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Avances y reveses de la lucha armada en 1957
montañas orientales, fue una efectiva propaganda en favor de los rebeldes, así como ocurriría después con los reportajes fílmicos de otros dos periodistas norteamericanos -Robert Taber y un camarógrafo- trasmitidos por la cadena de televisión Columbia Broadcasting System (CBS) de Estados Unidos.116
Avances y reveses de la lucha armada en 1957
Entretanto, en la ciudad de La Habana, el 13 de marzo de 1957, el Directorio Revolucionario fracasaba al intentar ejecutar a Batista en el propio Palacio Presidencial. 117 La temeraria acción, en la que participaron unos cincuenta combatientes, en su mayoría jóvenes estudiantes universitarios, fue dirigida militarmente por Carlos Gutiérrez Menoyo -combatiente republicano español y veterano de la Segunda Guerra Mundial- y Menelao Mora, vinculados a la Organización Auténtica (OA), quienes murieron en el intento junto con otros veinte y seis asaltantes. Al salir de la toma de una estación de radio, donde simultáneamente se daba a conocer la noticia de la supuesta muerte de Batista, cayó en combate con la policía, a un costado de la Universidad de La Habana, la máxima figura del Directorio, José Antonio Echeverría, también presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).118
En la represión desatada en los días siguientes por el gobierno fueron asesinadas no sólo la mayor parte de la dirección del Directorio Revolucionario -Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook, Juan Pedro Carbó Servía y José Machado (20 de abril)-, sino incluso figuras políticas sin vínculos con la acción armada como el presidente del Partido Ortodoxo Pelayo Cuervo. Los dirigentes sobrevivientes del Directorio Revolucionario, entre ellos Faure Chomón, Julio García Olivera, René Anillo y Enrique Rodríguez Loeches, debieron abandonar el país, rechazando la invitación formulada por Fidel Castro para incorporarse a las guerrillas en la Sierra Maestra.
Con razón Frank Josué Solar sentencia que estos fuertes golpes “sellaron para el Directorio cualquier perspectiva de liderazgo del movimiento revolucionario contra la dictadura, y lo condujeron a una posición secundaria con respecto al Movimiento 26 de Julio durante el
116 Documentada información sobre el tema en Patricia Calvo González: La Sierra Maestra en las rotativas. El papel de la dimensión pública en la etapa insurreccional cubana (19531958), Tesis doctoral, Universidad de Santiago de Compostela, 2014. 117 Véase Faure Chomón: El asalto al palacio presidencial, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1980. 118 García Olivera, op. cit., p.314 y ss.
resto de la insurrección.” 119 Tanto Fidel Castro, a nombre del Movimiento 26 de Julio, como Juan Marinello por el Partido Socialista Popular, manifestaron su desacuerdo con el magnicidio que se proponían cometer los asaltantes, pues no solucionaría los graves problemas del país.120
Otro grupo oposicionista perteneciente a la Organización Auténtica (OA), seguidores de Prío, intentó repetir la epopeya del Granma en el yate Corinthya, procedente de Estados Unidos y desembarcó el 19 de mayo de 1957 por la bahía de Cabónico, al norte de la provincia de Oriente. Los veinte y siete hombres de la expedición fueron sorprendidos por el ejército unos días después y quince de ellos asesinados, incluido el propio jefe Calixto Sánchez White.121
Mientras el Directorio y la Organización Auténtica sufrían estos duros reveses, las fuerzas comandadas por Fidel Castro en la Sierra Maestra conseguían nuevas victorias. El 28 de mayo de 1957 las guerrillas del M-267 se anotaban otro significativo triunfo en el combate de El Uvero.122 El 27 de julio el naciente Ejército Rebelde atacó también con éxito el cuartel ubicado en la fábrica de azúcar Estrada Palma, aunque tres días después caía asesinado Frank País en Santiago de Cuba, cuyo entierro devino en una protesta popular que paralizó durante varias horas la capital de la provincia de Oriente.
A mediados de ese mismo mes, después del combate de Uvero, de la columna de Fidel Castro, la número 1, se había desprendido la 4, para operar al este del Pico Turquino, puesta al mando del argentino Ernesto Che Guevara, primer guerrillero ascendido a comandante. 123 En el segundo semestre de 1957, el Ejército Rebelde, ya organizado en dos columnas se impuso en los combates de Bueycito (1 de agosto), Palma Mocha (20 de agosto), El Hombrito (29 de agosto), Pino del Agua (17 de
119 Solar, op. cit., p. 47. Otra consecuencia fue la separación desde entonces entre la FEU y el Directorio. José Antonio Echeverría fue el último en ocupar la dirección de ambas organizaciones. 120 Véase Taborda, op. cit., pp. 111-112 121 La directa responsabidad de Batista en estos crímenes esta fuera de duda. Según confesara su propio ayudante Silito Tabernilla en el testomio ya citado “Pude comprobar por los hechos que llegaban a mi conocimiento que muchos de los asesinatos llevados a cabo en su régimen eran ordenes emanadas de su persona”. En Taborda, op. cit., p. 116. 122 Puede consultarse Norman Acosta, Heberto y Pedro Álvarez Tabio: Diario de la Guerra 2. La mayoría de edad del Ejército Rebelde. 20 de febrero-20 de mayo de 1957, La Habana, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2010. 123 Véase Ernesto Guevara, Che: Obras (1957-1967), 1. La acción armada, La Habana, Casa de las Américas, 1970, p. 352 y ss.
septiembre), Mar Verde (29 de noviembre), El Salto (6 de diciembre) y Altos de Conrado (8 de diciembre).124
Según un informe confidencial del coronel del ejército gubernamental Ugalde Carrillo, fechado el 13 de octubre de ese año: “Los rebeldes están utilizando la técnica de combate de la guerra de guerrillas, empleando sistema de emboscadas, infiltraciones, golpes de manos, aunque generalmente no presentan combates, si no tienen a su favor un porcentaje de ventajas, se mantienen a la defensiva moviéndose constantemente de un lugar a otro.”125
Otra prueba de la beligerancia que iba adquiriendo el Ejército Rebelde fue la firma en plena Sierra Maestra de un importante documento entre Fidel Castro y dos relevantes personalidades políticas nacionales: Raúl Chibás, que estaba otra vez al frente del Partido Ortodoxo, tras el asesinato de Pelayo Cuervo por la policía batistiana, y Felipe Pazos, ex presidente del Banco Nacional de Cuba durante el gobierno de Prío. El Manifiesto de la Sierra Maestra, fechado el 12 de julio de 1957, era un llamado a todos los partidos de la oposición, las instituciones cívicas y las organizaciones revolucionarias a unirse a la lucha armada contra Batista que encabezaba el M-26-7.
Este texto, que en materia económico social era bastante impreciso sólo aludía a que el futuro gobierno, debía sentar las bases para una reforma agraria-, también proponía que las denominadas “instituciones cívicas” colegios profesionales, entidades económicas y sociales, banqueros, comerciantes y plantadores de caña de azúcar [llamados colonos]designaran al presidente provisional del futuro gobierno revolucionario en armas, luego que Chibás declinó el cargo. No obstante, el carácter moderado del Manifiesto de la Sierra Maestra, su importancia radicó en la adhesión a la línea insurreccional de dos conocidas figuras nacionales, que de hecho daban su espaldarazo al M-26-7. Como afirmó el propio Raúl Chibás: “después de la muerte de Pelayo Cuervo, yo me dije [...] vamos a quitarnos la careta y vamos a decir públicamente que la solución es una solución insurreccional y vamos a darle este respaldo”.126
En esa coyuntura, el 5 de septiembre de 1957, estalló una sublevación de marinos en la base naval de Cienfuegos (Cayo Loco), como parte de un complot que incluía otras importantes guarniciones del país -que al final no se levantaron-, y que fuera fraguado en coordinación con el M-26-7, cuya
124 Más información en Heberto Norman Acosta: Diario de la Guerra 3. Del Uvero al primer combate de Pino del Agua. 29 de mayo-18 de septiembre de 1957. La Habana, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2015. 125 Tomado de Andrés Castillo Bernal: Cuando esta guerra se acabe. (De las montañas al llano), La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2000, p. 85. 126 Raúl Chibás. Entrevista de Tad Szulc, Miami, 20-23 de octubre de 1984, [inédita], p. 99.
importancia y prestigio como principal movimiento armado revolucionario seguía en ascenso. La rebelión, dirigida por un grupo de oficiales jóvenes de la marina de guerra encabezados por el alférez Dionisio San Román que había estado vinculado a la conspiración de Barquín-, permitió la ocupación de la ciudad de Cienfuegos por varias horas, aunque fue aplastada con un indiscriminado bombardeo del ejército y la aviación, que incluyó entre sus víctimas a centenares de muertos y heridos civiles.
El 1 de noviembre de 1957, como muestra de la creciente oposición a la dictadura de Batista, se firmó entre varias organizaciones el llamado Pacto de Miami o acuerdo para la creación de la Junta de Liberación Cubana (JLC), encargada de dirigir la lucha contra la dictadura y de organizar el tránsito del gobierno provisional al constitucional. Rubricaron el texto, entre otros, los partidos Ortodoxo (Roberto Agramonte y Manuel Bisbé), Auténtico (Carlos Prío, Carlos Hevia y Tony Varona), el Directorio Revolucionario (Faure Chomón), el Directorio Obrero Revolucionario -organización dirigida por el sindicalista Ángel Cofiño- y la FEU (Carlos Prendes).
En el programa unitario acordado, elaborado por Prío y Pazos, se preveía la formación de un gobierno provisional para impulsar la lucha para derrocar la dictadura de Batista. Sin conocimiento de su dirección, el documento fue firmado también a nombre del M-26-7 por el propio Felipe Pazos -a pesar de que no pertenecía a esta agrupación-, Jorge Sotús y Lester Rodríguez, encandilados estos últimos con la promesa de Prío de entregar armas para la lucha contra Batista.
Descontento con el Pacto de Miami, al que consideraba una maniobra de la vieja politiquería -pues la integración paritaria de las organizaciones integrantes contradecía el Manifiesto de la Sierra Maestra que reconocía la primacía del M-26-7-, Fidel Castro desautorizó a los firmantes a nombre de su movimiento y redactó una misiva pública el 14 de diciembre de 1957 en la que se desmarcaba del acuerdo y de la recién formada Junta de Liberación Cubana, formada bajo el influjo de Prío. Además, reclamaba un lugar preponderante al M-26-7 al poseer “milicias organizadas disciplinadamente en todo el país y un ejército en campaña con veinte victorias sobre el enemigo”.127
Además, rechazaba la posibilidad de que la mencionada JLC designara al futuro gobierno provisional y a la vieja usanza lo convirtiera en un reparto de ministerios entre sus miembros. Como acertadamente evaluó Fernando Mires, "la carta desmentía que se hubiese firmado una declaración conjunta con el Partido Revolucionario Cubano, el Partido del Pueblo Cubano, el Directorio Revolucionario, el Directorio Obrero
127 En la carta de Fidel Castro a la Junta de Liberación Cubana del 14 de diciembre de 1957 citada por Solar, op cit., p. 62.
Revolucionario y la Federación Estudiantil Universitaria. La razón por la cual el 26 no suscribía tal declaración era que allí se habían violado principios expuestos en el Manifiesto de la Sierra, como por ejemplo el referente a la no injerencia extranjera en los asuntos cubanos. Con ello, el 26 pasaba a ser la primera organización que daba un sentido antimperialista a la cuestión nacional. Igualmente el 26 volvía a rechazar con fuerza la posibilidad de que después de la caída de Batista se estableciera una junta militar."128
En esa dura misiva, el líder del M-26-7 señalaba que los miembros de la JLC pretendían apoderarse de la Revolución desde su cómodo exilio, sin combatir ni ayudar a los que se enfrentaban a la dictadura, lo que de hecho incluía al DR-13 de Marzo que era una de las organizaciones firmantes.
En respuesta, el 5 de enero de 1958, esta agrupación daba a conocer un documento, firmado por su nuevo secretario general Faure Chomón, donde señalaba que “los hombres del Directorio no somos tan ingenuos como para pensar que la Junta de Liberación podía haber hecho la verdadera Revolución, la que sea capaz de transformar, superativamente, nuestros carcomidos sistemas económicos, políticos, sociales, educacionales; la que en definitiva haga de Cuba una Nación políticamente libre, económicamente independiente y socialmente justa”, aunque considera que el acuerdo adoptado deja un saldo positivo en la lucha contra la dictadura. Además, sobre la postura del M-26-7 añadía que estaba motivada “por el sectarismo político, puesto por encima de los grandes intereses de la nación.”129
Para contrarrestar el Pacto de Miami, el M-26-7 escogió entonces, a mediados de diciembre de ese mismo año, como su candidato a la presidencia provisional de la República, al exmagistrado de la Audiencia de Santiago de Cuba Manuel Urrutia Lleó, quien una vez en territorio liberado por los rebeldes organizaría un gobierno en armas como había ocurrido en la guerra de independencia. Urrutia, en mayo de 1957, durante el juicio por los sucesos del 30 de noviembre de 1956, había emitido de manera sorpresiva un voto particular donde reconocía el derecho de resistencia frente a la tiranía, lo que le había traído represalias gubernamentales y una forzada jubilación.
128 Mires, op. cit., p. 310. 129 “Fija su posición el Directorio Revolucionario frente a las declaraciones del Dr. Fidel Castro”, en Diario de las Américas, Miami, Florida, 5 de enero de 1958, p. 9. En Soler, op. cit, p. 64. Un mes después la propia organización declaraba a una revista cubana de gran circulación: “El Directorio Revolucionario considera que ninguna organización puede ni debe en la forma exclusivista planteada por el doctor Fidel Castro reclamar para sí la representación única de una revolución que hace Cuba entera. Martí dijo: La Revolución no es patrimonio de nadie y la República ha de ser con todos y para el bien de todos”. Véase Bohemia, La Habana, 2 de febrero de 1958, p. 85-87.