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Con quis tado res de olas chapinas Texto: Lucía León / Fotos: Jorge Rodríguez
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Cada fin de semana un grupo de surfistas cambia la ciudad por la playa para avanzar sobre las olas del mar en la costa guatemalteca. Las mañanas del domingo no se hicieron para dormir hasta tarde. El reloj marca las seis de la mañana cuando Melissa Ríos y Antonio Ramírez están a punto de terminar un ligero desayuno con vista al mar. El siguiente paso es iniciar una sesión de calentamiento antes de continuar con la rutina surfer. Ellos son tan solo dos de decenas de jóvenes surfistas que madrugan cada fin de semana para practicar un deporte cuyo origen se remonta hasta finales del siglo XVIII. La temperatura es elevada en la Playa del Puerto de Iztapa, Escuintla, donde los veraneantes reciben un intenso baño de sol, los vendedores alistan sus productos y los pescadores prueban suerte sentados en la orilla del rompeolas. En esta rutina dominical también hay un grupo de intrépidos surfistas que reman varios metros para alcanzar las olas perfectas y empezar la jornada. El tiempo es valioso, pues las mejores horas para surfear son las primeras de la mañana. Es por eso que todos quieren aprovechar el tiempo para disfrutar la marea y ser libres aunque sea por unos segundos. Aunque a primera vista pareciera que este deporte es pan comido, hay varios detalles detrás de un estilo de vida que gira en torno al mar. “Nadie te juzga cuando estás entre las olas; puedes ser vos misma y eso es lo que me gusta del deporte”, comenta Melissa mientras le aplica un poco de cera a su tabla. Este material le será de mucha utilidad porque sirve para evitar que los pies se resbalen sobre la tabla. También es necesario mantener una dieta sana y una rutina deportiva. La pasión que ella siente por el deporte es tanta, que durante los primeros meses de práctica aprovechaba los días libres que tenía entre semana para tomar el primer bus que saliera de la capital rumbo a Escuintla y surfear desde las siete de la mañana. Al poco tiempo después su horario laboral cambió y ahora puede dedicarle el fin de semana al surf. Para Antonio, cualquier momento es ideal para practicar el equilibrio e incluso podría pasar horas viendo vídeos en Internet para aprender de otros surfistas profesionales. De lunes a viernes ambos atienden sus actividades laborales pero empacan las maletas y viajan al puerto cada sábado.
Una buena costumbre es chequear el pronóstico del clima y del mar para saber cómo estará soplando el viento y si la marea estará baja o alta.
Mayo 2013 • w w w.inside.com.gt
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El primer paso La mayoría de surfistas se inician en este deporte al observar a amigos desafiando las olas. Es así como poco a poco la disciplina los fue conquistando y ahora aseguran que no podrían abandonar este estilo de vida. Por ejemplo, Ito Rodríguez empezó a surfear a finales de 2007 con una tabla que un amigo tenía en su casa y que casi no usaba. La adrenalina que siente al enfrentarse cara a cara con el mar es la mejor sensación que ha experimentado. No todo es miel sobre hojuelas, pues también deben enfrentarse a riesgos como golpearse con el reverso de la tabla, ser alcanzados por una medusa o nadar demasiado cerca de un tiburón. Ito también señala que puede suceder que el surfer se corte con las quillas, que son como pequeñas aletas debajo de la tabla en la zona de la cola y permiten que esta se agarre a la ola y no derrape. Gabriela Castillo, mejor conocida como Baby G, siempre había querido surfear pero no fue sino hasta hace cinco años que tuvo la oportunidad de apuntarse a un surf trip que le cambió la vida. La energía del mar y adrenalina se combinan de tal manera, que ella no pudo resistirse a un estilo de vida que “te demuestra que las cosas simples son las que te llenan”, agrega. Baby G asegura que para empezar a surfear es mejor contratar a un instructor que pueda brindar atención personalizada. Acto seguido, rentar o comprar una tabla larga para facilitar el aprendizaje porque tiene una mayor superficie en contacto con el agua y será más fácil mantener el equilibrio. Sin embargo, será más difícil girar y maniobrar que con una tabla corta como la que usan los surferos de nivel intermedio y avanzado que quieran hacer maniobras sobre olas pequeñas y medianas. El bloqueador para el sol es otro elemento que no puede pasar por alto al empacar los implementos.
La época de verano es ideal para aprender a surfear porque las olas son más pequeñas y aptas para principiantes.
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Según indica Ito, las mejores playas para practicar este deporte en Guatemala son las de Iztapa y Champerico, que tienen olas de clase A. Además, el país cuenta con una gran variedad de beachbreaks que cuando están funcionando, no tienen nada que envidiarle a las de otro lugar del mundo. Baby G sugiere visitar El Paredón, El Punto y un sitio al lado del muelle del Puerto San José. Asimismo, puedes visitar Las Lisas, Hawaii, La barrita, Sipacate, La Emaplizada, Tecojate y Tulate. Otra buena costumbre es la de chequear el pronóstico del clima y del mar para saber cómo estará soplando el viento y si la marea estará baja o alta. Pero sobretodas las cosas, lo más importante es pararse sobre la arena con muchas ganas de pasar un buen momento. Experimentar la adrenalina al avanzar de pie sobre las olas es la motivación que atrae cada fin de semana a la comunidad surfer de Guatemala.
Eventos en Guatemala
El secreto está en la práctica De acuerdo con el surfista Cali Muñoz, quien es parte del Red Bull Team Costa Rica, la mejor receta para conquistar las olas es estar en armonía con el mar y dedicarle suficiente tiempo a la práctica. Los mejores lugares para surfear son playas en las que la espuma de las olas sean blancas y de menor tamaño. La paciencia será la mejor aliada de un novato, quien debe enfrentarse a caídas continuas e interferencias en el mar. Las diferentes condiciones climáticas son el principal reto que siempre se debe vencer. “Las olas grandes siempre crean nerviosismo pero es algo que cada surfeador tiene que controlar para lograr el desarrollo personal”, añade. Antonio también aconseja arrancar con un día en el que las olas sean pequeñas y lleguen a la rodilla o la cintura. Saber flotar es indispensable para acercarse con más confianza al mar. Una tabla larga es suficiente para aprender pero conforme pasa el tiempo, será necesario ir adquiriendo más tablas que se acoplen a los diferentes tipos de olas y disciplinas del deporte. Por ejemplo, Antonio cuenta con cinco tipos distintos de tablas que debe cambiar cada cierto tiempo para contar con un equipo adecuado.
La Asociación Deportiva Nacional de Surf organiza un Ranking Nacional con competencias en las playas del país. Los próximos eventos serán el 18 y 19 de mayo en La Dársena Champerico, y el 27 y 28 de julio en la playa Tulate, Retalhuleu. La primer competencia fue en marzo. Lo ganadore de las diferentes ramas fueron: Cindy Lone (Damas), Amos Rivera (Open), José García (Junior 16), Miguel Castillo Pimentel (Junior 18), Kevin Lapop (Body Board), Obed Rivera (Long Board) y Daniel Rivera (Másters). Para mayor información puedes visitar asosurf.com.
Temporadas Las olas son influenciadas por el sol y la luna, la cual tiene mayor incidencia en la marea y propicia olas de mayor tamaño cuando se acerca a la tierra. La mejor época para principiantes es la de menor oleaje, que se desarrolla entre noviembre y febrero. También puedes tomar en cuenta los días durante el cuarto menguante y creciente de la luna. Si en cambio, tu te encuentras en un nivel más avanzado, probablemente te sientas atraído por olas más retadoras. Para ello deberás visitar la playa a mitad del año, cuando la tierra se acerca más al sol y durante la luna nueva o llena.
Una tabla larga es suficiente para empezar a aprender pero conforme pasa el tiempo, será necesario ir adquiriendo más tablas que se acoplen a los diferentes tipos de olas y disciplinas del deporte.
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