En Blanco dibujos. Alberto Sánchez Maratta.

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EN BLANCO dibujos

Alberto Sรกnchez Maratta

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EN BLANCO dibujos Alberto Sánchez Maratta Del 12 de diciembre de 2014 a marzo de 2015 Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson Av. Libertador Gral. San Martín 862 oeste | San Juan | Argentina | +54 (264) 420 0598 | 420 0470 | contacto@museofranklinrawson.org | www.museofranklinrawson.org

Autoridades Gobierno de San Juan

Staff Museo Franklin Rawson

Gobernador

Dirección Virginia Agote Producción Natalia Segurado Educación María Elena Mariel / Natalia Quiroga Investigación y Patrimonio Emanuel Díaz Ruiz / Berny Garay Pringles Registro y Comunicación Ina Estévez Diseño Ana Giménez / Mercedes Cardozo Administración Carmen Pereyra Conservación Guillermo Guevara / Facundo González Montaje Daniel Orellano / Ariel Aballay / Leonardo Arias / Néstor Sánchez Asistente de dirección Melisa Gil Tienda Graciela Calvo Guías Eliana Femenía / Rocío Pérez / Carla Monguilner Orientadores de sala Paola Alaimo / Daniela Morón / Natalia Molina / Ayelén Salinas / Pablo Sayres / Carla Raschella / Lorena Figueroa / Belen Vilanova / Florencia Echenique / Gabriela Ruiz / Joel Salinas / Gabriela Pinto Mantenimiento Gerardo De los Ríos

Ing. José Luis Gioja Vicegobernador

Dr. Sergio Mauricio Uñac Ministro de Turismo y Cultura

D. Dante Raúl Elizondo Secretaria de Cultura

Arq. Zulma Virginia Invernizzi Dir. Museo Prov. de Bellas Artes Franklin Rawson

Prof. Virginia Agote


Ver o no ver (a través del arte) ese es el problema Por Eduardo Peñafort Alberto Sánchez Maratta convoca sombras percibidas en su infancia para presentificar el inicio de su pulsión escópica. Pero para abordar la genealogía de la satisfacción del mismo se recurre a otro obturado episodio biográfico, que vertebra su biografía artística y lo engarzan en la historia del arte del último cuarto de siglo XX. A poco tiempo de haber ingresado en la Facultad, Sánchez afrontó la posibilidad de abandonar sus estudios de artes visuales dado que su visión disminuyó severamente y se planteo una ceguera de manera inminente. Como la crisis desapareció, al margen del diagnóstico y la terapéutica oftalmológica, se la considera un síntoma existencial: la duda acerca de la posibilidad de ver las sombras (aquellas que ha hecho presente) a través del arte. A más de treinta años de aquel acontecimiento, Alberto Sánchez expone un conjunto de trabajos realizados recientemente. Atendiendo al crear como el establecimiento de relaciones, se descubren tres series. La que se apoya en la relación con los modelos vivos, la que se establece a través de la relación con Facundo González y la que mantiene con Nicolás Sánchez Segurado (circa 3 años). Las relaciones se enraízan en una poética conceptual, apo-


yada lejanamente sobre tres respuestas a la pregunta por la verdad o, más precisamente, por la verdad artística: el clasicismo francés, el surrealismo y el “Art Brut”. En los croquis, bocetos y estudios de modelos vivos – ubicados en distintos escenarios y con un variable telón de fondo, aunque éstos aparecen sólo como ausencias – se inscribe su inquirir sobre el pliegue y despliegue del cuerpo del otro. Se interpreta que se trata de una experiencia que convierte al creador en “todo oído y ojos”; transmutación que responde a la convocatoria de silencio, expectación y paciencia que F. Nietzsche estimó como preparación para que aconteciera la verdad de lo bello. En el dibujo – más precisamente en la intención que alienta el dibujar – se encuentra la necesidad de desmontar los artificios para encontrar la naturaleza, tarea que se concreta en el escrutar – también infinito – de la naturaleza del papel, los lápices y las tintas; estos últimos considerados como los escondites más secretos donde acontece la propia corporeidad como verdad. Los trabajos realizados con Facundo González se podrían definir casi como “cadáveres exquisitos”. El diálogo convierte el discurso propio en un discurso otro. Las líneas, los puntos, los planos y las sombras - cifras indelebles de la subjetividad – operan como interpelación y comienzo. González articula la alteridad en el 4

mismo alfabeto del autor. Para que este proceso se desencadene es necesario que la expresión propia muera – en ese punto se encuentra el origen del “cadáver exquisito” – en forma análoga a una semilla cuyo crecimiento fuera impredecible. La manipulación, interpretación y distorsión realizada por el otro dibujante permite que irrumpa el placer de quien descubre lo que es posible ver de sí mismo, desde la perspectiva del otro. Los destellos de este diálogo constituyen la revelación de lo impensado – tan imposible de cerrar como la infinitud de las poses -. Como se dijo, el horizonte desde el que se plantea la cuestión del ver o no ver verdades artísticas es la crítica a los artificios del arte como posibilidad de ver y mirar. Resulta iniciático el encuentro de la verdad natural en el trabajo con los modelos vivos al igual que la construcción de una verdad intersubjetiva en los relatos, puesto que ellos corroen la retórica, el ornato y la codificación. Pero Sánchez avanza más allá por medio de un retroceso. El autor busca lo espontáneo, lo anterior a cualquier canon pero desde un punto de vista análogo a los orígenes de su pulsión escópica. El Viejo Heráclito dijo: “La naturaleza ama ocultarse”, por ello, Sánchez la busca en la zona menos opaca de la infancia – próxima todavía a la pura naturaleza y cercana, en algún sentido, a lo Divino -. La inclusión de Nicolás


constituye una treta para romper la frontera establecida en la representación de lo visible del advenir y perecer de la vida. El crecer de las obras, el acontecer del arte se respalda en a una poética conceptualista. Las tres series de trabajos son concéntricas, pero el centro se ubica en las variaciones del centro mismo – relaciones -, por ello cada una de ellas fisura el eje que le precede – clave de la diseminación de la autoría -. Este juego desfonda las imágenes en un proceso de pensamiento

análogo a la dehiscencia: la dispersión de las semillas se produce por la inevitable tensión entre las zonas lignificadas y los nuevos emergentes. Esa tensión, como en toda una línea de pensamiento, la provoca la naturaleza y la fantasía, pero se consuma en el exterior al arte. La intervención desde una enunciación próxima a la mirada natural de la obra de su padre y también, en algún sentido, a lo Divino, alcanza un descentramiento que se remite al acaecer de la verdad.

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Tecnología de los afectos Alberto dibuja pero este proceso no lo hace a solas, en un momento fue con su maestro, en otro con su hijo Nico o con su amigo Facu. Amistad, afectos fueron y son mecanismos esenciales en el arte, pero que en la actualidad suena inadecuado evidenciarlos. Sin embargo en estos dibujos podemos ver como las afecciones entre sujetos traman las líneas, planos y manchas de una cartografía afectiva explícita. Adriana Miranda 6


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Alberto Guillermo Sánchez Maratta Nació en la provincia de San Juan, Argentina, donde vive y trabaja. Docente en Artes, en la UNSJ. Dicta cursos y talleres en el MPBAFR. Ha realizado intervenciones en espacios públicos, instalaciones y trabajos con objetos. Dibuja.

Esta muestra esta dedicada a mi familia.



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