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El pintor de sueños

El pintor de sueños

Por Michelle Zavala

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Seguramente has escuchado alguna vez a alguien decir que nuestros sueños son el reflejo de las cosas que nos preocupan, de nuestro subconsciente e incluso, del alma. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los sueños, lejos de ser agradables, se tornan en completas pesadillas? Y lo más importante ¿cómo externas las pesadillas que pueden ser tan perturbadoras?

Justo este fue el caso del pintor polaco Zdzisław Beksinski, quien se convirtió en uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo en Polonia por retratar sus vívidas y perturbadoras pesadillas en lienzos, los cuales fueron fruto de la tormentosa vida que tuvo.

Zdzisław Beksinski

Zdzisław Beksinski nació en Polonia en 1929 y a pesar de no tener una formación sólida en ninguna de las expresiones artísticas, fue un escultor, pintor, fotógrafo y diseñador gráfico quien se distinguió por tener un estilo de pintura muy particular.

Durante su época de realismo fantástico (como él la llamaba), pintó escenas postapocalípticas, surrealistas, escenas de muerte y paisajes llenos de cadáveres; un giro importante en la escena artística llena de oscuridad.

Sus obras eran tan abstractas que Beksinski no fue capaz de darles un nombre, pues ni él mismo sabía lo que realmente significaban ni era capaz de darle una interpretación adecuada a las mismas.

Hasta la fecha, no existe una explicación ni una versión que sea 100% confirmada sobre lo que lo llevó a plasmar obras de arte tan perturbadoras, sin embargo, la teoría más acertada dice que en 1998 sufrió un accidente, tras el que entró en coma durante un año y una vez fuera del hospital, comenzó a pintar lo que vivió durante su muerte, es decir, lo que había visto y oído en el infierno.

Sin título

Independientemente de si esta historia haya sido real o no, lo cierto es que Beksinski no tuvo una vida plenamente feliz, pues en 1998 murió su esposa, lo que le provocó una profunda depresión y, años después, presenció el suicido de su hijo.

Se especula que estas razones pudieron influir en la psique del pintor y producto de tan fuertes emociones y atroces acontecimientos, se vio orillado a realizar el tan peculiar arte del que hablamos ahora.

Sin título

De su personalidad no se sabe mucho realmente; aquellos que lo conocían declararon que, pese a los matices sombríos de sus pinturas, era una persona bastante agradable y tímida, por lo que no le gustaba asistir a las inauguraciones de sus exposiciones. En sus obras se puede percibir una fuerte influencia barroca y gótica, pues su deseo era plasmar sus sueños como si estuviese fotografiandolos. Tras su muerte en 2005, Beksinski dejó un legado de 300 obras surrealistas, perturbadoras y llenas de extrañas criaturas humanoides y lúgubres escenarios.

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