Ensayo; la enseñanza del español en nivel preescolar

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Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”

Licenciatura en Educación Preescolar

Prácticas Sociales del Lenguaje

Ensayo Unidad I y II: “La enseñanza del español en nivel Preescolar”

Alumna: María Teresa Saucedo Méndez Docente: José Antonio Jasso Lugo

Segundo semestre

Zacatecas, Zac., Junio de 2015


La enseñanza del español en nivel Preescolar "La educación, como la luz del sol, puede y debe llegar a todos" Anónimo

La docencia, sin duda, no es un trabajo sencillo, y más aún si el nivel es preescolar. Titánica labor, que implica una constante lucha contra el estigma que se tiene por la mayoría de la sociedad, al creer que nuestro desempeño se limita al mero entretenimiento, o que nuestros conocimientos son manuales. Sin embargo, modificar el pensamiento de la gente, no es nuestro objetivo prístino, sino los niños mismos, esos maravillosos seres que no son más que víctimas del tiempo y las sociedades en las que les ha tocado nacer, donde en muchas de las circunstancias, la mejor arma de la que los podemos dotar para sobrevivir es precisamente la educación. Una educación, que debe ser estratégicamente enseñada, sabiendo que el niño es, como metafóricamente se le ha llamado ‘esponja’ pues absorbe el cúmulo de estímulos buenos y no tan buenos, de manera indiscriminada, por lo que su plasticidad cerebral puede adaptarse al conocimiento y aceptarlo, todo depende del saber cómo enseñar. El presente trabajo, se centrará pues, en la manera en la que se debe ilustrar a los educandos en etapa preescolar, fijando la mirada específicamente, en el estándar de español. Dentro de la política educativa, las reformas, planes de estudio y acuerdos educativos, se ha establecido en México que la articulación de la educación a la que todos tenemos derecho abarca cuatro periodos, tres niveles (inicial, básica y media) y doce años en total (en la actual reforma -2011-2016-) Uno de dichos niveles y para mí el más importante es preescolar, pues es aquí, donde un ser humano tiene contacto por primera vez con una institución formativa, donde se tiene la importante tarea de introducirlos al conocimiento formal, modificando sus esquemas, si es necesario, para convertir sus saberes previos o informales en conocimiento.


Los estándares curriculares, marcan por periodos el tipo de personas que se pretenden formar, para esto, han enlistado un conjunto de competencias que deben ser dominadas por un educando al término de dichos periodos escolares. Para esto, se han dividido en tres apartados; español, matemáticas y ciencias. Como el estándar que nos concierne en este trabajo es el correspondiente a español, me daré a la tarea de analizar qué es lo que se hace en cada grado de educación preescolar, para alcanzar en sus alumnos el desarrollo de las competencias para este estándar curricular. “Se agrupan en cinco componentes, y cada uno refiere y refleja aspectos centrales de los programas de estudio: 1. Procesos de lectura e interpretación de textos. 2. Producción de textos escritos. 3. Producción de textos orales y participación en eventos comunicativos. 4. Conocimiento de las características, de la función y del uso del lenguaje. 5. Actitudes hacia el lenguaje” (Guía para la educadora, 2011, -SEP-). Uno de los primeros componentes que se mencionan es, como podemos ver, el que corresponde a los procesos de lectura, para el que se identifican dentro de éste, un listado de nueve competencias (PEP 2011) que deben ser adquiridas a lo largo de tres años de educación preescolar o al menos, bien encaminados para continuar con el seguimiento de las mismas en educación básica –primaria-. Dichas competencias incluyen selección, interpretación y comprensión de diferentes tipos de textos, sus componentes e imágenes. Desde primer grado, éstas competencias inician su desarrollo en cada niño, pues aunque sean pequeños desde tres años de edad, es el momento perfecto para hacerlos adquirir confianza para expresarse de manera oral, que descubran el gusto por la lectura, apreciando diversos tipos de textos, que los manipulen y conozcan, que lean las imágenes para crear sus propias historias con base en lo que ven, que desarrollen su capacidad imaginativa y así, aprendan a vivir en sociedad. “Con el lenguaje, el ser humano representa el mundo que le rodea, participa en la construcción del conocimiento,


organiza su pensamiento, desarrolla la creatividad y la imaginación, y reflexiona sobre la creación discursiva e intelectual propia y la de otros” (Guía para la educadora, 2011, -SEP-). Las actividades que se crean son muy variadas y van desde actividades grupales, en pequeños conjuntos y de manera individual, todo con el objetivo de que cimienten un aprendizaje en valores, que sepan actuar con ayuda, pero sobre todo con autonomía. “Los procesos de desarrollo y aprendizaje infantil tienen un carácter integral y dinámico basado en la interacción de factores internos (biológicos y psicológicos) y externos (sociales y culturales)” (Guía para la educadora, 2011, SEP-). Entonces, el seguimiento en segundo grado es vital para el desarrollo de este tipo de competencias, adquiriendo peldaños de dificultad, comenzado con las grafías escritas y reconocimiento de su nombre, además la creación de sus propios textos. Es evidente que no podemos esperar que todos sus guarismos tengan sentido para nosotros, pero aun cuando carecen de comprensión, al pedirles que lo expliquen, podemos dar cuenta de los avances que han tenido, en la manera de expresarse, el lenguaje que utilizan y cómo socializan con los demás. Ya en tercer grado, aun cuando no sea obligatorio que los niños aprendan a leer como tal, el avance que existe en este campo es asombroso, pues ya conociendo los sonidos de las letras y hacer uso de ellos en diversas actividades, se encuentran en condiciones de aprender mucho más, proceso que se ve muchas veces interrumpido por el poco compromiso de los maestros de primaria, que, sin saber nada de ellos, quieren imponer sus propios estilos de enseñanza, antes de adecuarse a sus estilos de aprendizaje. En cuanto a la producción de textos escritos, es en lo concerniente a la distinción de diversos tipos y el lenguaje que se utiliza en ellos. Desde primer grado, se fomenta, pues aunque no sea propiamente con palabras, los niños, muchas de las ocasiones, comunican su sentir y con ello sus emociones mediante dibujos u otro tipo de producciones que plasman en papel, donde los colores, tamaños y hasta formas dicen mucho de lo que piensan, por lo que es muy importante saber


interpretarlos, jamás quitarles mérito, pues son una fuente muy importante de información. “Para las niñas y los niños la escuela constituye un espacio propicio para el enriquecimiento del habla y, en consecuencia, el desarrollo de sus capacidades cognitivas mediante

la

participación

sistemática

en

actividades en que puedan expresarse oralmente; que se creen estas situaciones es muy importante para quienes provienen de ambientes en los que hay pocas oportunidades de comunicación e intercambio” (GuÍa para la educadora, 2011, -SEP-). En segundo grado, podemos ser partícipes de un gran avance, cuando comienzan a reconocer las letras de su nombre en diversas palabras o textos y están conscientes del uso y función de los mismos, por lo que ya en tercer grado, son capaces de crear sus propios escritos o formar palabras que tengan sentido para nosotros. Encontramos que, para la producción de textos orales y participación en eventos comunicativos, es una de las competencias que más se favorecen en todos los grados, por lo que se les pide que expliquen los trabajos que realizan, que comenten acerca de lo que piensan o creen, que participen como maestros de ceremonias en honores a la bandera, etc. Son infinidad de actividades con las que podemos propiciar que se comuniquen, pues es de vital importancia el saber su sentir sobre sus emociones. “Es importante que durante la jornada el docente ofrezca al grupo tiempos y momentos específicos que favorezcan la narración de sucesos de la vida cotidiana, expresar estados de ánimo, sentimientos, opiniones y preferencias, entre otros. A fin de promover y ampliar la participación del grupo, es importante que el docente manifieste actitudes de atención e interés en escuchar a los niños” (Guía para la educadora Primer grado, 2011, -SEP-).


Para que un niño aprenda, intervienen infinidad de factores, entre ellos y uno de los más importantes es su estado de ánimo. Es importante recibir los niños en la puerta del aula, para poder examinar cómo se sienten anímicamente, pues un niño feliz es un niño que aprende más, mientras que si está triste o preocupado, pensando en varias cosas a la vez, no le permite concentrarse en adquirir nuevo conocimiento. En educación preescolar, nos interesamos no sólo porque el niño aprenda, sino que se encuentre en las mejores condiciones para que pueda seguir aprendiendo a todo momento y en cualquier lugar, no sólo en el aula de clase. En cuanto al conocimiento y función del uso del lenguaje, se pretende que el niño comprenda el uso el tiempo y espacio y que sepa que existen otros idiomas, capacidades que pueden ser identificadas aún más en segundo y tercer grado, aunque eso no significa que no haya indicios del mismo en el primer ciclo escolar, pero es posible ver su evolución, cuando dejan de referirse a ayer como mañana o cuando escriben textos que saben que no comprendemos y hacen alusión a que está en otro idioma, cuando inventan sus propias palabras, etc. El último apartado se refiere a las actitudes hacia el lenguaje, que es una de las competencias que más se notan en los niños de ésta edad, pues como se conoce, es la etapa de los ‘por qué’. Están conociendo aún el mundo, por lo que saltan en su mente infinidad de preguntas, las cuales corresponde a la educadora conducir por buen camino, más nunca aniquilar, porque la curiosidad, es una de las cualidades más maravillosas en el aprendizaje, ya que quien siempre es curioso, siempre querrá aprender, por lo que siempre buscará el conocimiento. Como podemos observar, el trabajo con este conjunto de competencias, no se da de manera fragmentada, es decir, se puede trabajar en varias competencias a la vez, pues todas van encaminadas a un mismo fin, por lo que podría afirmar sin temor a equivocarme que todas las actividades, aun cuando estén enfocadas al desarrollo de una competencia, trabajan de manera indirecta todas las demás, es un proceso paulatino, que va de la mano, todo estratégicamente entrelazado, y que va aumentando su complejidad con el paso de los años.


“Asimismo, al participar en experiencias educativas, las niñas y los niños ponen en práctica un conjunto de capacidades de distinto orden (afectivo y social, cognitivo y de lenguaje, físico y motriz) que se refuerzan entre sí. En general, y simultáneamente, los aprendizajes abarcan distintos campos del desarrollo humano; sin embargo, según el tipo de actividades en que participen, el aprendizaje puede concentrarse de manera particular en algún campo específico” (Guía para la educadora, 2011 –SEP-). La importancia del seguimiento de los aprendizajes en casa es vital, pues el niño necesita saberse querido, que lo que hace le importa a quienes a él le importan, para dotarse de esa confianza necesaria para desplegar al máximo sus capacidades. Es aquí donde se recalca la importancia que tienen los padres de familia en el aprendizaje del niño, es el motivo de las tareas, pues además de reforzar aprendizajes, dan cuenta clara a los padres de lo que los educandos están aprendiendo y el cómo lo están aprendiendo, por lo que ser partícipes en las actividades de sus hijos marca grandes diferencias. Así pues, la educadora, junto con la institución, son responsables de incluir a los padres en el aprendizaje de sus hijos. Nuevamente he decidido hacer hincapié en la importancia del trabajo de la educadora, pues es ella, quien debe crear un ambiente de aprendizaje agradable a la diversidad, pero que sea igual de productiva, aterrizando y adecuándose a las necesidades de los niños. Por lo que nuestro trabajo no se limita a la simple ‘transmisión del aprendizaje’, sino que es guía; escucha y atiende a sus alumnos, con la intención de conducirlos a su propio aprendizaje. “En los procesos de enseñanza aprendizaje, cobra gran relevancia promover ambientes e interacciones de confianza y bienestar que permitan a los alumnos encontrar el gusto y la satisfacción por aprender” (Guía para la educadora Primer grado, 2011 –SEP-). Así, las guías de la educadora (1, 2 y 3) son un importante apoyo para la organización de las clases, pues además de ofrecer valiosos ejemplos que pueden ser adaptables a cada grupo, nos ofrecen maravillosas claves que fortalecen los


aprendizajes de los educandos, pues como es bien sabido, para los niños, no hay mejor manera de aprender que estar en contacto directo con las situaciones de su entorno, y en el enfoque por competencias, es justo eso lo que se pretende, que se aprenda mediante la manipulación-acción. Cabe recalcar que, ningún niño es igual, por lo que la diversidad de grupo es siempre impredecible, lo que significa que lo que puede necesitar un grupo o lo que funciona para que ellos aprendan, nunca se da de igual manera para todos. Aquí es donde tienen cabida los estilos de aprendizaje y las inteligencias múltiples, y la imperiosa necesidad de utilizar siempre todos los estilos y atendiendo a todas las inteligencias, pues la rutina termina aburriendo a todo ser humano, por lo que sorprenderlos, es la mejor manera de enseñar. “El docente juega un papel relevante en la creación de un ambiente en donde cada uno de los alumnos se sienta incluido y aceptado. El manejo de las diferencias es un reto que el docente enfrenta, y es importante que esté atento y trate de reconocer las posibilidades de cada niño o niña, para propiciar la inclusión desde el aula” (Guía para la educadora Tercer grado, 2010, -SEP-). Enseñar, una palabra que a pesar de ser corta, encierra demasiado. La necesidad de formarnos en competencias, para poder ser la clase de educadoras que el país tanto necesita, la clase de educadoras que nuestros niños merecen, ese, es el tipo de formación que quiero adquirir, por lo que no me interesa lo que la gente que desconoce este campo pueda pensar, y no me importa tener que cantar, tirarme en el piso, ensuciarme, o adoptar diferentes personajes, pues podrá no tener sentido para los demás, pero para los niños, es la manera de aprender, así, espontáneamente y sin previo aviso. Estoy consciente que encontrar las estrategias necesarias para atender correctamente a eso que ellos requieren, es un proceso que depende sobre todo de mí, y es algo contra lo que lucho día a día, todo con la intención de encontrar el modo adecuado de darles lo que ellos merecen y permitirles alcanzar el desarrollo de su máximo potencial.


Bibliografía: Secretaría de Educación Pública. (2011). Programa de estudio 2011. Guía para la educadora. Educación básica. Preescolar. México: SEP. Secretaría de Educación Pública. (2011). Programa de estudio 2011. Guía para la educadora Primer grado. Educación básica. Preescolar. México: SEP. Secretaría de Educación Pública. (2010). Programa de estudio 2010-2011. Guía para la educadora Tercer grado. Educación básica. Preescolar. México: SEP.


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