L'Officiel Argentina September Issue

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SEPTIEMBRE 2021

Lección de estilo

JESSICA CHASTAIN

AÑOS de MODA Nº 32 $390 INTERIOR $20

Edición Aniversario



SEPTIEMBRE 2021

Descubriendo a

TIZIANA PISANI

AÑOS de MODA

Edición Aniversario



SEPTIEMBRE 2021

Poderosa

VIOLETA ALEGRE

AÑOS de MODA

Edición Aniversario


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SEPTIEMBRE 2021

Dibujar la vida

LUCIANA GARABELLO

AÑOS de MODA

Edición Aniversario


BORN IN LE BRASSUS


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MANIFESTÁ TU GRANDEZA




EDITORIAL 18

FRANCOISE HARDY

66

DECADA POR DECADA

20

SUS OJOS HABLAN

70

TEJER ALIANZAS

30

ALLEZ RETOUR

82

Por ANA TORREJON

Por TORI NERGAARD y PIPER McDONALD

Foto: MARCELO SETTON

Por FERNANDO GARCIA

Por ALESSANDRA CODINHA Fotos: ALEXI LUBOMIRSKI Estilismo: LAURA FERRARA

Fotos: MARCELO SETTON Estilismo: GABRIELA SETTON

24

PERSPECTIVAS 90 Fotos: AGATA SERGE Estilismo: KASIA JABLONSKA

56 102 ENSAYOS DE MODA Por DANIELA LUCENA

32

JOYAS 36 Por CELESTE NASIMBERA

TIEMPO AL TIEMPO

38

HOMBRE MODELO

40

MONSIEUR LE DIRECTEUR

42

Por CATA GRELONI PIERRI

Por ANDREA LAZARO

TEATRO 46 Por TERESA DONATO

MARCA FRANCESA

48

TORNEAR EL MUNDO

56

ESPACIO LA PRAIRIE

52

MODA CONTEMPORANEA

54

MEMORIA OLFATIVA

62

Por ROMINA ZANELLATO

Por FEDERICO FERRARI SANCHEZ

Por FEDERICO FERRARI SANCHEZ Fotos: NICOLAS VERA

Por FEDERICO KUKSO Ilustración: JUAN BERTONI



C’EST FRANSIA! Por CELESTE NASIMBERA Fotos: MARTIN PISOTTI Estilismo: DELFINA TULLI

96

60

PREMIERE 104 Fotos: JUAN MATHE Estilismo: MARCELA RUBINI

CERTAIN REGARD

110

REALISMO MAGICO

120

Fotos: CECILIA GLIK Estilismo: SILVANA GROSSO

Por MARIA MANSILLA Fotos: RAUL GUILLERMO Estilismo: AGUSTINA CHULIVER PEREZ Producción creativa: MOIRA BALL

118

CORAZON VIOLETA

124

EFECTOS ESPECIALES

128

RICHARD MADDEN

132

DECLARACION DE PRINCIPIOS

134

VOLAR, VOLAR

136

MESA DE NOVEDADES

144

EL SUR

148

UN SIGLO DE NOCHES PARISINAS

156

ULTIMA PAGINA

162

Por CATA GRELONI PIERRI Fotos: MARCELO SETTON Estilismo: GABRIELA SETTON

Por LOLA MONTEIRO Fotos: JULIO BARCENA

Por CATALINA DEL PINO

Por FACUNDO ABAL Fotos: POMPI GUTNISKY

Por IRENE AMUCHASTEGUI Fotos: GERMAN ROMANI

Por CELESTE NASIMBERA Fotos: FACUNDO DE ZUVIRIA, GERMAN ROMANI, STEVEN SIERRA, DINO BRUZZONE

Por SIMON LIBERATI

106 24

Por PIPER McDONALD & TORI NERGAARD


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DIRECTORA EDITORIAL

Ana Torrejón

DIRECTOR DE ARTE

EDITORA GENERAL

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COORDINADORA DE MODA

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Coronel Díaz 1617 (1425) CABA DIRECTOR Y PUBLISHER

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DISTRIBUCION CABA

DISTRIBUCION INTERIOR

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JALOU MEDIA GROUP MANAGEMENT

128, quai de Jemmapes 75010 Paris DIRECCION GERENTES COPRESIDENTES DE CONSEJO EJECUTIVO Y ADMINISTRATIVO

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CONTENIDOS EDITORIALES Y ARCHIVOS INTERNACIONALES

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EDICIONES INTERNACIONALES L’Officiel de la Mode, L’Officiel Hommes Paris, L’Officiel Voyage, L’Officiel ART International, Jalouse, La Revue des Montres, The International Watch Review, L’Officiel Island, L’Officiel Peak, L’Officiel Jewels, L’Officiel Arabia, L’Officiel Hommes Arabia, L’Officiel ART Arabia, L’Officiel Argentina, L’Officiel Austria, L’Officiel Baltics, L’Officiel Belgique, L’Officiel Hommes Belgique, L’Officiel ART Belgique, L’Officiel Brasil, L’Officiel Hommes Brasil, L’Officiel Chile, L’Officiel China, L’Officiel Hommes China, L’Officiel Cyprus, Jalouse China, L’Officiel India, L’Officiel Indonesia, L’Officiel Italia, L’Officiel Hommes Italia, L’Officiel Korea, L’Officiel Hommes Korea, La Revue des Montres Korea, L’Officiel Latvia, L’Officiel Lithuania, L’Officiel Hommes Lithuania, L’Officiel Malaysia, L’Officiel Mexico, L’Officiel Maroc, L’Officiel Hommes Maroc, L’Officiel Monaco, L’Officiel NL, L’Officiel Hommes NL, L’Officiel Philippines, L’Officiel Poland, L’Officiel Hommes Poland, L’Officiel Russia, L’Officiel Singapore, L’Officiel Hommes Singapore, L’Officiel St Barth, L’Officiel Switzerland, L’Officiel Hommes Switzerland, L’Officiel Thailand, L’Officiel Hommes Thailand, L’Officiel Turkey, L’Officiel Hommes Turkey, L’Officiel Ukraine, L’Officiel Hommes Ukraine, L’Officiel USA, L’Officiel Hommes USA, L’Officiel Vietnam. www.lofficiel.com

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Santé!

L’EDITO

La historia no se escribe sola sola.. Aquello que fue y que leemos con el afán de armar las secuencias es lo que supo ser conforme a una trama. Entre el deseo y la acción mediaron valores para moldear la realidad. Se enhebraron pasiones, esfuerzos, desaciertos y la tenacidad que suele ser la sal de todo proyecto. L’Officiel celebra 100 años. Lo hace enhebrando perlas. En sus páginas desfilaron talentos talentos,, subieron y bajaron ruedos de faldas, el pensamiento se despeinó en virtud de respuestas osadas que sintonizaban con lo que era imperativo contar. Dicen que el número mágico deviene de la combinación de los atributos del 1 y del 0 y que la duplicidad del último amplifica su influencia. Auguran nuevos comienzos, determinación, integridad, autosuficiencia e independencia. Una revista con historia es aquella que puede volver sobre sus pasos, construir un acervo, compartir y reformular sus objetivos. La primavera 2021 es una invitación a florecer recuperando el ritmo que perdimos por la pandemia. Levantamos la copa con ustedes por un ciclo en el que los derechos no se discutan,, los estereotipos se deconstruyan, la belleza discutan sea la de las multiplicidades y las cosechas rimen con el cuidado por los recursos. La sabiduría y la intuición son las llaves de la plenitud plenitud.. Que todo lo pasado no haya sido en vano. ANA TORREJON 28



DECADA por Década Con motivo de su centésimo aniversario, L’OFFICIEL presenta una selección de algunas de sus tapas más impactantes, superelegantes, las preferidas de todos. Las revistas de moda se juzgan por sus tapas. Alquimia misteriosa de fotografía lustrosa, estilismo inspirado y diseño gráfico que de algún modo captura el zeitgeist, la tapa es al mismo tiempo intemporal y reflejo perfecto del ahora. La revista de moda –a menudo calificada erróneamente de superficial– es una ventana significativa a la atmósfera cultural del momento. A lo largo de sus 100 años de publicación, L’OFFICIEL ha producido más de 1 000 tapas que, vistas en su conjunto, son un curso intensivo no solo en la historia de la moda sino también en el espíritu de nuestro tiempo. A medida que cada década desarrolla su personalidad estilística única –recurriendo a tendencias de ciclos previos sin dejar nunca de buscar lo nuevo y reflejando siempre las nuevas actitudes sociales– las

tapas de L’OFFICIEL construyen, número a número, un marco a través del cual comprender la naturaleza del sistema de la moda, las tendencias cambiantes y la sociedad misma. Desde sus primeros días como crónica de la industria de la moda parisina en expansión hasta su posición actual en el centro de la cultura, el arte, las celebridades y el diseño globales, L’OFFICIEL ha estado siempre atenta al pulso del presente, a la vez que anticipaba entusiasta el futuro. Las tapas de L’OFFICIEL son marcadores significativos de eras pasadas; cada una encierra un momento compartido de nuestra historia cultural y crea una línea visual de tiempo de un siglo de estilo. Disfruten la subjetiva selección de nuestras tapas favoritas de cada década.

Por TORI NERGAARD y PIPER Mc McDONALD 30



Julio 1921 El 20 de Julio de 1921, L’Officiel de la Couture et de la Mode lanzó su primer número. La simplicidad y el refinamiento de la tapa original resumen su origen como revista especializada, creada con el propósito de proteger y promover la moda francesa –más importante aún, la elegancia francesa– sin revelar sus secretos. El mismo diseño aparece en los tres primeros números de la revista y presenta un sencillo medallón rojo con una pareja que pasea por un frondoso parque, probablemente en la capital misma de la moda. La leyenda bajo la ilustración “Organe de propagande et de défense de toutes les Industries de la Nouveauté” [Organo de propaganda y defensa de todas las industrias de la novedad] deja en claro, en sencillas letras negras, la importancia de la moda para la industria y el comercio franceses. Aunque el diseño original de la tapa fue reemplazado rápidamente por versiones más glamorosas, el primer número recupera la concepción inicial de L’OFFICIEL como la voz oficial de todo lo que se relacionara con la moda francesa.

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Abril 1926 Celebrando la libertad y el entusiasmo del París de la posguerra en los años 20, L’OFFICIEL fue testigo de esa primera década como un momento de revolución cultural. Modernidad era la palabra que estaba en boca de todos y las modas femeninas reflejaban una actitud de vanguardia. La foto de la tapa de abril de 1926, tomada por la fotógrafa Madame d’Ora, ilustra a la perfección la tendencia de preguerra con estilos tomados de Oriente –y popularizados por Paul Poiret y Jeanne Paquin– combinada con la de posguerra con un guiño a la comodidad y al movimiento. El conjunto, diseñado por J. Suzanne Talbot lleva el nombre de Tito, el comandante militar romano. La modelo parece pronta a conquistar París, con un vestido de terciopelo de seda negro y un pañuelo inspirado en un casco con detalles dorados y bordados. Misteriosa, sugerente y lujosa a la vez, capta las infinitas posibilidades de esta nueva era.

Izquierda: Modelo fotografiada por Madame d’Ora para L’OFFICIEL, abril de 1926.

Abril 1931 En la década de 1930 las tapas de la revista mostraron la influencia de los movimientos artísticos de entonces, los resabios del art déco de los 20 que se suavizaron luego en la ilustración de la figura femenina hacia fines de la década. Esta tapa de abril de 1931 es totalmente modernista: celebra tanto la forma artística como la inclinación del movimiento hacia el cambio constante. Anticipando el logo, el nombre L’OFFICIEL está ilustrado por P. Covillot, que diseñó muchas grafías para las tapas de la revista a lo largo esos años. Figuras geométricas apiladas como bloques de letras brotan de la página semejando una estatua en tres dimensiones junto a la modelo. Como símbolo de la flamante obsesión de los franceses de la época con las vacaciones en la playa, la fotógrafa favorita de la revista, Madame d’Ora, presenta a la socialite Rosine Drean en una pose juguetona, vistiendo un traje de baño Jane Regny hecho a medida. El look de las piernas al descubierto era poco común para una era caracterizada por la elegancia francesa, pero fue precursor de las tapas de modelos en traje de baño de hoy. La ilustración de Covillot desdibujó las líneas que separan moda de arte, transformando así la tapa de la revista en una obra modernista, de vanguardia.

Derecha: Mademoiselle Rosine Drean fotografiada por Madame d’Ora para L’OFFICIEL, abril 1931.

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Octubre 1947 La evolución de las tapas de L’OFFICIEL a lo largo de los años 40 rinde homenaje a uno de los momentos de mayor tensión entre tendencias contrapuestas, pero más revolucionarios en la historia de la moda. Fue el último período en el que predominaron las tapas ilustradas; los años de la Segunda Guerra Mundial se caracterizaron por los diseños tenues y sutiles del artista italiano Léon Benigni. Hacia fines de la década, sin embargo, los amantes de la moda en todo el mundo ansiaban el regreso a lo que parecía una era pasada, el tiempo de las lujosas fantasías que ofrecía la Alta Costura francesa. Fue el ilustrador René Gruau quien respondió a este anhelo con la impactante ilustración de la tapa del número para las colecciones de invierno de 1947 de L’OFFICIEL: un tapado de piel de Christian Dior realizado en la silueta hiperfemenina de la maison de Nueva York. Gruau –antiguo amigo y colaborador de Monsieur Dior– se aseguró de que todas las miradas se centraran en esta creación icónica. Al colocar el tapado sobre un fondo plano color rojo vivo y delinearlo con un delicado trazo negro, Gruau logró que saltara de la página a la imaginación del lector, iniciando el regreso a los exuberantes diseños de la tradición de la Alta Costura de París.

Derecha: Modelo ilustrada por René Gruau para L’OFFICIEL, octubre 1947.

Septiembre 1953 Durante la década de 1950, las tapas de L’OFFICIEL se mantuvieron centradas en la moda, con una reminiscencia de las raíces de la revista como publicación especializada. Mientras que en las décadas precedentes reflejaban el momento cultural y la atención estaba puesta en la dirección artística, en los años 50 dejaron que la Alta Costura hablara por sí misma. Esta tapa de 1953 fotografiada por el Studio Pottier presenta a una modelo vistiendo un tapado de Christian Dior en la cumbre de la era dorada de la Alta Costura. Es inusual que no figure el nombre de una modelo de tapa, pero antes del auge de las celebridades y las supermodelos, la revista estaba orientada solo a la moda. En estos años lo habitual era ver a la modelo posando de manera elegante delante del sencillo telón de fondo de un estudio, luciendo un vestido de Lanvin o una capa de Balenciaga, iluminando exclusivamente la obra del diseñador. Para este número de otoño de 1953, la dirección artística, simétrica y deliberadamente minimalista, lleva la mirada al diseño de Dior. Se enfatiza en la silueta icónica del abrigo swing que en cierta medida marcó esta era tanto como el New Look de Dior. El estilismo actúa como complemento, para asegurar que el tesoro de la Alta Costura sea la estrella de esta tapa.

Izquierda: Modelo fotografiada por Studio Pottier para L’OFFICIEL, septiembre 1953.

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Octubre 1968

Febrero 1974

Cuando el terremoto juvenil de los 60 se adueñó del mundo de la moda con diseños innovadores de Pierre Cardin y André Courrèges, las tapas tradicionales de L’OFFICIEL, orientadas a la Alta Costura de los 50, fueron reemplazadas por fotografías brillantes e ingeniosas. En esta década lo importante era vestirse para uno mismo. Se incorporaron nuevas perspectivas de fotografía a la revista, como se ve en este número de octubre de 1968. Roland Bianchini experimentó con ángulos no convencionales. La modelo lleva un conjunto de jersey de Yves Saint Laurent, que en ese momento se convertía en ícono de la moda.

Las tapas de celebridades fueron un elemento fundamental de las revistas al ingresar al nuevo milenio, L’OFFICIEL publicó la primera en febrero de 1974. Se unieron dos símbolos de la cultura pop francesa: Jane Birkin, la inglesa preferida de París, y J-L Guégan, que la fotografió para la tapa. A diferencia de décadas anteriores, el centro de atención no era la ropa que vestía Birkin –un conjunto de Nina Ricci– sino su personalidad. El retrato de Guégan capturó su esencia de espíritu libre, que rechazaba el estilo elegante de la moda de Alta Costura. La bohemia Jane Birkin fue la consumada covergirl de los setenta.

Arriba: Modelo fotografiada por Roland Bianchini para L’OFFICIEL, octubre 1968.

Arriba: Jane Birkin fotografiada por J-L Guégan para L’OFFICIEL, febrero 1974.

Diciembre 1980

Febrero 1993

Los retratos ultraglamorosos de las tapas de L’OFFICIEL en los 80 evocan la clara adhesión de la moda a la extravagancia de la era. Siluetas audaces, colores brillantes y maquillaje muy definido reflejaron esos años de crecimiento económico sin precedentes, en que las mujeres eran cada vez más independientes. Diseñadores como Claude Montana y Thierry Mugler experimentaron con formas exageradas. Los trajes sastre y los hombros estructurados definieron la década. En la tapa de diciembre de 1980 de L’OFFICIEL tomada por Rodolphe Haussaire, esta fuerza y severidad se manifiestan en la intensa mirada de la modelo. Al pie, se lee simplemente “LE FANTASTIQUE”.

La moda de los 90 es sinónimo de la supermodelo. La tapa del número 777, con Tyra Banks fotografiada por Carlo della Chiesa, resume la actitud glamorosa y lúdica de la década. Banks, Claudia Schiffer, Linda Evangelista y Christy Turlington… Si bien las imágenes icónicas de las modelos generaban intriga, lo importante era otra vez la ropa. Para la tapa de febrero de 1993, el estilismo de Banks es íntegramente una realización de Karl Lagerfeld para Chanel. Presenta íconos de la marca como tweed sobre tweed, pantalones marineros, botas con puntera y –fiel al espíritu de los 90– un cinturón de cadena con logo.

Arriba: Modelo fotografiada por Rodolphe Haussaire para L’OFFICIEL, diciembre 1980.

Arriba: Tyra Banks fotografiada por Carlo della Chiesa para L’OFFICIEL, febrero de 1993.


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Marzo 2005 Con el avance de los años 2000, las supermodelos fueron reemplazadas en las tapas de L’OFFICIEL por las nuevas celebridades y las it girls vestidas de última moda. En una década marcada por su ascenso meteórico, creció el interés en las vidas privadas de las estrellas de cine, cantantes pop y socialites. Tras su actuación en Perdidos en Tokio, el film de Sofia Coppola premiado con el Oscar, Scarlett Johansson es el ejemplo perfecto de la estrella en ascenso en esta imagen de tapa de 2005 fotografiada por David Ferrua. Con lencería de Agent Provocateur cubierta de manera muy poco sutil por un trench de seda Dior de John Galliano, el estilismo revela el erotismo popular de estos años. Otras estrellas de tapa de los 2000 van de Vanessa Paradis y Uma Thurman a Lindsay Lohan y Marion Cotillard. Con el comienzo del milenio se produjo una redefinición de la fama, pero lo cierto es que el interés de la cultura pop en todo lo relacionado con la celebridad es uno de los elementos más perdurables de la década.

Izquierda: Scarlett Johansson fotografiada por David Ferrua para L’OFFICIEL, marzo 2005.

La moda y la cultura son imágenes en espejo una de otra, evolucionan conjuntamente con el tiempo. A medida que la equidad y la representación crecían en importancia en la década de 2010, la moda se esforzó por dejar de lado su imagen exclusiva y eurocéntrica, abriendo paso a modelos, creadores y voces diversos. El número de septiembre de 2016 de L’OFFICIEL se centró en la belleza negra, en consonancia con movimientos culturales que ponían el acento en las voces negras y desafiaban el racismo en las instituciones educativas, culturales, artísticas y otros ámbitos. La tapa fotografiada por Ellen von Unwerth presenta a las modelos e íconos Iman, Ciara, Ajak Deng, Maria Borges, Anais Mali, Grace Boi, Riley Montana y Adesuwa Aighewi vestidas con Dior Alta Costura, consagrando la importancia del aporte de las mujeres negras a la industria de la moda. El casting y el estilismo de esta tapa reconocen que la moda no es mera estética, es una herramienta para cambiar valores a través de la representación. En la década de 2010 la moda fue política y la revista de moda una plataforma poderosa para presentar voces diversas y celebrar perspectivas que no habían sido escuchadas.

Derecha: Iman, Ciara, Ajak Deng, Maria Borges, Anais Mali, Grace Boi, Riley Montana y Adesuwa Aighewi fotografiadas por Ellen von Unwerth para L’OFFICIEL, septiembre 2016.

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Traducción: Silvia Villegas.

Septiembre 2016



COLECCION

TEJER alianzas

Las manos de las mujeres wichis y una nueva noción de lujo.

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Santesteban es una marca con más de veinte años en el mercado y, desde el inicio, su ímpetu creativo fue establecer vínculos con artesanos y artesanas. Hace tres años, previo a una presentación en Milán, Verónica Santesteban decidió incorporar el tejido de chaguar a sus colecciones. Los patrones que utilizan son realizados por mujeres wichis, poseedoras de un saber ancestral y único. El objetivo de esta firma identificada con el lujo sostenible es la divulgación y conservación del patrimonio de las culturas originarias de la región, así como la revalorización de la autoría de cada una de las personas involucradas. Con espíritu de celebración Santesteban presenta una serie de fotografías realizadas por Marcelo Setton, que publica de modo progresivo en su cuenta de Instagram @santesteban_zapatos. Inspiradas en las pinturas flamencas y pensadas como bodegones, las imágenes muestran diferentes objetos de la colección con tejido de chaguar. En unión con la fundación Niwok, un porcentaje de la venta de cada uno de los productos de esta línea será donada para la construcción de un nuevo espacio de trabajo para las tejedoras. santesteban.net



Marilú. C. 1937. Colección D.P.

ENSAYOS DE MODA

Editorial Ampersand premió dos investigaciones que convertirá en libros. Una es sobre la influencia de la muñeca Marilú como formadora de gustos y tendencias. La otra cruza las diferentes maneras del vestir con el feminismo. Testimonios de las autoras. Por DANIELA LUCENA

“La historia de Marilú refleja la capacidad de una muñeca para representar y a la vez moldear hábitos y mentalidades”, dice Daniela Pelegrinelli, ganadora del Premio de Ensayo 2021 en la disciplina de Estudios de Moda, organizado por la Editorial Ampersand para celebrar su décimo aniversario. Su proyecto se denomina Prodigiosa Marilú. Muñecas, moda y educación femenina 1932-1960. La investigación Moda y feminismo, de Laura Zambrini, obtuvo una mención especial. Pelegrinelli nació en Coronel Pringles y es Licenciada en Ciencias de la Educación. Se desempeña en tareas de gestión cultural, formación docente y acciones relacionadas con museos, cultura 44

infantil y juego. En 2003 fue curadora de la muestra Muñecas. Memorias de la Infancia. Colección Castellano-Fotheringham en el Museo Isaac Fernández Blanco de la Ciudad de Buenos Aires y entre 2005 y 2010 sistematizó el archivo de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete. El libro parte de la muñeca Marilú para interrogar el mundo de la moda en vínculo con las infancias, el consumo y las prácticas de distinción. La historia de Marilú comienza en 1932 cuando su creadora Alicia Larguía lanzó al mercado una muñeca inspirada en Bleuette, juguete que la revista parisina de moda para niñas La semaine de Suzette regalaba a sus suscriptoras. En Argentina, las



Según Pelegrinelli “la historia de Marilú muestra que el juego con muñecas participa de la construcción de subjetividades, cimenta identidades y transmite pautas de conducta social forjadas como horizonte de pertenencia de clase. Vestir y desvestir muñecas es un ejercicio de apropiación de comportamientos y rituales del consumo de moda y de educación del gusto”. En su trabajo, resulta de especial interés el rescate de la trayectoria de Alicia Larguía y su papel central tanto en la creación de Marilú como en las distintas iniciativas comerciales que se desplegaron entre las décadas de 1930 y 1960 a partir de la icónica muñeca. Zambrini, por su parte, apuesta a una relectura del sistema de la moda desde una perspectiva tan actual como necesaria: los diálogos entre el vestir, el movimiento feminista y la desigualdad de género. La autora es Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet. Actualmente tiene a su cargo la cátedra de Sociología en la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en

primeras Marilú fueron importadas desde Alemania y su lanzamiento se hizo a través de la popular revista infantil Billiken de Editorial Atlántida. La revista vendía la muñeca en su sede central y publicaba semanalmente distintos moldes para que las “mamitas” –como llamaban a las pequeñas lectoras–confeccionaran distintos modelos de trajes y vestidos. El gran éxito comercial del juguete hizo que la muñeca pronto tuviera su revista exclusiva y también su propia tienda: la Casa Marilú, ubicada en Florida 774. Apelando al amor maternal como estrategia, el local ofrecía a las niñas un variado y precioso guardarropa realizado a escala, que incluía, entre otros, trajes de aviadora, patinadora, esquiadora, de comunión, guardapolvo blanco, disfraces, ropa de calle y de fiesta. Se vendían acompañados por muebles, pianos, automóviles y otras miniaturas que daban forma al universo de fantasía de la muñeca. Con el paso del tiempo, la firma también incorporó indumentaria para niñas y mujeres adultas en versiones prêt-à-porter y de Alta Costura. Entre sus consumidoras más famosas se encuentran varias celebridades de la época; incluso Eva Perón llegó a usar sus prendas.

“VESTIR Y DESVESTIR muñecas ES UN EJERCICIO DE APROPIACION DE comportamientos Y RITUALES”. — Daniela Pelegrinelli

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la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Desde mediados de los años 2000 se especializa en las relaciones entre indumentaria y teorías de género. En su libro, Zambrini recorre las críticas planteadas por el feminismo, de la primera a la cuarta ola, poniendo el foco en las alianzas entre moda y poder, como también en las resistencias a los mandatos que nos encorsetan. Al respecto, la autora señala: “Creo que vale la pena estudiar la moda desde una perspectiva de género porque nos permite identificar las matrices culturales sobre lo femenino y masculino que se expresan en los cuerpos vestidos a través de la historia. También brinda herramientas muy valiosas a la hora de diseñar, porque la moda también es un discurso y como tal, no es neutral sino político”. Ambas publicaciones que elegimos –integré el jurado junto con Ana Torrejón y Marcelo Marino- pronto saldrán a la luz bajo el sello de Ampersand. Consideramos que, con miradas vitales y renovadas, enriquecen nuestra comprensión de la moda como un fenómeno crucial de nuestra vida no solo íntima sino también social. n


NU EVA COLECCI ÓN

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JOYAS

Un siglo atrás Coco Chanel replicó la forma octogonal de la plaza Vendôme en la tapa del N° 5, su primer perfume. Ese trazado sigue viajando por el mundo en cada frasco y aún convoca a los visitantes a recorrer las maisons de Alta Joyería que allí se encuentran: Piaget, Chaumet, Boucheron, Cartier, Dior y Chanel entre otras. Fue también en esa plaza donde la francesa Sophie Lacombe empezó su vida laboral, primero en Balmain, luego en Baccarat y en Van Cleef & Arpels. Esas experiencias vinculadas al lujo y la tradición se combinaron con su formación como gemóloga. Un viaje y un amor modificaron la trama esperada y fue Buenos Aires la ciudad que la inspiró para crear Nue, Joaillerie Française en 2018. L’OFFICIEL: ¿Cuál fue tu experiencia en las tradicionales maisons de plaza Vendôme? SOPHIE LACOMBE: Estaba en la universidad cuando empecé una pasantía en Balmain. Fue el diseñador Olivier Rousteing quien me presentó la colección, que yo luego debería mostrar a las clientas. Y pensaba: “¿Esto me está pasando a mí?”. Seguí con una pasantía en marketing en Baccarat por seis meses, y también fue increíble. La casa está en el corazón de París y es como un palacio de cristal. La verdad es que yo no soy de París, soy del sur de Francia, de un pueblo de 2 000 habitantes y para mí fue un sueño hecho realidad. De todas maneras, en las casas de lujo se trabaja como en cualquier otra empresa, más horas diría. Son muy apasionados por lo que hacen, creo que esa es la gran diferencia con otros rubros.

Place Vendôme es algo bellísimo, pero resulta muy lejano en el tiempo... SL: En Van Cleef & Arpels por ejemplo, las piezas no son vanguardistas, pero la técnica lo es y eso me encanta. Aprendí muchísimo visitando los talleres; también tienen una escuela que te capacita para tener tu propia joyería en París. Cuando sos empleada también podés acceder a los cursos; aprendí un montón de cosas sobre la técnica y esa parte no la tenía. Nunca antes había visitado un taller de joyería. L’O:

EN

tránsito

Comenzó adquiriendo experiencia en su país, en maisons como Balmain y Van Van Cleef & Arpels. Arpels. Hace tres años, Sophie Lacombe creó Nue,Joaillerie Francaise con piezas que conectan sus raíces con su fascinación por Buenos Aires. Por CELESTE NASIMBERA

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¡Luego viniste a Buenos Aires! Amo Buenos Aires. Tiene diseño y me llamó muchísimo la atención la oferta. La ciudad está buenísima Además, hay muchas emprendedoras y marcas vanguardistas. El diseño argentino tiene detalles muy propios que no se ven en otras partes del mundo. Es distinto y superinteresante. Con respecto a la joyería, me di cuenta de que el consumo es diferente. En Europa las piezas son livianas y minimalistas, pasan más inadvertidas; en Argentina son más grandes, vistosas y no suelen tener piedras preciosas. Creo que mi marca es un híbrido entre los dos estilos. L’O: SL:

¿Cómo proyectás comercialmente Nue, Joaillerie Française? Es un lujo accesible. Quiero generar este tipo de producto fino, pero para gente más joven. Siempre tengo opciones: voy a seguir haciendo joyería de muy alta gama con diamantes y oro, pero también en plata y enchapados para que estén al alcance de otro público.

L’O: SL:

Nue posee líneas en las que combina el savoir faire francés, el chic parisino y ciertos guiños porteños. Las piezas están realizadas en plata 925, oro 18 quilates, platino y gemas. Se hacen a mano y por encargo. La comercialización es a través de su tienda en línea en www.nuejoaillerie.com. n



RELOJES

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TIEMPO al TIEMPO Nuevos diseños y materiales para disfrutar de cada minuto.

Las firmas tradicionales de alta relojería deslumbran con modelos precisos, complejos, con gran nivel en los acabados. Recuperar modelos míticos es una tendencia sólida, igual que proponer estéticas rejuvenecidas, nuevos formatos, y materiales más ligeros y resistentes. Nuestros elegidos: 1. Jaeger-LeCoultre, Reverso Classic Monoface El acero, puro y elegante, es un elemento clave de este reloj, igual que su estilo atemporal, y su tamaño reducido que le aporta delicadeza y personalidad. En la muñeca, los reflejos relucen desde la pulsera de cinco eslabones hasta el fondo liso de la esfera. 2. Longines, Hydroconquest Este reloj de buceo se desenvuelve tan bien en el mar como en la ciudad. Tiene una hermeticidad superior a los 300 metros (requisito primordial para un reloj de submarinismo) y gran visibilidad en condiciones de poca luz. Muy a favor, su atractiva esfera verde y el brazalete de caucho. 3. Cartier, Pasha Después de la versión de 35 mm lanzada en 2020, evoluciona hacia una mayor feminidad con un nuevo tamaño de 30 mm. Un diámetro de reloj joya para uno equipado con un movimiento 50

de cuarzo y otros detalles que lo distingue: las iniciales grabadas bajo la cubierta de la corona y los brazaletes intercambiables. 4. Panerai, Luminor Chrono Una mecánica de avanzada le permite a la marca reafirmar su papel destacado en el ámbito de la cronografía con nuevos modelos. Con una caja de 44mm de acero satinado y bisel de acero pulido, Luminor Chrono tiene contador de minutos del cronógrafo ahuecado a las tres horas y segundero pequeño a las nueve horas. 5. IWC, Gran Reloj de Aviador Edición “Las Vegas” Este modelo de edición limitada de la marca suiza IWC Schaffhausen (solo se hicieron 250 piezas) tiene caja de acero fino, cuerda automática con reserva de marcha de siete días, un diámetro de 46.2 mm y esfera plateada con luminiscencia. Lleva brazalete de cuero negro. 6. Montblanc 1858 Geosphere UltraBlack Esta pieza, un icono de la colección 1858 Montblanc, incluye la complicación de manufactura con indicación de todas las zonas horarias, además de dos globos de hemisferios giratorios abombados que dan una vuelta completa en 24 horas. El diseño celebra el color negro. n



PASAREL AS

Hombre MODELO De Rosario a las semanas de la moda internacional, Nicolás Ripoll desfila y hace las gráficas de las etiquetas más prestigiosas. Ahora además sueña con cumplir su proyecto: tener un petit hotel sustentable frente al mar. Por CATA GRELONI PIERRI

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Nicolás Ripoll cree que parte de su éxito en la moda se debe “a las vueltas de la rueda kármica”. Una energía poderosa que quedó en el aire y que él vino a materializar. “Mi madre siempre fue muy bonita y de joven quiso ser mannequin, pero a los 19 años quedó embarazada de mi hermana mayor y desistió de su proyecto. Creo que esos deseos quedaron flotando y los concreté yo”, dice el modelo, que además asegura que “la vida es un nudo infinito”. La carrera de Nicolás tomó vuelo a los 18 años y lo llevó desde el barrio inglés y ferroviario de Fisherton, en su Rosario natal, hasta compartir la mesa con Karl Lagerfeld, trabajar con Donatella Versace o pasar tiempo en las oficinas de Miuccia Prada. Al terminar la secundaria, Nicolás empezó a trabajar en un estudio de arquitectura diseñando renders cuando con su madre decidieron enviar por mail un par de fotos suyas a una agencia de modelos en Buenos Aires. Las vueltas de la vida –o de la rueda– hicieron coincidir ese envío con la llegada a la ciudad de una importante booker de la agencia parisina de modelos masculinos Bananas, en plena búsqueda de caras nuevas. Dos meses después, el morocho de ojos oscuros, mandíbula angulosa y jopo a la Elvis estaba desfilando para Prada en la Semana de la Moda de Milán, con un contrato de exclusividad por tres temporadas que hizo crecer exponencialmente su carrera y lo convirtió, hace ya 12 años, en una de las caras más deseadas. Desde ese instante se instaló en Le Marais, en el centro de París, en un edificio antiguo y chic con jardines internos de estilo francés desde donde viaja –por desfiles o publicidades– a Italia, Rusia, Turquía, Portugal y México. Con el trabajo sostenido fueron llegando las pasarelas de Kris Van Assche, Gianfranco Ferré y Chalayan; las campañas de Furla, Valentino, Fendi y Karl Lagerfeld, o los comerciales del gigante del retail sueco, H&M. Todavía recuerda con simpatía la primera vez que vio su cara en una gigantografía, en París. “Cuando empecé en la moda, no tenía ningún conocimiento de quién era quién, así que andaba con mucha soltura y seguridad, y siempre traté a todo el mundo con el mismo respeto, desde el último asistente hasta Miuccia Prada”, señala sobre sus inicios. Ripoll comenta que lo mejor que le dio esta carrera fue la posibilidad de viajar a lugares impensados, aprender idiomas –habla italiano, francés, portugués e inglés– y acercarse a personas talentosas de quienes absorbe diferentes conocimientos. “Estos 12 años viviendo afuera fueron pura formación. Aprendí a autoabastecerme, a ser profesional y a entenderme a mí mismo como persona, pero además conocí en profundidad a gente que admiro mucho, como los fotógrafos Paolo Roversi y Willy Vanderperre, o el estilista Olivier Rizzo”. Instalado ahora en la casa de su tía en Rosario, donde eligió pasar la pandemia, dice que aprovecha el tiempo para volver a ver a amigos de su infancia y adolescencia, y leer. “Me reencontré conmigo mismo y me llené de información; estoy como loco leyendo sobre el universo, la ciencia y la filosofía”, agrega. Este rosarino curioso de 34 años que trabajó y conoció a los popes de la moda siempre mantuvo los pies sobre el suelo. “La moda puede ser muy despectiva, pero nada es personal. Todo gira en torno a la economía y a lo que estás vendiendo, por eso es importante que no te afecten las emociones o inseguridades personales. Está bueno tener en claro que uno está ahí para cumplir un rol, que puede ser muy lúdico, y para vender un producto. Sin embargo, en un momento te empieza a aburrir que sea solo salir lindo para las fotos y querés mayores desafíos”, dice Ripoll a quien este año en pausa le sirvió para empezar a desarrollar su máxima fantasía: un proyecto energético y espiritual en Ecuador. “Sueño despierto con un petit hotel sustentable frente al mar para recibir gente de todo el mundo que necesite desacelerar su ritmo de vida; cocinarles y hacerlos sentir como en su casa”. Si la vida es un sueño o un nudo infinito, Nicolás está dispuesto a recorrer todos los caminos que le tiene preparados. n


I WANT TO LIVE A LIFE FROM A NEW PERSPECTIVE CHANGE YOUR MIND AND YOUR LIFE CHANGEs


MONSIEUR

le Directeur

El argentino Santiago Esses se incorporó al prestigioso museo parisino de arte contemporáneo, Jeu de Paume. Paume. Conversamos con él sobre su nuevo rol y su obra autoral. Por ANDREA LAZARO

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L’TALENT

Santiago Esses supo que iba a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de París cuando en un viaje familiar, siendo adolescente, cruzó las puertas del imponente edificio y recorrió sus salas. La preparación artística que comenzó de niño y los estudios primarios en el Liceo Francés de Buenos Aires habían alimentado esa certeza. Cuando llegó el momento de concretar el sueño de infancia se instaló en la capital francesa para preparar durante dos años el ingreso a la influyente academia que anualmente admite solo al 2 % de sus postulantes. Ya han transcurrido diez años desde su arribo a la ciudad que adoptó como propia. En noviembre del 2020 fue incorporado al personal del Jeu de Paume como director técnico. El Museo, ubicado a pocos metros de la célebre Place de la Concorde, se especializa en arte contemporáneo. ¿Cómo comenzó tu búsqueda artística? De manera infantil, casi naif, como siempre que arrancás a temprana edad. Empecé con dibujo, pintura, algo en arcilla, cosas como bastante rituales, mayormente dentro de lo figurativo. Llegué a París con la voluntad de seguir con la pintura… Acá se abrió un mundo hacia otras prácticas que no siempre tenían que ver con mis materiales, pero sí con las ideas que quería explorar. En la universidad tuve la oportunidad de aprender diferentes técnicas que fueron modificando mis gustos y posibilidades. Paulatinamente, el soporte de la obra fue mutando desde la instalación y la escultura hacia otras vertientes más vinculadas con la fotografía, el video y el sonido. L’OFFICIEL:

Fotos: gentileza Julio Artist-run Space.

SANTIAGO ESSES:

¿Qué materiales elegís en la actualidad? Hoy por hoy trabajo sobre todo con metal –me profesionalicé en eso– aunque no de manera exclusiva. Es un medio que me conviene por sus capacidades técnicas y estéticas, y por algunas cuestiones en torno al peso y la materialidad que me interesan particularmente.

L’O: SE:

¿Cómo incorporás la fotografía a tu práctica artística? Me acercó al tema un compañero de estudios. Después, me regalaron una cámara simple que al principio usé solo con el fin de documentar. De a poco fue tomando un lugar más esencial. Siempre vi en la fotografía analógica algo único, instantáneo e irreproducible, frágil a la vez. Durante mucho tiempo tomé como recurso la dimensión de objeto que tienen la película y el negativo. Imprimía e integraba las imágenes a obras que tenían que ver con el volumen. Más tarde incorporé lo digital para trabajar con la imagen en movimiento. L’O: SE:

¿En qué consiste tu tarea como director técnico del Jeu de Paume? Como en la mayoría de los organismos culturales franceses, hay una dirección general a la que reportan la dirección creativa y la técnica. Desde esta última, me ocupo básicamente de que las cosas se hagan, de asegurar que todo funcione desde un punto de vista logístico. Para eso estoy en contacto con los artistas y las diferentes instituciones que pudieran intervenir. También estamos a cargo de las políticas de conservación, que son de aplicación muy rigurosa. Los parámetros preestableci

L’O: SE:

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Fotos de la Exhibición Assemblage #26 Les âges de la mue, Santiago Esses y Julie Joubert.

¿Cuál es el enfoque del museo sobre las artes visuales contemporáneas? Marta Gili, nuestra directora anterior que ahora conduce la escuela de fotografía de Arlés, tenía una mirada muy política y feminista acerca de lo que debía ser una propuesta museística. Ella delineó cambios muy importantes en los contenidos. El actual director general, Quentin Bajac, asumió en el 2019 tras ser el curador de fotografía del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Nueva York. Mantenemos una relación muy fluida con el MoMA, de hecho, estamos trayendo para septiembre una colección de obras fotográficas maestras de las décadas del 20 al 50. Con Bajac llega toda la experiencia relacionada con la institucionalidad y la historia de la fotografía. Los planes para los próximos años pasan por diversificar y ampliar la oferta cultural hacia otros campos y disciplinas ligadas a la imagen.

L’O: SE:

“ESTOY CONCENTRADO EN UNAS esculturas QUE SE acercan AL lenguaje DEL MUEBLE, ME GUSTARIA IR HACIA UN ARTE que rodee A LAS PERSONAS”. 56

Reabrieron en junio con la exhibición dedicada al fotógrafo alemán Michael Schmidt ¿Cómo fue el regreso del público a las salas? SE: Superbien, fue una gran alegría recibir a la gente y dejar de circular por las salas vacías. La mayoría de nuestros visitantes es de origen internacional, por lo que la situación aún es algo complicada. Hacia fines de julio implementamos el pasaporte sanitario, esperamos que en los próximos meses todo se vaya normalizando un poco. L’O:

L’O: Este año participaste en una exhibición junto con la artista francesa Julie Joubert en la galería parisina Julio Artist - run Space ¿De qué se trató la puesta? SE: El hilo conductor de la muestra Les âges de la mue [Las edades de la muda] fue nuestra relación con la infancia y la adolescencia. Julie, una gran fotógrafa y amiga, sigue desde hace años la historia de un joven en proceso de reinserción social y búsqueda de sí mismo. Yo presenté una serie de esculturas-mueble con las que propuse una reflexión acerca de los mitos fundantes de la infancia y cómo se van reformulando a lo largo del tiempo. Esa mitología contiene elementos de Los cuentos de la selva de Horacio Quiroga. Es como si aquellos fantasmas se cristalizaran al punto de transformarse en objetos que luego se integran a nuestro paisaje, como los muebles de una casa. L’O: ¿Cómo combinás el nuevo desafío en el Jeu de Paume con tu búsqueda personal? SE: Desde un primer momento fue importante guardar relación con mi obra, pero en estos últimos meses se empezó a imponer la idea de trabajar para mí sin la urgencia de mostrar lo que hago. Estoy concentrado en unas esculturas que se acercan al lenguaje del mueble, me gustaría ir hacia un arte que rodee a las personas. Hoy en día me resulta interesante producir más introspectivamente, incluso, preguntarme cuál es la pertinencia de seguir creando con los medios habituales. A raíz de eso estuve indagando en reutilizar materiales y reciclar objetos. A partir de la realidad sanitaria que atravesamos creo que es oportuno cuestionar las propias prácticas y la dinámica productivista en la que estamos inmersos, para pensar en lo que hacemos bajo una nueva perspectiva. n

Fotos: gentileza Julio Artist-run Space.

dos de luz, temperatura y humedad se respetan al decimal. En lo cotidiano, pasan por nuestras manos otras actividades como las pedagógicas, los conciertos y la proyección de films.



TEATRO

CAE la noche tropical Dos mujeres de ochenta años con mucho para decir sobre la vida. El libro de Manuel Puig vuelve a subir al escenario.

Una forma de no morir es que quienes te sobreviven te recuerden. Con la reposición de Cae la noche tropical, Manuel Puig renace en cada función. Esta obra ambientada en los 80, se estrenó en 2018, treinta años después que se publicara el libro, y vuelve al Teatro San Martín durante septiembre. La versión teatral fue escrita por Pablo Messiez que leyó la novela a los 16 años y sintió que algún día la llevaría al escenario. Compartió la adaptación con Santiago Loza y juntos armaron un texto que da gusto escuchar. A la puesta original se suma en esta reposición la dirección de Leonor Manso. Ella e Ingrid Pelicori son Luci y Nidia, dos hermanas que transitan los ochenta años compartiendo su vida envueltas 58

en vestidos floridos, creación de Renata Shusshein. Las protagonistas sienten, en palabras de Puig: “la melancolía por la cercanía de la muerte”. Viven en Río de Janeiro, rodeadas de plantas, sabiendo que el futuro es más corto que su historia. Con una atenta mirada a la calle, donde pasan “cosas”, hojean una revista, esperan el llamado de un hijo, picotean algo en la cocina y comentan la vida de Silvia (a cargo de la actriz Eugenia Guerty), una vecina de cuarenta años que sufre por amor, pero les trae aire fresco. Como dijo Puig cuando presentó su libro: “Esta es una novela sobre cómo los viejos necesitan a alguien joven a quien amar”. n En la sala Casacuberta del Teatro San Martín.

Foto: Gentileza Carlos Furman.

Por TERESA DONATO


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MARCA francesa Lo que Agnès Varda nos legó. Su cine feminista y su influencia en las directoras argentinas. Por ROMINA ZANELLATO

Sentada en una silla de director delante de la pantalla de un cine y frente a un pequeño público que la escucha con atención, Agnès Varda cuenta sobre su vida. “Fui feminista y lo sigo siendo”. Tiene casi 90 años y habla despacio pero con picardía, es el ronroneo francés de una señora tímida pero juguetona. La cámara está entre la gente y la toma; viste de violeta y tiene su clásico corte de pelo redondo como un casquito; mitad blanco, mitad rojo. Se mueve, enfatiza lo que dice desplazando el cuerpo hacia delante y atrás, marea unos anteojos entre las manos: “y debo decir que los asuntos que rodean a la liberación de la mujer, en especial, las políticas respecto del cuerpo, me conciernen de verdad. Por ese entonces había luchas por el aborto…”. La imagen corresponde a su última película Varda por Agnès, un ensayo autobiográfico que recorre su trayectoria como una de las directoras y guionistas más importantes de la cinemateca del mundo, una precursora de la Nouvelle Vague. Dejó una huella clara y profunda en la obra de las mujeres y disidencias que vinieron después, incluso sin saberlo, incluso sin considerarse feministas, incluso en el sur del mundo, incluso en Argentina. Pero, ¿quién era? Varda nació en 1928 en Bruselas, hija de padre griego y madre francesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia se refugió en Sète, sur de Francia, donde a los 26 años, la joven Agnès filmó su primera película, La Pointe Courte, en 1954. Con poco presupuesto, casi artesanal, la película fue precursora de un estilo que después haría famosos a JeanLuc Godard, Jacques Demy –el amor de su vida– o François Truffaut: alterna relatos locales reales con el diálogo ficcionado de una pareja en crisis. El influyente crítico y teórico de cine 60


L’INSPIRATION

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André Bazin definió su primera película como “libre y pura”, y así puede definirse a Varda, porque ella era su obra. Agnès murió en 2019 y fue una mujer, feminista, delante de una cámara. El cine de Varda está lleno de historias de personas reales. Buscó su propia identidad y la de las comunidades que retrató a través de su obra: los cosechadores de papa franceses, los vecinos de su calle, los artistas de murales colectivos en Los Angeles, los viajeros solitarios y perpetuos de Europa, las mujeres de los setenta militando por la emancipación, los Panteras Negras o aquellos sucesos de la vida: el amor, la infidelidad, la enfermedad, el paso del tiempo. Sin embargo, eso no se convirtió en su sello de autora, lo que pasó a través de las generaciones de cineastas. Varda es su mirada, pero sobre todo es la forma en que mira. El cine para ella era una composición donde las formalidades estaban disponibles para la narración, donde la ficción y la realidad se mezclan, conviven y se alimentan. Su obra, que abarca cortometrajes para la televisión, largometrajes premiados, instalaciones en museos y documentales, está libre del corsé de los géneros. Lo que hace, según sus palabras, es “preparar una película con los elementos de la realidad”. Y es ese gesto de transgresión el que se puede ver en el cine de nuestras autoras locales. No es difícil encontrar una huella de Agnès Varda en la obra de Lucrecia Martel, Ana Katz, Albertina Carri o Agustina Comedi.

En Los rubios (2003), el documental donde Carri utiliza recursos narrativos de la ficción para componer una historia –la de una hija que intenta investigar cómo fue el momento en que los militares secuestraron y asesinaron a sus padres–, se puede observar el mismo gesto de transgresión de las formas. La cineasta argentina juega con la solemnidad con la que se trata el tema de los hijos de desaparecidos e incluye en su película líneas ficcionales en el guión y lenguajes plásticos para narrar. Algo similar se puede ver en El silencio es un cuerpo que cae (2017), el documental de Comedi donde la operación artística también parte de la no ficción: de cientos de horas de grabaciones que había filmado su papá durante sus últimos años de vida. 62

VARDA ES SU MIRADA, PERO SOBRE TODO ES LA forma EN QUE MIRA.

Ella las recortó, investigó, operó e hizo conjeturas sobre la vida de él. Trabaja con material de archivo, con ficcionalización y con distintos materiales fílmicos. “Varda para mí es como un gran referente. Es muy lúdica, muy libre, creo que eso es lo que más me conmovió de su cine”, dice. Desde Portugal, donde está filmando, Comedi valora el carácter del cine ensayo vardeano, porque tiene la capacidad de hacer convivir materiales muy diversos y romper los límites entre ficción y documental. “Su libertad para jugar o tensionar las formas, para construir con elementos que difícilmente podrían convivir, son para mí su mirada sobre el mundo”. En la misma sintonía de pensamiento está una de las editoras del libro Tránsitos de la mirada. Mujeres que hacen cine, Agustina Pérez Rial. Para ella hay denominadores temáticos que las mujeres del cine argentino –entre las cuales cuenta a Anahí Berneri, Toia Bonino y Celina Murga– están planteando en paralelo a la obra de Varda: “Estas historias aparentemente chicas donde ponen el ojo, esos lugares que enfatizaban en sus puestas en escena, sobre todo en lo cotidiano, son para mí denominadores comunes”. El escritor y realizador audiovisual Fermín Acosta investiga el cruce entre imágenes, géneros y sexualidades, y para él la influencia de Varda en el cine feminista argentino es transversal y más evidente aún a partir del 2000. “Ella sostuvo la pregunta ligada al feminismo, a la autonomía económica laboral, al aborto, al cuerpo, al deseo, al placer, a la posibilidad de hacer un cine desde una perspectiva personal, asuntos que traficó en su obra de un modo novedoso, moviendo estándares”. Pero no estaba sola en el mundo. Al mismo tiempo que Varda, la argentina María Luisa Bemberg demostraba ser una activista feminista comprometida. Fue cofundadora de la Unión Feminista Argentina (UFA) en 1970, y en 1972 estrenó El mundo de la mujer, una aproximación irónica a las grandes ferias de venta de productos femeninos para “conquistar al hombre” que se organizaban en La Rural. También ella utilizó en esta historia imágenes documentales montadas sobre una ficción. De alguna manera, dialogaron. En 1971 y junto con Simone de Beauvoir, Marguerite Duras, Jeanne Moreau y Catherine Deneuve, entre otras, Varda fue una de las 343 firmantes del petitorio por la legalización del aborto seguro y gratuito en Francia. Su libertad con las formas cinematográficas fue un cauce secundario del río del arte, un torrente salvaje pero moderno, y a la vez universal. El activismo de Varda tenía contemporáneas en la lucha y también, con los años, adherentes en la mirada, en el juego de las transgresiones. Una cualidad innegable en la obra y la vida de la cineasta francesa. n


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el mundo

Santiago Lena da vida a objetos de cerámica que maravillan al verlos en la mesa de un restaurante o en un museo. La alfarería es su arte y oficio. “El mínimo detalle de una pieza lo dice todo”, comenta el alfarero ceramista y artista Santiago Lena desde su casa-taller en Córdoba. En los últimos años desarrolló la vajilla de grandes restaurantes de la Argentina y creó diferentes piezas que fueron exhibidas en el país y en el exterior. “Hacer cosas que estén bien hechas: ese es mi objetivo”. Nació en 1979 en Puerto Madryn, Chubut, y en su adolescencia empezó a interesarse por la escultura a través de libros de artistas como Miró y Picasso. Sus primeras creaciones fueron muñequitos con masilla artística. “Hacía series de pingüinos y lobos marinos, que luego vendía”. Fue el torno alfarero el que lo deslumbró. “Aprendí solo. Empecé a practicar y en pocos días estaba torneando bastante bien y rápido”. Realizó objetos para negocios regionales con un socio y luego con su hermano. Al mismo tiempo, tocaba en un conjunto de jazz en su ciudad. En 2006, cerró todo y se mudó a Córdoba, donde su vida se dividió entre la producción y la banda de rock de la que formaba parte. “Me empezó a desgastar la vida de músico y, en 2011, tomé la decisión de centrarme en la cerámica: me puse a dar clases, y a estudiar sobre pastas y esmaltes. Quería dar un salto”. Y dio el salto. En 2013, Javier Rodríguez, chef y dueño del restaurante El Papagayo, en Córdoba, lo convocó para que realizara los platos de la vajilla. “Me impulsó a crear piezas para gastronomía; un sector con mucho prestigio en todo el mundo”, cuenta. Luego trabajó para otros cocineros como Germán Martitegui, Narda Lepes y Gonzalo Aramburu. “Es difícil armar un espacio sin pensar en la vajilla, ya nadie tiene la de loza. Hay mucha oferta y eso nos ayudó mucho a los talleres”, afirma. Ahora, cuenta que está en un proyecto

con Pedro Bargero. “Va abrir un lugar de sushi, y se me ocurrió crear piezas con un mix entre lo japonés y el norte argentino”. Al ver sus objetos en las mesas de esos restaurantes, muchas personas quisieran comprarlos para la casa. “Pensé una vajilla que recopilara todo lo que vengo haciendo hace veinte años. Así fue que nació Mansha, que significa completo en japonés, una línea que incluye tazas, platos, fuentes, jarras y teteras, en diferentes medidas”. En 2012, comenzó a desarrollar en paralelo su obra. “Partí de la alfarería para hacer esculturas. Logré unas vasijas que eran como una especie de monstruitos”. La primera muestra en la que participó fue Brizna, en la universidad cordobesa Blas Pascal. Le siguieron otras exhibiciones grupales hasta que en 2017 tuvo su primera individual: Húmedo, que presentó en El Gran Vidrio de Córdoba, y en el Centro Cultural Kirchner y la Fundación PROA en Buenos Aires. “Tenía que ver con el lenguaje de la alfarería, con esa relación tan íntima con mi oficio. Construí una especie de caverna de arcilla y tierra, a la que te podías acercar y mirar adentro; un mundo tan extraño como natural”. Participó en otros proyectos, como Entrevero, con Cristián Mohaded y Josefina Roca, y Ad-Hoc o cómo vivir juntos, una exhibición que lo llevó a México. “En mis obras pongo honestidad emocional e intelectual; un compromiso con lo que estoy haciendo más allá de lo que después se muestre”. Hoy está trabajando en productos para clientes, en su línea personal y en unas lámparas que lanzará con Mohaded y la firma Mínimo. A la par, desarrolla piezas para una muestra que hará en junio en una galería cordobesa. La parte artística es la que más lo completa. “Me gusta estar en contacto con la materia, estar solo produciendo en el taller; lo necesito” n

Por FEDERICO FERRARI SANCHEZ 64


L’ ARTISAN

Fotos: gentileza Candelaria Lizarraga y Martino Domínguez.

“APRENDI solo solo.. EMPECE A PRACTICAR Y en pocos días ESTABA torneando BASTANTE BIEN Y RAPIDO”.

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ESPACIO L A PR AIRIE

NOCHES

de ENSUEÑO Skin Caviar Nighttime Oil, Oil, el primer aceite con el Complejo Celular Exclusivo de La Prairie, Prairie, recupera la suavidad y firmeza de la piel mientras dormimos. Revelaciones de la noche que el día ignora.

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Skin Caviar Nighttime Oil se suma al exclusivo complejo celular La Prairie.

La piel, como las estrellas, necesita de la oscuridad para brillar. Así lo demuestran los científicos de La Prairie: descubrieron un componente del caviar que suaviza y da firmeza a la piel, pero que solo puede existir y actuar en la oscuridad. El retinol del caviar, una molécula extremadamente difícil de capturar y retener es el protagonista de Skin Caviar Nighttime Oil. Mientras dormimos, la piel se recupera de las agresiones ambientales recibidas durante el día; produce y reconstruye el colágeno. Parece un momento mágico, pero también son las horas en que pierde agua. Ese daño se va acumulando con el tiempo, disminuyendo la vitalidad de la piel. Con su fórmula exclusiva Caviar Retinol, Skin Caviar Nighttime Oil está diseñado para ayudar a contrarrestar ese efecto. Su composición aceitosa crea una barrera protectora que minimiza la pérdida de agua. Reduce la apariencia de las líneas finas y arrugas, a la vez que alisa visiblemente la superficie de la piel; es redensificante y restaura la firmeza. Como último paso del ritual de la noche, sella la humedad y los activos de los tratamientos del día, intensificando los resultados. Con su aplicación a través del tiempo, mejora la barrera cutánea para que la piel esté hidratada. El ritual nocturno Skin Caviar comienza

con una piel perfectamente limpia. Luego unas gotas de Skin Caviar Essence-InLotion ayudan a calmar y preparar la piel para los tratamientos siguientes: Skin Caviar Liquid Lift, para restaurar volumen, Skin Caviar Eye Lift para redefinir el área de los ojos y Skin Caviar Luxe Eye Cream, para levantar la zona y despejar la mirada. Se completa el ritual con Skin Caviar Nighttime Oil, el último gesto de la noche.

CIENCIA Y ARTE.

Skin Caviar Nighttime Oil se presenta en un frasco de líneas puras y minimalistas con un diseño inspirado en la Bauhaus y una construcción de vidrio de última generación, para ayudar a proteger las elusivas propiedades del Caviar Retinol. La Prairie eligió el azul cobalto que empleaba la mítica escultora y pintora Niki de Saint Phalle por las cualidades evocadoras de ese color como representante de la feminidad, la audacia y la fuerza. Para la edición 2021 de Art Basel en Basilea, el artista digital Maotik realizó para La Prairie Sense of Blue, una instalación inmersiva e interactiva que sumerge al espectador en las profundidades de la noche. Un enfoque que identifica la visión de la marca suiza, donde el arte y la ciencia están indisolublemente unidos. n 67


MODA contemporánea Ellos se ocupan de resignificar clásicos que enamoran, como la sastrería, los tejidos con fibras naturales y las glorias vintage vintage.. Por FEDERICO FERRARI SANCHEZ Fotos NICOLAS VERA

SOL MINARDI E IGOR LELCZUK @losezeiza

En 2019 crearon Los Ezeiza, una tienda vintage de marcas de lujo ubicada en el Pasaje de la Defensa, en el barrio de San Telmo. “Era una casa que perteneció a la familia Ezeiza. La construyeron en 1870 y, por la peste de la fiebre amarilla, no la pudieron habitar. También fue un conventillo de inmigrantes y una escuela para sordomudos. Después, se transformó en una galería, que es como la conocemos hoy”. Cuentan con prendas y accesorios de firmas como Dior, Fendi y Gucci. Algunos artículos son contemporáneos y otros datan de décadas pasadas. “Hemos tenido un collar de Chanel de los años 50, de una colección limitada, un modelo muy raro de encontrar. Ahora estamos restaurando una maleta de Louis Vuitton de la década del 30 que aparentemente perteneció a una princesa. Son cosas que tienen valor por su historia”. También tienen objetos de decoración y mobiliario. 68

“Nos interesan los retratos antiguos y las esculturas; buscamos que sean de autor. Tenemos muebles del siglo XVIII, algunos Art Nouveau y Art Déco”. Sostienen que, a la hora de seleccionar piezas para la tienda, primero los tienen que “enamorar” para luego adquirirlas. “Hacemos hincapié en la originalidad, que no tengan elementos reemplazados, que estén en perfecto estado de conservación; buscamos que sean atemporales, no una moda del momento”. El 80 por ciento de sus clientes son argentinos. “Tenemos algunos que nos piden marcas y décadas específicas. Hay gente que colecciona Chanel, trenchs de Burberry, A algunos les gustan mucho los anteojos o los pañuelos de marcas tradicionales”. Entre los motivos que destacan para comprar diseños vintage: “el reciclaje y el cuidado del medio ambiente son determinantes”.


L’TALENT La experiencia

La tienda ofrece un petit café y, ahora, lanzarán una línea de productos propios que incluye perfumes ambientales, crema de manos, velas y tés.

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Detalles

En la colección: camisa con cuello palomita, falda-pantalón y blazer con manga americana, que deja los brazos al descubierto. Las prendas vienen en tonos beige, azul, verde, celeste y negro.

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CARLA BUGARIN @studio_cabu

Empezó a diseñar su línea de indumentaria CABU en 2011 y siempre hubo un blazer y un pantalón de vestir presente en las colecciones. “Es lo que más me gusta, siento que te viste, te da presencia”. Ahora, decidió ir por más y lanzó Cabu Tailor Line, una cápsula de sastrería que creó junto con los diseñadores Sebastian Raimondi y Florencia Tellado. “Yo quería que fuera vintage y a la vez actual; hacer cosas que no veía en ningún lado”. En febrero le pidió a Raimondi que le hiciera un pantalón pinzado para ella. “Siempre me hizo cosas a medida. Mis clientas me lo vieron puesto y me decían que querían lo mismo. Le dije que me lo hiciera para CABU y lo sacamos en siete colores”. A partir de ahí, coincidieron en que tenían que armar una colección juntos y en abril comenzaron a trabajar. “El me dijo ´decime qué ropa no ves en ningún lado ni la podés desarrollar porque es difícil´”. Crearon una línea de 15 piezas que incluye camisas, pantalones, blazers y un modelo de trench, falda, vestido, chomba y bermudas. “El sabe mucho de sastrería. Trabajamos con talleres que hacían prendas para mujer por primera vez”. La cápsula incluye también un accesorio que desarrolló con Florencia Tellado. “La convoqué para diseñar una gorra sastrera. Tiene visera, copa y está hecha con las mismas telas que el resto de la colección”, dice. Uno de sus objetivos para esta cápsula es resignificar el uso de la sastrería, sacarla de un lugar solemne. “Ya no existe eso de que es solo para ir a trabajar. La podés combinar de muchas maneras”.


CATALINA CHAVANNE @bluesheepba

Tras ocho años de trabajo en una compañía de indumentaria en Estados Unidos y de viajar alrededor del mundo, en 2013 creó en Argentina, Blue Sheep, su marca de suéteres. El primer invierno hizo 300, el segundo 600 y el tercero 2 000, que comenzó a vender en distintos puntos del país. En 2015 se animó a lanzar su primera colección de verano en la que incluyó otras tipologías como camisas y vestidos. Cada temporada fue sumando nuevas prendas mientras, paralelamente, su etiqueta iba creciendo. “Hoy puedo decir que armamos colecciones completas y siempre pienso en algún rubro más que me gustaría incorporar”. Desde el comienzo, decidió que su proyecto tendría tres pilares fundamentales: sería un producto nacional, utilizaría fibras naturales y tendría una paleta de colores que “abrume”, en relación con lo que predomina en el mercado argentino. También busca darle valor al trabajo artesanal que se realiza en el país. “Empecé relacionándome con comunidades wichis haciendo bufandones en telar, y con ceramistas de Córdoba. Este invierno, hicimos unos tejidos a mano con una comunidad de Jujuy y gustaron muchísimo”. Sus prendas suelen ser voluminosas. “Pueden abarcar muchos tipos de cuerpo. Hoy mi obsesión es cómo hacer para que una tipología pueda transformarse en lo que vos querés, con ciertos recursos como un elástico, un botón o un pliegue”. La problemática que existe con los talles en la Argentina es un tema que la ocupa. “Estamos atrás de escuchar y ver cuáles son las dificultades a la hora de encontrar ropa. Cuando viene alguien a quien le cuesta conseguir su talle y mi ropa no solo le entra sino que le gusta, para mí es una de las gratificaciones más grandes”. Hoy su firma cuenta con dos espacios de venta físicos y el canal en línea. Entre sus planes a futuro: lograr un desarrollo más sostenible y crecer internacionalmente. “Existe la posibilidad de que abramos en Europa. Me interesa pensar que hay un Blue Sheep en distintas partes del mundo”. 72


Colores

La paleta de la marca es una combinación de todo el círculo cromático. “Lo que va variando son las temperaturas. Nunca te va a faltar un amarillo; quizás un año es más mostaza y otro más ocre”.

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MATIAS CARBONE @matiascarbone

“Diseñé la ropa que necesitaba para mí”. Hace 23 años que trabaja en la industria de la moda, fue diseñador en distintas firmas e incluso tuvo la suya de indumentaria femenina. Cuando pensó que ya no quería tener un emprendimiento propio, llegó la pandemia y sintió que aún tenía algo para decir. “Encontré que quería hacer sastrería, es algo que de chico no tenía en mi guardarropa y lo anhelaba”. A finales del año pasado, empezó a armar el proyecto y en junio sacó su etiqueta homónima. El traje es el núcleo de la marca y está hecho a medida. Recibe con cita previa en su showroom, que además es su casa. “El cliente elige el modelo que se quiere hacer, la tela y luego lo mido; a los 15 días tenemos el traje, lo probamos por si hay que sumar algún arreglo, se hacen los últimos ajustes y listo”. La colección se completa con otros artículos que pueden adquirirse de forma directa, como camisas, chalecos y pantalones, que creó para terminar de completar su propuesta. “Hice dos o tres por cada traje; es bastante exclusivo”. Trabaja en conjunto con un sastre, un zapatero, una tejedora y un artesano que vive en Catamarca y es quien logra los colores de sus tejidos. “Extrae las fibras naturales del monte y tiñe la lana a leña en una olla de zinc”. La durabilidad de sus piezas y la lentitud en el proceso de armado son dos máximas que tiene para su proyecto. “Si tardo un mes en hacer un traje es porque requiere ciertas conversaciones con la persona sobre lo que realmente necesita y quiere. No me gusta hacer las cosas rápido. Para que algo perdure, hay que entregarle dedicación y calma”. 74


La colección

Está compuesta por 48 artículos: pantalones, tapados, sacos, camperas, camisas, chalecos, suéteres, un poncho y un par de mocasines.

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MEMORIA

olfativa

Las modas, los usos, la mística y los perfumes icónicos de los últimos cien años. Por FEDERICO KUKSO Ilustración JUAN BERTONI El martes 1 de octubre de 1912, The New York Times publicó un artículo curioso: “Perfume ahora inyectado: la última moda en París. La piel se satura de aroma”, lo tituló. En él se contaba con estupor la más reciente costumbre de la bohemia parisina: inyecciones de fragancias mediante jeringas hipodérmicas. En el imaginario, la mujer con el perfume dentro de su piel perfumaba el espacio que la rodeaba. Las noticias de estas prácticas resultaban escandalosas para los lectores estadounidenses de comienzos del siglo XX, aunque no del todo extrañas. El acto de introducir un líquido perfumado en el cuerpo era visto como una continuación de otras modas consideradas tan europeas como decadentes: la de inyectarse éter, consumir opio, así como asistir a fiestas de morfina y cocaína. Informes similares se multiplicaron durante años en la prensa estadounidense y británica. Aunque como constató la investigadora Cheryl Krueger de la Universidad de Virginia, Estados Unidos, quien indagó ampliamente en el tema, lo que escaseó fue la evidencia: se trataría ni más ni menos que de la reproducción de un mito urbano o bien de exageraciones a partir de casos de mujeres que usaban demasiado perfume. En el fondo, estas noticias eran el síntoma de un cambio profundo que se estaba gestando en la perfumería y que estallaría con todo en los “locos años veinte”. Los perfumes dejaban de ser tesoros exclusivos de la aristocracia. De la mano de las innova76


L’HISTOIRE

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ciones químicas que incitaron la sustitución de los limitados y costosos materiales naturales por nuevas moléculas sintéticas, en apenas unas décadas, las fragancias se convirtieron en productos masivos, asequibles a millones de personas. En paralelo se imponía una novedosa costumbre: rociar el perfume sobre la piel porque, hasta fines del siglo XIX, la práctica instalada era la de aplicarlo en pañuelos y ropa, no en el cuerpo. “El perfume se posicionó cada vez más como un accesorio de belleza femenino, parte de la munición del glamour”, recuerda la escritora Lizzie Ostrom. Al mismo tiempo que el creador de la Alta Costura Paul Poiret asociaba por primera vez una fragancia, Parfums de Rosine, a una casa de moda, aparecía uno de los grandes responsables de la revolución aromática: el mítico Nº 5. El perfumista francés nacido en Rusia, Ernest Beaux, y la mente genial de la diseñadora Gabrielle “Coco” Chanel lo hicieron posible. Su creación fue una de las primeras –la primera, primera fue Jicky (1889) de Aimé Guerlain– gestadas aplicando principios químicos modernos. Incluía ingredientes sintéticos llamados “aldehídos alifáticos”. “El futuro de la perfumería está en manos de los químicos”, repetía Beaux, quien había trabajado para la familia real rusa y vivía en Grasse, el centro de la perfumería. Fue en esa ciudad donde la modista le encargó una fragancia sensual, opulenta pero fresca, que acompañara la emancipación femenina. Para la historiadora Tilar J. Mazzeo, autora de The Secret of Chanel No. 5: The Intimate History of the World’s Most Famous Perfume, es más que una fragancia; es un ícono, un monumento cultural.

LOS AROMAS DEL TIEMPO

Como los movimientos artísticos o los estilos musicales, como los cortes de cabello o los ideales de un cuerpo “bello”, los perfumes son productos culturales que marcan a fuego una época. Cada década no solo tiene un look particular, sino también un aroma único. Luego de la debacle económica de 1929, perfumes como Joy de Jean Patou, Scandal de Lanvin, Vol de Nuit de Guerlain y otras fragancias inspiradas en las ascendentes celebridades de Hollywood aromatizaron los exclusivos clubes nocturnos y casinos. La Gran Depresión necesitaba ese toque sofisticado. Hasta que se desató la Segunda Guerra Mundial, que puso en pausa a la industria e impulsó gran parte de la producción de perfumes hacia zonas alejadas del conflicto. A la par, emergían

“EL PERFUME DEBE envolver A LA MUJER COMO SI fuera EL AROMA DE SU ALMA”. — Revista Leoplan, Argentina, 1942.

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nuevos eslóganes de venta. “Arma invisible y sutil, el perfume debe envolver a la mujer como si fuera el aroma de su alma”, decía un aviso en la revista Leoplan, de Argentina, en 1942. “Loción Origan es la quintaesencia de la femineidad que ayuda de manera casi imperceptible a conservar el corazón ya conquistado o apoderarse de otro que se muestra lejano o inaccesible”. La recuperación comenzó terminada la guerra e incitó a un renacer olfativo de la mano de la Alta Costura. Christian Dior presentó sus famosos Miss Dior (1947) y Diorissimo (1956). Llegaron fragancias florales como el ícono de la moda L’Air du Temps de Nina Ricci (1948) y L’Interdit, que Givenchy creó para Audrey Hepburn (1957). Además, fue el inicio de la perfumería masculina. El movimiento hippie y la liberación sexual coronaron nuevos aromas como el pachulí, presente en muchos perfumes de los sesenta. Y abrieron las puertas a una época en la que grandes diseñadores de moda no solo competían en las pasarelas sino también en hipnotizar a su clientela: Yves Saint Laurent escandalizó con Opium (1977) y Cacharel respondió con Anaïs Anaïs (1978), al igual que Ralph Lauren, Oscar de la Renta, Emanuel Ungaro y Halston lo hicieron con sus fragancias homónimas, aromas oficiales de la discoteca Studio 54 de Nueva York, el olor del lujo ostentoso y los excesos. El erotismo imperó en los 80, con el regreso de fragancias potentes y embriagadoras como Obsession de Calvin Klein, Poison de Christian Dior, Giorgio Beverly Hills y Beautiful de Estée Lauder, favorito de Andy Warhol (a tal punto que cuando murió, en 1987, fue enterrado con una botella). Para entonces, apareció también la era de los perfumes de celebridades: Sophia Loren fue una de las primeras en tener una fragancia propia (Sophia, 1981). La siguieron Cher ( Uninhibited, 1987) y Elizabeth Taylor, cuya fragancia White Diamonds (1991) se convirtió en el perfume de celebridad más vendido de todos los tiempos. La paleta olfativa del mundo se ampliaba con fragancias más sencillas, de aromas acuáticos y florales como Angel (1992) de Mugler, CK One (1994) de Calvin Klein –primer perfume unisex de nuestros tiempos–, Tommy Girl (1996) de Tommy Hilfiger y J’adore (1999) de Dior. Desde entonces, se estima que cada año se lanzan alrededor de 2 400 nuevos perfumes, colonias y fragancias de autor o “hechos a medida” (una perfumería de nicho que busca recuperar su faceta artesanal ante el avance de la industria). Cada uno esconde un misterio y una historia para contar. Porque, además de ser productos de lujo —hoy cotidianos—, los perfumes siempre han sido y serán memoria líquida: con solo cerrar los ojos e inhalar profundo, nos permiten viajar en el tiempo y en el espacio. Y a veces, hasta ser otros. n


Showroom Lima 555 - Piso 14 harashome.com - @harashomedeco

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EL sagrado CORAZON de Françoise

Hardy

La musa del pop francés pide que la ayuden a que su voz se apague para siempre. Por FERNANDO GARCIA

Basta ya, basta ya, basta ya. A los 77 años, Françoise Hardy estaría eligiendo estas palabras, breves, significativas, del rock argentino de los 70 (Billy Bond y La Pesada del Rock) para ponerle fin, ya no a su carrera sino a todo. El famoso botón rojo del imaginario de la guerra fría que destruiría el mundo en un abrir y cerrar de ojos podría tener para ella la forma de este blues en que el hartazgo del Bond criollo (gordo, barbudo y desaliñado, nada que ver con el detective playboy) se traduciría en su decisión de que Francia le suelte la mano a una de sus hijas más icónicas del siglo XX. Que la dejen morir, que legalicen la eutanasia y que su hijo Thomas y su pareja desde hace cincuenta años Jacques Dutronc la asistan, como ella hizo con su madre Madeleine, para dejar atrás el sufrimiento de un cáncer de faringe que convirtió su cotidianeidad en un infierno. Las noticias que se difundieron por el mundo (si la nostalgia por la juventud perdida tuviera un rostro, como el de una diosa griega, sería el de ella) luego de sus confesiones por mail a una revista parisina dejaron el parte médico: la chanteuse perdió la saliva, tiene hemorragias nasales recurrentes y le cuesta respirar. Con el parte circularon las que 80


L’ICONE

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podrían ser las últimas fotos de un álbum precioso. El pelo corto y encanecido, los ojos celestes en modo televisor color de tubo, su figura ahora gótica arropada en un abrigo negro. Es la Françoise del ocaso suspendida en una burbuja de espacio negro donde como un astro (se está leyendo sobre alguien que también es astróloga) la mitad de su rostro es nimbado en un reflejo de almíbar y en la otra ya ha caído, irremediable, la noche. Así eligió mostrarse en la tapa de Personne D’autre, el último de sus discos editado en 2018. Volviéndose por última vez sobre su misterio, como si esa oscuridad representase todo lo inefable, todo lo que no puede expresarse en palabras, 82


sobre sus imágenes plenas de juventud. Es que en aquellas, que la ponían a distancia del erotismo urgente de la Bardot y la insinuación perversa de Jane Birkin, ya estaba esta. Las imágenes de Françoise en la cumbre del estilo ye ye (al que desbordaba en todas sus costuras), en la cumbre de la década pop, ya dejaban atisbar un barniz de melancolía. ¿Pero qué era lo que extrañaba ese rostro anguloso de labios generosos y un pelo suelto con todos los colores del otoño arremolinados en una brisa apenas lluviosa del Sena? ¿Una infancia con un padre ausente vivida en los duros años posteriores a la ocupación nazi? ¿La educación rígida, represiva, en un internado al cuidado de las hermanas Trinitarias, aquellas que seguían una orden medieval que se ocupaba de rescatar a los cristianos amenazados por los sarracenos? Más bien parece que lo que cautiva en los labios de la Hardy (cerrados o abiertos, dejando que escape una voz que reniega de lo angélico) es lo extrañada que estaba ella del lugar de póster viviente para el que la cultura pop la había elegido. La plegaria de su voz trémula en “Il n’y a pas d’amour heureux” (1967) exige que se mire el otro lado del póster: en tiempo presente las canciones que Françoise escribía y cantaba (aunque también ha sido una enorme intérprete, su pose era la de una cantautora) ya exponían los disgustos de las revoluciones en boga. No hace falta hurgar en las letras, hay que poner el oído en su voz como se ponía en los caracoles para escuchar el rugido del mar o eso era lo que nos decían que había que hacer. El fenómeno de Françoise es acústico, es un sonido, y su universalidad aflora ahora en el cine y las series por ese carácter abstracto: su voz es el ruido del mar o uno de los tantos posibles ruidos del mar. Así es como la trajo de vuelta Wes Anderson para Moonrise Kingdom (2012) donde la puso a cantar para la escena nuclear de la película: el erotismo incipiente entre un boy scout y una coreuta preadolescentes en la geografía imaginaria de un lugar llamado New Penzance. Sam y Suzy, que se escapan de todo y todos, llegan a la costa de un lago donde ella extiende una manta con una suerte de giradiscos portátil estilo Winco y saca de la galera el EP Tout les garcons et les filles donde se ve apenas un segundo a una Françoise Hardy de 19 años bajo un paraguas negro; el pelo, entre castaño y rubio, arremolinado como ese otoño antes descripto. Sam y Suzy bailan “Le temps de l’amour” como pueden, con las hormonas estimuladas por una cadencia de twist lírico cuya marca es la voz que había sido grabada como se talla en piedra una verdad. Frágil pero irrompible, las canciones de la Hardy se quedaron a vivir en ese espacio de la modernidad en que el deseo aparece como algo complejo y arrebatador. La escena de Moonrise Kingdom está entre lo que llamamos inocencia y su inmediata destrucción. En la serie británica The End of the F***ing World los realizadores echan mano a “Voilà” para musicalizar un beso disfuncional. Toda la performance de la niña trinitaria es allí memorable: el beat se mantiene estable, pero es ella la que apunta el crescendo en espasmos de perplejidad. Su “Je t’aime” en el extremo de su elocuencia (nunca un grito, los misterios se susurran) es menos inocente que sacrificial. Es, para 1967, la

FRANÇOISE ES, ENTRE LOS machos alfa DEL POP, UNA influencia TAN EVIDENTE COMO INVISIBLE.

última encarnación de Juana de Arco con el sagrado corazón ofrecido al mundo en un disco de 45 revoluciones por minuto. Y en efecto, la chanteuse, tan femenina, tiende a una suerte de androginia conceptual. Algo de ella se queda en la forma en que el joven Jagger mira la cámara y algo de ella también en cómo se deja fotografiar Bob Dylan (que le dedica un poema en la contratapa de su tercer álbum) con la guitarra. Françoise es, entre los machos alfa del pop, una influencia tan evidente como invisible. Y es ese otro de los grandes misterios de su arte. A Françoise la vi antes de escucharla. Compré su libro Notes secrètes en París cuando desandaba la huella de Antonio Berni por la ciudad entre los años veinte y los setenta del siglo XX. La foto de la tapa es en blanco y negro, Françoise tiene el pelo corto y una camisa a rayas de hombre. Está apoyada contra una silla y con uno de sus brazos se toma la cabeza. Es una foto que podría arrogarse otro absoluto: todas las fotografías descienden de la pintura. Tal que en el libro no tiene crédito excepto el elusivo “colección privada”. A su expresión concentrada en vaya a saber qué le corresponderían las palabras del principio: ça suffit, ça suffit, ça suffit. Que el ícono oscurezca en paz. n

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sus

OJOS hablan Jessica Chastain se ha forjado en una década el tipo de carrera que a la mayoría de los actores les lleva una vida. vida. En el recorrido por la alfombra roja, la moda es el centro de atención. Pero para una celebridad, no suele estar conectada con su mundo. La camaleónica actriz Jessica Chastain, en cambio, siente la moda como algo elemental: un auténtico placer, tanto un medio de autoexpresión como una oportunidad de crecimiento interior. La moda es como la música, dice. Es un arte que puede usar como herramienta. “Me hace sentir cosas distintas todo el tiempo, abre otras partes de mi ser”. Fue esta perspectiva y su exquisito porte –tan del Hollywood de antes como del de ahora– lo que hizo de Chastain la elección obvia para presentar diseños de todos los tiempos en el número aniversario de L’Officiel. También ella tenía presentes los aniversarios durante su conversación con la revista, a pocos días de su regreso de Cannes, diez años después de su debut allí con El árbol de la vida, de Terrence Malick. “Mi carrera en el cine ya tiene diez años. Es impresionante”, dice. Y lo es, si se piensa que en un lapso relativamente breve ha logrado forjar una carrera rica e interesante como pocas. Para dar una idea de su rango actoral, solo hay que considerar los dos proyectos que se estrenan este mes: el film biográfico de Michael Showalter, The Eyes of Tammy Faye, donde Chastain se transforma

en la inspiradora evangelista acosada por los escándalos, y la adaptación de Scenes from a Marriage (Escenas de la vida conyugal, Ingmar Bergman, 1973) realizada por Hagai Levi para HBO, en la que se intercambian los roles de marido y mujer. Chastain habla con L’Officiel sobre cómo supera sus miedos, sobre su profunda conexión con la moda y sobre lo que la impulsa como defensora de la igualdad de derechos para hombres y mujeres –dentro y fuera de Hollywood– y como artista. L’OFFICIEL: Vi los dos primeros episodios de Scenes from a Marriage disponibles para los críticos y también The Eyes of Tammy Faye. Felicitaciones por ambos. Son dos proyectos y dos actuaciones impresionantes e increíblemente diferentes. ¿Qué te atrae a un rol? JESSICA CHASTAIN: Depende. A veces lo que me atrae es la persona con quien estoy trabajando. A menudo, me interesa un rol si es algo que no he hecho antes y representa un desafío. Pero lo que siempre me importa es sentir que estoy aportando algo positivo al mundo. Tal vez el personaje no es una buena persona, pero lo positivo está en romper estereotipos de género o plantear un debate. Me pregunto: “¿Qué estoy aportando al mundo? ¿Estoy contribuyendo a mejorar la sociedad?”

Por ALESSANDRA CODINHA Fotos ALEXI LUBOMIRSKI Estilismo LAURA FERRARA

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Top, bustier, falda, medias, DIOR. Botas, GIANVITO ROSSI. Cinturón, CELINE. Aros, HARRY WINSTON.

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¿Tuviste que pasar horas y horas en la silla de maquillaje? Si. La verdad es que no creo que vuelva a hacerlo. Me generaba bastante angustia, porque he tenido problemas de salud. Tuve una embolia pulmonar. Cuando viajo en avión, estoy pensando todo el tiempo en tener cuidado para que no se me formen coágulos. Y cuando estaba sentada allí, la primera semana de filmación, me di cuenta de que eso era como cruzar el país en avión todos los días. No te podés mover para nada. Me ponía medias de compresión. El primer día de filmación me pasaron a buscar a las tres y media de la mañana. Entonces lo que hacía era pensar: ¿Cómo puedo convertir esto en algo positivo? Y miraba a Tammy Faye todas las mañanas, cuatro horas por lo menos. Estaba Andrew [Garfield, Jim Bakker en el film] y compartíamos clips relacionados con las escenas que haríamos ese día. La miraba, la escuchaba; tenía un archivo de audio con su voz y cuando debía cerrar los ojos por las prótesis y el maquillaje y había un montón de gente pintándome, escuchaba la grabación y repetía. Las sesiones previas a comenzar a filmar eran interminables. Para cuando estaba en el set, ya habían pasado cuatro horas de preparación. Resultaba útil una vez que iniciábamos la filmación. Pero cuando hice la primera prueba con todas las prótesis, fue demasiado, tuve un ataque de pánico. Y entonces pensás no puedo, no puedo, esto es horrible; empezás a transpirar y el corazón te late cada vez más rápido y no podés sacarte todo lo que te han puesto porque te arrancarías la piel.

L’O: JC:

¿Siempre tuviste esa visión? ¿O pensaste que era algo que había que tener en cuenta cuando ya formabas parte de la industria? JC: En realidad, no lo pensé antes porque no era una alternativa. Al inicio, te superemociona que te elijan. Y luego tu carrera empieza a evolucionar y, en lugar de emocionarte por eso, también te moviliza tener opciones. Y entonces empezás a comprender que el poder reside en tus elecciones. Cuando hice La noche más oscura con Kathryn Bigelow, vi las preguntas que le hacían. Pude percibir la diferencia entre la manera en que el mundo y la industria le hablaban a ella y cómo les hablaban a realizadores hombres. También noté los estereotipos que tenía la gente en cuanto a mi personaje. Me afectó mucho, pero en ese momento comprendí que una película puede ser una acción política y se despertó en mí el deseo de elegir proyectos que generen algún efecto en el debate, amplíen los horizontes y describan a seres humanos reales. L’O:

¿Fue eso lo que te llevó a hacer una película sobre Tammy Faye Bakker? Creo que fue el circuito de premios de La noche más oscura. Me preguntaban con qué me gustaría seguir. En ese momento daban el documental sobre Tammy Faye por televisión. Lo vi y pensé: Parece un rol increíble en todos sus aspectos: el canto, la prédica, todo. Cubría mis expectativas porque, para mí, también repara un daño. Me afectó mucho la forma en que la trataron los medios. La denigramos por el maquillaje que usaba, por cómo se vestía, en lugar de escuchar lo que decía sobre el amor, sobre la religión, los cristianos y lo que debía ser el cristianismo. No vimos cómo trataba de llegar a la gente y de amar a los que se sentían abandonados. Me rompió el corazón que nunca se la reconoció por todo eso. Simplemente la convirtieron en un objeto de escarnio.

L’O: JC:

Aún hoy, cuando se menciona a Tammy Faye, la gente dice: “Ah, sí, está cantando y le corre la máscara por la cara”. Pasé cientos de horas estudiándola, miré todo el metraje que pude encontrar y no hay ni un video donde se vea el maquillaje chorreando por la cara. Creo que fueron los medios, los sketches humorísticos y la burla de la gente los que crearon esa imagen que nos ha quedado en la memoria. Cambiaron nuestros recuerdos de lo que era realidad. Quise que la gente viera quién era en verdad.

¿Cantaste vos misma todas las canciones? ¡Sí! Ese es otro tema. Tenía mucho miedo. Bueno, canté cuando era estudiante, pero canciones tipo Cabaret, nada como esto. Y Tammy Faye es una cantante que no le teme a nada, ni cuando canta, ni en la moda ni en el amor. ¡Canta a todo pulmón! Canta con todo, ¡le canta a Jesús! Es muy diferente de lo que yo había hecho. Me ilusionaba muchísimo trabajar con Dave Cobb [productor de la música de Nace una estrella]. Pero cuando fui a hacer la pregrabación con él, estaba aterrorizada. Me llevé una botella de whisky y tomé whisky durante dos días mientras cantaba. El segundo día, Dave –fijate la clase de productor que es, tan inteligente– llevó las canciones a una tonalidad más aguda. “Vamos a rehacer todo”, dijo. ¿Qué? ¿Cómo? “Estás cantando como si fuera fácil. Cuando canta ella, es un 10, es un 12, está más allá. Tenemos que llevarte al punto en que tengas miedo de no llegar a esas notas. Necesito toda tu energía en estas canciones”. Eso es lo que se nota en la película. Se me oye luchando para lograr cada canción. L’O: JC:

Es perfecto que seas la cara del número aniversario de L’Officiel, porque en la película recorrés por lo menos medio siglo de tendencias en la moda. ¿Cuál te gustó más? JC: Lo que me encantó fue la chaqueta de piel blanca con el sombrero blanco. Piel sintética, por supuesto. Son de una película de Tammy Faye que vi. Se la llevé a Mitchell Travers, nuestro diseñador de vestuario y le dije: “¡Mitch, por favor, tenemos L’O:

L’O: Hablando del maquillaje y de prótesis increíbles, de las uñas larguísimas y cuidadas, la forma en que abrís las latas de Coca Diet en la película… JC: Aprendí a hacerlo porque mi madre tenía uñas así. Cuando estábamos en el set de filmación, apenas necesitaba abrir una lata, lo primero que me salía era. “¿Alguien tiene una lima de uñas?”. Mi madre siempre tenía una lima de uñas en la cartera y la usaba para abrir las latas de gaseosa.

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Vestido, CHLOE.

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ESTA PAGINA:

vestido, ROBERTO CAVALLI. Zapatos, GIANVITO ROSSI. Brazalete, TIFFANY & CO. PAGINA OPUESTA: vestido, JASON

WU.

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que recrear este look!”. También me gusta lo que lleva en los 90. Me encanta la chaqueta roja con forro de leopardo. Una de sus citas famosas es que sus dos colores favoritos eran el rosa y el leopardo. Es una manera de celebrarla. Es agradable ver a un personaje disfrutar de la moda y que eso no se presente como un defecto o un rasgo de vanidad. JC: ¡Exacto! Y además, ¿qué tiene de malo? Me molesta la gente que critica a las mujeres porque tienen un montón de zapatos o demasiada ropa. ¡Vamos! Si una mujer quiere verse espléndida, déjenla verse espléndida. Déjenla expresarse como quiera. Si quiere usar maquillaje a destajo o usar pelucas, que lo haga. Me encantan la moda y el glamour como formas de autoexpresión. L’O:

L’O: Estás regresando de Cannes, que es sin duda el ne plus ultra de momentos de carpeta roja impresionantes, glamorosos. ¿Es algo que siempre disfrutaste o es solo parte del trabajo? JC: Siempre. Mi abuela y madre tenían ese encanto; ya te conté sobre mi madre, sus uñas y la lima de uñas. Es algo que siempre he disfrutado, si bien no pude permitírmelo hasta que entré a esta industria. Me encanta la moda porque –y es raro que lo diga– soy muy sensible y puedo llegar a pasarme de revoluciones. Mi marido se ríe porque elegí una carrera en la que siempre estoy rodeada de gente y si hay demasiada energía a veces tengo que buscar un lugar tranquilo y sentarme un rato en silencio. Soy al mismo tiempo muy cerrada y muy receptiva. Si estoy vestida de amarillo, lo siento en mi cuerpo. Si tengo puesto un traje, lo percibo. Siento la energía de lo que llevo puesto. Si estoy vestida toda de blanco con el pelo trenzado, si tengo una mini, cualquiera sea la prenda, le aporta algo a mi ser. Adoro usar vestidos largos y recorrer la alfombra roja en Cannes. No sé cómo describirlo, pero según la ropa que lleve, puedo llegar a sentirme una mujer diferente. L’O: ¿Te atrae algún estilo en particular? Tenés un look muy clásico; todos los artículos que he leído sobre vos parecen hacer referencia a Botticelli. JC: Sí, eso me encanta. Amo la historia de la moda. Me gusta usar corsé, ese tipo de looks clásicos. No soy del estilo esquelético y no me excedo con el ejercicio. Sí, me ejercito, pero no es algo que me obsesione. Y no me siento mal por eso. Me hace feliz mostrar que mi cuerpo tiene curvas. También me atrae a veces la androginia. Lo que no me llama para nada es el estilo de abuela chic.

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Me pareció muy importante que, de algún amanera, esta vez es la mujer la que lleva la acción; es ella la que deja al marido por un hombre más joven y no la que se queda sola con el hijo. JC: ¡Pero es que eso pasa! ¡Ha pasado siempre, por cientos de años! Es el tema de Casa de muñecas. En ese caso no se trata de infidelidad, pero Nora deja a la familia. Es una obra escrita hace mucho tiempo. Entonces es hora de pensar que las mujeres son de carne y hueso, tienen deseos y son tan complicadas como los hombres. Los hombres han hecho cosas que no son tan buenas y cosas egoístas. A veces las mujeres hacen cosas que no son tan buenas y cosas egoístas. Eso es ser humanos y creo que en realidad tenemos que entender que las mujeres somos humanas. L’O:

L’O: En una de tus películas de 2022, The 355, las mujeres son actrices de acción. ¿Tenés algún otro proyecto tan emocionante? JC: En The 355 están Penélope Cruz, Lupita Nyong’o, Fan Bingbing y Diane Kruger, y como todas las actrices somos dueñas del film, recaudamos nosotras mismas el dinero en Cannes, vendimos los derechos de distribución y todas recibimos un porcentaje de la taquilla. Es una nueva forma de hacer las cosas. Recién termino de hacer The Good Nurse con Eddie Redmayne, que es divino, y estoy por empezar a filmar Tammy Wynette con Michael Shannon en el rol de George Jones. En respuesta a tu primera pregunta sobre qué es lo que me atrae, una de esas cosas es mirar a todas estas coestrellas. ¿Ir a trabajar todos los días y trabajar con gente como esta? Quién sabe cómo van a resultar las cosas, pero eso es lo más importante para mí. n

Traducción: Silvia Villegas.

“TU poder RESIDE EN LAS elecciones QUE HACES”.

L’O: ¿Cómo abordaste la realización de Scenes from a Marriage en 2021? ¿Volviste a ver la película original de Bergman o quisiste tomar distancia? JC: Sí, Oscar [Isaac] y yo la volvimos a ver, por supuesto. Era importante, pero también fue liberador, porque muchos podrían preguntar por qué querríamos rehacer una película de Bergman. También porque Liv Ullmann es una de las actrices más grandes de todos los tiempos. Y esto lo sé no solo porque he visto todas sus películas; también he trabajado con ella, me dirigió. Sé quién es y lo grande que es. No puedo superarla en nada. Para mí, la libertad fue que no estábamos rehaciendo el film, porque los géneros están intercambiados. Scenes from a Marriage de los 70 es una película increíble porque retrata a la perfección los matrimonios de esa época: esto es feminidad, esto es masculinidad. Al tomarla nosotros, la pregunta es: ¿Qué vamos a decir sobre el matrimonio hoy? ¿Qué es femenino, qué es masculino, qué es ser madre, qué es ser padre, cuales son las expectativas respecto de los roles que tenemos que representar? Amo el film original; Oscar y yo la estudiamos pensando en los grandes temas, pero no en términos de la actuación. Mi personaje es totalmente distinto del de Liv Ullman, no solo por la diferencia temporal, sino porque aquí yo asumo el rol del marido. Así que la estudiamos y luego nos apartamos.


Vestido, VALENTINO.

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y pantalones, ETRO. Zapatos, VERSACE. y falda, SACAI. Top, STYLIST’S OWN. Sombrero, ALTUZARRA.

ESTA PAGINA: chaqueta PAGINA OPUESTA: chaqueta

PEINADO: Renato. MAQUILLAJE: Tyron Machhausen. MANICURA: Julie. ESCENOGRAFIA: Jack Flanagan. PRODUCCION: Dana Brockman, Nathalie Akiya y Emily Ullrich. TECNOLOGIA DIGITAL: Casanova Cabrera. ASISTENTES DE FOTOGRAFIA: Alexei Topounov, Diego Bendezu y Conor Monaghan. ASISTENTE DE ESTILISMO: Amer Macarambon. ASISTENTES DE ESCENOGRAFIA: Todd Knopke y Beau Bourgeois. ASISTENTES DE PRODUCCION: Brandon Abreau y Patrick McCarthy.

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edición especial L’Officiel, FLANEUR. edición especial L’Officiel, JULIO TOLEDO.

ESTA PAGINA: petaca PAGINA OPUESTA: collar

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ALLEZ

retour Fotos MARCELO SETTON Estilismo GABRIELA SETTON

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Collar de perlas cultivadas con cierre “O” en oro blanco 18 quilates y pavee de brillantes, SIMONETTA ORSINI.

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Sandalia Macarena, edición especial L’Officiel, MISHKA.

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Bleu blanc Rouge”, edición especial L’Officiel, SYLVIE GERONIMI. a mano con hilo de algodón y cuentas de vidrio, edición especial L’Officiel, AYNE BS AS.

PAGINA OPUESTA: acordonados “Alexandra ESTA PAGINA: carterita “Escofina” tejida

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PAGINA OPUESTA: mocasines

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ESTA PAGINA: collar William bañado en oro 24 quilates y anillo pagoda de platino y brillantes, IGNACIO BARCENA. Liberace Oro 14 quilates, edición especial L’Officiel, JESSICA KESSEL con intervención de Lucio Cres Caligrafía. Agradecemos a La Gracia por la colaboración en esta nota.


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Perspectivas Fotos AGATA SERGE Estilismo KASIA JABLONSKA 104


PAGINA OPUESTA: vestido, MM6

MAISON MARGIELA. Pantalón: JUNYA WATANABE para COMME DES GARÇONS. Borceguíes, OFF-WHITE. Cartera, RICK OWENS. Gorro, BURBERRY.

ESTA PAGINA: trench, BALENCIAGA.

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PAGINA OPUESTA: vestido, THE ESTA PAGINA: top, pantalón

ATTICO. Trench, YSL. Gafas y ballerinas, BALENCIAGA. y cinturón, BALMAIN. Chaqueta, LOEWE. Cartera, RICK OWENS. Aros, ALEXANDER MCQUEEN.

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y pantalón, THE ATTICO. Chaqueta, BALMAIN. Sandalias, JACQUEMUS. DEMEULEMEESTER. Shorts, RICK OWENS. Chaqueta, JUNYA WATANABE para COMME DES GARÇONS. Colgantes, ALEXANDER MCQUEEN y MARNI. Pendientes, ALEXANDER MCQUEEN. Ojotas, MOSCHINO. ESTA PAGINA: camisa

PAGINA OPUESTA: top, BALENCIAGA. Pantalón, ANN

CONSULTORA CREATIVA:

Bogna Stepa. ASISTENTES DE FOTOGRAFIA: Szymon Gosławski, Zuza Golas, Jakub Jezierski. MAQUILLAJE: Wilson. PEINADO: Michał Pasymowski. Maciołek para D’Vision. DIRECTORA DE CASTING: Olga Janicka para We Produce. PRODUCCION: Kornelia Strzelecka / We Produce.

MODELO: Angelika

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ESTA PAGINA: chaqueta

y shorts, NAIMA. Brazaletes y anillos, PANDORA. Sandalias, MISHKA. DESIGN.

PAGINA OPUESTA: vestido, GIACOBBE. Pendiente, FINN

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C’est Fransia!

Francisca Moreno Quintana es la cara del dúo pop argentino. Mundo Virtual, Virtual, su segundo disco, resuena en tiempos de aislamiento. La fantasía, el amor y algo más que solo singles. Fotos MARTIN PISOTTI Estilismo DELFINA TULLI 111


Chaleco, SADAELS. Bermudas tejidas y bandolera, MISHKA. Gargantilla, FAHOMA. Sandalias, THE WEB.

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Gafas, VULK. Chaqueta, RAPSODIA. Bermudas, MISHKA. Top de plumas, LAURENCIO ADOT.

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Por CELESTE NASIMBERA

Con estudios formales en danza, vocación por la música e intenciones de diva pop, Francisca Moreno Quintana actúa aquello que junto con Ignacio Albini componen y producen. Forman el dúo Fransia y tanto los videoclips de cada canción como la cuenta de Instagram, tienen una atmósfera lúdica. Hay algo del pop francés de los años ochenta y de las escenas de karaoke que se ven en la película Perdidos en Tokio, de Sofía Coppola. Se nota una preocupación por la estética, presente también en la imagen y en el escenario. ¿Cuál es tu primer recuerdo vinculado a la música? No es propio, me lo contaron. Siempre fui muy musical y mis padres recuerdan que desde muy chiquita tarareaba las canciones de Annie Lennox en el asiento trasero del auto. A los cuatro años empecé a formarme como bailarina. Hice clásico y después me especialicé en contemporáneo. Estudié muchas disciplinas de baile porque estoy conectada con la danza, con mi cuerpo. Unos años después seguí con el canto y aprendí a tocar la guitarra. L’OFFICIEL:

FRANCISCA MORENO QUINTANA:

¿Cómo fue el paso a la profesionalización? FMQ: Desde el principio la música fue mi expresión. Siempre fui insoportable, quería estar bajo las luces, ser famosa. A los ojos de una niña, porque ahora mi sueño se reconfiguró: quiero que la gente escuche mi música y que mi mensaje se expanda lo máximo posible. Nunca me planteé hacer otra cosa, ni pensé qué carrera estudiar; la música es mi opción, lo que me sale más fácil, lo que vine a hacer al mundo. L’O:

¿Cómo surge el proyecto Fransia? Conocí a Nacho (Ignacio Albini) en 2014. Fui a verlo a un bar. Fue amor a primera vista, nunca me había pasado. No me animé a hablarle esa noche y, cuando volví a casa, tenía un mensaje de él en Facebook. Empezamos a vernos y nos pusimos de novios. Recién a los dos años se nos ocurrió grabar, probar para ver qué pasaba y nos dimos cuenta de que esas ganas eran L’O:

FMQ:

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algo serio. Armamos el dúo que sigue hasta hoy a pesar de que ya no estamos juntos. Somos amigos, tenemos esa conexión telepática. Las decisiones las tomamos los dos, somos un dúo, Nacho está más undercover y yo soy la cara. En el escenario soy bastante actriz, me gusta comunicarme con el público. Mundo virtual, tu segundo álbum, fue lanzado durante la crisis sanitaria… FMQ: Primero sacamos “Mundo virtual” como single y dos semanas después empezó el aislamiento. En ese momento me di cuenta de que el contexto le sumaba sentido a la obra y de ahí le dimos el mismo nombre a todo el disco. Me bajó la data y escribí una serie de ocho ensayos, me filmé y lo subí a las redes. Sabía que al escuchar el disco iban a poder entender de qué iba el mensaje. Porque, desde la adolescencia, vengo estudiando metafísica y eso finalmente se unió en este disco. Encontré un canal para bajar esa información. Todavía no lo presentamos. L’O:

¿Por qué sacar un disco? Me parece más romántico. Si bien lanzamos las canciones como singles, el disco es un concepto que me gusta. Me parece un acercamiento más comprometido. Mundo virtual claramente era un disco: no son canciones desconectadas entre sí, es como un manifiesto. Visioné este disco y lo creé con Nacho. L’O:

FMQ:

¿Por qué Fransia con s? Me llamo Francisca y mis amigos me empezaron a decir Francia. Nos dimos cuenta de que escrito con C era ingoogleable y lo modificamos. Además, tiene las iniciales de Nacho al final. L’O:

FMQ:

¿En qué estás ahora? Ya estoy jugando con cosas nuevas. Igual todavía estoy enfocada en este disco, quiero darle ese espacio de seguir comunicando: que la gente lo cante, lo baile y lo vibre. ¡Y algunas sorpresas que van a salir en lo que resta del año! n L’O:

FMQ:


Chaqueta, RAPSODIA. Medias, SILVANA. Anillos, FAHOMA. Sandalias, FERRONI. Pendientes, SWAROVSKI.

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“EN EL ESCENARIO SOY BASTANTE actriz actriz,, ME GUSTA COMUNICARME CON EL PUBLICO”. PAGINA OPUESTA: Brazaletes

y anillos, FAHOMA. Shorts, NAIMA. Cárdigan y suéter, JAZMIN CHEBAR. ESTA PAGINA: Gafas, VULK. Chaqueta, RAPSODIA.

PEINADO: Joaquín Vega

Caro para Kabuki Make Up School. MAQUILLAJE: Jade Kone para Kabuki Make Up School con productos M·A·C Cosmetics. BACKSTAGE: Bianca Sifredi. POSPRODUCCION: Retostudio. AGRADECIMIENTOS: Hotel Pulitzer www.hotelpulitzer.com.ar/es

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ESTA PAGINA: Santiago: campera

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y pantalón, TRAMANDO. Remera, ÜCOLLECTIVE. Zapatillas, ADIDAS. Camila: campera y pantalón, TRAMANDO. Remera, TROSMAN. Zapatilllas, MISHKA. PAGINA OPUESTA: polera sin mangas, VANESA KRONGOLD. Kimono, TRAMANDO.


Première Fotos JUAN MATHE Estilismo MARCELA RUBINI 119


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PAGINA OPUESTA: Basilio: monoprenda, KOSTUME. Campera, JT

BY JT. Gorro, ADIDAS. Zapatillas, MISHKA. Santiago: buzo y remera, ÜCOLLECTIVE. Bermudas, JT BY JT. Zapatillas, ADIDAS. Camila: vestido, JAZMIN CHEBAR. Tapado, TRAMANDO. Zapatillas, MISHKA. ESTA PAGINA: Basilio: antiparras Dior, BOYCAPEL.

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ESTA PAGINA: buzo, ÜCOLLECTIVE. Remera, JT PAGINA OPUESTA: vestido, ADRIAN

POSPRODUCCION:

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BY JT. Gorro, ADIDAS. BROWN. Camisa y medias, GIESSO. Gafas, VULK. Abotinados, MISHKA.

ASISTENTE DE ESTILISMO: Noelle Mathe. MAQUILLAJE Y PEINADO: Igna Mora con productos Schwarzkopf Argentina. TECNOLOPGIA DIGITAL: Edwin Panneflek. Gastón de Chapeaurouge. MODELOS: Camila Puebla, Basilio Kim y Santiago Fumiere para Adon management. Agradecemos a Enigma Woodshop por su colaboración.


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CERTAIN

regard Fotos CECILIA GLIK Estilismo SILVANA GROSSO

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Chaqueta, pantalón denim y choker, CHANEL CRUISE. Soutien, CARO CUORE.

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ESTA PAGINA: canguro, ROCHAS. Pantalón, BLUE PAGINA OPUESTA: top, pantalón

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SHEEP. Sandalias y minicartera, FERRAGAMO. y chaqueta bordada, RUE MARISCAL. Anillos, SWAROVSKI. Sandalias con aplique, SANTESTEBAN.


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ESTA PAGINA: reloj, “Santos”, CARTIER

en SIMONETTA ORSINI. Colgante y aros ice cube en oro blanco y rosa, CHOPARD en JOYERIAS CHRONOS. Blazer y bermudas, ANNA ET CAMILLE. Body, LA PERLA. PAGINA OPUESTA: vestido y cartera “Dauphine”; carterita “Lipstick Case”, LOUIS VUITTON. Sandalias con aplique, SANTESTEBAN. Pendiente, SWAROVSKI.

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ESTA PAGINA: sombrero, SOL

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PARDO. Suéter de hilo, BLUE SHEEP. Reloj, “Royal Oak Offshore 44”, AUDEMARS PIGUET en JOYERIA EVE. PAGINA OPUESTA: traje sastre, CARBONE. Colgante “Caleche”, HERMES.


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denim y collar, CHANEL. Soutien, CARO CUORE. Sandalias, BY FAR. de cuero, tapado de cachemira y zuecos, HERMES. Pendientes oro blanco con diamantes, JOYAS CHRONOS en JOYERIA CHRONOS. Anillos en oro rosa y blanco, BVLGARI en JOYERIA CHRONOS. ASISTENTE DE ESTILISMO: Delfina Tulli. MAQUILLAJE Y PEINADO: Sofía Rubinstein con productos Chanel. UÑAS: Jen Franco @arteenuniasjenfranco. MODELO: Tiziana Pisani para Lo Management. ESTA PAGINA: chaqueta, pantalón

PAGINA OPUESTA: chouchou, body, minifalda

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Realismo

MAGICO El bailarín Alexandre Plate es hijo de un artista argentino del Di Tella que se exilió en París en los 70. Desde el Jardin des Tulieries y con prendas que tomó del vestidor de su padre padre,, nos acerca su universo.

Por MARIA MANSILLA Fotos RAUL GUILLERMO Estilismo AGUSTINA CHULIVER PEREZ Producción creativa MOIRA BALL

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Es francés. Es hijo de artistas. El primer confinamiento de la pandemia lo encontró arriba de un barco, en Mallorca (“trabajo como marino y carpintero en un barco que protege fondos de mar, tortugas y delfines”). Un día cualquiera de su vida podría inspirar una película de Mubi. Su sonrisa es generosa, su pelo marrón es largo y lacio, sus anteojos tienen un marco plata tan ligero que apenas se nota, la caída de sus camisas manga corta vuelven misteriosos los bordes de su cintura. Nueva masculinidad pura. Frente a una sola cosa Alexandre Plate se pone tenso: que las personas usen zapatos para bajar a la playa. Habla un castellano perfecto. Pero por encima de todo, se destaca hablando un idioma universal, el del cuerpo. Es bailarín. Le encanta, por ejemplo, bailar en la calle e invitar a la gente que pasa. “La idea es conectar de una manera distinta de la que estamos acostumbrados. En Buenos Aires, en París, todos van de A hacia B y se olvidan que el camino también es parte de la vida. Ojalá hubiera más interacción, más espontaneidad”. Cree 136

“EN PARIS ES ILEGAL IR A COMPRAR baguette SIN ARREGLARTE COMO SI FUERAS A CRUZARTE CON EL amor DE TU VIDA”.


que el cuerpo, a diferencia de la música o incluso de las palabras, es la expresión menos invasiva. “Ver un cuerpo que baila en la calle es como ver una paloma que pasa”, compara. No le importa que a primera vista muchas personas pensemos que quienes bailan en la calle están locos o muy enamorados. “Bueno, ¡que estoy loco me lo dijeron muchas veces! Pero logro que la gente sonría, es lo que busco”. Su padre es Roberto Plate, un artista del Instituto Di Tella, que en los años 70 tuvo que exiliarse y eligió París. Su madre también es artista: trabajó como escenógrafa, directora de teatro y directora de un festival de cortos en Rusia. Alex es movimiento: usa el barco, la bicicleta, su imaginación y sus pies. Apenas se flexibilizó el confinamiento volvió a

trata de imaginarse el futuro. Me enseñó a mirar lo que tenía alrededor, a estar atento a los sonidos, a la gente, a la perspectiva del lugar, a la arquitectura. Me decía: ´Mirá lo verde que es ese verde, mirá lo azul que es ese azul´. Para él era horrible meterse con zapatos en la playa y me obligaba a sacármelos. Por eso cuando veo gente caminando por la playa con zapatos… ´Algo no entendieron´, digo. ¡Disfruten la textura de la arena, el mar, el frío!”. Hace unos años Plate hijo fue invitado a un casamiento en México. Plate padre montaba una ópera en Chile. Alex voló al DF, luego recorrió 14 países de América Latina hasta llegar a Brasil, Argentina y Chile. Quería conocer el paisaje y, sobre todo, repasar un territorio personal. “Quería entender por qué

Francia y se embarcó junto con sus amigas argentinas Agustina Chuliver Pérez (estilista y productora audiovisual) y Moira Ball (directora), de la productora ABROD, en la realización de la pieza cuyas fotos acompañan esta nota. La escena sucede en el clásico Jardin des Tulieries, en París: Alex baila los sonidos de su universo, con notas europeas y latinas. El vestuario es gentileza de su padre. “Siempre le robé su ropa”, cuenta el artista que esta vez usó un traje de agnès b. y un sobretodo, regalo de Jack Lang, ex ministro de Cultura de Francia. Lang se lo regaló a su hija. Como le quedaba grande, ella se lo regaló a Roberto. A él también le quedaba grande y se lo dio a su pareja, que se lo entregó a su hijo. “Haciendo teatro, mi padre desarrolló muy buen gusto para vestir. Elige buenas texturas, formas y colores, prendas bien hechas. Siempre lo endiosé. Me tuvo a los 56 años, crecí escuchando sobre lo cool que es”. En la trayectoria del ex Di Tella hay infinidad de obras. Lo que marca a su hijo es el arte efímero con el que influyó su infancia. “Me queda de él que no analiza mucho el pasado ni

soy así. A veces una reacción mía puede ser adecuada y otras veces, todo lo contrario. A mi padre en París siempre lo consideraron un excéntrico; cuando llegué a Argentina descubrí que era un argentino más: talentoso, vivo, activo. Lo que me fascinó de América Latina es lo mucho que pueden hacer con poco”. De nuestro país, Alexandre se llevó la libertad con la que se vive la moda. “En París es ilegal ir a comprar baguette sin arreglarte como si fueras a cruzarte con el amor de tu vida. ¡Viva divertirse con la ropa!”. A alguien como él, que es puro cambio, la pandemia le enseñó a seguir moviéndose, pero en otras escalas, la de los detalles profundos. Refugiado en ese barco noruego de 100 años, además de restaurarlo, se puso a hacer cosas de madera para regalar a sus amigos. Bucea, siente que eso es lo más parecido a llegar a la Luna. Cuando baila le dicen “el pulpo” porque su torso y sus brazos flamean de manera lenta y amplia, con la poesía de quien atraviesa el nivel del mar sin agitarse y habla con los dioses que habitan debajo del agua. n 137


Corazón

VIOLETA Se siente cómoda escribiendo y le gusta saber que otras compañeras trans se identifican con lo que cuenta. Su activismo habita en las palabras, en las ideas y en las marchas. Por CATA GRELONI PIERRI Fotos MARCELO SETTON Estilismo GABRIELA SETTON

“Cuando una travesti entra a la Universidad, le cambia la vida a esa travesti. Cuando muchas travestis entran a la Universidad, le cambian la vida a toda la sociedad”, decía Lohana Berkins, una de las impulsoras de la Ley de Identidad de Género, fallecida hace cinco años por una hepatitis. Sus palabras resonarán por siempre en la piel de su amiga y colega Violeta Alegre, activista travesti trans. Violeta es desde 2020 la titular de la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género en la Justicia de CABA. Además, es conocida como DJ Invertida –su alter ego frente a las bandejas de música electrónica–, cofundadora, con Marlene Wayar y Susy Shock, de la Colectiva Lohana Berkins y columnista de Página 12 y de agencia Presentes. Mientras habla acerca de binarismos, el cupo laboral travesti y la necesidad de una agenda emocional, la potente mirada en sus ojos dulces y rasgados penetra igual que sus ideas, que va dilucidando con calma y seguridad.

Pantalón Byron, JT.

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“NO SE SI ESCRIBO PARA cambiar EL MUNDO, PERO ESTOY segura DE HACERLO PARA QUE OTRAS compañeras NO SE SIENTAN SOLAS”.

Tiritas suéter, TRAMANDO. MAQUILLAJE: Matías Nazareno

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Se reconoce privilegiada dentro de su colectivo disidente. Por estar viva a los 41 y haber superado el promedio trava y trans de 35 años. Por tener una familia que abrazó su identidad desde pequeña y la ayudó a desarrollar relaciones sentimentales consensuadas y amorosas. Por haberse formado profesionalmente en la Diplomatura de Géneros, Política y Participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento –donde conoció a Wayar y Berkins– que la llevó a trabajar para Naciones Unidas y el Banco Mundial. Con todos estos privilegios asumió la responsabilidad de escribir y hablar de aquellas cuestiones que muchas de sus compañeras no podían articular, pero que identifican en cada sentimiento que expone su pluma.


Describe su adolescencia como una etapa compleja y solitaria al no contar con respuestas teóricas a sus inquietudes ni con referentes identitarias, más allá de alguna personalidad mediática. Vivía en Grand Bourg, partido de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires, y usaba la música de Portishead, Bjork y Massive Attack como escape y refugio de un mundo externo que auguraba oscuro. Pero ante las contusiones amorosas, Violeta ponía la otra mejilla. “Creo poder expresar con sensibilidad ciertas temáticas por mi trayectoria vital, pero no estoy enojada con todo el mundo. O sí. Me enoja el mundo y reconozco que está todo mal, pero no quiero perder la amorosidad para construir”, dice, y agrega que lo mismo le sucede desde el activismo; que, aunque la realidad sea muy violenta con ellas, ya no puede estar en lugares que no construyen desde la empatía. Por esa razón elige poner el cuerpo y el talento al servicio de la teoría travesti en los medios, en espacios de capacitación como también tomar la calle cuando hace falta: “Las marchas para nosotras son espacios de visibilización, de encuentro, pero también de cuidado porque interpelamos a un mundo que nos está mirando”. ¿Cómo te encontraron las noticias recientes en relación con la ampliación de derechos por el Cupo Laboral Travesti Trans y el DNI no binario? VA: Me pone muy contenta saber que en Argentina estamos avanzando mucho gracias al activismo fuerte que se inició en los noventa por parte de las travestis. En el mundo nos miran como referentes por tener una Ley de Identidad de Género, sin patologización, a la que ahora se suman el Cupo Laboral y el DNI no binario. Sin embargo, no pierdo la mirada crítica porque es complejo pretender que las travestis se inserten así nomás en un sistema después de vivir toda su vida en la anarquía y el ostracismo. Para ello hace falta reconocer la trayectoria vital y sus diferencias. Por otro lado, esta tercera y nueva posición en el DNI es un avance, pero borra las identidades autopercibidas que nos gustaría que figuren, porque cada identidad tiene su particularidad, su experiencia, un recorrido y una territorialidad propia. El Estado todavía es un cistema [sic] con límites en sus políticas identitarias y responde a una mirada binaria y sexogenérica de la cual parece no poder correrse. L’OFFICIEL:

¿Cómo llegaste al activismo? Siempre que me sentí perdida, me apoyé en el activismo colectivo para volver a encontrarme. A mis treinta, venía de pequeñas violencias de pareja que me llevaron a cuestionarme los vínculos sexoafectivos pero sin personalizar, victimizarme o sentir L’O: VL:

“TRATO DE TENER CIERTA sensibilidad Y HABLAR SOBRE QUE NOS PASA A nosotras CUANDO NOS enamoramos enamoramos,, CON NUESTROS CUERPOS Y NUESTRAS genitalidades”.”. genitalidades

enojo. En cambio, lo pensaba como una estructura compleja y colectiva de desigualdades estructurales, pero todavía no tenía mucho conocimiento, y empecé a encontrar respuestas en lecturas de temáticas de género. Leía a Nietzsche, a Lohana Berkins y a Marlene Wayar. En una entrevista, Lohana dijo que a ella le hubiese gustado que alguien la amara de forma romántica, que la quisieran así, travesti, y esa premisa me partió como un rayo. Entonces, como mi lugar cómodo es desde la escritura, trato de tener cierta sensibilidad y hablar sobre qué nos pasa a nosotras cuando nos enamoramos, con nuestros cuerpos y nuestras genitalidades. No sé si escribo para cambiar el mundo, pero estoy segura de hacerlo para que otras compañeras no se sientan solas en esos sentimientos de tristeza y angustia, y que sepan que el trabajo sexual no es el único destino posible. L’O: En el colectivo se habla de las travestis bajo la figura de la sobreviviente. ¿De qué manera se construye en el amor desde la supervivencia? VA: Las travestis somos la primera identidad no binaria. Nombrarme así tiene que ver, en gran medida, con el reconocimiento histórico al activismo político y a las compañeras que dejaron la vida en pos de nuestros derechos. Sostenemos nuestra identidad a pesar del genocidio y nos corremos del lugar de víctimas porque, como víctima, perdés margen para la acción política; te subjetiva de un modo limitante. Elijo construir en el amor valorando los vínculos mucho más, aun cuando puedan ser frágiles o se los viva con gran intensidad ante las carencias y el miedo a perderlos. Creo que construir desde la supervivencia tiene que ver con reconocerse disidente, ponderar las diferencias y valorarse desde ahí. n

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EFECTOS

especiales Secretos compartidos para lograr una piel luminosa y levemente húmeda. Por LOLA MONTEIRO Fotos JULIO BARCENA

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FUENTE DE LUZ

“Lo fundamental es comenzar con una espuma limpiadora que quite todas las impurezas del rostro”, señala el maquillador Sebastián Correa, Director de SC Estudio y make up artist de Givenchy. Luego de este primer paso propone aplicar el aceite no oleoso L’Intemporel Firming Oil de Givenchy y dejarlo unos tres minutos. La intención es que la piel esté más lisa y elástica para recibir los productos que sumarán brillos y reflejos. “Un buen recurso es usar cremas o brumas en spray que contengan nácares iluminadores. Las bases fluidas mezcladas con algunas gotas de aceite intensifican el efecto de luz. Podemos agregar extra brillo con el bálsamo Rose Perfecto 002. Se aplica con pequeños golpecitos sobre la zona de los pómulos, tabique de la nariz, mentón y frente, y se funde perfectamente con la base”.

TOQUE FLUIDO

“Los mejores primers para lograr una piel luminosa son los que cuentan con una textura fluida, casi acuosa. Es el caso de Extra Illuminating Moisture Balm Bare Glow, de Bobbi Brown”, destacan Cruz Ledesma y Eugenia Caloso, de Ledesma Caloso makeup studio. ¿Qué sigue? “En la actualidad se consiguen productos muy interesantes para lograr pieles húmedas. Hay que tener en cuenta las bases de maquillaje que vienen en texturas fluidas tipo serum, ya que combinan mucha hidratación con emolientes, pero también partículas de polvo micronizadas que logran un gran poder cubritivo con naturalidad. Además, borran imperfecciones y actúan como difusor óptico, al otorgar una apariencia más luminosa al rostro”. Otro aporte de Cruz y Eugenia: trabajar la piel con brochas que combinan fibra sintética con natural. “Esto permite potenciar los efectos de los productos”. n

MAQUILLAJE Y PEINADO:

Susana Sánchez. MODELO: Merili P para Models.com. AGENCIA: Sight Barcelona. PRODUCCION: Julio Bárcena Studio

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Richard Madden EL AUDAZ

“El coraje empieza con un riesgo”, dice en la campaña del nuevo perfume de Calvin Klein. Klein. En esta charla exclusiva nos cuenta sobre sus propios desafíos.

Por CATALINA DEL PINO No hay duda de que Richard Madden ha hecho carrera en Hollywood. Ganador del Premio Globo de Oro al Mejor Actor de Serie de Televisión en 2019 por su participación en Guardaespaldas, saltó a la fama con su protagónico de Robb Stark en la serie Juego de Tronos (2011) y robó muchos corazones como el príncipe en la película Cenicienta junto a Lily James (2015). Este escocés de 35 años y ojos celestes que encandilan, comenzó a estudiar actuación a los once años para vencer la timidez, pero resultó una de las verdaderas pasiones de su vida. Ahora, Calvin Klein lo ha elegido como imagen de su nueva fragancia masculina, Defy, cuyo mensaje es: “Atrevete a desafiar”. “Mi punto de conexión con esta campaña fue la idea de desafiarse a uno mismo, tus propias limitaciones, poner a prueba tus habilidades, replantearte tus ambiciones… eso es algo que vivís a diario como actor, siempre te enfrentás a eso: ‘¿Seré lo suficientemente creíble?’”. Está convencido de que su trabajo actual es el gran reto: Citadel, una serie sobre espías que está filmando para Amazon con Priyanka Chopra Jonas. “En general, la televisión y las películas contienen un gran elemento de acción, pero una capacidad dramática limitada. O al revés. En Citadel estamos dándole lugar a ambas cosas: acción y drama fuertes”. Otro eje de la campaña Defy es evocar momentos en los que uno se siente poderoso. Para el actor, son aquellos en los que reconoce que “soy bueno en mi trabajo”. ¿Cómo lo mide? “Necesito tomarme mis tiempos de preparación y llegar al final del día, ver lo grabado, y que corresponda con lo que imaginé la primera vez que leí el guion. Sentir que logré capturar y transmitir imágenes y emociones”. Como protagonista del nuevo lanzamiento de Calvin Klein Fragrances, la pregunta es insoslayable. ¿Cómo es su relación con la belleza? ¿Cuánto tiempo le dedica al cuidado personal? “Me preocupa cuidarme la piel, es algo menos en lo que tengo que pensar cuando estoy frente a una cámara. Así puedo concentrarme en mi trabajo, y no en si algu146

na marca o grano distraerán al público”. Además, por los roles que ha tenido que interpretar, su piel ha pasado bastante tiempo bajo sangre falsa y maquillajes pesados, así aprendió y consolidó una rutina diaria. “Es indispensable una buena limpieza e hidratación con alguna buena crema. Me ayudan a tener más confianza en mí mismo”. Le gustan las fragancias amaderadas y frescas como Defy, pero disfruta cambiar dependiendo de sus estados de ánimo y emociones. “El perfume genera interacción. Por ejemplo, si estás interpretando al chico malo, tener el aroma que imaginás para ese personaje hará que el actor del otro lado reaccione. A veces se puede utilizar como herramienta y, a veces, solo para sentirse bien”. Representar un perfume de Calvin Klein es realmente especial para el multifacético actor, en pareja con Froy Gutierrez desde el 2020. Hace hincapié en que solo realiza acciones con marcas con las cuales comparte valores, donde puede dejar su corazón y su alma. “Considero que Calvin Klein ha sido siempre un defensor de la diversidad y la inclusión, puntos clave a la hora de comprometerme con un proyecto. Yo los represento tanto como ellos a mí. Y eso es realmente muy importante”. Sobrevivir los próximos cinco meses de rodaje con Amazon es el siguiente desafío en su vida, cuenta entre risas. Citadel tiene una alta demanda física, siete horas de rodaje diario, tratando de crear un nuevo mundo y personajes que destaquen. Una gran apuesta, pero confía en que será un éxito. Añade que tiene otros proyectos como la coproducción de un programa de televisión con Amazon y el pódcast que grabó junto con el actor Brian Cox. En numerosas entrevistas ha revelado que se considera un fanático de Jurassic Park, se hace el tiempo para verlas como mínimo dos veces al año, y uno de sus sueños es ser parte de alguna de las próximas películas de la saga. Atreverse a tomar riesgos es un gran motor en la vida de Richard Madden, quien se describe: “entusiasta y muy trabajador”. Un claro ejemplo del mensaje de superación que Calvin Klein quiere dar con Defy. “Los únicos límites son los que uno mismo se impone”. n


“Calvin Klein HA SIDO SIEMPRE UN DEFENSOR DE LA diversidad Y LA inclusión, PUNTOS CLAVE A LA HORA DE comprometerme CON UN PROYECTO”. 147


DECLARACION

de principios

“Buscamos crear una belleza diversa, inclusiva, que aliente la innovación innovación,, que sea sustentable y segura”. Así define Jean-Noël Divet, CEO de L’Oréal Argentina, Argentina, el propósito que hoy impulsa la compañía.

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“FUIMOS UNA DE LAS primeras EMPRESAS QUE EN 2018 FIRMO LOS Estándares de Conducta EMPRESARIAL LGBTI DE LAS NACIONES UNIDAS”.

cas reconocidas en distintas ediciones y la Argentina se convirtió en el país de la región con más premiadas internacionales. También llevamos adelante el programa “For Women in Business” para dar respuesta a las problemáticas que podían presentarse a la hora de realizar networking. ¿La pandemia aceleró los compromisos con respecto a la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente? J-ND: Durante el año pasado se presentó el programa mundial “L´Oréal por el Futuro”, con objetivos muy ambiciosos hacia 2030. A nivel local estamos trabajando en una serie de acciones, como reducir en dos años el uso de agua en la producción y del 75 % de los plásticos empleados en el envasado de productos. Por otra parte, los consumidores realizan sus decisiones de compra de manera cada vez más consciente. En esta línea, hemos presentado un nuevo etiquetado, que a partir de nuestra marca Garnier en Europa, irá abarcando todas las marcas del grupo alrededor del mundo. Trae una escala de la A a la E según el grado de sustentabilidad del producto en toda su cadena de valor. Así nuestros consumidores podrán evaluar el impacto del producto que quieren adquirir. L’O:

¿Imagina que el comercio online, que se activó durante el aislamiento, será el canal de ventas predominante en los próximos años? J-ND: Sin duda, creemos que es una forma de adquirir productos que se impondrá cada vez más. Para el mercado de la belleza, representaba un gran desafío. Una de las barreras que debimos superar fue la dificultad de que el consumidor pudiera testear los productos. Con este objetivo venimos trabajando en distintas innovaciones y plataformas: ModiFace les permite a los usuarios probarse productos de maquillaje a través de las pantallas como un “espejo virtual”, SkinGenius realiza un diagnóstico online del tipo de piel mediante inteligencia artificial. Por otra parte, durante el confinamiento tomaron impulso prácticas relacionadas con la belleza, tales como la coloración en el hogar. Excellence de L’Oréal Paris se convirtió en la primera marca de coloración en ofrecer un novedoso asesoramiento a través de su exclusiva línea gratuita de WhatsApp. L’O:

Jean-Noël Divet lleva 35 años en L’Oréal. Trabajó en el área de Marketing y fue director de la división de Productos Gran Público en las filiales de Brasil y la Argentina. Aquí estuvo de 1991 a 1996, tiempo suficiente para entender la idiosincrasia y la dinámica particular de nuestro país. Poco después se hizo cargo de la Dirección General de L’Oréal Portugal y, posteriormente, la de Polonia. En 2010 volvió a hacer base en Francia para luego aterrizar en México. Regresó a la Argentina el año pasado en plena pandemia. “Hoy el propósito de nuestra compañía es ´crear la belleza que mueve al mundo´ y esto tiene que ver con empujar hacia el futuro, impactando de manera positiva sobre el planeta y todo aquel que lo habita. Pensamos que la belleza debe desempeñar una función de inclusión, de armonía y respeto”, explica Divet. En esta entrevista habla de los nuevos desafíos de la empresa y los proyectos pensados para la Argentina. L´OFFICIEL: Con relación a la inclusión, pero también a la diversidad y el género, ¿cuáles son las iniciativas a nivel local para dentro y fuera de la compañía? JEAN-NOËL DIVET: Tanto la diversidad como la equidad de género son parte de nuestro ADN. Fuimos una de las primeras empresas que en 2018 firmó los Estándares de Conducta Empresarial LGBTI de las Naciones Unidas. En la Argentina, nuestro staff está compuesto por 54 % de mujeres y 53 % en posiciones de liderazgo. Hay varios programas que abordan estos temas y que nos llenan de orgullo. “Belleza por un Futuro” ofrece formación laboral en peluquería o maquillaje a personas en situación de vulnerabilidad social. Otro de los programas es el premio L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” porque nos permite dar visibilidad a científicas nacionales e inspirar a las más jóvenes a emprender estas carreras. En 2020 la ganadora fue la doctora en Matemáticas argentina Alicia Dickenstein. Con ella, ya son nueve las científi-

¿Algún otro cambio de hábito producto de la pandemia? Los rituales de cuidado facial cobraron mayor protagonismo porque, más allá del beneficio para la piel, resultaron un “mimo” que nos podíamos hacer en casa. Este incremento en el consumo sigue vigente al día de hoy. No solo las frecuencias del uso de productos se intensificaron, sino que además se agregaron pasos en el día a día. También notamos que los varones cada vez se cuidan más la piel: cinco de cada diez usaron en los últimos tres meses un producto facial. L´O:

J-ND:

Estuvo en la Argentina en los 90. ¿Cambió el mercado con respecto a hoy? J-ND: Lo que cambió o, mejor dicho, evolucionó a nivel mundial, es la sociedad. Los consumidores queremos ver marcas proactivas y responsables, que participen en los esfuerzos colectivos y que tengan un propósito. Por eso, hoy las marcas deben conocer o redescubrir a sus consumidores y así adaptarse con rapidez a los cambios culturales. n L´O:

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Anillo, CABINET OSEO.

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VOLAR,

volar

Vivió más en el aire que con los pies en el piso. Azafata primero, bailarina y artista plástica después, Luciana Garabello hipnotiza con sus movimientos y los climas oníricos que habitan sus acuarelas. Vuelta por un universo donde todo puede pasar. Fotos POMPI GUTNISKY 151


Pantalón, PRADA. Zapatos, REPETTO. Tapado, LINDALAND VINTAGE. Gafas, ARMANI. La obra en tonos naranja es de JESSICA TROSMAN Y MARTIN CHURBA.

Por FACUNDO ABAL

El deseo nace del derrumbe, dicen, y por estos días Luciana Garabello llevó esa máxima al extremo de la literalidad. Recientemente mudada a casa con fondo selvático en el corazón de Saavedra, corre los escombros del living a la cocina en plena remodelación, pero a pesar del caos lleva ese semblante de remanso que solo tiene la gente que sigue el pulso de lo que se quiere con ganas. No es la primera vez que la artista plástica genera su propio sismo, para renacer después bailando sobre el polvo. Estudió escenografía, fue azafata en una línea área y fundó su propia marca de zapatos, pero cada vez que sintió que el estómago le dictaba otra cosa, no dudó en patear el tablero y empezar de nuevo. Lo que sí se mantuvo inoxidable a través 152

del tiempo fue su universo lúdico, que trascendió la infancia y hoy es la marca estilística de sus obras. Casi como una orden, Luciana se tatuó un “Sueñe” en un brazo, así, tratándose a sí misma con distancia pero con firmeza. “Desde muy chica tuve un mundo interno bastante frondoso. De niña era muy introvertida, pero construía miles de dimensiones mentales. Las maestras decían en los boletines que me gustaba más observar que ser protagonista. Y en mi vida me ha pasado mucho eso, imaginar las cosas y que después sucedan”. Su cuarto propio se empezó a construir muy tempranamente, cuando iba cada sábado a almorzar a la casa de su abuelo ingeniero. El le guardaba los planos viejos para que


Falda, MILA KARTEI. Camisa, BEVIL. El sillón fue aggiornado por ATELIER DE HILOS. Mesa amarilla redonda, FEDERICO CHURBA. Mesa amarilla cuadrada, EASY.

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Vestido vintage, ANDREA MATTIO. Gafas, ARMANI.

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dibujara en el reverso. Ella se armaba una especie de búnker debajo del escritorio y tenían que ir a buscarla, después de varias horas, para que volviera a su casa. “Cuando todas mis amigas pedían muñecas para los cumpleaños, yo solo pedía cajas de lápices”, recuerda. El baile también formaba parte de sus días, pero con la disciplina típica de la danza clásica, donde todavía el rodete tirante le encorsetaba un poco las fantasías. Mientras estudiaba escenografía, viajó a Inglaterra para perfeccionar su inglés. Ahí se enamoró perdidamente de un suizo, y a la vuelta se puso a pensar cómo podía continuar con ese idilio a distancia. La ecuación fue simple, hablaba varios idiomas y tenía que encontrar conexión con Europa: “Me hago azafata”, decretó automáticamente. Armó un currículum medio inventado y se presentó en Aerolíneas Argentinas. Al mes ya estaba surcando un cielo bastante más limitado que sus sueños. El suizo quedó en el camino y el trajecito entallado también, porque a ella lo que más le divertía era la coreografía del salvavidas como recomendación a los pasajeros y, por supuesto, seguir jugando. “En el avión, mientras la gente dormía en los vuelos largos, yo me metía dentro de los carritos vacíos de la comida, y una amiga me llevaba a dar un paseo por los pasillos”. Cuando sintió que la cosa se ponía seria, Luciana pidió pista de aterrizaje. De regreso montó una marca de zapatos, pero en vez de pensar en la funcionalidad del calzado, sus diseños solo estaban orientados al baile. Aun así, la marca fue creciendo de un modo tal que la planilla de Excel se volvió otra cárcel. La última campaña, que realizó con un bailarín como modelo, la hizo ver en perspectiva lo que había dejado de lado, y sortear la disociación que se le había armado entre su parte lúdica y la vida responsable. “Cuando vi la imagen del bailarín reconecté con mi deseo genuino y esa misma semana me compré acuarelas, por un lado, y volví a bailar, por otro. Desde ese momento nunca más paré. Empecé a aceptarme como niña, sé que jamás voy a ser la gerenta de un banco o una escribana. No tengo que ser seria para ser adulta”. En su regreso a la danza abandonó el tutú y, de la mano del bailarín Federico Fontán, se encontró con la libertad de lo contemporáneo, donde no había espejo ni barra, y aprendió a ver la belleza en el defecto. “La improvisación en la danza y las acuarelas están ligadas por el arte de lo espontáneo. La acuarela es mancha, queda el registro de lo que manchaste, del error, siempre es lo que es. Yo amo trabajar desde ahí”, reflexiona. Su obra plástica está atravesada por una mezcla entre lo onírico y lo naif, paisajes silvestres y animales salvajes que sonríen, se funden en un baile tan fluido como las acuarelas.

“LA IMPROVISACION EN LA DANZA Y las acuarelas ESTAN LIGADAS POR EL ARTE DE LO espontáneo espontáneo”.”. También hay lugar para esas escenas que solo suceden mientras dormimos, planos sin reglas donde Luciana se siente como en casa. Así, personajes con cuerpo de persona y cabeza de cebra, o una palmera en el Artico, se ven tan verosímiles como en nuestros sueños. “No puedo hacer cosas a pedido por fuera de mi estilo”. Esa singularidad le valió que varias marcas la buscaran para armar alianzas que se materializaron en potentes colaboraciones. “En la misma lógica del deseo, cuando vivía en Europa siempre pasaba por la vidriera de Hermès y pensaba: ´Ojalá pudiera colaborar con ellos´. Creo que deseé tan fuerte, que un día me vieron por Instagram y me convocaron para aportar lo mío”. Fue durante la Navidad, y Luciana se pasó tres días en el local haciendo retratos de cada cliente, pero fiel a su estilo, todos tenían cabeza de caballo. Después vino la colaboración con el reconocido diseñador y empresario Guillermo Tragant, y juntos hicieron un traje color caqui, poblado de flores y tigres. También diseñó la etiqueta de un vino para una bodega mendocina, y dos libros que nadie podría haber imaginado mejor que ella: uno sobre cocina ayurvédica, y otro sobre danzas indias. Durante la pandemia, Luciana nos fascinó desde su cuenta de Instagram haciendo coreografías de caminatas lunares, vestida con pijama. De fondo, se veían sus bocetos desparramados por el piso. Y qué mejor prenda para una soñadora empedernida que la ropa de cama. “Los pijamas son definitivamente mis atuendos favoritos, no me los saco nunca”. Actualmente recorre el norte argentino buscando capturar imágenes para un libro propio, donde retoma la historia que planteó en su primera muestra, donde un oso herbívoro va desde la Base Marambio hasta Jujuy, algo que no puede calcular ningún GPS pero que en el universo de Luciana Garabello es perfectamente lógico. n 155


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Maquillaje: Carolina Getar para @labmakeupstudio Las obras de Luciana Garabello en Liga @liga.buenosaires. Posproducción: Rafa Casares.

Pijama, CARZOGLIO. Sombrero, LAGOMARSINO.


Tapado, LINDALAND VINTAGE.

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MESA DE novedades El amor por los libros descubre nuevos canales de expresión expresión.. Lecturas masivas por redes, talleres globales de escritura online online,, festivales literarios virtuales y mucho más.

Por IRENE AMUCHASTEGUI Foto GERMAN ROMANI 158


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“ASI COMO UN LIBRO PUEDE mutar EN ARCHIVO DE AUDIO, también SE PUEDE ESCRIBIR LITERATURA EN UN HILO DE Twitter Twitter”.”. Moldeada por los algoritmos y acelerada por la pandemia, se expande una biblioteca inmaterial e infinita, en la que il sommo poeta Dante (1265-1321) es vecino de la Wattpad star Mercedes Ron (1993). La desmesura de los estantes alienta la aparición de figuras curatoriales: influencers, exégetas, bots y comentaristas. El salón literario de la marquesa de Rambouillet se extrapola cuatro siglos después a la colmena humana de Zoom (en palabras del crítico catalán Jorge Carrión). En tres mil caracteres, una ignota neuquina, Violeta Jiménez (58), se consagra “campeona mundial de escritura”. Y probablemente, cuando leas estas líneas, @victoriacomelibros (18) rondará en TikTok la marca del millón de seguidores. La nostalgia de aquellos pasillos hormigueantes de la Feria del Libro de Buenos Aires —suspendida por segundo año consecutivo desde que comenzó la emergencia sanitaria— convive con la efervescente proliferación de canales virtuales de encuentro entre escritores y lectores. Online, se multiplicaron como nunca las ofertas de talleres literarios y clubes de lectura, se reinventaron ferias de editores y festivales literarios, se amplificaron tendencias y debates. Crecieron masivamente las comunidades surgidas en apps, redes y plataformas especializadas. Ganaron terreno los ebooks y audiolibros. Y así como un libro puede mutar en archivo de audio, también se puede escribir literatura en un hilo de Twitter. Prácticas y formatos que desde hace años existían en la web ahora se volvieron tendencia: avanzan exponencialmente al ritmo de hashtags y streamings. El alcance global de los medios digitales permitió que un campeonato mundial de escritura —novedosa idea de Santiago Llach en abril de 2020— no solo prosperara sino que llegara a convocar, en su edición de julio de 2021, a trece mil competidores. Escribiendo desde cuarenta y siete países, produjeron a lo largo de dos semanas más de cien mil textos. Se coronó una profesora de literatura de Neuquén cuyo relato, “Después de mañana”, puede leerse online junto con los demás consagrados en distintas categorías (mundialdeescritura.com). Por cierto, Llach encabeza también una Escuela de Escritura y coordina talleres de lectura, algunas de 160

las incontables propuestas literarias que se pueden encontrar online. Escuelas como Entre Palabras y Casa de Letras, entre otras, ofrecen opciones de formación en escritura creativa en campus virtuales, con cursos asincrónicos y libertad de horarios. Muchos encuentros de lectura que se celebran en distintas plataformas se difunden desde Instagram: del Club de Lectura Feminismo Todo el Año (@lagenteandaleyendo) a las “Circonferencias” de Silvia Hopenhayn (@clasicosnotanclasicos), del Club de Lectura DUL (@decimeunlibro) a los talleres en El Tercer Lugar (@flapittella). El Festival Internacional de Literatura Filba —que desplegó en junio actividades vía Zoom, IG, YouTube, Meet, hasta Whatsapp— prolonga su agenda todo el año con sus Laboratorios de Escrituras, en Zoom, dedicados a narrativa, poesía y no ficción. Por su parte la plataforma Leamos —de acceso irrestricto a ebooks y audiolibros, por membresía— ofrece además talleres y charlas. Twitter es otro foro literario. La comunidad tuitera impulsó hace varios años su propia variante de club de lectores con #Dante2018, lectura abierta, simultánea y masiva de La Divina Comedia a razón de un canto diario. La dinámica se replicó, con mayor o menor convocatoria, pero ya instalada como práctica, en experiencias como #Homero2019, #Nietzsche2020 o #Sófocles2021. “Por qué no me gustó un carajo Harry Potter”. “Amo destrozar mis libros”. “Cómo salir de un bloqueo lector”. “Reseñando libros usando solamente fotos de gatitos”. Aquí vas a parar tipeando #booktokargentina en TikTok. Los booktokers comparten en esta red su pasión lectora (alimentada en buena medida por sagas juveniles de romance y fantasía, retellings y algunos clásicos) en videos breves de producción minuciosa. Adoran exhibir la pila de libros leídos en el último mes, mientras los califican (“hacer un wrap up”), o la pila de libros que planean leer el mes que sigue (“hacer un tbr”, “to be read ”). Aunque su medio es digital, muestran un curioso y absoluto apego por los libros físicos: graban sus videos con la biblioteca de fondo, hacen tours virtuales por los estantes, discuten si es lícito subrayar las páginas, juzgan y comparan portadas, y cuando reciben pedidos registran con maestría el ritual de unboxing. Una estrella nacional es @victoriacomelibros, que desembarcó en TikTok hace poco más de un año, escribe desde los catorce y, a los dieciocho, alterna su trabajo en una librería tradicional de Núñez (especializada en literatura infantil y juvenil) con sus monólogos histriónicos y efectivos frente a la cámara del celular y el aro de luz. En 2017, Jorge Carrión sugirió en su Manifiesto contra Amazon la inquietante idea de que, mientras leemos, somos nosotros mismos los leídos. “Si lees en sus dispositivos, lo saben todo sobre tus lecturas. En qué páginas las abandonas. Cuáles concluyes. A qué ritmo lees, qué subrayas” (es posible leer el manifiesto completo en el libro Contra Amazon que, desde luego, puede comprarse en papel a través de la tienda digital o leerse en ebook en un dispositivo). “No quiero que me espíen mientras leo”, protestó Carrión. A muchos les ocurre lo contrario. Una multitud infinita de usuarios de redes en todo el mundo suman hashtags a sus publicaciones de fotos para que otros “descubran” lo que están leyendo: #bookselfie, #booklover, #bookstagrammer, #bookporn… Muestran escenas recurrentes. Un libro abierto en primer plano con un paisaje paradisíaco de fondo. Una cubierta atractiva sobre un escritorio, al lado de una taza de café humeante. Un abanico de libros entre las manos de una lectora que anuncia sonriente su próxima maratón. En las nuevas comunidades, como en las viejas salas de lectura, la imagen del libro sigue cifrando una promesa de felicidad: no hay vuelta de hoja. n


WWW.ISSUU.COM WWW.ZINIO.COM


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EL SUR Relatos fundantes fundantes,, tradición popular, vanguardia y mucho arte en las orillas de la ciudad de Buenos Aires. Por CELESTE NASIMBERA

“Boca, cada vez te quiero más”. Facundo de Zuviría (2004).


Tras una forzada transformación digital, la feria arteBA realizará una edición física en el mes de noviembre. La celebración de sus (ya) tres décadas tendrá lugar en una nueva locación: Arenas Studios en el tradicional barrio de La Boca. Un gesto que nos permite volver a recorrer los museos, las fundaciones, las galerías y las residencias artísticas de la zona. “Así como el arte es dinámico y está en constante cambio, nosotros también. Esta vez, pensamos una feria diferente, con el arte en el centro de la escena, con espacios al aire libre para unirnos, reencontrarnos y propuestas que interpelen a públicos muy diversos. Arenas Studios, una ex usina eléctrica cerca del puerto es un lugar con espíritu creativo, un espacio amplio y ecléctico”, dice Larisa Andreani, presidenta del consejo de administración de arteBA, a L’Officiel. Entre las instituciones de La Boca claves para las artes visuales se encuentran: Fundación PROA –pionera en la zona–, la Usina del Arte; centros como el Museo Quinquela Martin, MARCO; Fundación Santander, Fundación Andreani, PROA 21, Fundación El Mirador; las residencias artísticas Boca de Fuego/Munar, Villafañe 584, La Verdi, La Panadería; las galerías de arte Barro, Constitución, Quadro, Pasto, Popa, Sendrós y el Paseo de las Artes. “Es necesario erradicar esa barrera imaginaria que pareciera ser la Avenida Rivadavia, que divide la ciudad de norte a sur. Un evento de esta magnitud que es arteBA –como tantos otros que se realizan en barrios de la ciudad como Barracas, Pompeya y Mataderos– ayuda desde el arte a ser vaso comunicante, un puente que une”, agrega. La feria presencial se realizará del 3 al 7 de noviembre con una plataforma digital a modo de complemento y la publicación de la revista arteBA 30 años con obras icónicas de ediciones anteriores.

RINCON DE ARTISTAS

En La República de La Boca se han gestado imágenes pregnantes de la historia del arte argentino tales como las postales portuarias de Benito Quinquela Martín que hoy pueden revisarse en el museo que lleva su nombre y reúne la mayor colección de obra del artista. Del mismo modo, en los últimos años, han surgido 164


¡Y también cruzarme con murales de artistas urbanos contemporáneos! La Boca es, en sí mismo, un viaje, una experiencia cultural que implica atravesar toda su variedad y multiplicidad de propuestas”. MUSEO DE BELLAS ARTES DE LA BOCA BENITO QUINQUELA MARTÍN Av. Pedro de Mendoza 1843/35 buenosaires.gob.ar/museoquinquelamartin

Fotos: Germán Romani y Steven Sierra.

MUNAR (fotografía) Av. Pedro de Mendoza 1555 www.instagram.com/munar_arte/

y se han instalado nuevas coordenadas. “El sur de la ciudad siempre ha sido un lugar de artistas. Ese vínculo se intensificó con el nombramiento de La Boca como el Distrito de las Artes en donde el estímulo, incentivo y facilidades para proyectos culturales hizo aún más efervescente la propuesta”, menciona Victoria Tolomei, curadora y fundadora de Viralizá Arte. Para Tolomei, el mayor atractivo de la zona radica en la convivencia de espacios diferentes donde trabajan artistas reconocidos junto con propuestas artísticas más experimentales, pero con lenguaje y peso creativo genuinos. “Siento que hay algo de esa fuerza original de La Boca, de artistas que funcionan como contrapeso, que crean de manera mucho más libre, no tan influenciados por el mercado ni el sistema. Me fascina encontrarme con obras de Vicente Walter, no me voy a olvidar más la primera vez que lo descubrí. Un albañil que se enamoró de La Boca y a la que le dejó muchísimas obras.

FUNDACION ANDREANI (fotografía) Av. Don Pedro de Mendoza 1973 fundacionandreani.org.ar BARRO (fotografía) Caboto 531 barro.cc

Mónica Giron en Barro.

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Izquierda: Sedería José. Abajo: MARCO.

residencias especializadas en grabado. Fue allí que Landet realizó las nueve serigrafías disponibles en la tienda del museo. La muestra está abierta al público hasta el 19 de septiembre. MARCO - Museo de Arte Contemporáneo de La Boca Almirante Brown 1031 museomarco.org

En la Avenida Montes de Oca, que antaño supo ser camino de una sucesión de quintas de la aristocracia porteña, se encuentra la tradicional sedería José (a la altura del 800). Este año celebran 30 años de la apertura de la tienda y 76 desde la creación de la empresa. Un secreto a voces para quienes buscan las mejores telas para ocasiones excepcionales. Ya en el barrio de Barracas, y a través de los amplios salones y atención personalizada es factible encontrar sedas, tules y bordados de alta calidad.

Algunos de los cruces, convivencias y tensiones del barrio están expuestas en El Atajo. Un desplazamiento del autor, de José Luis Landet, en el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca. En esta exposición el artista argentino despliega múltiples acciones de recolección de imágenes, selección, clasificación y archivo. Como dice su curadora, Sandra Juárez: “Toma firmas, retratos, textos y fotos, recorta, pinta y sumerge en pintura”. En el centro de una de las salas es posible observar “Motivo boquense”, óleo de Enrique Nani (1968) estableciendo una línea de continuidad con expresiones artísticas previas. En las plataformas digitales del museo, Landet entrevista a Diego Bugallo, fundador del taller de experimentación gráfica La Panadería, un espacio de conversación permanente entre artistas y galerías, además de organizar 166

Fotos: Steven Sierra.

SEDERIA JOSE Avenida Montes de Oca 866 sederiajose.com


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MÁS INFORMACIÓN W W W.FORBESSUMMIT.COM. AR + SUMMITFORBES@FORBESARGENTINA .COM

EVENTOS 2021

EVENTOS 2021

SE P TIE MB R E

2021


Museos, fundaciones y galerías ya reciben visitas con inscripciones previas a través de sus sitios webs. Mientras tanto, en el espacio digital, la Agrupación de Gente de Artes y Letras Impulso y el Museo de la Ilustración Gráfica, presentan La Boca: personas y personajes, una muestra virtual que celebra los usos y costumbres del barrio. Una serie de ilustraciones y videos con la curaduría de Hugo Maradei y Gonzalo Cadenas. Podés seguir las novedades a través de las cuentas de Instagram @agrupacion_impulso y @museomig.

Abajo: “Antepuerto”, Dino Bruzzone (1997).

“LA soledad ERA PERFECTA Y TAL VEZ hostil hostil,, Y DAHLMANN PUDO SOSPECHAR QUE VIAJABA AL PASADO Y NO SOLO AL Sur Sur”.”. Fragmento “El sur” de Jorge Luis Borges.

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Fundación Andreani.

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Fotos: Steven Sierra y Germán Romani.


UN SIGLO DE

NOCHES parisinas

El legado de la vida nocturna francesa comenzó con los bares speakeasy clandestinos durante la Primera Guerra, se estableció como hábito dominante para luego volver al underground, y finalmente reapareció en fiestas sin precedentes. 1920s–1940s

Según el escritor y aficionado a la vida nocturna parisina Maurice Sachs, los primeros salones de baile abrieron en París en 1921, hace ya cien años. Durante la Guerra, no estaba bien visto que las jóvenes asistieran a bailes y veladas vespertinas, pero al poco tiempo surgieron los clubes nocturnos. Hasta entonces, se celebraban bailes populares en Montmartre o Montparnasse para los burgueses y aristócratas, pero los salones inauguraron una nueva era en la que las mujeres podían aventurarse solas sin ser juzgadas. Sachs relata en La década de la ilusión: París 1918-1928: “Un verdadero salón de baile tiene paredes laqueadas en rojo, faroles anaranjados y azules; a la izquierda, una orquesta de tango, a la derecha, una banda de jazz: piano, trombón, saxofón, batería y platillos”. En 1925 había más de cien de estos establecimientos repartidos por toda la capital francesa. Le Perroquet, Chez Florence, Florida, Gaya, Bricktop y Delli’s son algunos de los nombres ya casi olvidados. Solo quedan Maxim’s y Le Boeuf sur le Toit, este último recientemente restaurado por el diseñador Alexis Mabille. Gracias a su popularidad entre la vanguardia parisina –concretamente, el poeta Jean Cocteau– Le Boeuf sigue siendo un símbolo de los locos años 20. Luego, el período de entreguerras marcó la era de los grandes bailes surrealistas de Etienne de Beaumont o de Charles de Noailles, en su hotel cercano a la Place des Etats-Unis. Este París, con su locura por el baile, mostraba el mismo desenfreno de la época posrevolucionaria del siglo XVIII, cuando los familiares de los que morían en la guillotina durante el

Reinado del Terror celebraban bals de victimes [bailes de víctimas]. En los burdeles más suntuosos del momento, hombres y –también parejas– terminaban la noche con mujeres y ríos de champán. Los nombres de estos establecimientos siguen siendo famosos: Le Sphinx, Le Chabanais y Le One-Two-Two, este último por haber sido una filial de la Gestapo durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. En la posguerra, la vida nocturna parisina se volvió subterránea. Incluso cuando ya no sonaban las sirenas antiaéreas estadounidenses, los zazú de Le Tabou o de Le Caveau des Lorientais ya estaban acostumbrados a esconderse en los sótanos, y el underground comenzó a reverberar con el bebop americano. En aquella época no había equipos de sonido. Incluso las pastillas, antecesoras del giradiscos, eran poco comunes. El violín fue rápidamente reemplazado por bandas, a menudo integradas por el escritor y músico Boris Vian o el clarinetista de jazz Claude Luter. También se presentaban sobre los reducidos escenarios actores y actrices como Marc Doelnitz, Anne Marie Casalis, Juliette Greco y Michel de Ré. El paso a la clandestinidad comenzó el 11 de abril de 1947 en la calle Dauphine 33. Los propietarios de Le Tabou invitaron a la clientela del Café de Flore después que el famoso recinto cerrara a medianoche. La cantante Juliette Greco, que se había dejado el abrigo en la bodega, descubrió ese sótano y acordó alquilarlo como lugar de ensayo. Así nació el primer club parisino.

Por SIMON LIBERATI

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1950S–1970S

Los años 50 llegaron acompañados del reinado de Jean Castel y Régine Zylberberg. Fue en el Palais Royal donde Régine abrió su primer club, Le Whisky à Gogo. Luego se mudó a la Margen Izquierda, donde abrió el Jimmy’s en Saint Germain y después a Montparnasse con el New Jimmy’s, que se convirtió en emblemático de la vida nocturna parisina. Con el local de Jean Castel en la calle Princesse, la pareja atrajo a una clientela internacional: estrellas de cine estadounidenses, rockeros ingleses y modelos glamorosas, así como los Windsor –a quienes Régine enseñó a bailar el twist– además de Jacqueline Onassis y el sha de Irán. Pero el alma de estos lugares eran los habitués sentados en el gran sofá de la entrada del New Jimmy’s o en las banquetas del Castel: Sagan y su pandilla, Annabelle Buffet, David de Rothschild, Philippe Junot, el actor Jean Pierre Cassel, las modelos de Catherine Harlé y las call girls de Chez Claude. En el Castel, Alain Delon coqueteaba con Nathalie Barthélémy, quien más tarde se convertiría en su esposa, mientras que a pocos metros la futura Bianca Jagger bailaba con su pareja del momento, el productor discográfico Eddie Barclay. No muy lejos, socializaban David Niven, Andy Warhol y Edie Sedgwick. En el New Jimmy’s, las veladas terminaban al amanecer en el departamento de Régine, arriba del club, con las famosas albóndigas que absorbían todo el alcohol. En los años 70 el jetset reemplazó a la alta sociedad, cambio no muy sorpresivo ya que también marcó el comienzo del movimiento de liberación sexual. Los clubes gay de la ciudad, antes confinados al barrio del Palais Royal o a las zonas más conflictivas de Pigalle, se instalaron en la calle Sainte-Anne, cerca de la avenida de la Opera. El más famoso era Le Sept, dirigido por Fabrice Emaer, un antiguo peluquero. En Le Sept se dieron cita desde Yves Saint Laurent hasta Karl Lagerfeld y sus respectivos entornos. En 1978, Emaer abrió el club nocturno y sala de espectáculos más grande de París: Le Palace, la versión francesa del Studio 54 de Nueva York. Inaugurado con un concierto de Grace Jones que incluyó una interpretación de “La Vie en Rose” cantada desde una Harley Davidson color rosa, Le Palace atrajo a un público elegante y ecléctico que incluía desde la reina del punk Edwige Belmore, Louis Aragon y Madame Grès hasta personajes como Loulou de la Falaise y Thadée Klossowski. Le Palace introdujo un nuevo nivel de glamour en la escena nocturna y fue testigo de las actuaciones de Talking Heads, The B-52’s y Prince.

IZQUIERDA, EN EL SENTIDO DE LAS AGUJAS DEL RELOJ, DESDE ARRIBA IZQUIERDA: La princesa Caroline y Phillipe Junot alrededor de 1977, foto de Sonia Moskowitz. Barney Wilen y Juliette Greco, foto de Ullstein Bild. Johnny Hallyday y su amiga Nancy saliendo de Regine’s en 1976, foto de Bertrand Rindoff Petroff. Marisa Berenson en 1978, foto de Jean-Claude Francolon. Jean-Paul Belmondo y Johnny Hallyday en 1977, foto de Daniel Simon. Catherine Deneuve y Jacques Chazot en 1973, foto de Patrice Picot. Espectáculo de cabaret en el Lido en 1975, foto de Michel Ginfray. Mick Jagger y Bianca Jagger en Chez Castel en 1977, foto de Bertrand Rindoff Petroff. Todas las fotografías son de Getty Images PAGINA ANTERIOR, DESDE ARRIBA: Bailando en París en 1931, ilustración del libro Paris publicado por Ernest Flammarion, foto de The Print Collector. Una postal francesa vintage que publicita el salón de baile Bullier alrededor de 1900, foto de Paul Popper. Marie-Hélène de Rothschild y Salvador Dalí llegando al Lido en 1973, foto de Patrice Picot. Espectáculo en el Lido en 1931, foto de Gamma-Keystone. Bailando en Zellie en 1929, foto de Bettmann.

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1980S–2020S

En Le Palace se celebraron los últimos bailes parisinos importantes previos a la Alta Costura, y Christian Dior los relanzó para la semana de la moda. Al mismo tiempo, Fabrice Coat restauró un antiguo baño público cercano a Les Halles y creó el primero de los Bains Douches, comparado con el Mudd Club de Nueva York. Para comienzos de los 80, cobró fama por su clientela proveniente del mundo del espectáculo y su afición por la cocaína. Los rockeros y los punks alternaban entre el club Gibus, en el barrio parisino de la République, y La Main Bleue, un sótano en los suburbios de París donde predominaba la vestimenta de cuero negro y se bailaba al ritmo de la música de Serge Kruger. Fue en esta década que Le Palace subió de nivel y se convirtió en Le Privilège y Les Bains Douches, en Les Bains. Tango, Rose Bonbon, Opera Night y el Royal, un local cercano al Olympia, eran lugares de encuentro de los grupos trendy. En La Main Jaune se juntaban los aficionados a los patines roller y el mezcal. Era el momento de la salsa reggae, que pronto sería sucedida por el rap en Globo y las fiestas rave en lugares abandonados de la ciudad. Los DJ no tardaron en convertirse en superestrellas con residencias en determinados clubes. David Guetta hizo girar las ruedas de acero en Chance, luego Moloko. Marthe Lagache y Franck Chevalier –marido de Nina Hagen– abrieron el club más divertido y ecléctico de finales de los 80: el Zoopsie en Bobino. En los Campos Elíseos surgieron locales de lujo para ricos y famosos, donde Anthony Delon desfilaba con sus novias, entre ellas la princesa Estefanía de Mónaco. Los años 90 marcaron el dominio del club Queen, encantador, pero un poco vulgar. También estaba el inolvidable La Scala. Cathy Guetta recuperó el indestructible Le Bains Douches, mientras que Régine se reencontró en el abandonado Le Palace. El nuevo milenio se inició con una grata sorpresa: Le Baron, un antiguo burdel de la avenida Marceau reinventado por el diseñador y empresario dedicado a la vida nocturna, André Saraiva. Junto con Olivier Zahm, de la revista Purple, y el empresario Jean Yves Le Fur, abrieron el Montana en la calle Saint Benoit, dando un nuevo dinamismo al barrio de Saint Germain. Esta década comenzó bien, con Cicciolina y Serpent à Plume, chez Maitre Binoche y Place des Vosges. Estos lugares se reinventaron tras el toque de queda de la pandemia, que hizo volver a París a los hábitos de la época de la prohibición, con la apertura de nuevos y exclusivos speakeasys y hoteles bañados en champán. n

EN EL SENTIDO DE LAS AGUJAS DEL RELOJ, DESDE ARRIBA A LA IZQUIERDA: Jerry

Hall y Claude Montana en Le Palace en 1980, foto de Bertrand Rindoff Petroff. Grace Jones y Helmut Berger en Le Palace en 1983, foto de Bertrand Rindoff Petroff. Thierry Mugler, Edwige Belmore y Jean Paul Gaultier en Les Bains Douches en 1990, foto de Foc Kan. Caroline de Mónaco, Marc Bohan y Estefanía de Mónaco en Le Palace en 1984, foto de Gamma-Rapho. Azzedine Alaia, Hubert Boukobza y Naomi Campbell en Les Bains Douches, foto de Foc Kan. Karl Lagerfeld, Victoire de Castellane y Catherine Deneuve en Les Bains Douches en 1992, foto de Arnal / Picot. Susanne Bartsch en Le Queen Club durante la semana de la moda en la década de 1990, foto de Foc Kan.

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La moda siempre ha tenido un lado salvaje salvaje.. Basta con ver el amor por el animal print presente por un siglo en las páginas de L’OFFICIEL. Debutó en la misma década en que nació L’OFFICIEL, y se convirtió rápidamente en un complemento perfecto en los guardarropas de la elite a principios de los años 20. Si bien hoy en día estos estampados se consideran elegantes y atrevidos en igual medida, los diseños de vaca, cebra, leopardo, ocelote y pitón han pasado por muchas versiones. Tienen un claro gesto de desafío y, como afirmó Christian Dior cuando el auge del leopardo coincidió con los inicios del New Look en los años 40, “Si sos dulce y recatada, no lo uses”. En los años 20, los estampados de animales eran sinónimo de riqueza: los llevaban las mujeres más acaudaladas de París. Fue así como llegaron a las páginas de L’OFFICIEL, en ese entonces la voz oficial de la próspera industria de la Alta Costura. Su carácter lujoso le cedió el lugar al sex appeal cuando se los asoció con las femmes fatales de los años 50. Durante las décadas siguientes, el animal print se situó en las pin-ups a doble pági176

na, al estilo Bettie Page, y en los movimientos contraculturales como el punk, mucho más que en el mundo de la alta moda. Sin embargo, a medida que las mujeres exigían mayor poder y libertad sexual en los 70 y 80, los diseños llamativos provenientes de la naturaleza adquirieron mayor relevancia. Para los 90, dieron nueva fuerza a los diseños minimalistas característicos de la década, volviendo a posicionarse como epítome del chic. En la actualidad, los estampados animales se mantienen elegantes y son, al mismo tiempo, un poco atrevidos. Como se vio en las pasarelas de otoño/invierno 2021 de Dior, Etro y Roberto Cavalli, han evolucionado en el último siglo; pasaron del lujo exagerado y la rebeldía audaz y antisistema hasta ubicarse hoy como un infaltable en cualquier guardarropa. Sin duda, las criaturas que los habitan seguirán aquí por mucho tiempo. Por Piper McDonald & Tori Nergaard


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