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DIVERSIDAD
Sorbos de bienestar y vitalidad
MARTINA FERRER Nutrición integrativa y psiconeuroimmunología | @martina_ferrer_
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Tomar una taza de caldo o un plato de sopa al día ayuda a hidratar y calentar el organismo, mejora el sistema digestivo, aporta vitalidad y es muy reconfortante. Sin duda, ¡es uno de los grandes placeres del invierno!
Si te gusta preparar tu propio caldo, el de huesos es uno de los más ricos en vitaminas y minerales; hazlo con huesos de pollo (incluyendo el cuello, la cresta y las patas, que son partes especialmente ricas en colágeno), huesos de rodilla de ternera, pies y rabo de cerdo, chuleta, huesos de cuello de cordero, etc. No olvides las especias, como bolitas de pimienta, rodajas de jengibre, laurel, hojas de perejil o ajos aplastados, por ejemplo; y un chorro de vinagre o el zumo de medio limón para favorecer que los minerales de los huesos pasen al agua. Ponlo todo en frío, deja cocer unas dos horas y añade algunas verduras (apio, nabo, puerro) con el objetivo de suavizar el sabor final.
Sopas con tropezones
Una de las formas más habituales de disfrutar del caldo es tomarlo en sopa, que puedes elaborar a partir de diferentes caldos. Si es de caldo de huesos, pon trozos de la carne del pollo y utiliza sémola de tapioca en lugar de pasta; la de caldo de pescado queda deliciosa con dados de pescado blanco y marisco y un puñado de arroz integral basmati o unos trozos de patata; y cuando el caldo es vegetal, prueba a incorporar trozos de apio, nabo o zanahoria para aportar un extra de textura y colores al plato. Y no olvides cocinar tus cremas de verduras con una base de caldo: resultan mucho más sabrosas y nutritivas.
Caldos preparados: ¡fíjate bien en los ingredientes!
Para hacer un buen caldo casero solo es necesario algo de planificación, pero si no tienes tiempo o no te gusta cocinar tienes opciones de caldos envasados de muchísima calidad, tanto para tomar como consomé como para hacer una sopa o una crema de verduras. Recuerda escoger los que vienen en botellas de cristal y examinar las etiquetas a conciencia, seleccionando los que no contienen aditivos, como conservantes o potenciadores del sabor, y procurando que sean ecológicos para evitar pesticidas si son de verduras.
SI HACES AYUNO INTERMITENTE… En caso de practicar ayuno intermitente de 16 o 24 horas (siempre bajo supervisión de un profesional), consumir caldo de pollo o de verduras ayuda a sobrellevar mejor los períodos sin comida, a la vez que garantiza el aporte de minerales e hidratación necesarios durante el ayuno sin romperlo.
RECETA. SOPA DE INVIERNO
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1. Almidón de tapioca. Biográ. 2. Caldo de pollo. Aneto. 3. Patata blanca. ECO. 4. Zanahorias. ECO. 5. Puerros. ECO. 6. Caldo de cocido. Amandín.