La gracia de Dios | San Mateo 4:1-12

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PRÉDICA

DOMINICAL DEL PASTOR OCK SOO PARK

05 de Mayo de 2024

“La

gracia de Dios”

Prédica dominical del pastor Ock Soo Park

“La gracia de Dios”

¿Cómo están? Mucho gusto. Vamos a leer la palabra de la Biblia. Es San Mateo, capítulo 4, versículo 1. Si han encontrado, vamos a leer desde el versículo 1.

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

4 Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,

6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:

A sus ángeles mandará acerca de ti, y,

En sus manos te sostendrán,

Para que no tropieces con tu pie en piedra.

7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.

8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,

9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.

10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

Hasta aquí hemos leído. En San Mateo, Jesucristo es tentado por el diablo. El Señor Jesús es Hijo de Dios, vence a Satanás; sin embargo, el Señor Jesús, viniendo a esta tierra, por nosotros fue sacrificado, murió derramando la sangre y perdonó nuestro pecado; para esa obra preciosa vino Jesús. Jesús, viniendo, ahora había muchas cosas que él tenía que hacer pero Jesús es tentado antes de ello ante el diablo.

Él ayunó 40 días, no pudo comer la comida. Discúlpeme que le diga esto. Yo, realmente, me cuesta ayunar, intenté hacer varios días, nunca pasé una semana. No tenía deseo de ayunar; no sé, una semana, cuatro o cinco días sí lo hice; era bien difícil y yo lo hacía y allí acababa pero Jesús durante 40 días ayunó. Jesús tenía el mismo cuerpo que nosotros.

Pienso que no es algo simple. Yo también he ayunado muchas veces pero no 40 días. Si fuesen 20 días, yo podría entenderle pero lo hice apenas días. No puedo sentir profundamente sobre ello pero Jesús, viniendo a esta tierra, se revistió del cuerpo del hombre.

Muchas cosas que Dios le encargó a Jesús, entre ellas, lo más grande era morir por nuestro pecado en la cruz y luego esa obra de salvarnos de nuestros pecados. Cuando el diablo le tiente a Jesús… En realidad nosotros, cuando cometemos pecados, Satanás nos tienta y nos lleva a cometer el pecado. Todos, la mayoría, caemos en medio del pecado. Nosotros necesitamos la fe para vencer esa tentación de Satanás.

Realmente Jesús es un ser tan precioso de Dios que no podemos ni imaginarnos. Cuando seguimos al Señor podemos tener culto los domingos, podemos predicar el Evangelio, podemos orar, podemos leer la Biblia y podemos cuidar a la gente que está en dificultad. Hay muchas cosas pero entre ello para hacer cada una de aquellas cosas hay algo que el cuerpo nos pide pero haciendo eso, a la vez, es bien difícil, realizar todo.

Escuchando la demanda del cuerpo, nosotros un día nos fuimos de paseo al campo de pinos. Era el paseo de la iglesia, era bueno. Había buena comida, sí, fue así, pero mientras

que vivimos en este mundo comemos normalmente pero Jesús ayunó 40 días, fue tentado por el diablo. Todo ese proceso la Biblia nos cuenta cómo va pasando todo ese proceso.

El Señor Jesús es Hijo de Dios pero este pastor Ock Soo Park, no sé: “Él es Hijo de Dios, es incomparable y en esa obra preciosa que encargó a Jesús, la obra para rescatarnos del pecado, para morir por nosotros en la cruz por nuestros pecados…” Jesús que está ante esa obra tan difícil… Como fuese, Satanás quería tentarlo para que no pueda hacer absolutamente nada por nuestro pecado, para que fracase.

De tal manera Satanás había intentado con la sabiduría y había pero empezado a tentar al Señor Jesús. Discúlpenme, les conté que no podía ayunar bien. Intenté, lo hice durante algunos días. “Hacerlo durante una semana, uh, ¿será que podré sobrevivir 10 días?” 40 días lo hizo.

A veces yo oigo que en la iglesia hay mucha gente que ayuna 40 días y que dice que a veces come solamente caldo de arroz, un poquito de arroz tostado. Eso no es ayuno. En fin, escucho que mucha gente ayuna. ¿Por qué uno necesitaría el ayuno? Hay muchas tentaciones en nosotros. Dice que para vencer ello, ayuna, para realizar la voluntad preciosa de Dios.

Yo no podía ayunar bien. No sé, no sé por qué no podía ayunar bien, no sé. Puede que haya hecho algo mejor si ayunaba mejor, no sé, yo no llegué ni a una semana. Máximo fueron 4 días, luego lo hice varias veces pero nunca pasé cinco días; cuatro, cinco días no era fácil. A veces puedo oler el caldo del vecino, hasta tal punto.

El Señor por nosotros para rescatarnos, para salvarnos, debía ser crucificado y debía padecer mucho sufrimiento. Antes de padecer ese sufrimiento, Satanás, después de que Jesús ayunó 40 días, lo tentó y lo quería echar. Si tú eres Hijo de Dios, haz que esta piedra se convierta en pan, así le dice. No es difícil hacer pan de las piedras pero creo que no sería fácil ayunar mirando aquellos panes.

El Señor Jesús verdaderamente no se fijó en sí sino que venció toda prueba de Satanás y pudo llegar a acabar todo esto; es tan maravilloso, es para agradecer. Señores, nosotros somos débiles, somos frágiles. Además, por más que no podamos ayunar, conforme a la Palabra de Jesús, siguiendo la Palabra del Señor, cuando nosotros nos unimos al corazón de Jesús, esto es algo muy importante.

Hoy en día yo no decido ir yo a las campañas. El comité de organización lo decide. Es primavera, es verano y ellos me decían para que yo vaya a la campaña. Ayer, anteayer llegué a la madrugada y al terminar me dice que vaya a India.

La vez pasada, verdaderamente, durante días yo fui a varias ciudades del interior para predicar el Evangelio, estaba feliz pero hoy en esta noche, terminando el culto, cuando vaya a India, durante tres días realizaré la campaña en India. “Sí”, dije y me determiné en ir. Estoy predicando, preparando la Palabra. Está el Señor, estamos nosotros. Tenía la misma carne, el mismo cuerpo que nosotros.

La vida que vivió Jesús y mi vida son incomparables. Yo… Si me dicen que en la prueba de pastor hay ayuno, yo no podría ayunar pero para ser pastor, durante 10 días ¿será que habré podido pasar hambre? Si me lo dicen, puede que haya pasado pero los 10 días no lo puedo aceptar, no lo puedo permitir. No sé ¿será que nuestra iglesia…? Creo que hay gente que ayunó 40 días.

Bueno, no lo vi, no lo escuché pero en medio de este proceso difícil el Señor Jesús va cumpliendo la voluntad de Dios. Eso es muy importante pero la tentación del diablo… El diablo no es un ser común. Tentando a Jesús había hecho que no pueda realizar la evangelización, lo quería echar y había usado pero de varias maneras, astucias.

Aquí en la Biblia vemos cómo tienta al Señor Jesús. El Señor Jesús aquí en el 3 cuando vemos: “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se

conviertan en pan”. “Si eres Hijo de Dios”. Bueno, no, no podría dejar de hacer estas piedras pan, claro. Si yo lo intento, lo lograré.

Haciendo pan, imagínense, sería difícil de ver el pan habiendo ayunado 40 días. El diablo, mediante miles de maneras, no sé, él había tentado a Jesús para probarle. Claramente la prueba no era simple, era difícil. El Señor Jesús murió crucificado, nos rescató de todo pecado a nosotros. Antes de cumplir aquello, venciendo la prueba del diablo, había permitido realizar la obra de Dios.

A veces no solamente a Jesús lo tienta, a mí también me persigue, a veces me lleva hacia el mundo. Ayunando 40 días, cuando ve el alimento, imagínense cuánta atracción sentirá. A ver, primeramente voy a comer, después no sé lo que va a pasar; puede que haya sentido eso. El Señor Jesús había vencido todo esto, por lo cual fue un siervo verdadero de Dios.

Había rescatado a la gente del mundo y esta obra preciosa la logró. Cuando yo congregaba a la iglesia iba en la iglesia presbiteriana antes. Desde pequeño yo tenía interés por la vida de fe y yo iba a la hora piadosa, la madrugada. Mi padre… En ese entonces hacía frío y no teníamos calefacción en la iglesia. Hacía frío.

Mi padre me decía: “Te vas a engripar. Estamos en pleno invierno. Ve cuando el clima está un poco más calientito” pero yo iba a la hora piadosa porque había hecho mucha cosa mala, había cometido pecado y yo me tenía que ir a confesar, tenía que ir a la hora piadosa. Por dentro si lo hacía, tenía sueño y si lo hacía fuerte, por si me oigan.

Yo me hacía como que oraba y me volteaba a ver si todos se marcharon y cuando se marchaban yo pedía el perdón para que me perdone todos mis pecados. Yo muchas veces me quebrantaba dentro mío pero teniendo la fe de creer en Jesús, ese pecado que yo había cometido como la palabra de San Mateo capítulo 4:

“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. El Señor Jesús al momento podía hacer el pan pero Jesús, él respondió y dijo:

“Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Si hubiese hecho pan, tendría ganas de darle un mordisco, comer, habrá tenido esa tentación. ¿Por qué dejaría de tenerla? Mediante esa manera Satanás quería que Jesús en lugar de cumplir la voluntad de Dios vaya tras el deseo del hombre y después de 40 días de ayuno, así le tentó.

Pero Jesús conocía bien el plan del diablo y le dice: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” y vence a Satanás mediante la sabiduría.

Algo maravilloso, señores: aparte del Señor Jesús, en este planeta, entre mucha gente en este planeta, sea quien fuera la persona, no hay nadie que llegue a vencer a Satanás, no hay nadie que deje de cometer el pecado, por lo cual algo más importante ¿qué es? Hoy en día ¿cuál es el problema pero más pero más difícil en el mundo entero?

Jesús murió por nuestro pecado en la cruz y nos perdonó nuestros pecados pero la gente no puede obtener el perdón del pecado. “Señor, perdóneme, soy pecador, perdóneme”. Hay mucha gente, por lo cual junto con el Señor Jesús, cuando nosotros de frente nos sentamos a hablar con el Señor Jesús: “Señor, yo mentí; Señor, yo robé; Señor, tuve un corazón pero lujurioso, hice la maldad”.

Cuando uno quiere contar eso ante Jesús, qué pena. ¿Saben cuál es lo más penoso? El Señor Jesús… Verdaderamente nosotros tenemos pecado, ¿verdad?, tenemos pecado, hemos cometido transgresión pero algo muy importante ¿qué es? Es cierto que nosotros hemos cometido pecado. Entre ustedes no hay nadie que no haya cometido pecado en este planeta. Todos, aparte de Jesús, cometieron el pecado pero ¿saben cuál es el problema pero el más grande?

Uno leyendo, a pesar de que lee la Biblia, no puede despojarse de su pensamiento y ahora entra otra palabra que no es la Biblia. El Señor Jesús murió en la cruz y muriendo en la cruz perdonó todos nuestros pecados y así está escrito, ¿correcto? El Señor Jesús ¿por qué fue crucificado? Por nuestros pecados. Él derramó la sangre, murió y realizó la obra de perdonar nuestros pecados.

En caso que… Señores, hoy en día hay muchas iglesias en Corea. Le cuentan a Jesús que, realmente: “Ah, Señor, soy pecador. Señor, yo soy pecador”. Nosotros: “Ah, Señor, perdóneme, soy pecador”. Uno lo considera como algo bien normal pero el Señor Jesús pero creo que aborrecería eso.

“¡Yo por tus pecados yo me crucifiqué y lavé todos tus pecados pero si tú dices que eres pecador, tú estás diciendo que yo fracasé, eso es lo único que intentas decir!” Hoy en día tantas iglesias dicen ante el Señor, en el culto: “Señor, soy pecador, perdóneme”. Llorando, ellos ayunan. Eso…

No hay un tormento más grande ante Jesús, no habría un tormento más grande en el mundo para Jesús en comparación a ello. Amados, claramente debemos saber: el Señor Jesús por nuestros pecados murió crucificado en la cruz. Ustedes, no depende cómo piensen. Sea como fuere, el Señor Jesús, conforme a la Palabra, murió por nuestros pecados y todo pecado, toda maldición, para que nos despojemos de ello Él nos lavó completamente nuestros pecados.

Cuando nos encontramos con Jesús, tocando la marca de la cruz de sus manos: “Señor, usted tuvo la marca de la cruz para lavar mi pecado. Señor, usted tiene aquella marca de la lanza en los costados. Señor, usted ha perdonado todos nuestros pecados. Muchas gracias. Yo soy muy carente.

Aunque no pueda dar toda mi vida, yo le entregaré todo mi ser, le serviré a usted, predicaré el Evangelio y obraré en la obra del Señor”, por el Señor. Esto es algo que aún es necesario; necesitamos eso. El Señor Jesús murió crucificado por nosotros en la cruz pero hoy en día muchos miembros de muchas iglesias dicen: “Señor, soy pecador, perdóneme”.

Esto no es humildad, esto es pisotear la cruz del Señor Jesús. En esta mañana entre ustedes ¿todavía hay alguien que piense que es pecador? ¿Sí? Todos nosotros hemos cometido el pecado sin excepción, todos. Puede que haya un gran pecado, un pecado más grande; más pecado, pequeño, liviano, pesado; no hay algo ligero pero, en fin, todos cometieron pecado.

Algo cierto es que la Biblia… Algo claro que dice es mediante la sangre de Jesús nuestro pecado ha sido perdonado. Especialmente hoy hemos leído San Mateo, capítulo 4. “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. ¿Jesús piensa que yo no voy a poder hacer esto? Hará el pan. Después de hacer el pan y después de los 40 días de ayuno, si ve el pan, ¿cómo se sentirá? Tendrá la tentación por ese pan, ¿verdad? “Ah, voy a probar uno. ¿Qué tal si pruebo uno?”

Sí, todos ustedes sentirán eso, sí, les surgirá ese pensamiento. Satanás quería echar a Jesús, Satanás quería que caiga Jesús. De tal manera le dice: Haz “que estas piedras se conviertan en pan”. El Señor Jesús ¿no podría hacer? Claro que puede hacer, claro. Mira, yo lo hice. ¿Piensas que no lo voy a poder hacer? Claro, lo hice. Después Jesús tendría ganas de comer. Para tentarlo lo hace de tal manera.

Algo bien importante ¿qué es? El Señor Jesús es más sabio que nosotros y sabía bien el plan de Satanás. ¿Qué le dice? “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Claro, el hombre necesita pan pero no solamente pan. Para vivir por la eternidad, la Palabra de Dios, ¿verdad?, vivir mediante la Palabra.

Aquí dice: Vivirá el hombre no solo de pan “sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La palabra de la Biblia dice que Jesús murió por nuestros pecados y que murió derramando la sangre. Entonces si es una persona que cree en esa palabra: “Jesús, por este ser inútil, sucio, usted murió derramando la sangre, murió por mis pecados”.

Después ¿qué es lo que aparece? “Entonces en ese momento Jesús murió por mis pecados. Mi pecado entonces, en realidad, fue perdonado porque usted murió por mi pecado. Señor, este ser sucio, para salvarlo, usted murió derramando la sangre, padeciendo sufrimiento”. Es normal que uno se dirija de tal manera.

Hoy en día miles de miembros, sea cual fuera la iglesia, sin excepción: “Señor, soy pecador, perdóneme” y se arrepiente de su pecado, se arrepiente, reflexiona y no podemos echarle la culpa por ello. La razón por la cual murió en la cruz: murió por nuestros pecados, el Señor Jesús murió por nuestros pecados en la cruz y si no ha podido lavar nuestro pecado, lo único que estamos intentando decir: que ha sido un fracaso.

¿Para qué vamos a creer en un Jesús que haya fracasado? Absurdo. Si queremos tener una vida de fe perfecta, no importa cómo yo sienta, cómo yo piense o cómo sea ante nuestro pensamiento. En la palabra de la Biblia claramente dice que Jesús murió crucificado por nuestros pecados. ¿Por qué? Para perdonarnos de nuestros pecados Entonces el Señor Jesús… Entonces ¿ha sido un fracaso el lavar nuestro pecado de parte de Jesús? Claramente debemos saber eso. Si Jesús realmente no pudo lavar nuestro pecado… ¡Claro que Él lo lavó! Hoy en día tanta gente dice: “Señor, soy pecador, perdóneme”. Hay tanta gente que se pone a orar de tal manera. Derramando la lágrima, dice: “Señor, perdóneme”.

Eso quiere decir que ante su vista lleva una buena vida de fe pero ante Jesús que murió derramando la sangre está intentando decir que esa cruz no pudo lavar nuestro pecado, entonces por conclusión estamos diciendo: “Jesús, usted fracasó. Aunque sea ahora, láveme”; está diciendo eso. No conoce la Biblia. Pero es el colmo, está diciendo que la obra de lavar nuestro pecado en la cruz ha sido un fracaso.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. ¿Ustedes oyen bien esto? ¿Han oído esto? “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. ¿Por qué? El Señor Jesús, cuando murió crucificado, nos dejó más blancos que la nieve, nuestros pecados. La Biblia dice: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia…” Mediante la Biblia Dios nos lo dice: Tu pecado ha sido lavado, tú eres justo. Es mediante la gracia. Yo te lavé gratuitamente. “Señor Jesús, para lavar este pecado de este ser tan sucio, usted derramó la sangre en la cruz, usted murió crucificado.

Por eso, gracias a eso… Yo soy un pecador pero tan malo, soy un pecador malo pero el colmo. El Señor Jesús lavó mis pecados, por lo cual me siento agradecido”. Hoy en día todos los líderes cristianos se han corrompido. A pesar de que Jesús murió crucificado, ellos siguen diciendo que son pecadores. Está escrito que nos lavó por la sangre que derramó pero están pidiendo perdón.

Pero ¿es posible? ¿Cómo es que están leyendo la Biblia? ¿Cómo es que están creyendo en Jesús? El Señor Jesús, por nuestros pecados Él fue crucificado y todo castigo que nos merecíamos… Él perdonó todos nuestros pecados y nos dejó más blancos que la blanca nieve, así está escrito. Esa palabra, aceptarla, eso viene a ser la gracia de Dios.

Yo en esta ocasión fui a muchas iglesias de la región de Rusia y hablé sobre la redención. Me encontré con muchos pastores para hablar y ellos se conmovieron pero en

gran manera. Desde mañana, durante tres días, predicaré en Filipinas. Luego, no sé quién fijó pero ya lo designaron. “Venga”, dice. El pastor Kang Jun me dijo que tenía que ir a Filipinas y que él iría antes para preparar.

Ya me tengo que ir mañana. Hay tantas cosas que tenemos que decir. En medio de ello, lo más importante ¿qué es? La cruz del Señor Jesús para perdonar mis pecados. Él murió crucificado en la cruz y perdonó mis pecados. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. ¿Qué dice luego? “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Así dice la Biblia. “Por cuanto todos pecaron…” pero el Señor Jesucristo, muriendo en la cruz por nuestros pecados, nuestros pecados ahora han sido blanquecidos, más blancos que la nieve. Tu pecado ha sido lavado. Tú eres justo, tú eres santo, tú has sido lavado. Eso es la palabra de la Biblia, la Palabra de Dios que Dios nos dice.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Dios si nos dice justos, somos justos. ¿Ustedes no creen en Dios? ¿Dios mintió? ¿Dios está estafando? ¿Es una estafa? En gran manera uno siente realmente quebranto. La redención no la hemos recibido como oro o plata que desaparece.

“Por la sangre del Cordero santo de Dios hemos obtenido la redención. El Señor Jesús ha perdonado todos mis pecados, aleluya. Uniendo todas las voces, cantemos. Por su sangre hemos obtenido la redención”. Ellos cantan como una formalidad, no entienden ni lo que dicen, simplemente cantan: “Señor, perdone al pecador”. Así, después dice que obtuvo la redención pero canta otra vez diciendo que es pecador.

El servicio en sí, allí está diciendo cosas que no tienen ni sentido, para nada. ¿Cómo Dios va a aceptar ese culto, ese servicio? No podemos creer otra cosa pero debemos creer en la cruz de Jesús. ¿Por qué Jesús fue crucificado? Para perdonar nuestros pecados Jesús

fue crucificado. El Señor Jesús… El significado de la cruz de aquel entonces… Claramente la Biblia dice que nos perdonó de nuestros pecados.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Dice que “siendo justificados”. Esto es la Palabra de Dios. En caso de que Jesús haya muerto por nuestros pecados y seguimos siendo pecadores, significa que estamos diciendo que ha sido un fracaso la muerte de Jesús en la cruz.

Sin decir, sin saber, uno dice: “Señor, soy pecador, perdóneme”. Verdaderamente no conoce la Biblia pero hasta el colmo. No conoce pero demasiado. Yo también cuando yo era pequeño, como el anciano, el pastor me decía, yo también decía que era pecador, perdóneme. Mientras que iba cumpliendo la edad, empezaba a leer la Biblia. Leía una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces, diez veces, veinte veces.

Cuando yo la iba leyendo, lo que la Biblia decía y lo que la iglesia enseñaba era completamente distinto. Yo, sinceramente, no es que quería ser pastor sino que el corazón que aparecía en la Biblia, el corazón de Dios, quería transmitirlo tal como estaba. Por más que es un hombre sucio, por más sucios que seamos, si Dios nos dice justos, somos justos.

¡La palabra justa quiere decir que no tiene pecado, que es limpio! Si viene a la iglesia, dice: “Señor, soy pecador, perdóneme” y ayuna 40 días, sí, así lo hace pero están crucificando el corazón de Jesús. “Ah, Señor, soy pecador. ¿Por qué Jesús no pudo lavar mi pecado en la cruz?” Esto quiere decir, está diciendo eso. Entonces muchos me dicen:

—¿Usted no comete pecado? ¿No tiene pecado, eh?

—Sí, yo tuve mucho pecado.

—Pero ¿ahora no tienes pecado?

—Sí, es así mismo, no tengo pecado.

—¿Qué no cometiste…?

—Cometí mucho pecado.

—Entonces ¿no eres pecador?

—El Señor Jesús lavó todos mis pecados. Ahora yo creo con toda convicción eso.

Mi pecado, que era más que la cantidad de mi cabello, ahora quedó más blanco que la nieve. ¡Esto es una realidad, es la palabra de la Biblia! No somos pecadores. ¡La paga de nuestro pecado Jesús la pagó en la cruz y si decimos “pecador” es pisotear, humillar la cruz! Además, hay gente que dice que la Misión Buenas Nuevas es una secta.

Hace poco, escándalo, sí, ellos decían que éramos secta pero ahora todos guardan silencio. Creo que la iglesia de Corea está cambiando. Mediante la sangre de Jesús, si sigo siendo pecador, eso no tiene sentido. “Señor, soy pecador, perdóneme”. Se arrepiente, confiesa.

Bueno, eso está bien pero si no puede creer que Jesús perdonó nuestro pecado en la cruz, es una humillación ante Jesús, que a pesar de que murió en la cruz no pudo lavar nuestro pecado. Eso quiere decir cuando uno dice que es pecador: está insultando, está atacando pero hasta el colmo la cruz.

Dice que él es el único que tiene la razón y cuando alguien es distinto a sí mismo, dice que es secta. No mira la Biblia pero por más que lea la Biblia, cerrando los ojos, se daría cuenta de ello. Claro, cerrando los ojos no puede leer, ¿verdad? Bueno, me expresé mal. Amados, aquí la Biblia dice: “No solo de pan vivirá el hombre”, sino de toda palabra que sale de Dios. Aquí después dice: “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus

ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.

Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”.

El Señor Jesús no fue tentado, no fue engañado por el diablo sino que mediante la Palabra de Dios, mediante la Palabra de Jesús, echó todo plan del diablo, derrumbó todo plan del diablo y erigió el plan de Dios; eso fue hecho por nosotros. Jesús fue crucificado en la cruz, resucitó después de tres días y murió por nosotros en la cruz.

Después de tres días, cuando resucitó, acabó la obra para perdonar nuestro pecado. Acabando esa obra murió. Yo una vez fui a Latinoamérica, en Sudamérica. Allí estaba un sacerdote de una gran catedral. Él me llamó. Yo fui a la catedral de ese sacerdote. Fui con el coro y él me suplicó a mí. Durante 50 minutos quería que el coro vaya a su catedral para cantar.

Le dije que sí era posible. A mí me dijo: “Usted ¿sí podría predicar durante 30 minutos?” Yo le prediqué. Nos sentamos con el sacerdote y hasta la noche compartimos cómo obtener el perdón del pecado por la sangre del Señor Jesús. Qué maravilloso, ese sacerdote ese día obtuvo el perdón del pecado. Estaba pero muy, muy feliz.

Yo vine a Corea pero esta persona me envió una carta a mí y me dijo que vuelva a ir y que le vuelva a contar acerca de cómo obtener el perdón del pecado. Que en el Vaticano romano él les contó que “el pastor Ock Soo Park nos predicó esta palabra. Queremos volver a invitarlo. ¿Puedo invitarlo?”

El Vaticano romano dice que le dijo: “Es bueno que compartas con la religión protestante. Sí, invítalo”. Yo en ese momento pensé que cientos de sacerdotes estarían

reunidos pero allí se reunieron como dos mil personas. Ellos sentados me esperaban. Ellos yo les conté sobre el perdón del pecado, cómo obtener el perdón del pecado por la sangre del Señor Jesús… Ellos se conmovieron oyendo sobre el perdón del pecado.

¡Yo no les predique otra cosa. Cometimos pecados, somos unos pecadores malos. El Señor Jesús murió crucificado y recibió todo castigo que nos merecíamos! Mediante la gracia: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

El Señor Jesús, cuando murió crucificado, nuestro pecado fue lavado, no solamente el nuestro sino que el pecado de toda la humanidad fue lavado y mediante la gracia de Dios nos dice: Tú eres justo, tú no tienes pecado, tú has sido lavado. Somos personas que han sido llamadas de tal manera. “Ey, Ock Soo Park, tú has cometido pecado. Ahora mediante la sangre de Jesús, mediante la cruz has sido lavado.

Ahora eres santo, eres justo. Tu pecado ha sido perdonado, tú eres justo”; ¡así nos lo dice la Biblia! Hoy en día muchos pastores, mucha gente… Ahora la iglesia, a pesar de que ellos vienen, dice que se arrepienta, que pida perdón de sus pecados. Qué pena.

Cuando yo iba a la iglesia presbiteriana pasaba un año, seguía siendo pecador; pasaban dos años, seguía siendo pecador; pasaban tres años, seguía siendo pecador; hasta el décimo año seguía siendo pecador. La gente al morir muere como pecador. Pero qué triste. Leen la Biblia; no es que no tienen la Biblia. En la Biblia dice:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. La Biblia así lo dice. Dios no es mentiroso. Dios si nos dice que somos justos, nosotros somos justos. Sea cual fuera el pecado que uno comete, el Señor Jesucristo nos redimió, nos rescató, por lo cual somos justos, somos santos y así nos lo dice la Biblia.

Si creemos en la Palabra de Dios, cómo sería: “Señor, yo realmente cometí mucho pecado. Yo mentí, yo robé. Cuando éramos pequeños, estábamos en un periodo de hambre. Íbamos al huerto de la manzana para arrancar eso a escondidas y comer. Yo iba a la iglesia. Entonces yo, ya que iba a la iglesia, por más que cometa pecado, yo no cometí tanto como mis amigos porque íbamos al campo de los melones.

Los amigos pisaban toda la raíz, así, pero con solo pisar el melón no importa pero si pisa la raíz, esa casa fracasa pero yo creí en Jesús y yo tenía cautela para pisar. No pisaba la raíz, olía el melón y lo que estaba maduro… Yo solamente recogía los dos que estaban maduros. Robaba pero era buenito; ese pensamiento tenía pero abriendo la Biblia entendí que era vil, era un pecador tan sucio.

Allí no acababa todo. Cuando volví a leer la Biblia, era increíble. Génesis, Éxodo, Levítico, continuamente yo iba leyendo. Cuando leí el libro de Levítico me asusté en gran manera.

Cuando leía Levítico 4 aparecía la manera de cómo obtener el perdón cuando el sacerdote cometía pecado y luego cuando toda la congregación cometía pecado, cómo obtener el perdón y luego cuando el jefe de la tribu cometía pecado, cómo obtenía el perdón; luego cuando uno del pueblo cometía pecado, cómo obtenía el perdón. En ese momento, yo: “Ah, mira, existe tal palabra. Pero ¿por qué el pastor no me cuenta esto?”

Yo, abriendo bien mis ojos, volví a leer esta palabra: “Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová [en Levítico 4:27] en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió. Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación”.

Cuando uno pone la mano, mi pecado pasa a la ofrenda. Cuando Jesús es bautizado por Juan el Bautista, Juan el Bautista le pone la mano a Jesús. Jesús le dice a Juan que quiere ser bautizado pero Juan se le opone.

—Yo tendría que ser bautizado por usted. ¿Por qué usted viene a mí? ¡No!

Jesús le dice:

—Deja ahora. Tenemos que hacer esto para cumplir toda justicia.

Entonces cuando le pone la mano Juan el Bautista a Jesús, el pecado del mundo pasa a Jesús. Anteriormente los judíos, cuando uno entregaba la ofrenda de expiación, uno traía la oveja o la cabra y sobre la cabeza o la cabra ponía la mano, entonces mi pecado pasaba a la cabra o la oveja. Esa oveja, cuando moría con mi pecado, esa sangre la pone en los cuernos del altar.

¿Por qué hay que ponerla en los cuernos del altar? Porque en la Biblia dice: El pecado de Judá está en los cuernos. Dice: “El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares”. Dios registró nuestro pecado en los cuernos del altar, el pecado de fulano, mengano, está.

Tal cometió tal pecado y lo pone allí registrado. Nuestro pecado lo pone en la tabla de nuestro corazón. Cuando vemos nuestro corazón, claramente nosotros nos acordamos del pecado que hemos cometido. Cuando cometemos pecado, el pecado está registrado en la tabla del corazón. Ahora, señores, por más que yo veo la tabla de mi corazón, no veo ningún pecado. ¿Por qué?

Porque Jesús, muriendo sobre la cruz, recibió el castigo por mi pecado. Hay un himno que dice: “Más blanco que la nieve, más blanco que la nieve”. Juan el Bautista cuando estaba dando el bautismo, Jesús quiere ser bautizado.

—Él es Hijo de Dios– Rechaza. –Yo tengo que ser bautizado pero ¿usted viene a mí?

Jesús le dice:

—Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.

“Entonces le dejó”. Entonces Juan el Bautista le pone la mano en la cabeza de Jesús. En ese momento todo el pecado del mundo pasó a Jesús. En el Antiguo Testamento, cuando entregaban la cabra o la oveja, traían una cabra, una oveja sin mancha y después de poner la mano, moría derramando la sangre el animal y mi pecado era perdonado en ese momento.

Juan el Bautista dice:

—¿Por qué usted viene? Yo tengo que ser bautizado, no usted.

Es Juan el Bautista. Jesús:

—Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.

“Entonces le dejó”. Entonces Juan pone la mano en la cabeza de Jesús y luego al día siguiente ve que Jesús se le acerca. Juan dice: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Mirando a Jesús le dice ello. En el Antiguo Testamento ponía la mano sobre la cabra, sobre la oveja y cuando moría la oveja, la cabra, nuestro pecado era perdonado. Cuando Jesús muere por nuestro pecado, ahora nos muestra como una señal. Jesús vino y Juan el Bautista, cuando pone la mano sobre Jesús, nuestro pecado, el pecado del mundo, pasó a Jesús. Jesús, cuando muere por ese pecado, nuestro pecado fue lavado completamente, nos lo dice la Biblia. Nosotros creemos en esa palabra de la Biblia, por lo cual el Señor Jesús cuando fue tentado por el diablo:

Haz que esto se convierta en pan, esta piedra, si eres Hijo de Dios y A ver, si tú me reverencias, si postrado me adorares, todo esto te daré. ¿Por qué yo le voy a adorar a Satanás? Yo le voy a adorar a Dios y le rechaza. Jesús no oyó la voz del diablo. Cargando todo nuestro pecado fue crucificado en la cruz, ¿entienden? Eso viene a ser la obra de Jesús.

Jesús, cargando todos nuestros pecados, fue crucificado. En ese momento, todos nuestros pecados fueron perdonados para siempre, la Biblia nos lo dice. Ahora nosotros: “Perdóneme”. No, no es que tenemos que decir ello sino que el Señor Jesús, ya que murió por nuestros pecados… Nuestros pecados, acerca de ese punto tenemos que agradecer ante el Señor. “El Señor Jesús murió derramando la sangre por este pecador tan malo y me ha santificado”.

Señores, en San Mateo, capítulo 4, en esta Biblia, Satanás deseaba que muera simplemente sin poder lavar nuestro pecado, entonces le dice: Haz que esta piedra se convierta en pan, así le tienta a Jesús. Ay, diablo, ¿tú crees que no puedo hacer? Al momento te haré. Si yo hubiese sido Jesús, así lo haría. A ver, ahora al momento lo voy a hacer.

¡A ver, tú come también uno! Jesús no siguió la voz del diablo. Haz que esta piedra se convierta en pan. “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. En la Biblia claramente está escrito. Pero qué triste: hoy en día muchas iglesias de Corea… Todos dicen que son pecadores.

Sí, hemos cometido pecado, somos pecadores pero ¿qué es lo que la sangre de Jesús hizo? Tenemos que preguntar. Hemos cometido pecado. Hace dos mil años Jesús derramó su sangre y en ese momento nuestro pecado ya pasó a Jesús. Juan el Bautista, cuando ve a Jesús, le dice: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Aquello ¿qué quiere decir? Pecado del mundo se refiere a todo pecado que está en el planeta: pecado grande, pequeño, del sobresaliente, del que no es sobresaliente, el pecado de adulterio o el pecado de haber robado, todo, todo. Ahora, juntando todo ello: Jesús murió crucificado en la cruz.

Sea cual fuera el pecado que vayamos a cometer, Jesús, muriendo sobre la cruz, recibió el castigo por el pecado, por lo cual la Biblia dice que el pecado ha sido perdonado, así lo dice. Aquí dice: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente” por la gracia, “mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

La Biblia nos lo dice. Señores, dejen ese pensamiento tan astuto de ustedes sino que ¿qué es lo que la Biblia dice? Creer en eso es creer en Dios. ¿Amén? Hasta ahora, aquellas personas que pensaron que eran pecadoras… Jesús murió crucificado; entonces, a pesar de que él murió crucificado, quiere decir que no pudo perdonar el pecado; eso sería un pecador pero inmenso y le haría enojar a Dios.

No, Jesús cuando murió derramando la sangre, murió por nuestros pecados. Todos nuestros pecados fueron perdonados, entonces ya no seguimos siendo pecadores. “Señor Jesús, mediante su sangre, mi pecado ha sido perdonado. Muchas gracias”. Alguien hizo este himno: “Día feliz, día feliz el día que el Señor lavó todos nuestros pecados”. Es tan bello el himno. “Día feliz, feliz. El Señor me lavó de todos mis pecados”.

No habrá nadie entre ustedes que no haya cantado este himno, ¿verdad? 500 veces, mil veces, quién sabe, máximo. “Día feliz, día feliz, el Señor lavó todos mis pecados”. Si canta todo ello, simplemente debería creer y ya. Canta de esa manera, no cree y dice: “Señor, soy pecador”. Adelante, atrás, no encaja. En el himno dice que obtuvo el perdón del pecado. “Día feliz, día feliz, el día que el Señor lavó todo mi pecado”. Sí, lavó y después dice, cuando ora: “Señor, soy pecador”. Le está confundiendo a Dios. Señores, ahora conforme a cómo les surja en su pensamiento, ahora, señores, tienen que investigar qué es lo que la Biblia dice.

En la Biblia dice: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. “Gratuitamente” dice que somos justos. No tienes pecado, eres limpio, eres santo, así nos lo dice, ¿entienden?

Los que tienen ropa cara, ropa barata, no, no va discerniendo ello; alto, bajo, no, no va haciendo diferencia, no hace diferencia de alguien realmente sobresaliente o tonto. Por su sangre nos purificó a todos. No nos dio la redención como un tesoro, el oro, la plata; no, no hemos recibido la redención como esa joya que desaparece sino Dios santo…

Por la sangre del Cordero hemos obtenido la redención. Esto es una realidad. Por favor no fluctúen, ¿entienden? “Tengo mucho pecado”. El Señor Jesús, el Cordero de Jesús murió por mis pecados. En ese momento todo mi pecado para siempre ha sido perdonado. ¿Amén? Hoy en día: “Señor, soy pecador, perdóneme”. Al Señor Jesús está dándole un gran dolor en el corazón.

Además, esa persona dice que somos secta. No sé por qué nos dicen secta, por qué no nos dicen octavo, décimo; yo me río. Sí, uno puede decir eso cuando no sabe pero exactamente debemos ver la Biblia. La Biblia dice: El Señor Jesús murió por nuestros pecados, Él fue crucificado y nuestro pecado quedó más blanco que la nieve.

Eso, más que la palabra del pastor Ock Soo Park, esto ya es algo mil veces más importante que la palabra de pastor Ock Soo Park; exactamente oyendo, deben creerlo. “Señor, perdone mi pecado”. No digan eso. De antemano sobre la cruz, el castigo de todo pecado que yo cometo Él recibió todo castigo y perdonó todo mi pecado. Yo soy santo, yo ahora soy justo. No es que yo lo dije sino que el Señor Jesús lo dijo. Por la sangre del Señor Jesús me ha dejado más blanco que la nieve. “Este corazón tan sucio, teñido, en medio del pecado ha sido emblanquecido, más blanco que la nieve, ha quedado limpio, ha sido lavado”. ¿Verdad que cantamos bien? Ah, sí, tienen que creer en ello porque es la Palabra que Dios dijo.

En esta mañana, ustedes que han venido al servicio, sea quien fuera entre ustedes, no digan que son pecadores, acaben con esa palabra. El pecado desapareció. ¿De qué manera? El Señor Jesús murió derramando la sangre por el pecado, recibió el castigo por mi pecado. Ahora no tenemos ni una pizca de pecado, hemos sido lavados completamente y somos santos, somos justos; eso viene a ser la voluntad de Dios. Cuando muere crucificado, cuando le clavan los costados, cuando le clavan la mano y los pies, Él murió en lugar de nuestros pecados. En ese momento todos nuestros pecados han quedado más blancos que la nieve. Yo desde mañana en India voy a una gran iglesia para realizar la campaña. Me han invitado durante tres días. Esta noche partiré y realizaré la campaña en India, luego volveré a Corea. Durante ese periodo yo les contaré esto: tenemos mucho pecado pero Jesús, cuando muere por nuestros pecados, el Señor ha perdonado todos nuestros pecados; es creer en ello.

En caso de que, a pesar de que Jesús murió en la cruz, si ustedes dicen que son pecadores, significa que no pudo lavar nuestro pecado a pesar de que murió en la cruz. No hay algo más humillante que eso. Hemos dicho eso por no saber. ¿Verdad que pensábamos que éramos pecadores porque cometíamos pecado? Pero ustedes saben que Jesús murió por nuestro pecado, ¿verdad?

Él murió derramando la sangre. Todo pecado, todo castigo que nos merecíamos acabó en ese momento. No es que nos perdonó, no es que nos redimió como un tesoro que desaparece, el oro, la plata, sino que mediante el Cordero de Dios nuestro, nosotros hemos obtenido la redención por su sangre. Ahora canten con el corazón; si cantan con el corazón de que son pecadores, vendría a ser una mentira.

Mi pecado, por la sangre del Señor Jesús ha sido perdonado. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Esto viene a ser la palabra de la Biblia. Tú, por la sangre del Señor Jesús, has sido justo. En la cruz tu pecado ha sido lavado perfectamente. Eres santo

Esto no es ni inglés ni alemán, es coreano y así está escrito en la Biblia. Ahora, señores, éramos pecadores sucios que han cometido un pecado sucio pero cuando Jesús muere derramando la sangre, nuestro pecado ha sido ahora emblanquecido. Alabamos al Señor que nos santificó, ahora nos lavó, basta y sobra hasta que lavó el pecado de nuestros hijos, nietos, descendientes. Para que pueda lavarlo para siempre. Verdaderamente esto es una buena nueva pero qué triste, Satanás engañó a muchos pastores de muchas iglesias y enseña que somos pecadores. Aquellos hombres ¿qué dirán cuando estén delante de Dios? En varias partes de la Biblia hemos sido justificados por la sangre de Jesús. Ahora en más, ustedes no digan que son pecadores. Es cierto que han cometido pecado pero el Señor Jesús cuando muere crucificado por nuestro pecado nos lavó, luego cometieron pecado, todo ese pecado ha sido lavado en la cruz y perfectamente el Señor Jesús cargó nuestro pecado y murió en la cruz. Nos dice que somos justos. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”, así dice. En esta mañana hasta aquí vamos a compartir. A todos ustedes, Dios: “Hermana, tú eres justa; hermano, tú ahora eres santo. Por la sangre del Señor Jesús, tu pecado ha sido lavado, eres limpio, santo; agradece a Dios.

Ahora ya dejen de pedir perdón por el pecado. Ya nos dice que nos lavó. Muchas gracias. Sirviendo al Señor, si anunciamos este Evangelio a otra persona, no habrá un gozo más grande para Dios, así confío. Muchas gracias.

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