PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
04 de Junio de 2023
“La fe de Pablo "
Prédica dominical del pastor Ock Soo Park
"La fe de Pablo ”
¿Cómo están? Vamos a leer la palabra de la Biblia: el libro de Hechos, 13. Vamos a leer desde el versículo 1.
1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
4 Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
5 Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante.
6 Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios.
8 Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.
9 Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos,
10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
11 Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.
12 Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.
Hasta aquí hemos leído. En el año 1962 yo creí en Jesús y obtuve el perdón del pecado. Cuando creemos en Jesús y obtenemos el perdón del pecado hay, claro, varios casos. Después de que termina el culto hay veces que hablamos con el ministro y recibe uno la salvación. En el tren, cuando alguien predica, a veces recibe la salvación. Aceptando el evangelio, aceptando el perdón del pecado, no es que se abren los ojos, no es que el cuerpo crece o se hace pequeño o cobra algún dinero, no, no hay absolutamente ningún cambio pero algo maravilloso: el poder maravilloso del Señor que no se puede expresar por la palabra, empieza a trabajar en nosotros.
Cuando fui a Apgokdong, había una persona a quien prediqué. Era la primera persona a la que yo prediqué y había recibido la salvación. Yo estaba leyendo la Biblia y al lado de mi habitación había una sala; la dueña de la casa siempre fumaba en la sala. En el campo uno no puede comprar cigarrillo. Ella cultiva el tabaco y esa hoja la secaba y la frotaba y luego la enrollaba en el periódico y lo pegaba y fumaba de ello.
—Señora, ¿por qué fuma tanto? –yo le decía–. Especialmente el periódico es muy malo para el cuerpo –siempre le decía eso.
—Ay, joven, usted no conoce nada. No puedo dejar de fumar.
Ella fumaba de esa manera. Ella era una señora muy buena. Aparte de que fume, todo era muy bueno en ella.
—Por favor fume de que fume pero un poco menos.
—Ay, es porque tú no sabes, muchacho.
Un día alguien vino a la habitación en donde ella estaba. —¿Estabas bien?
—Sí, sí, estuve bien.
—¿Qué tal? ¿Vendes bien?
—Más o menos.
La amiga, la nueva persona le dice:
—¿Alquilaste tu habitación?
—Sí, vino un evangelista de la iglesia.
—El evangelista ¿de dónde vino él?
—Vino de Daegu.
—¿Hay alguien que cree en Jesús?
—Vienen algunos niños.
Yo oí la plática y sentía. “Ah, ella es una persona que lleva la vida de fe”. Llevé la Biblia.
—Señora, ¿usted cree en Jesús?
Ah, ella me dijo que no. Escándalo, decía que no, no. Ese día era la primera persona que recibió la salvación después de que yo le prediqué. La hermana Son, ella vivía en Japón, hacía poco que vino a Corea y su coreano no era tan bueno. Su marido era ciego y vivía en el pueblo de su familia. El evangelio que yo había anunciado no sabía que era tan poderoso. Esta señora todos los días empezó a cambiar; verdaderamente, de manera maravillosa cambiaba. Todos los días yo le evangelizaba. En ese pueblo hay muchos demonios. Había 40 casas y ellos servían a los demonios en esas casas. Esta hermana vino a la iglesia, recibió la salvación y realizando la obra en la iglesia ocurrían maravillas. Luego ella echó todo su corazón hacia mí. Ella vendía todo el día y de tarde venía a la casa y hasta tarde teníamos estudio bíblico. Teníamos esa relación tan cercana (no estábamos ni tan cerca). A la mañana venía con la comida ella, corriendo. “Ayer me fui muy tarde. Me encontré con la comadreja. Escándalo”, me contaba ella.
Verdaderamente, cuando el evangelio entró dentro de nosotros, yo cuando creí en Jesús, cuando yo obtuve el perdón del pecado creyendo en Jesús… Señores, ese perdón del pecado, ese Jesucristo es maravilloso, grandioso, es inmenso más que cualquier otra persona; no se ve ante los ojos, no se puede tocar. “Sí, obtuve el perdón del pecado”. Uno hasta ese punto nada más conoce. Si ese periodo viene y muchos son destruidos y uno cae, imagínense que uno va al cielo. ¿Con qué podrían expresar todo eso? Obteniendo el perdón del pecado, Jesús vive dentro de nosotros. Ustedes considerando poca cosa a Jesús,
no aceptando a Jesús, después de recibir la salvación es porque conocen solamente la teoría pero realmente si dentro de ustedes Jesús está presente, mediante Jesús la vida de ustedes, el cuerpo de ustedes puede vivir por Jesús; no se imaginan lo maravilloso que viene a ser eso.
Ayer fui a un evento grande en la escuela Daedeok Lincoln. A la mañana me dijeron que vaya a las 10. Me levanté temprano y partí a las 5 de la madrugada. Nosotros allí, días como ayer, ya que es un poquito bullicioso fuimos con la furgoneta. El ministro Han manejó y hay dos hermanos del seminario que tienen mucha edad. Con el matrimonio de ellos, yo entre seis, fuimos. Nosotros fuimos a Daedeok, tuvimos el evento, almorzamos. Del ayuntamiento de Kimcheon habían venido para dar el mensaje de felicitaciones. Almorzando empezamos a leer y compartir la Biblia. Ese empleado se asustó y me oía a mí. En ese momento no había tiempo de contarle todo y yo le prediqué la palabra y luego vine. Si recibimos la salvación, ustedes, bueno, saben hasta el punto en que si recibimos la salvación, iremos al cielo; es cierto que vamos al cielo. Cuando estamos en esta tierra, Jesús está junto con nosotros. Ese Jesús ayer, hoy, hasta por la eternidad es igual; si vivimos junto con ese Jesús, tienen el mismo corazón con Jesús, tienen la fe hacia Jesús. En ese momento, si tienen un mismo corazón con Jesús, Jesús se manifestará mediante ustedes y ustedes serán Jesús pequeño en esta época. Realmente más que una persona con dinero, más que una persona inteligente o que haya recibido educación, ustedes tienen algo más precioso que ellos. Yo después de recibir la salvación he leído mucho la Biblia. Otra cosa, bueno, no había nada que hacer. Leía una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces, 20 veces el Antiguo y Nuevo Testamentos. Verdaderamente yo era un ser sucio, vil, pero me iba cambiando a un hombre completamente distinto a mí. Yo bien no sabía. Como está escrito allá, en 125 países, 622 canales, yo estoy predicando ahora. En este universo ni una persona ha predicado en 622 canales. La vez pasada cuando fui a Latinoamérica y prediqué en una iglesia, el pastor de esa iglesia conocía bien al pastor de Full Gospel, Cho Yonggi. En esa iglesia había un gran canal. Desde ese día, desde el inicio hasta el final transmitían mi sermón. Yo no soy una persona sobresaliente, no soy ni inteligente pero yo cuento a Jesús a quien experimenté, Jesús que cambió mi vida; sí, hablo acerca de él. A toda Latinoamérica, si quiero contar cómo el evangelio ha entrado en esa región, si quiero hablar de cómo miles de pastores han recibido la salvación… Este ser mío es un don nadie pero Jesús que trabaja dentro de nosotros, trabaja de manera maravillosa. En una persona con poder, cuando
hemos obtenido el perdón del pecado, Jesús entrando en nuestro corazón nos hace vivir la misma vida que Jesús y ya todo lo ha preparado. Conociendo a Jesús y la fe en Jesús mientras que va creciendo, cambiando…
Ayer yo terminé el evento de Daedeok y les dije a los hermanos: “Vamos al campo de melones en donde está el anciano”. Comíamos el melón y los nativos de Filipinas estaban trabajando aquí. En Corea es bien difícil conseguir a gente que trabaje pero gente de Filipinas, recibiendo la ayuda del gobierno, venía y ellos trabajaban en el cultivo de melones. El anciano era el dueño del campo. Estas personas, viniendo, trabajaban y simplemente eran personas que trabajaban hasta un cierto punto y así. Mucha gente joven de Filipinas que trabajaba allí, recibiendo la salvación, se ha convertido en un hermano nuestro. Anteriormente cuando dejaban de trabajar ya ellos descansaban pero ellos cambiaron. Yo les dije a ellos: “No vengan solamente ustedes, traigan a toda su gente, seguramente Corea va a ser un país mucho mejor para ganar dinero en comparación a Filipinas. Aprendan coreano desde ahora. No vayan a Filipinas, vivan en Corea, no importa. Cásense con gente coreana, yo les voy a presentar”. Ellos estaban felices. Era un hermano, era una hermana. Al comienzo trabajaban solamente en algo pequeño pero ahora ellos trabajaban como si fuera su asunto. Verdaderamente en ellos después de que Jesús entró, de manera maravillosa se veía que trabajaban. Llamando a Filipinas: “Ay, llame a otros amigos de allá. Aprenda rápido el coreano. Corea es un lindo país. Vivamos juntos en Corea; sí, trabajemos juntos en la iglesia”. Estaban felices. Estábamos tan agradecidos ante el Señor; no podía ser suficiente expresarlo por la palabra.
Cuando yo pensaba en muchos ministros del evangelio creyendo en Jesús, cómo Jesús trabaja en medio de nosotros. Si trabajamos con el mismo corazón que Jesús, desde ese momento ustedes no son pastores, no son ministros, no son personas comunes sino que se hacen Jesucristos mismos. En el año 1962 después de que obtuve el perdón del pecado yo leí la Biblia. Era completamente diferente leer la Biblia antes y después de recibir la salvación. Vaya al país que vaya, cuando yo predico la gente se asombra. “Jamás he podido escuchar una palabra así. Cuénteme más”. “Sí, por favor encárguese de toda nuestra iglesia; enséñenos”. Lo que Jesús hace es algo que no se puede comparar con lo que tenemos; es grandioso, es precioso. Ustedes están ocupados en su vida, están ocupados en el placer, en sus cosas, pero no conociendo el corazón de Jesús, no unen el corazón con Jesús. Dentro de nosotros digamos que tenemos estos y aquellos problemas. Yo a menudo, yendo
junto al Señor, en esta ocasión cuando yo me operé sentía mucho agradecimiento al doctor; verdaderamente me trató tan bien, entonces yo le di el libro Despojándose del pecado.
—Doctor, gracias porque usted me ayudó muy bien. Es un libro de la vida de fe. A ver, léalo.
El doctor ¿qué dijo?
—Yo no creo en Jesús. Yo le voy a llevar a mis padres que creen con empeño.
—Sí, haga así –le dije–. Si necesita más, le puedo dar más; tengo otros libros más.
Yo tengo duda; si sus padres han leído el libro, cómo habrán reaccionado. Leyendo ese libro tengo mucha duda. Los libros que hemos escrito son palabras del Señor. Cuando yo me imagino cómo cambiarán, realmente estoy muy agradecido. Al tercer día después de operarme, tenía que realizar la campaña. Sentía mucha carga pero “si es Dios, yo podré realmente hacer todo esto”. Al día siguiente no me sentía muy bien. Parecía que comí mucho y no comí el almuerzo. Comúnmente si no como una vez, a menudo ocurren dos, pero ya que realmente me sentía muy frágil, me moría de hambre. En ese momento cuando suelo pasar hambre, cuando no como el almuerzo, suele pasar así. Había cosas que no podía comer. Estaba débil, no podía comer cualquier cosa; no se imaginan cuánto esperé para cenar a la noche porque tenía mucha hambre. Pregunté:
–¿No hay nada? ¿No sobró nada del almuerzo?
–Sí, limpiamos todo.
–Ah, hicieron bien.
No se imaginan lo agradecido que me sentí comiendo la cena. Antes de ir a la campaña me preparaba y yo realmente necesitaba mucho tiempo. Rápidamente me iba y cuando el coro bajaba, al momento subí al escenario. Luego cuando me puse en el escenario, Dios me daba la palabra. Realmente veía cómo los espectadores cambiaban. “Señor, un ser como yo, ¿qué soy? ¿Cómo es que usted hace esto en mí?” Sea quien fuera,
cuando obtiene el perdón del pecado, dentro de ustedes viene Jesús y cuando ustedes tienen un mismo corazón con Jesús, ustedes se convierten en un Jesús pequeño. Obteniendo el perdón del pecado estoy feliz, contento. Cuando acaba así y viven conforme al mundo, se hacen hombres del mundo pero en su corazón cuando añoran, creen en el Señor y la fe entra en ustedes. Ese Jesús que está en ustedes, mediante el corazón de ustedes, cuando empieza a manifestarse el Señor, por más que sea un pandillero cambiará recibiendo la ayuda y así surgirá la manifestación.
Una vez en el canal Geuktton tenía que hacer la transmisión y en la cárcel de Suwon me llamó a mí el encargado de la Educación. Oyendo mi prédica dijo: “Ah, quiero oír más la prédica de esta persona”; él dijo eso. Había venido una encomienda y había una carta enviada al pastor Ock Soo Park. Preguntó a esa persona que recibió la encomienda:
—A Pastor Ock Soo Park ¿tú conoces?
—Sí.
Mediante él me llamó y me pidió predicar en la cárcel de Suwon. Estaba pero tan feliz. Yo durante seis meses realicé el estudio bíblico en Suwon. Miles de personas iban cambiando; estaba muy agradecido ante Dios. Nosotros cuando construimos la casa de retiro de Daedeok, ahora tenemos un edificio pero en el pico no teníamos absolutamente nada. “Nosotros podemos construir algo pequeño aquí, como un huerto”. ¿Qué dijo esta persona? “Ah, no hay ningún problema, háganlo”. Sí, hicimos algo pequeñito como una choza. Una persona pasó y denunció esto. Escándalo en el ayuntamiento. Él podía hacerse como que no vio nada. Teníamos que derrumbar todo. Yo dije que no. Un hermano que pasó me dijo a mí:
—Pastor, en adelante tenemos que trabajar con el ayuntamiento de Kimcheon. ¿Qué tanto si nosotros desarmamos todo eso?
—Bueno, desarmen todo –dije yo.
¿Qué ocurrió? En la cárcel de Suwon tanta gente obtuvo el perdón del pecado y estábamos felices. Mirando eso, a cada una de las personas yo empecé a hacerles casar a ellos. Realmente ellos lloraban cuando se casaban pero había uno que no recibió la salvación. Era el más inteligente de todos, siempre trataba de enseñar a todos. Yo, bueno, pospuse el matrimonio de él. “Pastor, permítame que me case”. Era muy especial. Máximo iba a vivir un mes si se casaba, entonces la vida de fe tenía que ser necesaria. Esta persona tuvo rencor. Todos se habían casado pero: “¿Por qué? Ah, ¿por qué él me trata así?” Yo dije: “Cuando mejore tu vida, será bueno que te encuentres con una hermana”. Me dijo que quería trabajar en Daedeok. “Sí, ve a trabajar”. Él se fue y él buscaba todo lo que era ilegal. Habíamos cortado un árbol para hacer un lugar en donde dormir al aire libre y él denunció eso. Él lo denunció a la fiscalía y al ayuntamiento de Kimcheon. Él dijo: “El ayuntamiento de Kimcheon ahora recibió la coima y ellos permitieron que se corte el árbol”. Yo había dicho cuando el ayuntamiento dijo: “Desarmen, dejen” pero luego el hermano dijo así y yo dije: “Bueno, vamos a desarmar”. Luego pagamos 200 dólares por haber cortado un árbol. Antes de desarmar, nosotros tomamos la foto y después de desarmar tomamos la foto. Hemos transmitido toda la información al ayuntamiento y la fiscalía al día siguiente había venido al ayuntamiento. Este hombre estaba rencoroso porque a todos los hicimos casar menos a él. Me pedía:
—Por favor permita que me case.
—El casamiento no es lo importante. Tú debes tener una vida de fe, no vas a poder perdurar ni un mes con ese carácter que tienes.
Esta persona tuvo rencor hacia mí y me denunció ante la fiscalía. El fiscal llegó hasta el ayuntamiento de Kimcheon y dijo:
—Ya, ustedes confiesen. Ustedes recibieron coimas. Sé que comieron dinero. Sí, vine con la información.
Los empleados dijeron:
—No comimos nada de dinero.
A los empleados les decía el fiscal:
—Ah, tú sabes todo, pues.
¿Cómo, sin haber comido el dinero, cómo podrán decir?
El fiscal se enojó.
—¿Ustedes saben algo de la Misión Buenas Nuevas?
—Sí.
—¿Verdad que ellos construyeron un edificio ilegal?
En ese momento el empleado estaba tan, tan agradecido ante nosotros.
—Ah, es eso. ¡Sí hay! –le dijo él.
—¿Qué hicieron con ello?
—Sí, ellos pagaron la multa y desarmaron el edificio. –Le mostró la foto antes y después de desarmar y también ellos dijeron–: Recibimos la multa por haber cortado el árbol. Así el fiscal no dijo nada y se regresó. Le dijeron al pastor Jeong Jun-Oh: “Por ustedes casi se corta mi cabeza pero, ah, muchas gracias”. Le sellaban y así le daban la aprobación en todo; nos amigamos mucho. Había dificultad por cuestiones del terreno pero nuestro cuñado primo vive en Kimcheon. Él era un funcionario en Kimcheon, él tenía poder en Kimcheon. Él dijo: “Él es mi cuñado”. Nos ayudó mucho a nosotros, bastante. Realmente nos sentíamos agradecidos. Había dificultades por el cemento pero nuestra prima vendía cosas de construcción. Le pedí:
—¿Podemos conseguir cemento?
—¿Cuánto necesitan? –ella preguntaba.
—Tanta cantidad necesitamos.
En ese momento había subido realmente el precio del cemento. Perdón pero me decía que vaya a Gangwon-do para recibir el cemento. Le dije a mi prima:
—Gracias por el cemento.
—No, es un negocio esto, yo no te di de manera gratis; conseguí, me han pagado. No hace falta que me agradezcas.
Viviendo la vida ha habido tantos problemas para la construcción. Verdaderamente los empleados del ayuntamiento nos apoyaban. El que uno trate de ayudarnos y el que no trate de ayudar realmente es una diferencia inmensa. En ese entonces realmente nada ilegal hemos hecho después de ello pero el ayuntamiento nos apoyaba. Ese día, de haber desarmado, si tardábamos un día, dice que era como que hayan recibido coima y le iban a echar de su puesto pero cuando le mostró las pruebas a la fiscalía realmente estaban felices los funcionarios. Hemos estado muy agradecidos, no conocíamos ni la ley de construcción, no sabíamos ni cómo construir, no sabíamos nada. Construimos la casa de retiro. Dios nos ayudaba en uno por uno y estábamos muy agradecidos. Luego ¿cuál era el problema? El edificio es tan grande, realmente era inmenso el edificio, no podíamos realmente subir eso mediante el hombre, necesitábamos la grúa y el camino no era para la grúa. La mitad teníamos que fijar y por otro lado teníamos que subir y en el aire teníamos que conectar ambos lados. Los empleados se asustaban. “Pastor, usted es un carpintero. ¿Cómo es que pensó en esto?” En el ayuntamiento habían dicho que no se puede hacer un camino afuera desde el cuarto piso. Nosotros hicimos un camino para que de afuera uno pueda entrar al cuarto piso. “¿Por qué impiden esto?”, decíamos. “Imagínense cuando haya incendio o haya algún accidente: uno puede escapar así y es fácil de salir, pues”. Ellos al comienzo dijeron que no pero después dijeron: “Ah, sí” y nos dieron la aprobación. Realmente uno puede subir y entrar directamente del cuarto piso y es perfecto.
Somos un don nadie pero Dios nos ayuda a nosotros. ¿Yo soy una persona que alguna vez ha predicado? Soy una persona que nada ha podido hacer pero tengo que predicar. ¿Cómo habré empezado? Imagínense al comienzo cuando uno empieza a evangelizar, cuando uno pastorea: “Yo no soy digno de ser pastor”, siempre decía eso pero Jesús que está dentro de mí, estando vivo en mí me ha permitido todas las cosas.
En el estadio Jeju, terminando el seminario me conmoví demasiado. Tanta gente que había venido se maravillaba y había recibido la salvación. Por último teníamos la conferencia de prensa. Me dijeron para que vaya. “¿No puedo ir un poco lento?”, pregunté. Yo fui cuando eran como las 3, cuando iba acabando. Cuando llegué allí, adelante estaban los pastores que vinieron del exterior. Ya ellos estaban sentados en el frente. Los periodistas se dieron cuenta de que no eran simplemente pastores, que eran
pastores líderes que tenían la función de presidentes de dominaciones. Ellos decían que vinieron para aprender y ellos decían que era un momento inolvidable el momento que pasaron aquí a nivel del mundo entero. La semana que viene tenemos, bueno, el taller para los funcionarios. “Envíenlo”, yo decía. Continuamente estamos entre mil millones. “Por favor queremos que nos den el taller del intelecto”. Tenemos realmente a funcionarios y ellos quieren que les enviemos a gente; estamos enviando. En adelante en nuestra Misión vamos a usar dinero. Todos los que vengan a recibir la educación, que vengan solamente con el ticket, que vengan muchos. Sí, vamos a enseñarles. Era muy, muy bueno cómo Dios trabajaba. Yo realmente era un don nadie. No tenía mi propio camino. Hacer lo malo, robar, mentir, eso era lo que mejor hacía. Jesús entró luego en mi corazón. Con la sabiduría, a un mundo espiritual que yo no podía alcanzar el Señor me iba llevando; no me llevaba con las garras sino que me llevaba tomándome la mano y yo quería derramar las lágrimas. “Ah, es esto, nuestro pecado ha sido lavado”. En Levítico 4, leyendo acerca de la ofrenda de expiación: “Ah, claramente está escrito así pero ¿por qué la gente no lo sabe?”
En esta mañana leí Hechos, capítulo 13. Es acerca de Pablo. Estuvo en la iglesia de Antioquía. “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Bernabé era una persona que hacía tiempo que recibió la salvación y Saulo hacía poco que recibió la salvación yendo a Damasco. ¿Qué dice? Me eligió desde el vientre de mi madre “y predicando el evangelio se goza en manifestar… Sin opinar ni discutir con otro yo recibí la guía de Jesús”, aparecía eso. Pablo iba a Damasco para matar a los cristianos y se encuentra con Jesús. “Ah, Jesús está vivo, yo no sabía esto”. Pablo realmente, ah, estaba muy adolorido. Luego se encuentra con los cristianos en Damasco.
En el corazón de Pablo ¿qué corazón tenía? “Tengo que predicar este evangelio a personas como yo que no lo conocen”. Dentro de Pablo se levantaba tanto aquel corazón. Algo que nadie pueda hacer en este mundo… Ustedes han recibido realmente una bendición inmensa de Jesús. La gente del mundo va al trabajo, ahora cobra sueldo, ahora
come, vive la vida, envía al colegio a sus hijos y vive la vida y acaba así. Es así pero ustedes, personas que han obtenido el perdón del pecado, abriendo la Biblia ¿qué es lo que el Señor me ha dado a mí? ¿Cómo él desea que yo viva? Si uno va con ese corazón de Dios, se convierte en Pablo. Un día, ¿qué dice aquí? Estaba reunidos. Ahora había entonces en la iglesia que estaba en Antioquia. Dice que “ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Si no hubiesen ayunado, ¿será que ellos habrán podido oír esta voz? Si no hubiesen servido al Señor, ¿será que habrán podido hacer esto? Ellos obteniendo el perdón del pecado, con gozo cuando iban sirviendo al Señor, el Señor les había dado el corazón a ellos dentro y no podían dejar de predicar el evangelio. En Damasco cuando iban predicando el evangelio y trataban de matar a Pablo, cruzó el muro y sobrevivió. Satanás utiliza un millón de maneras para matar a Pablo pero Pablo era un hombre utilizado por Dios.
La mano de ustedes ¿de quién es? ¿Es de ustedes o es de Dios? El pensamiento de ustedes ¿de quién es? ¿Es de ustedes o es de Dios? La vida de ustedes ¿de quién es? Yo verdaderamente era un don nadie, malo, pero delante de Dios yo solamente tuve el corazón que decía: “entregar este cuerpo pequeño”. El Señor me guió y me hizo entender un mundo que no podía entender, me hizo abrir los ojos hacia la Biblia y veía como él trabajaba. Si ustedes son Jesús, han obtenido el perdón del pecado y viven de manera común, son tontos entre los tontos. Dios los ha salvado a ustedes y desea utilizar a ustedes. Si son guiados en ese punto, no es difícil, es leer la Biblia, investigar, aprender un poco la palabra. Si ustedes viven por el evangelio, sí, no digo que no trabajen: trabajen, duerman, sí, hagan otra cosa pero si Dios empieza a guiar a ustedes, Dios no va a permitir que ustedes se dirijan conforme al pensamiento de ustedes. Sea quien fuera, sin excepción, si reciben la guía de Dios y reciben la guía del Espíritu de Dios, viviendo la misma vida, el poder maravilloso de Dios se podrá manifestar y para ello a todos ustedes les dará ese poder Dios. Ahora con formalidad yendo a la iglesia, convirtiéndose en diácono y así, así no, no vivan así, respeten al Señor que está con ustedes. Dejando en un rincón al Señor, haciendo lo que quieran, viviendo como quieran, comiendo como quieran, no hagan así. Si sirven a ese Señor y ustedes aman a ese Señor, el Señor Jesús sujetará el corazón de ustedes y tendrán el corazón de querer predicar el evangelio, tendrán ganas de querer orar.
Hace poco fui como expositor a la campaña de Gwangju. Pastor Kim Ki Sung, sus dos hermanas y su hermano vinieron en busca de mí. Su hermana, cuando pastor Kim Ki
Sung recibió la salvación, en una o dos ocasiones me encontré con ella. Vino a la iglesia de Gwangju y se asustó.
—Ah, yo pensé que Ki Sung estaba en una iglesia pequeñita pero usted le encargó una iglesia tan grande. Gracias –me dijo y me obsequió un sobre–. Gracias porque usted ha formado a Ki Sung.
—Yo no hice nada para formar a pastor Ki Sung. Él recibió la salvación.
Realmente era increíble el hermano Kim Ki Sung. Su hijo, él defecaba en la frazada. Una vez estaba viviendo aquí y él gritaba mucho. Saqué mi cintura, yo ahora pegué la silla con la cintura y se asustó. “Ah, él tiene miedo del garrote. Ahora le vas a educar si defeca en la cama”, yo le dije. La esposa decía: “Ah, ¿cómo va a entender él porque lo eduques así?”
Continuamente él miraba a la mami. Cuando el papá trataba de educarle, entonces sacó a la esposa, cerró la puerta. El niño comía mucho a la noche y dormía. A la madrugada quería ir al baño y sentía fastidio para ir al baño y orinaba, defecaba en la cama. Lo educaron varias veces, le enseñaron varias veces y se pusieron a pensar en la cama. “Ah, siento fastidio, mejor aquí defeco; seguramente papá va a darme paliza”. Entonces como que se levantó y se fue a defecar en el baño. Pastor Kim Ki Sung vino de la hora piadosa y estaba feliz mirando el water. Abrazó al bebé y empezó a llorar. Uno a uno ahora el niño iba aprendiendo, era muy bueno. Comúnmente tiene un coeficiente intelectual un poco bajo pero realmente después llega a entender un poco. Sí, luego hará algo precioso. Un día me dijo: “Ah, pastor, realmente él cometió un desastre. Ah, pastor”. Traje el garrote y traté como que de pegarle a su papá, hacía como que le iba a pegar. “Ah, perdón, perdón”, me dijo el niño. Si le dejamos defecar en la cama, él irá así hasta los 20. Así uno va enseñando a los niños. Nosotros tenemos varios problemas en nosotros. Aunque sea el mismo problema, el que uno domine y el que el Señor lo domine es completamente distinto. Lo que estamos haciendo realmente parece que estamos haciendo bien pero es distinto a Dios. Parece que yo predico bien pero ante la vista de Dios puede ser distinto. Cuando uno mira el corazón del Señor, si ustedes viven la vida siguiendo el corazón de Dios… El hermano Kim Ki Sung es distinto a otros porque sea lo que fuera que yo diga, él lo hace tal como es. “A la
cárcel no vayas solo, lleva a alguien”. Al comienzo fue a la cárcel y le dijeron que no. “Ah, bueno”. Se fue de nuevo.
—¿Por qué usted vino? –le preguntaron y le retaron–. ¿Cuándo yo dije que venga?, sino que, ah, yo dije que no venga.
—Usted me dijo que no venga pero yo escuché como que me decía que venga.
El guardia se rió al final.
—Vamos a entrar –le dijo.
Abrió la puerta de la cárcel. Era algo imposible desde un inicio. Haga lo que yo haga, diga lo que diga, el pastor Kim Ki Sung no me oye a mí sino que oye la palabra de Jesús tal como es. Verdaderamente yo digo: “Yo no puedo hacer así como él, no lo puedo hacer”; es un ser tan precioso. Un hombre así se hace un siervo tan grandioso, incomparable al pastor Ock Soo Park. Cuando le veo se nota en él eso. Cuando le digo algo él hace tal como le digo. En este lado, cuando tenía que construir cerca de aquí, decían que tenían que poner láminas.
—No, no pongas las láminas –le dije a él– no hay razón para que pongas láminas allí porque no tiene planicie y ya que está bajo el agua, el agua en sí le da la presión y es uniforme como va bajando; 5 centímetros de la misma manera baja. Cuando solamente hay peso en un lado se derrumba el edificio.
Necesitaba como más de 100 millones de dólares para poner las láminas. Yo le dije:
—No pongas la lámina.
—Sí –me dijo. Él fue a hablar a la construcción.
—Por favor haga la construcción sin poner las láminas.
—Entonces no nos darán el permiso.
El pastor Kim Ki Sung dijo:
—¿No tendremos el permiso? Entonces no vamos a construir. Pastor dijo que no pongamos las láminas; no podemos poner así las láminas –otros no hacen así–. Pastor, entonces no nos darán el permiso.
“Tratemos de poner la lámina así”, me dicen, pero nadie trabaja como pastor Kim Ki Sung. Pasó una semana y me dijo:
—El arquitecto vino. No puede darnos permiso pero, ah, nos esforzamos y nos dieron el permiso sin las láminas.
Es que solamente en el material gastamos 100 millones. No se imaginan la ración del hombre, de la comida, también gastamos mucho; cuanto más tardaba la construcción, más gastos llega a tener. Después de que pastor Kim Ki Sung hizo así yo dije: “Yo no puedo hacer como él, él es más joven que yo. Ki Sung, tú eres distinto a mí”. Tengo el corazón de respeto hacia él. Contrariamente hay gente que me humilla conociendo solamente dos cositas y eso se nota a leguas, se nota mucho.
Nosotros hemos leído la Biblia. Saulo recibió la salvación como nosotros. El Espíritu Santo dice: Poned a Pablo y a Bernabé y los enviaron a que prediquen el evangelio. Habían predicado el evangelio allí, en los alrededores, luego predicaron el evangelio en Turquía y ahora se están por ir a Roma. En la región Turquía, predicando el evangelio, tenían que ir a Jerusalén y después, cuando estaban ya intentando venir a esa región, Pablo pensaba que si iba allí, jamás iba a poder volver. Toda la noche él predicaba y se cayó un joven, ¿verdad que ocurrió eso también? Es que pensaba que ya no iba a poder ver a ellos y había tantas cosas que quería decirles; ese muchacho revive de nuevo. El mismo Jesús está en ustedes, está en nosotros.
Hemos recibido el perdón del pecado. Leyendo la palabra de Jesús, “cómo el corazón de Jesús” y así, uniendo el corazón de Jesús… Toda nuestra vida entera iba ahora conforme a nuestro gusto, conforme al placer. Realmente es tan distinto cuando uno viene ahora y cuando no viene ahora. Jesús ha derramado la sangre por nosotros. Hasta en lo más pequeño debemos echar el corazón. Echando el corazón, viviendo por el evangelio, viviendo por el Señor y anunciando el evangelio en el que el Señor se goza, predicando el evangelio… Realmente en nuestra iglesia, si uno quiere aprender a evangelizar, hay tanta
gente que puede enseñar y ustedes pueden predicar muy bien. Ya en Año Nuevo cuando los niños vienen a visitarlos, ustedes pueden predicar el evangelio ante la familia. Ah, no se imaginan cómo mi padre no recibía la salvación. Mi padre pensaba que si creía en Jesús no podría tomar.
—No importa que tome.
—¿Cómo entrando en la fe voy a tomar eso? No es posible –él me decía.
Mi padre realmente amaba a su amigo y realmente tanta amistad tenían. “¿Cómo yo voy a ir a la iglesia, tomando? Es que el año que viene mi amigo, ahora su hijo se casará y en ese momento tomaré y después vendré a la iglesia”. Así pospuso durante 10 años. Dios cómo trabajó. Realmente la casa de campo de nuestro hermano estaba ya muy frágil y quería construir una nueva casa. No tenía dinero mi hermano; ahorró un poco de dinero pero nuestro tío de Japón ganaba mucho dinero teniendo su negocio.
—Tío, quiero construir casa. ¿Usted no me podría ayudar un poquito con el dinero?
Sí, él podía ayudar un poquito. ¿Qué tanto? Él vivía en Japón, se había hecho todo un japonés.
—No te puedo ayudar –dijo él. Ah, yo estaba al lado oyendo y como que me sentía raro. ¿Qué tanto si nos ayudaba? Ah, ¿qué tanto? Un poquito, no era ni mucho pero mi tío dijo:
–Pero a cambio, ven a trabajar a nuestro negocio. Yo te voy a pagar tu jornal.
En ese momento era 10 veces más que el sueldo de Corea. En Japón si uno trabajaba durante seis meses, un año, era inmensa la cantidad de dinero que podía ganar.
–Tú eres mi sobrino. Te voy a dar de comer, te voy a dar alojamiento. Ven a trabajar aquí.
Mi hermano fue a Japón. Antes de ir a Japón me llamó.
–Yo estaré como seis meses. ¿Qué tal si tú cuidas a papá?
En Daegu, Padong, aunque era un poco pobre:
–Ah, si en este momento no cuido a mi padre, ¿cuándo podré cuidar a mi padre? –dije yo. A mi padre le encanta la caña de arroz y mi esposa siempre compraba eso. Ya que la esposa del pastor compraba alcohol, ella escondía eso bajo su pollera y le daba a papá. Bien nosotros percibimos que no podía vivir más y él rechazaba todo el evangelio; me dolía mucho el corazón. “Ah, ¿yo cómo podré vivir la vida si papá se marcha sin recibir la salvación?” Yo oré. Al día siguiente papá me llamó:
—Padre de Eun Sook, ¿tú estás afuera? (Él siempre me decía papá de Eun Sook.)
—Sí, padre.
Entré yo, fui con mi esposa. Papá estaba acostado y cuando se levantaba vomitó sangre. Era la primera vez que yo veía eso. En ese momento estaba yo, mi padre y mi esposa. Mi padre vomitó sangre, lloraba. Mi esposa y yo íbamos limpiando la sangre.
—Cuando yo muera me vas a sepultar en el patio en donde está tu madre y al lado de tu madre allí me vas a dejar a mí.
—Padre, cuando usted muera vamos a aceptar como usted nos dice; así vamos a sepultar a usted pero ¿dónde se va a dirigir su alma?
Mi padre temblaba porque vomitó sangre.
—Yo quiero ir al cielo pero es muy tarde.
Suspiraba mi padre. En ese momento, señores, es ideal cuando uno es pastor porque uno puede… Yo prediqué el evangelio. Papá oía el evangelio. “Dios, Jesús, gracias porque usted murió en la cruz por mi pecado”; recibió la salvación. Al día siguiente sabíamos que papá iba a fallecer. “Será muy bueno que papá vaya a fallecer en la tierra natal”. Llamamos una ambulancia y pusimos a papá y fuimos hasta Seonsan. Él se levantó a la mañana y dijo: “Padre de Eun Sook, siempre sufría en la venida de Daegu pero ayer vine en la ambulancia, vine tan tranquilo. Agradezco a Dios. ¿Ustedes pueden orar?” Yo quería derramar las lágrimas. Antes de fallecer, mi padre había dicho que llamemos a cinco amigos. “Yo voy a creer en ese Dios en el que cree el padre de Eun Sook. Voy a reservar los
lugares. Ustedes también, creyendo en Jesús, en el que cree el padre de Eun Sook, vayan felices al cielo”. Papá falleció. Le llamamos a nuestro hermano que estaba en Japón. Realmente no había lugares en el asiento del avión. Vino en el barco y nuestro padre falleció antes de que venga nuestro hermano. Nuestro hermano se puso muy triste. El barco llegó a Busan y antes de que vengan los funcionarios, él quería saltar ya para salir del barco; mi hermano estaba muy triste. No le dije eso a mi hermano pero yo decía: “Yo soy un hijo bueno”. Cierto, ¿verdad? ¿Por qué? Porque es algo que Jesús puede hacer. Permitió que vomite sangre mi padre y cuando vomitó sangre toda expectativa desapareció y todo entraba en él. Recibió la salvación y vivía algunos días y durante ese momento él era feliz. “Canten himnos”, decía. Después de que falleció, mi hermano estaba triste y yo sonreía. Había carne de cerdo y yo decía: “Ay, hermano, está delicioso. Coma uno más”. Comía uno más y él me miraba con una mirada fuerte. “Él dice ser pastor. ¿Cómo puede ser un ser humano?
Ah, si su padre falleció ¿cómo puede decir eso?” Él me miraba así. Yo no estuve triste. “Un ser como yo, siendo hijo de Dios, si ya llevé a mi padre al cielo, yo soy un buen hijo”, dije. Habían ocurrido muchas cosas en mí, cosas que yo no podía hacer. Dios permitió que lo pueda hacer. Desde que papá vomitaba sangre y desde que vino a nuestra casa, verdaderamente calculando todo Dios permitió hasta el punto en que mi padre recibió la salvación. Sea quien fuera, si tiene un mismo corazón con Dios, sea cual fuera la dificultad, la incomodidad, Dios todo lo va haciendo. ¿Sobresaliente o porque predique bien? No, no es por eso. En ningún lugar del mundo se predica este evangelio que tenemos, es la única iglesia que predica esto. Sea cual fuera el pastor, sea cual fuera la iglesia, cuando oye nuestro sermón se asombra. La vez pasada fui a Latinoamérica y predique yo en la iglesia católica. Él no conocía ni coreano y anotó con el coreano y me envió una carta de agradecimiento. Me dijo que vaya rápido. Tengo que volver otra vez para predicar allá. Algo importante: sea quien fuera entre ustedes, sin excepción, la vida de ustedes y la vida de Jesús es distinta. Sea lo que fuera que estén haciendo, si ustedes lo hacen por Jesús, sea lo que fuera hallarán la gracia, la bendición. Ustedes en su vida: “Ah, vivir tranquilo en nuestra vida”; se cautivan así y están apartados de Jesús. Yo antes de obtener el perdón del pecado vivía en oscuridad, vivía una vida sin esperanza y cuando me encontré con Jesús podía entregar toda mi vida a él. Ahora envejecí y estoy canoso, no sé cuánto tiempo
llegaré a vivir más en adelante. El Señor durante mi vejez me acompaña y es maravilloso eso. ¿Ustedes viven por ustedes mismos todavía o viven por Jesús? Amen a Jesús. ¿Cómo es que han recibido la salvación? Desde hoy estudien y aprendan a predicar a otros, aunque sea una palabra digan a otros para predicar. Permitan que el Señor trabaje en ustedes y toda la vida de ustedes el Señor la va a sujetar. Sea lo que fuera que hagan, el Señor les va a ayudar y les dará un fruto precioso. Cuando vayan al reino eterno serán hijos en los que Dios se goce. Piensen en ese Señor que se crucificó por mí; cómo me salvó, piensen acerca de eso, que entregarán lo pequeño ante el Señor. Entregando todo su ser, vivan por el Señor. Dentro de ustedes habrá una manifestación del Señor.
La hermana Son Eul Sun, ella recibió la salvación creyendo en mí. Entró la fe de creer en el Señor; cambió en gran manera. Dejó el negocio. Ella predicó el evangelio. Hasta hace muy poco vivía en Busan en la casa de su hijo. Hablamos así por casualidad de su madre con su hijo. Le dije:
—¿Por qué no me dijiste?
—Pastor, usted no estaba en Corea.
La hermana se fue. Entre las personas con quien me encontré, era la primera vez que conocí a una persona que amaba así a Jesús. Su marido era ciego. Vendía cosas secas y ya que no había billete en el campo, siempre andaba haciendo cambio con ello y traía bolsa de arroz en su cabeza. Un día vino a la casa de la dueña donde yo vivía y recibió la salvación. Una vez ocurrió algo raro. Una persona construyó algo allí. Allí construyó una casa. Ese lugar donde hacían la construcción era donde fue el enfrentamiento de la Guerra de Corea. Allí pusieron los huesos de los soldados de Corea del Norte. Dice que era una cantidad inmensa. Allí habían construido una casa y durmieron el primer día. Dice que la esposa comenzó a gritar: “¡Ah! Alguien viene y continuamente me presiona”. Durante una semana no pudo dormir. Cuando quería dormir alguien venía. “Que tiene que venir alguien que cree en Jesús”, se rumoreaba así. Pudimos usar ese lugar como salón de culto. La hermana Son vino, el demonio se marchó por completo de allí. La hermana, cuando oímos el testimonio de ella era grandioso cómo el Señor nos ayudaba. Eran como 80 casas pero en más de 30 casas servían a demonios. Era un pueblo en donde la mayor cantidad
eran realmente demonios. Creía que cuando no servían a los demonios, ya la mamá de los cerdos le comía todas las crías. Habían recibido la salvación, no podían orar a los demonios. Le pedí a la hermana Son que venga para orar por los cerditos. La hermana Son iba para orar por los cerditos; no pasaba nada. Dentro de muchas cosas hemos visto cómo la hermana era utilizada. Cuando ella falleció estaba un poco enferma. Estaba en la casa de su hijo y así dice que ella falleció. Yo no estaba, no pude recibir la noticia. Le dije a su hijo: “Ah, ¿por qué no me contaste?” Pero realmente de manera bella, de manera preciosa, fiando únicamente por el evangelio se fue hacia el cielo. También su hermano, toda la familia recibió la salvación. Gente endemoniada en el pueblo, gente que estaba con los espíritus, ella iba echando a los espíritus y muchos ministros nacieron mediante ella.
Una persona, cuando entrega su vida al Señor, se hace Jesús pequeño. El apóstol Pablo cuando entregaba su ser al Señor, aunque había mucho sufrimiento, Pablo entró en Roma y Roma cambió a la ciudad del evangelio más grande. Roma empezó toda la evangelización del mundo. De esta manera Pablo era utilizado por el Señor. Delante del Señor, en silencio, oren al Señor. “Señor, entregamos este cuerpo a usted, entregamos esta vida restante al Señor. Permita que viva por el Señor”. Oren, vivan por el Señor. En mil millones de cosas el Señor les va a ayudar. Hemos vivido por el Señor sin vivir por mí; en millones de cosas el Señor me ayuda y soy muy feliz. He vivido una vida bendita. Entre los pastores de Seúl no habrá un pastor tan feliz como yo, así me imagino. El Señor nos ama. Son hijos de Dios, son de Dios ustedes. Desde hoy recuerden al Señor, recuerden a Dios. Pensando en el Señor en el momento silencioso: “¿Cómo debo servir a usted? Señor, ¿qué tengo que hacer por usted? Señor, voy a limpiar el piso de la iglesia hoy. Señor, voy a recomendar a la vecina de al lado que venga a la iglesia”. Realmente quisiera trabajar por el Señor. El Señor murió derramando la sangre por nosotros. Entreguen todo su ser por el Señor, entonces los guiará de manera muy bendita a ustedes y a la vida más fructífera y más feliz. Así hallarán la gracia del Señor. Muchas gracias.