PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
20 de Abril de 2024
“Lo que la ley dice”
Prédica dominical del pastor Ock Soo Park
“Lo
PRÉDICA DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK
20 de Abril de 2024
“Lo que la ley dice”
Prédica dominical del pastor Ock Soo Park
“Lo
¿Cómo están? Vamos a leer la palabra de la Biblia. Romanos, capítulo 3, versículo 9. ¿Logran ver bien? ¿Sí?
9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
11 No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
14 Su boca está llena de maldición y de amargura.
15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;
16 Quebranto y desventura hay en sus caminos;
17 Y no conocieron camino de paz.
18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por [la] fe sin las obras de la ley.
29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.
30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
Hasta aquí hemos leído. Nosotros cuando pensamos en la vida de fe… En la Biblia cumplir bien los diez mandamientos los domingos… Bueno, muchos piensan que eso es llevar bien la vida de fe pero la Biblia nos dice a nosotros ¿qué cosa?
Verdaderamente la razón por la cual Dios nos ha dado la ley… Más que ahora, ser bueno cumpliendo la ley, hay otro sentido más grande. Bien no sabemos quiénes somos, qué clase de personas somos. “A ver, trata de cumplir. A ver si lo puedes cumplir; no puedes”. Eso es la Biblia.
La Biblia, si uno puede cumplirla, no habría necesidad de que venga Jesús, tampoco morir crucificado pero hoy en día mucha gente, si cumple bien los diez mandamientos, cree que eso es llevar bien la vida de fe pero la palabra que hoy hemos leído, cuando la vemos…
El cumplir bien la ley, eso es inútil porque la razón por la cual Dios nos dio la ley: no nos da la ley para que vayamos a cumplir y recibir la bendición. “Si tú no puedes cumplir bien la ley, recibes la maldición. Ven junto a Jesús a recibir el perdón del pecado”.
Con ese propósito nos ha dado la ley pero cuando no conocen bien la Biblia: cumplir el domingo, cumplir tal cosa, ahora ser bueno y así ir al cielo es absurdo. La transgresión del hombre no es solamente una o dos. Por más que trata de cumplir bien, de nuevo comete pecado. Jamás… Dios no es que supo que íbamos a cumplir bien y por eso nos dio la ley, no.
Dándonos la ley, entendiendo que somos viles, malos, mediante la ley: “Ah, conmigo no se puede, con mi fuerza no se puede. Yo necesito la ayuda de Jesús, necesito la gracia de Dios. Si no es por ello, yo no puedo hacer absolutamente nada”. Es cuando uno llega a entender eso profundamente.
No es que recibe la salvación cumpliendo bien las leyes sino que: “Ah, yo no tengo otra manera. Alguien debe rescatarme del pecado a mí, por lo cual Jesús, para salvarme, murió crucificado y si Él fue crucificado, recibió todo castigo que yo me merecía, entonces yo soy justificado”. ¿Qué quiere decir? Dios a nosotros nos dice justos.
Nosotros somos justificados, por lo cual Dios nos dice justos y yo puedo decir justo pero la gente dice: “Señor, Señor, perdóneme, soy pecador”. Es bastante simpático, ocurre porque no conocen bien la Biblia. Dios bien sabe que el hombre no puede cumplir bien la ley. “A ver, trata de cumplir la ley”.
Mediante la obra de la ley no hay ningún hombre que pueda ser justificado (mediante la ley), ni siquiera uno, pero hoy en día tanta gente no conoce la profundidad de la Palabra de Dios, solamente ve simplemente una expresión. Yo tratando de cumplir la ley viví un poquito de manera buena. Desde pequeño congregaba la iglesia yo.
Congregando, junto con los amigos hice muchas cosas malas, realmente hice cosas malas pero siendo un poco buenito iba al campo de los melones y cuando recogía los melones, el dueño… Para el dueño no hay, no es ningún problema que uno coma un melón pero si uno pisa realmente la rama, eso viene a ser una quiebra para el cultivo.
Yo creía en Jesús, entonces con cautela yo iba, trataba de no pisar las ramas, yo realmente me empeñaba. Era una noche oscura. Uno no puede ni ver, ¿verdad?, en una noche oscura pero yo así con cautela pisaba pero mis amigos daban un mordisco, tiraban y yo solamente olía y sacaba solamente dos que eran buenos.
Yo robaba pero lo hacía de manera muy buena pero realmente no hay diferencia de una persona que coma o no coma, cometió pecado. Verdaderamente ¿qué es lo que Dios desea? Sin cometer pecado, ve… Ahora, sin cometer pecado, siendo buenito, no, cometiendo pecado esa persona ¿qué dice? “Conmigo no se puede. Si Jesús me da la gracia, tiene que encargarse en lugar de mí”.
Entendiendo el pecado, cuando uno viene junto al Señor: “Yo soy una persona que se merece la destrucción. Jesús en lugar de mi pecado, cuando muere, ah, en ese momento mi pecado fue perdonado”. El creer en ello es lo que la Biblia nos enseña. Mucha gente trata de cumplir los diez mandamientos, patalea y cuando vemos cómo patalea, Dios dice:
“Eres un orgulloso. ¿Cómo que tratas, cómo que tú alzas la voz de que vas a cumplir los diez mandamientos?” Si fuese como nosotros, él daría esa voz pero Dios bien sabe que hemos cometido pecado. Entendiendo el pecado, ahora viniendo delante del Señor, Él ha hecho el camino de que podamos ser justos. A nivel del mundo entero los líderes cristianos dicen:
“Tenemos que ser buenos, no tenemos que cometer pecado”. Ya de antemano hemos cometido pecado, no es que deja de ser pecado porque ahora en adelante ya no comete pecado, ya cometió pecado, además hemos nacido con el instinto pecador. Mis amigos dicen que no es divertido cuando comen simplemente, dicen que tienen que robar para comer, para que sea más divertido; nosotros somos tales personas.
Cuando leemos la Biblia en Romanos 3, en el 9, cuando vemos: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles” (“judíos” se refiere a los israelitas; “gentiles”, a los extranjeros). Todos los que creen o no creen en Dios están bajo el pecado. “Los judíos son más buenos”, no, no es eso, tampoco son más limpios, no son iguales de pecadores.
Dios dice que sea el judío, el gentil, ya declaró que estamos bajo el pecado, a nosotros nos lo declara. Nosotros cometemos pecado. Dice que ya estamos bajo el pecado y eso nos lo declara. Cuando entendemos que somos pecadores, debemos conocer la voluntad de Dios: para rescatarnos del pecado envió al Señor Jesús en esta tierra.
El Señor Jesús murió crucificado en la cruz por nuestro pecado, Él se encargó de nuestro pecado. Todo castigo que nos merecíamos él recibió y nos dejó limpios del pecado. Luego ¿qué aparece? En esta Biblia: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están” bajo [la ley]. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno”.
Sí, la gente que ahora dice: “Bueno, yo soy justo, yo no he pecado como fulano, he vivido de manera buena”. Robando de la misma manera: “Ah, yo no pisé las ramas, soy bueno”. No, no es ser bueno. “Robar es ser ladrón, claro. Es bueno que haya pensado en el otro pero robó”, yo pensé así. Por más que sea dueño: “Ah, fulano, qué bueno, sí, solamente comió uno”.
Puede que piense así pero dentro de nuestro pensamiento… Cautivado nuestro pensamiento, la voluntad de Dios que está dirigida hacia nosotros no la conocemos profundamente. Dios ahora reunió todas las condiciones para llevarnos al cielo pero nosotros nos dirigimos en otra dirección, no en la dirección de Dios.
Dios no da los diez mandamientos para cumplirlos pero la razón por la cual nos da los diez mandamientos: porque “Ey, hombres, traten de cumplir a ver si lo pueden llegar a cumplir. No se puede. Con tu fuerza no trates de hacerlo, pon los ojos en el Hijo de Dios, Jesús. Jesús perdona tu pecado”; viene a ser eso.
Tantos pastores ahora insisten que cumplan los diez mandamientos, que sean buenos, que se empeñen en trabajar, así van enseñando. Fundamentalmente van en una dirección contraria a la Biblia. Yo esta noche, cuando termine el culto, iré a Europa y estaré varios días allí. Me han invitado en varios países. El coro también ha sido invitado. Ellos creo que partieron ayer.
El coro no pudo venir hoy. Puede que ya hayan llegado allá. Ya está determinado que iremos en algunos países. Yo soy muy simple, no hablo de manera complicada. Yo no puedo cumplir los diez mandamientos. Cumpliendo los diez mandamientos no hay nadie que pueda ahora reunir las condiciones ante Dios. El tratar de cumplir la ley: en primer lugar uno tiene que renunciar a ello.
No hay nadie que pueda ser justificado mediante la ley delante de Él, así dice la Biblia. Si ustedes cumpliendo la ley, aunque sea una persona, obteniendo el perdón del pecado es santo, de ninguna manera Dios hubiese enviado a Jesús. “A ver, trata de cumplir un poco más. Sí, fulano pudo cumplir.
A ver, ve y aprende”, así lo haría pero Dios envió a Jesús, hizo para que se crucifique en lugar de nosotros. ¿Por qué? Porque cumpliendo la ley aunque sea una… “A ver, ya basta, hasta allí”. Sí, hay tal persona. No, no haría de tal manera. Cumpliendo la ley, no hay nadie que pueda ser justificado mediante la ley ante Él. Cuando vemos la Biblia, en el 19:
“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será” certificado. ¿Hay, sí o no? ¿Hay? ¿No?
A medias, uno puede cumplir a medias pero cuando uno trata de hacerlo se da cuenta de que no se puede, realmente no se puede. Hoy en día todos los que dicen que cumplirán la ley son unos mentirosos, ellos como que se hacen como que pueden hacerlo. Dios… Ahora uno trata: “Ah, no se puede. Yo, ah, yo no puedo obtener el perdón del pecado, no puedo cumplir.
¿Qué tengo que hacer?”, por lo cual dice: “Pon los ojos en Jesús. Jesús murió por tu pecado, Jesús lo resolvió, Jesús te rescata del pecado, Jesús perdonó tu pecado”. Amarrándose a la ley, el Señor Jesús nos justifica, como dice aquí la Biblia. En Romanos, cuando vemos el 3:23:
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Señores: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Todos cometieron pecado. Nosotros, por más que nos empeñemos, no hay nadie que no haya cometido pecado.
Uno no puede dejar de cometer pecado pero aquí: Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios. Hemos cometido pecado y no podemos, no tenemos ni derecho para poder alcanzar la gloria de Dios, ¿correcto? Nosotros, tratando de cómo, de qué manera trabajando, empeñándonos, de qué manera, cómo podríamos lavar, ser santos, limpios: no hay ninguna manera, por lo cual ¿qué hace Dios?
Había hecho que nazca Jesús en esta tierra. Cuando vemos en San Mateo, Jesús trata de recibir el bautismo ante Juan el Bautista, entonces Juan, lo que le dice: Yo tengo que ser bautizado ante usted. ¿Por qué usted viene ante mí? Él era Hijo de Dios y Juan el Bautista lo sabía. ¿El Hijo de Dios viene junto a mí para recibir el bautismo? Es absurdo.
El Señor Jesús le dice que “deja ahora”, dice, “deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. El Señor Jesús, el que Juan le ponga la mano ¿por qué eso es cumplir toda justicia? La gente piensa pero el Señor Jesús verdaderamente el que reciba, el que ponga Juan la mano en Jesús es pasar el pecado a Jesús.
En el Antiguo Testamento, cuando hacían la ofrenda de expiación mataban al cordero y ponen la mano sobre el cordero. Poner la mano es pasar mi pecado a la oveja y cuando
mata la oveja, la oveja, si mata, simplemente moriría y no sirve. Primeramente pongo la mano sobre el cordero, entonces el pecado pasa al cordero.
Cuando uno va leyendo la Biblia es bien interesante porque para entender exactamente ello no tiene que leer simplemente ello sino que tiene que conectarlo con otra palabra para poder ser entendido. Yo he leído mucho la Biblia. Especialmente en Levítico 4 he leído acerca de la ofrenda de la expiación. Cuando vemos en Levítico 16 ¿qué palabra aparece?
Levítico 16:21, cuando vemos: “Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío”. ¿Qué quiere decir? Yo, uno comete pecado pero porque la cabra muere mi pecado no es perdonado, ¿entienden?
Mi pecado tengo que trasladarlo en la cabeza de la cabra. Si traslado mi pecado a la cabra, el pecado ¿en dónde está? El pecado, mi pecado, pasa a la cabra, ¿entienden? Entonces si mi pecado pasa a la cabra, aquella cabra muere por mi pecado. Mi pecado es perdonado. Entonces el Señor Jesús en el Jordán, cuando se encuentra con Juan el Bautista y trata de…
Jesús desea ser bautizado por Juan y Juan se asusta. ¡Tú eres Hijo de Dios! Yo tengo que ser bautizado. ¿Por qué usted viene a mí? Se le opone. En ese momento Jesús ¿qué dice? “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Para que se cumpla toda justicia debemos obtener el perdón del pecado y pasamos nuestro pecado a Jesús. En Levítico 16:21 ¿cómo está escrito?
Está escrito de esta manera: “Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel…” ¿Qué dice después? “…Todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío”.
Mi pecado no es que uno lo mantiene en sí y así obtiene el perdón del pecado, no, nuestro pecado pasa a la cabra, el cordero de Dios. Entonces Juan el Bautista va en el Jordán y Jesús quería recibir el bautismo de Juan. Juan el Bautista: Él es Hijo de Dios. ¿Por qué querrá recibir el bautismo por mí? Es absurdo, yo tengo que ser bautizado.
¿Por qué usted viene a mí?, así dice. Entonces el Señor Jesús ¿qué dice? “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Para obtener perdón de todos los
pecados, el Señor Jesús, ahora Juan el Bautista le pone la mano en Él y después de que le pone la mano, al día siguiente, Juan cuando ve que Jesús se acerca:
“¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” ¿Verdad que dice así? Ayer cuando había puesto la mano, nuestro pecado pasó a Jesús y Jesús murió derramando la sangre por ese pecado en la cruz; mediante ello nuestro pecado ha sido lavado perfectamente, ¿entienden? Señores, Satanás hace que nuestro pensamiento se complique y que cumplir los diez mandamientos, el día de reposo…; estamos ocupados para pagar los diezmos.
Dentro de ese bullicio Dios nos lo dice a nosotros de manera detallada. Hemos leído el libro de Romanos, aparece tal palabra. Es Romanos 3:9. “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar [la] sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz.
El 19: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”.
El 21: “Pero ahora, aparte de la ley…” No es ser justo mediante la ley sino que aparte de la ley se ha manifestado otra manera que es el Señor Jesucristo. Entonces todos los que creen en Jesucristo… Viene a ser para todos los que creen en Él “porque no hay diferencia”. La justicia de Jesús: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
Esto era el plan de Dios, es decir, todos nuestros pecados, pasando al Señor Jesús… Jesús murió crucificado y recibió el castigo por nuestro pecado. En el Antiguo Testamento, cuando matábamos a la oveja, cabra, y uno ponía la mano sobre la cabra, el pecado pasaba a la cabra y cuando la oveja moría, nuestro pecado era perdonado.
La muerte de Jesús viene a ser la sombra de ello; nuestro pecado pasó cuando Juan el Bautista le puso la mano. Había negado Juan el Bautista, no quería cuando Jesús quería que le bautice. No, deja ahora para que se cumpla toda justicia, dice, debía de hacer esto para que todo nuestro pecado sea perdonado. Nuestro pecado pasaba a Jesús, Jesús moría y nosotros habíamos de ser justos.
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. ¿Qué dice después? “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Por la gracia de Dios no hemos hecho absolutamente nada pero el Señor Jesús nos rescató del pecado, nos redimió. En ese momento todos nuestros pecados ya han sido perdonados en la cruz, ¿entienden?
En el Antiguo Testamento, cuando ponían la mano en la oveja, nuestro pecado pasaba a la oveja y cuando moría, nuestro pecado era perdonado. Juan el Bautista cuando había puesto la mano en Jesús… Luego, al día siguiente, cuando Juan ve que viene Jesús: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” Jesús cuando recibió el bautismo de Juan, el pecado del mundo pasó a Jesús.
Había muerto crucificado por ese pecado. En ese momento el juicio eterno por nuestro pecado acabó. Nosotros ahora no es que tenemos que orar para pedir el perdón del pecado: debemos de creer que el pecado ha sido perdonado. Enviando al Señor Jesús, todos los pecados que hemos cometido pasan a Jesús y uno muere derramando la sangre.
En el Antiguo Testamento uno ponía la mano en la oveja y la oveja, cuando moría derramando la sangre… El pecado era perdonado, eso era la ofrenda de la expiación. Ahora mediante la muerte de Jesús, nuestro pecado ha sido perdonado, de antemano nuestro pecado Dios lo pasó a Jesús, había permitido que muera crucificado Jesús. Dice: “Consumado es”. En ese momento nuestro pecado acabó, ¿entienden?
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. La vez pasada fui a Latinoamérica. En ese lugar había un sacerdote de una catedral. Me invitó, me dijo:
—Que venga el coro. Durante 50 minutos pueden ahora ellos cantar porque el coro es famoso.
Entonces yo le dije:
—Terminando el culto, yo iré a algunos países de Europa.
Ayer el coro ya partió. Esta mañana no vino el coro sino vino el coro Jindalae. Sí, ya es periodo de Jindalae, ¿verdad?
—El coro Jindalae debe cantar –dijimos.
—Cierto.
El coro está en Europa. Yo terminando el culto de la noche me voy de noche allí a Europa, yo voy a algunos países, me voy a visitar a ellos, tengo campaña en la iglesia, me invitaron allá. La gente… La vez pasada cuando fui a Latinoamérica fue muy bueno. Muchos supieron ello y me invitaron a mí. Si me quiero ir a todos los lugares, tendría que salir todos los días.
No puedo ir a todos los lugares, voy a algunos países. Yo iré a Europa; me siento agradecido ante Dios. Otra cosa no sé pero yo me subo muy bien al avión. Otros dicen que les cansa o que están cansados. No sé por qué están cansados en el avión. El avión, ahora es esponjoso el lugar.
Uno puede dormir, uno puede despertarse a leer la Biblia, uno puede mirar afuera de la ventana. El subirme al avión… Yo me subo bastante bien, creo que para que yo pueda ir bien al exterior, Dios me ha dado como un talento. Sí, ahora poco a poco mejora más y más. Hace poco me subí al avión y ese avión, wow, era tan rápido el avión.
En adelante, dicen que tendremos tales aviones. Comúnmente el avión que nos subimos, ese avión que me subí había subido más la altura que otro avión, es que tenía que ir rápido. No tenía tiempo y me subí en ese avión. Verdaderamente el avión subió pero a lo alto. Cuando sube hacia arriba ¿qué ocurre? Ya disminuye la presión del aire.
Aquí, por más que sea aire, no es el mismo aire. Abajo el aire es tenso, está todo pegado. Cuando nos subimos hacia arriba ya eso se va distanciando y casi no hay un choque con el avión y el aire. Creo que en adelante… Ese día yo realicé la campaña un día, volví: aquí tenía que realizar la campaña, aquí me subí en ese avión; realmente era bastante bueno.
Yo bien no sabía, me sentía en el lugar de copiloto, no sabía ni cuánto era la altura pero subió a lo alto. Me subí en ese avión. Los aviones comunes que nos subimos realmente tienen mucho choque del viento y eso ¿verdad que podemos sentir el choque del viento? Pero en ese avión yo me sentía como en mi habitación, iba directo así.
Ese avión no sé si es el doble pero como si fuese una velocidad doble pero era muy rápido, así pienso. Yo no sabía ni si iba o no. Esos aviones se van desarrollando. Nosotros cuando vivimos la vida, nuestra manera, lo más importante es arrepentíos y obtener el perdón del pecado. Significa (que perdón del pecado, arrepentimiento…) dejar toda tu manera.
“Con mi manera, si quiero seguir la palabra de Dios, no sale bien”. Uno ora, uno cumple los diez mandamientos, vive conforme a la ley. Si uno trata de ir al cielo de tal manera, ni con eso se puede. “Deja todo, yo me voy a encargar”. El Señor Jesús a eso se refiere. “Con que tú lo hagas no se puede. Yo lo voy a hacer todo”; trata de decir ello.
En el Antiguo Testamento muere la ley, muere la cabra. ¿Por qué? Un día es la sombra del Señor Jesús, un día Jesús morirá por nuestro pecado y nos perdonará. No te preocupes, tu pecado perfectamente voy a hacer que se lave, así dice la Biblia. Llevando la vida de fe, siendo bueno, ahora pagando los diezmos, orando mucho y realmente sin cometer pecado, uno va al cielo; es muy simpático, simpático, sí.
Nosotros, por más que cometemos el pecado, hemos cometido demasiado. Uno comete todo lo que quiere y mientras que otros fuman, uno no fuma, dice: “Ah, yo soy muy bueno, no fumé como otros”. Las mujeres también son así, la mayoría. Bueno, 50, 100, bueno, es grande la diferencia entre los dos números pero somos así. Realmente nosotros…
Cometí pecado y no hay manera de obtener el perdón del pecado pero el Señor Jesús murió por mí, entonces el Señor Jesús: “Ah, mi pecado fue perdonado, entonces muy fácil, muy fácil la salvación” pero los corazones del hombre… Muchos pastores dicen: “Recibirá la bendición cumpliendo mandamientos. Tienes que pagar ahora los diezmos, hacer lo bueno”; se ha complicado entonces.
Uno está ocupado, ay, y por teoría sabe que Jesús murió por su pecado pero no puede aceptar en su corazón y de igual manera continúa siendo pecador. Otra cosa no sé pero Jesús murió en la cruz por mis pecados y uno acepta ello. Todo el pecado que yo cometí, Jesús se encargó en la cruz y ya se ha resuelto, acabó en la cruz.
“Ah, yo soy santo”, uno puede decir eso; “yo soy justo”, uno puede decir ello. ¿Por qué Dios nos dice justos? Jesús murió por mis pecados. El castigo que yo me merecía, Jesús recibió el castigo. ¡No tengo pecado! Eso es algo que no lo logran porque son engañados por Satanás. Realmente no pueden decir que no tienen pecado.
“¿Cómo yo voy a decir que no tengo pecado? Yo soy tan malo”. Ahora no es que le dice que no tiene pecado porque no tenga pecado. Jesús murió por ti, recibió el castigo por ti. No es que tú eres bueno por cumplir los diez mandamientos, no es eso, ¿entienden? Hoy en día muchos pastores dicen: “Deben vivir de manera buena”.
Nosotros bien sabemos que no podemos vivir de manera buena, debemos aceptar el bien de Jesús. Lo de Jesús tiene que ser nuestro; por lo cual, el que podamos ir al cielo… No es que seamos buenos y no hayamos cometido mucho pecado.
Los ancianos de la iglesia… Ahora los ancianos en otras iglesias son ancianos, personas pudientes que pagan mucha ofrenda, ellos pagan mucha ofrenda. A los ancianos… De ese anciano: “No hay persona como él. Sin ese anciano, ¿qué será nuestra iglesia? Qué brillante, cómo él da así sin mezquinar. Yo no puedo hacerlo así”.
Los ancianos oyen tales palabras pero un día el anciano se enferma, está por morir, se acuerda de su pecado y ya sabe que no ha podido ser perdonado y tiene miedo. “¡Ay, tengo pecado. Hagan algo por mí por favor!” Es porque todos dicen: “Shh, silencio”. Hay muchos ancianos que mueren de esa manera. A pesar de que son ancianos la muerte les llega. No tienen seguridad de ir al cielo.
Había ofrendado, dando todo su cuerpo, había dado su empeño y tiene pecado, enloquece y después dice: “Uh”; muere sin poder obtener el perdón del pecado. No tiene nada que ver con el cielo. “Oh nuestro anciano. Si no va él, ¿quién irá? Si uno habla de buena manera y así acaba…” De ninguna manera el pecado es perdonado de tal manera, es perdonado por la sangre del Señor Jesús.
Ahora no sirve que cumplamos los domingos, que hayamos pagado ofrenda, que hayamos sido buenos, solamente es necesaria la sangre de Jesús. “Yo ofrendé pero en una situación difícil pagué ante Dios vendiendo mi terreno. Si uno no va al cielo de tal manera, ¿cómo irá?” Se refiere a la obra, es miserable, por lo cual así no puede ir al cielo.
Nosotros hemos cometido pecado y para perdonar ese pecado no es que tiene que hacer vigilia, orar, ofrendar: por la sangre de Jesús que perdona mi pecado; aparte de ello no hay absolutamente nada. El Señor Jesús muere crucificado y aquella muerte…
Él murió en lugar de mi pecado, murió crucificado en la cruz y en ese momento mi pecado ha sido lavado por completo, eso es lo que aceptamos con fe y se refiere a fe. Jesús ahora murió por mi pecado, lavó mi pecado. Ya no tengo pecado. Dios nos dice justos, que somos justificados, nos dice justos.
Hermanos, esta voz tienen que oír, no es que tienen que tratar para lavar el pecado. La voz que les dice justos a ustedes: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Hermanos amados, ¿qué tenemos que creer? Dios me justificó, eso es lo que tienen que creer. ¿Amén?
¿Dios miente? No, Dios si nos justificó, somos justos, punto. Por favor no digan: “Soy pecador”, no, por favor. Si Dios le dice, ah, “justo”, “amén y punto, soy justo ya”. En una ocasión yo fui a Jinju. Tenemos la iglesia Misión Buenas Nuevas de Hapcheon; es así de pequeñita. Los hermanos dijeron: “Pastor, venga a Hapcheon, a Hapcheon”, entonces yo…
Ese día era de noche y fui a la iglesia de Hapcheon, fui allí. Eran como las 10 de la noche y los hermanos se reunieron, veinte, treinta personas se reunieron y empecé a hablar. Acabamos y las 11 por ahí, ya queríamos dormir. Una hermana joven se acercó y me dijo: “Pastor, ya no puedo seguir viviendo con el marido”.
Esta señora se casó y dijeron que era un hombre fiel que creía en Jesús pero después de que se casó ella, él empezó a tomar el alcohol. No es que tomaba simplemente así sino que solamente tomaba eso, no comía arroz, absolutamente nada comía y así tomaba pero un balde de alcohol. Esta hermana me dijo: “Pastor, ya no puedo vivir con ese marido”.
Ya no iba al trabajo el marido entonces la hermana tenía que ir a trabajar. Lo más difícil en el trabajo ¿qué era? Tener que ordenar las botellas, una en la sala, una en la habitación. ¿Por qué es difícil? ¿Por qué no llamas a un niño de la primaria? “Te doy un centavo y limpias las botellas. Con un centavo ya está, punto”.
Se río. Yo le dije: “No llores. Mañana vas a traer a tu marido”. Al día siguiente trajo a su marido. A la mañana se levantó, tomó un balde y comenzó a realmente dar un aliento de alcohol. Yo le pregunté:
—¿Usted es santo?
—No soy santo –me dijo él.
—Pero la Biblia ¿qué dice? Dice que somos justos, nos dice santos, ¿verdad? Abrí la Biblia. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
—Usted no es justo pero Dios te dice que eres justo.
—Es así, sí.
—¿Es correcta tu palabra o la Palabra de Dios?
—La Palabra de Dios.
—Entonces ¿es cierto que tú eres justo?
—Yo no soy justo.
Todos los días él tomaba, era un borracho. ¿Cómo que va a ser justo? Para él no era así pero Dios le dijo justo ¿sí o no? a esa persona. Esto es algo muy importante: Dios nos dice justos a nosotros. ¿Ustedes saben por qué nos dice justos? Ustedes no saben bien. Porque somos justos nos dice justos, ¿correcto?
Él si nos dice justos a pesar de que no somos justos, sería un mentiroso. Ante la vista de Dios somos justos, por eso nos dice justos, ¿correcto? Yo le dije al hermano:
—Hermano, ¿eres justo?
—No, no soy justo –me dijo.
—Busca la Biblia en Hebreos.
Yo le leí: “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
—Sí, Dios a ti también te dice que eres justo. ¿Eres justo?
—No soy, no, no soy justo.
—Dios te dice justo. Tú dices que no eres justo. ¿Es correcto lo que tú dices o la Palabra de Dios?
—La Palabra de Dios.
—Entonces eres justo.
—Sí.
Así simplemente respondía. Yo le insistí que era justo.
—Dios no miente. Si Dios te dice que eres justo, eres justo, ¿sabes?
—Sí.
—¿Tú eres justo?
Yo le enseñé.
—A ver, di que eres justo. Dios te dice justo. Tú eres justo.
Así vamos hablando.
—Que yo soy justo…
Para él era… Estaba pero asombrado, luego volvió a la casa. Este hermano, esta persona, este marido pero tomaba pero en balde, no comía, no comía nada solamente el alcohol tomaba. Algo maravilloso ¿qué era? Sonriendo, decía: “Yo, yo, yo soy justo, ji,ji,ji,ji; yo soy justo, ji, ji, ji, ji”. Al día siguiente, a la mañana, esta persona se levantó y lo primero que hizo ¿qué fue?
Tomó realmente un balde de alcohol y lo puso en su cubierto, puso el alcohol pero no tenía ganas de tomar. Desde ese día… Realmente uno no puede dejar de tomar así. Por más que patalea no lo logra pero desde ese día dejó de tomar el alcohol y jamás volvió a tomar. El matrimonio ahora es tan feliz. Con empeño viene a la iglesia, entonces yo le dije:
“A ver, entra al seminario; a ver, conviértete en pastor”. Vino el matrimonio, ahora realiza el pastoreo. Aunque es una iglesia pequeñita, lo hace con la gracia. El pensamiento que teníamos, despojándonos de todo ello… Por más que sea un pecador sucio si Dios nos dice justos, somos justos. ¿Amén? Por más malo que sea, si Jesús le dice santo, es santo, ¿correcto? A ustedes les dice justos, santos.
Esto no es algo del pastor Park, es Dios, así es. Cuando vemos en Romanos, capítulo 3:9: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios”. Hasta aquí.
El 19: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él”. No se puede cumpliendo la ley. Algo bien importante es el 21. Antes era… Cosas… Aparece…
Dice otra justicia aparte de la ley. No es cumpliendo la ley, aparte. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas”. Cuando sacrificaban a la oveja o a la cabra, ponían la mano en la oveja y nuestro pecado pasaba a la oveja cuando moría derramando la sangre.
Esa sangre la pone en los cuernos del altar y Dios ha escrito, registró el pecado allí. Mediante la sangre se borra y se logra la ofrenda de la expiación del Antiguo Testamento. Mi pecado es perdonado. Eso… El Señor Jesús murió crucificado en la cruz, murió por nuestro pecado derramando la sangre. En los cuernos del altar habían pintado eso pero aquí estamos en el espacio del tiempo.
Existe pasado, presente, futuro pero en el cielo estamos en la eternidad. No existe pasado, futuro, solamente existe el presente, ¿entienden? Entonces “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” pero cuando pasa el tiempo, pero cuando en el cielo es eterno, el que seamos justos es algo eterno, nuestra vida es eterna. ¿Amén?
Por lo cual Dios nos dice justos y habiendo obtenido la eterna redención, dice… El hermano desde ese día no tomó ni siquiera una gota de licor, luego pasó como un mes y yo escuché esa noticia. No tomaron durante un mes pero no se imaginan lo feliz que parece ese matrimonio. No es que yo lo mire sino que miré la foto de ellos.
Se tomaron algunas fotos. Yo he visto. Parecía un campo de flores y luego tal cosa pero realmente cambiaron demasiado. Hace poco vinieron al seminario, recibieron entrenamiento. Realiza el ministerio. Se convirtieron en pastores y fueron enviados. Hace poco fui a esa iglesia. No había muchos miembros pero todos ellos vivían muy felices. Era completamente una persona distinta al marido de antes. Su expresión cambió y su esposa estaba pero demasiado feliz.
Dios, el que nos cambie, el que cambie nuestro corazón, Él bien sabe. Primeramente la Palabra de Dios… No es que uno tiene que tratar de cambiar sino que aceptar lo que Dios ya cambió. No es que uno trata de no cumplir el pecado sino que la Palabra en la que Dios nos dice: “Eres justo”, aceptando, mediante la sangre de Jesús en la cruz…
Cuando la aceptamos en el corazón realmente somos felices. El que seamos justos no es que, no es porque no hemos cometido pecado sino que Dios envió a su Hijo Jesús y nuestro pecado pasó a Jesús. Juan el Bautista pone la mano en Jesús.
En ese momento el pecado del mundo pasó a Jesús y luego al día siguiente cuando Juan el Bautista ve que viene Jesús: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan el Bautista, dentro de ese mundo del pecado que él lleva, el pecado de pastor Ock Soo Park también está incluido. ¿Amén? En ese pecado del mundo está incluido el pecado de todas las personas.
Cuando muere crucificado en la cruz, aquel pecado es perdonado para siempre; no debería volver a cometer pecado entonces. En la Biblia no aparece en ningún lado que no debería volver a cometer pecado. ¿Podemos cometer pecado como queremos? Es interesante, realmente uno tiene que poder cometer pecado para ir al cielo. No hay nadie que puede ir al cielo no pudiendo cometer el pecado.
A pesar de que comete pecado, por la sangre de Jesús es lavado y puede ir al cielo, le ha dejado perfectamente limpio. Señores, ustedes van al sauna, se lavan las manos, los pies. Por más que lo hagan, no lo pueden hacer de manera más perfecta que cuando Jesús lo hace por nosotros. Más que cualquier otra cosa, por la sangre de Jesús nuestro pecado ha sido limpio, nos quedamos limpios.
¿Qué, pues, diremos? ¿Somos mejores que ellos? “En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. [...] Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”. Desde el 19 ¿qué es lo que dice? “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley…” No es por cumplir la ley sino cuando Jesús muere somos justificados y aparece la justicia de Dios. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.
Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. ¿Es difícil de creer esta palabra? ¿Le es difícil creer en esta palabra? “Ah, no, no me incumbe, tengo mucho pecado” ¿Ustedes piensan de tal manera?
Dios: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Somos justos mediante la gracia de Dios. Hoy en día todos los que están sentados aquí, a
todos ustedes Dios les dice justos, ¿entienden? Yo te digo justo. No, no me refiero a mi ser, yo no les digo así, yo les digo siempre “señores”.
Dios les dice a ustedes “justos”; deben creer en esto. ¡Tú eres santo! ¡Tu pecado ha sido lavado por completo! ¡Jesús derramó la sangre en la cruz y tu pecado acabó! Hoy en día en muchas iglesias tanta gente dice: “Oh, Señor, soy pecador. Perdóneme” y cuando muere va temblando; realmente es penoso.
Mi padre, él murió cuando tuvo 70. Mi padre tanto amaba a sus amigos y jamás entristecía a sus amigos, jamás hacía enojar a sus amigos. Son amigos de la misma tierra natal.
—Padre, debe creer en Jesús –le decía.
Realmente el tomar con los amigos, eso viene a ser el gozo en el mundo, un respeto hacia los amigos. Él me decía:
—Voy a creer en primavera que viene.
—¿Por qué no cree ahora?
—Es que en aquel entonces cumple años, 60 años, mi amigo. Tenemos que tomar. Si creemos en Dios, no podemos tomar, pues. Tomando un traguito voy a creer en Jesús.
—Pasado mañana viene a ser otoño. ¿Por qué tiene que esperar hasta otoño?
—Porque el hijo de mi amigo se casa. ¿Cómo yo le voy a hacer eso?
Él así tenía muchos amigos. Delante de Dios nos sentimos muy agradecidos. ¿Por qué? Porque nuestra casa, la casa del campo, realmente estaba bien, bien… Ahora había pasado mucho tiempo. Era viejo y mi tío, el hermano de mi padre, estaba en Japón. En la guerra del Pacífico él fue y luego él se dedicó a la ingeniería en Japón y ganaba bastante dinero. Un día mi hermano le dijo a mi tío:
—Tío, está, está bastante… Ya está muy viejo. En la casa ¿usted podría ayudarme?
Mi tío era totalmente un japonés y le dijo:
—No te puedo ayudar.
Era cortante. Hasta yo me puse triste, estaba al lado oyendo pero ahora cambió de parecer el tío y le dice:
—Pero a cambio tú ¿por qué no vienes a nuestra empresa a trabajar? Te voy a pagar ahora un sueldo.
El sueldo era diez veces más que el de Corea. El hermano le dijo que sí, así lo haría y fue; me sentí muy agradecido. Él fue a Japón. Mi hermano me dijo:
—Yo mientras que esté en Japón ¿tú podrías cuidar de papá?
Yo empecé la iglesia en Daegu. Yo, aunque no era perfecta, preparé la habitación para mi padre.
—Sí, queremos cuidar con nuestra esposa a nuestro padre.
—Cuídalo durante que yo esté en Japón.
Mi padre estuvo en nuestra casa, le encantaba tomar. Mi esposa realmente traer botella en la iglesia le causaba vergüenza, entonces ella amarraba, lo envolvía en su pollera. Un día me llamó desde la habitación.
—Padre de Eun Sook (porque Eun Sook es el nombre de mi hija).
—Sí, –le decía– sí, padre.
Mi padre estaba en la habitación. Yo y mi esposa entramos en la habitación. Mi padre estaba acostado y cuando yo entré se levantó, se sentó y vomitó él. Había mucha hemorragia en su estómago y la sangre acumulada en el estómago él la vomitó. Era la
primera vez que yo veía eso. Había vomitado pero una gran cantidad. Mi esposa empezó a llorar. Le limpiamos la sangre y le pusimos un nuevo lugar para que se acueste.
—¿Está bien, padre?
Sí, creo que habrá sentido más frescura porque salió la sangre que estaba acumulada dentro.
—Estoy bien –me dijo. Yo le dije:
—No está nuestro hermano. En caso que usted vaya a morir, tiene que ir al cielo. ¿Yo le puedo hablar un poco?
Ese día le conté a mi padre cómo mediante la sangre de Jesús puede uno obtener el perdón del pecado. Me sentí muy agradecido. En ese momento si mi padre no estaba en nuestra casa… Ese día papá vomitó sangre, le limpiamos y durante una hora por ahí yo le prediqué el Evangelio de la salvación.
Papá recibió el perdón de los pecados. Vivíamos en Daegu y nuestra tierra natal era Seonsan. Largo tiempo no podría él vivir, entonces sería bueno que vaya a la tierra natal, dijimos. Prestamos una ambulancia y junto con el padre fuimos a Seonsan, a la tierra natal. Al día siguiente mi padre se despertó, me miró y me dijo:
“Padre de Eun Sook (porque Eun Sook es el nombre de mi hija), ayer el carro, ah, no sé si se llama ambulancia pero vine así tranquilo. Realmente el camino es bien salvaje, me preocupé pero estoy muy agradecido ante Dios. Ustedes ¿no nos quieren cantar? ¿Podrían cantar?” Mi padre obtuvo el perdón del pecado.
Mi hermano toda su vida le sirvió, le cuidó a mi padre pero yo soy el menor, estaba en otro lugar y no podía servir a papá pero Dios trabajó así para salvar a nuestro padre; nos hemos sentido muy, muy agradecidos. Se levantó a la mañana. “Ayer cuando pasamos por
Sindong es muy difícil ese camino pero la ambulancia, pero qué tranquilo vinimos. Ah, qué agradecido me siento. ¿Pueden cantar himnos a Dios?”
Jamás mi padre diría eso. Ahora nuestro padre dejó de tomar y se determinó en creer en Jesús. Lloramos, empezamos a llorar y estábamos felices porque obtuvo el perdón del pecado. Había dicho que llame a cinco de sus amigos. Yo les llamé a sus amigos, les traje.
Mi padre:
—Yo nací en este barrio y estoy viviendo como 70 años. Me encantó tanto porque hay amigos como ustedes. Yo creyendo en Jesús a quien mi hijo menor cree… Yo iré al cielo. Cuando vaya al cielo, yo voy a preparar la habitación para ustedes. Ustedes también crean en Jesús a quien mi hijo menor cree. Vamos a divertirnos también allí arriba, en ese lugar. Los amigos decían:
—Tú no vas a morir, no digas eso. Vamos a vivir de manera divertida.
Mi padre después de unos días dejó de respirar. Yo, siendo pastor, mi especialidad es hablar sobre el perdón del pecado. Imagínense qué triste si todos reciben el perdón del pecado a excepción de mi padre. Si mi padre no recibe… Una vez iba en bus. Caminando apareció un abuelo que se parecía tanto a mi padre Corrí, corrí, corrí atrás y era igual, adelante era completamente distinto. Tanto extrañaba a mi padre. Cuando dormía, mi padre siempre aparecía en el sueño y cuando me despertaba me ponía muy triste. “Padre, deje de venir”, dije y ya no aparecía. Si mi padre no hubiese podido ir al cielo y todos hubiesen obtenido el perdón del pecado, qué triste, ¿verdad? Dios, sabiendo eso… Mientras que mi hermano estaba en Japón, estuvo en mi casa. Mi padre vomitó sangre.
Ya todo había sido preparado. Mi padre fue al cielo. Cuando veo las obras que Dios hace en mi vida: “Esto es Dios, hasta tal punto Dios obra en mi vida y me siento
agradecido”. Realmente no podía relacionarse con un ser sucio. Nos dejó limpios a nosotros, nos lavó de todos nuestros pecados. Como dice la Biblia:
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Somos justificados gratuitamente. He creído tal como esta palabra… Ahora sin nada a cambio me dice que mediante la sangre de Jesús mi pecado ha sido perdonado.
No podía ni verlo con los ojos pero conforme a la Palabra, si Dios dice que lo hizo, Dios no miente. Yo creo que perdonó mi pecado, estoy en paz y vivo una vida bendita. Hoy en día (Satanás) toda la gente dice que es pecadora a pesar de que va a la iglesia, pide perdón y va a la hora piadosa.
Para pedir el perdón de los pecados, nosotros no es que tenemos que llorar sino que tenemos que creer que nos perdonó todo nuestro pecado. El pedir perdón es una oración de que no cree que fuimos perdonados de antemano. Cuando fue crucificado, dice que hemos obtenido el perdón del pecado de antemano.
Mientras que permanecemos allí, mientras que voy anunciando este Evangelio, en muchas iglesias muchos pastores al comienzo dicen que somos pecadores y luego cambian y se conmueven, están felices. Este Evangelio, para que se expanda en el mundo entero, hoy esta noche, acabando la campaña, yo iré durante una semana en algunos países de Europa.
Ante el Señor me siento muy agradecido. Quisiera que ustedes oren por mí. Ustedes también, aunque no vayan lejos, a las personas cercanas preséntenles a Jesús. Espero que puedan anunciar el amor de Jesús. Muchas gracias.