Trotsky chaja pdf

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CHAJÁ / EDICIONES DE POESIA BUENOS

ArRES 1967



LUIS FRANCO

CHAJA / EDICIONES DE POESIA #

BUENOS AIRES 1967


1 Una certeza fortalecida en la gimnasia de todas las dudas hasta dominar el vértigo de precipicios y sepulcros, y una serenidad más ancha que el ademán de las banderas y los sembradores, eso opones a la ceguera y alodio, tú, cuya biografía comienza a ser levadura del mundo y cuyo solo nombre imanta lo que hay de fierro en nosotros. Domicilio de honor te fue la cárcel, como ya es el destierro tu patria de adopción. Te recuerdo en Nicolaiev, casi fuera del mapamundí, recuerdo tu casi astronómica fuga desde un arrabal del polo a través de la nieve sin ribera como la, sombra (casi oigo el resuello cansado de los renos incansables) con fríos que se interesaban por la ebullición de tu alma. Amigo profundo de los hombres, eres como un recién venido de la mar entre mediterráneos que nunca oyeron hablar de ella, con tu saber de sol que hace fluir las verdades heladas, con tu pasión que hace trampolín de cada obstáculo. Donde tú entras los relojes apresuran la marcha.

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Se quemaron las naves del pasado sobre las playas vírgenes del alba cuando amaneció Octubre para siempre, y el sol descendía a través de todos los cerrojos. Una vasta esperanza comenzaba ya a colonizar el futuro. Al fin de una preñez dolorosamente larga las masas daban a luz una ,época nueva. N atchalo! N ovaia Jizn! N atchalo! y tus jornadas eran de veinticuatro horas cabales, Lev Davidovich.


Contra toda la herrumbre y el fierro de Europa sobre catorce frentes se combatió después, y un tren que llevaba la aurora como una hormiga un pétalo era tu ferrado caballo de pelea, capitán. Pero la vida es breve y la guerra es aún larga. Los muertos siguen de albaceas de los vivos, yel canto de la sirena llamada Costumbre aun quiere hacer del futuro un sosías del pasado. La vida no es remanso sino río en marcha. El único dios que no abdicó aún se nombra Comienzo. Los pueblos van a echar al museo de los desperdicios sus sudores honorarios, sus dolores ya inútiles, sus tradiciones ya a punto de volverse corcova; sus venerandos credos de ayer y anteayer van a caer como lana esquilada por la sarna. _ El filo del alba está segando todos los sueños del miedo. En su nueva metamorfosis el destino humano quiere mudar de rostro y de mensaje, como el árbol de hojas y el venado de cuernos. Inútil el cordón sanitario de los gritos de horror. ¡La Revolución no reconoce fronteras al igual que la brisa! La razón, que fue la Bella Durmiente del Bosque, deja su sueño de sombras y siglos, trae sus blancos días de solares yemas y su ayuda en el cruce más oscuro del ser. ¡Qué nocturno es el hombre! Mas su amanecer decisivo se acerca. De una vez por todas sus dioses y demonios tendrán que irse; y con ellos la bestia que allá muy adentro hunde sus patas en los pisos del terciario. ¿Toda la ambición humana acuñada en monedas? ¿La propiedad aún expropiando al hombre?


El nuevo salto va a poner a ojos vistas la creciente belleza del destino bimano como el salto de la cascada muestra su doble candor cayendo sobre la piedra del molino harinero.

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Pero tú sabes, adelantado de todo lo nuestro, que lo moribundo debe morir, que lo muerto debe ser enterrado sin pompa ni responso. ¿No empreña el devenir hasta el flanco de las tumbas? ¿No es el hombre su propio augur y su frente nimbo suficiente? Aunque es sabiduría vedada para la cordura de los capadores de chanchos, esa que tú acrisolas y vives, como ninguno aún, hombre vertical entre todos, con el coraje del amanecer, y el más arduo, el de medianoche, que espanta a los fantasmas. y por ello no hay tierra firme, para ,ti, navegante, y por ello eres el varón más solitario del mundo, tú, viento que alza el amargo oleaje de las ansias en vela. (Congrega toda la palidez de la tierra la alarma de los polizontes que se alivia soñando tu cerebro ya enterrado bajo geologías de ceniza.) Todo lo que es oblicuo o encorvado te odia, y lo que huele a enclaustrado revolar de murciélago, mientras tú, contemporáneo de lo que nacerá un día, dices adiós al pasado con una mano e inauguras con la diestra el porvenir hasta lo más distante. Tú, el ferviente, confías en que podrán ser redimidas por la luz las herencias de lo subterráneo; tienes fe en el que ha de suceder por fin a los dioses que sacara de sus costados un día: el hombre hecho de profundidad terrible y sal de permanencia como el océano.


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'- ... Domesticador del mundo ya, el hijo de la mujeres todavía la fiera del circo de sí mismo. Mas la economía, esfinge del mal de ojo, será entendida al fin; la Necesidad entreabrirá como un capullo sus puños de piedra, y, para el nuevo crecimiento del hombre, una matinal armonía será descubierta. Esa es tu fe y la mía, camarada.


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.1 , Eso canté ayer cuando no todo se veía agachado porque tú aún estabas en pie, aunque ya la vanguardia del retroceso había aprovechado el reflujo de la grande ola para embarcarse de vuelta hacia el pasado, obligando a la madre Revolución a cuarteles de invierno y a los padres de Octubre a confesar como propia la insondable felonía de sus verdugos: éstos que comenzaron a usar el martillo y la hoz para cascar toda mollera heterodoxa y segar en cierne todo sueño insurgente. (¿Cómo podía calzar la dialéctica de hoy, con su envergadura de alba y vuelo de golondrina, en el cerebro occipital del ex semin'arista de Gori, el emir de los neocreyentes y la traición, con su psicología de lombriz solitaria que resumía en s~ a todos los Ivanes, buscando el éxtasis en el crimen como otros en las copas o los besos?)

Hasta la carne de bronce de las estatuas se volvía carne de gallina, y así el plebiscito del terror y la estupidez fue unánime en pro del carcelero tocado con gorro frigio. Fue entonces cuando ya pudieron derribarte a mansalva excavándote el cráneo a zapapico como se hace en la montaña para llegar a su cumbre. Porque el mero paso del gigante, que conocía todos los caminos, salvo el de la fuga, obligando al asma y la tos a los enanos con el viento y el polvo de sus botas de siete leguas y a agravar su miopía con su inatajable esgrima de relámpago, era ya un escándalo en todas las veredas del mundo .


y entonces el derrumbe fue fácil como arena entre los dedos. Los jueces pertrechados en sus códigos como el chacal en su carroña. Los muros de la historia tapados con cartelones de propaganda. La brutalidad y el fraude digitados como dos castañuelas, la plegaria regresando con su joroba y sus rodillas de c:"w.ello. El águila de Marx empollando huevos de gansa capitolina. La policía secreta haciendo de Minotauro ,en su dédalo. y el polvo de las derrotas trocado en incienso. Ah, perdón, me olvidaba: el sudario era ofrecido por velo de novia y la adulación y la delación, prudentes, dejaban caer su nariz como las calaveras para defenderse de su propia hedentina. Todo entre el fervor total de la neofeligresía y el consenso cómplice de los parroquianos de enfrente y de su religión, cocota venerable que mancha sus canas acostándose hasta con los violadores de tumbas. . Digo la mano izquierda y la diestra de la coexistencia en paz entre el Edén del fango y la Gamorra florida cerrando juntos contra ese octavo pecado que resume a los siete: la epopeya del hambre amotinado por el pensamiento. Pero ya todo eso comienza a sepultarse solo, y tú vuelves, Lev Davidovich, acrecido aun, con la autoridad de la primavera sobre el invierno, con tu estatura que marca el mayor dintel humano, con tu frente en que blanquea el alba inminente, para repetir que ya es hora que el ensueño y la esperanza hallen su ley terrena como la fisiología y la música, y que la inteligencia y el corazón beban del mismo vaso como el ala rizada del cisne repite la forma del lirio, a fin de que el majestuoso mamífero en dos patas egrese definitivamente de la prehistoria, digo que el homo caput inclinatus se yerga también por dentro.



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