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LA SEGUNDA VISIÓN DE LA 'SIEMBRA DEL PETRÓLEO' Y LA

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Conclusiones

Conclusiones

carácter pragmático al pensamiento económico nacional y una inevitable intención política. A partir de 1936 el panorama económico de Venezuela comienza a hacerse atípico. La pugnaz coexistencia de las dos economías, el hecho de que la riqueza y la actividad tradicionales estaban enteramente vinculadas a la agricultura, con todas las consecuencias económicas, políticas y culturales que ello implicaba, y el de que la riqueza petrolera, reciente y creciente, tenía muchos aspectos de enclave extranjero, manejado por grandes empresas imperiales e íntimamente conectado con la acción del gobierno nacional, hicieron difícil y confusa la apreciación de la situación. Podría decirse sin exageración que una sola cuestión dominó la política y el pensamiento económico desde entonces, la que podría formularse de manera muy simplista: ¿qué hacer con el petróleo? En su excelente trabajo, que constituye un aporte de gran importancia al estudio del pensamiento económico venezolano en este siglo, los profesores Baptista y Mommer estudian con mucho rigor científico los sucesivos planteamientos y concepciones que sobre el petróleo y sus efectos en la economía venezolana fueron formulados sucesivamente por algunos autores venezolanos tales como Alberto Adriani, Rómulo Betancourt, Juan Pablo Pérez Alfonzo y quien esto escribe. Por lo que a mí me hace, debo agradecer el interés que han puesto en analizar con objetividad lo que en varias ocasiones pude aportar a este vital debate. La lectura de esta obra será de mucha utilidad para todos los que se interesan seriamente por los arduos problemas de la economía venezolana y por su cuestión central que no es otra que la coexistencia y transición de dos países, de dos Venezuelas, una del pasado que ya no existe en su ser original y otra del porvenir, que todavía no está definida y entre las cuales se coloca esta ya larga y difícil etapa de transición que se extiende a lo largo de los últimos cuarenta años.

Arturo Uslar Pietri Caracas, julio de 1986

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