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Mi hija adolescente no quiere comer carne
Licenciada en Nutrición Maryéle Grosso
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Esta preocupación, bastante habitual en los tiempos que corren y en países donde la carne vacuna es uno de los principales alimentos de la dieta cotidiana, se extiende cada vez más en busca de explicaciones. Por lo general, los padres se preguntan si se trata de una moda, de un acto de rebeldía propio de la edad o de una opción genuina que deben respetar.
Si bien los hábitos alimentarios se reafirman en la adolescencia, el proceso de aprender a comer y consolidar nuestra identidad alimentaria, frecuentemente, se prolonga en el tiempo.
Hoy sabemos que el acto de comer va más allá de llevar un alimento a la boca que inicie la digestión y permita la nutrición. El comer está cargado de simbología y normas que nacen de la cultura; permite la expresión de algo muy propio así como también del grupo social al cual pertenecemos.
A medida que el adolescente avanza en autonomía toma sus propias decisiones en relación al comer adecuado-inadecuado: qué, cuánto, cómo, cuándo, con quién.
Dichas elecciones no siempre acompañan las pautas alimentarias del seno familiar.
Mundo confuso
No sabemos qué clase de mirada contempla la realidad de cada uno de los adolescentes al tomar sus decisiones.
“Comé”, “no comas”, “no engordes”, “adelgazá”, “te engorda”, comida chatarra, comida sana, superalimentos, comida orgánica, alimentos vivos o crudos, etc. Todas estas expresiones y definiciones forman parte de nuestro lenguaje cotidiano y revelan la confusión en que se vive.
Mi propia elección
Muchas son las razones que promueven o determinan el no consumo de carnes; las más frecuentes suelen ser:
Por una razón moral o ética, es decir, por considerar que los animales tienen el mismo derecho a la vida y a la protección contra el sufrimiento que las personas. En el contexto ético también se incluyen los motivos religiosos.
Por una razón ambiental, al tomar conciencia que el desarrollo industrial de animales tiene un impacto ambiental negativo que afecta los recursos naturales del país.
Por una razón de salud, al considerar beneficiosa la alimentación que excluye las carnes (vegetarianismo).
Como una forma de expresarse a través de la comida, es decir, expresar sentimientos, valores, ideología, etc.
Como parte de una etapa adolescente de búsqueda, la cual no implica necesariamente el desarrollo de un nuevo estilo de vida.
A través del diálogo con nuestros hijos adolescentes podemos intentar comprender el significado de su elección, sin censurar su conducta y crear nuevos puentes de comunicación.
Alimentación vegetariana: diferentes tipos
La palabra vegetariano surge del latin “vegetus”, que significa fuerte, robusto, vigoroso. Los vegetarianos se abstienen de comer carne. Algunos dejan de consumir leche y derivados, huevos u otros alimentos de origen animal, como la miel.
Existen diferentes tipos de dietas vegetarianas si bien todas ellas tienen dos puntos en común: el uso de alimentos del reino vegetal y el no consumo de carnes. Ovolactovegetarianos: no consumen carnes, consumen huevos, leche y derivados (patrón alimentario muy frecuente). Lactovegetarianos: no consumen carnes ni huevos, consumen leche y derivados. Ovovegetarianos: no consumen carnes, leche y derivados, consumen huevos (opción poco frecuente). Vegetarianos verdaderos o puros, también conocidos como veganos o vegetarianos estrictos: este grupo no consume alimentos derivados de animales (carnes, huevos, leche y derivados, miel, etc). Generalmente el vegano tampoco usa productos no alimenticios derivados de los animales, como lana, cuero, seda, piel. Por otro lado, existen otros subgrupos o corrientes; por ejemplo vegetarianos que utilizan alimentos vivos o crudos (crudivoristas), es decir alimentos que no han sido calentados a más de 42ºC para evitar descomposición enzimática o de nutrientes; o la macrobiótica como filosofía de vida que promueve el sentirse bien por dentro y por fuera.
Una alimentación vegetariana bien planificada y consciente puede ser también una opción saludable. Los exámenes de laboratorio serán los que muestren la necesidad o no de suplementación de
alguna vitamina o mineral.
Adolescencia en casa
El no perder la calma nos permitirá observar algunas particularidades en relación a la alimentación del adolescente en casa y actuar en consecuencia: si se trata de cambios alimentarios pasajeros; si consume algún tipo de carne, huevo, leche y derivados; si evita consumir carnes en casa pero lo hace con sus pares; si su alimentación es cada vez más restrictiva; si se observan cambios en su humor; si
ha perdido peso; si evita comer en casa.
Una mirada diferente
Una comida “confortable”, es aquella que nos evoca aromas, sabores, sonidos. Una comida que nos llega al alma y despierta recuerdos viejos y agradables, o crea otros nuevos, capaces de transmitir alegría a las generaciones siguientes.
El disfrute del comer, con o sin carne, con la opción alimentaria que cada uno elija, se construye día a día, poco a poco. La comida hecha en casa y el estar juntos para compartirla logran esa magia y permiten que nos sintamos seguros, emocionados, queridos.
Hoy la gastronomía nos ofrece una fusión de culturas alimentarias y no nos sorprende, por ejemplo, degustar y saborear una salsa que combine ingredientes mediterráneos y marroquíes al mismo tiempo, algo impensable años atrás. De igual modo, es posible abrazarnos y celebrar en la diversidad de infinitas opciones alimentarias.