, asesinado en 1971 por el grupo de ultra-izquierda Vanguardia Organizada del Pueblo. Muchos años después, en 2012, cercanos al ex primer Ministro del Interior del Gobierno de Frei Montalva instalaron una escultura en su honor en las cercanías de la rotonda homónima. Acentúa ese carácter político de la memorialización de este sector capitalino la instalación de un memorial a Jaime Guzmán en la comuna de Vitacura, en 2008. Inicialmente proyectado para el centro de la ciudad, tuvo que reubicarse a causa del rechazo de los vecinos. Finalmente, fue instalado en el distrito de negocios, frente a la embajada de Estados Unidos. Completa este cuadro la destrucción que sufrió un homenaje en el lugar en que funcionó el recinto más letal de la DINA, el cuartel de calle Simón Bolívar en La Reina7. ¿Cómo entender esta geografía segregada de monumentos urbanos? Debemos tener en cuenta que en el sector de alta renta hubo recintos de detención y se detuvo personas en la vía pública que luego serían asesinadas o desaparecidas. Además, en otras zonas de la ciudad, municipios dirigidos por alcaldes de partidos políticos de derecha apoyaron la instalación de memoriales dedicados a personas que murieron en sus comunas (Huechuraba y Conchalí). Diversos
Arquitectura no es sólo obra
estudios, utilizando diferentes enfoques analíticos, han destacado el alto nivel de segregación de Santiago, en particular la configuración de una zona relativamente exclusiva de la élite (Márquez & Pérez, 2008; Rodríguez, 2008; Sabatini, Cáceres, & Cerda, 2001). ¿Sería posible decir, entonces, que la separación residencial entre ricos y el resto de la población se expresa también en la forma en que unos y otros asumen el legado dictatorial? Utilizando el indicador de nivel socioeconómico proveniente del marketing para analizar la distribución espacial de clases sociales, la investigación sugiere que esta imagen dual sobre la memoria capitalina se origina en las dificultades que ha tenido la élite para asumir de manera decidida un rechazo a las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura. Efectivamente, como han mostrado Loveman y Lira (2002) y Stern (2010), la manera apropiada de lidiar con ese pasado se convirtió en un impasse político recurrente para quienes dirigían políticamente el país. Pareciera, entonces, que la “cultura de la prudencia” de la élite (Stern, 2010), sustentada en la idea de que la estabilidad política de la transición dependía de no poner en riesgo los intereses de los partidarios del régimen militar, también ha influido en la configuración urbana de la memoria y que, en definitiva, no encontremos memorialización pública en aquel sector de la ciudad en que conviven perpetradores y quienes lideraron la transición. Reflexiones finales Pareciera que la producción pública de recuerdos de la violencia política está fuertemente ligada a las trayectorias sociales y políticas de la producción del espacio urbano. Por un lado, una parte importante de la memorialización ocurre en territorios que sufrieron especialmente la represión, caracterizados por un pasado de fuerte organización política vinculada a los movimientos de pobladores. Por otro lado, en aquellos lugares donde reside la élite, no se han erigido monumentos a las víctimas del terrorismo de Estado y sobreviven las inscripciones producidas por la dictadura8. A cuarenta años del primer 11, la élite había configurado un paisaje de la memoria muy diferente al que se observa en el resto de la ciudad, evidenciando su ambivalencia en relación al legado dictatorial.
8 Ver nota 6.
Sin embargo, esto no debe entenderse como una imagen final. El conflictivo proceso de hacerse cargo de la herencia dictatorial ha demostrado ser flexible. Dos memorializaciones recientes podrían indicar un nuevo vuelco, ambas gestionadas por organizaciones de derechos humanos y de familiares y apoyadas por las respectivas municipalidades. Por un lado, la instalación de un memorial que conmemora a tres víctimas de la dictadura en el lugar en que dos de ellas fueros secuestradas en Providencia, caso conocido como “los degollados”. Por otro lado, en 2016 se instaló un memorial a las víctimas del letal Cuartel Lautaro de la DINA en la comuna de la Reina.
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Agradecimientos A quienes generosamente compartieron conmigo sus testimonios: a los hermanos Vladimir, Roxanna, Yuri y Vlamir Salamanca; a Camila Vidal, Silvana Zúñiga, Lorena Moyano, María, María Rosa Herrera, María Teresa Hormazábal, Nury Gajardo, Paulo Álvarez, Alejandro Núñez, Gerardo Ouisse, Francisco, Raúl, Pato, Raúl Elgueta, Jaime Álvarez, Manuel Moya, Michael Reyes, jóvenes participantes de talleres de La Caleta, Gloria Rodríguez, Víctor Fuentes, Valeska Ahumada, Mónica Araya, Manuel, Margarita, Juan Soto, Patricio Chandía, Consuelo Núñez, Alicia Lira, Manuel Pino, Luis Enríquez-Micco, Gustavo Meneses y a pobladores anónimos entrevistados en la vía pública. Investigación desarrollada para la Tesis en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, con patrocinio Centro COES y financiada mediante Beca CONICYT de Doctorado Nacional.
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Figura 5 Elementos conmemorativos en la ciudad de Santiago según nivel socioeconómico de manzana de emplazamiento. Fuente: Elaboración propia a partir de cartografías OCUC citadas y catastro de memoriales. Diseño de la imagen: Javiera Ramírez.
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— Trabajos citados Aguilera, C. (2015). Memories and silences of a segregated city: Monuments and political violence in Santiago, Chile, 1970–1991. Memory Studies, 8 (1), 102-114. Aguilera, C., & Cáceres, G. (2012). Signs of state terrorism in post-authoritarian Santiago: Memories and memorialization in Chile. Dissidences, 4 (8), artículo 7. Castells, M. (1972). Movimiento de pobladores y lucha de clases. EURE, 3 (7), 9–35. Cortés, A. (2011). Da memória traumática ao relato heróico: o papel daviolência na identidade do Bairro da Población La Victoria, em Santiago do Chile. Sociedade e Cultura, 14 (2), 357–367. Cortés, A. (2014). El movimiento de pobladores chilenos y la población La Victoria: ejemplaridad, movimientos sociales y el derecho a la ciudad. EURE, 40 (119), 239–260. Espinoza, V. (1998). Historia social de la acción colectiva urbana. Los pobladores de Santiago: 1957–1987. EURE, 24(72), 71–84. Garretón, M. A. (2000). La sociedad en que vivi(re)mos. Santiago: LOM.
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Nivel Socioeconómico 0
1
5 km
ABC1 C2 C3 D E
Tendencia política del homenaje Sin información Límite comunal Área urbana actual Memoriales
Memoriales 01 Monumento al general René Schneider (1974) 02 Monolito a Edmundo Pérez Zujovic (1978) 03 Animita a Víctor Rodríguez Celis (1983) 04 Busto a Carol Urzúa en Vitacura (1983) 05 Animita a Pedro Mariqueo (1984) 06 Animita a Víctor Rodríguez Celis (1983) 07 Placa en homenaje al carabinero Heriberto Novoa (1984) 08 Animita a Jaime Quilán (1985) 09 Animita y mural a Marisol Vera Linares (1985) 10 Animita a Hermanos Vergara Toledo (1985) 11 Piedras conmemorativas y memorial en homenaje a Manuel Guerrero, Manuel Parada y Santiago Nattino (1986/2005) 12 Animita a Len Ríos en La Legua (1983) 13 Animita y placas conmemorativas a José Carrasco Tapia (1986/2004) 14 Animita a Luis Alberto Silva Jara, el "Chaka" (1988) 15 Animita de Carabineros (1989) 16 Memorial de Carabineros (1989) 17 Memorial a Ferroviarios en San Bernardo (1989) 18 Piedra conmemorativa y memorial de La Legua (1986) 19 Memorial del Puento Bulnes (1999/2001) 20 Nido 18 (1993) 21 Memorialización en Cementerio General (1994) 22 Monolito a Felipe Rivera (1995) 23 Villa Grimaldi, Parque Por la Paz (1997) 24 Estatua de Salvador Allende, La Moneda (2000)
Víctima(s) de la dictadura y el Golpe de Estado Víctima(s) de acto perpetuado por grupo armado de izquierda Víctima(s) de acto perpetuado por grupo armado de derecha
25 Estadio Nacional (2001) 26 Memorial a Vicente García Ramírez, Cuartel Borgoño (2001) 27 José Domingo Cañas (2002) 28 Memorial de La Victoria (2002) 29 Memorial a Lincoyán Berríos (2002) 30 Memorial de ex Nueva Habana (2002) 31 Estadio Víctor Jara (2003) 32 Homenaje a caídos Operación Albania, calle Varas Mena (2003)* 33 Monolito frente a Municipalidad de Pudahuel (2003) 34 Placas y mural a Jecar Neghme (2003)* 35 Escultura en 3 y 4 Álamos (2003) 36 Memorial de Conchalí (2004) 37 Memorial de Peñalolén, Plaza Víctor Jara (2004) 38 Placa en homenaje a metalúrgicos desaparecidos (2005) 39 Memorial de Peñalolén, Plaza Los Mártires (2005) 40 Museo de la Solidaridad, ex centro CNI (2005) 41 Memorial de ex comuna de Barracas (2006) 42 Memorial Mujeres en la Memoria (2006) 43 Placa en homenaje a Jaime Donato y Luis Lazo, sede CEPECH (2007) 44 Memorial y espacio Londres 38 (2008/2010) 45 Memorial de Huechuraba (2008) 46 Memorial a Jaime Guzmán (2008) 47 Memorial a Jenny Barra (2008) 48 Memorial de Villa Francia (2008) 49 Placa en homenaje a GAP (2008) 50 Placa en homenaje a Miguel Enríquez (2008)
51 Nido 20 (2009) 52 Museo de la Memoria y los DDHH (2010) 53 Memorial de Lo Prado (2011) 54 Memorial de San Joaquín (2011) 55 Monumento a Salvador Allende, Av. Las Industrias (2011) 56 Monumento a víctimas de la Policía de Investigaciones (2011) 57 Placa a Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana (2011) 58 Ex Clínica Santa Lucía (2012)** 59 Memorial de Maipú (2012) 60 Memorial en homenaje a Pedro Mariqueo y Manuel Gutiérrez (2012) 61 Monumento a Edmundo Pérez Zujovic (2012) 62 Homenaje a víctimas Operación Albania, calle Pedro Donoso (2013) 63 Placa en homenaje a Leonardo Henrichsen (2013) 64 Memorial a Salvador Allende, Población La Victoria (S.I.) 65 Piedra en homenaje a Salvador Allende (S.I.) 66 Placa en homenaje a José Muñoz, Juan Escobar y Jorge Oyarzún, Pob. Huemul (S.I.) NOTAS: Las fechas corresponden a las primeras intervenciones de las que se tiene registro en el lugar. Cuando se indican dos fechas se refiere a dos momentos diferentes de inscripción urbana. * Las fechas regitran el año de la placa ** La fecha refiere al cambio de uso del lugar
Huyssen, A. (2003). Present pasts: Urban palimpsests and the politics of memory. Stanford: Stanford University Press. Loveman, B., & Lira, E. (2002). El espejismo de la reconciliación política. Chile 1990-2002. Santiago: LOM. Márquez, F., & Pérez, F. (2008). Spatial frontiers and neo-communitarian identities in the city: The case of Santiago de Chile. Urban Studies, 45 (7), 1461–1483. Moulián, T. (1997). Chile actual. Anatomía de un mito. Santiago: LOM. Rodríguez, J. (2008). Movilidad cotidiana, desigualdad social y segregación residencial en cuatro metrópolis de América Latina. EURE, 34 (103), 49–71. Sabatini, F., Cáceres, G., & Cerda, J. (2001). Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción. EURE, 28 (82), 21–42. Schneider, C. (1991). Mobilization at the Grassroots: Shantytowns and Resistance in Authoritarian Chile. Latin American Perspectives, 18 (1), 92-112. Stern, S. J. (2010). Reckoning with Pinochet: The Memory Question in Democratic Chile, 1989–2006. Durham: Duke University Press. Wilde, A. (1999). Irruptions of Memory: Expressive Politics in Chile’s Transition to Democracy. Journal of Latin American Studies, 31 (2), 473-500.
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Explotación de recursos naturales v/s paisaje protegido. El rol territorial de la arquitectura en el caso del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo
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María de la Luz Lobos INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
luli.lobos@gmail.com ÁMBITO
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Resumen Chile se caracteriza por su riqueza de paisajes y, en consecuencia, el 19 por ciento del territorio corresponde a áreas silvestres protegidas. Sin embargo, dicho patrimonio es constantemente amenazado por la explotación de recursos naturales para fines productivos. Esto se evidencia en 97 conflictos socio-ambientales catalogados entre 2010-2012, entre los que destaca el Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM). En ese contexto, cabe preguntarse cómo puede aportar la arquitectura en una situación de conflicto territorial. Para responder dicha interrogante se realizó un análisis bibliográfico y se llevaron a cabo entrevistas en el Cajón del Maipo, donde se emplaza el PHAM. El resultado evidenció la necesidad de implementar políticas de ordenamiento territorial que moderen los lugares y la forma en que se realiza la extracción de recursos naturales, así como el turismo, hoy desregulado. Finalmente, se reconoció que la arquitectura puede ayudar a mitigar los impactos que el PHAM tendrá en su ambiente natural y cultural. Palabras Clave Conflictos socio-ambientales, patrimonio natural, Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, mitigación — El territorio chileno Chile es un país extenso, caracterizado por la diversidad de territorios y paisajes que lo componen. En él coexisten distintas situaciones geográficas y climáticas, configurando múltiples paisajes e identidades locales, tanto a nivel cultural como de ecosistemas y medios productivos, lo que se manifiesta en la diversidad de comunidades y tradiciones, así como en la riqueza de los recursos naturales y la variedad de actividades productivas, entre otros aspectos. A lo largo de la historia, los habitantes de este vasto territorio han utilizado los elementos del entorno para establecerse y desarrollarse como sociedad. En los inicios existió una relación respetuosa con la naturaleza, con conciencia de una interdependencia. Sin embargo, con el paso del tiempo, esto se ha olvidado, y el foco se ha puesto en la rentabilidad de la producción y no en la sustentabilidad de los procesos productivos.
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Si bien las acciones requeridas para el desarrollo humano implican la modificación espacial de los distintos territorios donde el hombre se mueve, transformando los ecosistemas existentes y dejando una huella en el lugar, es necesario asegurar que dichas áreas se puedan desenvolver normalmente para permitir la subsistencia. Es por esta razón que surge la interrogante acerca de cuál es el impacto admisible de las acciones productivas en el entorno, para que las biósferas, los flujos de energía que por ellas transitan y las comunidades locales puedan seguir funcionando. Deterioro del patrimonio natural Debido a la longitud del país y sus diversas características, se puede reconocer en él una gran cantidad de patrimonio natural (Figura 1). Lo dicho se manifiesta en que
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Figura 1 Áreas Silvestres Protegidas por el Estado. Fuente: Elaboración propia, basado en Bruneau, 2014.
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actualmente cerca del 19% del territorio continental chileno corresponde a Áreas Silvestres Protegidas por el Estado (INJUV, 2014). Dicha protección está velada desde 1984 por la Ley Nº 18.362, la cual tiene como propósito la conservación, regulación y mantención de ciertas áreas representativas de la ecología chilena, junto con sus flujos, ciclos y recursos particulares. Si bien la existencia de la normativa ha permitido gestionar los territorios declarados, ésta sólo aplica dentro de un límite geométrico —definido en los mapas— el cual no reconoce la condición de permeabilidad de los sistemas ecológicos, dejándolos susceptibles a lo que ocurre en los territorios adyacentes. Por esta razón es necesario cautelar el modo en que los paisajes naturales —producto del proceso evolutivo de la naturaleza—, se transforman en paisajes culturales —producidos por la ocupación del territorio hecha por el hombre— (Berg, 2008). Conflictos socio-ambientales Junto con lo anterior, el territorio nacional se encuentra amenazado por la existencia de múltiples conflictos socio-ambientales (Figura 2). Éstos han sido definidos por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de la siguiente manera: «Disputas entre diversos actores —personas naturales, organizaciones, empresas privadas y/o el Estado—, manifestadas públicamente y que expresan divergencias de opiniones, posiciones, intereses y planteamientos de demandas por la afectación (o potencial afectación) de derechos humanos, derivada del acceso y uso de los recursos naturales, así como por los impactos ambientales de las actividades económicas» (INDH, 2012a).
Es decir, son problemas en la calidad de vida, tanto de las comunidades humanas como de otros seres, suscitados por efecto de la explotación de los recursos naturales del lugar en que viven para fines productivos. Figura 2 Mapa de conflictos socioambientales. Fuente: Elaboración propia, basado en INDH, 2012b.
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Es así como en la actualidad encontramos múltiples megaproyectos localizados en el borde de las áreas legalmente protegidas, obviando el hecho de que la biósfera, el territorio y los ecosistemas naturales no se desarrollan dentro de un perímetro fijo determinado por el hombre, sino que trasgreden estos límites y se conectan con los sistemas vecinos generando una trama viva de interacciones naturales. Si bien muchos de estos proyectos son necesarios para el desarrollo de nuestra sociedad, cabe preguntarse si los estamos ejecutando de la mejor manera. No hay que olvidar que el recurso primario es el territorio (McHarg, 1969) y que si excedemos su capacidad de regeneración, ya no podremos utilizarlo más. Por todo lo anterior, queda de manifiesto que Chile es un país donde las disputas por el territorio son constantes, lo que hace imprescindible que los arquitectos nos preguntemos cómo nuestra disciplina puede aportar en una situación de conflicto territorial. Metodología Para poder llevar a cabo esta investigación fue necesario, en una primera instancia, realizar un registro de todos aquellos conflictos socio-ambientales que comprometen áreas protegidas por el Estado en el territorio chileno. Esta tarea se llevó a cabo mediante la recopilación de datos duros y un análisis bibliográfico, lo
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que dejó en evidencia la relevancia del problema a nivel nacional. En una segunda etapa se recopiló información mediante la observación directa en visitas a terreno del Valle del Arenas y el Monumento Natural El Morado, en la comuna de San José de Maipo, junto con la realización de entrevistas a sus visitantes y a los actores del conflicto, lo que permitió comprender cómo se desarrollan estas disputas territoriales en un caso puntual. Caso del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo En la actualidad, varios de los 97 conflictos socio-ambientales catalogados entre 2010-2012 siguen vigentes. Entre ellos destaca el caso del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM), el cual comenzó en 2007, generando una gran conmoción en la Región Metropolitana debido a su gran envergadura. Este proyecto corresponde a una iniciativa privada que se ejecutará en una gran extensión de la comuna de San José de Maipo, afectando a las distintas comunidades que la habitan, además de modificar la geografía local, atravesando zonas protegidas por el Estado y sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad (Figura 3).
Figura 3 Esquema de emplazamiento del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo en relación a la Región Metropolitana. Fuente: Elaboración propia, basado en AES Gener S.A. (sin año).
Bocatomas Centrales Hidroeléctricas Descarga Campamentos de faena Ductos de agua Áreas naturales protegidas
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Impacto socio-ambiental Esta intervención ha generado un fuerte impacto en gran parte del Cajón del Maipo puesto que afecta a diversos actores del territorio: la población, los agricultores, usuarios con derecho de aguas, áreas de turismo, además de la biodiversidad propia del río, entre otros. Esto produce un importante conflicto territorial que ha sido manifestado a través de la Coordinadora de los Ríos (agrupación ciudadana que se declara en contra del PHAM) y que se ha expresado en diversas manifestaciones sociales llevadas a cabo periódicamente en distintos puntos de la región. En la actualidad, la comuna de San José de Maipo no posee un Plan Regulador Comunal (PRC) que norme las intervenciones en su territorio. Sólo existe un proyecto de Plan Regulador, pero que aún no ha sido aprobado. De todos modos, dicho proyecto apunta a normar fundamentalmente 13 centros poblados, los cuales corresponden sólo al 0,25 por ciento de la superficie comunal (DSE-FADEU UC, sin año), y entre los cuales San José de Maipo es el único considerado urbano. Esto pone en evidencia una falta de regulación —mediante los instrumentos de planificación— del área en que se implementará el PHAM, lo que propicia situaciones de conflicto territorial. Si bien el proyecto aúna en su ejecución diversas disciplinas, para el área de la arquitectura cobra relevancia el período de construcción de la infraestructura del PHAM. De acuerdo al estudio de impacto ambiental desarrollado por la empresa Aes Gener, se requerirán cinco años para poner en funcionamiento el megaproyecto. Durante dicho período se construirán cinco campamentos de faena, uno en el Valle del Arenas, otro en el sector El Yeso y tres en la zona de Los Maitenes, llegando a movilizarse hasta 4.500 trabajadores en los peak de la obra. En otras palabras, se crearán verdaderos pueblos temporales, los que deben ser diseñados. Es claro que para que pueda funcionar el Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo deben implementarse los campamentos de faena. Es aquí donde la arquitectura debe cuestionarse cómo debe ser el campamento de faena para minimizar sus impactos negativos en el territorio, y si su infraestructura es capaz de generar un impacto positivo para el lugar. Gestión del territorio nacional Esta investigación, por haber sido realizada en dos etapas, arrojó resultados de dos escalas diferentes, la primera relacionada con la situación país y la segunda con el caso de estudio del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo.
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Gradientes de uso territorial En base al reconocimiento de una gran cantidad de conflictos socio-ambientales en Chile, se puede distinguir que nuestro territorio presenta numerosos paisajes frágiles, es decir, lugares «donde las necesidades humanas han afectado, o están a punto de hacerlo, el estado natural del paisaje» (Rossetti, 2009, pág. 44). Esto hace necesario reconstituir y/o proteger dichos espacios con la intención de minimizar el efecto de aquellas intervenciones antrópicas que son consideradas por algunos como “males necesarios”. Para poder llevar a cabo dicha regulación es clave implementar, en las áreas problemáticas, planes de gestión del territorio ligados a cada proyecto particular.
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Estos deben reconocer tanto el paisaje como el territorio como componentes dinámicos, proponiendo intervenciones no sólo pensadas para hoy, sino con la idea subyacente de hacer posible el desarrollo del territorio en el tiempo. Junto con eso, es preciso crear un instrumento de ordenamiento territorial a nivel nacional que permita regular dónde y cómo se realiza la extracción de recursos naturales para procesos productivos. Además, debe asegurarse la regeneración de dichos recursos en el tiempo, la preservación de las interacciones territoriales y un desarrollo sostenible que reconozca a las comunidades locales. Una estrategia para llevar a cabo la regulación de estos territorios consiste en determinar gradientes de uso territorial que consideren la implementación de buffers de amortiguación, los cuales reconozcan la condición de permeabilidad de los límites de las áreas silvestres protegidas por el Estado. Estas gradientes de intervención corresponden a sistemas territoriales de protección del patrimonio natural compuestos por una zona núcleo de preservación, la cual se ve complementada por una zona de amortiguación y una franja de transición. En la primera zona se permite un uso restringido del suelo, orientado principalmente a preservar y proteger los recursos. Luego, en la zona de amortiguación, se admite un mayor uso, incorporando infraestructura complementaria e implementando servicios tanto científicos como educativos y turísticos. Finalmente, en la franja de transición se permiten mayores intervenciones (Figura 4), configurando así territorios en los que dos o más áreas vecinas —que hoy funcionan de manera independiente— actúen como un sistema de protección del espacio natural.
Buffer de amortiguación
Área Silvestre protegida por el Estado
Figura 4 Esquema de gradientes de intervención. Fuente: Elaboración propia.
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Franja de transición
Manejo adaptativo Partiendo de la premisa de que los procesos sociales, históricos, económicos y culturales, entre otras variables, son los que dan forma y sentido al territorio, y comprendiendo que dicho concepto no sólo se refiere a un lugar, sino también al «resultado de diferentes y continuos procesos de transformación» (Flores, 2004, pág. 9), se entiende que la arquitectura debe aportar propuestas de largo plazo a las situaciones de conflicto territorial.
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De este modo, en la búsqueda por minimizar el impacto tanto de la explotación de recursos naturales para fines productivos como de los conflictos socioambientales, además de propiciar una retroalimentación positiva en la relación hombre-naturaleza, la implementación de un sistema de manejo adaptativo adquiere un rol fundamental. Esto consiste en crear proyectos con la capacidad de reconocer el impacto que tienen en el territorio y readaptarse a futuro, si fuera necesario, para mantener el equilibrio del lugar. Con lo que, a través del monitoreo de los edificios en el tiempo, la arquitectura puede ser capaz de implantarse en una zona desde un punto de vista sustentable, generando el menor impacto ambiental posible y ayudando así a proteger, preservar y promover el patrimonio natural. Mitigación del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo Con respecto al caso del PHAM, esta investigación vislumbró dos modos de aportar desde la disciplina de la arquitectura. Estas parten de la base de que dicho proyecto no es sustentable, por lo que requiere de medidas de responsabilidad empresarial que ayuden a contrapesar este hecho y que contribuyan a disminuir su impacto en el territorio. Así, se determina que en primera instancia es imprescindible generar una propuesta de ordenamiento territorial a nivel comunal que regule la problemática y sus efectos a largo plazo en la comuna de San José de Maipo, la cual se vea complementada por planes de manejo —de todos aquellos territorios que albergarán la infraestructura del megaproyecto— que permitan moderar su desarrollo a través de los años, proponiendo modos de ocupación que eviten un crecimiento descontrolado, tanto del lugar, como de los poblados aledaños, además de asegurar la preservación de los sistemas ecológicos locales. Por otro lado, se determina que un aporte al conflicto del PHAM consiste en desarrollar un proyecto de mitigación de los efectos de su proceso constructivo
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Figura 5 Imagen objetivo del proyecto del campamento de faena El Volcán. Fuente: Lobos, 2015. Elaboración de la autora y Nicolás Martínez D’Alto.
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mediante el planteamiento de un campamento de faena en equilibrio con su entorno durante todo su ciclo de vida, considerando diseño, implementación, prolongación del tiempo útil de la infraestructura mediante un cambio de uso y su final desmovilización (Figura 5). Así, se plantea una solución alternativa al tradicional campamento de faena (Figura 6) que reconozca la condición de su entorno a través de un edificio que no sólo cumpla las necesidades del megaproyecto, sino que además preste servicios tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.
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Figura 6 Estado del campamento de faena El Volcán en enero de 2015, Valle del Arenas. Fuente: Fotografía de la autora.
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Conclusiones Todos los resultados anteriormente expuestos dejan de manifiesto que la arquitectura puede jugar un rol conciliador ante una situación de conflicto territorial, donde la disciplina encuentra su nicho de acción principalmente en dos rubros. El primero está relacionado con el área de la planificación y el urbanismo. El segundo corresponde al diseño de la infraestructura requerida para el desarrollo de los proyectos productivos, siendo de vital importancia el diseño de soluciones locales. Así, la disciplina de la arquitectura se transforma en una herramienta fundamental en la regulación del impacto de las acciones productivas sobre su entorno local. Los arquitectos tenemos un rol crucial al momento de generar propuestas que admitan la convivencia entre el desarrollo humano y la fuente de recursos que lo permite, pues es claro que no debemos frenar el desarrollo, pero sí corresponde cuestionarnos de qué manera y a qué costo estamos apuntando al progreso. Por otro lado, más allá de las situaciones polémicas que eventualmente se suscitan con el devenir histórico, es importante apropiarse del rol político del arquitecto, tomar partido respecto a lo que ocurre en el territorio nacional y asumir constructivamente un cometido social dentro de nuestro quehacer, ya sea a escala personal o a nivel país. Finalmente, es de gran relevancia que los arquitectos nos hagamos cargo de las situaciones controversiales de escala nacional y podamos aportar desde nuestra disciplina a la reflexión en torno a los conflictos, aportando no sólo desde las críticas, sino, especialmente, desde las soluciones. De este modo, esta investigación plantea una reflexión y un llamado de atención respecto a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la misión territorial de un arquitecto? ¿A qué estamos llamados como arquitectos de Chile? Nota Esta publicación se basa en el proyecto de título “Centro de educación medioambiental y ecoturismo. Diseño y estrategia de evolución a partir de un campamento de faena”, desarrollado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile durante 2014.
— Trabajos citados
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AES Gener S.A. (sin año). Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. Centrales de pasada
Alfalfal II y Las Lajas. Recuperado el 7 de mayo de 2014, de www.gener.cl/ AltoMaipo/PublishingImages/Alto%20Maipo%20copia.jpg Berg, L., & Cherubini, G. (2008). Ocupación, arquitectura y paisaje. Región de Los Lagos. Santiago: Ed. Universitaria. Bruneau, D. (2014). Parque de montaña río Olivares: Hibridación entre matrices territoriales y actividades antrópicas para el uso y conservación del paisaje andino (Tesis de Magíster, MAPA, Pontificia Universidad Católica de Chile). Santiago. DSE-FADEU UC. (sin año). Estudio “Actualización y adecuación del Plan Regulador Comunal de San José de Maipo”, Código BIP 20180099-0. Etapa A.F.E. Memoria explicativa. Recuperado el 6 de abril de 2014, de http://es.scribd.com/
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Contenciones topográficas para la reconversión del ex-sitio minero Lo Aguirre
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Francisca Salas CO-AUTOR(ES)
Danilo Martic (Profesor guía) INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile E-MAIL
fca.salasp@gmail.com ÁMBITO
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Resumen La presente investigación describe los procesos que han dado forma al paisaje de la ex mina Lo Aguirre para establecer una manera de operar a través de la arquitectura del paisaje en un sitio intervenido por la actividad minera. Se reconoce que, aun cuando a una escala mayor la realidad de sitios como la mina Lo Aguirre es latente, cada uno de ellos conforma un marco territorial aún más amplio. Por consiguiente, hacerse cargo de ellos implica tanto su articulación con respecto al territorio al que pertenecen como la aceptación de su condición de ruina y vestigio. Palabras Clave Minería, paisaje, topografía, parque urbano, contención — Desde el siglo XIX, Chile se ha caracterizado por ser uno de los mayores productores cupríferos a nivel global, con el 38 por ciento de las reservas mundiales de este mineral (Zuñiga, 2009). Por ello, la actividad minera ha sido de gran relevancia para el desarrollo económico del país, siendo también una de las actividades extractivas que genera mayores impactos sobre el territorio, el paisaje y el medio ambiente. A comienzos del 2000, Chile se enfrentó a la problemática que generan los sitios mineros al término de sus actividades productivas, estableciendo como desafío hacerse cargo de aquellos sitios que se encuentren en condiciones de abandono, paralizados y cerrados. En este contexto, se desarrolló el proyecto de Fortalecimiento de la Capacidad Institucional en la Gestión Ambiental Minera (FOCIGAM), cuyo objetivo es establecer instrumentos de gestión y definir medidas para la remediación de sitios mineros que han dejado de extraer recursos minerales (Adasme Aguilera, et al., 2010). A través del catastro realizado en Chile fueron reconocidos 213 sitios mineros, en su mayoría emplazados lejos de los centros urbanos, en sitios con alto valor productivo y muchas veces en territorios que poseen ecosistemas frágiles, donde cualquier impacto puede ser significativo para el medio en el que se sitúan (Adasme Aguilera, et al., 2010). A partir del análisis de dicho proyecto, esta investigación identificó trece yacimientos mineros insertos en ciudades y/o emplazados en las cercanías de centros urbanos. Dentro de ellos se cuenta el sitio de la mina Lo Aguirre.
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Emplazado en la Comuna de Pudahuel, a 20 kilómetros del centro de Santiago, el sitio de la ex mina Lo Aguirre se establece como un elemento representativo de la extracción de cobre y como contenedor de infraestructuras obsoletas y desarticuladas respecto de las dinámicas urbanas de la ciudad. Desde el 2000 se encuentra enmarcado en un plan de cierre voluntario —único proyecto de recuperación posterior al cierre de las faenas— que ha buscado la remediación y mitigación ambiental de los impactos generados (Figura 1). En este contexto, su elección como objeto de estudio y proyecto se debe a su configuración como sitio minero urbano, condición alcanzada por el crecimiento de
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C. Pan de Azúcar C. San Ignacio C. Punta Verde C. La Región C. Punta Mocha C. Las Canteras C. La Pirámide C. de Renca C. San Cristóbal 700 há Parque de los Reyes
Mina Lo Aguirre 630 há
Quinta Normal Club Hípico C. Lo Aguirre
Relleno Sanitario Santiago Poniente
C. Chena
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Figura 1 Relación geográfica Mina Lo Aguirre y Ciudad de Santiago a 500 msnm. Fuente: Elaboración propia en base a Caminos Zona Central (Bases SIG) y Plano de Curvas de Nivel cada 10 m.
1 “Disturbed Site”.
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2.000 m
10.000 m
la ciudad y, en consecuencia, a su relación con futuros proyectos inmobiliarios para el sector donde se encuentra. Asimismo, el sitio posee una condición de paisaje heredada de un proceso evolutivo de producción de cobre que involucró grandes movimientos de tierra, condicionando el desarrollo de los sistemas ambientales del lugar, situación que, al mismo tiempo, expone la condición geológica del sitio. A través de su reinterpretación, los elementos que operan como infraestructuras para la extracción y producción del cobre representan una oportunidad educativa y cultural. Finalmente, las medias implementadas por el plan de cierre pueden constituirse en una base para el desarrollo de una propuesta de habilitación e integración a la ciudad. La arquitecta del paisaje Elizabeth K. Meyer (2007) utiliza el concepto de “sitio perturbado”1 para describir una amplia categoría de paisajes contaminados por procesos industriales, independientemente de que su contaminación haya sido intencional o no, reconocida u oculta, regulada o desconocida. Según Meyer, «este término también resuena con las teorías contemporáneas de la ciencia ecológica que reconocen la importancia de los regímenes de perturbaciones en los procesos de sucesión y la dinámica de los ecosistemas» (2007, pág. 59). En este sentido, aun cuando existan medidas y acciones dirigidas a los impactos generados, las operaciones mineras realizadas en un territorio se consolidan como vestigios permanentes que narran la historia y origen de un sitio. Procesos que construyen paisaje «La historia es entendida como un proceso en sí misma, más que como un referente visual de forma, estilo o tipo. Las operaciones basadas en procesos entienden que el sitio es definido tanto por sus características físicas visibles como por sus historias acumuladas. Esto es especialmente importante en grandes parques porque ellos ocupan sitios que han sido transformados muchas veces en el curso de los siglos (...) Por lo tanto, la historia es una manera de entender las variadas fuerzas interactuando en un
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sitio. Planos de “condición existente” se expanden para incluir información sobre las estructuras formales de un sitio, pero también para revelar la trayectoria de un sitio hacia su condición presente» (Berrizbeitia, 2007, pág. 178).
En disciplinas como la arquitectura del paisaje, sitios como la mina Lo Aguirre han sido considerados como potenciales referentes de procesos históricos, ecológicos y sociales, y por tanto son vistos como una oportunidad para el desarrollo de lugares notables y únicos, con potenciales culturales y educativos, al mismo tiempo que como una oportunidad para resolver y discutir problemas ecológicos contingentes para nuestra sociedad. En este contexto, cabe preguntarse de qué manera la mina Lo Aguirre puede reconvertirse en un espacio público que permita responder a las dinámicas temporales del paisaje, a la recuperación ecológica del sitio y a la articulación con la ciudad de Santiago. Y en este sentido, cabe indagar cuáles son las estrategias operativas que guiarían su reconversión. En esta tesis, la respuesta se encuentra en la implementación de un Sistema Operativo de Contenciones Topográficas. Este sistema emerge, por una parte, al reconocer que en la construcción de una nueva topografía se encuentra el origen de los eventos de perturbaciones que se desarrollan en la superficie del terreno y bajo él. Por otro lado, dicho sistema surge al reconocer que estas nuevas topografías poseen el potencial de transformarse tanto en una expresión histórica, geológica y ecológica, como en una oportunidad programática. Así, la configuración del sitio puede ser entendida desde la construcción de una nueva topografía como el elemento estructurante de su paisaje. El término paisaje, objeto de múltiples interpretaciones y definiciones, proviene del griego topia. Sin embargo en la retórica del mismo origen «no existe un término que se aproxime al concepto de paisaje, aunque sí a la descripción de lugar», que se encuentra en estrecha relación con el concepto de “topografía” como lugar real y al concepto topotesia como lugar ficticio (Martínez Silva & Museo Histórico Nacional, 2011, pág. 160). Dicho carácter ficticio, artificial o imaginado, determina que la topografía, al igual que el paisaje, puede ser entendida a partir de diferentes perspectivas y en función de aquellos procesos que la hayan determinado tanto física como cultural e históricamente. En este contexto, la topografía se convierte en un componente del paisaje en la medida que es capaz de ser una herramienta para la interpretación de la historia de un sitio; en la medida que a través de ella es posible organizar y dar cabida a una serie de procesos ecológicos, culturales y sociales; y en la medida que permite la evolución en el tiempo de los ecosistemas que lo habitan. De esta manera, y en el marco de esta investigación, son tres los procesos que han dado forma al paisaje minero expuesto.
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A partir del interés por la exploración y reconocimiento de las condiciones minerales del territorio nacional, en 1848 Amado Pissis recibe el encargo de realizar una descripción mineralógica y geológica del territorio nacional, lo que constituye una forma de establecer un orden y exponer el paisaje existente (Martínez Silva & Museo Histórico Nacional, 2011). Dicha representación, al mostrar la condición mineral del territorio, revela su potencial para la extracción de sus recursos.
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Consecuentemente, un segundo proceso corresponde a la explotación minera, actividad que, a partir de una lógica operativa de extracción y depósito, modela la fisonomía del sitio y despliega nuevos componentes en él. Los elementos que configuran su paisaje conforman tres zonas operativas —extracción, procesamiento mineral y depósito—, las que albergan diversos elementos, los cuales son considerados como “escenarios topográficos”, donde destaca el surgimiento de una ecología espontánea en un territorio alterado por la actividad humana. En este contexto, un tercer proceso es la adaptación y coexistencia de los sistemas bióticos y abióticos, dinámicas definidas por el arquitecto David Leatherbarrow como el «metabolismo de un lugar y de un paisaje» (2004, pág. 10), haciendo referencia a una reacción frente a factores climáticos y procesos ecológicos. En conjunto, las operaciones que se llevan a cabo configuran un nuevo hábitat, revelan identidades geológicas latentes e intrínsecas en su composición geográfica y condicionan la relación entre el sitio, su entorno y la ciudad. De esta manera, son lugares que expresan características únicas y donde los sistemas ecológicos evidencian la voluntad de adaptación e interacción que desencadena la actividad productiva del cobre. Sistema operativo: contenciones topográficas Contener el paisaje es una estrategia y un modo de operar para programar un lugar en función de sus procesos, características, historias y componentes, para establecer la posibilidad de habitar un lugar y para activar múltiples tipos de ocupación. El sistema propuesto tiene por objetivo contener, para así guiar la evolución de los eventos de perturbación que se desarrollan en el sitio —desprendimientos de laderas y potencial activación de suelos y aguas contaminadas—, los que restringen su consolidación ecológica y su uso como espacio público. Su diseño e implementación surge a partir de la representación de las características del sitio y las dinámicas existentes en cada sector intervenido, actuando sobre la superficie del suelo y bajo él (Figura 2). Figura 2 Estrategias operativas de contención; sistemas de biobarreras, gaviones y plantación. Fuente: Elaboración propia.
Sistemas de contención
Plantación
Biobarreras
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Gaviones
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En este sentido, las contenciones topográficas funcionan como un recurso restaurador y activador, como una manera de programar el sitio para enfrentar eventos ecológicos, geológicos y humanos en un momento en que los procesos naturales agotan su capacidad de resiliencia frente a las perturbaciones generadas. En otras palabras, las contenciones topográficas se plantean como un tipo de infraestructura que opera más allá de su condición técnica, dado que su aplicación no sólo busca disminuir posibles riesgos, sino también aumentar la biodiversidad, relevar la topografía y potenciar la geodiversisdad existente generando nuevas oportunidades de uso que multipliquen los atributos del lugar, tanto en sí mismo como para la ciudad. Activación de un sitio como ejercicio proyectual «Los grandes parques (…) requieren una aproximación al diseño orientada desde el proceso, que no busca tanto proveer un plano definitivo para el sitio como guiar su transformación en un espacio recreacional público» (Berrizbeitia, 2007, pág. 175).
A partir de la premisa de que es imposible reconstruir las condiciones originales de un lugar con posterioridad a su intervención, el arquitecto del paisaje Alan Berger (2002) propone el concepto de “reclamación”, proponiendo la recuperación de “algo más” y, en este contexto, la construcción de un nuevo paisaje sobre uno ya construido, sin buscar volver a una condición anterior. Prácticas asociadas a la reclamación se encuentran en la construcción de grandes parques urbanos como una forma de reutilizar sitios despojados de usos anteriores. La arquitecto del paisaje Elizabeth Meyer explica que los grandes parques urbanos «a menudo se encuentran en las únicas tierras disponibles en las zonas metropolitanas: tierras industriales abandonadas u obsoletas (y a menudo contaminadas) tales como minas, canteras, instalaciones de tratamiento de agua, plantas de generación de energía, fábricas de acero, rellenos, bases militares y aeropuertos» (2007, pág. 59). Por su parte, la arquitecto del paisaje Anita Berrizbeitia señala que los grandes parques, a pesar de ser susceptibles a las dinámicas urbanas, «siguen siendo fundamentales para las ciudades, no sólo porque se hacen cargo de funciones ecológicas y de infraestructura que han sido desplazadas desde centros densamente construidos, sino porque son lugares distintos y memorables. Ellos absorben la identidad de las ciudades tanto como la proyectan, convirtiéndose en lugares reconocibles tanto social como culturalmente; únicos e irreproducibles» (2007, pág. 175). 20
En este contexto, desde la propuesta de un sistema de contenciones topográficas, surge como objetivo la reconversión del sitio a partir del diseño de un parque urbano, definido en esta tesis como un parque geo-minero2, como una estrategia experimental, como un modelo de activación y como una forma de reinterpretar el resultado de las intervenciones generadas por la actividad productiva del cobre. En consecuencia, la reconversión del sitio se propone como un cuarto proceso que daría forma al paisaje de la mina, comenzando por la implementación del sistema antes expuesto para luego definir múltiples modos de organizar el sitio (Figura 3). La manera de hacerse cargo de un sitio que cuenta con un área similar a la del cerro San Cristóbal es mediante la planificación y organización de zonas
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Figura 3 Planta e imágenes del proyecto Parque Geominero. Fuente: Elaboración propia.
de características ecológicas y topográficas similares, las que, sumadas a una trama lineal de dimensiones programáticas, intentan definir un parque para la recuperación ambiental y su articulación con las dinámicas urbanas. Replicabilidad de un sistema La propuesta de un modelo de intervención parte de la premisa de que la topografía es la estructura organizativa del paisaje, por ello se funda en una lógica de inserción puntual y sistemática, proponiendo desencadenar efectos transversales para la recuperación del sitio y generar efectos colaterales en la ciudad. Asimismo, el sistema operativo propuesto se define como replicable en cuanto a su objetivo y metodología de implementación, pero adaptable a las condiciones específicas de un sitio intervenido y modificado geomorfológicamente. Esto debido a la variedad de sitios existentes en similares condiciones en nuestro país, los que, tal como aquellos sitios de carácter principalmente productivo emplazados en la ciudad de Santiago y en sus cercanías, han visto modificada su geografía y su paisaje, convirtiéndose en potenciales lugares degradados y abandonados (Figura 4). 20
Aun cuando a una escala mayor la realidad de los sitios mineros es latente, cada uno de ellos conforma un marco territorial aún más amplio. En este sentido, hacerse cargo de ellos implica su articulación con respecto al territorio al que pertenecen, comenzando por su integración a estrategias territoriales y urbanas, estableciendo una sinergia entre usos y aceptado su condición de ruina y vestigio. Finalmente, la investigación, como método de abarcar un proyecto complejo e intrínsecamente multidisciplinar, buscó exponer la actividad minera más allá de su condición económica, valorando la riqueza mineral y su posible rol social y cultural, para plantear y generar una discusión desde la arquitectura del paisaje, abarcando tanto los procesos y conflictos ambientales como los procesos urbanos latentes y las necesidades de un paisaje con potencial programático en fragilidad.
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1/12 2/38
1/43
2/47
2/23
01 Mina de Cobre Los Bronces
2 / 47
9
02 Tranque de Relaves Ovejería
03 Extracción de Áridos Til Til
2/27
3/7 04 Tranque de Relaves Las Tórtolas
05 Planta de Cemento Polpaico
8 06 Cerro La Pedregosa 07 Planta de Cemento Melón 08 Fábrica de Ladrillos Princesa (Extracción de Áridos) 09 Ex vertedero Cerro Renca 10 Cantera de Cemento Melón 11 Ex Mina La Africana
Minas cercanas a ciudades Minas alejadas de ciudades
12 Arenales 13 Parque Errázuriz Ex Vertedero / Arenales 14 Mina s/n en Cerro Las Minas / Mina s/n Quebrada de la Plata 15 Relleno Sanitario Santiago Poniente 16 Extracción de Áridos / Minera Santa Laura / Áridos Chiguayante 17 Pozos de Áridos / Pozo Areneros 18 Cantera s/n Cajón del Maipo / Áridos Polpaico 19 Áridos Cajón del Maipo 20 Áridos Río Maipo 21 Extracción de Áridos - Cerro Las Cabras 22 Maestranza San Bernardo 23 Extracción de Áridos - Cerro Chena 24 Ex Vertedero Lepando y Áridos Lepando - Cerro Negro 25 Relleno Sanitario Santa Marta - Cerro Lonquén
0 100 500 1.000 m
— Trabajos citados Adasme Aguilera, C., et al. (2010). Pasivos ambientales mineros: Manual para el inventario de minas abandonadas o paralizadas. Recuperado el 30 de marzo de 2012, de Asociación de Servicios de Geología y Minería Iberoamericanos: http://www.asgmi.org/wp-content/uploads/2013/02/Manual_Inventario_ PAM_Completo.pdf Berger, A. (2002). Reclaiming the American West. Nueva York: Princeton Architectural Press. Berrizbeitia, A. (2007). Re-Placing Process. En J. Czerniak, & G. Hargreaves (Eds.), Large Parks (págs. 175-197). Nueva York: Princeton Architectural Press. Leatherbarrow, D. (2004). Topographical stories studies in Landscape and Architecture. Filadelfia: University of Pennsylvania Press. Martínez Silva, J. M., & Museo Histórico Nacional. (2011). El paisaje chileno: Itinerario de una mirada. Colección de dibujos y estampas del Museo Histórico Nacional. Santiago: Museo Histórico Nacional. Meyer, E. K. (2007). Uncertain Parks: Disturbed Sites, Citizens, and Risk Society. En J. Czerniak, & G. Hargreaves (Eds.), Large Parks (págs. 104-135). Nueva York: Princeton Architectural Press. Zuñiga, A. I. (2009). El futuro de la minería en Chile. Cochilco; Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Recuperado el 1 de abril de 2012, de: www.cochilco.cl
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Figura 4 Representación de sitios mineros abandonados, paralizados y cerrados en Chile y representación de sitios productivos en la cuenca de Santiago. Fuente: Elaboración propia en base a Caminos Zona Central (Bases SIG), Plano de Curvas de Nivel cada 10 m y documento “Pasivos ambientales mineros: Manual para el inventario de minas abandonadas o paralizadas” (Adasme Aguilera et al., 2010).
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Energía, infraestructura y paisaje. Ocupación y reconversión paisajística de las infraestructuras urbanas de movilidad a partir de nuevos modelos energéticos en base a las energías renovables no convencionales. Caso: Autopista Américo Vespucio
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Andrés San Martín INSTITUCIÓN
Universidad Diego Portales E-MAIL
andres.sanmart@gmail.com ÁMBITO
Sustentabilidad y Eficiencia
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Resumen Las temáticas de la energía y las infraestructuras urbanas han sido abordadas desde variados enfoques por diversas disciplinas, pero, como un nuevo concepto híbrido, no han presentado hasta ahora un interés particular bajo las nociones de paisaje en que se fundan los conceptos de energía e infraestructura. El objetivo de esta investigación radica en entender el rol del “diseño” en la implantación de los dispositivos ERNC, o lo que llamaremos “proyecto de paisaje”, mediante operatorias capaces de generar mejoras productivas y estéticas en las nuevas tecnologías ERNC que se insertan en grandes elementos urbanos, como las autopistas, proponiendo una nueva percepción acerca del paisaje y modificando la imagen de estas infraestructuras, dando así una nueva identidad positiva a su elemento soportante. Palabras Clave ERNC, infraestructura, paisaje, autopistas
— Introducción Las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) se han posicionado como una solución frente a las problemáticas generadas por las energías convencionales (petróleo y carbón), las cuales ocasionan graves impactos medioambientales con importantes repercusiones sociales, políticas y paisajísticas que se extienden a los distintos territorios que atraviesan a lo largo de su cadena productiva (extracción, procesamiento, transporte y consumo), al mismo tiempo que son una alternativa a la dependencia de materias primas extraídas en territorios altamente inestables (Medio Oriente). Esta propuesta plantea la disposición de nuevos modelos energéticos ERNC en las grandes fuentes de consumo, como lo son las ciudades, logrando una correspondencia territorial integral, donde los mismos territorios que consumen energía son capaces de generarla, estableciendo una lógica de sostenibilidad ampliada, evitando la alta dependencia de recursos de otros territorios, tanto nacionales como internacionales, y minimizando los impactos que esta dependencia genera actualmente. Las autopistas urbanas se perfilan como los mejores espacios disponibles para la implementación de este modelo ERNC, puesto que además de poseer grandes potenciales, principalmente solares, así como terreno a disposición, actualmente generan una percepción negativa a partir de una desvaloración paisajística, motivo por el cual no existiría una presión social negativa hacia este tipo de proyectos, como sí ocurriría con la ocupación de una plaza o un parque para este propósito.
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Sumado a esto, cualquier intervención que se haga bajo un determinado estándar de diseño arquitectónico establecerá una mejora en la calidad paisajística y perceptual de la infraestructura intervenida. De este modo, además de explotar los beneficios entregados por las ERNC, esta propuesta pretende generar una mejora en la calidad paisajística de las autopistas a partir del concepto de “integración
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armónica” (Ivancic, 2010), el cual establece una correcta relación tanto funcional como estética entre los nuevos dispositivos ERNC y el contexto que los soporta (en este caso, la autopista), logrando así una mejora en la calidad visual y otorgándole una nueva identidad positiva a estas infraestructuras de movilidad a partir de conceptos de sostenibilidad, conformando un precedente hacia el que debieran avanzar los diversos proyectos de infraestructura en las ciudades. Esta propuesta aplicada en las autopistas, tanto en lo que respecta al modelo ERNC como a sus criterios de implementación bajo un proyecto de paisaje, pretende establecer las bases para intervenir en cualquier autopista y/o infraestructura de movilidad a lo largo del mundo. El problema de las energías A raíz de las repercusiones medioambientales, sociales y políticas de la utilización de energías convencionales (petróleo, carbón, diésel, etc.), se ha considerado a las ERNC como las energías del futuro. Sin embargo, pese a sus virtudes y a su favorable condición de producción mediante estándares de sostenibilidad, las ERNC no han podido desarrollarse de manera completamente exitosa puesto que toda infraestructura genera un impacto en su medio, fenómeno del que no están exentas estas energías. Si bien es cierto que las sociedades actuales estiman necesarias las iniciativas que resuelvan los problemas medioambientales, esto no siempre tiene relación directa con asumir los costos que estos cambios requieren. Entendiendo que las ERNC son necesarias y deben convertirse en una alternativa real para la diversificación de la matriz energética, se deben desarrollar nuevos escenarios bajo el concepto de “sostenibilidad ampliada”, en los cuales el diseño de implantación juega un papel fundamental en el modo en que se implementan las ERNC en el espacio, atendiendo de esta manera al problema que suscitan estas infraestructuras en el paisaje. Al igual que en otros procesos productivos, el grado de armonía con el entorno se refleja en un paisaje que podríamos llamar “saludable” o con “identidad”, es decir, que repercute de manera positiva y/o forma parte de la sociedad. Desde el punto de vista del “proyecto de paisaje”, el problema no se centra en una cantidad determinada de energía a generar, sino en el diseño de una estrategia para integrar los sistemas de generación con los paisajes en los que se implantan. Esto es de suma importancia si consideramos que las principales presiones sociales que enfrentan los proyectos energéticos están vinculadas a la pérdida de valor de los paisajes nacionales ante la intervención de dichos proyectos (como se vio reflejado en la campaña “Patagonia Sin Represas”, desarrollada en contra de las líneas de transmisión del proyecto HidroAysén).
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Actualmente, en el mundo los proyectos de energización basados en ERNC muestran, en su mayoría, una falta de vinculación con sus contextos inmediatos. En muy pocos podemos encontrar una reflexión proyectual que critique o cuestione la falta de integración entre las infraestructuras productivas y el área que requieren con otros usos y externalidades que podrían generar. Son pocos los casos en los que se logra que la inversión y los esfuerzos destinados al instalar una planta de generación de energía renovable sirvan también, por ejemplo, como espacio público (como es el caso de la Pérgola Fotovoltaica del Fórum de Barcelona).
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El problema central de esta investigación es atender a esta necesidad de plantear nuevos escenarios para el desarrollo de proyectos integrados que permitan pensar en las ERNC como una oportunidad para generar energía y un paisaje con valor agregado, al que se ha denominado “Energyscape” (Ivancic, 2010). Asimismo, la investigación pretende reflexionar sobre el rol que puede cumplir el correcto diseño de la implantación y la “integración armónica” (Ivancic, 2010) de estos dispositivos/ infraestructuras hacia su soporte/contexto, teniendo en cuenta, como eje central, el diseño del paisaje generado. Esto es, pensar que las externalidades podrían o no estar vinculadas a un programa. Si el problema es resuelto desde la escala del paisaje, incluso podríamos prescindir de la necesidad de un programa de carácter público para generar la vinculación entre la sociedad y el modelo productivo. Respecto a las presiones sociales en contra de proyectos como HidroAysén, donde se critica el impacto generado en amplios territorios por las líneas de alta tensión, es necesario pensar en un modelo con correspondencia territorial integral (que las ERNC permiten), donde el territorio de consumo eléctrico es el mismo que el que genera la energía. De este modo se inhibe la externalización de los impactos de las infraestructuras hacia territorios que no serán abastecidos, y además se minimizan los impactos paisajísticos a gran escala que producen las infraestructuras de transmisión, limitando éstos a áreas bastante más acotadas como lo es una ciudad. En este sentido, la ciudad de Santiago se perfila como un caso atingente por ser el territorio con mayor consumo energético y mayor dependencia (78 por ciento) de otros territorios, estableciéndose como una ciudad insostenible (INE, 2010, 2011, 2012). Para la implementación de las ERNC es necesario identificar algunos requerimientos de base. En resumen, estos son, primero, la disponibilidad del recurso de base a partir del cual opera el dispositivo de ERNC (radiación solar, viento, movimiento marino, existencia de fluido geotermal); y segundo, la disponibilidad de terreno en concordancia con los potenciales mínimos de los recursos requeridos. Con el propósito de enfocar el trabajo de investigación en el desarrollo de nuevos escenarios proyectuales, se ha definido que el área de implementación permita una mayor exploración proyectual. Es decir, se opta por un territorio desvalorizado en el que una correcta iniciativa de inversión para un cambio sea considerada como un aporte para superar su estado de deterioro. Dicho de otra manera, se opta por paisajes “enfermos” que se presentan como una oportunidad al estar desprovistos de las presiones propias de las áreas consolidadas. Las infraestructuras en el territorio Se establece que las autopistas urbanas son los mejores espacios disponibles para funcionar como soporte de las ERNC por ser “franjas” continuas de infraestructuras intra-urbanas, insertas en los mismos puntos de consumo (correspondencia territorial), además de configurarse bajo los requerimientos necesarios para la generación de ERNC a gran escala. Entre estos requerimientos destacan los siguientes: a) disponibilidad y potencial de los recursos renovables (óptimos índices y exposición a radiación solar); b) grandes áreas para la captación con recursos renovables; c) terrenos Fiscales bajo el modelo de “Ley de Concesiones de Obras Públicas”; d) afectación a todas las Comunas 32/32 (por tanto equidistancia hacia cualquier punto de consumo energético); e) degradación paisajística de la infraestructura sin una identidad positiva.
Paisaje y Territorio
21
213
Para esta investigación se ha seleccionado trabajar específicamente con la autopista Américo Vespucio. Bajo los puntos anteriormente mencionados, la autopista Américo Vespucio es considerada como generadora de uno de los paisajes con más alta carga de valor negativo en Santiago. Por otra parte, desde el punto de vista de las solicitudes técnicas de las ERNC, la autopista Américo Vespucio se presenta como un espacio ideal en la medida en que cuenta con terrenos disponibles continuos, con una amplia cobertura comunal, con accesibilidad privilegiada y con una amplia red de conexiones a grandes polos distribuidos a lo largo del anillo. De esta forma, la autopista se propone como un “soporte” para el diseño de un modelo integral, es decir, uno que contemple la generación, la transmisión y el empalme para el consumo, lo que le permitiría aspirar a convertirse en un modelo de energización alternativa para Santiago y el resto de las ciudades nacionales. Intervención multiescalar La intervención se desarrolló en dos escalas. La primera, el desarrollo de un plan general, a modo de plan maestro para todo el anillo Américo Vespucio. La segunda escala corresponde al desarrollo de un tramo específico en el que se generará una serie de pruebas de configuraciones de intervención y donde se evaluará, respecto a criterios paisajísticos, la mejor opción para el territorio específico. Como producto adicional, útil para la investigación, se realizó un análisis paisajístico de las tipologías de autopista, el cual determinó, mediante la evaluación por criterios físicos, la caracterización singular de cada tramo de la autopista, develando las similitudes, diferencias, grados de intervención, degradación y relación con el contexto (Figura 1). Como resultado de esta investigación, puesta a prueba por el proyecto, se evaluó cuáles son los reales aportes que pueden generar las ERNC en contextos urbanos a partir de la ocupación de las autopistas urbanas, y cómo éstas pueden ser capaces de reconvertir el paisaje que actualmente generan estas infraestructuras a partir de la creación de un paisaje energético vinculado a ellas. El Proyecto: “Autopista Energética” Si tuviésemos que instalar un modelo energético ERNC en un área urbana, debemos preguntarnos cuáles aspectos debemos considerar para que el proyecto responda a las problemáticas propias de la integración con la ciudadanía, así como al cambio de significación en la imagen de la infraestructura en función de un desarrollo energético-urbano sostenible. El problema central de esta investigación radica en resolver si es posible, y mediante qué criterios, vincular proyectos ERNC en contextos urbanos específicos (para este caso, las autopistas urbanas), teniendo en cuenta su situación contextual, funcional, morfológica y normativa.
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Del mismo modo, debemos plantearnos cuáles son los reales aportes que pueden suministrar nuevos modelos ERNC insertos en estos contextos, y cómo éstos pueden ser capaces de reconvertir la imagen actual de estas infraestructuras a partir de la generación de un nuevo paisaje energético con un profundo carácter de sostenibilidad vinculado a ellas.
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Arquitectura no es sólo obra
0
1.000
Tipología autopista Abierta (nivel natural) Trinchera Paso sobre nivel natural
2.500
5.000 m
Bordes autopista
Usos de suelo
Edificado Consolidado industrial No consolidado Metro
Áreas verdes metropolitanas Residencial mixto Industrial Zonas de seguridad / agrícola
Topología autopista
Metro asociado
Faja reserva vial
Usos bordes
Nº áreas residuales
Residencial
0 área
Metro elevado
Borde edificado Faja verde
Área verde
1 área
Metro subterráneo
Borde no consolidado
Industrial
2 áreas
Seguridad
3 áreas
Abierta
Metro abierto
Trinchera Sobre nivel Nodo Abierta+Nodo
21
El proyecto realizado, “Autopista Energética”, es una propuesta basada en el concepto de productividad sostenible de los paisajes y territorios. Como se ha dicho, la idea principal se basa en la utilización de las áreas residuales y subutilizadas de las autopistas urbanas para la implementación de un modelo energético ERNC que satisfaga la demanda energética de los territorios urbanos aledaños a estas infraestructuras, reduciendo los impactos generados por la generación eléctrica convencional y la transmisión por territorios extra urbanos.
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Figura 1 Tipologías de paisaje de Autopista Américo Vespucio. Fuente: Elaboración propia.
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La proposición de generar este modelo energético a partir de la ocupación de las autopistas urbanas en Santiago se perfila como una oportunidad sostenible para desarrollar proyectos energéticos dentro de áreas urbanas como medio de diversificar la matriz con fuentes limpias y estables. Por tanto, se plantea el desafío de construir un nuevo imaginario para la puesta en valor de la infraestructura de movilidad como agente de progreso integral.
Figura 2 Emplazamiento del proyecto. Fuente: Elaboración propia.
Esta nueva identidad, asociada a las tecnologías “verdes”, apunta a reducir la imagen negativa asociada a las infraestructuras, convirtiéndolas en un soporte privilegiado de un proyecto que aporta a la eficiencia energética, sin afectar en ningún caso la funcionalidad de la autopista y entregando esta nueva concepción positiva de “identidad verde” al elemento urbano. De este modo, el diseño físico de la intervención se perfila como factor secundario, en la medida en que cualquier intervención realizada bajo la lógica planteada no tiene menos que aportar a la valoración de la infraestructura. Aun así, la expresión físico-espacial o su disposición “estética” dentro del contexto específico se conforma como una variable de diseño. Si se realiza de mejor manera, los aportes positivos del proyecto final serán mayores. Con tal incentivo, esta investigación se centra en probar y/o evaluar cómo sería una autopista urbana con un proyecto de este tipo asociado. —
Figura 3 Imagen Objetivo. Áreas Residuales. Fuente: Elaboración propia.
Trabajos citados INE (2010).
Distribución de energía eléctrica por región. Santiago: INE. INE (2011). Generación de energía por región. Santiago: INE. INE (2012). Resultados preliminares Censo 2012. Santiago: INE. Ivancic, A. (2010). Energyscapes. Barcelona: Gustavo Gili.
21
216
Arquitectura no es sólo obra
Figura 4 Imagen Objetivo. ร reas Residuales. Fuente: Elaboraciรณn propia.
Figura 5 Imagen Objetivo. Autopista. Fuente: Elaboraciรณn propia.
Figura 6 Imagen Objetivo. Autopista. Fuente: Elaboraciรณn propia.
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La geografía como paisaje marginal. Cerros isla en la cuenca metropolitana (1910-2010)
22 AUTOR
Paula Aguirre INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile E-MAIL
piaguirr@uc.cl ÁMBITO
Paisaje y Territorio
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Arquitectura no es sólo obra
Resumen El artículo presenta veinticuatro cerros isla, elementos geográficos que han pasado a ser característicos del paisaje de Santiago. Esta transformación ha tenido como principal agente al hombre, quien los ha administrado e incorporado a la ciudad construida. Mediante la representación cartográfica, las funciones históricas y la planificación urbana, se describe el proceso de transformación en dos etapas. La primera, entre 1910 y 1950, se caracteriza por la incorporación de los cerros mediante proyectos (la plaza aérea del Santa Lucía y el Parque Metropolitano del San Cristóbal). La segunda, entre 1950 y 2010, integra a la planificación múltiples ejemplares como áreas verdes a través de la normativa vigente hasta hoy. Como resultado, los cerros pasan de ser elementos protagónicos a construir un paisaje marginal en Santiago. Palabras Clave Cerros isla, paisaje, geografía, transformación — El sábado 5 de septiembre de 2009, el diario El Mercurio publicaba dos artículos en relación a los cerros isla: “Convertidos en parques, los municipios los asumen como vitales para sus vecinos: Accesos, seguridad y reforestación, los temas prioritarios de los cerros isla del Gran Santiago” (Zúñiga & Silva, 2009) y “Cartera apunta a convertirlos a todos en ‘pulmones verdes’: Vivienda cuenta con 12 cerros isla regulados” (Zúñiga, 2009). El primer artículo enfatizaba la gran cantidad de visitantes que recibían los cerros isla y afirmaba que su accesibilidad, seguridad y reforestación eran los temas vitales para consolidar esta ocupación. El segundo artículo, por su parte, anunciaba que doce de los cerros isla en la cuenca estaban normados como áreas verdes y parques. Ambos planteaban la recuperación de los cerros como una noticia de actualidad. La contingencia constituyó el punto de partida de esta investigación. ¿Cuáles eran los cerros isla al interior de Santiago, donde se ubicaban, en qué estado se encontraban en 2010 y cuál era su rol como elementos urbanos? El Santa Lucía, hito geográfico de la fundación de Santiago, convertido en paseo urbano, y el San Cristóbal, la cumbre más alta de un cordón montañoso que ingresa a la cuenca desde la cordillera de Los Andes, convertido en el mayor parque urbano de la ciudad, eran los dos cerros que los ciudadanos identificaban unánimemente como cerros isla en Santiago. Otros pocos identificaban también al abandonado cerro Blanco. Lo cierto es que estos tres casos constituían los ejemplares presentes en Santiago desde 1910. Sin embargo, como se observa en la Figura 1, la expansión urbana había sumado, hacia 2010, dieciocho nuevos ejemplares, la mayoría desconocidos por los habitantes.
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Mientras el Santa Lucía y el San Cristóbal formaban y forman hasta hoy parte del “paisaje natural” de la ciudad, los dieciocho cerros restantes presentaban un panorama casi tan diverso como sus escalas y morfologías. El Calán se encontraba rodeado por el tejido urbano y tenía un camino para ascender a su cima, donde se
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Figura 1 Crecimiento de la mancha de Santiago entre 1910 y 2010. Fuente: Elaboración propia.
localiza el Observatorio Astronómico Nacional. El resto de su territorio conservaba su vegetación agreste. La ladera oriente del Apoquindo se encontraba remontada por el tejido urbano. El Alvarado se encontraba urbanizado con departamentos de lujo que habían modificado visiblemente su geografía. El Renca ostentaba, desde 1987, una cruz en su cima, y los peregrinos habían dejado múltiples huellas en sus laderas Oriente, Sur y Poniente. En la ladera Norte, en cambio, funcionó hasta principios del 2000 un vertedero que intentaba recuperarse como área natural. Desde hace un par de años, junto a su cruz era posible observar en enormes letras blancas la frase “Renca la lleva”. En los cerros era posible encontrar huellas construidas, espacios abandonados y programas diversos: canteras, parques, viviendas, santuarios, autopistas, antenas, basurales, observatorios y estanques de agua. Como afirman Mackenney y Ulriksenen en “Los cerros isla en la memoria colectiva de Santiago”: «El crecimiento de la ciudad los ha incorporado de formas diversas: generando parques, urbanizándolos o tomándolos como terrenos disponibles al momento de expandir la vialidad» (2009, pág. 88). ¿Por qué los cerros isla, elementos geográficos característicos del paisaje de la cuenca metropolitana, tenían en 2010, a pesar de estar incorporados como “áreas verdes” en los planes urbanos desde 1960, como se constató en el artículo del diario, un rol secundario y una vocación indefinida como elementos de paisaje al interior de Santiago? Se plantearon dos hipótesis. Primero, que si bien los cerros isla eran accidentes geográficos, los instrumentos de planificación desconocían su geografía y paisaje natural. Se superponían a los cerros zonificándolos como áreas verdes y representándolos como zonas artificialmente plantadas. En consecuencia, la ciudad avanzaba sobre ellos como si fuesen una zona más del área urbana y no un accidente en el territorio.
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La segunda hipótesis es que la incorporación de los cerros isla como áreas verdes al interior de la ciudad había determinado una imagen de paisaje ideal, no necesariamente local. Para calzar con este requisito, los cerros requerían transformar su paisaje a uno “verde”. De no hacerlo, no se les reconocía como tales, impidiéndose su integración como elementos de paisaje.
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Arquitectura no es sólo obra
Para dilucidar las causas que determinaban el panorama de los cerros en 2010, la investigación realizó una reconstrucción del proceso de transformación en tres etapas. La primera, cartográfica, con el fin de constatar las huellas de la construcción territorial; la segunda, histórica, para dilucidar los programas que dan origen a esta superposición de huellas y reconocer los roles históricos que los cerros han tenido; y por último, la conceptual, para comprender cómo los cinco planes urbanos que han regido históricamente en Santiago (el Plan de Vicuña Mackenna de 1875, el de Brunner de 1934, El PRIS de 1960, el decreto 420 de 1979 y el PRMS de 1994), han conceptualizado lo que significa ser un cerro inserto en el área urbana. «La verdadera grandeza del ámbito de Santiago era y es hoy también geográfica, que no arquitectónica» (Pérez de Arce, Astaburuaga, & Rodríguez, 1993, pág. 4). A continuación se presentan, asociados a una secuencia de palabras clave, los resultados de la reconstrucción cartográfica. El objetivo de esta tarea en particular fue reconocer, a través de variadas técnicas de representación, a los cerros isla como un paisaje natural característico de la cuenca que, como bien afirman Pérez de Arce, Astaburuaga y Rodríguez, constituye la verdadera grandeza de la ciudad, para posteriormente describir el proceso de transformación física que tuvieron desde la fundación de la ciudad hasta el 2010. Las cartografías se elaboraron en tres momentos históricos. El primero, pre 1910, en lo que se consideró como un momento indefinido en que la cuenca había concluido su formación geográfica pero se encontraba todavía deshabitada; 1910, momento en que se contaba con un valle habitado y subdividido, pero donde aún no se suscitaba el crecimiento urbano; y 2010, que retrataba el panorama actual con múltiples cerros incorporados a la ciudad construida por el hombre y cinco planes urbanos ya implementados sobre la ciudad. El análisis en dichas etapas se realizó en dos encuadres: el de la cuenca en su totalidad y el de cada cerro como elemento particular. Tipología En el primer encuadre, en el momento previo a 1910, se dibujó, como se observa en la Figura 2, una línea uniendo los puntos en que la pendiente superaba el diez por ciento. La cartografía determinó la existencia de 24 cerros isla en el área de estudio. Los casos no fueron reconocidos sólo mediante la observación, sino que la muestra se complementó incorporando cerros clasificados por la normativa como islas pero cuyo estado de aislación según esta cartografía no era tal. La repetición y la proliferación de geografías de altura desprendidas de la cordillera permitieron definir a los cerros como una tipología territorial propia y característica de la cuenca metropolitana, cuya presencia se concentraba y se hacía más evidente en el sector Nororiente. Diversidad En el segundo encuadre, previo a 1910 (Figura 3), se aislaron los 24 cerros. Si bien en el encuadre anterior, por definición y cantidad, se los catalogó como una tipología, en la observación por elemento se identificaron las característicasparticulares de cada cerro en términos de escala, morfología de límites, geografía interna y condición geográfica de aislamiento. En relación a la escala se reconocieron situaciones disímiles como el tamaño en planta del Santa Lucía, que cabe más de 300 veces en la fusión de los cerros Colorado y Renca. En relación a su geografía también se identificaron situaciones diversas, desde la
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22
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Cerro Loma Suave
Cerro El Manzano Cerro Del Medio Cerro Manquehue
Cerro Dieciocho Cerro Colorado Cerro Renca
Cerro Alvarado Cerro Punta Mocha
Cerro Los Piques Cerro Calán Cerro Apoquindo
Cerro San Luis Cerro Amapola
Cerro Chacarillas Cerro San Cristóbal
Cerro Lo Aguirre
Cerro Santa Lucía Cerro Chico
Cerro Jardín Alto Cerro Santa Rosa Cerro Chequén
Cerro Chena
Cerro La Ballena Cerro Hasbún Cerro Las Cabras Cerro Adasme
Figura 2 Geografía de cerros isla en la cuenca metropolitana. Fuente: Elaboración propia.
Cerro Los Morros
Cerro Negro
Cerro Lo Herrera
posición de las cumbres hasta el grado de pendiente en sus laderas. Por último, un factor que diferenció de manera fundamental los casos de estudio es lo que se definió como “condición geográfica”. Se determinaron tres condiciones según el grado de aislamiento. Con el número uno se catalogó a los cerros puramente isla, aquellos que se encuentran desprendidos de las cordilleras. Con el dos se designó a los “cerros península”, aquellos que quedan parcialmente unidos a otra geografía de altura. Y con el tres se distinguió a los “cerros farellón”, aquellos que no logran desprenderse de la cordillera pero cuya cumbre es reconocible dentro de la geografía mayor. Se estimó que escala, morfología y condición geográfica eran factores determinantes en el modo en que la ciudad se encontraba con las topografías y en las características de los proyectos que podían recibir. Un cerro farellón, por ejemplo, no podía ser rodeado por la ciudad y un cerro península podía extender sus proyectos hasta la cordillera. Por este motivo, a pesar de que los cerros isla son una tipología, no podían considerarse como territorios equivalentes entre sí.
22
Sistemas Después de aislar los veinticuatro cerros se trasladó su cumbre al centro del encuadre con el fin de observarlos en relación a su entorno inmediato, imagen
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1
Cerro Lo Aguirre Cerro Chico
1
Cerro Chena
3
Cerro Manquehue
1
Cerro Renca Cerro Colorado
2
Cerro San Cristóbal Cerro Chacarillas
2
Cerro Alvarado
1
Cerro Del Medio
2
Cerro Apoquindo
3
Cerro Dieciocho
1
Cerro Negro
1
Cerro Calán
1
Cerro La Ballena
2
Cerro Chequén
1
Cerro Amapola
1
Cerro Los Piques
1
Cerro Los Morros
1
Cerro Las Cabras
1
Cerro Adasme
1
Cerro San Luis
1
Cerro Blanco
3
Cerro El Manzano
1
Cerro Hasbún
1
Cerro Santa Lucía
1
Cerro Punta Mocha
que se muestra en la Figura 4. Mientras en los de mayor tamaño el encuadre sólo permitió abarcar al elemento, en los más pequeños se identificaron relaciones con otras piezas geográficas próximas.
Figura 3 Categorías morfológicas de los veinticuatro cerros isla. Fuente: Elaboración propia.
Se constató una escasa distancia entre el San Cristóbal y el Blanco (1.467 metros de cumbre a cumbre y 358 metros entre los límites de perímetro), pudiendo interpretarse el más pequeño como un desprendimiento del cordón del San Cristóbal. En torno al cerro Del Medio se identificó un llano rodeado de geografías de altura con el cerro localizado en su centro geográfico. El sistema apareció como una cuenca menor dentro de la metropolitana. El cerro Calán se identificó como un desprendimiento de una puntilla de la cordillera de Los Andes que tiene como punto culmine el cerro Apoquindo. Se localizó a la cumbre del cerro Alvarado coincidente en sentido Norte-Sur con la cumbre del Calán y levemente desplazado al poniente respecto al Del Medio, conformando entre los tres una línea de cumbres casi perfecta de Norte a Sur. Por último, el cerro La Ballena se identificó situado al inicio de la quebrada del río Maipo, en un punto central, siendo posible asociarlo tanto al sistema geográfico situado al Norte como al del Sur.
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Se estima que la identificación de esos “subsistemas geográficos” constituye un antecedente que complejiza al sistema de cerros isla observados en el primer encuadre.
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1
Cerro Amapola
Cerro Lo Aguirre Cerro Chico
2
Cerro Hasbún
7
Cerro Manquehue Cerro Alvarado Cerro El Manzano Cerro Dieciocho
Cerro Del Medio
Cerro Manquehue Cerro Alvarado Cerro El Manzano Cerro Dieciocho
Cerro San Luis
Cerro Apoquindo
Cerro Lo Aguirre
Cerro Amapolas
Cerro Del Medio Cerro Alvarado Cerro Los Piques
Figura 4 Cerros isla con la cumbre al centro del encuadre. Fuente: Elaboración propia.
Cerro Blanco
Cerro Manquehue
Cerro Renca Cerro Colorado
Cerro Dieciocho
Cerro Dieciocho Cerro Alvarado Cerro Calán Cerro Apoquindo
Cerro Los Piques
Cerro Negro Cerro Los Morros
Cerro El Manzano
Cerro Blanco Cerro Santa Lucía Cerro San Luis
Cerro Negro
Cerrillos San Bernardo
Cerro Chena Cerro Negro
Cerro San Cristóbal Cerro Chacarillas
Cerro Alvarado Cerro Los Piques Cerro Apoquindo
Cerro Manquehue Cerro Del Medio Cerro Los Piques Cerro Calán
Cerro Alvarado 12
Cerro Calán
CerroCerro La Ballena Adasme
17
Cerro Los Morros
Cerro Las Cabras
22
23
Cerro Hasbún
6
11
16
21
Cerro Del Medio Cerro Manquehue
5
10
15
20
Cerro San Cristóbal Cerro Santa Lucía
4
9
14
19
Cerro San Cristóbal
Cerro Alvarado Cerro Del Medio
8
13
Cerro Chequén
Cerro Chena
3
Cerro Blanco Cerro San Cristóbal
Cerro Santa Lucía
18
Cerro Chena Cerro Hasbún Cerrillos San Bernardo
24
Cerro San Cristóbal
Cerro Punta Mocha
Superposición En las cartografías de 1910 se observó una mancha urbana relativamente pequeña en relación al encuadre total. A pesar de esto, se identificaron trazados de caminos y subdivisiones territoriales en todo el territorio. De los veinticuatro cerros, sólo el Santa Lucía, el Blanco y el San Cristóbal se identificaron en contacto con Santiago. No obstante, se observó en todo el valle, tanto en los sectores urbanos como en aquellos no construidos, irregularidades en el trazado producto de la adaptación de éste a elementos geográficos como el río Mapocho y los cerros isla. Las cartografías de 1910 delataron una geografía de cerros superpuesta al trazado. En el caso del Santa Lucía, por ejemplo, se evidenció cómo la cuadricula que crecía regularmente en sentido Poniente-Oriente se quebraba al tropezar con la topografía.
22
Orientación En el segundo encuadre de 1910 (Figura 5), con los cerros isla desglosados, se encontraron huellas de poblados y de caminos de trazado recto en el entorno de tres cerros de gran escala: Lo Aguirre, Renca y Chena. Al norte de Lo Aguirre, entre éste y el cerro Amapolas, se identificó un camino proveniente de Santiago
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Arquitectura no es sólo obra
en sentido Oriente-Poniente. Junto al Renca se identificaron al Sur los poblados de Renca y El Perejil y al Oriente un camino proveniente de Santiago en sentido Sur-Norte. Al Oriente del Chena se localizó el poblado de San Bernardo y un camino proveniente de Santiago en sentido Norte-Sur. Al identificar los caminos, se constató que correspondían a las primeras huellas de actuales autopistas de éxodo de Santiago, la Ruta 68 hacia Lo Aguirre, la Autopista Eduardo Frei hacia el Renca y la Autopista Central hacia el Chena. Ambos hechos, la ubicación de poblados y la orientación de rutas, permitieron dar cuenta de la importancia que en 1910 tenían estas tres cumbres como hitos orientadores en un territorio llano como el de la cuenca. Privatización Si bien los conceptos de “superposición” y “orientación” identificados en 1910 dieron cuenta de un sistema urbano que reconocía la geografía sobre la cual se funda, se constató, en términos administrativos, una contradicción con este hecho. En las cartografías de 1910 presentadas en la Figura 5 se observó que el territorio de los cerros se encontraba graficado como superficie agreste con igual simbología que las áreas precordilleranas. Salvo los tres cerros que se encuentran en contacto con Santiago, no se constataron huellas evidentes de construcción humana. No obstante, en una mirada acuciosa se identificaron líneas finas uniendo puntos
0
1
5
10 km
21 7
3
9
6 24
Figura 5 Autopistas actuales que se orientan hacia las mayores cumbres de la cuenca. Fuente: Elaboración propia.
15 11
5
8
19
20 14
23
13
22
12
22 18
10
17
16
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altos en la geografía de los cerros. Al interior de la trama dejada por estas uniones había nombres, lo que confirmó la existencia de una división territorial sobre las topografías. El hallazgo se hizo particularmente evidente en los cerros de mayor escala: Lo Aguirre y Chena. Si bien los cerros no mostraban grandes intervenciones hacia 1910, las subdivisiones evidenciaban que éstos ya eran territorios privados. A pesar de constituir elementos reconocidos y superpuestos al trazado desde el punto de vista morfológico, administrativamente se trataba de territorios fragmentados. Palimpsesto Al construir las cartografías de 2010 se identificaron con claridad los principales trazados ya observados en los cerros y sus entornos en 1910. Las líneas generales de subdivisiones agrícolas y caminos no se habían borrado sino complejizado como en un palimpsesto. Para dar cuenta de este hecho, se realizó una cartografía mixta en que se localizaron las planchetas de cerros de 1910 y se completaron los vacíos con el plano de calles del 2010. Fue posible observar una continuidad entre ambas cartografías. Es relevante mencionar que de esta cartografía se extrajeron las capas informáticas que permitieron identificar las continuidades de los caminos orientados a las cumbres de los cerros Lo Aguirre, Renca y Chena. Remonte A pesar de que las principales huellas se mantienen por casi un siglo, en la reconstrucción cartográfica de 2010 se identificaron nuevas huellas que rompen la superposición de las topografías sobre el tejido y remontan a los cerros isla, como es posible observar en la Figura 6. En 2010 prácticamente todos los cerros se reconocieron remontados por la ciudad, muchos de ellos con sus límites desdibujados. Se visualizaron situaciones diversas en dichos remontes. Sobre el cerro Renca se identificaron múltiples caminos para acceder a puntos específicos, casi siempre localizados en la cumbre. Se identificó además un camino de cruce en el punto más angosto. Sobre el Alvarado se identificaron pequeños remontes de tejido y un camino de cruce en su punto de unión con el Manquehue. En el caso del Apoquindo se observó un remonte de tejido con toda su complejidad. Conclusiones La reconstrucción cartográfica por momentos históricos permitió visualizar que hasta 1910 los cerros isla constituían elementos superpuestos al trazado. El crecimiento de la ciudad encontraba en ellos un obstáculo y además constituían topografías orientadoras para el trazado de caminos de éxodo e ingreso a la ciudad. A pesar de que estas dos constataciones establecieron que se les reconocía como unidades topográficas íntegras, su división administrativa en paños de propiedad contradecía este hecho, dando cuenta de territorios fragmentados. Es esta última condición la que incide en el desarrollo futuro de estas topografías que comienzan a ser remontadas por la ciudad de manera desorganizada. La diversidad morfológica de los remontes que se observan hacia 2010 (caminos de acceso, caminos de cruce y tejidos complejos) sugiere la existencia de una diversidad de usos y funciones sobre las topografías. Éstas, por su parte, pueden bien ser la
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Cerro Lo Aguirre Cerro Chico
Cerro Chena
Cerro Manquehue
Cerro Renca Cerro Colorado
Cerro San Cristóbal Cerro Chacarillas
Cerro Alvarado
Cerro Del Medio
Cerro Apoquindo
Cerro Dieciocho
Cerro Negro
Cerro Calán
Cerro La Ballena
Cerro Chequén
Cerro Amapolas
Cerro Los Piques
Cerro Los Morros
Cerro Las Cabras
Cerro Adasme
Cerro San Luis
Cerro Blanco
Cerro El Manzano
Cerro Hasbún
Cerro Santa Lucía
Cerro Punta Mocha
consecuencia de muchos actores superponiendo múltiples intereses particulares sobre un territorio único, el cerro.
Figura 6 Cerros remontados por la trama urbana en el 2010. Fuente: Elaboración propia.
Este artículo se desprende del trabajo de investigación desarrollado por Paula Aguirre en el contexto del Magíster de Arquitectura del Paisaje de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
— Trabajos citados Mackenney, O., & Ulriksen, K. (2009). Los cerros isla en la memoria colectiva de Santiago. ARQ (71), 88-91. Pérez de Arce, R., Astaburuaga, R., & Rodríguez, H. (1993). La montaña mágica: El cerro Santa Lucía y la ciudad de Santiago. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Arquitectura. Zúñiga, V. (5 de septiembre de 2009). Vivienda cuenta con 12 cerros isla regulados. El Mercurio, Santiago, pág. C 13. Zúñiga, V., & Silva, R. (5 de septiembre de 2009). Accesos, seguridad y reforestación, los temas prioritarios de los cerros isla del Gran Santiago. El Mercurio, Santiago, pág. C 12.
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Valoración del patrimonio arquitectónico moderno en Chillán. El caso de la estación de ferrocarriles
23 AUTORES
Alexander Bustos Mauricio Cuevas INSTITUCIÓN
Universidad del Bío-Bío E-MAIL
alexanderbustos@gmail.com ÁMBITO
Historia y Patrimonio
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Resumen La estación de Chillán es un exponente representativo de la identidad arquitectónica de esta ciudad, moldeada por las ideas racionalistas aplicadas en la reconstrucción post terremoto de 1939. Sin embargo, la forma inapropiada en que se reparó luego del terremoto de 2010 evidenció una tensión entre el valor asignado por los expertos y el que reconoce la ciudadanía. Con base en la documentación de estos valores, se aplicó una encuesta para conocer la percepción chillaneja, concluyéndose que el aprecio por ésta y otras obras del período reside sólo en un arraigo emocional, y no en el reconocimiento de una arquitectura moderna propia de Chillán —surgida precisamente tras el “terremoto de Chillán”—, desconocimiento que atenta contra su adecuada valoración y preservación. Palabras Clave Patrimonio industrial, ferrocarril, movimiento moderno, terremoto — Introducción La Estación de Ferrocarriles de Chillán, proyectada en 1940, es un edificio representativo de un momento clave en la historia regional y nacional. Dos grandes variables se conjugaron en su concepción: la reconstrucción post terremoto de 1939 y la pujanza del sistema de transporte ferroviario. Ambas hallaron la respuesta más pertinente en el ideario de la arquitectura moderna, resolviéndose con un diseño racionalista que, por su calidad, ha tenido lugar en diversas publicaciones dedicadas a la arquitectura de la zona. Sin embargo, la imagen de la estación se ha deteriorado con el tiempo, junto con todo el conjunto ferroviario, por una falta de mantención que vino aparejada con la pérdida de protagonismo del tren. El sismo del 27 de febrero de 2010 añadió graves daños a su obsolescencia funcional, los que se focalizaron en su torre y segundo nivel, dejando a la obra en una condición de alta vulnerabilidad (Figura 1).
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Tomando en cuenta que estas circunstancias obligarían necesariamente a intervenirla, se identificó la oportunidad de verificar si la ciudadanía hacía eco de la valoración que los arquitectos le daban o si, por el contrario, las voces expertas
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Figura 1 Vista general de la estación, 2011. Fuente: Fotografía del autor.
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estaban desvinculadas del sentir de la comunidad. Para ello se planteó como objetivo general de esta investigación —que tuvo lugar entre 2011 y 2012—, documentar los valores patrimoniales de la estación, comprendiendo el contexto en que es edificada y el uso que acoge, para luego contrastarlos con la percepción de la gente. Evolución histórica del ferrocarril en Chillán Chillán, capital de la Provincia de Ñuble, se ubica en la zona centro-sur de Chile, al Oriente de la Región del Bío-Bío, en un área de gran actividad agropecuaria. En tiempos de la colonia las cosechas ñublenses se exportaban mayormente hacia el Virreinato del Perú; sin embargo, la independencia les permitió abrirse a nuevos mercados extranjeros, como el Estado de California, Australia y diversos países europeos. Con el comercio en auge se hizo necesaria una conexión expedita entre el valle y los puertos de la bahía de Concepción, que superara las limitaciones de la tracción animal y asegurara, también, la llegada de las manufacturas que no se producían en la zona. El activismo de la región logró que el Gobierno central financiara la construcción del Ferrocarril Chillán-Talcahuano y La Frontera, completándose totalmente en 1876, mismo año en que, además, se une con la vía Longitudinal Sur. El ferrocarril, al brindar una conexión rápida con la capital y con el puerto de Talcahuano, vino a salvaguardar la competitividad de la producción de la zona, facilitando el comercio de importaciones y dinamizando el proceso de ocupación de La Araucanía, episodio en el que esta provincia aporta numerosa gente, quienes van a trabajar a los fundos recién abiertos en la antigua selva. Estos primeros pasos de modernización son el antecedente de los cambios culturales que, décadas más tarde, propiciarían el surgimiento de una nueva arquitectura. La importancia dada al ferrocarril se refleja en la situación privilegiada de la estación, emplazada en el remate de la avenida Libertad, calle que la une a la Plaza de Armas y a los principales edificios públicos. La influencia de esta posición dentro de la trama urbana fue determinante en la forma en que la ciudad se zonificó y expandió, dando origen al barrio Estación al frente del terminal ferroviario, al sector Ultra-estación a sus espaldas y a la concentración de actividades industriales en terrenos colindantes a la vía. El auge ferroviario hizo de la estación de Chillán un nodo de transbordo de personas y mercancías, al quedar como cabecera de tres ramales (Talcahuano vía San Rosendo, Concepción vía Tomé y Recinto-Niblinto), para lo cual se equipó con un extenso conjunto que incluye una maestranza, bodegas, patios, edificios de servicios para funcionarios y viviendas. Una época de apogeo, la década de los cuarenta, vio construirse la actual estación de ferrocarriles de Chillán. Sin embargo, menos de veinte años después, el uso del sistema ferroviario comenzó a decaer lentamente por la competencia del transporte carretero. El golpe de gracia lo asestó la política neoliberal impulsada por la dictadura cívico-militar, que obligó a la empresa estatal a autofinanciarse mediante el endeudamiento y ya no con subsidios públicos.
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El enorme equipamiento chillanejo, pensado para el intenso movimiento de los años precedentes, quedó sobredimensionado. Los amplios salones y andenes de la estación de pasajeros atienden hoy la llegada de sólo dos trenes diarios por sentido del recorrido Chillán-Santiago (Figura 2). El resto del conjunto, poco a poco, va siendo demolido, y ya parte de sus antiguos terrenos han dado paso a nuevos desarrollos inmobiliarios.
Figura 2 Tren a Santiago esperando salida desde el andén. Fuente: Fotografía del autor.
Arquitectura moderna en Chillán La migración del campo a la ciudad que se vivió a partir del siglo XIX, ocasionada por la industrialización, produjo un rápido crecimiento urbano que impuso grandes desafíos. Junto con la falta de viviendas e higiene, llegan también las más recientes invenciones, que vienen a transformar el ritmo de lo cotidiano. Esta renovación también tocó el ámbito de las ideas, el arte y la cultura. Sin embargo, la adopción de nuevos pensamientos halló más resistencia que la incorporación de nuevas tecnologías, pues antes debía vencer la inercia de enraizadas estructuras mentales. El caso de la arquitectura chillaneja es especialmente ilustrativo, pues la riqueza que producían los fundos y las casas comerciales se derramaba en construcciones con fachadas generosas en florituras, pero que escondían la misma planta tradicional organizada en torno a patios y corredores. A Chillán llegó tempranamente la nueva tecnología del hormigón armado, utilizándose en las parroquias de San Francisco (1907-1927) y de los Padres Carmelitas Descalzos (1910-1913), que aún permanecen en pie. Sin embargo, en ambos casos, el diseño arquitectónico se resolvió según cánones de estilo (neoclásico en la primera y neogótico en la segunda). Tampoco las vanguardias, como el Art Nouveau o el Art Decó, lograron superar la invencible impronta historicista de Chillán, a pesar que la crisis de los estilos era ya un tema de debate contingente entre los arquitectos chilenos.
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Con este escenario, la noche del 24 de enero de 1939 sobreviene el terremoto de Chillán. Ante su magnitud, de 7,8 en la escala sismológica de Magnitud de Momento, cayeron muros, ornamentos y pesadas molduras, dejando miles de muertos. Para responder de forma eficiente a la catástrofe, la Asociación de Arquitectos difunde las bondades de la arquitectura moderna por sobre la arquitectura de estilos, recibiendo el apoyo del gobierno del presidente Pedro Aguirre Cerda. Si se toma en cuenta, además, el decidido impulso que los gobiernos radicales daban a la industrialización, se deduce que el ideario moderno halló acogida en tanto era, además de funcional, una materialización arquitectónica de la idea del progreso, una construcción visible del sentir del momento, del anhelo político de forjar un país moderno. La nueva arquitectura se adoptó para reconstruir todos los edificios públicos, como la intendencia provincial (hoy gobernación), el teatro, la municipalidad, la estación de bomberos y la de ferrocarriles, ésta última la puerta que comunicaba a la ciudad con el resto del país. Algunos autores proponen que el respaldo estatal, en una época en que las instituciones gozaban de prestigio y legitimidad, produjo un efecto propagandístico sobre los privados, persuadiéndolos también de adoptarla. Otros observan que las pocas construcciones modernas hechas antes del terremoto, que no sufrieron daños, fueron la mejor demostración práctica de la seguridad y comodidad que podían brindar. Del mismo modo en que en Europa la falta de vivienda —entre otros factores— motivó a los vanguardistas a plantear una arquitectura totalmente nueva, las condiciones para que la arquitectura moderna se adoptara no estuvieron dadas sino hasta que el terremoto de 1939 trajo la destrucción a gran escala. Dicho de otro modo, el ideario moderno se adoptó recién cuando se vio como una respuesta pertinente a las necesidades prácticas de un determinado tiempo y lugar. El terremoto de Chillán trajo el surgimiento de una “arquitectura moderna de Chillán”, que constituye la imagen urbana de la ciudad y define su actual identidad arquitectónica. A pesar del significado histórico, artístico y paisajístico de esta arquitectura, la ciudadanía no parece demostrar hacia las obras del período un aprecio proporcional a su gran valor, a juzgar por lo frecuentes que son la falta de mantención y las intervenciones poco armónicas, lo que genera una imagen de deterioro que sirve para facilitar, y hasta justificar, las demoliciones. Así como el terremoto de 1939 puso en jaque a la arquitectura de estilos, el terremoto de 2010 visibilizó la fragilidad de una serie de obras que ya llegaban a los 70 años de antigüedad. De entre todas ellas, tal vez la Estación de Ferrocarriles de Chillán es el ejemplo que mejor ilustra esta compleja situación. Análisis arquitectónico de la obra La estación de Chillán fue diseñada en 1940 por el arquitecto Guillermo Bustos Muñoz, funcionario de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, quien se desempeñaba en la Sección Arquitectura del Departamento de la Vía y Obras. Sin embargo, más que a una línea personal, la obra debía responder a una ideología institucional interesada en mostrar una imagen de progreso y futuro. Del discurso que entregaban sus publicaciones (revista En Viaje, Guía del Veraneante y las memorias anuales), se infiere una búsqueda por transmitir la eficiencia de las
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máquinas a la forma en que prestaba sus servicios, desde la puntualidad de su personal hasta la arquitectura de sus edificios. Por ello, la empresa de Ferrocarriles del Estado vio bien representadas sus aspiraciones en las ideas modernas, materializándolas en las estaciones Puerto de Valparaíso, La Calera, Chillán, Concepción, Victoria y Puerto Varas, entre otras. Estos nuevos edificios, además, incorporan nuevas comodidades para acoger una naciente industria, muy propia de los tiempos modernos: el turismo. La composición volumétrica del edificio chillanejo revela, a primera vista, el apego a una conocida máxima: “la forma sigue a la función”. Desde el exterior se intuyen los usos interiores mediante un juego de retranqueos de la fachada a distintas profundidades (Figura 3). En la cara que se abre a la ciudad se jerarquizan las funciones más necesarias para el viajero; así, en un primer plano aparece un portal que recibe al usuario; en un segundo orden, la bodega de equipajes; y en un tercero, las oficinas y accesos para funcionarios. La torre, como elemento singular, se adelanta hasta el plano del portal, ganando visibilidad como referente simbólico dentro de la trama urbana. La presencia del hormigón armado se revela en las luces de hasta 11 metros del espacio interior, o el gran voladizo de la marquesina sobre el andén.
En cuanto al uso, la torre, que divide excéntricamente al edificio, marca una división funcional entre los espacios de atención al pasajero y el sector operativo del servicio. El espacio de espera del tren se divide en dos salones, de primera y de tercera clase, separados por un volumen de boleterías con taquillas hacia un lado y otro. Mientras el de tercera es más generoso en superficie, el de primera lo es en programa, contando con servicios telegráficos, custodia de equipajes y bufete. Estas diferencias desaparecen tanto en el portal de acceso como en el andén, tal vez vislumbrándose que algún día la segregación ya no sería socialmente aceptable (Figura 4).
Figura 3 Composición volumétrica (espacios de espera, oficinas administrativas, bodega de equipajes). Fuente: Modelado por Mauricio Cuevas.
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Con el tiempo quedaron obsoletos los locales de las amplias bodegas de equipaje, los telégrafos y algunos usos administrativos. La desintegración de la empresa de ferrocarriles en distintas filiales terminó por alterar las funciones de casi todos los
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Figura 4 Planta de arquitectura nivel 1. Fuente: Elaboración propia.
Planta Primer Nivel
1 2 3 4 5
Portal acceso Hall Primera clase Hall Tercera clase Bodega equipaje Andén
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recintos. Sin embargo, sus requerimientos de espacio son modestos e insuficientes como para ocupar toda la superficie disponible. La Empresa de Ferrocarriles del Estado, EFE, ha tomado la holgura de espacio como una oportunidad para aumentar sus ingresos por medio del arriendo de locales en el hall de tercera, operación conveniente, pues además de generar recursos, hace más atractivo y variado el espacio de la espera. Valoración ciudadana Los daños que ocasionó el terremoto de 2010 sobre la obra se concentran en su torre, enteramente de hormigón armado, que presentó anchas grietas pasantes en diagonal a la altura del segundo nivel (Figura 5). EFE encargó un informe de ingeniería para buscar soluciones, dentro del cual se propuso la demolición parcial o total, usando un criterio principalmente económico. Sin embargo, el mismo informe estableció que «el propietario podría considerar otros aspectos, como hito urbano, memoria histórica e incluso funcionalidad del edificio», sugiriendo estudios más profundos (Moreno, 2010, pág. 3). Aun así, EFE decidió mutilar la estación, iniciando la demolición de su torre en junio de 2011. Una ola de rechazo por parte de las autoridades, la prensa, los arquitectos y la ciudadanía en general, organizada a través de las redes sociales, motivó la intervención del municipio, que ordena detener las faenas por no contar con el permiso de la Dirección de Obras. EFE respondió de forma políticamente correcta, pero éticamente cuestionable:
reconstruyó la sección eliminada de la torre, pero con una escenografía liviana de diseño distinto al original, una coronación cuya forma no tiene función: un ornamento. Así, esta agresión física también fue simbólica, pues violentó el espíritu de la arquitectura moderna, la visión de quienes la proyectaron y el espíritu de una época.
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Luego de esta primera aproximación, se realizó una encuesta de opinión en la Plaza de Armas de Chillán sobre el valor de la obra estudiada. Dentro del universo de encuestados, todos la conocían, y el 60 por ciento recordó experiencias
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personales en ella, asociadas a viajes por el ramal hacia la costa, despedidas o reencuentros. Como opinión general, la mayoría hizo notar una imagen “triste” y “apagada”, por la falta de mantención, mientras otros la consideraron “bonita”. Sobre la fecha en que pudo haber sido construida, la respuesta más frecuente fue la década de los sesenta. Al ser consultados por el valor patrimonial, el 97 por ciento respondió que lo tenía, aunque aclarando que no era lo más importante de la ciudad, considerándose más valiosos los murales de Siqueiros en la Escuela México, la Catedral y el conjunto parroquial de los Padres Carmelitas. Los valores de la estación se identificaron como un elemento paisajístico, al ser un “símbolo”, y como un ícono histórico, por ser testimonio del pasado ferroviario. Finalmente, respecto a qué uso les gustaría que tuviera el edificio, el 100 por ciento consideró que debía seguir siendo una estación, a pesar que el 60 por ciento ya no usa el tren. A la luz de los resultados, se desprende que la valoración de la estación tiene que ver con vínculos afectivos gatillados por experiencias relacionadas al viaje en tren, y con el rol de referente dentro de la trama urbana. La gente da más valor a la arquitectura monumental de las iglesias católicas y a las artes visuales que a la arquitectura moderna. Es curioso que nadie mencione obras como la Copelec, de Borchers, Suárez y Bermejo; o la estación de bomberos, de Tibor Weiner y Ricardo Müller. Más curioso aún es que la estación se considere de una época posterior al terremoto de 1960, evento que no ocasionó una destrucción devastadora en Chillán. Es probable que, en el inconsciente colectivo, lo moderno esté asociado con esa época, porque es entonces cuando gozaba ya de una inserción plena en la cultura chilena. Conclusiones La Estación de Ferrocarriles de Chillán tiene, efectivamente, un gran valor patrimonial, al ser un digno fruto de una época en la que se emprendía una búsqueda de la belleza ya no ligada a la complejidad del ornamento, sino a partir de la expresión y concordancia funcional de una volumetría pura y abstracta, resuelta con un uso audaz de los nuevos materiales y las más recientes tecnologías constructivas. El edificio es también un elemento simbólico, pues formó parte de una política institucional orientada a modernizar el país, expresada tanto en la imagen progresista a la que aspiraba la empresa de ferrocarriles como en la gestión estatal de la reconstrucción post terremoto de 1939. Sin embargo, ante la amenaza desencadenada por el escaso uso que la estación tiene recibiendo trenes, su conservación dependerá en buena parte del valor que la ciudadanía le otorgue. En este sentido, la estación no destaca solamente como objeto tangible, sino que su valor patrimonial trasciende hacia lo intangible, asociándose a su uso y posición de hito urbano. La gente no vincula el terremoto de Chillán con una “arquitectura moderna de Chillán”. No saber situar la obra en su contexto menoscaba su aprecio como pieza histórica y artística. Sin embargo, su significado y presencia la hacen ser, efectivamente, un espacio que genera identidad y pertenencia. Si su subsistencia depende de tener un uso activo, su valoración recae en que ese uso siga siendo el de estación. Si se decide incorporar nuevos programas, éstos deben complementar la actividad de transporte y no suplantarla, para que la valoración positiva que hoy existe no se diluya, como
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sucedió con la estación de Concepción, reciclada como Intendencia Regional. Por tanto, es necesario educar a la ciudadanía sobre el valor de la arquitectura moderna para que su puesta en valor no dependa solamente de un arraigo emocional, sino también de un aprecio como eslabón trascendental en la historia de la ciudad y como una bella pieza de diseño. Esto incluye también a las empresas, como EFE, las que no muestran respeto hacia la arquitectura patrimonial cuando deben enfrentar el daño a un inmueble, o ampliarlo para acoger nuevos usos, sobre todo si ésta pertenece al movimiento moderno. En el caso particular de Chillán, la valoración de su arquitectura moderna podría potenciarse al vincularla con el terremoto de 1939, que lleva el nombre de esta ciudad. Es posible explotar la identidad sísmica que ya existe en este país, y desde allí, mostrar cómo este tipo de catástrofes ha permitido construir nuevas identidades urbanas, que nos son propias. De hacerse así, tal vez, en el futuro se evitará que otros edificios sufran mutilaciones semejantes y demoliciones, o sigan ocultos tras una multitud de letreros publicitarios. — Trabajos citados Moreno, G. (2010). Informe daños y estado estructuras (expediente técnico de licitación).
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Figura 5 Detalle de la torre, situaciĂłn original, 2011. Fuente: FotografĂa del autor.
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Arquitectura escolar pública. Registro y valoración del patrimonio moderno en Chile (1937–1960)
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Claudia Torres Soledad Valdivia Maximiano Atria Kim Díaz INSTITUCIÓN
Universidad de Chile FONDOS ASOCIADOS FONDART de Investigación 2013 Folio N° 7.442 E-MAIL
claudiatorres@uchilefau.cl ÁMBITO
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Mención Honrosa
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Resumen La investigación registra la arquitectura escolar desarrollada en nuestro país por la Sociedad Constructora de Establecimientos Escolares (SCEE), representante de un periodo en que se que buscó la modernización del Estado, incorporando los postulados racionalistas, funcionalistas e higienistas del movimiento moderno. Estos establecimientos escolares pasan inadvertidos en nuestras ciudades —pese a constituir un modelo vigente—, sin ser valorados en su significado social, estético y arquitectónico, aun cuando formarán parte del patrimonio del siglo XX. Se planteó el registro de dichas obras como un precedente que permitirá sentar las bases de valoración para su preservación futura, realizándose el estudio de la propuesta arquitectónica e histórica del modelo educativo que representan, así como también de su vigencia en el sistema educativo actual. Se desarrolló una investigación de tipo exploratoria, restringida a las obras realizadas durante el primer período de la SCEE (1937-1960) en la zona central del país. El estudio registró 171 inmuebles entre escuelas urbanas, rurales y liceos, en su mayoría proyectos firmados por el arquitecto José Aracena. Palabras Clave Patrimonio, movimiento moderno, establecimientos escolares, tipologías — Contexto histórico de la educación en el período de investigación y el rol de la SCEE A partir de segunda mitad del siglo XIX, la educación se considera como una política prioritaria para el Estado chileno, comenzándose un largo proceso de perfeccionamiento normativo. En esa época, dos tercios de los locales escolares eran de propiedad del Estado y funcionaban en casonas arrendadas; el otro tercio era de congregaciones religiosas. En 1860 se promulga la Ley General de Instrucción Primaria y, en 1920, la Ley de Educación Primaria Obligatoria (Ley N° 3.654, 1920) a través de la cual el Estado asume la responsabilidad de garantizar el acceso a la educación primaria a niños y niñas, velando por que las condiciones para ello se cumplan, tanto en lo que se refiere a la construcción de escuelas como en lo relacionado con la formación de docentes. Según sus indicaciones, la enseñanza primaria constaba de tres grados de educación general, estableciéndose para ello tres tipos de escuelas: “elementales” (cuatro primeros años), “superiores” (dos años más que la anterior) y “vocacionales” (dos o tres años después de las superiores). La ley establecía que en toda comuna debía crearse una escuela elemental para hombres y mujeres, indicándose que la educación práctica sería acorde al tipo de producción industrial de la comuna. Por otra parte, se hace referencia constante a la exigencia de las condiciones de higiene de las escuelas, quedando este aspecto bajo la supervisión de arquitectos y médicos. Pese a las buenas intenciones de esta ley, hasta mediados de la década del treinta se discutían los bajos presupuestos destinados a la edificación escolar, publicándose informes que señalaban la baja asistencia escolar, el estado deplorable de las escuelas públicas y el gran porcentaje de la población escolar (90 por ciento) que se encontraba enferma debido a su mala alimentación.
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En 1936, el Ministerio de Educación Pública atribuye como principal causa de la problemática educacional a la escasa edificación escolar. Es así como en 1937, el presidente Pedro Aguirre Cerda aprueba la Ley Nº 5.989 (República de Chile, 1937), creando la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales como el organismo técnico, autónomo y responsable de dotar al país de establecimientos escolares y solucionar su déficit. La sociedad se crea bajo un modelo mixto, con capitales públicos y privados. Al finalizar la década del cincuenta se registra un aumento de la deserción escolar, lo que se explicaría como una consecuencia de la recesión de postguerra, que afecta sobre todo a las familias más desfavorecidas. Diversos informes, entre ellos uno de la misma SCEE, dan cuenta de que hay más de 300.000 niños sin escolarizar. «De este modo, se constataba que el ideario republicano de una educación primaria popular y gratuita había fracasado y se hacía urgente introducir una reforma integral al sistema» (Orellana, 2009, pág. 38). Producto de ello, en 1965 surge la Reforma Educacional Chilena, que hasta 1973 prácticamente logró la universalización de la educación básica. Figura 1 Escuela Diego Portales, Quinta Normal, Región Metropolitana. Fuente: Fotografía de Kim Díaz.
Con el tiempo, esta Ley tuvo sus modificaciones y complementos, específicamente aumentando las fuentes de recursos para la construcción de edificios escolares. Especial fue la Ley N° 14.171 de “Fomento y Reconstrucción” del año 1960 (en el contexto del terremoto de dicho año), que autoriza a la SCEE a construir y reparar en forma directa para el Fisco los locales escolares de educación pública. En ese año se prolonga por veinte años la duración de la SCEE, en 1978 se suspenden los aportes fiscales para la sociedad y en 1980 se comienza a traspasar la administración de los locales escolares a cada municipio. En 1987 se pone fin a cincuenta años de funcionamiento de la SCEE. Según la información recopilada, la planificación anual fue variada y bajo las condiciones que imponían las prioridades políticas, económicas y funcionales de cada gobierno. Por supuesto, los planes programados nunca se ejecutaron en su totalidad para el periodo estimado. Según el informe de la SCEE, «la institución en sus primeros 10 años de vida levantó 189 locales, casi todos ellos de gran capacidad» (1987, pág. 14). A partir de 1952, con el propósito de ir perfeccionando los planes de edificación, se incorporan las exigencias de las recientes orientaciones técnico-pedagógicas, para lo cual (manteniendo la economía en los costos) se diseñan escuelas con “planos tipo” de pequeña y mediana capacidad, los cuales posibilitaron la construcción simultanea de edificios, el aprovisionamiento a gran escala y la dirección e inspección conjunta de las obras. Con ello se inicia, en 1954, un Plan de Construcción de Escuelas Rurales y Suburbanas. A partir de 1964 se comienzan a utilizar sistemas prefabricados en la construcción para lograr mayor rapidez en la ejecución de los proyectos. Para la zona de estudio se “planificó” (entre años 1937 y 1960) la construcción de 930 escuelas nuevas; sin embargo, en
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la investigación no se encontraron documentos que confirmaran el número real de obras ejecutadas cada año. Tipología de establecimientos construidos Mediante el estudio de campo y dado el gran número de escuelas encontradas, podemos decir que desde la creación de la SCEE en 1937 se dio forma a un modelo arquitectónico de educación pública que buscó dar cobertura y responder a las necesidades del plan educativo de la época. Esta modelación arquitectónica se llevó a cabo mediante el diseño de obras tipológicas de diversos formatos que van desde las pequeñas escuelas rurales hasta los grandes conjuntos urbanos, acorde a la envergadura del contexto en que se emplazan. No obstante, todas ellas responden a criterios estándares de condiciones de habitabilidad, higienismo y racionalidad constructiva, principios apropiados de los postulados modernos de la sociedad industrial. A partir de la obra registrada en la investigación, se puede distinguir el diseño de las siguientes tipologías de establecimientos escolares: 1. Escuela Rural, elemental/básica Las “escuelas elementales” corresponden a las que poseen un nivel académico que considera la formación primaria del alumnado, abarcando los cuatro primeros niveles escolares. Este tipo de establecimientos permitía la continuidad de estudios en otro recinto escolar. Se distinguen por ser construcciones de un nivel en base a un “Plano Tipo” de planta en “L” con equipamiento básico. En uno de los pabellones se ordenan cuatro aulas de acceso directo desde el patio central mediante un corredor, al costado del acceso se cuenta con una sala para la dirección y en el pabellón menor se sitúa un comedor con cocina y fogón. Las “letrinas” (baños) constituyen un pequeño volumen construido al fondo del patio. Como complemento al espacio escolar se diseña la vivienda del director, con acceso directo desde la calle. 2. Escuelas Urbanas, superiores
Figura 2 Escuela Pedro Aguirre Cerda, Cerrillos, Región Metropolitana. Fuente: Fotografía de Kim Díaz.
Las escuelas superiores de hombres o mujeres, como la que se muestra en la Figura 2, son las que tenían un nivel académico de educación primaria de hasta seis años de enseñanza. Al emplazarse en zonas urbanas, su propuesta arquitectónica responde a las condiciones específicas de su contexto y, por tanto, no se trata de proyectos estandarizados. En general se ubican
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en zonas de fácil accesibilidad, emplazándose normalmente en esquinas y presentando como característica común volúmenes imponentes de dos o más niveles. Usualmente se diseñaban con plantas en “L”, cuentan con mayor número de aulas, tienen varios recintos que conforman la zona de administración y de inspección, y en los primeros pisos se disponen salones de acto o gimnasios, reposteros y zonas de servicios higiénicos. A pesar de ubicarse en zonas urbanas, muchas cuentan con casa para el director. 3. Grupo Escolar o escuelas concentradas/ superiores Este tipo de establecimiento fue diseñado para estar ubicado en las principales ciudades de cada provincia (Figura 3), siendo conjuntos escolares de gran tamaño que se emplazan en manzanas completas, cuya característica principal es que tienen dependencias de hombres y mujeres en un mismo terreno con edificios y patios separados, pero que comparten un pabellón central que los divide, en el cual se ubica el salón de actos/gimnasio. En general cuentan con bibliotecas, consultorio médico/dental y zona para pre-escolares (Kindergarten). Figura 3 Escuela República Brasil, Curicó, Región del Maule. Fuente: Fotografía de Claudia Torres.
4. Liceo Científico Humanista y Liceo Técnico Profesional Los liceos son los recintos educacionales de tercer grado, que corresponden a la continuación de la enseñanza superior, normalmente enfocados en la educación científico-humanista. También se crearon grandes liceos técnicos/industriales de tercer grado, pero enfocados en la educación vocacional especializada en temas atingentes a la localidad. Todos estos establecimientos son grandes obras de tres o más niveles, en los que se destaca la incorporación de talleres y laboratorios. Sólo de manera singular se han encontrado casos con bibliotecas y consultorio médico/ dental como parte del programa de salud orientado a los infantes. Parámetros modernos en el diseño de los establecimientos escolares El conjunto de establecimientos diseñados por la SCEE entre los años 1937 y 1960 conforma una producción arquitectónica que, tanto en cantidad como calidad, se puede establecer como parte del patrimonio moderno del país. En principio, por ser obras que intentan dar cobertura a una política de masificación de la educación, lo que implicó la construcción de escuelas y liceos a lo largo de todo el país, tanto en zonas urbanas como rurales, con espacios diseñados especialmente para el desarrollo de tales actividades bajo principios de funcionalismo e higienismo y una estética racionalista. También por ser los primeros intentos de exploración de una arquitectura moderna, en la cual se busca tomar distancia del legado republicano de las bellas artes.
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Si entendemos que la arquitectura del movimiento moderno se genera a partir de los nuevos paradigmas de una sociedad industrializada, alcanzando su esplendor en Europa durante la primera mitad del siglo XX, vemos que «en Chile los primeros cambios acontecieron en la docencia, luego en la arquitectura privada y finalmente en la arquitectura pública» (Cáceres, 2007, pág. 130). Durante este período, algunos arquitectos que ejercen en Chile encuentran en el diseño de los proyectos institucionales del Estado una fuente para explorar esta nueva visión de mundo. En particular, «el sistema educacional a principios de siglo fue un laboratorio de experimentación» (Carimán, 2012, pág. 31), donde se conjugan condiciones particulares que favorecen el desarrollo de una arquitectura que intenta plasmar los postulados modernistas en ella, teniendo como principales actores, en este caso, a los arquitectos José Aracena y Gustavo Monckeberg. Estas condiciones se generan con la llegada de pedagogos extranjeros al país a partir de 1885, provenientes de Alemania y Austria, y con el envío de algunos pedagogos y arquitectos chilenos a EE.UU. y Europa, como es el caso del arquitecto Gustavo Monckeberg (posterior director de la SCEE). Es así como se van cambiando los programas educativos desde un modelo colonial español a uno republicano de fuerte influencia francesa, hasta la posterior incorporación del modelo educativo prusiano, el cual finalmente se instaura promovido por su orientación productiva, que cobra sentido por la necesidad de desarrollo del país. De este modo, se instaura el modelo de escuelas normales, escuelas agrícolas y liceos técnicos, mineros y comerciales. La influencia de la cultura alemana en la educación chilena —generada a partir del intercambio cultural y la inmigración— toma forma mediante el diseño arquitectónico de los establecimientos escolares. Esto se aprecia principalmente en los proyectos estudiados, que presentan una fuerte influencia formal y conceptual de la Bauhaus. En ellos, aspectos tales como el racionalismo formal, donde la razón y la abstracción de la forma arquitectónica —en relación con las funciones y los recursos— son capaces de organizar jerárquicamente la composición de una obra, se constituyen en el principio rector e inspirador del diseño. A partir de ello se analiza el funcionalismo, entendido como la composición de espacios cuyas formas responden a la función que en ellos se desarrolla. Del mismo modo, se plantea fuertemente el concepto de higienismo, como las condiciones espaciales que, en función de su emplazamiento y la materialidad, propician el bienestar y el confort necesario para el correcto desarrollo de las funciones propias del lugar. En este caso, la búsqueda de una orientación que permita la iluminación natural y la ventilación cruzada, el diseño de paramentos o elementos divisorios que propicien el aislamiento térmico-acústico o la simple dotación de servicios higiénicos se convierten en los fundamentos de diseño de la arquitectura escolar pública.
Figura 4 Liceo Comercial Malloco, Peñaflor, Región Metropolitana. Fuente: Fotografía de Claudia Torres.
Estos principios toman forma mediante la composición de cuerpos abstractos y lineales, donde los volúmenes se posicionan de forma horizontal
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y asimétrica, jerarquizándose los accesos y las cajas de escaleras con volúmenes sobresalientes verticales, marquesinas y columnas cilíndricas. Se diseñan volúmenes macizos que se intersectan generando sobreposiciones y adelantamientos, con un lenguaje simple, donde aún la fachada es estructural y maciza, pero con grandes vanos vidriados en forma de cuadrícula. Frecuentemente se encuentran casos con volúmenes semicirculares o pabellones de aulas en base a curvas sinuosas. Estos edificios conforman el espacio público, entregando a la ciudad obras de carácter monumental por sus dimensiones y emplazamiento estratégico (en esquinas de grandes avenidas), de modo que la percepción de grandes volúmenes se enfatiza por la perspectiva que permite la proyección visual, y por el lineamiento en la composición de las ventanas. Las condiciones del emplazamiento urbano son consideradas variables de diseño en los proyectos. Así, vemos que plantean accesos desde las calles principales con la composición de espacios intermedios de acogida y espera, así como con la composición formal de la esquina con curvas o retranqueos que incluyen antejardines en comunas de menor densidad. Los pabellones, que siempre se ordenan en torno al patio central, presentan hacia ellos una composición formal diferenciada respecto de la imagen externa, diseñándose corredores y galerías como espacios intermedios en base a columnas cilíndricas que permiten, mediante su lectura lineal, percibir volúmenes más livianos y aparentemente elevados del suelo. Los aspectos del racionalismo y el funcionalismo se encuentran asociados a la dimensión de los establecimientos escolares y a la densidad de la población. Además de las dimensiones estandarizadas de las aulas, aspectos como la cantidad de ellas se convierten en indicadores de la jerarquía y la escala del establecimiento. Asimismo, la disposición de los pabellones en los terrenos permite la ampliación de los volúmenes, con la posibilidad de aumentar la dotación de equipamiento complementario. En relación al funcionalismo, vemos que en el caso de las escuelas rurales su objetivo es acoger al alumno en condiciones similares a las que ofrece una vivienda. Así, vemos que, con una imagen más rural, en estas escuelas se destaca la chimenea como volumen vertical, asociada a la cocina y la sala de comedor. Los establecimientos de ciudades intermedias son de mayores dimensiones y se diseñan obviamente con aulas, pero además con auditorio/gimnasio, cancha y servicios higiénicos. En estos casos aparece la necesidad de realizar actividad física durante todo el periodo escolar, necesitándose grandes espacios techados protegidos de las condiciones del clima que a la vez sirvan para realizar actos y conmemoraciones. Estos espacios se constituyen en salones de actos o amplios pasillos cubiertos. En los grandes centros urbanos, además de las escuelas, se construyen los liceos que incorporan talleres y laboratorios con el objetivo de avanzar en la especialización productiva de la formación laboral. En estos grandes establecimientos se diseñan espacios en condición de panóptico en relación al patio, habilitándose zonas de control visual en cada piso, en el cruce de volúmenes, para la inspección y control del acceso a las aulas, los patios y los servicios higiénicos. Por otra parte, vemos plasmados los principios del higienismo de manera transversal en el diseño de las aulas. Las salas de clases cuentan con amplios ventanales hacia el exterior, que además de ventilar e iluminar naturalmente, son diseñados
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con antepechos suficientemente altos como para no distraer al alumno sentado. Los muros hacia corredores o pasillos son herméticos, generando una barrera visual y acústica hacia los espacios de circulación. En estos muros sólo hay puertas de acceso y rejillas en celosías para propiciar la ventilación cruzada. Por otra parte, las aulas buscan siempre la orientación lumínica más favorable. No obstante, al estudiar las características constructivas se aprecia que la arquitectura moderna, entendida como la expresión formal de los procesos industriales, no se vio reflejada en esta industria de la construcción. Por el contrario, se conservaban sistemas artesanales propios de la arquitectura clásica. Esta situación se vuelve crítica al evaluarse la lentitud en el avance de los planes de construcción, la que obedecía al modelo constructivo de las obras. No es hasta 1960 que se comienza con la exploración constructiva en base a sistemas modulares, prefabricados y estandarizados, los que permitirán dar un vuelco al modelo arquitectónico, buscando mayor flexibilidad en las aulas y cumplir con las metas de masificación de la educación.
Figura 5 Grupo Escolar. Escuela República del Perú, San Bernardo, Región Metropolitana. Fuente: Fotografía de Kim Díaz.
No obstante, se debe mencionar que casi la totalidad de las obras estudiadas conserva su uso escolar y que, considerando las condiciones altamente sísmicas de la zona de estudio, esto se convierte en un factor para su valoración patrimonial, ya que desde su creación han resistido al menos tres devastadores terremotos. Agradecimientos A don Alfredo Junemann, por su investigación inicial.
— Trabajos citados Cáceres, O. (2007). La arquitectura de Chile independiente. Concepción: Universidad del Bío-Bío. Carimán, B. (2012). El “problema educacional” entre 1920 y 1937: Una historia de reformas y limitaciones. Revista UNIVERSUM, 27 (2), 31-44. Orellana, M. I. (2009). Cultura, ciudadanía y sistema educativo: Cuando la escuela adoctrina. Santiago: Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos; Museo de la Educación Gabriela Mistral; LOM. República de Chile. (1937). Decreto Ley N° 5989, Sobre la fundación de la sociedad anónima denominada “Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales”. SCEE. (1987). 50 años de labor, 1937-1987. Santiago: SCEE.
Historia y Patrimonio
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Ampliaciones informales. Pistas para la rehabilitación de bloques de vivienda básica
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Pablo Fuentes INSTITUCIÓN
Pontificia Universidad Católica de Chile FONDOS ASOCIADOS
Concurso de Políticas Públicas UC 2005 E-MAIL
pcfuente@gmail.com ÁMBITO
Política Pública
INVESTIGACIÓN DESTACADA
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Resumen Actualmente es posible observar una gran cantidad y variedad de ampliaciones informales en bloques de vivienda, las que por lo general se sitúan ilegalmente en el territorio. Estas ampliaciones pueden ser consideradas como una manifestación del potencial constructivo de los habitantes, el que podría ser contemplado como un recurso a incorporar dentro del programa de vivienda. Reconociendo la importancia de la informalidad en la construcción del hábitat popular, se sostiene que las ampliaciones informales pueden dar pistas materiales, espaciales y sociales para proyectos de rehabilitación que transformen la deteriorada tipología de bloques en una solución que responda a tres grandes desafíos: proveer las necesidades de superficie y control medioambiental de los habitantes; cualificar y configurar los espacios de uso colectivo del conjunto; e insertarse eficientemente en el contexto urbano y social en que se encuentra la vivienda. Palabras Clave Ampliaciones, condominios sociales, vivienda social, política habitacional — Introducción Los bloques de departamentos se encuentran entre las tipologías más recurrentes en los programas de vivienda social de las últimas dos décadas en Chile. Esta solución, que tuvo la virtud de contribuir significativamente a la reducción del déficit habitacional endémico en nuestro país, actualmente se encuentra fuertemente cuestionada por haberse constituido en un instrumento importante de segregación residencial (Sabatini, 2000), o en otras palabras, en el medio físico empleado para trasladar a la población pobre hacia áreas periféricas de la ciudad. A este cuestionamiento se suma el bajo estándar de calidad utilizado en su construcción, el tamaño insuficiente de los departamentos para acoger a una familia de más de cuatro integrantes y la indefinición del espacio público asociado a ellos. Además, en la actualidad es posible observar una gran cantidad y variedad de ampliaciones informales en estos bloques, entendiéndose éstas como aquellas modificaciones de la vivienda inicial que no forman parte del proyecto original, que carecen de criterios de diseño estructural y que por lo general se sitúan ilegalmente en el territorio. Estas ampliaciones pueden ser vistas como expresiones de necesidades familiares no satisfechas por las soluciones entregadas inicialmente; o como fuente de riesgo para las familias que habitan en ellas. Sin embargo, también se pueden considerar positivamente como la manifestación de un potencial constructivo de los habitantes, el que podría ser contemplado como un recurso a incorporar dentro del programa de vivienda. En consideración a estas perspectivas y desde una visión que reconoce la importancia de la informalidad en la construcción del hábitat popular (Turner, 2001; Mac Donald, 1988), en esta investigación se sostiene que las ampliaciones informales pueden dar pistas materiales, espaciales y sociales para el desarrollo de un proyecto de rehabilitación, tanto a escala de la unidad de vivienda como a
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Figura 1 Ejemplo de ampliaciones informales en primer y tercer piso, Villa los Héroes de Iquique, Maipú. Fuente: Fotografía del autor.
la de conjunto, y que dicho proyecto podría transformar la deteriorada tipología de bloques en una solución que responda a tres grandes desafíos: 1) proveer las necesidades de superficie y control medioambiental de los habitantes; 2) cualificar y configurar los espacios de uso colectivo del conjunto; 3) insertarse eficientemente en el contexto urbano y social en que se encuentra la vivienda. El programa de vivienda básica Las políticas de vivienda a través de las cuales se ha construido gran parte de la periferia de Santiago y de las principales ciudades del país, han priorizado durante años la perspectiva cuantitativa sobre la cualitativa; es decir, su objetivo principal es dar solución habitacional a la mayor cantidad posible de familias. En 1978, el Gobierno chileno implementó una iniciativa de subsidio a la oferta a través del Programa de Vivienda Básica (PVB), iniciativa destinada fundamentalmente a la erradicación de campamentos. El PVB permitió a las familias de escasos recursos, muchas de las cuales vivían en asentamientos irregulares o campamentos, obtener viviendas con condiciones mínimas de higiene y habitabilidad, con acceso a agua potable, electricidad y alcantarillado. Entre 1980 y 2000 se construyeron cerca de 173.000 viviendas de interés social en Santiago, lo que equivale al 21 por ciento del parque habitacional construido en la Región Metropolitana (Rodríguez & Sugranyes, 2005). El deterioro de los bloques La estrategia de entregar una vivienda por hogar fue por muchos años el objetivo principal del MINVU, aunque esta vivienda fuera de reducido tamaño. En la primera década del PVB lo que más se construyó fueron casas. Este tipo de vivienda es la solución preferida
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por la población, ya que otorga la posibilidad de crecer en el futuro. Sin embargo, con el tiempo se fue agotando y encareciendo el suelo en sectores periféricos, por lo que a fines de los ochenta aumentó considerablemente la construcción de departamentos, los que aseguraron una alta densidad de población aprovechando al máximo los terrenos disponibles. Los problemas constructivos de esta tipología saltaron a la discusión pública en 1997, cuando conjuntos ubicados en las comunas de Quilicura y Puente Alto, en la periferia Norte y Sur de Santiago respectivamente, resultaron seriamente dañados por las lluvias. Entre ellos destacan especialmente los conjuntos construidos por la empresa COPEVA1. El bajo estándar de calidad material y constructivo (muy por debajo del actual), produjo en la población un descontento masivo que llevó a muchos propietarios a devolver sus viviendas al SERVIU y optar por una nueva solución habitacional. Al 2004, un gran porcentaje de departamentos ha vuelto a ser propiedad del Estado, que asumió la tarea de reparar los daños y redistribuirlos a nuevos postulantes. Asimismo, los espacios públicos se han ido transformando en sitios eriazos dentro del sector, o han sido ocupados por ampliaciones de los departamentos, que se sitúan ilegalmente en lugares que le pertenecen a toda la comunidad, careciendo de una lógica de crecimiento equilibrado que considere a todos los involucrados o de una intención de cualificar el espacio público asociado. Es más, en reiteradas ocasiones las ampliaciones informales reducen el perfil de la calle obstaculizando el acceso de servicios básicos como ambulancias, camiones de basura o bomberos.
Figura 2 Ejemplo de ampliaciones verticales en primer, segundo y tercer piso, Villa El Volcán San José 3-4, Puente Alto. Fuente: Fotografía del autor.
Por otro lado, es muy común encontrar en estos conjuntos importantes niveles de hacinamiento —más de una familia en viviendas que no superan los 40 m2—, siendo las ampliaciones informales una expresión de la necesidad de crecimiento en superficie que tienen los habitantes de los departamentos. En estos lugares el hacinamiento traspasa el límite de la vivienda, existiendo una suerte de hacinamiento en espacios públicos. Las ampliaciones informales Frente al fenómeno de las ampliaciones informales existen diversas apreciaciones. Por un lado, hay funcionarios municipales y profesionales de empresas constructoras que consideran que las ampliaciones informales son un grave problema de apropiación ilegal del espacio público y que su construcción frecuentemente posee graves problemas estructurales que atentan contra la seguridad de los mismos habitantes. Las ampliaciones no aportarían a la calidad y continuidad del espacio público, generando una trama laberíntica que impide el libre desplazamiento de las personas a través del conjunto, propiciando un ambiente ideal para actividades delictivas.
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1 Estas villas son las comúnmente llamadas “casas de plástico”, nombre que hace alusión al recubrimiento de nylon que la empresa COPEVA y el SERVIU Metropolitano colocaron en 1997 para evitar la filtración del agua hacia el interior de los departamentos.
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Por otro lado, hay quienes consideran que a pesar de los aspectos negativos que generan las ampliaciones informales, es posible rescatar una serie de cualidades directamente relacionadas con ellas, como la valoración del potencial constructivo de los propietarios, la diversidad programática de los recintos ampliados o la diferenciación entre ampliaciones de primer, segundo o tercer piso, las que reflejan el ingenio y capacidad de innovación de la acción informal, visión optimista con la que se identifica este trabajo. La presente investigación apunta a identificar las cualidades presentes en las ampliaciones informales de un caso de estudio para aplicarlas en la formulación de un proyecto de mejoramiento que, junto con resolver el problema constructivo de las intervenciones a través de una propuesta de ampliaciones estructuralmente estables y protegidas ambientalmente, se haga cargo de proporcionar espacios públicos seguros y bien definidos tanto a escala del bloque como del conjunto. Objetivos El objetivo general es diseñar una estrategia de intervención arquitectónica que permita la adaptación de las viviendas a las necesidades de la familia a escala del hogar y la consolidación de un conjunto habitacional que acoja las necesidades de la comunidad a escala vecinal. Los objetivos específicos son los siguientes: a) describir y analizar las ampliaciones existentes desde los aspectos materiales y espaciales, a escala de vivienda y de conjunto; b) analizar los aspectos socio-económicos que inciden en el proceso de transformación de las ampliaciones informales (historia de vida familiar, participación en organizaciones sociales, presupuesto familiar, entre otros); c) observar, representar y analizar los usos del espacio público en relación a las ampliaciones existentes; d) diseñar un proyecto de ampliación a escala de la unidad y del conjunto que potencie las iniciativas individuales asegurándoles calidad material y constructiva, así como estabilidad estructural, y que además defina el carácter del espacio de uso común. La Villa El Volcán San José 3-4 La Villa El Volcán San José 3-4 es uno de los conjuntos de mayor tamaño construido en la periferia de Santiago. Está conformada por bloques de tres pisos con “escalera tijera”, la tipología más representativa de las soluciones realizadas por el Programa de Vivienda Básica. Al igual que muchos conjuntos de este programa, la Villa El Volcán San José 3-4 se caracteriza por la gran densidad de población existente en su interior. Estas 6.500 personas viven en menos de 12 hectáreas, de lo que se obtiene una densidad promedio bruta de 530 habitantes por hectárea, cifra superior a los 450 habitantes por hectárea que permite el Plan Regulador Comunal de Puente Alto. El fenómeno de las ampliaciones informales está presente tanto en bloques antiguos como en aquellos que han sido reparados por el SERVIU. El espacio público ha sido apropiado por los pobladores a través de rejas metálicas y ampliaciones de los departamentos en el primer piso, restringiendo considerablemente las posibilidades de recorrido al interior del conjunto.
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Figura 3 Propuesta de estructura de crecimiento, Villa El Volcán San José 3-4, Puente Alto. Fuente: Elaboración propia.
Se observan además grandes esfuerzos por mantener la seguridad de los departamentos y el espacio público, lo que se manifiesta en protecciones metálicas en puertas y ventanas, así como en la existencia de cierres perimetrales de los bloques que configuran condominios, calles y pasajes enrejados. Respecto a la configuración del conjunto, los 1.708 departamentos que lo componen se concentran en grupos de 20 y 28 bloques de 12 departamentos cada uno, emplazados en torno a espacios públicos de aproximadamente 60 × 30 m. La tipología se aplica en todo el terreno dejando los departamentos con asoleamiento por el oriente y el poniente. Se consideran perfiles de seis metros para las calles principales y de tres metros para los pasajes.
Figura 4 Propuesta de extensión vial, extensión de La Obra hacia Avenida Santa Rosa. Fuente: Elaboración propia.
Conclusiones La gestión de la propuesta Si bien la gran mayoría de las ampliaciones se encuentra en situación de ilegalidad y muchas de ellas son de gran precariedad, corriendo incluso el riesgo de derrumbe, en esta investigación se reconoce la imposibilidad de hacer cumplir la ley y derribar estas construcciones debido al altísimo costo social que ello implicaría. Los pobladores manifiestan que las obras realizadas son fruto del trabajo de toda una vida y que están dispuestos a defenderlas con todas sus fuerzas para mantenerlas en pie. La puesta en marcha del proyecto de ampliaciones requiere una serie de cambios de la normativa actual, por ejemplo, sobre el régimen de copropiedad. El actual quórum de 75 por ciento de aprobación para realizar obras sobre el espacio de copropiedad es todavía un porcentaje muy alto, especialmente considerando la
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baja participación de la población en organizaciones vecinales. Se requiere también un nuevo programa de vivienda que entregue un segundo subsidio económico a las familias que viven en departamentos dañados de vivienda básica.
Figura 5 Situación existente y situación propuesta, Villa El Volcán San José 3-4, Puente Alto. Fuente: Elaboración propia. Situación Existente
Es necesario destacar la importancia de un plan de mejoramiento social y de vida comunitaria, complementario al proyecto físico de ampliaciones, ya que uno de los factores que atentan con mayor frecuencia contra las obras de inversión en conjuntos de vivienda social es la falta de cuidado e incluso el daño intencional que los propios pobladores hacen a los bienes públicos. Situación Propuesta
Villa El Volcán San José 3-4 Puente Alto
0 10 m
50 m
Pistas a escala de barrio y conjunto El análisis realizado en la tesis permitió identificar cinco aspectos importantes que dan pistas para la rehabilitación de los espacios públicos en conjuntos de bloques de vivienda. Estos aspectos son los siguientes: a. Control visual desde el interior privado al exterior público. Frente a los cierres ciegos, se propone la construcción de espacios intermedios hacia el exterior, como antejardines y estacionamientos que medien entre el departamento y la calle, sin sacrificar la iluminación natural, ni la ventilación de las ampliaciones. b. Construcción de escalas definidas de apropiación del espacio comunitario. Se propone la reestructuración de los loteos, asignando a cada departamento un área de crecimiento específica. c. Generación de campos visuales abiertos y generosos en el espacio público. En el proyecto se evita la constitución de espacios convexos residuales sin control visual. El espacio público estará asociado a un programa específico que mantendrá la vigilancia natural sobre éste, privilegiando los conos amplios de visibilidad. d. Integración a la trama vial y peatonal del entorno para recoger el movimiento natural. Se propone la extensión de la calle La Obra hacia Av. Santa Rosa con el objeto de conectarla al sistema vial mayor, recogiendo nuevos recorridos vehiculares intercomunales o metropolitanos que expondrían y obstaculizarían el desarrollo de actividades ilícitas.
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e. Construcción de comunidades de vecinos. Se propone la redefinición del espacio entre bloques a través del cambio de posición de las escaleras de acceso. En lugar de las “escalera tijera” habrá un nuevo espacio abierto hacia el cielo y de acceso controlado, el que se configura a través de una pasarela perimetral que recorre completamente el segundo nivel, donde se ubicará el acceso a los departamentos dúplex superiores. Pistas a escala de la vivienda y su entorno inmediato Asimismo, la tesis entregó otras cinco pistas a escala de la vivienda sobre aspectos de superficie, habitabilidad y estabilidad, las que vienen a sustentar la propuesta: a. La estabilidad estructural del bloque y las ampliaciones. El sistema constructivo en perfiles metálicos, en palabras de los vecinos, permite cambiar las funciones de los recintos con mayor facilidad, ya que basta con “armar o desarmar tabiques”. Se consideró que esta estructura de ampliaciones sólo debía crecer hacia el borde externo del bloque, ya que para el borde interno se busca configurar un espacio abierto de uso vecinal. b. Un montaje semi-industrializado, con elementos modulados, transportables y reutilizables. El sistema constructivo de estructura metálica permite que las partes principales puedan ser armadas en fábrica para luego ser montadas en obra. Es un sistema de rápida ejecución que permite el adosamiento de paneles modulares de madera terciada, yeso cartón o Internit, los que son fácilmente atornillables y desmontables. c. La expresión formal liviana y moderna, sin entorpecer el uso de los patios privados. Para ello se decidió que toda la estructura esté soportada en una sola línea de pilares desde los cuales se cuelga el resto de la estructura. El objetivo de que se concentren las fuerzas en una línea de elementos importantes es evitar la construcción de una “jaula”, minimizando el impacto de los pilares en el primer piso y haciendo que las ampliaciones de los pisos superiores aparezcan en voladizo, enriqueciendo la expresión de la fachada. d. La iluminación de los recintos. Se propone la conformación de una serie de patios de luz en los puntos donde exista una ventana en el muro del bloque original. Estos patios de luz poseen distinto carácter de acuerdo al recinto que enfrentan. e. La necesidad de más espacio. Se propone la reasignación de la superficie del segundo piso entre los departamentos del primer y tercer piso. De esta manera, los departamentos dúplex llegarían a unos 60 m2. Si además se considera la ampliación a través de la estructura metálica, se obtiene un máximo de 80 m2, o 16 m2 por habitante, cifra considerada como el estándar mínimo para la vivienda social en países en vías de desarrollo.
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Figura 6 Estructura de crecimiento propuesta para la Villa El Volcán San José 3-4, Puente Alto. Fuente: Elaboración propia.
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Figura 7 Diagrama de patrones de desplazamiento peatonal en la situación original de la Villa El Volcán San José 3-4, Puente Alto. Realizado con UCL Evas. Fuente: Elaboración propia.
Si bien las recomendaciones proyectuales entregadas en la tesis son de carácter general y pueden ser replicadas en diferentes conjuntos de bloques de vivienda básica en la ciudad de Santiago, para implementar el proyecto en otras regiones es necesario considerar aspectos importantes a nivel local, tales como las condiciones climáticas de la región, las características demográficas de la población o la presencia de procesos sociales complejos, los que pueden modificar sustancialmente la propuesta original de ampliaciones. Las ampliaciones informales diez años después Tras revisar el trabajo realizado hace una década y como actual asesor de la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana de Santiago, el autor ha podido comprobar que varias de las pistas de intervención han sido aplicadas en distintos programas habitacionales del país. En primer lugar, en 2006 se reconoció la necesidad de intervenir en el stock construido décadas atrás y se creó el Programa de Protección al Patrimonio Familiar (DS 255), que permite intervenir en obras de mejoramiento de viviendas, entorno, bienes comunes edificados y ampliaciones. Lo anterior significó aplicar un segundo subsidio a familias que ya habían recibido una solución habitacional. En 2007 se implementaron complementariamente los primeros planes de obras y planes de gestión social en el marco del programa Quiero Mi Barrio. Durante 2009 se creó el Programa de Recuperación de Condominios Sociales, el que interviene de manera integral esta tipología de vivienda básica, la que es reconocida como la peor política pública habitacional de nuestro país. En el marco de este programa se flexibilizó la aplicación de subsidios, reconociéndose la situación de excepcionalidad que requieren estos conjuntos.
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Respecto a las pistas que se aplicaron exitosamente durante estos años, destacan la extensión de las vialidades secundarias conectadas a la red mayor, como se hizo en el caso de La Legua Emergencia en la comuna de San Joaquín; la entrega de subsidios simultáneos de ampliación a tres o cuatro departamentos alineados verticalmente y la política de des-densificación tanto a nivel de barrio como a nivel de bloque (Bajos de Mena). El principal desafío de hoy es masificar la intervención en condominios sociales, aumentando los recursos públicos para intervenir en viviendas existentes y, particularmente, crear las capacidades para que los prestadores de asistencia técnica municipales y privados desarrollen proyectos de intervención que reconozcan la complejidad del problema, proyectando soluciones que apunten a resolver integralmente la situación de aproximadamente un millón de familias que viven en viviendas que no cumplen con los estándares mínimos de habitabilidad propios de una sociedad del primer mundo.
Figura 8 Ejemplo de apropiaciones informales en primer piso, La Pintana. Fuente: Fotografía del autor.
— Trabajos citados Mac Donald, J. (1988). La vivienda en Chile, hoy. Santiago: CPU, Documento de trabajo N° 12. Rodríguez, A., Sugranyes, A. (Eds.). (2005). Los con techo. Un desafío para la política de vivienda social. Santiago: SUR. Sabatini, F. (2000). Reforma de los mercados de suelo en Santiago, Chile: efectos sobre los precios de la tierra y la segregación residencial. Eure, 26 (77), 49-80. Turner, A. (2001). Angular analysis. Proceedings of the 3rd International Symposium on Space Syntax Georgia Institute of Technology, Atlanta, Georgia.
Figura 9 Ejemplo de ampliación informal en tercer piso, Melipilla. Fuente: Fotografía del autor.
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Cambio socio-espacial en barrios históricos de ciudades intermedias: Ausencia de políticas públicas de rehabilitación y rol de las inmobiliarias. El caso de Talca y sus barrios norte
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Sofía Jesús Caro INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
sofiajesus.c@gmail.com ÁMBITO
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Resumen Los procesos de rehabilitación de ciudades intermedias chilenas enfrentan la carencia de políticas públicas que protejan el tejido socio-espacial de barrios históricos. La planificación otorga a las inmobiliarias un rol importante en la renovación urbana, con lo cual cabe preguntarse cuáles son las consecuencias del desarrollo inmobiliario sobre la estructura socio-espacial de los barrios históricos en ciudades intermedias. El objetivo de esta investigación es analizar las consecuencias del desarrollo inmobiliario en barrios históricos tomando como caso los barrios norte de Talca. Se plantea diferenciar las características morfológicas que dan valor patrimonial a los barrios, identificar los criterios que usan las inmobiliarias para construir en barrios históricos y conocer la percepción de los habitantes sobre las consecuencias de los proyectos inmobiliarios en la estructura socio-espacial del barrio. Los resultados demuestran que las principales consecuencias son la transformación de la escala y la imagen urbana, la gentrificación y la segregación. Palabras Clave Ciudad intermedia, gentrificación, barrios históricos, desarrollo inmobiliario — Problemática y marco referencial Esta investigación analiza los procesos de deterioro y rehabilitación de barrios históricos de Talca y el rol que cumplen las inmobiliarias en la configuración de éstos. Se pretende evidenciar las consecuencias que ha tenido el desarrollo inmobiliario sobre los barrios norte de Talca, así como la percepción de sus habitantes respecto a éste con objeto de encontrar un equilibrio entre la conservación del patrimonio y la construcción de nuevos elementos. Las ciudades chilenas, por su tamaño medio en comparación con Santiago y la función que cumplen dentro del país, pueden clasificarse como ciudades intermedias (Bellet & Llop, 2002). Generalmente se estructuran a partir de un casco histórico (centro comercial y administrativo) y de barrios residenciales aledaños, que nacieron a consecuencia de la expansión urbana. Sin embargo, en muchas ciudades, los barrios históricos residenciales han ido perdiendo este carácter residencial debido al deterioro que los afecta al no mantener sus construcciones y por el abandono del gobierno local en lo que respecta a mejoramientos. Si bien las catástrofes los afectan acelerando su deterioro, no pueden considerarse como causa directa de su condición actual, sino como evidencia de su vulnerabilidad frente a éstas (Rivera, 2012). El deterioro puede generar dos grandes problemas: cambios morfológicos de la ciudad, pudiendo causar fragmentación (Letelier, 2010), y problemas de movilidad, congestión vehicular y segregación por el crecimiento horizontal y la expansión desmedida hacia zonas rurales, con mayor oferta de viviendas a menores precios, provocando gentrificación, pues habitantes con menor ingreso se ven desplazados a estas áreas (Lees, Slater, & Wyly, 2007; Smith, 2007). Asimismo, las políticas de renovación urbana aplicadas en barrios fundacionales han tenido falencias
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derivadas de la aplicación de planes que responsabilizan a las inmobiliarias de la planificación, provocando cambios de escala urbana y pérdida de construcciones patrimoniales, además del desplazamiento de la población original del barrio (Carrasco, 2006; Inzulza, 2013). En Talca, los barrios históricos norte tienen características morfológicas similares y se encuentran en proceso de deterioro con anterioridad al terremoto. Se trata de los barrios Santa Ana, San Agustín y Las Heras. Aquí, las intervenciones urbanas son menores, siendo más notorio el desarrollo inmobiliario, observándose varios proyectos pos-terremoto de vivienda de altura media y baja. Esto, debido a lo permisivo del nuevo Plan Regulador, que en lugar de proteger la estructura socioespacial de los barrios históricos, deja su desarrollo en manos de inmobiliarias, fomentando proyectos que poco tienen que ver con su entorno, cambiando la imagen de los barrios y la ciudad y promoviendo la gentrificación. Hipótesis La recuperación de barrios históricos en ciudades intermedias es fundamental para mantener la estructura socio-espacial de estas urbes, reforzando el vínculo habitante-territorio, logrando conservar su historia y patrimonio y permitiendo un desarrollo sustentable y una buena calidad de vida para sus habitantes. Objetivos Figura 1 Barrios históricos de Talca y área de estudio. Fuente: Elaboaración propia desde I. Municipalidad de Talca, 2010.
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El objetivo general es analizar las consecuencias que el desarrollo inmobiliario contemporáneo en barrios históricos de Talca ha tenido sobre la estructura física y social de la ciudad.
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Los objetivos específicos, por su parte, son los siguientes: a) diferenciar las características morfológicas patrimoniales que presentan los barrios históricos de Talca afectados por el desarrollo inmobiliario; b) identificar los criterios de selección del terreno que usan las inmobiliarias para el desarrollo de proyectos en barrios históricos consolidados de Talca; c) conocer la percepción de los habitantes de barrios históricos de Talca sobre las consecuencias de la construcción de proyectos inmobiliarios sobre la estructura socio-espacial del barrio. Metodología La investigación se enfoca en buscar consecuencias derivadas de las intervenciones inmobiliarias promovidas para rehabilitar barrios históricos deteriorados en el casco histórico de ciudades intermedias chilenas, tomando como caso de estudio los barrios históricos norte de Talca, analizando los cambios socio-espaciales derivados de este fenómeno. Se realiza un catastro de la situación actual del caso de estudio y se evalúan los proyectos y sus consecuencias sobre la imagen del barrio. Se realizan entrevistas para conocer los criterios de ubicación de proyectos inmobiliarios y se recopilan opiniones de habitantes de los barrios, las que permiten develar su percepción acerca del cambio de la expresión física del barrio debido al desarrollo inmobiliario y las políticas de rehabilitación urbana.
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Figura 2 Expansión urbana de Talca. Fuente: Elaboaración propia desde González y Matas, 1992.
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Análisis Rol de los barrios norte en Talca 1. Características físicas Los barrios norte, por su ubicación, antigüedad y estructura socio-espacial, son parte del patrimonio urbano talquino, pues reflejan un modo de vida propio de dicha ciudad y de la época en que fueron fundados, con sus consecuentes transformaciones en el tiempo, haciéndose parte del imaginario colectivo del talquino. El uso de suelo es mayoritariamente habitacional, complementado con equipamiento (colegios, talleres, iglesias, etc.). La dispersión del comercio y equipamiento en el barrio promueve el encuentro entre personas en diferentes puntos, creando nodos de reunión en iglesias, colegios o almacenes, favoreciendo el dinamismo. La plaza Las Heras marca un centro dentro del sector, siendo el principal punto de reunión de los habitantes. Asimismo, la fachada continua es aún visible en fragmentos de algunas manzanas.
Figura 3 Usos de suelo, barrios norte de Talca. Fuente: Elaboaración propia.
Las calles son similares en su conformación, teniendo aceras de tres metros de ancho y árboles que superan los cinco metros de altura. La escala de las construcciones tiene una altura aproximada de entre cinco y seis metros, manteniendo una proporción con la calle que favorece el tránsito peatonal.
Equipamiento Comercio Áreas Verdes Sitios Eriazos Condominios Media Altura / Torres Condominios Baja Altura
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2. Características sociales Los barrios norte de Talca tienen la estructura social propia de aquellas zonas en que las personas llevan mucho tiempo habitando un barrio, probablemente a lo largo de varias generaciones. La cohesión social, las redes y las actividades cotidianas que los habitantes realizan en los espacios públicos le dan movimiento al barrio y constituyen parte su patrimonio inmaterial.
Figura 4 Fragmentos de fachada continua, barrios norte de Talca. Fuente: Elaboración propia.
El comercio y los servicios del barrio son accesibles a pie, incentivando el encuentro de vecinos en estos espacios. Asimismo, la cercanía con respecto a otros puntos de la ciudad reduce los tiempos de viaje a los lugares de trabajo o a los servicios y al comercio de mayor escala. 3. Percepción del habitante De las características positivas del barrio, la más mencionada en las entrevistas es la tranquilidad, aun cuando la percepción de seguridad es baja, lo que se atribuye a la mala iluminación y la existencia de terrenos baldíos. «Por las noches [hay] poca iluminación y no hay locomoción directa a muchas partes, por lo que se debe caminar en la oscuridad (…). Aparte, muchas casas siguen derrumbadas del terremoto (…) y hacen que el barrio sea un poco más inseguro» (Claudia, 24 años, residente nueva).
Se rescatan además la centralidad y las áreas verdes (plaza Las Heras, Alameda), elementos que mejoran la calidad de vida, considerando que en Talca éstas sólo alcanzan a cubrir 0,69 kilómetros cuadrados, mientras la OGUC recomienda un mínimo de 1,5 kilómetros cuadrados (Boyco & Letelier, 2010).
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El deterioro se percibe como consecuencia del terremoto a través de la presencia de casas derrumbadas y sitios eriazos que forman parte de la imagen actual del barrio. Los habitantes entienden que se debe a la mala mantención de las viviendas más vulnerables, lo que quedó en evidencia después del terremoto. «Hubo casas muy deterioradas y más encima de gente mayor [que] no tuvo los recursos como para restaurar sus viviendas, entonces era más fácil el echar todo abajo y poner casas básicas. (…) Lo otro es que han vendido» (Isabel, 48 años, residente antigua).
En cuanto a las relaciones entre vecinos, la encuesta revela que entre residentes antiguos es cercana y se asocia al sentimiento de seguridad. Sin embargo, la relación entre vecinos nuevos y entre éstos y los antiguos es prácticamente nula. Se infiere que se debe al estilo de vida diferente de ambos grupos. Rafael, vecino antiguo y dueño de una verdulería, expuso que los nuevos habitantes suelen ser “herméticos” al entablar conversaciones y señaló, apoyado en su experiencia, que es difícil establecer lazos con personas nuevas pues muchas habitan por períodos cortos (uno o dos años). Con respecto al patrimonio, a los encuestados les fue difícil nombrar edificios patrimoniales, pues muchos fueron destruidos por el terremoto. Se destaca la importancia dada a los espacios públicos del barrio, siendo los más nombrados la plaza Las Heras y la Alameda. Gestión urbana 1. Iniciativas públicas El principal instrumento planificador corresponde al PRC aprobado el 2011. Éste promueve dos estrategias: densificación residencial en el centro de la ciudad y expansión urbana hacia áreas periféricas, estrategia bastante cuestionable ya que el nuevo límite aumenta casi al doble la superficie urbana, promoviendo una expansión desmedida hacia terrenos alejados, donde su urbanización no se ha visto acompañada de planes como el mejoramiento del transporte público. Además, Talca cuenta con grandes paños centrales sin construir, espacios que seguirán eriazos pues no existen incentivos para cambiar esta situación. En los barrios norte abarcados en el sector U-3 no hay restricción en agrupamiento ni en altura (sólo rasante) para la construcción residencial. Un coeficiente de constructibilidad seis y una densidad máxima de 1.000 habitantes por hectárea fomentan la construcción de edificios de entre ocho y 15 pisos. Esto permite densificar áreas centrales sin incluir condiciones para el diseño de proyectos dentro de este barrio histórico. Para provocar cambios menos agresivos en la estructura urbana de un barrio antiguo, integrando lo existente con el desarrollo, podrían existir medidas para conservar estos espacios, como restringir el agrupamiento o delimitar la altura según la altura predominante en la manzana. Otra estrategia de densificación fue promovida luego del terremoto: el Subsidio de Densificación Urbana otorgado por el MINVU a los damnificados. Esta iniciativa constituye una clara política de promoción del desarrollo inmobiliario en barrios históricos, «dirigida a la producción de viviendas más que a la reconstrucción del territorio» (Boyco & Letelier, 2013), pues no fomenta la recuperación del barrio. 26
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2. Desarrollo inmobiliario Las inmobiliarias que poseen más proyectos en el barrio norte son ALC, con nueve proyectos de baja altura, de los cuales cinco son anteriores al terremoto; Digua, con dos proyectos de media altura, uno de ellos post-terremoto; y Los Silos, con dos proyectos de altura media frente a la plaza Las Heras y asociados al Subsidio de Densificación Residencial. Otras inmobiliarias son San Antonio, con un edificio de media altura cercano a la plaza Las Heras; y PAZ, con un proyecto de edificio “torre” en la Alameda, el único de esta tipología.
Figura 5 Área Urbana U-3 “Densificación Residencial”. Fuente: Plan Regulador Comunal Talca, 2011.
En cuanto a los criterios de ubicación de proyectos, el arquitecto de ALC declara que optan por construir en terrenos de división colonial de entre 12 y 15 metros por 50 metros de fondo, donde logren emplazar al menos cinco viviendas. Se observa que las calles donde se ubican estos proyectos suelen tener tránsito vehicular y peatonal menor. Además, el arquitecto declara su interés por trabajar en sectores céntricos, aportando al mejoramiento de barrios consolidados donde haya sitios eriazos pequeños que no llaman la atención de empresas grandes. Para los habitantes antiguos del barrio, esta tipología es la más inofensiva pues sus formas y altura no irrumpen tan abruptamente en lo existente, transformándose en la estrategia de densificación más aceptada. Al contrario, los edificios altos son rechazados por ellos, pues los departamentos que tienen vista hacia sus propiedades les quitan privacidad.
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Figura 6 Proyectos inmobiliarios en Talca centro. Fuente: Elaboaración propia.
Consecuencias del desarrollo inmobiliario La opinión general de los habitantes antiguos sobre el desarrollo inmobiliario en el barrio es positiva, pues la llegada de personas nuevas le aporta movimiento al entorno, atrayendo proyectos de mejoramiento. Asimismo, una de las razones por la que el sentimiento de seguridad se ha visto reducido está relacionada con los sitios eriazos, por lo tanto las construcciones nuevas mejorarían la seguridad. Si bien los habitantes aprecian las consecuencias positivas de esta renovación, creen que debiese estar más regulada, pues su privacidad se ha visto mermada y observan un aumento de la congestión vehicular. Los cambios más notorios dentro del barrio son la transformación física producida por la pérdida de elementos que eran parte de la estructura tradicional de barrio, los que son reemplazados por otros que no conservan su organización y escala, fragmentando su imagen típica. Esto es acompañado del abandono y el desplazamiento de los habitantes antiguos. Una gran consecuencia de este cambio es la disminución de la seguridad, sensación asociada a la pérdida de redes sociales con vecinos que ya no habitan el barrio y a la llegada de personas extrañas, quienes suelen ser más cerradas, no permitiendo recuperar estas redes (ELCI & SurMaule, 2011). Físicamente, la llegada de edificios en altura produjo un aumento abrupto en la escala tradicional del barrio, siendo este fenómeno más notorio alrededor de la plaza
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Las Heras, un espacio público valorado y, por tanto, más vulnerable al desarrollo inmobiliario. Este cambio de escala irrumpe en el imaginario urbano de los habitantes, provocando pérdida del arraigo con su territorio. Los proyectos inmobiliarios construidos en los barrios norte han provocado gentrificación debido al aumento en la oferta de viviendas enfocadas en un grupo de mayor poder adquisitivo. Este proceso se ha visto en la Comuna de Santiago luego del Programa de Repoblamiento impulsado por dicha municipalidad. La diferencia con el desarrollo inmobiliario santiaguino es que en Talca ha proliferado un tipo de construcción nueva, cerrada, de baja altura, compuesta por unidades de viviendas aisladas, tipología que en Santiago es vista en sectores periféricos y que en Talca está presente dentro de barrios históricos como alternativa al departamento. La tipología ha sido bien recibida por el principal grupo gentrificador (profesionales y parejas jóvenes C2) y corresponde a la mayor parte del desarrollo inmobiliario de los barrios norte, siendo bien vendida pues se trata de una vivienda nueva que no irrumpe demasiado en la imagen urbana del barrio al mantener la altura y la fachada continua. Este fenómeno fomenta un tipo de gentrificación “amigable” con el entorno, pero igualmente negativa para su estructura social, pues logra extenderse sin notoriedad, desplazando igualmente al habitante original. La segregación se da debido al precio y a las características de las nuevas viviendas, independientemente de la tipología, gracias al alto costo del suelo y a la necesidad de las inmobiliarias de obtener rentabilidad construyendo unidades muy pequeñas a gran costo (Boyco & Letelier, 2013), apuntando sólo a un grupo socioeconómico de clase media-alta e impidiendo la llegada de grupos de menores recursos. Asimismo, no se observan iniciativas destinadas a incorporar viviendas sociales dentro del barrio, aun cuando existen terrenos disponibles. Conclusiones A partir del análisis realizado, es posible afirmar que actualmente no existe una real integración entre los instrumentos de planificación y las políticas públicas de acuerdo a las necesidades de la ciudad desde el punto de vista económico, social y territorial. Las estrategias promovidas por el gobierno local se enfocan en un progreso que incluye repoblamiento y densificación de barrios históricos, sin un plan integral de rehabilitación, dejando éste a criterio de empresas privadas y fomentando la gentrificación y la segregación. Se hace urgente la existencia de una gestión que incluya la densificación urbana, la protección del patrimonio y la integración social a través de viviendas sociales y la creación de espacios públicos de calidad. Entre las consecuencias positivas de esta gestión, además de la mejora en la calidad de vida de los habitantes, se contarían los beneficios económicos y culturales para las comunas, fomentando áreas poco exploradas, como el turismo en el caso de Talca, actividad que se promueve únicamente en sectores rurales asociados a la producción vitivinícola y la gastronomía tradicional. Además se observa la pérdida de la cohesión, las redes sociales y el sentimiento de seguridad, fenómenos asociados al éxodo de vecinos y la llegada de personas nuevas, quienes tienen un estilo de vida diferente y con los cuales es difícil relacionarse. Una iniciativa para mejorar esta situación podría ser la creación de instancias que mezclen los intereses de los grupos existentes, fomentando la vida de barrio perdida. Para ello, la organización vecinal es fundamental.
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Los problemas de las ciudades intermedias chilenas ya han sido vistos en ciudades mayores. Segregación, congestión vehicular, contaminación, colapso del transporte público, abandono de áreas centrales y deterioro patrimonial son algunas dificultades observadas y resueltas, de buena o mala manera, en Santiago, y que actualmente se vislumbran en ciudades intermedias. Así, Santiago debiera considerarse un ejemplo de cómo la gestión y la planificación resultan cruciales para enfrentar el crecimiento de la ciudad, evitando la aparición de dichos problemas en localidades más pequeñas. Existe un grupo que ha visto insatisfechas sus demandas de vivienda en los barrios norte: los universitarios provenientes de otras localidades maulinas. Aunque pueden considerarse como grupo gentrificador —studentification (Lees, Slater, & Wyly, 2008)—, la dispersión de los establecimientos educacionales en Talca permite que esto no afecte directamente a un único barrio, situación positiva que permite la mixtura de los estudiantes con otros grupos de población. Actualmente en Talca no existe una oferta de viviendas para estudiantes, salvo algunas excepciones en los barrios norte. Los universitarios talquinos, por lo general, se han visto desplazados del centro al no ver cubiertas sus necesidades en dicho barrio. Además, no sólo constituyen un consumidor más, sino que pueden llegar a ser actores importantes en procesos de cambio en la ciudad por la multidisciplinariedad de sus conocimientos, pudiendo ser gestores de grandes proyectos sociales y urbanos. — Trabajos citados Bellet, C., & Llop, J. (2002). Ciudades intermedias y urbanización mundial. Lleida: UNESCO, Programa UIA-CIMES. Boyco, P., & Letelier, F. (Junio de 2010). La ciudad intermedia neoliberal y sus desafíos políticos pos-terremoto. Temas Sociales (68), 1-8. Boyco, P., & Letelier, F. (Agosto de 2013). Talca a tres años del terremoto: Aprendizajes colectivos para la acción en la ciudad. Temas sociales (70), 1-8. Carrasco, G. (2006). La recuperación de la función residencial de la Comuna de Santiago: desafíos y oportunidades. Santiago: INVI, Universidad de Chile, FAU. ELCI & SurMaule. (2011). Informe Talca pos-terremoto: El centro histórico en disputa. Talca: Escuela de Líderes de Ciudad, disponible en http://elci2011. sitiosur.cl/ González, I., & Matas, J. (1992). Talca, muy noble y muy leal. Talca: UCM. Ilustre Municipalidad de Talca. (2010). Catastro preliminar post-terremoto. Talca: Ilustre Municipalidad de Talca. Inzulza, J. (2013). Complejidad y contradicción entre la política urbana y su (des) articulación con los instrumentos de planificación territorial. En E. López, et al. (Eds.), Chile urbano hacia el siglo XXI: Investigaciones y reflexiones de política urbana desde la Universidad de Chile (págs. 58-64). Santiago: Universidad de Chile, FAU; Editorial Universitaria. Lees, L., Slater, T., & Wyly, E. (2008). Gentrification. Nueva York: Routledge. Letelier, F. (2010). La Ciudad Intermedia: El desafío de formación de espacio público político urbano. En M. Gaete, S. González, & H. Peldoza (Eds.), Intenciones de Ciudad: arquitectura, cultura y territorio (págs. 22-25). Santiago: Andros. 26
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Rivera, N. (2012). La transformación impuesta a barrios históricos de Talca: Análisis del proceso de renovación urbana de los barrios históricos del centro de Talca a raíz del terremoto del 2010. Caso de estudio: Barrio Las Heras. Santiago: Seminario de Investigación, Universidad de Chile, FAU. Smith, N. (26 de noviembre de 2007). Toward a Theory of Gentrification A Back to the City Movement by Capital, not People. Journal of the American Planning Association, 45 (4), 538–548.
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La captura política de la expansión de Santiago: El caso del PRMS 100
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Isabel Serra INSTITUCIÓN
Universidad de Chile E-MAIL
isabel.serra@udp.cl ÁMBITO
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Resumen Este artículo se refiere específicamente al capítulo 5.2 de la tesis titulada “Análisis del proceso de elaboración y aprobación del PRMS 100”. En dicho capítulo se analizan tanto las instituciones como los actores relevantes que participaron activamente en el proceso de toma de decisiones del PRMS 100. Se identifica el marco legal, y cómo estas instituciones y los actores públicos y privados, así como la academia y la ciudadanía, establecieron sus argumentos en la disputa desequilibrada sobre la extensión de Santiago. Este estudio pone en evidencia que este proceso estuvo marcado por la variable política en lugar de que primaran los criterios técnicos, y que las instancias de lobby superaron a las instancias de accountability. Palabras Clave Actores, procesos, política urbana — Hasta antes de la promulgación de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) a finales de 2013, el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) fue el instrumento utilizado para encauzar el crecimiento de Santiago. Éste ha demostrado ser un instrumento débil e insuficiente que no logra gobernar las complejidades de esta transacción. El principal problema es la “caja negra” en la que se transforma el proceso de toma de decisiones públicas urbanas, ocultando una negociación poco transparente donde los intereses son capturados por los actores de mayor poder, los que finalmente definen discrecionalmente el resultado. En este sentido, esta investigación se enfoca en la siguientes preguntas: ¿cómo es este proceso?, ¿quiénes toman estas decisiones?, ¿cómo y cuándo lo hacen? El procedimiento del PRMS 100 fue examinado a partir de un estudio de caso estructurado mediante un modelo de análisis de carácter cualitativo de fuentes secundarias. Para el análisis se utilizaron los distintos documentos de acceso público de la Seremi MINVU RM, del GORE y de los organismos que participaron de la elaboración, además de los audios del proceso de discusión y los principales diarios del país. Finalmente, se concluye que el PRMS 100 es un retroceso en materia de planificación urbana. Durante la investigación se identificaron los siguientes fenómenos: a) obsolescencia del cuerpo legal; b) discrecionalidad en la toma de decisiones; c) proceso deliberativo poco transparente, que careció de participación ciudadana pero incluyó lobby privado; y d) dos visiones de ciudad que no lograron construir un diálogo. Finalmente, las decisiones urbanas fueron conferidas al mercado, ratificando el rol subsidiario que asume el Estado ante las iniciativas privadas, en desmedro del interés público que las mandata. En esta oportunidad, este documento revisará brevemente el Capítulo 5.2 de la tesis presentada por esta autora en 2012 para optar al grado de Magíster en Gestión y Políticas Públicas, titulada “Análisis del proceso de elaboración y aprobación del PRMS 100”.
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Esquema 1 Proceso de elaboración y aprobación del PRMS 100. Fuente: Elaboración propia.
1 Según propia declaración, la CChC se define «como una asociación gremial cuyo objetivo primordial es promover el desarrollo y fomento de la actividad de la construcción, como una palanca fundamental para el desarrollo del país, en el contexto de una economía social de mercado basada en la iniciativa privada» (Cámara Chilena de la Construcción, sin año).
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Cabe establecer que esta investigación analizó el período comprendido desde la emisión de la Circular N° 41 del 5 de diciembre de 2006 hasta el 5 de septiembre de 2011, fecha en que la Contraloría General de la República rechazó por primera vez la actualización. Finalmente el proceso culminó el 26 de noviembre 2013 con la publicación, en el Diario Oficial, de la aprobación del PRMS 100, instrumento que modificó el uso de suelo de 10.000 hectáreas agrícolas para convertirlas en urbanas (Esquema 1).
Análisis de los actores que participaron en el proceso El proceso, graficado en el Esquema 2, se inició con el posicionamiento del tema de la escasez de suelo urbano en la Región Metropolitana a partir de la presión de poderosos actores privados: la Cámara Chilena de la Construcción (CChC1) y la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI2), los que se apoyaron en los medios de comunicación tradicionales. Estas entidades gestionaron diversos estudios3, seminarios, editoriales y cartas en la prensa escrita, que posicionaron el tema en la agenda pública y visibilizaron las inquietudes del sector sobre las condiciones de desarrollo del mercado del suelo.
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Esquema 2 Principales instituciones implicadas en el proceso de elaboración del PRMS 100. Fuente: Elaboración propia.
El MINVU se hizo eco de las presiones e instruyó a la Seremi para que gestionara la nueva modificación. Se contrató a la empresa privada Atisba con recursos del PNUD para que realizara el estudio y, en concordancia con la autoridad, se inició el proceso de elaboración del PRMS 100 mediante la norma establecida en la LGUC. Mediante la Ley N° 19.300 se procedió al proceso de evaluación ambiental. La COREMA es la instancia que a esa fecha gestionaba el instrumento de evaluación y que finalmente emitía el Informe Ambiental, previa consulta a los diversos organismos que tienen potestades en el territorio. El proceso de aprobación de la modificación está normado en la Ley N° 19.175. A través del Gobierno Regional, el intendente y los consejeros regionales, que conformaron el Consejo Regional, dirimieron los conflictos entre las municipalidades, los concejales y los organismos locales que intervinieron en el territorio. Finalmente el CORE, mediante una votación, rechazó y luego aprobó el PRMS 100.
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2 La ADI se declara como una entidad gremial que agrupa a los principales actores de la industria inmobiliaria de Chile. Establece como misión promover el desarrollo de esta actividad en el país, promover el uso eficiente de tecnologías, construir un mercado informado y competitivo, y velar por un entorno urbano sustentable (Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, sin año.). 3 La CChC tiene una consolidada Gerencia de Estudios que permanentemente está publicando documentos de trabajo, tales como el Informe Curba o el Informe de Cambios Urbanos, informes sobre diversos IPTs e informes técnicos sobre disponibilidad de suelo urbano, además de difundir publicaciones con los comentarios de la entidad en referencia a los temas en discusión.
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Esquema 3 Principales actores (personas) implicados en el proceso de elaboración del PRMS 100. Fuente: Elaboración propia.
Paralelamente, diversas organizaciones civiles, tales como Defendamos la Ciudad, Ciudad Viva y Acción Ecológica, entre otras, que estuvieron en contra de la actualización, se apoyaron en diversos centros de estudios, observatorios y prensa alternativa para posicionar sus argumentos y dar a conocer a la opinión pública los efectos del proyecto. Las Leyes N° 20.855 y N° 20.500, recientemente implementadas, colaboraron en la consolidación de la participación ciudadana en el proceso (en el Esquema 3 se representan los actores involucrados).
Se señalaron los dos sectores estructurantes, el Estado y la sociedad civil. Dentro del Estado se identificaron las siguientes instancias: Gobierno central, de carácter nacional, donde se encuentran los actores sectoriales, los ministros, seremis y los directores del SEA; representantes del gobierno regional, intendentes, consejeros; y representantes comunales de elección directa, los alcaldes de las comunas afectadas. A su vez, la sociedad civil se compuso a partir del sector privado, representado principalmente por CChC, ADI y la empresa Atisba; las asociaciones sociales encabezadas por las Organizaciones No Gubernamentales Defendamos la Cuidad, Ciudad Viva, Femuc y Acción Ecológica, entre otras; y la opinión pública, que se estructuró a partir de los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita tradicional, la academia y algunos centros de estudios asociados a las universidades.
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Uno de los principales problemas detectados en este estudio fue el grado de discrecionalidad que adquirieron los actores durante el desarrollo del proceso. En este sentido, un actor clave fue el intendente designado por el presidente Sebastián Piñera, el militante de Renovación Nacional Fernando Echeverría, que se transformó en el principal facilitador del lobby ejercido por la CChC y otros privados. Una vez asumido el cargo, este ingeniero estableció que se quedaría en la administración sólo un año, y que su principal mandato era aprobar la modificación N° 100 del IPT. Estas declaraciones son completamente contradictorias si se sitúan en el contexto de que las decisiones en temas urbanos y territoriales exigen una mirada a largo plazo y conllevan una visión integral. Más allá de las justificaciones que presentó la autoridad respecto a la necesidad de expandir el límite para poder responder al déficit de vivienda social, es evidente que los intereses del ingeniero por aprobar el PRMS 100 tuvieron que ver con generar condiciones para activar el mercado del suelo urbano. Un antecedente concreto es que Echeverría fue presidente de la Cámara Chilena de la Construcción entre 2002 y 2004, período en que se venían gestando las presiones privadas para ampliar el límite. Además, durante su ejercicio en la Intendencia, el ingeniero mantuvo su participación en la empresa constructora Echeverría-Izquierdo, que en ese momento desarrollaba proyectos inmobiliarios en la ciudad de Santiago4. El ingeniero renunció a su cargo cuatro meses después de haber aprobado la modificación para asumir responsabilidades como ministro de Energía5. Su administración se extendió durante 16 meses, un menor promedio de duración respecto a los intendentes anteriores (18 meses)6. El claro conflicto de intereses generó diversas críticas, especialmente entre los consejeros que rechazaban la propuesta. Una vez que se aprobó el PRMS 100 en el GORE, y luego que el intendente renunciara a sus funciones, el consejero Sandoval (DC) solicitó a la Contraloría que se pronunciara acerca del eventual conflicto de intereses que afectaría a la autoridad, invocando el principio de probidad en el ejercicio de su función y su calidad de socio de la empresa constructora antes mencionada. En respuesta a esta solicitud, en el dictamen N° 53.507, de fecha 24 de agosto del 2011, la Contraloría estableció que «no se desprende de la presentación que la ex autoridad administrativa se encuentre en la hipótesis de conflicto de interés en relación a la modificación del Plan Regulador de Santiago, sin que por lo demás se adjunten antecedentes que den cuenta de la irregularidad que se denuncia ni de la forma en que la calidad que se le imputa hubiere influido en el ejercicio de sus funciones, al margen de que, en lo que concierne a la competencia de esta Contraloría General, la solicitud se ha formulado luego que se ha dejado el cargo de Intendente de la Región Metropolitana de Santiago». Aun así, es contradictoria la resolución de la Contraloría cuando la Ley estipula en su Artículo 62° que contravienen el principio de probidad administrativa «las conductas de intervenir en asuntos en que se tenga interés personal (…), como asimismo, participar en decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad». Cabe volver a resaltar que el intendente, al
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4 En una entrevista concedida al diario La Tercera, Fernando Echeverría señaló lo siguiente respecto de sus conflictos de interés: «Renuncié a los directorios y la verdad es que las cosas éstas no se topan con la Intendencia. Me desligué totalmente de la administración, pero sigo siendo accionista» (Cárcamo, 2010). 5 Cabe recalcar que la finalización de su administración se produce a partir del segundo cambio de gabinete del gobierno de la Alianza, cuando asume como ministro de Energía. Dos días después de aceptar el cargo, el ingeniero debió renunciar debido a los graves conflictos de intereses que generó su vinculación a diversas empresas constructoras que mantenían contratos con el Estado. 6 Ver: http://diario.latercera. com/2011/07/27/01/ contenido/opinion/1177903-9-continuidad-deintendentes.shtml y http:// www.plataformaurbana.cl/ archive/2011/07/23/carta-dela-semana-nuevo-intendente/
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momento de gestionar la modificación, mantuvo su participación en la empresa constructora antes mencionada. Finalmente, las iniciativas que se impulsaron para transparentar el conflicto de interés y controlar el manejo discrecional de la información en la toma de decisiones no se consolidaron. Los actores de oposición no lograron establecer el tema en la agenda pública y manejar adecuadamente la ventana de oportunidad para direccionar el proceso a su favor. Otros actores que determinaron la evolución del PRMS 100 fueron los consejeros. Estas autoridades de carácter regional eran elegidas de manera indirecta por los concejales comunales de representación directa. Este mecanismo de designación generó variadas críticas desde todos los sectores. Estos actores respondieron a intereses que no fueron transparentados en ningún momento del proceso, carecieron de legitimidad técnica y política para ejercer el cargo y, finalmente, no dieron cuenta pública respecto a las acciones y decisiones tomadas, lo que generó problemas de transparencia de información y discrecionalidad en el proceso de toma de decisiones. Seis consejeros de la Concertación, luego de rechazar la modificación en primera instancia el 30 de junio de 2010, cambiaron su voto y se expresaron a favor en la sesión extraordinaria del 30 de marzo del 2011. Los consejeros Altamirano y Grijalba (de la Democracia Cristiana); Díaz, Zulueta y Sottolichio (del Partido Por la Democracia); y Urrutia (del Partido Socialista), que se abstuvo de votar, cambiaron el curso de aprobación del instrumento. Básicamente, los consejeros establecieron que las observaciones por las cuales ellos rechazaron el proyecto PRMS 100 en la primera votación fueron consultadas y favorablemente respondidas por la Seremi. Por lo tanto, según ellos, no existieron razones técnicas para rechazarla en esta segunda instancia. Además, los consejeros expresaron como motivo principal de la aprobación su preocupación por la vivienda social y por los problemas de los allegados. Evidentemente, los argumentos presentados no poseían respaldo técnico ni político. El grado de influencia de cada actor se vinculó a su pertenencia a un sector específico. Cada sector aglutinó organismos u organizaciones que respondieron a un grado de cohesión institucional y se estructuraron en torno a un nivel determinado en la toma de decisiones (Esquema 4). Por ejemplo, los actores más influyentes (el intendente, la Seremi y la ministra) respondieron a organismos centralizados del Estado, de institucionalidad consolidada. La Cámara, por su parte, mantuvo estrechos vínculos con el ministerio sectorial. Los intereses del MINVU eran específicos, contables y verificables, tales como cumplir con ciertas metas sectoriales de déficits de vivienda e indicadores de crecimiento del mercado del suelo, la construcción y el negocio inmobiliario. Los actores con alguna influencia respondieron al sector de instituciones de carácter local que, dada sus características, se diseminan por el territorio. Los intereses detectados tenían un mayor nivel de generalización y subjetividad, siendo más difíciles de identificar. Finalmente, los actores de menor influencia, asociados generalmente a la ciudadanía, eran organizaciones desperdigadas, fragmentadas, de difícil organización, donde los intereses respondieron a diversos valores sociales colectivos difíciles de cuantificar y medir.
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Consejero
Intendente Seremi
Alcalde
Consejera
Consejera CChC
Defendamos la Ciudad
Alcalde
Ciudad Viva
Ministra CChC
Consejero
Ministra
Consejero
Alcalde Director SEA
Colegio de Arquitectos
Defendamos la Ciudad Universidad
Universidad
Director SEA
Conclusiones Podemos concluir que la mayoría de los actores con poder de decisión que aprobaron el proyecto de actualización no relacionaron su argumentación con una postura clara de construcción de ciudad, y que sus discursos no tuvieron una ideología que los sustentara. Provenientes de gobiernos de diferente tendencia, autoridades de corrientes opuestas se afanaron para que el PRMS 100 se aprobara. Esto produjo confusión ideológica e inexactitud técnica en la etapa de argumentación de las posturas, sumándole así un grado de opacidad a la legitimación de la decisión tomada.
Ciudad Viva
Colegio de Arquitectos
Esquema 4 Posición, intereses e influencias de los actores involucrados en el proceso de elaboración y aprobación del PRMS 100. Fuente: Elaboración propia.
Se concluye entonces que la variable principal que determinó el curso de la modificación no fue el consenso en torno a una concepción de ciudad basada en las ideas o valores comunes de una sociedad, sino que fueron más bien el mercado y la política sectorial focalizada los que empujaron a dos gobiernos de tendencias opuestas a trabajar por un mismo objetivo. El mecanismo de designación indirecta de las autoridades que guiaron y aprobaron la modificación generó diversos conflictos que repercutieron en el grado de transparencia del proceso. Es de suma gravedad que el intendente, cargo de confianza del Presidente, haya acotado su permanencia en el cargo hasta haber concretado intereses específicos que, claramente, no incluyeron el bien común. El grado de dependencia y la permanencia de esta autoridad en el cargo no generaron las condiciones mínimas para que las decisiones en materia de ciudad y territorio se consolidaran.
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Como hemos concluido anteriormente, la elección indirecta de los consejeros repercutió en la legitimación técnica o política del cargo. Este mecanismo ayudó a que los grados de discrecionalidad aumentaran, ya que estas autoridades respondieron a intereses desconocidos por la opinión pública, dificultando el control y monitoreo del proceso de aprobación. Las negociaciones internas no fueron protocolizadas, ni fueron de dominio público, por lo que los cambios de posturas fueron incoherentes con las decisiones antes tomadas. Ambos cargos, intendente y consejero, no responden públicamente por sus actos y no se establecen sanciones respecto a sus grados de responsabilidad. No existe el concepto de accountability en el proceso de toma de decisiones. En referencia a los intereses y grados de influencia de los diversos actores, podemos concluir que existió una correlación entre el nivel de centralización de la toma de decisiones, la consolidación de la institucionalidad, el control de la información y la especificidad de los intereses y su grado de factibilidad, lo que repercutió, finalmente, en el grado de influencia de cada actor durante el proceso (Esquema 5).
Consejero
Intendente Seremi Ministerio CChC Consejera Consejero
Alcalde
Defendamos Ciudad Viva Universidad Colegio de Arquitectos
Esquema 5 Grado de influencia, institucionalidad e intereses de los diversos actores implicados en el proceso de elaboración y aprobación del PRMS 100. Fuente: Elaboración propia.
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A mayor centralización, mayor consolidación de la institucionalidad y mayor control de la información, los objetivos y metas buscados fueron más específicos, cuantificables y medibles, lo que generó que la estrategia implementada fuera más fácil de consolidar. Al contrario, a escala local, con menor institucionalidad y menor control de la información, los objetivos y metas se construyeron a partir de diversas variables que no lograron conformar unidades identificables. Estos objetivos se constituyeron en torno a valores ético-sociales de mayor subjetividad que fueron difíciles de cuantificar e implementar.
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Recomendaciones de política pública 1. Liderazgo Se recomienda instaurar mecanismos que establezcan la gobernabilidad de la ciudad mediante la construcción del liderazgo de una autoridad independiente y legítima que conduzca imparcialmente el proceso de negociación de los diversos sectores. Este cargo deberá contar con las competencias necesarias en materia de decisiones territoriales y contar con incentivos para concretar planes y proyectos de corto, mediano y largo plazo. 2. Características de los cargos de representación Se recomienda que los cargos de representación decisorios sean elegidos mediante un proceso democrático. A su vez, se recomienda que estas autoridades posean cierto nivel técnico o acrediten legalmente asesoría técnica en la materia. 3. Proceso de negociación y lobby Se recomienda que las negociaciones que se generen durante el proceso de elaboración y aprobación de la modificación sean protocolizadas e informadas activamente a los diversos sectores. Se propone que exista un registro público de e-mails, llamadas telefónicas y reuniones que se concreten dentro de los recintos estatales, y se recomienda activar los proyectos de regulación de lobby que existen en el parlamento. 4. Sanciones y cuenta pública Se recomienda a todos los actores del gobierno central, provincial, comunal y de la sociedad civil que participan del proceso de negociación, establecer desde una primera instancia su declaración de patrimonio e intereses. A su vez, se promueve que las autoridades den cuenta pública y se establezcan sanciones legales referidas a las decisiones y acciones tomadas durante el curso de su mandato que vayan en contra de la probidad ética y administrativa del cargo. 5. Promoción de igualdad de condiciones a los actores del proceso Se recomienda que el Estado garantice la igualdad de condiciones en el proceso de negociación de los diferentes actores, fortaleciendo a los sectores menos aventajados, de menor poder y mayor disgregación y fragmentación, homologando y transparentando la información existente. En este sentido, se propone promover los consejos consultivos de cada organismo. Se recomienda además robustecer la descentralización de la toma de decisiones para equilibrar el poder de influencia entre el gobierno central, el gobierno regional, el gobierno comunal, el privado y la ciudadanía. — Trabajos citados Cámara Chilena de la Construcción. (sin año). Qué es CChC. Obtenido de www.cchc. cl/nosotros/que-es-cchc/ Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios. (sin año). Nuestra Asociación. Obtenido de www.adi-ag.cl/asoc.html Cárcamo, H. (17 de noviembre de 2010). Gobierno reactiva ampliación de radio urbano de Santiago y mide impacto en terrenos. Obtenido de Diario La Tercera: http://diario.latercera.com/2010/11/17/01/contenido/negocios/10-45014-9-gobierno -reactiva-ampliacion-de-radio-urbano-de-santiago-y-mide-impacto-en.shtml
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Arquitectura no es sólo obra
Una de las acciones más efectivas para visibilizar los diferentes ámbitos del quehacer de la arquitectura es su puesta en valor y publicación. Esto fue posible a través de la resignificación de espacios en la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo realizada en Valparaíso el 2015. Estos encuentros, que cada dos años presentan lo más destacado de la producción nacional, constituyen una instancia clave para la disciplina. Si bien en sus inicios el evento se limitó a un muestrario de edificaciones, posteriormente, con las muestras universitarias, la bienal se enriqueció con ideas y propuestas de estudiantes. Sin embargo, todas estas transformaciones siguieron orientándose a la obra, sin contemplar la amplitud de acciones propias de la arquitectura y el urbanismo. En su última versión, la XIX, la Bienal de Arquitectura y Urbanismo resignificó la muestra universitaria, ampliándola a una que llevaría el nombre de “Académica”, donde ya no sólo se exhibió el trabajo de estudiantes universitarios de un taller, sino que también se brindó espacio a nuevos desempeños como la investigación. De esta manera se abrió el abanico de posibilidades y temáticas a presentar. Así, se incluyeron áreas en que los arquitectos están interesados y en las cuales se están desempeñando actualmente, pero que carecían de un escenario a la altura de una bienal para ser reconocidas y destacadas. Prueba de esta demanda contenida fue la recepción de 156 propuestas en la sección de investigaciones, con una diversidad de temas que va desde el estudio de un material al análisis de una política nacional urbana, o desde el estudio del paisaje natural hasta las ampliaciones informales de la vivienda urbana, o bien desde la historia de la ciudad de Santiago hasta los últimos avances tecnológicos para las ciudades sustentables del futuro. Dicha variedad es un fiel reflejo de los campos disciplinares y profesionales pertinentes a la arquitectura y el urbanismo. Así, el Colegio de Arquitectos de Chile da un gran paso, a través de su bienal, en el reconocimiento de todo el espectro en que se ve implicado el gremio, generando oportunidades de visibilización y distinguiendo la labor de quienes, en este caso, enfrentan los diferentes desafíos de la profesión desde la investigación. Luego de una exhaustiva labor de revisión, selección y edición, el proceso concluye en los 27 artículos presentados en este proyecto editorial, el que no sería posible sin el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, que contribuyó con los fondos para su realización por la vía del concurso Fondart 2017 en la Línea de Arquitectura, Modalidad Difusión. El equipo editor de este libro agradece a la XIX Bienal de Arquitectura y Urbanismo, a su equipo curatorial, al Colegio de Arquitectos de Chile, a la Asociación de Oficinas de Arquitectos y a la Red de Escuelas de Arquitectura por generar esta instancia que permitió visibilizar la gran diversidad de actuaciones de la disciplina, sobre todo por la amplitud otorgada a la nueva Muestra Académica, espacio ahora no sólo para las escuelas sino también para estudiantes, gestores e investigadores afiliados o no a una institución universitaria.
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Tradicionalmente la labor de los arquitectos se asocia sólo al diseño de edificaciones. Esa mirada limita el actuar de estos profesionales a un solo tipo de proyecto —la obra—, contemplando únicamente un ámbito de su ciclo de vida: el diseño. Pero el actuar proyectual implica una serie de etapas, entre las que se incluyen un diagnóstico, el diseño de una idea, la planificación de su ejecución y la materialización de la propuesta. Así, es posible afirmar que un proyecto está compuesto por mucho más que el diseño y que éste no es más que una parte del proceso. Este libro expone una serie de investigaciones que representan diversos ámbitos pertinentes a la arquitectura, dando cuenta de espacios disciplinares y profesionales que muchas veces son olvidados o considerados ajenos al quehacer de los arquitectos. Con ello se pretende ampliar la visión que se tiene de la labor de estos profesionales, entendiendo que su quehacer contempla mucho más que edificar obras y considera el espectro completo del proceso de un proyecto, de manera tal que podamos comprender que arquitectura no es sólo obra.
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