Libro la flauta de can¦âa

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LUIS L. FRANCO

YO LA FLAUTA DE CAÑA 1 EDICIONES SELECTAS "AMÉRICA" BUENOS AIRES 1920


ES PROPIEDAD


A las gentes de BelĂŠn, mi aldea.


Tengo una flauta hermosa De siete canutillos desiguales V irg. Egl. 11


AL ZORZAL SERRANO



Al zorzal serrano P

OR tí mi flauta suena, por tí, zorzal amigo. En esta inhábil caña con que tu trova sigo, Agreste y gayo capiscol: Yo, que entre labradores soy labrador moreno, Diré tas alabanzas v lo hem-moso y lo bueno De nuestra, tierra y nuestro sol.


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LA

FL A UTA

DE

L J:J

Cantas por la mañana. Cantas tan de mañana, Que tu canción se vuelve para la gente aldeana Como un alerta familiar; Más profunda se pone la siesta cuando trinas, Y aclaran su misterio cerúleo las colinas Bajo la paz crepuscular.

En las aradas, cuando se arroja la semilla, O bien en las sonoras faenas de la trilla, Haces compaña al labrador; Y en las vendimias ¿sabes? dicen que te emborrachas. Por eso es que en las sendas, verdad, con las muchachas, Claro y cortés, parlas de amor.

Yeres el duende alegre del cerro y de la breña; Las flores del atajo, las agüita de la peña, Cuida tu ojillo zahorí; El gozo de los cercos tejidos de rosales, El secreto armonioso de los cañaverales, Están en tí y hablan por tí.


POR

L UIS

L.

FRA NCO

Tu voz cambia de tono para la primavera; En el otoño vuélvese un poco plañidera, Y en el estío más viril; Loando con los niños la maravilla leve, En el claro silencio de los días de nieve Tu corazón es infantil.

Por tí mi flauta suena, por tí, zorzal amigo. En esta caña inhábil con que tu trova sigo, Agreste y gayo capiscol: Yo, que entre labradores soy labrador moreno, Diré tus alabanzas y lo hermoso y lo bueno De nuestra tierra y nuestro sol.


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LA

FLA UTA

DE

II

Mañana de Enero C

esa. olvidada y linda Gracia del corpiño abierto, Una vid precoz del huerto Sus claros racimos brinda. ON

Por el camino desierto Va solita la Clorinda.

CA ÑA


L UIS

POR

L.

FRA NCO

III

Vida de labranza E

N el lento crepúsculo añil Rebuzna más hondo el pollino Del nogal. Y trasciende al camino Un eclógico olor de redil.

Del nuevo rastrojo donde ara, Con sus bueyes retorna el labriego; En la humilde cocina, arde el fuego; Su mujer la comida prepara.

1


LA

FLA UTA DE CA Ă‘A

Y un pedazo del pan cotidiano, El que llega recibe en la mano.

Y gusta al morderlo, con calma, Recordando su tierra morena, El sabor de la ruda faena Que ennoblece las manos y el alma.


[

POR

L UIS

L.

FRA NCO

Iv

Siesta 5

ILENCIO de plomo. Tan s贸lo en el cauce El agua deshila su fresco rumor. Al fogoso influjo de la siesta, el sauce Llor贸n de la orilla parece en sopor.

De dulces poleos y c谩lidas mentas Que crecen al borde se aroma el caudal. Y anchamente, a ratos, en la calma alientas, Oh, pecho profundo del ca帽averal!

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18

LA

FLA UTA

DE CA ÑA

En la fresca gruta que el sauce tejido De pámpanos forma (ronco de arrullar Está ya el oculto palomo), se ha ido Milagro, la rubia. Milagro, a bañar.

Saeóse las faldas y afloja sin prisa La gárrula enagua que baja a los pies. El corpiño es rosa, blanca la camisa..

Un duende en las cañas la acecha talvez.


PO]?

LUJE

L.

F1?Á NCO

V

El estanque EN

el estanque de agua oscura, Bajo los yuyos de la vera, Los sapos loan la dulzura De este final de primavera.

ecu... Y ya una estrella Cau... eau ... cau. Brincar se vé en el horizonte. Cau. . . cau. . Alzándose descuella La buena luna sobre el monte.


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L A FL A UT A DE CA PĂ

• Mas cesa el coro de repente Cuando por entre el yerbazal Un buey asoma dulcemente Sus gra.ndes ojos de cristal.


POR

L UIS

L.

FR A N CO

VI

Sobre la yerba E

s dulce como tórtola en el nido La noche sobre el mundo.

Yo me quedó supino aquí en la viña Mirando las estrellas. Hace mucho, Cansado de mis líricas andanzas, Dejé en sosiego al fin mis pies cabrunos, Mientras mascaba un vastaguillo verde Que es delicia del gusto. Y me quedé contando las estrellas

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Como cuando era niño. Ahora escucho El divino silencio de las danzas Que les preside el curso. (A veces creo oir, cual de colmena, un armonioso zumbo...) Bajo esta tibia languidez del aire No sé, si estoy desnudo O vestido de hojas. Da la noche a mi amor sus senos puros. Y en secreta concordia, extrañamente, Siento vivir mi corazón profundo.

Huele a yerba mojada. En la compuerta El agua imita el cuchichear de un huso. (¿Quo se estuviera hilando Mis sueños?) . El susurro Del airecillo cuenta en los follajes Una amorosa intimidad de arrullo.

Y es más dulce que tórtola en el nido La noche sobre el mundo.


POR

L UiS

L.

FR A N CO

.V II

Sol de invierno C ANTA, empinado ahĂ­ sobre la. parva,

El viejo gallo caporal. Abajo, Una gallina escarba, pica, escarba.

Prosigue el hortelano su trabajo Familiar: de las eras que rastrilla EstĂĄ viniendo un oloreillo de ajo.

Y se tuesta un chorizo en la parrilla.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

V III

El tuco • QE en lo Oscuro Del callejón se interna, Enciende su linterna Que es un berilo Puro.


POE

L UIS

L

FEÁ NCO

Ix

Alabanza T

OMANDO los latidos del corazón por pauta Te alabarán los ritmos más claros de mi flauta:

A tí que con la gracia simple de las pastoras Mi corazón profundo de poeta enamoras.

Floreció ya tu sangre primaveral de amor. Y así tu cuerpo púber es un durazno en flor.

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UA

FLAUT -!

DE

CAÑA

Bajo el percal avisan su vigor y su exacta Curva, tus pechos duros de doncellez intacta.

Tu boquita promete como una lachiguana Dar a las bocas gusto y olor de miel serrana.

Un hoyuelo de dicha te hace en cada carrillo La sonrisa, que muestra tus dientes de quesillo.

El verde de los huevos que suele en los rastrojos Dejar la martineta, lo tienes tú en los ojos.

Tus manos diligentes ponen igual afán En el huso, las flores o la artesa del pan.

Un orgullo secreto muna tus primaveras Y hace cantar la virgen línea de tus caderas.


POR

L UIS

i.

FR A N CO

Y es plรกcido lo mismo que el rumor de las aguas En la acequio, el ligero rumor de tus enaguas.

Y nos dan las albricias de tu carne morena Un olor de albahaca y un olor verbena.

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LA FLA UTA DE CA ÑA

x

De la monfaña Gozo de beber agua Fría en alguna peña Y de gustar, • a veces, Miel de esa con secreto olor a yerbas.

Y ver mientras se sube El horizonte abrirse. Y violar con el grito Il\'Iás de loco el silencio casi virgen.


POR

LUIS

L.

FRA NCO

Como ceñidas de hojas Sentir frescas las sienes, • el respiro profundo, • ligeros los pies, los pies que ascienden.

Horas de alegre instinto, Montaña, y de belleza, Cuando de tí bebía, Como si fuesen leche, la dulzura y la fuerza..

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ODA PRIMAVERAL


Con ligeras variantes, esta composición fué laureada en un certamen artístico que presidió Jaimes Freyre en Tucumán, hace dos años. Hube de real¡zar, con tal motivo, mds de un centenar de leguas a caballo. Era en mis buenos tiempos de agricultor. Oda Primaveral está dedicada a Don Elíseo Urquiza.


XI

Oda Primaveral L AS golondrinas llegan. Oh, el retorno salubre

Y fragante de la primavera que cubre Los cercos familiares con las rosas de Octubre! Belén, yo quiero ahora celebrarte en mi canto, Dulce aldea que tienes tanto del Belén santo En tus olivos graves y en el sencillo encanto Del rebaño de ovejas que retorna paciente, De las buenas mujeres que van hacia la fuente, Mientras la esquila tañe evangélicamente.


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LA

FL A UT A DE CA Ñ A

Y, asimismo, recuerdas con tu amable sosiego, Tus viñas, tus higueras, tus cigarras de fuego, Tu azul cercano y puro, tanto del suelo griego.

En todos tus rincones: La Banda y La Cañada, Huaco y El A ltoverde, como alegre alborada, Pintan los durazneros su floración rosada.

Por este callejón donde voy de paseo Oigo fraterno el grito jovial del benteveo Y me llega hasta el alma el olor del poleo.

• tiene la muchacha que se cruza a mi vera • que vista de rosa como la primavera, La discreta humildad de una flor que se abriera.

En busca de semilla de alfalfa y de mostaza, Venida de los campos profundos, la torcaza Ya en los potreros verdes ofrece buena caza.


P01?

L UIS

L.

FR A N CO

• silba en los rastrojos, oculta, la perdiz. • animando sus bueyes, el labrador feliz, Abre, de sol a sol, los surcos del maíz.

La viña que la poda mutilara, destila Gota a gota su llanto, y en sus gajos, tranquila, Llora con esas lágrimas su compunción la urpila.

El ocaso se abisma. Un álamo distante Se recorta en el fondo. El cielo en este instante Adquiere una profunda limpidez de diamante.

Y en el vasto silencio, desde el cañaveral, Maravillosamente, da su trino el zorzal. (Tres martillazos sobre un yunque de cristal...

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LA

EL A UTi

DE

X II

La primera breva L maruchito al cruzar La acequia y en tanto abreva Su burro, mira una breva Quee ya comienza a negrear.

Y atรกndole con esmero Unos trapos de color, El diablejo previsor La resguarda del brevero.

C 1J


POR

L UIS

L.

FRA NCO

xiii:

Nieve F

ABULOSAMENTE, bajo el plenilunio, Fu茅 blanca esa noche de fines de junio.

Abri贸 el d铆a... Y vi贸se la aldea invernal Florida (le nieve tal como un peral.

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LA FLA UTA DE CA ÑA

xlv

Comunión A G. O. A MIGO, cuando a veces, por orfandad de fe, Por desgracias, o culpas o quién sabe por qué, Inexplicablemente, mi alma se pone triste • ve tristeza y duelo en todo lo que existe, • apura hasta las heces, en ebriedad suicida, Lo amargo de esta cosa amarga que es la vida— Siento así como un ansia enorme de confiar a los hombres?) La hora crepuscular, Mi congoja... Cuando se aleja el pájaro sollozando su trino, Espero, y hacia el monte familiar me encamino.


POR

L UJE

L,

FRA NCO

Y all铆, donde por gracia de la meditaci贸n Se ennoblece hondamente mi dolor de var贸n, Voy a desnudar mi alma de toda sombra hurafia Ante la desnudez azul de la montafia...

Y una estrella ilumina aquesa. comuni贸n

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LA

FL A UTA

DE

CA Ă‘A

xv La hora del duende P

de siesta. Sobre un palo, Junto al estanque de agua ya verdosa, Vigila el benteveo y su cabeza Listada a semejanza de una gorra Le da un curioso aspecto de gendarme Rural... Oyese apenas ruido de hojas. En vuelo cauteloso, desde el bisco, Acaban de bajarse dos palomas Al tranquilo corral donde la burra, Para espantar las moscas, Mueve de rato en rato la cabeza,


PO2i

L UIS

L.

FR A N CO

Mientras tasca despacio la algarroba Que con el vientecillo el árbol deja Caer. Del callejón llega el aroma Cordial de los poleos. Un huaaquero Zumba en redor de una maleza próxima Al silo donde guarda como torvo Gnomo la miel oliente que atesora En ollitas de cera. La gallina Reparte en su pollada comilona El racimo bajado de la parra. Y mientras dos chinitas a la sombra Del algarrobo de la casa muelen Maíz de este año, delatando en la obra, Al subir y bajar de las dos piedras, Sus pechos núbiles, y de sus bocas Se derraman las risas espontáneas Con un rumor de dulces cantimploras, Allá sobre los álamos del límite, La bandada de loros, socarrona, En su garlar indígena comenta La gloria convival de la mazorca.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

xvi Copla Es

bien poco, vida mía: Tú lunar tan sólo quiero... Tu lunar corno un granito De anís en el pan casero.


POE

LUIS

L.

FEA NG 0

X V II

Noche de San Juan T UFO de humaredas ha ganado el aire.

Fogatas sin cuento, corno en un vivac, Arden en caminos y en encrucijadas...

ยกQue viva, que viva, que viva San Jtant

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LA BENDICIÓN DEL AGUA



XVIII

La bendición del agua La seca

E

L sol quema y calcina y chamusca Y ciega como él mismo su reverbero. Con razón en busca De agua vienen las torcazas Al patio casero Y más de un avestruz se vió en las hazas.


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LA

FL A UTA

DE

CA ÑA

En la viña que se achicharra, Es como un llanto El canto De la cigarra.

Las nubes de todos los días... LAS nubes de todos los días Se han puesto ahora sombrías, sombrías. Y estalla el trueno en el horizonte, Y conmoviéndoles de cimiento, Rebota, un trueno de monte a monte.

Con caudaloso rumor de guardamonte Se oye venir el viento.

Olor de lluvia, genuino Olor en que uno parece que presiente El del vino Añejo y el del pan caliente. OLOR


P01?

L UIS

L.

FIIA NCO

Agua, agua, agua... Ycae el agua en el techo Y cae el agua en la fronda, en el suelo que se pica como un parral. Ah, ¿quién diría la dulce, la honda Y la vital Emoción que labra en el pecho — Pronto, Miguel, Narciso, Metan bajo el galpón ese cañizo! ¡A ve, María, cómo truena! Las ropas ¿alzaron las ropas, hijas?

En el patio ya un chorro suena ¡Preparen las tinajas y las botijas!

Y los nubarrones deshechos De todos los caminos hicieron raudales. Color ocre, rebasa a trechos El agua de los corrales.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Hinchando como locos su pechuga (Chañar florido) cantan los benteveos, Tienen las viñas frescor de lechuga Y dan toda su esencia los poleos. El canal de álamo que desemboca Con rebosante prisa, Alegra corno una boca Llena de risa. ¡ Bienliaya esta "agua del cielo" Que abrevó la tierra y abrevó nuestro anhelo! ¡Bienhaya el rojo de los tejados Y el azul de los cerros lavados! Todo transluce la virtud Del claro líquido bajo el firmamento. El árbol dice: salud; La montaña: renacimiento; Ligereza, alborozo, diversidad - el viento, Y el cóncavo valle: plenitud Con su canción un pájaro convida A gozar la pristina ingenuidad de la vida.


POR

L UIS

L.

FR A N CO

En el río A. ver la creciente, La creciente profunda y huraña Que tiene gusto a raíces y olor a montaña, Fué a la playa la gente.

Un viejo de barba rala Y poncho bayo, cuenta, Mientras fuma un cigarro de chala, Recuerdos de las crecidas que antaño Causaban tanto daño, Arrastrando después de la tormenta Tamañas piedras y árboles enteros O haciendo presa de algún rebaño, Y en ocasiones hasta de viajeros.

Muchachos, en gárrula pandilla, traen trozos de leda a la orilla.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Una aldeanita que entró a la creciente Con la falda a las rodillas, Deja correr el agua entre sus pantorrilas, Deliciosamente, Mientras con escultura precisa, En dos botones iguales, Le releva la brisa Los pechos primaverales. Irisa gotas de lluvia cl membrillo. Muy lejos cruza un hombre a caballo. Junto al portillo Del seto, un chico suba en su coramillo Hecho con un canuto de zapallo. Como cuerda que de tensa Se rompe, chilla una golondrina Suspensa En la altura vespertina. Y de la cumbre a la guija del suelo • Todo se tiñe de cielo: Diríase que uno mira el mundo A travós de un zafiro profundo.


POR

L UIS

L.

FR A N CO

El canto del agua Yviene la noche, una Noche sin luna,. Pero por los ángeles sembrada de estrellas. Al pie del cerro el río Sigue bramando como un toro bravío. Y de estos jagüeles y de aquellos Charcos y de los bafiados y de los cauces, Cercanas, lejanas, Se elevan las voces del agua. ¡Los, sapos, las ranas! (Los sapos rugosos y umbríos como el tronco de los sauces; Las ranas verdes como yemas primaverales: Los unos cuyo ronco Croar recuerda el agua turbia de la creciente; Las otras que cantan límpidamente Como los manantiales). En sonoro derroche, Con un extraño sentimiento, Embriagados del dulce elemento Cantaron toda la santa noche.

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LA

FL A UTA

DE

CA A

X IX

Flor del aire L os cerros verdean otra vez. El aire

Al grito del pรกjaro es corno un cristal. Y en la nievecita de la flor-del-aire Renace mรกs linda la nieve invernal.


POE

L UIS

L.

FR A N CO

xx Copla P ELUSILLA de tus labios

Es la del durazno prisco. Ah, por eso, mรกs que al beso, Tu boca tienta al mordisco

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

xx' Egloga serrana PAUSADAMENTE se iba poniendo azul el cerro.

El muchacho silbando marchaba con su perro Adelante. Nosotros, cogidos de la mano, Seguíamos el áspero caminito serrano. La jarilla y la brea mezclaban sus alientos. Tornábase la breíla más cordial. Por momentos, Un bramido de toro venía de las abras Profundas. En las lomas del contorno las cabras Balaban dulcemente volviendo ya. Un arisco Chivito blanco sólo quedaba sobre un risco.


POR

LUI$

L.

FRA NCO

Picaba las narices el olor del redil... Y tocado, sin duda, por la emoci贸n cerril, Lentamente, al asomo de la estrella primera, Puse un beso en la boca de la joven cabrera



LA NEVADA


A mis sobrinos cuadro, Coquito ' el menor que recién tiene un año y que lleva mi nombre - estos versos tejidos con cariño.


XXII

La Nevada A LBA de las alba... Ni una hoja se mueve. Deshoja, deshoja sus copos la nieve:

Cual flores-del-aire, sin turbar el aire, 0-rรกcilmente bajan, cual flores-del-aire.

Con ojos muy serios el loco burrito De las travesura.s mira de hito en hito


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L A FL A UT A DE CA Ñ A

El cerco parece que ahora estuviera Con la ropa blanca de la lavandera.

El sauce es cual crespa garza que en la espuma A ratos dejara caer una pluma.

Los álamos brillan casi como cirios. Se cubre la tierra de lirios, de lirios. * La familia, el fuego que arde en la cocina Rodea: así en una noche campesina.

Los chicos quedaron sin ir a la escuela: Es claro y ahora, gracias a la abuela,

Ganan los viñedos, ganarán las lomas A buscar calandrias, a buscar palomas.


POR

L UIS

L.

FR A N CO

Ay, cuanta avecilla no ha caído helada, Con esta nevada, con esta nevada

• eso que es septiembre y el invierno es ido • los montes huelen a cedrón florido. *.* Chito viendo el blanco patio: "Abuela, si esto Fuera. azúcar" - dice con iluso gesto.

Mas la viejecita que en la rueca afana Sueña, sueña, acaso, que eso fuera lana:

Ovejitas blancas, eordei'itos blancos, Por sendas y playas, trivios y barrancos.

Y acaso el arriero que mira hacia afuera, Evoca sus días en la Cordillera:

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

La nieve terrible que allá quema y taja Y a tanto valiente sirvió de mortaja.

Pero aquí es tan dulce: más fina, más fina, Va cirniendo ahora como flor de harina.

Que broten los fundos, los cerros, los campos, Nieve, buena nieve, reparte tus ampos. * ** Hay en el ambiente como una presencia Inefable... gozo de cuna. . inocencia..

¿Será que veremos, sobre el evangélico Paisaje, el milagro de un descenso angélico?


FO1

L UIS

L.

FEÁ CO

X X III

Rosifa 3

IEMPOE me acuerdo del pago, Rosita, por tí Bienha.ya! Siempre dudas te recuerdo, Hay a veces una grima.

(Como la tina, se pone Más rosada con el agua, De ternura así embellece Mi corazón esa lágrima)

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LA

FL A UTA

DE

CÁ A

X X IV

Amanecer C on numeroso borbollar de río Viene el día y el cerro trueca en roja Cresta de gallo su testuz bravío.

Ebria está la calandria: en cada hoja Tiembla el breve milagro del rocío. .


POR

L UIS

L,

ZR.A NCO

xxv Pesebre G

LORIA

en las altsras, paz entre tos óombres...

En Belén acaba Jesús de nacer. Lloran de contento la Abuela Santa Ana, La Madre dichosa y el buen San José.

Ay, en un pesebre nació el Pastorcillo, Del todo olvidado por la mala grey. El amor sus ojos llena; su sonrisa Da luz al pesebre y al alma también.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Y las almas sueñan mirando la cuna Del que hará en el mundo renacer el bien. • cómo lo adora la mula sin hijos, hay que ver los ojos húmedos del buey.

( Yel blanco burrito que con la Familia, Por Herodes, fuérase a Egipto después, El mismo, sin duda, que en horas más tristes, Señor, llevaría.te a Jerusalén?)

A la puerta llegan los Magos de Oriente; Sus dones reales van a dar al Rey. Noches, lentas noches del santo viaje. . Trasijó a los dulces camellos la sed.

La estrella bendita que alumbró sus pasos, ¿Dónde estará ahora? ¿se apagó tal vez? No; de fijo es ésa que allá en las alturas, Más clara, más clara que todas, se ve.


POR

L UIS

L.

FRA NCO

* * *

Bienhaya el idilio que desde la puerta Miran los aldeanos, y el hatillo fiel De chicos y mozas que ofrecen al NiĂąo Sus salutaciones y su parabiĂŠn.

Ellos le trajeron, al par de su canto, Los simples y agrestes regalos del mes: Choclos primerizos, florcitas del cerro, Uvas ya pintonas y un poco de miel.

Cantan las gargantas y los corazones Y en -muchas pupilas irradia la fe Algo del asombro de aquellos pastores Que oyeran las voces del ĂĄngel Gabriel.

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L A FL A UTA DE CA Ñ A

X X V ]:

Mediodía T

más grave la quietud solar, Las cigarras de oro pónense a cantar. ORNANDO

Una viejecita, como es aquí de uso, Viene con la tina del agua y el huso.

Y como a la higuera llega una paloma, El muchacho estira su honda de goma.


POR

L UIS

L.

FRA NCO

X X V II

Sefiembre MIENTRAS la buena moza

Barre el patio casero, LAn gallina grita Pregonando su huevo. Limpio, limpio estรก el aire; Por la falda del cerro, Clarito, una ternera Se ve bajar al sesgo. Silba el tordo encrespรกndose Y perfuman de lleno La menta de la acequia Y la rosa del cerco.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

X X V III

La vuelfa a la aldea D ESPUES de muchos meses hoy retorno a. la aldea, Y otra vez como antes, ungen mi corazón La mansedumbre suave y honda de Galilea Y los ingenuos gozos del país de Bión.

Veinte leguas de campo. Dura es la travesía Como nadie se atreve con el solazo Cruel: Salimos ya de noche para llegar de día... Las mulas, pobres mulas, relinchan al jagüel.


POR

LUIS

L,

FRA NCO

Las primeras casitas de la tomada veo, Florido en el recodo, distingo un alfalfar, Y por un viejo hábito un poco de poleo (¡Fragancia de la infancia!) he cortado al pasar.

A través de los cercos llega un frescor de viña, Y en la puerta, olvidando su esquivez pastoril, Con un cestillo de uvas en los brazos, la niña Del arriero, ya moza, me sonríe gentil.

Un brevero pellizca su higo allá en la. higuera Rumorea en las frondas la mañana estivai, Y con la bienvenida de la montaña. austera, Llega un zorzal tañendo su flauta de cristal.



ANDANZAS CREPUSCULARES



Soneto inicial P

OR los senderos de esta vida mía Llevo mi paso audaz, vivo o lento, Siempre mis gestos a ordenar, atento, Según tu noble canon, armonía.

Congojas tengo, bien que es melodía Latente en lo profundo mi contento; En una matinal embriaguez siento Que el alma me florece cada día.


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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Cual los de imberbe sátiro, mis gruesos Labios saben al gusto de los besos Mezclar el agridulce de los frutos.

Bajo mis dedos ágiles suspira Mi flauta y canta y ríe en sus canutos Sáptuplos cual las cuerdas de la lira


Pal?

LUIS

L.

F1?A27C0

II

Por la senda una mansedumbre de cordero La hora crepuscular entre esta gente En el aire un olor a pan caliente Habla de intimidad y amor casero;

Pos viejos fuman a la puerta; al frente, Por el pardo declive del sendero, Con su aire grave y su pasito urgente Cruz贸 la hija menor del carpintero.

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so

LA FLA UTA DE CA ÑA El fuego que los chicos por la tarde Dejaron al venirse, apenas arde En la torva extensión de las montadas.

Y robando su ±iernhre a la corriente, Un zorzal escondido entre las cañas, Flautea ahora cristalinamente.


P R

L UIS

L.

FRA NCO

III

En otoño EL

callejón: Da parra. Tarde lila Con la alfalfa en flor que ahora exhala Su olor porque la. cortan. Desde un tala Llega más pío el canto de la urpila..

¿Y oyes? Devoto y pastoril rehala Baso el cielo tañido de la esquila. Algún rebaño a las distancia bala Mientras se tizna la oración tranquila.

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L A FL A UT A DE CA ร A

Y ya en la sombra so borrรณ el ocaso. El ataja-caminos sale al paso En la honda paz del callejรณn bucรณlico.

Y se dijera que la hurra llora En su largo rebuzno melancรณlico Toda la pesadumbre de la hora.


POR

L UIS

L.

FRA NCO

IV

La industria santa O aABA así, sobre el barbecho, en tanto

Que la aurora que nacía: "Vale una oda El breve y simple acto de la poda Y el ademán del sembrador un canto;

Todo ademán del labrador es santo, Y hay, de la siembra a la vendimia, en toda Faena agraria, no sé qué de boda, Y es un sabor de vino y pan su encanto".

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Tras los corvados bueyes, en la esteva. La mano augusta, un viejo repetía, Lento, las prístina obra siempre nueva.

Cantó un gallo recóndito. Salía Ya entre el húniedo aliento de la. eL Alegre y puro, el sol de cada día.


POR

L UIS

L.

FRA NCO

V

Las colinas lentitud de buey se aleja el día; Es uno de esos días de verano En que nos vuelca el sol, desde temprano, Sus oros con incaica denasía.

El guapo carpintero todavía Tenaz golpea su cardón serrano. En la arboleda el cántico pagano De las cigarras más febril porfía.


8e

L A FL A UTA DE CA ÑA

Anochece. Un olor tibio y ligero De f1orde-aire la montaña inciensa. Cruza, apagado, un picaflor gandul.

Y al fondo del crepúsculo, el lucero Que acaba de brotar, finge una intensa Abeja al borde de una copa azul.


POE

L UIS

L.

FRA NCO

VI

Fragancia pluvial

1E NERO flagro. Acosa la sedienta Calamidad con un rigor de hambruna. Y bajo el sol, ni un pájaro ni una Brizna turban la calma soñolienta.

Sólo el grillo en las noches su aria, lenta Dice con ritmo auténtico de cuna. Y los días se van. La nueva luna Tampoco mostró agüeros de tormenta.

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LA

FL A UT A DE CA Ñ A

• • • Pero 110v las golondrinas con su pío Llenaron l'alba Un nubarrón sombrío Cubrió después la mañanita rubia.

Y trajo el viento, que agité con ancho Resuello el soto, y se explayé en el rancho, Una fragancia agrícola de lluvia.

1:


POE

L UIS

L.

FEA NCO

V II

La alegría de vivir P auraaos días de setiembre. Oh gloria De madrugar con la calandria, y luego, Mientras se enciende en cada •hogar el fuego Epónimo, asistir a la victoria

Del sol y dulcemente, sin memoria, Dejar el tiempo huir como en el riego Se ve correr con santo amor labriego El agua hacia la siembra promisoria.

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90

LA

FL A UTA

DE

Dice el árbol: "Sé plácido y genuino". Y el pájaro: "Cantor, oye mi trino.. Respira su inocencia cada cosa.

Y siento cómo en rítmico fluir Hace cantar mi sangre numerosa La sagrada alegría de vivir.

CA ÑA


POR

L UIS

L.

FR A N CO

V III

Diciembre P

ROLONGA el callej贸n su paralela De setos vivos. Un di-cl de rana Presta, a todo el paisaje en la ma帽ana Una limpia frescura de acuarela.

En el telar sonoro la Gabriela, Junto a la rubia F,etsab茅, su hermana, Bisbisa alegre una canci贸n serrana, Mientras tienden la urdimbre de la tela.

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L A FL A UT A DE CA Ă‘ A

Un ca.britillo ramonea inquieto Bajo el molle.. Se ve por sobre el seto Los racimos ya overos de la parra.

Y como celebrando la algarroba, Con solar ardimiento, una cigarra Tocando estĂĄĂĄ su monocorde trova.


POR

LUIS

L.

FRt A l- CO

IN

El avieso guiño C ON dulce devoción va siempre a misa; Pero algo de cabrilla hay en su rara Gracia, sus ojos, su esquivez ignara. Tiene trece aflos y se llama Luisa..

Bailan solos sus lindos pies; la risa Le suena así como una flauta clara.. Cuando cruza parece que dejara Un olor de membrillo.., o de altamisa. .

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Y esta mañana, cuando en desaliño Casero, junto al vívido rosal, Contaminándose del rubor floral

Al saludarme, - con avieso guiño Sospeché que también en su corpiño Amagaba el vigor primaveral.


POR

L UiS

L.

FRA NCO

x

Fin de labor ,5E fud la tarde. Una vidala suena Lejos. Yo torno hacia el hogar seguido De Calchaquí, mi perro, que ha venido Conmigo a la ge6rgiea faena..

Un chico trayendo heno florecido Pasa en su burro color de avena. Al rumor de mis pasos en la arena Algún pájaro escapa de su nido.

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LA

FL A UT A

DE CÁ K Á

La familiar estrella del labriego Tiembla como rigiendo la armonía Profunda de las casas en sosiego.

Sólo la acequja al pie de la alameda En el secreto de la hora rueda. Más clara su fluyente melodía.


POE

L UIS

L,

FR A N CO

XI

Álacrifas S IN esperar que el sol las cumbres tffia, Me echo a gozar de la mañana pura, Visitando curioso, a la ventura, Río o sendas, callados o campiña.

La aldea está donosa como niña... Ligeramente embriaga la frescura, Y promete su llama y su dulzura, En rubia y negra madurez, la viña.

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L A FL A UT A DE CA Ñ A

Siento mi corazón latir con ansia Maravillosa, tal como en acecho Un joven fauno loco y vagabundo.

Un soplo de salud y de fragancia Con golpe de ola me dilata el pecho Cuando penetro al callejón profundo.


1NDICE



Dedicatoria

........................ ........... ........ ..... .......................... ........................

9 14 Mañana de Enero 15 Vida de labranza ....... ......... 17 ...... Siesta. ... .... .... 19 En el extranjero Sobre la yerba. - ... . ...... 21 ............. ........ 25 Sol de invierno. . 24 El tuco 25 Alabanza 28 De la montaña AL ZORSAL SERRANO

.......... ...... ............. .... ................................ ........................... ODA PRIMAVERAL ......................... La primera breva......... ... ... ..... ..... . .................................. Nieve Comunión ................................. La hora del duende .... ..................... Copla... ...... .... ...... ...... ... ..... .... / Noche de San Juan ...... .................

51 56 58 40 42 45


. 45 LA BENDICIÓN DEL AGUA Seca..................................... 47 Las nubes de todos los días................ 48 Olor................................... 48 Agua, agua, agua....................... 49 Enel río. ............................. 51 El canto del agua......................... 52 Flor del aire. ....... 54 Copla.. . . ........ ... .. ........ 55 Egloga serrana ...................... LA NEVADA.......................... 59 Rosita ........... .......... .... ... 65 Amanecer.............................. 66 Pesebre .................................. 67 Mediodía ............................... 70 Setiembre ................................. 71 La vuelta a la aldea. . . 72 ANDANZAS CREPUSCULARES Soneto inicial..................... Por la senda ............................ Enotoño............................... La industria santa ....................... Las colinas................................ Fragancia pluvial ....................... La alegría de vivir. , ................... Diciembre.............................. El avieso guiño................... ...... Fin de labor ............................. Alacritas ................................

77 79 81 85 85 87 89 95 95 95 97


ESTA OBRA 1-JA SIDO EDITA DA EN LOS TA LLERES GRÁ FICOS

DÁ NON & CIA . RECONQUISTA 459 B UENOS A IRES EL A ÑO MCMX X



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