El corazón de Jesús | San Juan 2:13-22

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PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK

11 de Junio de 2023

“Los cinco talentos "

Prédica dominical del pastor Ock Soo Park

"Los cinco talentos ”

¿Cómo están? Vamos a leer San Mateo de la Biblia, 25:14-30. Si han encontrado yo voy a leer.

14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.

15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.

16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.

17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.

18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.

20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.

21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.

23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;

25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.

26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.

28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.

29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Hasta aquí hemos leído. Ayer tuvimos el concierto del coro Gracias en Boeun y fuimos allí. Es Boeun una colonia bien pequeña; nunca pensamos que se llenaría todo ese lugar. Ayer oímos que el coro iba a Boeun y partimos a la mañana. Me encontré con los pastores de esa región, fui a cada iglesia y un poco tarde llegué a Boeun. En Boeun yo tengo realmente una memoria, un recuerdo. Terminé el cuartel y era un muchacho. Recibí una invitación de la iglesia de Boeun. En la iglesia había un internado en el hospital universitario y un profesor en ese lugar recibió la salvación. En la oficina del internado nosotros realizamos el estudio bíblico. Vino una muchacha joven. Ella era la hija del anciano de la iglesia presbiteriana de Boeun. Fue al padre y le dijo: “Padre, es una buena persona, por favor vamos a tener una campaña”. En ese momento yo terminé el cuartel recién, no tenía ni ropa. El hermano que me acompañaba tenía un traje porque se había casado hace poco pero yo fui con una camisa y era bastante chistoso; ah, realmente me acuerdo muy bien ahora. Ellos escucharon que nosotros llegaríamos a tal hora y entonces muchos jóvenes vinieron a la terminal y vinieron bien vestidos ellos. Llegamos a la casa y el hermano que fue conmigo me dijo: “Vamos a cambiarnos de ropa”. Él tenía realmente un mejor cuerpo que yo. Yo era pequeño, me quedaba grande el traje del hermano pero estaba bien. Yo tenía una camisilla, era tan pequeña mi camisilla, realmente no era tan bonita. Desde esa noche empezamos a predicar el evangelio. Hubo una gran manifestación durante la semana. Recibiendo el perdón del pecado estaban conmovidos, estaban agradecidos. Fue hace 60 años; ah, no, pasaron como 50 años. Las veces que teníamos tiempo yo iba a ese lugar para enseñar la Biblia pero los hermanos que estaban felices después de recibir la salvación poco a poco iban muriendo. “Ah, ¿será que yo no prediqué bien?” ¿Qué pasó después? Me di cuenta de que el evangelio que anunciamos no es obra, es fe. Pero el pastor de esa iglesia no había renacido, insistía en la obra y allí surgía el problema; eso me había dado un cambio inmenso a mí. Después de obtener el perdón del pecado, cuando anunciamos este evangelio del perdón del pecado, con solo anunciar pensé que sería maravilloso pero por ello tuve que pensar bastante. “Ah, voy a cambiar un poco la dirección. Tengo que realmente formar a un buen ministro”.

En el año 72 nació mi hija; el 25 de enero es el cumpleaños de mi hija. Después del primer cumpleaños, el 25 de enero nos mudamos a Daegu. Teníamos que formar a los seminaristas, pensamos en formarlos y enviarlos al mundo entero. Cuando ahora me pongo a pensar, realmente es algo tan absurdo. Con las manos vacías ¿cómo empezar el seminario? Fuimos a Padong de Daegu. Empezamos el seminario. Al comienzo había dos muchachas y tres muchachos, éramos cinco. Eran como 25 personas las que se congregaban en la iglesia. Yo les dije a los hermanos que tendría un seminario y se asustaron.

—¿Qué es el seminario, pastor?

—Seminario es un lugar donde vamos a formar misioneros.

—¿Dónde lo hará?

—En la iglesia.

—¿Dónde dormirán?

—En la iglesia.

—¿Qué comerán?

—Van a comer.

—Usted tampoco tiene comida. ¿Qué van a comer?

Así nosotros empezamos el seminario. Cuando ayer fui a Boeun me conmoví tanto. En ese momento realmente era maravilloso ver a los hermanos que habían recibido la salvación. Pensé que tenía que visitar la iglesia. Fui allí y con pastores de alrededor yo me encontré. Estaba bastante ocupado yo. No pude buscar la iglesia, al final fui a nuestra iglesia. Cenamos y directamente fuimos al concierto. No había ningún lugar vacío, estaban llenos los asientos. “Realmente viene el coro Gracias a Boeun”. También había gente que conocía al coro Gracias. “¿Realmente viene el coro Gracias? Ah, nosotros no haremos si ellos no vienen”. La gente de Boeun se asombró. Toda la ciudadanía de Boeun parece que se reunió ayer. La música era tan buena. Era tan maravilloso cómo Dios trabajaba.

Dios le dice a Jesús que nos dará talentos. Talento es talento. Dice que nos ha dado un talento a nosotros. A algunas personas les ha dado cinco. ¿Cuánto le ha dado a otros? Dos talentos. En la tercera ocasión le han dado cinco pero bueno, de hecho, si trabaja, todo se va a realizar. Vendía tan bien y en lugar de cinco, tuvo 10, trajo más. El que tenía dos: “¿Qué hago con esto? ¿Qué hago con esto?” Estaba titubeando. Vio qué hacía el que recibió cinco: vendía, ganaba dinero, lo hacía muy bien. Él también, como esa persona que recibió cinco cuando vendía, tuvo al final realmente más dos y al final tuvo cuatro más. Una persona que recibió un talento ¿qué hizo? “Ah, es uno. ¿Qué hago? Mira qué pasa si yo realmente fracaso en el negocio. ¿Qué pasa? Si me roban, tengo que guardar hasta que venga el dueño”. Cavó y escondió en la tierra. Dijo: “Aquí escondimos un talento”. Escribió así. No, eso no creo que sea verdad. Es una broma. Vino el dueño para inspeccionar. El que recibió cinco trajo 10 y dijo:

—Amo, usted me dio cinco y ahora obtuve 10.

—Ah, qué bien lo has hecho, ¡muy bien!

De nuevo: el talento es una moneda de oro. Nuestra manera es un don, un talento, una capacidad. Decimos: “Ah, tiene talento, tal talento”. Le ha dado esa capacidad de cinco; cuando vendió, dejó cinco más; era muy fácil. Le ha dado el dinero, le ha dado el talento. El que recibió dos, oh, estaba como titubeando. “Ah, ¡cómo hace el que recibió cinco y cuán feliz está vendiendo! Es así: ¡barato, barato, barato! Ah, yo también tengo que hacer así”. Cuando lo hizo así recibió dos talentos más, entonces con cuatro va junto al dueño. Le dice:

—Ah, vendí, tengo dos más, señor amo.

El dueño feliz le dijo:

—Lo has hecho muy bien, oh, siervo fiel.

El que recibió uno: “¿Qué pasa si yo pierdo esto? ¿Qué pasa si me roban esto?”, pensó así. Entonces cuando realmente todo era oscuro y nadie lo veía, él escondió. Escuchó que

vino el dueño y sacó eso y lo llevó al dueño; le devolvió un talento. El dueño es muy estricto, realmente él saca de donde no puso y le devolvió al dueño eso. El dueño se enojó: “Aunque le hubieses dado a otro, iba a ser bueno que tú hayas cobrado interés de otro”. Aparece esta historia en la que él es exhortado.

No prediqué la evangelización en Boeun. En la iglesia presbiteriana yo me congregué. En ese momento era un periodo de hambre en Corea. Obviamente nosotros recogíamos el trigo de la casa ajena, también la papa; realmente yo robé mucho y tengo más pecado que otros. Yo quería obtener el perdón de ese pecado. En ese momento no había nada que hacer y yo leí bastante la Biblia. Un día leí Levítico 4. Aparecía cómo obtener el perdón del pecado; exactamente aparecía eso. Aquí aparece la manera de cómo obtener el perdón del pecado: cuando el sacerdote cometía pecado, cuando toda la congregación cometía el pecado, cuando el líder de la congregación, cuando un hombre común cometía pecado; exactamente aquí aparece la manera de cómo obtener el perdón del pecado. Entonces yo era un hombre común. 27 “Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; 28 luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió. Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación…” Cuando leía el 29: “Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación…”, yo allí me quedé clavado. Cuando somos pastores o ancianos, nos ponen la mano pero a una cabra ¿por qué le tenemos que poner la mano a ella? Yo no podía entender eso en mi corazón. ¿Por qué hay que poner la mano a la cabra? De nuevo buscaba y buscaba en la Biblia. Un día: Inquirir la palabra de Jehová. No hay nada que deje de tener su compañera, dice. Dios, cuando hizo al hombre, hizo una pareja de hombre y mujer. Todo tiene su par, así lo hace Dios. Pero ¿por qué hay que poner la mano en la cabeza de la cabra? Si encuentro el par de ese versículo, creo que podré entender. Hoy en día en la computadora podemos encontrar fácilmente pero durante largo tiempo, mientras que buscaba, en Levítico 16:21 yo leía. Allí aparece la razón de por qué uno pone la mano: “y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará…” Antes de ofrendar, cuando uno pone la mano sobre la cabra, todo nuestro pecado pasa a la cabra y cuando la cabra muere, nuestro pecado desaparece. Eso podemos descubrir en la Biblia.

En ese momento cuando leemos luego San Mateo, Jesús va al Jordán para recibir el bautismo con Juan el Bautista. Va para recibir bautismo y se opone Juan. Le dice: “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” En ese momento Jesús le dice: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Señores, nosotros somos pecadores. ¿En qué momento? Si realmente somos justos, debe de hacerse la justicia. Nosotros somos pecadores. ¿Cómo seremos justos? Aquí en el Antiguo Testamento traen a la cabra o a la oveja como sombra de Jesucristo. Sobre la cabeza de la cabra, cuando uno pone la mano, el pecado pasa a la cabra y cuando la cabra muere, el pecado es perdonado. Jesucristo, viniendo como el Cordero de Dios, ahora moriría por nuestro pecado, nuestro pecado sería perdonado y exactamente lo va expresando. Cuando Jesús vino y murió en la cruz no es que simplemente murió. Jesús, antes de morir, va al Jordán para recibir el bautismo de Juan el Bautista. Juan le dice: Yo debo ser bautizado ¿y usted viene a mí? Se opone pero Jesús le dice: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Juan pone la mano en Jesús y lo bautiza. Aquello no es simplemente bautismo sino que es un proceso en el que todo pecado pasa a Jesús. Se abre el cielo y se oye la voz en el cielo: Este es mi hijo amado porque me complazco. Conforme a la voluntad de Dios, Jesús, para perdonar nuestro pecado, para que nuestro pecado pase a él, recibe el bautismo de Juan el Bautista y cuando es bautizado, el pecado de todas las personas del mundo pasa a Jesús. Al día siguiente, cuando Juan ve que Jesús viene a él ¿qué dice? “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Hasta ayer nuestro pecado seguía en nosotros pero ese día en el que Juan bautiza a Jesús, todo nuestro pecado pasa a Jesús. Juan le dice: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. “Pecado del mundo” se refiere al pecado del mundo: nuestro pecado también, hace dos mil años, ha sido trasladado a Jesús. Todo nuestro pecado pasó a Jesús, murió crucificado por ese pecado y todo nuestro pecado fue perdonado. Todo se conecta y exactamente el pecado es lavado.

En la Biblia vemos que todo tiene su par. Realmente no podemos entender bien cuando vemos solamente una parte pero cuando encajamos se entiende muy bien. Ayer fui a Boeun. Estaba feliz, contento. Toda la tarde yo me acordé de la campaña que tuve en la iglesia de Boeun. En ese entonces había 120 miembros en la iglesia que oraban por el perdón del pecado. Escándalo había ocurrido pero una cosa increíble: realmente los ancianos no recibían la salvación. Era el padre de la hermana. Su madre fue y le contó a su marido cómo obtuvo el perdón del pecado. “Ah, yo tengo que leer la Biblia. Si está en la Biblia ¿qué tanto?” Realmente leía pero era distinto. El anciano luego le dijo: “¡Entonces ¿por qué no anotaste eso?!” Hasta el último momento le hablamos pero el evangelio no

entraba a ellos. Al final no pudieron recibir la salvación pero la familia sí recibió y estábamos tan agradecidos. Yo soy un don nadie pero yendo a la iglesia de Boeun tuvimos campaña en la iglesia metodista de Jincheon, en la iglesia Seongju Yigok, en la iglesia Sancheong, Saengcho. Allí yendo tuvimos campaña. Todos los pastores se reunieron para oír la palabra. Fuimos a la villa de leprosos; todos los leprosos de ese barrio se reunieron para oír la palabra. Yo soy un don nadie pero durante una semana, realizando la campaña, casi la mayoría de los miembros recibía la salvación. Yo en ese momento, cuando me pongo a pensar, realmente era conmovedor. Yo no soy una persona especial: el Señor me ha dado el talento a mí. Algo muy interesante: había tres personas, todos los tres han recibido el talento pero por ejemplo algunos vendían al momento; bueno, el que recibió dos siguió, imitó al que había recibido cinco. El que recibió uno: “¿Será que con esto se podrá?” Él realmente humilló, menospreció. Por si perdiera, él escondió, cavó la tierra y lo puso allí. Vino el amo y el que le había dado cinco le dijo: “Ah, mira, señor amo, gané más cinco”, le mostró y le dio.

Hermanos, esto es lo que el Señor desea. Después de obtener el perdón del pecado, Dios nos da el talento. Mi pecado ha sido perdonado. “Ah, yo ya no soy pecador, yo soy santo”. Aquella fe se va formando en nosotros y cuando vemos a una persona que está al lado, que está sufriendo por el pecado: “Ah, esta persona no conoce bien que, ah, murió por nuestro pecado. En ese momento el pecado fue perdonado. Ah, debemos de, ah, contarle esto”. Uno realmente no aguanta por querer contar todo eso. Imagínense, había 150 miembros en la iglesia presbiteriana de Boeun. La primera noche hablábamos un poquito con la gente de alrededor, desde el día siguiente empezamos a predicar el evangelio. Había gente que recibió la salvación y no sabía qué hacer de tanta felicidad pero los ancianos no recibían la salvación. El anciano Hwang es bendito, es un anciano que recibió la salvación. No solamente el anciano Hwang sino todos los ancianos de la iglesia realmente han recibido la salvación y predican el evangelio. Realmente nos ha dado el talento a nosotros. ¿Qué es ese talento? Realmente si predicamos el evangelio, hay gente que recibe la salvación; es ese talento.

Hay una hermana que no puedo olvidar toda mi vida: es la hermana que yo le prediqué y ella recibió la salvación. Sí, ella tendría realmente como 100, 103 años. Estábamos en Apgokdong. Ella vendía cosas secas. Yo estaba en la casa alquilada, había un patio. La dueña de la casa siempre fumaba.

—Señora, ¿por qué usted fuma tanto? –yo le decía–. Es perjudicial. Además, si usted así va enrollando el periódico, por los semimetales es muy peligroso.

–Ah, muchacho, tú no conoces nada, realmente. Ah, me duele la cabeza.

Es que no tenía dinero para comprar, entonces ella cultivaba el tabaco, secaba el tabaco, lo enrollaba en el periódico y fumaba. Yo a la mañana leía la Biblia en la habitación y la señora fumaba al lado. Un día vino la amiga de ella.

–Ah, ¿cómo estabas?

–Sí, ¿qué tal estás vendiendo?

Yo oía lo que ellas estaban diciendo. Después de un tiempo le dice la hermana que había una cacerola de aluminio en la habitación que estaba delante mío.

—¿Alquilaste tu habitación de abajo? –le preguntó.

—Sí, vino un ministro de la iglesia.

—¿Ministro? ¿De dónde él vino?

—Vino de Daegu.

—¿Hay mucha gente que cree en este pueblo?

—No, vienen algunos niños.

Yo dije: “Ah, es una persona que se congrega en la iglesia”. Yo llevé la Biblia.

—Señora, ¿usted se congrega en la iglesia?

Ella decía que no. Obviamente sí va a la iglesia pero decía que no. Después le pregunté por qué mintió y ella me dijo que vivía en mucha carencia y que si vivía así en carencia creyendo en Jesús, no sería gloria para Dios. Durante dos horas yo le prediqué la palabra. Ese día esta señora recibió la salvación. Hace cuatro o cinco años creo que ella murió. Ya por la edad estaba en la casa de su hijo de Busan. Ya que yo no estaba en Corea, su hijo no me pudo llamar cuando falleció su madre. Si hubiese estado viva creo que ella tendría como 110 años. Ella, después de que recibió la salvación, iba cambiando y era maravilloso. Verdaderamente su marido era ciego. Vendía. Ese pueblo en donde estábamos era el

pueblo donde ellos creían en dioses. Había como 105 casas y siempre habían puesto una estatua. Eran 50 las casas que servían realmente a ese templo. Todos debían de pedir allí para que les vaya bien. Si no pedían allí, había problema. Una persona había construido un lugar y realmente cuando querían dormir allí en la casa venía alguien, zarandeaba a la mujer y no podía dormir durante días ella. No teníamos culto. Tuvimos culto allí, en ese lugar, en Jamsil y acabó todo eso. Realmente en ese pueblo había tanto demonio y creían tanto en eso. Ese problema había allí. Una vez un matrimonio estaba durmiendo. Nadie le llamó pero el marido dijo: “Ah, bueno, bueno”. Dice que se levantó el marido, él se vistió y salió. La señora veía que el marido no iba por la puerta sino iba sobre el muro. “Ah, es el demonio”, dijo su esposa. Todo el barrio le buscó al marido, luego se dieron cuenta de que había una rama en forma de “y”; él se ahorcó allí. En ese pueblo todos tenían que pedir. Realmente si el cerdo tenía crías, si no hacían reverencia, moría, porque la madre se comía a los cerditos. Esta hermana realmente recibió la salvación. Tenía miedo por los cerditos. Anteriormente ellos pedían y decían: “Ay, ¿qué hago ahora? Ya no puedo pedir. ¿Qué hago? ¿Qué hago?”, decían. “¡Hermana Son, venga, venga para orar por los cerdos! Entonces la hermana Son iba junto a los cerdos y les ponía la mano a los cerdos y no pasaba nada. Hasta el adulto realmente no podía recibir la oración de bendición pero el cerdito recibía la oración de bendición. Lo maravilloso: por más pobres, humildes, carentes que unos sean, Dios nos ha dado el talento. Cuando trabajamos uno se hace dos, dos se hacen cuatro, cinco se hacen 10; así viene a ser.

Yo no digo esto para amenazar a ustedes, simplemente tienen que oír. Esa persona que no hace nada con los talentos, cuando aquí vemos: “Ve, saca ese talento”, así pasa. Con este evangelio precioso me refiero a que tienen que vender. Dios dentro de nosotros trabajará y obtendremos uno, dos, cinco y será maravilloso. No vivimos porque seamos sabios, no vivimos porque seamos inteligentes. Cristo está dentro de nosotros. Cuando hablamos, esa persona llega a obtener el talento. Se hacen dos, se hacen cuatro, se hacen ocho, se hacen 16 y luego ¿cuánto viene a ser? 32, 64 y luego ¿cuánto? 128. Así viene a ser. No hay nada que yo haya hecho mal. Poco a poco, cómo ha sido mi salvación, eso se erige claramente.

Únicamente ese evangelio prediqué y hay tanta gente que ha recibido la salvación; es incontable. Realmente en cada país, en lugares como Benín, en otros lugares, cuando vamos, se reúne mucha gente. Quería ir a Fiji, me sentí incómodo y no fui. El doctor me dijo que durante un tiempo no me suba al avión y me dijo que después de uno o dos meses podría ir. No pude ir en ese momento. Cuando yo fui a Fiji yo prediqué la palabra en un lugar como este; era de este tamaño. “Pastor, nos mudamos de lugar”, me dijo un pastor,

“un lugar mucho más grande surgió y fuimos a un lugar mucho más grande”. Cuatro mil personas se reunieron. Ese día estaba muy contento. Prediqué el evangelio y todos los miembros recibieron el perdón del pecado. Realmente yo prediqué y les dije que vengan a testificar. En este lugar ellos vinieron adelante a testificar cómo recibieron el perdón del pecado. Era increíble, realmente hayamos tanta, tanta gracia. Yo, claro, no podía entender, el traductor me decía. En esta ocasión también quería ir, no pude ir y pospuse lo de Kenia, luego, ah, perdón, no es Kenia; no pude ir allí. Dios, yo soy un don nadie pero la salvación que yo recibí, tal como era me la dijo. Dos talentos hacían cuatro, se hicieron ocho. Continuamente Dios nos da los talentos. Ahora con los dos talentos, esa persona que no hizo nada con los talentos, Jesús le exhorta. “Realmente si le hubieses dado a alguien, yo iba a poder conseguir el interés aunque sea”. Dios nos da una gracia inmensa y realmente es increíble aquello. Yo al comienzo cuando prediqué, temblé, no sabía qué hacer. “¿Qué hago?”, dije; no sabía muy bien. Cuando yo empecé a predicar, Dios de antemano me había dado el talento. No sabía qué hacer, simplemente hablé y estoy hablando el evangelio. La hermana Son Eul Sun, cuando recibió la salvación, me sentía muy agradecido. Era la primera persona que recibió la salvación después de que yo prediqué. Esta hermana había cambiado en gran manera. Luego estaban en Apgokdong, después me dijeron para que vaya a Jangpalli y me trasladé a Jangpalli. La hermana fue a vender y cuando volvió de la venta vio que en mi casa no estaba la cacerola. Se le derrumbaba el cielo a ella y sin pensar nada vino al mercado, es que todos los días yo iba y yo cantaba el himno y predicaba el evangelio. Luego me encontré con la hermana. Juntos, nosotros nos sentamos en la sombra del árbol, oramos y le prediqué la palabra. Yo pensé: “Ella es bien pequeña espiritualmente, sin guía. ¿Cómo podría llevar la vida de fe?” Yo no puedo decir que ella vaya a Gochang todos los días. Le dije:

—Hermana, cuando usted vaya, predique la palabra en la hora del culto.

—Escándalo. Hace poco que vine de Japón y tengo que vender. Yo no puedo hacer –me dijo.

—Hermana, debe hacerlo.

—Yo no puedo –me dijo ella.

—Hermana, ¿usted me menosprecia porque yo soy más joven que usted?

—Ah, no, yo no, no, no lo estoy humillando.

—Si el siervo de Dios le dice que lo haga ¿por qué tiene tanto pretexto usted? Ella no podía seguir diciendo nada, no sabía qué hacer. Ella empezó a predicar la palabra en Apgokdong. ¿Cómo habrá predicado al comienzo? Yo tenía curiosidad, a escondidas me fui tras la ventana. Yo veía lo que ella decía. “No se puede así. ¿Es posible?”, dije. Luego ¿qué ocurrió? En ese pueblo, ya que no había límite de natalidad, muchos tenían muchos hijos, tenían cinco hijos, seis hijos. No hay casa que no tenga hijos pero allí había un campo y en el campo realmente en el agua crece la planta de arroz y no hay hierbas malas pero en la tierra seca hay muchas hierbas malas y uno todos los días tiene que ir sacando eso. Cuando los niños vienen de la escuela, alzan a su hermano en la espalda. Los niños de Apgokdong, ah, juegan a la piola con los niños en la espalda y el niño está así con la cabecita de acá para allá. Ay, escándalo, parece que va a salir la cabeza. Un día a la noche la mamá tenía las mamas llenas porque tenía que dar de mamar y el bebé no se encontraba en la casa. Preguntando, preguntando, los niños habían ido al estudio bíblico de la hermana Son. Cuando escuché detrás de la ventana, yo dije: “Ah, no se puede” pero tras esa misma ventana se puso esta señora. Oyendo se conmovió, abrió la puerta, entró, daba de mamar, oyó la palabra de la hermana Son, recibió la salvación. La hermana Son recibió la salvación y poco a poco ahora la gente aumentaba, gente que recibía la salvación. Ella recibió la salvación por mí, era la primera persona. Viendo cómo ella amaba al Señor, me asombré. El pastor Park Yi Jin también recibió la salvación mediante la hermana Son. Muchos ministros se manifestaban mediante esta hermana. Este don que nos había dado era maravilloso.

Hay dos cosas: las personas que han vendido ese talento, las personas que han cavado y han puesto bajo la tierra. En nuestra iglesia también, este evangelio que Dios nos dio, habrá cinco personas que han cavado en la tierra y lo han dejado bajo tierra. ¿Qué es lo que dirán delante del Señor entonces? No me refiero a que tengan un buen negocio. El talento en sí está hecho para que el negocio vaya de maravilla, es simplemente contar cómo hemos obtenido el perdón del pecado, está de hecho que la persona obtenga la salvación.

Claro, al comienzo cuando empezamos uno siente carga. Yo también sentía carga. Lo hacía una, dos, tres, cuatro, cinco y la gente me oía y recibía la salvación. ¿Es posible? No había algo tan bueno en este mundo. Yo a menudo digo esto: yo por más que vuelva a nacer cien veces, yo realizaré la obra del evangelio. Estoy tan feliz.

Anoche terminando el concierto en Boeun, volviendo en el carro, delante de Dios era muy conmovedor. Los hermanos han orado mucho y parece que el cuerpo se normalizó. Ah, no sé, parece que envejecí más en comparación a cuando estaba sano pero ahora estoy saludable y dentro de poco creo que podré subirme al avión. Le agradezco a la gente que ha orado por mí. Dios nos ha dado los talentos. “A ver, usa aquellos talentos”. Al comienzo no entendemos bien pero cuando predicamos una vez, dos veces, en todo el Señor me ayuda. Señores, a ver, detalladamente miren al pastor Park. Es increíble cómo Dios va trabajando.

Me encontré con el rabino pero del cargo más alto. Nos peleamos con la Biblia. Le dimos la Biblia en inglés. “No, yo voy a ver la versión en hebreo”. Yo gané. Luego el secretario le dijo:

—Hable acerca de Purim.

—Nadie conoce –dijo. Yo le dije:

—En tal fecha, tal día.

Se asustó. El décimo segundo mes del día 13. En Corea o en Asia el número 4 no les gusta, entonces el cuarto piso no existe pero en el Occidente no les gusta el número 13. ¿Por qué Jesús murió? Ellos dicen que 12 discípulos más Jesús vienen a ser 13, que murió Jesús por esa razón. Es absurdo lo que dicen. Menospreciando todo, uno tiene que hacer girar el talento. El talento nos pone lo que tenemos que decir, nos hace abrir la boca a un ser como yo. Ahora surge gente que recibe la salvación. No solamente recibe la salvación, cambia como un siervo maravilloso. Yo también me asombro de un ser como yo. Realmente pastores de un cargo alto reciben la salvación y me conmuevo en gran manera. Esto es un don precioso que Dios nos ha dado. Entre ustedes también, solamente ustedes lo

han recibido. Realmente viene a ser ese hombre que ha cavado la tierra y ha guardado el talento. En esta mañana, como la hermana que testificó, empiecen a hablar, solamente cuenten cómo han obtenido el perdón del pecado.

—Anteriormente era pecador, ya no soy pecador.

—¿Tú no cometiste pecado?

—¿Cómo no hay alguien que no cometió pecado? Yo también cometo pecado.

—¿Cómo no tienes pecado?

—Jesús realmente recibió todo el castigo por mi pecado. Mi pecado acabó en la cruz de Jesús. Dios me dice justo a mí. El Espíritu Santo…

—No digas otra cosa.

Hoy en día mucha gente dice que es pecadora, yendo a la iglesia; es porque no sabe bien. Las personas que han recibido realmente cinco talentos no son buenas vendedoras o tienen una buena capacidad. “El amo me encargó cinco talentos. Conforme a la voluntad del amo tengo que hacer algo”. Se puso a pensar; cuando lo hizo, de manera maravillosa ocurrió la manifestación. Ahora pastor Ock Soo Park es famoso a nivel del mundo entero. Muchos gobiernos me están invitando, muchos presidentes han recibido la salvación oyéndome. Es increíble cómo Dios va trabajando. Cuando yo me encontré con el presidente John Atta Mills al comienzo… Un día fui a Ghana. Había un campamento de jóvenes en donde se reunieron dos mil estudiantes. Vino la primera dama y había dado el mensaje de felicitaciones. Yo estaba muy agradecido. La primera dama estaba ocupada, siempre suele marcharse pero ella no se marchó “hasta que acabes tú al lado mío”. Todos se habían ido. Yo había venido en avión. No me había ni podido cambiar la ropa, quería lavarme la cabeza. Ella no se iba. No le puedo dejar sola, no me puedo marchar, pues. Ella dijo:

—Pastor, hay algo que quiero decirle.

—A ver, diga, diga. ¿Qué es lo que quiere decir?

—El presidente está muy enfermo –me dijo–. Pastor, por si acaso ¿usted podría orar por el presidente?

—Ah, claro. Mañana yo voy a enviar el carro –le dije.

Luego a las 8:30 la primera dama vino con el carro personalmente y trajo otros carros también. En ese carro fuimos a la casa presidencial. El presidente John Atta Mills, del año 1944, tenía la misma edad que yo. ¿Qué era lo primero que me dijo? “Pastor, ¿qué pensé cuando me despertaba? ‘¿Cuánto podré vivir más yo?’ Cuando uno se fija en su estado era como que decía: ‘si vivo máximo cinco días o si no, puede que hoy muera’”, me dijo. “Pastor, pero yo tengo un problema”, me dijo. “Yo soy el presidente con más fe en Ghana. Realmente los guardaespaldas odian que el presidente vaya a la iglesia porque cuando va a la iglesia no pueden checar a la gente porque venga el presidente”. Sentía mucha inestabilidad pero de igual manera ahora vino el presidente a la mañana. “Si vivo pensé que viviría máximo cinco días o puede que hoy muera. Pastor, lo que tengo que decirle: yo también he cometido pecado. No pude obtener el perdón del pecado”.

Hoy la gente que se congrega en la iglesia en Corea es así. Con empeño orando, cantando, ofrendando, aunque lo hacen al morir, ellos mueren temblando. Un día el pastor Cho Yonggi había fallecido. Él dijo antes de fallecer que soñó que él murió y fue al infierno y que se arrepintió y que pudo ir al cielo. Es absurdo lo que dice: no existe en la Biblia. Si uno puede arrepentirse en el infierno y dirigirse al cielo, ¿cuántos estarían en el infierno? Nadie, nadie estaría, todos se arrepentirían y todos se irían al cielo. El arrepentimiento no es lo que da el perdón del pecado. En la Biblia dice: Después de arrepentirse, luego obtener el perdón del pecado. Uno por más que se arrepiente en mil ocasiones, si no obtiene el perdón del pecado, va al infierno. Por ejemplo, especialmente en la historia del rico y Lázaro. El rico va al infierno y está sufriendo. Padre, pásame una gota de agua mediante el dedo de Lázaro. Es muy caliente, no aguanto. ¿Qué dice Abraham? No puede uno ir allá, tampoco venir de allá. Cuando uno va al infierno no hay camino para poder despojarse. Por más que vaya al cielo, si quiere ir al infierno puede ir porque no sabe. Dice que se arrepiente y puede ir al cielo, es porque no sabe; de ninguna manera eso es posible. El arrepentirse y obtener el perdón del pecado es completamente distinto. Cien mil veces, por más que se arrepienta, mantiene el pecado. Por más que se arrepienta, continúa siendo pecador. Debe creer que Jesús perdonó nuestro pecado. Todos los días con que se arrepienta ahora uno dice que él va a obtener el perdón,

arrepintiéndose. Eso es una mentira. La Biblia dice arrepentirse, luego que obtenga el perdón del pecado. Uno, bueno, arrepintiéndose puede entender que uno es pecador pero cuando acaba con el arrepentimiento es infierno. Uno debe entender que es pecador y cuando uno llega a creer que Jesús le perdonó el pecado, en ese momento uno puede ir al cielo. Hoy en día, muchos miembros realmente patalean al morir. Yo me encontré con el presidente John Atta Mills. ¿Qué dijo el presidente?

—Yo no, realmente, soy presidente. No hay algo que desee más si vivo máximo cinco días. Puede que hoy muera. Yo también cometí pecado. Tengo mucho miedo.

—Su Excelencia, ¿cómo usted supo que era pecador?

—Yo cometo pecado, obviamente soy pecador.

—No, no es así, su Excelencia –se asustó el presidente–. ¿Uno juzga quién gana su pecado y uno es castigado de por sí, conforme a sí mismo? Si yo robo, ¿uno ahora juzga su pecado? No, el juez es quien lo juzga. Uno debe ver el juicio de Dios.

El presidente se asustó y dijo:

—Ah, es cierto, es así.

—¿Usted quiere ver cómo Dios juzgó el pecado de su Excelencia? ¿Desea verlo?

—Sí, yo quiero verlo –dijo–. ¿Dónde está?

—No hay nada que no esté en la Biblia. ¿Usted quiere verlo?

—Sí, quiero verlo.

Romanos 3 leí. En el 23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Luego el 24 leí: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

—Esta palabra viene a ser la sentencia final por su pecado, su Excelencia. Usted cometió pecado, se merece la maldición. Jesús, para redimirlo, él murió en la cruz por usted. Cuando murió en la cruz, ya murió por el pecado de su Excelencia. En ese momento su pecado ha sido lavado, por lo cual cuando Dios mira a su Excelencia dice que usted es justo sin haber hecho absolutamente nada. Dios nos dice justos no porque no

hayamos cometido pecado. Hemos cometido pecado pero Jesús murió en lugar de nosotros y nuestro pecado ha sido perdonado y somos justos.

Sea cual fuera el pecado que han cometido, si Dios les dice justos, son justos; es creer en ese Dios. En la Biblia uno cometió mucho pecado pero Jesús murió por nuestro pecado y soy justo. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. En la palabra de Dios cometiste pecado pero tú eres justo, tú eres limpio, tú eres santo. Ya Jesús recibió todo castigo. Tú no eres pecador. Creer en ello es creer en Dios. Yo dije: “Soy justo” y yo fui justo. Iba a la iglesia presbiteriana.

—Ah, Ock Soo Park otra vez está mintiendo.

—Yo soy justo. Dios me dijo que yo era justo.

Es creer en esto: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Jesús murió por nuestro pecado, gratuitamente nos ha hecho justos y cuando Dios nos dice justos somos justos. ¿Quién es el que nos dice justos? Sí, Dios nos dice justos, por más pecador que uno sea. Mucha gente canta: “Día feliz, día feliz, el Señor que perdonó todo el pecado”. La canción que cantaban nuestros padres, ahora repitiendo ello, ellos van cantando, imitando. “Vamos a orar. Oh, Señor, perdona a este pecador tan sucio”. Es tan absurdo. Ahora el que recibió cinco, cuatro, dos, un talento, el que recibió un talento lo ha recibido; es un talento. Todas las condiciones para trabajar están reunidas y eso que es tan precioso lo ha guardado bajo la tierra. Vivimos simplemente así. Ahora trajo cinco, de cinco trajo 10, otro dos, trajo cuatro. “Lo hiciste bien”.

“Pastor Ock Soo Park no está haciendo bien”. Dios me dio el talento: simplemente hablo y Dios trabaja. En esa persona que ha recibido este perdón del pecado maravilloso, Dios estando vivo trabaja. Al comienzo uno titubeaba y empezaba. Mediante ustedes surge gente que obtiene el perdón del pecado. La hermana viene a testificar: “Hice así y la gente recibió la salvación”. Vemos cómo las hermanas se conmueven, ¿verdad? Uno se acuerda

de que solamente cometió pecado y uno no sabe que Jesús le perdonó ese pecado. Dice que es pecador y al final va al infierno. No somos pecadores. Todo lo que hemos recibido, Jesús se ha encargado de ello. El Señor nos ha dado talento a nosotros, nos dice justos, nos ha dado el poder para trabajar como Jesús. No piensen que no pueden sino que si trabajan por el Señor, el Señor obrará y les dará una bendición, una gracia inmensa. Por si acaso ¿no hay nadie entre ustedes que ha puesto en la bolsa el talento y lo ha puesto bajo la tierra? Ahora mismo sáquenlo, usen por favor eso. ¿Qué es esto? “Sí, yo obtuve el perdón del pecado”. Sí, solamente tienen que hacerlo así y obtendrán muchos frutos y Dios será glorificado. Realmente no soy una persona que lo hace bien, lo único que yo sé: el Señor Jesús murió por mi pecado y ha perdonado mi pecado. Lo único que hice es creer en ello. Verdaderamente Dios permitió los talentos en mí. Mucha gente ha recibido la salvación ahora. Todos los que han cubierto, por favor sáquenlo para afuera, sáquenlo. “Yo obtuve el perdón del pecado”, digan así. Dios va a trabajar y aumentará más talentos. Gracias.

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