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¡No lo despiertes!
from Sueños - Nigromante febrero 2021
by Nigromante. Revista de la DCSyH, Facultad de Ingeniería, UNAM.
Por Abraham Sánchez
La primera vez que viste a una persona caminar mientras dormía seguramente se te salió el corazón del pecho. Al menos eso fue lo que me pasó a mí cuando me quedé en la casa de mis tíos durante las vacaciones y mi primo David, un año menor que yo, se levantó a lavar los trastes. Le pregunté qué estaba haciendo despierto y no me contestó, parecía poseído. Lo intenté mover y no pasó nada. Entonces subí al cuarto de mi tía pidiéndole ayuda. Ella me dijo que era normal, que mi primo tenía episodios de sonambulismo y que lo mejor era dejarlo terminar su tarea o incluso ayudarlo para que regresara a la cama lo antes posible. Me pareció increíble que lo consideraran algo normal, pero finalmente, no era algo peligroso así que volví a la cama y lo dejé lavando los trastes.
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Lo cierto es que este tipo de situaciones no son comunes, de hecho, el 29% de las personas han tenido al menos un episodio de sonambulismo en toda su vida, pero sólo el 2% lo hace constantemente. Incluso es probable que te haya pasado a ti o a algún familiar, pero la actividad realizada durante la caminata nocturna fue tan cotidiana y nada fuera de lo normal que nadie pensó que era un sonámbulo.
Para empezar, estos episodios se presentan cuando estamos en la etapa más profunda del sueño, la fase tres. Durante este periodo, nuestro cerebro trabaja a las frecuencias más bajas posibles y el movimiento de los ojos es casi imperceptible, a diferencia de la fase dos, en la que soñamos. Sin embargo, durante esta fase no hay parálisis muscular, lo que le permite al sujeto levantarse de su cama y realizar alguna actividad. Además, el sonambulismo se caracteriza por no dejar recuerdo sobre su existencia, es decir, un sonámbulo jamás sabrá que es sonámbulo a menos que alguien le diga que lo vio caminando durante la noche. Eso o que despierte en un lugar distinto al que durmió, pero eso sólo ocurre en los casos más extremos.
Normalmente, las actividades que se realizan durante estos episodios son muy sencillas. Estas pueden ir desde dar un paseo alrededor de la casa o habitación, ir al baño, tomar algún objeto, hasta limpiar alguna zona de la casa. Pues se cree que si existió sugestión durante el día o hubo alguna tarea no completada, es posible que el cerebro inconsciente quiera realizarla durante la noche.
Finalmente, aunque el sonambulismo es considerado un trastorno de sueño, no causa daños a la salud, ya que no afecta ninguna actividad de reparación del cuerpo durante el periodo de sueño. Sin embargo pueden existir accidentes como pequeñas heridas y en el peor de los casos, algunas caídas. Por eso se recomienda tener una habitación y casa ordenada con el fin de evitar obstáculos en caso de noctambulismo.
Regresando al caso de mi primo. Imaginen un mundo donde pudiéramos realizar las actividades más aburridas mientras dormimos. Pues su trastorno era el caso, era benéfico para él y su hermano, quienes ya no tenían que lavar los trastes al día siguiente. El sueño de todo niño, supongo. Lamentablemente, todo lo bueno llega a su fin. Y hoy lleva 7 años sin tener un episodio, pues es muy común que estos desaparezcan mientras envejece una persona.