ISSUE 17 - GRACIELA ITURBIDE

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Iturbide

Anillos Clash de Cartier, Grain de Café y Trinity: CARTIER
Total look: BOTTEGA VENETA
Graciela
por Graciela Iturbide

CARTA DE LA EDITORA

El tiempo es un maestro implacable. Nos exige paciencia, dedicación y entrega total. En esta edición, exploramos cómo estos creativos han hecho del tiempo su aliado, utilizándolo como herramienta para perfeccionar su trabajo y construir legados que trascienden generaciones.

La portada rinde homenaje a Graciela Iturbide, una de las fotógrafas más emblemáticas de México y del mundo. Desde sus imágenes cargadas de simbolismo hasta su exploración de la identidad, la muerte y la espiritualidad, Iturbide nos recuerda que el tiempo es esencial para observar y comprender. Enrique Norten, fundador de TEN Arquitectos, nos guía a través de la futura evolución del Museum of Latin American Art (MOLAA) en Long Beach, California. Su propuesta transforma el museo en un espacio donde convergen pasado y futuro.

Una editorial fotografiada por Coliena Rentmeester da vida a las piezas únicas del genio de la joyería Tom Binns. En el mundo de la fotografía contemporánea, Tania Franco Klein examina las ansiedades modernas. Su obra, cargada de dramatismo y teatralidad, refleja cómo el tiempo puede ser tanto un catalizador para el crecimiento como una fuente de tensión. Por otro lado, Román de Castro nos lleva a la encrucijada de la poesía y el arte plástico. Además, hablamos con Federico Pérez Villoro sobre la instalación inmersiva que presentará en la edición número 12 de Salón ACME.

Cada relato de este número está anclado en la idea de que el tiempo, lejos de ser un obstáculo, es un ingrediente esencial en la creación. Reflexionemos sobre el tiempo que dedicamos a nuestras pasiones y cómo, al igual que estos artistas, podemos utilizarlo para construir algo trascendente.

DIRECTORIO

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Editora Adjunta LORENA DOMÍNGUEZ

Directora de Arte CATIA MUÑOZ

Editora de Contenido BETSY DE LA VEGA TAY

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Comité Editorial REGINA REYES-HEROLES

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Presidente del Consejo de Administración FRANCISCO A. GONZÁLEZ

Presidente Ejecutivo FRANCISCO D. GONZÁLEZ

Vicepresidente JESÚS D. GONZÁLEZ

Director General ÁNGEL CONG

Director Editorial ÓSCAR CEDILLO

Director Milenio Diario ALFREDO CAMPOS

Director Milenio Televisión RAFAEL OCAMPO

Director Multigráfica JAVIER CHAPA

Director Medios Impresos ADRIÁN LOAIZA

Director Comercial CARLOS HERNÁNDEZ

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Editora en Jefe SARAH GORE REEVES
En Graciela Iturbide: FERRAGAMO Y CARTIER

FOTOGRAMAS

Y FRASES LA IMAGEN COMO ESTUDIO DE DESCONEXIÓN SOCIAL

DIÁLOGOS CONTEMPORÁNEOS REIMAGINANDO AL MOLAA

AMOR A LOS RECUERDOS TRANSFORMAR LO ORDINARIO EN EXTRAORDINARIO

UN CONCIERTO PARA SEMBRAR VIDA

TESTIGO DE UNA METRÓPOLI

FOTOGRAMAS Y FRASES: EL MUNDO ARTÍSTICO DE ROMÁN DE CASTRO

Román de Castro, un artista que rompe moldes combinando su pasión por el cine y el periodismo, habla sobre su amor por crear arte que cuenta historias.

Fotografía: RODRIGO ÁLVAREZ Styling: DANIEL ZEPEDA Por: JOANNA CASTILLO

Román de Castro se ha consolidado como un referente en redes sociales gracias a su habilidad para explorar temas como la vulnerabilidad, la nostalgia y la memoria. Nació en 1998 en la Ciudad de México y creció entre Río de Janeiro y Ciudad Satélite. Su obra transita por diversas disciplinas visuales y escritas, siempre con una visión única y emocional. Su trabajo abarca pintura, fotografía, mueblería, instalaciones y videoarte, destacando por su uso distintivo de las letras.

Pulsera B.zero1: BVLGARI
Total look: BOTTEGA VENETA
Collar B.zero1: BVLGARI
Total look: BOTTEGA VENETA

Formado como cineasta y periodista, ha aprendido a contar con imágenes y a sintetizar con palabras. Esa dualidad se refleja en sus piezas, en sus frases que dicen más con menos. Su trabajo se despliega en múltiples lenguajes —pintura, videoarte, fotografía— y se adapta según la idea lo demande. Su propuesta artística ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional, con exhibiciones en ciudades como Guadalajara y Ámsterdam, consolidando su presencia en la escena contemporánea. Exponer en distintos países no ha diluido su identidad; al contrario, ha reforzado su voz cargada de mexicanismos, esa bandera personal que ondea en cada obra.

En esta conversación, desmenuza el proceso detrás de sus creaciones, la influencia de sus raíces y el valor de la constancia frente a la rigidez. Porque en el arte, como en la vida, siempre hay alguien esperando escuchar lo que solo uno puede decir.

¿Cómo influye tu formación como cineasta y periodista en la creación de tus piezas artísticas?

Haber estado en la escuela de cine expandió mi visión al respecto de la composición y la puesta en escena. Siento que mis piezas son como fotogramas congelados de una película o una situación. Desde los objetos rotos, la perspectiva hacia los zapatos o las mesas donde parece que alguien recién comió o bebió. El cine me enseñó cómo contar una historia con imágenes. Por otro lado, el periodismo me enseñó una parte fundamental para mi trabajo actual: la síntesis. Siendo periodista, me daban un límite de palabras para ejecutar una nota, creo que esa sensación de “más con menos” se refleja bien en mis escritos y frases.

Tus proyectos abarcan múltiples disciplinas, como pintura, videoarte y fotografía. ¿Cómo decides qué medio utilizar para expresar una idea específica?

Depende de la idea, hay discursos que necesitan conductores auditivos o meramente escenarios reales, en el caso de la fotografía y el videoarte,

hay mensajes que se recargan en la presencia del paso del tiempo, mientras que otros funcionan bien con esa cualidad estática de la pintura.

Has tenido la oportunidad de exponer en varios países. ¿De qué manera el contexto cultural de cada lugar impacta en la percepción de tu obra?

Cada ciudad me enseña algo nuevo. Todas tienen cosas en común. En su mayoría he expuesto en países hispanohablantes y algo muy bonito es que a pesar de que compartimos el mismo idioma, las palabras cambian. Cada uno tiene una manera peculiar de expresarse sobre elementos universales. Sin embargo es muy importante para mí llevar los mexicanismos conmigo, es la forma en la que cargo mi bandera, con ese lenguaje cotidiano.

La publicación de tu primer libro con Editorial Manos de Pan es un hito importante. ¿Qué podemos esperar de esta obra y cómo complementa tu trabajo artístico?

Para mí hay dos vertientes muy importantes sobre este nuevo logro: la legitimación que conlleva publicar algo editorial y el poder mostrar mis cualidades como escritor. Aunque en el mundo del arte plástico me estoy haciendo de un nombre, me interesa mucho explorar esa parte literaria de las posibilidades que trae un libro. En este momento será un poemario, pero quién sabe, quizás en el futuro escriba en formatos más extensos.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes artistas que están empezando en la industria?

La constancia es fundamental, se habla mucho de la disciplina pero siento que la disciplina es un concepto que conlleva rigidez, mientras que la constancia puede ser más libre pero con esa cualidad de no rendirse y todos los días intentar algo. Si todos los días escribo un párrafo, eventualmente voy a poder escribir una página. También es importante recordarse a uno mismo que existe un público para todos, aunque quizás no lo hayas encontrado todavía, allá afuera hay alguien esperando a que digas lo que quieres decir y hagas lo que quieres hacer.

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Obra La melancolía anda suelta, 2024: ROMÁN DE CASTRO CREADA CON IPAD PRO

LA IMAGEN COMO ESTUDIO DE DESCONEXIÓN SOCIAL

La fotógrafa hace un viaje introspectivo y visual que explora identidad, memoria, prejuicio y la transformación emocional a través de sus imágenes.

Fotografía: RODRIGO ÁLVAREZ Styling: DANIEL ZEPEDA Por: BETSY DE LA VEGA TAY
TANIA FRANCO KLEIN
En ambas páginas, collar Serpenti Seduttori y pulsera Serpenti Viper: BVLGARI Total look: BOTTEGA VENETA

Tania Franco Klein es una de las jóvenes promesas mexicanas cuyo trabajo ha traspasado fronteras, ganando reconocimiento en México y el extranjero. Con un enfoque interdisciplinario, ha explorado la fotografía, GIFs e instalación, iniciando su trayectoria tras graduarse de arquitectura en la Ciudad de México y culminar una maestría en la University of the Arts en Londres.

Su obra, caracterizada por fotografías de gran formato y estilo cinematográfico, se adentra en temas como la memoria y las secuelas psicológicas del burnout en la sociedad contemporánea. Franco Klein retrata la desconexión emocional y la obsesión por la productividad en un mundo que exige consumir a una velocidad agotadora, dejando a las personas atrapadas en destinos predeterminados.

Actualmente, expone en París, Rotterdam y Nueva York con una serie que forma parte de una trilogía sobre paisajes psicológicos y el impacto de una sociedad obsesionada con la eficiencia. Conversa al respecto en esta entrevista con M Revista de Milenio.

Tania, ¿qué te llevó a indagar en este tipo de problemas de la sociedad contemporánea? Mi interés surgió a partir de experimentar personalmente las secuelas psicológicas de la cultura del consumo. Tuve la oportunidad de vivir en diferentes continentes durante varios años y observar cómo, junto con la globalización material, emergía también una globalización psicológica y emocional que permeaba tanto la experiencia individual como colectiva. Esto era evidente en mi propia vida y en las personas que me rodeaban, como resultado de sociedades que priorizan el crecimiento económico por encima del bienestar.

encontrando formas de trasladar temas de lo personal a lo universal. Cuando comienzo la ejecución, los proyectos adquieren vida propia y dejo que crezcan y maduren de forma orgánica.

¿Cómo crees que tu fotografía puede influir en la manera en que las personas perciben y entienden su propia identidad y memoria?

Nuestra identidad es un reflejo de los sistemas sociales que nos impactan. Por ello, el espacio de autorreflexión que busco generar a través de mi obra actúa como una forma de diseminar lo que sucede en el exterior mediante el individuo. Si mis proyectos logran funcionar como plataformas de cuestionamiento y conexión, aunque sea en pequeñas proporciones, creo que pueden invitar a replantear los motores que nos impulsan.

¿De qué manera influyen tu vida personal y tus experiencias en el desarrollo de tus

pasivos frente a su entorno y están atrapados, dominados por la ansiedad y la desesperación. En Proceed to the Route (segunda parte), buscan activamente una salida, tanto de sus vidas como de sí mismos. En Break in Case of Emergency, los regreso a sus espacios domésticos, pero esta vez están al borde de destruirlos y cambiar las reglas, mientras atraviesan una autodestrucción emocional. Creo que apropiarse de algo implica reaprender cómo habitamos nuestra propia identidad y narrativa, para poder transformarlas. Mis personajes están en esa búsqueda, quizá de manera rebelde.

Hablemos de tu proyecto para el MoMA. ¿Es una especie de conclusión para tu trilogía?

Este proyecto, que se desarrolla en capítulos, es una vertiente psicológica de mi obra, aunque desde una perspectiva más antropológica. Se conecta con el resto de mis trabajos como un espacio de

Encontré en el lenguaje emocional un ancla universal que permite abrir espacios de reflexión y solidaridad con esta parte de la experiencia humana, la cual trasciende el tiempo y el espacio, y es inherente a la condición humana. Siento que, de alguna manera, las personas han sido reducidas a herramientas de producción.

¿Cómo desarrollas las ideas antes de hacerlas realidad en tus series? ¿Qué papel juega la investigación en tu trabajo? Mi punto de partida siempre es la curiosidad por explorar temas que me conectan con los demás y con la desconexión que a menudo resulta de ello. Intento extender esta curiosidad lo más posible para comprender mejor mi experiencia con el mundo exterior. Leo textos sociológicos, filosóficos y antropológicos que profundicen mi entendimiento, mientras realizo investigaciones de campo, observando y

proyectos y en el montaje de tus escenas?

Considero que mi vida personal es un resultado del contexto en el que existo. Por ello, observo con detenimiento mis experiencias y mi relación con el exterior y los demás. Esto se convierte en el punto de partida para formular preguntas que muchas veces desembocan en proyectos.

En Break in Case of Emergency hablas sobre cómo los seres humanos pueden apropiarse de su espacio. ¿Cómo logras representar esto?

Esta serie nació de mi curiosidad por la representación de la catarsis lúdica o la ruptura de comportamientos sociales en el cine y la televisión. En particular, me intrigaba cómo los espectadores experimentan esta liberación de manera vicaria a través de los personajes que la encarnan en las fotografías. Mis personajes están en constante evolución. En Positive Disintegration (la primera parte de la trilogía), son más

reflexión personal y replanteamiento del yo. Es un estudio visual, casi académico, sobre la mirada y el prejuicio. El primer capítulo será expuesto en el MoMA en septiembre de 2025. Es el prólogo del proyecto completo y está compuesto por 106 retratos. Examina cómo los espectadores perciben y proyectan sesgos al enfrentarse a imágenes de lo desconocido. Al recrear de forma constante las mismas composiciones con diferentes sujetos, exploro cómo el trasfondo cultural y personal de cada espectador influye en su percepción de la escena. Las fotografías mantienen constantes la locación, composición e iluminación, dejando a los sujetos como la única variable. Esto expone nuestra relación con lo desconocido y cómo surgen los prejuicios dentro de nosotros.

JO-HS, fundada por Elisabeth Johs en 2021 y con sedes en Ciudad de México y Nueva York, es una galería de arte contemporáneo emergente, pero también es un punto de encuentro cultural que nos invita a descubrirnos con una nueva mirada. Sus piezas ofrecen la paleta visual perfecta para reinterpretar nuestros accesorios favoritos esta temporada.

Fotografía: MAURICIO SÁNCHEZ

Por: DANIEL ZEPEDA

Colgante Bean Design y arete High Tide de Elsa Peretti: TIFFANY & CO. Obra An Ecstatic History, 2024: KITTY RICE
Bota: FERRAGAMO
Obra Ese cuerpo de luz, 2023: MELISSA RÍOS CON EL APOYO DE MACK ART FOUNDATION
Escanea el código para
Pulseras Love: CARTIER
Obra After Broodthaers, 2024: RAMIRO GONZÁLEZ LUNA

ENRIQUE NORTEN REIMAGINANDO AL MOLAA

Imágenes: CORTESÍA TEN ARQUITECTOS Por: LORENA DOMÍNGUEZ

En Long Beach, California, el Museum of Latin American Art (MOLAA) se ha consolidado como una institución clave para el arte latinoamericano, promoviendo un diálogo constante con su entorno cultural. Ahora, frente a la necesidad de adaptarse a las demandas de un museo contemporáneo, el MOLAA emprende un ambicioso proyecto de transformación.

Los encargados de liderar esta renovación son Enrique Norten, fundador de TEN Arquitectos, y su equipo. Norten ha sido reconocido con el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana, el Premio Mundial de Artes Leonardo da Vinci y la Medalla Bellas Artes, la máxima distinción del Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Su propuesta reimagina al MOLAA como una aldea: un conjunto de patios, jardines y edificios interconectados que celebran la cultura urbana latina.

Esta intervención no solo busca redefinir el edificio, sino también fortalecer su relación con la comunidad y con el entorno urbano, para proyectarlo hacia un futuro que combine modernidad, accesibilidad y tradición cultural.

UNA RENOVACIÓN QUE HONRA AL PASADO Y ABRAZA EL FUTURO

“Lo que se está gestando aquí es un nuevo museo, una institución cultural transformadora”, explica el arquitecto. Esta visión celebra la compatibilidad entre espacios abiertos y cerrados, entre vacíos y masa.

Actualmente, el edificio del MOLAA es una estructura hermética que ignora el entorno urbano que lo rodea. Para contrarrestar esto, el diseño propone una solución más permeable, acercando las circulaciones principales a la fachada, convirtiéndola en un elemento dinámico.

CONSTRUIR SIN DETENER EL ARTE

El proyecto se construirá por fases, permitiendo que el museo permanezca abierto y funcional durante la construcción. La primera etapa incluye un open storage , un concepto que convierte las áreas de almacenamiento en espacios accesibles a los visitantes. Las obras que generalmente permanecen fuera de la vista del público se exhibirán, permitiendo que aprecien piezas que normalmente estarían fuera de su alcance. Este enfoque transforma lo que usualmente está oculto en una experiencia interactiva y educativa, ofreciendo una nueva manera de explorar el acervo del museo. Así, el arte y la comunidad permanecen conectados mientras el edificio evoluciona.

En cuanto al nuevo acceso, se propone un vestíbulo exterior que funge como espacio de transición entre la ciudad y el museo. Este espacio da paso a una plaza cubierta que alberga el lobby del museo, la tienda y la entrada a las galerías. Además, el diseño incluye varios patios que funcionan como galerías exteriores, áreas de educación, un café, un auditorio y una biblioteca, garantizando una experiencia integral para los visitantes.

En el interior, las circulaciones han sido diseñadas para facilitar el desplazamiento fluido entre zonas. Una escalera multifuncional en el vestíbulo principal conecta la plaza con los niveles superiores, funcionando también como anfiteatro para eventos como conciertos o conferencias.

CELEBRANDO LA DIVERSIDAD LATINA

El nuevo MOLAA será un espacio de encuentro y convivencia. Los patios abiertos conectan el interior con el exterior, fomentando la participación comunitaria. Este enfoque busca que los visitantes no solo disfruten de las exposiciones, sino que también hagan del museo parte de su vida diaria.

Enrique Norten subraya la importancia de celebrar el arte latinoamericano en el MOLAA, explorando especialmente las expresiones culturales de las comunidades fronterizas y mexicoamericanas. Este proyecto celebra la diversidad latinoamericana. Es una visión audaz que redefine la relación entre la cultura, la comunidad y el espacio.

“Lo que se está gestando aquí es un nuevo museo, una institución cultural transformadora”.
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POR AMOR GRACIELA ITURBIDE A LOS

La fotografía tiene la capacidad de detener el tiempo, de transformar lo cotidiano en extraordinario y de capturar emociones universales en un instante.

Editora: SARAH GORE REEVES Por: LORENA DOMÍNGUEZ

Fotografía: LUIS GARVAN
Anillos Clash de Cartier, Grain de Café y Trinity: CARTIER Total look: FERRAGAMO
Abrigo: MAX MARA Botas: TRIPPEN

Graciela Iturbide es una de las figuras más influyentes de la fotografía contemporánea en México y en el mundo. Su trayectoria abarca décadas de trabajo documental, donde ha explorado temas como la identidad, la espiritualidad, la muerte y las tradiciones de nuestro país.

Entre sus series más emblemáticas se encuentra Juchitán de las mujeres, donde capturó la fortaleza y el orgullo de las mujeres zapotecas, y de donde proviene “Nuestra señora de las iguanas”, quizás su fotografía icónica.

Reconocida a nivel internacional, su obra ha sido expuesta en museos como el MoMA en Nueva York o la Fundación Cartier en París, y ha recibido numerosos premios, incluido el Premio Hasselblad.

En esta conversación para M Revista de Milenio, nos adentramos en su proceso creativo, sus experiencias más conmovedoras y los temas recurrentes que han marcado su carrera. Sus palabras son un reflejo de su pasión y disciplina, pero también una fuente de inspiración para todos aquellos que ven en la fotografía una forma de vida.

Anillos Clash de Cartier, Grain de Café y Trinity: CARTIER Total look: FERRAGAMO
Aretes Clash de Cartier y collar Panthère de Cartier: CARTIER
Total look: DIOR

¿Siempre supiste que querías ser fotógrafa?

No, en realidad quería ser escritora, pero mi familia no me permitió estudiar en la universidad. Más tarde descubrí el cine y me enamoré de ese mundo. Cuando conocí a Álvarez Bravo, su libertad creativa me inspiró a dedicarme a la fotografía, su parte poética y su forma de trabajo me ayudaron a ser quien soy. Él era muy libre.

Muchas de tus fotografías capturan aspectos de la vida cotidiana con un aura casi mística. ¿Cuál es tu proceso para transformar momentos ordinarios en imágenes extraordinarias?

No es algo que planee. Lo que tú llamas “místico” surge de las cosas que me inspiran: libros, música, pintura, fotografía… Todo lo que he experimentado y aprendido me influye de manera natural. No voy buscando algo específico; simplemente ocurre. Si una imagen tiene algo especial, es porque estoy capturando lo que me sorprende, sin pensar demasiado en ello.

¿Desde siempre has trabajado así?

Sí, desde el principio. Mi fotografía ha sido siempre una reacción ante lo inesperado. Es la sorpresa lo que me impulsa a capturar el momento.

En el caso de los retratos, ¿los planeas o también son espontáneos?

Son espontáneos. Nunca pido a las personas que posen para mí; siempre son ellas las que lo solicitan. Como suelo convivir mucho tiempo con las comunidades que fotografío, a veces me invitan a sus casas para que les haga un retrato, y entonces aprovecho. Por ejemplo, Magnolia, un muxe , me pidió una sesión improvisada mientras estábamos en una cantina. Subimos a un cuarto, se preparó, eligió su atuendo y yo solo capturé lo que él quiso mostrar. Es un proceso natural, sin guión.

¿Hay algún lugar del mundo que te haya impactado especialmente como fotógrafa?

Madagascar me fascinó. Es un lugar increíble, pero no lo considero un sitio donde podría vivir. Si tuviera que dejar México, elegiría Roma. Allí trabajé en un proyecto que me permitió explorar la ciudad en la madrugada, cuando todo está en calma. Caminaba temprano, con un café y un croissant , y encontraba escenas sorprendentes. Siempre he trabajado así: dejando que la sorpresa dicte lo que capturo.

La muerte y la espiritualidad son temas recurrentes en tu trabajo. ¿Cómo los abordas?

La relación de México con la muerte es única: aquí la celebramos, la lloramos e incluso nos burlamos de ella. Siempre me ha fascinado esa dualidad. Durante mucho tiempo, fotografié a los llamados “angelitos” —niños fallecidos— como una forma de terapia tras la pérdida de mi hija. Recuerdo estar en un cementerio en Guanajuato siguiendo a unos hombres que llevaban un angelito cuando me encontré con un cuerpo abandonado, picoteado por los pájaros. Aquella experiencia marcó profundamente mi trabajo e inspiró una de mis series.

En ese entonces, retratar la muerte se convirtió en un medio para procesar mi duelo, una especie de refugio. Con el tiempo, entendí que debía soltar esa obsesión, pero la sigo explorando desde otras perspectivas: desde el humor o la celebración, como en los disfraces de Día de Muertos o las calaveras con nombres. Una de mis fotografías favoritas es la de una calavera embarazada, que ilustra perfectamente ese juego entre la vida y la muerte que tanto define nuestra cultura mexicana.

¿Qué hace una buena fotografía?

La combinación del ojo, la inteligencia y el corazón. Cuando

esos elementos están alineados, junto con tus influencias y experiencias, puedes crear algo que realmente conecte con las personas.

Mencionaste que has trabajado con Manuel Álvarez Bravo, ¿qué aprendiste de él?

Lo que más me marcó fue su manera de ser. Era una persona libre y profundamente poética. Solo decía: “A ver, su trabajo, Graciela”, pero no criticaba. Yo veía que no era necesario preguntarle porque no me iba a responder nada. Su ejemplo me enseñó que no es necesario que alguien te valide. Lo importante es encontrar tu propia voz.

¿Cuál ha sido tu experiencia más difícil como fotógrafa? Fotografiar a los migrantes en Colombia fue desgarrador. Las condiciones en las que vivían eran terribles. Recuerdo especialmente a los indígenas guaymíes, quienes estaban completamente desorientados, sin un sentido claro de vida. Fue un contraste muy fuerte porque, en el mismo lugar, los afrocolombianos estaban cantando y bailando a pesar de la adversidad. Ese tipo de experiencias te marcan porque muestran tanto el dolor como la esperanza.

¿Hay algún lugar que te gustaría volver a fotografiar para ver cómo ha cambiado? ¿Qué sientes que te queda por contar?

Acabo de regresar a algunas comunidades que fotografié antes. Mi ensayo más largo fue en Juchitán, donde pasé cuatro años y llegué a ser parte de la vida cotidiana: dormía en casa de mis amigas, iba al mercado con ellas, vendía tomates y gallinas. Ahí tomé la foto de la señora con las iguanas. Aunque he vuelto varias veces, ya no es lo mismo; incluso las mujeres me advierten que tenga cuidado. Además, hay lugares que me gustaría explorar más, como Roma, Checoslovaquia o Madagascar. Siempre hay algo nuevo por descubrir, y cualquier sitio al que no haya dedicado suficiente tiempo me parece una oportunidad para seguir investigando y creando.

¿Cómo experimentas la transformación del México actual frente al México que capturaste en el pasado?

México ha cambiado mucho, pero mi forma de trabajar sigue siendo la misma: buscar la sorpresa. Es cierto que algunas tradiciones se han perdido y que la inseguridad limita lo que puedo hacer, pero todavía encuentro escenas que me emocionan y me hacen querer seguir fotografiando.

¿Qué cámaras usas?

Normalmente llevo dos o tres: una Leica, una Contax automática y una de medio formato. No suelo cargar con muchas porque sería demasiado pesado.

¿Cómo ha evolucionado tu concepto de belleza a lo largo de tu carrera, especialmente a medida que exploras diferentes culturas y personas?

La fotografía me ha enseñado a descubrir nuevas formas de belleza en cada lugar que visito. A través de la cámara, he aprendido más sobre las culturas, las personas y el mundo en general. En Roma, por ejemplo, Pasolini fue una gran influencia para mí, y fotografié lugares que tenían un significado especial relacionado con él.

¿Tienes una fotografía favorita?

Sí, una que tomé en el desierto. Es una imagen que no recuerdo haber capturado conscientemente; simplemente estaba ahí. Es como si el desierto me la hubiera regalado.

¿Qué consejo les darías a los jóvenes fotógrafos?

Pasión y disciplina. La fotografía no se trata solo de tomar fotos; implica leer, investigar, aprender de otras disciplinas como la pintura o la literatura. Si no tienes pasión, difícilmente lograrás destacar en esta profesión.

Aretes Clash de Cartier, collar Panthère de Cartier, anillos Clash de Cartier, Grain de Café y Trinity: CARTIER
Total look: BOTTEGA VENETA
Maquillaje y pelo: KARIANA MARTÍNEZ Asistente de fotografía: KEVIN CORONA Asistente de stylist: DANIEL ZEPEDA
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Total look: SAINT LAURENT
Editora: SARAH GORE REEVES Fotografía: COLIENA RENTMEESTER
TOM BINNS
TRANSFORMAR LO ORDINARIO EN EXTRAORDINARIO
Aretes: TOM BINNS
Total look: MIU MIU

Aretes: TOM BINNS Total look: MIU MIU

Un visionario que está redefiniendo la joyería como un medio artístico, las piezas de Tom Binns oscilan entre lo sublime y lo descarado. Con una estética que mezcla caos y armonía, Binns encuentra belleza en la destrucción y la reinvención.

Desde los inicios de su carrera, sus diseños han adornado a figuras como Michelle Obama y Rihanna. Lo que distingue a Binns es su compromiso con la sostenibilidad. Recurre a mercados y a las calles de Los Ángeles en busca de objetos descartados que transforma en arte usable. Cada pieza funciona para resignificar materiales olvidados y celebrar lo imperfecto. En una industria dominada por el fast fashion, su enfoque subraya la importancia de la historia y el contexto sobre la estética superficial.

La obra de Binns conecta profundamente con quienes la usan, transformando lo cotidiano en extraordinario. Para él, la joyería es un talismán, una expresión de identidad y personalidad que trasciende su materialidad. Su legado radica en su capacidad para cambiar cómo entendemos la joyería.

Tom Binns nos recuerda que el arte no solo se encuentra en lo nuevo, sino en lo recuperado y resignificado. Su trabajo es una celebración de las contradicciones de la vida, donde lo descartado se convierte en un objeto de belleza y significado.

Maquillaje y pelo: AMY CHIN Producción: MAYA MARZOLF Dirección creativa: ASHLEY SARGENT PRICE Digital tech: JORDAN DRAGOJLOVIC Asistente de fotografía: BROOK KEEGAN Asistentes de stylist: DANIEL ZEPEDA Y NIKI RAVARI
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Camisa: MASSIMO DUTTI

FEDERICO PÉREZ VILLORO UN CONCIERTO PARA SEMBRAR VIDA

Fotografía: RODRIGO ÁLVAREZ Por: DANIEL ZEPEDA

Tequila Don Julio y Federico Pérez Villoro presentan una instalación inmersiva que transforma gotas de agua en música para plantas, explorando el cuidado colectivo del recurso vital.

Hablar de agua suele reducirse a captarla, distribuirla o purificarla. Pero más allá de cómo la manipulamos, este vital líquido forma un ciclo que trasciende lo visible, y que le ha servido como inspiración creativa a artistas como Hokusai, Hockney o Renoir. Federico Pérez Villoro es un artista que, en colaboración con Tequila Don Julio, ha creado un instrumento de agua que convierte cada gota en música para plantas, y cada sonido en un llamado a cuidar el recurso más vital del planeta.

La pieza, que se presentará en la décimosegunda edición de Salón ACME, está inspirada en la figura de Don Julio González cantándole a sus plantas. La conexión emocional entre el ser humano y la tierra es el punto de partida de esta instalación. Su funcionamiento es tan poético como su concepción: sensores de movimiento detectan la presencia de los visitantes, activando una lluvia sutil que intensifica su caída y sonido conforme el espacio se llena.

Como raíces profundas en tierra fértil, Tequila Don Julio nutre el legado de su fundador, cultivando un mañana en el que tradición y sostenibilidad florecen para el bienestar comunitario. Con más de 100 millones de pesos destinados a proyectos de acceso y saneamiento de agua en Jalisco, busca reponer el 100% del agua utilizada en sus operaciones para 2025. Además, ha reforestado 43 mil árboles nativos y creado viveros municipales, como el de Atotonilco El Alto, para preservar especies endémicas y recargar mantos acuíferos. Así como la contribución a la mejora de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales en Ocotlán, promoviendo el reúso hídrico. Estas acciones forman parte del programa global “Preservar el agua para la vida”, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, para asegurar el acceso al agua potable y la sostenibilidad hídrica a largo plazo, reafirmando su liderazgo en la protección ambiental y el desarrollo comunitario.

Para Pérez Villoro cuidar las aguas cercanas es cuidar a las que parecen estar más lejos y a las que llevamos dentro. Inspirados por estas iniciativas, elijamos actuar por amor a la vida. El artista mexicano lo traduce en esta obra, entendiendo el compromiso con el agua como una urgencia social y ecológica. En esta conversación se exponen las ideas que dieron forma a su instalación, el vínculo emocional que nos conecta con los ecosistemas y la importancia de repensar colectivamente nuestra relación con el agua.

¿Qué te llevó a explorar la relación entre los cuerpos de agua y la intervención humana en tu práctica artística?

Mi trabajo explora las formas en las que las tecnologías imponen comportamientos –gramáticas sociales– que en muchos casos afectan los ecosistemas vivos. En específico tengo un tiempo estudiando tecnologías cartográficas y de navegación: instrumentos por medio de los cuales se determinan los límites

espaciales y se condiciona el movimiento dentro de los mismos. Los cuerpos de agua no son una excepción. Históricamente los ríos, los lagos, los mares han sido caminos y fronteras, son marcadores cartográficos. El reconocimiento del agua como unidad geográfica me llevó a pensar en toda la historia detrás de la domesticación.

En la instalación presentada con Tequila Don Julio exploras la preservación del agua a través de acciones creativas. ¿Qué tipo de respuestas o reflexiones esperas despertar en los espectadores?

La propuesta para dicha intervención es un mecanismo hidráulico que genera un canto para un grupo de plantas. Al centro de la instalación hay una fuente participativa que detecta la presencia de personas alrededor del objeto y genera un flujo de agua. Esta lluvia es captada por un sistema de hidrófonos y sintetizada como una composición sonora. Me interesa mucho la relación inseparable entre el agua y las plantas. Cuando pensamos en el cuidado de las aguas, pensamos en la captación, potabilización, saneamiento y distribución del agua en su estado líquido. Sin embargo los tejidos hídricos son más sutiles. En ese sentido, el cuidado de las aguas también consiste en el cuidado de otros organismos vivos hechos de agua: como las plantas y las personas.

¿Cómo se desarrollará la música para plantas? ¿Qué principios se tomaron en cuenta para programar los sonidos?

En colaboración con la compositora Leslie García, estamos desarrollando un programa que traducirá, de forma generativa y espontánea, dichas señales captadas por los hidrófonos en frecuencias pensadas para diversas funciones vegetales. Habrá frecuencias para fortalecer raíces, para producir clorofila, para mitigar el estrés, para germinar. Las plantas se relacionan con el sonido de forma muy distinta a los humanos y nuestro instrumento de agua priorizará dichas formas de escucha. Es interesante imaginar cómo perciben el sonido las plantas y cómo se ven sutilmente afectadas por las ondas sonoras en su materialidad física.

¿Cómo se manejará el agua utilizada en la instalación? ¿Habrá un sistema de reciclaje o reaprovechamiento del agua para evitar el desperdicio?

La instalación está diseñada con agua que sube y que baja a través de un sistema de bombas y válvulas eléctricas controladas computacionalmente. Ese movimiento del agua produce un paisaje sonoro para ser escuchado (sentido) por un grupo de plantas espectadoras. Es un mecanismo cíclico que honra la presencia del agua en el espacio, pero diseñado para evitar el desperdicio. El agua se utilizará para regar a las mismas plantas que harán parte de la instalación y aquellas que ya habitan en ese espacio. El agua restante se regresará al tinaco o cisterna del recinto.

“Una de las grandes lecciones que he recibido en mi práctica es que es necesario permitirse ser afectado por las cosas que parecen simples y hemos dado por sentado”.

En todas las imágenes, camisa: MASSIMO DUTTI
Stylist: DANIEL ZEPEDA
Asistente de stylist: BERENICE MEDINA
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MANDARIN ORIENTAL RITZ MADRID EL TESTIGO DE UNA METRÓPOLI

Fotografía: CORTESÍA DEL HOTEL Por: DANIELA GUTIÉRREZ

Más de un siglo después de su fundación, el Mandarin Oriental Ritz Madrid sigue siendo un referente en la hotelería de lujo en la ciudad, donde su historia y arquitectura monumental se entrelazan con servicios de vanguardia, en una ubicación que encarna la esencia de la capital.

Madrid no tiene la prisa de Nueva York ni la solemnidad de París. Su pulso es el de una ciudad que respira a un ritmo propio. Los días empiezan tarde y las noches parecen eternas, teñidas del sonido de copas que chocan y pasos que se pierden entre el empedrado. Es una ciudad que no busca impresionar de inmediato; más bien, conquista a quien la observa con detenimiento, en los detalles: el brillo del sol en las fachadas de azulejo, los ecos de un guitarrista en el parque del Retiro, el murmullo incesante de la Gran Vía.

Es justo aquí, entre el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, que un palacio Belle Époque observa a la ciudad cambiar y crecer. El Mandarin Oriental Ritz, más de un siglo después de abrir sus puertas al público, sigue siendo tan imponente como el día en que el rey Alfonso XIII dio su bendición para su construcción.

Situado en el Triángulo del Arte, entre los museos madrileños más importantes, el hotel es parte imprescindible de la esencia de la capital. César Ritz, el hombre detrás del nombre, entendió que un hotel debía ser más que paredes y camas. Debía funcionar como un escenario donde la vida se desarrollara con elegancia y propósito.

Dentro, las renovaciones de 2021 no borraron su alma, solo ajustaron hasta el más mínimo detalle para que todo fluya de manera perfecta. Las suites , con nombres que evocan grandeza, son como pequeños universos. Los techos altos, los tejidos pesados, los colores que susurran. Incluso las habitaciones más modestas hacen sentir a quien entra como si el mundo exterior fuera un rumor lejano.

Pero no es solo un lugar para descansar. En su interior está el bar Pictura, en donde se mezclan cocteles con una precisión que se siente casi científica, mientras el Palm Court ofrece un té que parece haber cruzado el Canal de la Mancha sin perder un gramo de autenticidad. Y luego está Deessa, el restaurante que no necesita dos estrellas Michelin para impresionar, aunque las tenga. Allí, la cocina mediterránea se presenta con una teatralidad que Ritz mismo habría aprobado.

El Mandarin Oriental Ritz Madrid no es un hotel al que se llega por accidente. Es un destino en sí. Nos recuerda que la hospitalidad es un arte y que, en ciertos lugares, el tiempo no pasa; se reinterpreta. Un destino imperdible de @viajesnubamx.

Ciudad de México - Cancún - Guadalajara – Monterrey
Aretes Clash de Cartier, anillos Clash de Cartier, Grain de Café y Trinity: CARTIER
Total look: FERRAGAMO

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