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La política petrolera
empresarial de manera que la renta petrolera hecha privada, luego de un breve auge inversionista, fue a parar en cuentas bancarias del exterior. Al final del camino lo que habría de encontrarse era un Estado endeudado, con un presupuesto deficitario, colocado frente a un sector privado enormemente enriquecido.91 A todo ello hay que agregar, en último lugar, la situación internacional, caracterizada por una vehemente ofensiva neo-liberal. En el marco de esta situación, como ha de resultar obvio, las instituciones financieras internacionales, esto es, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, cumplen una misión primordial, y el Estado venezolano, al verse obligado a recurrir a ellas para la solventación de su cuantiosa deuda externa, terminó por plegarse a la orientación de la marea. Es así como la discusión pública en Venezuela sobre las causas de la crisis y, por ende, sobre las respuestas para enfrentarla, se redujo a una mera denuncia global de lo nefasto de la intervención del Estado, en cuanto causa única y presunta de todos los males, y a la glorificación de la privatización de toda actividad económica como remedio universal. Frente a la complejidad de la realidad, así, se opuso el principio abstracto de la empresa privada. Sin embargo, dada la importancia central de este principio en la sociedad capitalista, y, en particular, en lo que concierne a la materia fundamental que aquí se considera, es decir, a la superación del capitalismo rentístico, es cierto que su contenido tendrá que formar parte integral de cualquier nueva visión sobre el papel del petróleo en el desarrollo económico nacional.
LA POLÍTICA PETROLERA
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La superación del capitalismo rentístico siempre se concibió como el desarrollo no petrolero; o, en la terminología de la época, la dependencia del petróleo habría de conseguirse mediante 'la siembra del petróleo', por lo que se entendía estrictamente el desarrollo del sector no petrolero. La ideología rentista dominante no admitía el entender al petróleo, en cuanto actividad productiva, como parte integral de la Venezuela futura. Ahora bien, de lo que al presente se trata es de superar esta concepción que opone el sector no petrolero de la economía nacional al sector petrolero, y que es incapaz de verlos como partes complementarias de un conjunto orgánico. En realidad, es a la unidad orgánica - la economía nacional, que abarca por igual a los sectores petrolero y no petrolero - a la que se opone, efectivamente y por su inorganicidad, el petróleo como fuente rentística. La nueva política petrolera tiene que diferenciarse de la que antes prevaleció por el valor que atribuye al petróleo como actividad productiva, a la que debe aceptarse definitivamente como venezolana. Por lo demás, como bien se entenderá, su contenido lleva una dosis adicional de complejidad, toda vez que incluye ahora ambos, al petróleo como fuente rentística y como actividad productiva.
91Véase Miguel Rodríguez, "Mitos y Realidades del Endeudamiento Externo Venezolano", mimeo, IESA, (Caracas, 1984).