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ÁMBITO SOCIAL

nes auxilien a una mujer al abortar, por lo que proponen reformas al código penal para despenalizar el aborto antes de la decimocuarta semana de gestación. La iniciativa de ley reconoce el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad y cuerpo, es por ello que las instituciones de salud deberán proporcionar a la mujer embarazada información objetiva, veraz, suficiente y oportuna, con la finalidad de que pueda tomar una decisión de manera libre, informada y responsable. Desde antes de la sesión legislativa, diputados de Morena aseguraron que era muy probable que la iniciativa

ÁMBITO

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30.La parroquia chabolista reparte por las noches alimentos, medicinas y mascarillas La pandemia de la Coronavirus no ha impedido que todas las semanas, socios y personas voluntarias de esta asociación, se volcaran y trabajaran por las personas sin techo que deambulan y duermen por las calles de la ciudad de Valencia. Salen por las noches para estar al lado de un colectivo que, en vez de disminuir, al contrario, ha aumentado pues la COVID-19 y la crisis económica que estamos viviendo ha acrecentado el número España. La pasada semana conmovía la noticia que se publicaba en algunos medios de comunicación social sobre un grave ataque que se producía en Vilanova i la Geltrú, en la que rociaron con gasolina y prendieron a un hombre, sin hogar, que dormía en la calle. Aunque éste es un hecho aislado desgraciadamente no es la primera vez que leemos noticia parecidas a ésta. La pandemia del COVID-19 ha supuesto, para el mundo y para España, un momento muy difícil para todos pero si hay algún colectivo que ha sufrido con mayor dificultad la agresividad de este virus han sido las personas ―Sin Hogar‖ que viven en la calle. De esto sabe muy bien la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia, radicada en la parroquia de san Francisco de Borja en el castizo barrio de Ruzafa, que trabaja desde hace cuatro años, recorre los asentamientos de chabolas de la ciudad de Valencia, visitando y preocupándose de sus habitantes con estas personas más vulnerables de nuestras ciudades. La pandemia de la Coronavirus no ha impedido que todas las semanas, socios y personas voluntarias de esta asociación, se volcaran y trabajaran por las personas sin techo que deambulan y duermen por las calles de la ciudad de Valencia. Semanalmente los miembros de esta asociación católica salen por las noches para estar al lado de un colectivo que, sea rechazada no solo por legisladores locales del PAN, PRI, PRD, Partido Verde y Movimiento Ciudadano, sino incluso por su supuesto aliado el PT y los mismos diputados de algunos de Morena, que no están muy convencidos con la iniciativa. En tanto, el grupo social Provida, y decenas de seguidores, a través de su cuenta Twitter, le piden al Congreso estatal cancele la iniciativa con mensajes como ―No queremos más muertes‖, ―Respeto a la vida‖, ―El aborto es el primer feminicidio‖. (jornada.com.mx) 10/06/2020

SOCIAL

en vez de disminuir, al contrario, ha aumentado pues la COVID-19 y la crisis económica que estamos viviendo ha acrecentado el número y las necesidades de las personas en grave riesgo de exclusión social. Todas las semanas, tras un rato de oración y de encuentro personal con Cristo salen, ahora con todas las medidas sanitarias establecidas por las autoridades, desde la Parroquia San Francisco de Borja de Valencia para estar al lado de Francisco, Patricio, Ismael, Petrovic y Clara entre otras personas, ellos les esperan, no sólo para recibir algo de alimento, sino para lo que más importante si cabe, para sentir su cariño y su cercanía en estos difíciles momentos. Concretamente, esta semana Francisco, que tiene 46 años y procede de Asturias, al recibir nuestro alimento le empezaron a salir unas lágrimas de sus ojos y, cuando uno de nuestros voluntarios le abrazó él exclamó: ―gracias porque lo necesitaba; ha pasado mucho tiempo que no recibía ningún abrazo de ninguna persona.‖ Historias reales, como éstas, que conmueven hasta incluso al corazón más frío, las vivimos todos los días que salimos a la calle para encontrarnos con ellos, afirma uno de los voluntarios que ―necesita‖ entregar parte de su tiempo todas las semanas a estas personas más desfavorecidas. ―Lo necesito‖ afirma, ―ellos ya forman parte de mi vida son como de mi familia‖. El hecho de que los miembros de esta asociación realicen su labor pastoral todas las semanas hace que se cree un vínculo mayor, si cabe, entre las personas a las que ayudan y los propios voluntarios. En este tiempo hemos repartido, además de alimentos no perecederos, y fáciles de consumir aún estando en la calle, medicinas (previa receta médica), mantas, ropa, productos de higiene personal etc… y también hemos más de 500 mascarillas. Nos sorprende ver que, este grupo de personas, se encuentran desprovistas de todas las medidas sanitarias que, en estos momentos de pandemia, están recomendando las autoridades para este tiempo de pandemia y de confinamiento, afirma Pedro Miret Giner, sacerdote y

presidente de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia. Nos comenta que la asociación tiene prevista la celebración de una eucaristía el próximo miércoles a las 19h. en la parroquia san Francisco de Borja de Valencia para pedir por la pronta recuperación de la víctima de esta brutal agresión de Barcelona y por todas las personas ―Sin Hogar‖ que malviven por las calles de nuestras ciudades. Para poderse poner en contacto con esta asociación con el fin de poder recibir más información o poder colaborar con ellos, lo pueden hacer a través del correo electrónico: divinamisericordiavalencia@gmail.com. (religiondigital.org) 09/06/2020

31."Biólogos llegaron a discernir que todos los organismos vivos emiten luz": Leonardo Boff "La antropología cultural se ha dado cuenta de que en todas las culturas surgen siempre dos constantes: la ley moral en la conciencia y la percepción de una Realidad que transciende el mundo espaciotemporal" "Profundizando en la mente espiritual otros neurocientíficos y neurolingüistas llegaron a identificar lo que llamaron el punto Dios en el cerebro" "Cada cultura le ha dado un nombre; el Gran Espíritu de los indígenas, Alá, Shiva, Tao, Javé, Olorum de los nagô y nosotros simplemente lo llamamos Dios (que en sánscrito significa el Generador de la luz, de donde viene también la palabra día)" La gran mayoría está cumpliendo las recomendaciones oficiales acerca de las reuniones sociales, evitando así la difusión de la Covid-19. Se pueden hacer muchas cosas en este recogimiento forzado: una revisión de vida; qué lecciones sacar para el futuro; cómo cambiar para mejor; ver una película, etc. Nos ofrece también la oportunidad de hacer algún ejercicio de meditación. No solamente a las personas religiosas sino también a aquellas que, sin estar ligadas a una religión, cultivan valores como el amor, la cooperación, la empatía y la compasión.

Ofrezco aquí un método que yo llamo ―Meditación de la Luz: el camino de la sencillez‖, que tiene gran antigüedad en Oriente y en Occidente. Tiene que ver con el espíritu y con todo el cuerpo humano, pero en particular con el cerebro, la sede de nuestra conciencia e inteligencia. No es este el lugar para discutir las tres superposiciones del cerebro: el reptil que se refiere a nuestros movimientos instintivos; el límbico, a los sentimientos, y el neocortical, al raciocinio, la lógica y el lenguaje.

El cerebro humano y sus dos hemisferios

Tratemos sucintamente del cerebro, que tiene forma de concha con dos hemisferios: El hemisferio izquierdo que responde del análisis, el discurso lógico, los conceptos, los números y las conexiones causales. El hemisferio derecho responde de la síntesis, la creatividad, la intuición, el lado simbólico de las cosas y de los hechos y la percepción de una totalidad. En el centro está el cuerpo calloso que separa y al mismo tiempo une los dos hemisferios. Otro punto importante del cerebro es el lóbulo frontal, sede de la mente humana. Hay muchas teorías sobre la relación entre cerebro y mente. Varios neurocientíficos sostienen que la mente es el nombre que damos a realidades intangibles, elaboradas en el cerebro, tales como la vida afectiva, el amor, la honestidad, el arte, la fe, la religión, la reverencia y la experiencia de lo numinoso y de lo sagrado.

La mente espiritual y el Punto Dios en el cerebro

Otro punto a ser mencionado es la mente espiritual. La antropología cultural se ha dado cuenta de que en todas las culturas surgen siempre dos constantes: la ley moral en la conciencia y la percepción de una Realidad que transciende el mundo espaciotemporal y que concierne al universo y al sentido de la vida. Descansan en alguna estructura neuronal, pero no son neuronas. Son de otra naturaleza hasta ahora inexplicable. Varios neurocientíficos la llaman la mente mística (mystical mind). Prefiero una expresión más modesta: mente espiritual. Profundizando en la mente espiritual otros neurocientíficos y neurolingüistas llegaron a identificar lo que llamaron el punto Dios en el cerebro. Constataron que siempre que el ser humano se interroga existencialmente sobre el sentido del Todo, del universo, de su vida y piensa seriamente sobre una Última Realidad, se produce una aceleración descomunal de las neuronas del lóbulo frontal. Apunta hacia un órgano interior de cualidad especial. Dijeron que así como tenemos órganos externos, los ojos, los oídos, el tacto, tenemos también un órgano interno, un logro de nuestra evolución humana. Lo llamaron el punto Dios en el cerebro. Mediante ese órgano-punto captamos Aquella Realidad que unifica y sustenta todo, desde el universo estrellado, a nuestra Tierra y a nosotros mismos: la Fuente que hace ser todo lo que es. Cada cultura le ha dado un nombre; el Gran Espíritu de los indígenas, Alá, Shiva, Tao, Javé, Olorum de los nagô y nosotros simplemente lo llamamos Dios (que en

sánscrito significa el Generador de la luz, de donde viene también la palabra día).

La naturaleza misteriosa de la luz

Antes de centrarnos en la Meditación de la Luz, conviene una palabra sobre la naturaleza de la luz. Esta es considerada hasta hoy día como un fenómeno tan singular para la ciencia, en particular la física cuántica y la astrofísica, que se ha preferido decir: la entendemos mejor si la consideramos una partícula material (que puede ser bloqueada por una placa de plomo) y simultáneamente una onda energética que recorre el universo a una velocidad de 300 mil km por segundo. Biólogos llegaron a discernir que todos los organismos vivos emiten luz, los biofotones, invisibles a nuestros ojos pero detectables mediante aparatos sofisticados. La sede de esta bioluz estaría en las células de nuestro ADN. Por lo tanto, somos seres de luz. Además la luz es uno de los mayores símbolos humanos y el nombre que se da a la Divinidad o a Dios como Luz infinita y eterna.

Meditación de la luz: camino oriental y occidental

Vamos finalmente al tema: ¿Cómo es esa meditación de la luz? Fundamentalmente tanto Oriente como Occidente coinciden en la misma intuición: del Infinito nos viene un rayo sagrado de Luz que incide en nuestra cabeza (cuerpo calloso), penetra todo nuestro ser (los chacras), activa los biofotones, sana nuestras heridas, nos eleva y nos transforma también en seres de luz.

"La sede de esta bioluz estaría en las células de nuestro ADN. Por lo tanto, somos seres de luz"

Es conocido el método budista en tres pasos: delante de una vela encendida se concentra y dice yo estoy en la luz, la luz está en mi; yo soy luz. Esa luz se extiende desde el cuerpo a todo lo que está alrededor, a la Tierra, a las galaxias más distantes. Permite una experiencia de no dualidad: todo es uno y yo estoy en el Todo. El camino occidental se parece al oriental. Era practicado por los primeros cristianos en Alejandría, en Egipto, que profesaban que Dios era luz, Jesús, luz del mundo y el Espíritu Santo, la ―Lux Beatissima‖. Sigan conmigo los siguientes pasos: colóquese en un sitio cómodo, como al pie de la cama al levantarse o al acostarse, o en un rincón más recogido. Concéntrese en abrir el cuerpo calloso e invocar el rayo de la Luz Beatísima que proviene del infinito del cielo. Ese rayo de Luz sagrada, al incidir, permite la unión de los dos hemisferios del cerebro, produciendo un gran equilibrio entre razón y sentimiento. Luego, deje que esa Luz divina comience lentamente a penetrar por todo su cuerpo: el cerebro, las vías respiratorias, los pulmones, el corazón, el aparato digestivo, los órganos genitales, las piernas y los pies. Deténgala especialmente en la partes que están mal y producen dolor. Ya que la Luz descendió, hágala volver, penetrando desde abajo nuevamente todo su ser y sus órganos.

Beneficios de la meditación de la luz

En primer lugar, comienza a sentir que esa Luz divina potencia sus energías, trae ligereza a todo su ser corporal y espiritual. Dese un poco de tiempo para disfrutar esa Energía divina que lo energiza totalmente. Por fin, agradezca al Espíritu de Luz que es el Espíritu Santo. Lentamente su cuerpo calloso se cierra y la persona queda más espiritualizada, más humanizada y con más valor para enfrentar el peso de la vida. Este ejercicio puede hacerse mentalmente en el autobús, al parar en el semáforo, en la fábrica, en la oficina o en cualquier tiempo libre que se tenga en el día. Todas las personas que se acostumbran a hacer este tipo de meditación –vía de la sencillez–afirman que su salud se vuelve más resistente, consiguen más claridad en las cuestiones complicadas y las ideas fijas y los prejuicios se hacen más superables. En fin, te vuelves un ser mejor y tu luz se irradia sobre otros. Intenta hacer esta meditación sencilla y verás su valor corporal y espiritual. Traducción de Mª José Gavito Milano (religiondigital.org) 09/06/2020

32.Los desafíos en el camino hacia la reconciliación: Jeferson Rodríguez Si alguna vez tu hermano te ofende, ve a buscarlo y habla a solas con él para hacerle ver su falta. Si te escucha, ya te lo has ganado…“ Mateo 18:15 [1] Colombia. El desafío a resistir todo tipo de violencias, es un desafío que nos involucra todo el ser. No es suficiente la acción social hacía afuera, esto requiere una apuesta de toda la vida en rendición a una nueva manera de vivir, en el diálogo, la reconciliación como fruto de la ternura de Dios. Este texto de Mateo es desafiante y por ende la realidad de reconciliación es desafiante también. Permítanme ir describiendo algunos principios del diálogo reconciliador, como los hemos experimentado en Colombia y que coinciden con el texto bíblico para hacer luego proponer una reflexión de carácter cada vez más personal.

La ternura de Dios como contexto para la reconciliación y el perdón

Todo este texto tan práctico tiene un contexto. Sin este contexto que a traviesa todo el capítulo 18 de Mateo no 29

se podría vivir la experiencia del diálogo genuino para el ―Shalom‖. Básicamente es la inmensa gratuidad de la ternura de Dios que le da soporte a una manera distinta de relacionarnos a través del perdón y la atención de los pequeños. Fuera de esta intención caemos en reglas puramente formales, abusos de poder y vida según las categorías mundanas que privilegian a los poderosos. La ternura libre y gratuita de Dios, corazón de la revelación bíblica, es el fundamento y el sentido último de la comunidad de discípulos de Jesús, ésta debe ser expresión de ese amor en la historia. Este contexto de la ternura de Dios se vincula muy fuertemente con al menos dos cosas, una en el arranque del capítulo y otra en el cierre: con dejar de lado toda búsqueda de privilegios y toda preferencia por personas de alto rango social. El mayor en el Reino es el menor en este mundo, el despreciado. Colocando a la niñez ante sus discípulos, Jesús le quita el piso a esta idea de prepotencia. Si este desprendimiento del orgullo es el arranque el cierre del capítulo es la compasión (desde las entrañas, dice literalmente el texto al final del capítulo 18:26) que experimenta el amo ante la angustia del criado por perdón, que en el texto es dejar ir, liberar de la carga. El fundamento de esta iniciativa de perdón parte de su libre voluntad, en la gratuidad de sus sentimientos. Al generoso comportamiento del rey se opone la mezquindad y la dureza del servidor que fue perdonado para con un compañero de trabajo que no fue capaz de perdonar.

La reconciliación es un camino largo

Luego de este contexto que atraviesa todo el capítulo 18 de Mateo, uno se acerca más al texto en mención y nota que estos diálogos reconciliadores muestran un proceso que en algunos cosas en largo y complejo. La experiencia en Colombia, que es la que conozco más, refleja que este camino es por etapas, que tiene sus retrocesos que se debe evitar la precipitación. El texto de Mateo pone de primero un discreto pero eficaz diálogo de tú a tú. Si se es escuchado, se ―ha ganado a un hermano‖. Eso es lo que debe buscarse. Si esto no da resultado el asunto debe ampliarse hasta hacer todo lo necesario. Se trata de un proceso para toda la comunidad, que debe ejercerse con delicadeza, persuasión y diálogo fraterno.

El pacto social roto

Esto no es otra cosa que el vínculo intersubjetivo roto. El texto dice ―que sí tu hermano te ofende‖, es decir que se rompe un espacio sagrado que es básicamente el espacio donde podemos vivir la ternura de Dios. El Dios cristiano que se nos ha revelado en Padre, Hijo, Espíritu Santo es un Dios profundamente uno, pero también profundamente relacional. A esta relación tan fuerte de ternura que les vincula, los teólogos del siglo IV le llamaron una relación de Pericoresis. Esta es una palabreja en griego que está compuesta de dos palabras ―Peri‖, que es la raíz de palabras como perímetro y otras que significa alrededor de, cercano de y ―coreo‖, que es parte de palabras como coreografía, que indica danza o baile. Así que de fondo lo que están diciendo con la pericoris es que la relación de ternura de Dios es un baile amoroso entre tres donde hay una armonía infinita, donde no se invade el espacio del otro, porque cada uno ha salido de sí mimo para construir un espacio en conjunto, esto es esencial en la compresión del Dios al cual seguimos. Si ese espacio de amor se rompe se ha roto todo. Por eso es que en la ofensa, en la violencia y en el maltrato lo que se rompe es ese espacio muy sagrado, ese vínculo que permite que coexistamos en armonía hasta con la creación.

Esto no solo se aplica estrictamente a un ―hermano‖, es decir a alguien cercano, es más bien todo lo que te genere conflicto y ofensa. Si hay conflicto es porque hay un pacto roto. En Colombia y en los países que tenemos conflicto interno lo que se ha roto es precisamente este pacto social, este espacio vital.

La iniciativa es de la victima

―Ve a buscarlo‖. Esta iniciativa de la víctima podría entenderse como una doble victimización de la víctima. ¿Cómo así que la víctima que recibe la ofensa y es la que busca el diálogo? Sin embargo la experiencia en Colombia y el texto bíblico coinciden en afirmar que el único factor, que puede desencadenar reconciliación es la víctima, el victimario no puede hacerlo. En la gran mayoría de ofensas los daños son irreparables, estas deudas son impagables. No hay nada que puede hacer el victimario puede reparar completamente el dolor de la violencia. Así que no queda otro camino que la víctima inicie todo este proceso. Para eso, la no imposición del perdón de la víctima es fundamental, sino la libertad del proceso de dolor que libremente debe vivir la victima hasta que pueda enfrentar este dolor de manera libre. Los relatos de las víctimas tienen que escucharse muchas veces, una y otra vez, resistiendo las tentaciones de querer cerrar los oídos. Pero el relato desde la víctima es crucial. Se necesita que la víctima se empodere. Si esa historia no se cuenta desde la víctima, la victima será siempre víctima. 30

La verdad histórica primero que la judicial

―hacerle ver su falta‖. El origen de poner la verdad histórica como central en los procesos de reconciliación nacional, es de origen cristiano. Viene de Sudáfrica con el arzobispo Desmond Tutu, quien luego fue nobel de la paz. Por supuesto este modelo ha tenido sus críticas fuertes por obligar en un sentido, al victimario a decir la verdad y luego a la víctima a perdonar. La verdad tiene sus límites. Esta frase de ―hacerle ver su falta‖ es muy misteriosa ya que nos es una verdad científica, judicial la que se quiere reconstruir sino una verdad que pueda servir para reconstruir este espacio intersubjetivo roto. La verdad en el monopolio del victimario puede victimizar otra vez a la víctima. La victima vuelve a contar la historia no para restregar la venganza sino para celebrar la victoria sobre la violencia.

Las relaciones por encima del triunfo de las discusiones

―Si te escucha, ya te lo has ganado‖ Una de las tentaciones más grandes en estos terreno de las conversaciones difíciles y conflictos es la pretensión de ganar un pelea, o que mi argumento gane sobre el otro. Eso es lo que nos tiene tan divididos y odiándonos. La real prioridad es ganar otra vez este espacio de relación y vinculo. Recuperar este espacio sagrado que nos permita el respeto. La idea es ganar otra vez al hermano y a la hermana. Una lección muy importante en la experiencia en Colombia es la confusión tan evidente entre víctima y victimario, o la simultaneidad en una misma persona de ser víctima de unos y ser victimario de otros, así que esta dimensión doble y ambigüedad del ser, nos debe animar a preferir restaurar este espacio roto que a ganar peleas ya que la tentación de la venganza siempre está acechando la vida como un león rugiente. Todo esto coincide con el llamado a la unidad de la confraternidad nos anima a lo mismo: nos comprometemos a entablar un diálogo directo y abierto con otras entidades sobre asuntos de tensión o conflicto, buscar soluciones constructivas que parezcan las mejores para todos los interesados y demostrar el poder de la reconciliación en Cristo. Así que preguntémonos, algunas cosas: ¿es la ternura de Dios el soporte para dar el primer paso en el diálogo? ¿Con quién debo tomar la iniciativa de diálogo en estos días? ¿Cómo comunicarme tiernamente en esta cuarentena? (alc-noticias.net) 10/06/2020

33."En el nombre de la Santisima Trinidad": Monseñor Angelelli Homilía de Monseñor Enrique Angelelli, 25 de mayo de

1975

¡Qué hermosas son las lecturas de esta fiesta de la Santísima Trinidad! Ellas nos deben ayudar a reflexionar con mucha sinceridad de corazón. Comienza por introducirnos así: ―bendito sea Dios Padre y su Hijo Unigénito Jesucristo y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros los hombres. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos y prolongues tus días en el suelo que el Señor tu Dios te da para siempre. (Deuteronomio 4, 39-40). Dichosa la Nación cuyo Dios es el Señor. Hermanos, alégrense y trabajen por perfeccionarse; anímense mutuamente; tengan un mismo sentir y vivan en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense mutuamente con un beso santo. Así la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre Dios y la comunión del Espíritu Santo estará siempre con ustedes... (2 Corintios 13, 11 -13). Desde niños, amigos, hemos aprendido a confesar, invocar, adorar y bendecir a Dios, desde la mañana cuando despertamos hasta la noche antes de entregarnos al sueño y al descanso. Lo hacemos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y en el Nombre de la Santísima Trinidad bendecimos nuestros trabajos; nuestras obras al iniciarlas; nuestro pan de cada día; nuestros enfermos; nuestros niños; nuestros ancianos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo bautizamos a nuestros hijos; hacemos los testigos de la Fe cristiana en la Confirmación; perdona la Iglesia los pecados, por el poder recibido de Jesucristo y con la fuerza del Espíritu Santo; consagramos el amor de los nuevos hogares; celebramos la Eucaristía; ungimos a nuestros enfermos; despedimos a nuestros muertos. En el Nombre de la Santísima Trinidad tenemos modelos de vida santa e intercesores en el cielo en los santos; colocamos la cruz en cada cuna y en cada tumba; en el nombre de la Santísima Trinidad se fundó nuestra ciudad de todos los Santos de la Nueva Rioja; consagramos nuevos sacerdotes y consagran sus vidas nuestras hermanas religiosas; nuestros laicos asumen la responsabilidad de hacer una sociedad nueva según el Evangelio de Cristo.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, al señalar el rostro de cada hombre con las aguas bautismales y la unción del óleo santo reconocemos la dignidad de cada hombre, hecho a imagen de la Trinidad y templo vivo de Dios. En el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo trabajamos para hacer de nuestra tierra una tierra de justicia y de paz; una tierra de hermanos y de esperanza; una tierra que haga felices a todos sus hijos. El sello de Dios está en cada hombre; no importa su raza, su manera de pensar y de vivir. En el nombre de Dios Padre fuimos creados para ser hermanos, hijos de un mismo Padre e iguales entre nosotros; así salimos de las manos de Dios, aún cuando no le reconozcamos ni alcancemos a distinguir su rostro en el rostro de los demás. Es bueno que recordemos estas verdades fundamentales en el día de la Patria. Nos hace mucha falta. Porque podemos estar buscando con las palabras la ansiada paz, la justicia y la fraternidad y con las obras concretas de cada día no ser consecuentes. Es hora de profunda reflexión y de gran sinceridad ante Dios y ante nosotros mismos. Porque cuando a diario constatamos nuestra realidad, encontramos también que el Templo vivo de la Santísima Trinidad que es el hombre argentino, está profanado de muchas maneras y situaciones. Y recibimos el mandato de Cristo, que nos trajo la vida de Dios a los hombres: ―vayan por todo el mundo; hagan discípulos en toda la tierra; bauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enséñenles a guardar todo lo que les he mandado. Y sepan que estoy con ustedes hasta el fin del mundo‖. Esto nos hace exclamar: ―Señor, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra‖ (Sal. 8). Todo esto que estamos reflexionando nos hace comprender mejor nuestra fe cristiana, nuestras celebraciones sacramentales; nuestros santos patronos; nuestro hambre y necesidad de paz, justicia, fraternidad, esperanza y alegría de vivir; la Iglesia; su misión y la pascua de Cristo que entrega a los hombres y la misma vida de los hombres, tiene como fundamento y como fuente de VIDA en plenitud, a Dios Padre, Hijo y E. Santo. San Pablo nos dice: ―en Dios, existimos, nos movemos y somos‖.

La celebración del “Corpus Christi”

El jueves próximo celebraremos la fiesta del Corpus Christi. Por exigencia de nuestra fe cristiana y siendo, también fieles a nuestra tradición, esta celebración tiene el sentido público como pueblo de reconocimiento, adoración, alabanza y acción de gracias a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por Jesucristo, verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento. Cristo mismo nos lo

acaba de decir: ―estaré con ustedes hasta el fin del mundo‖. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, se hizo hombre como nosotros, por eso podemos conocer a Dios trinitario, tener la misma Vida de Dios en nosotros, y reconocernos los hombres como hermanos. Por Jesucristo sabemos que somos el templo vivo de Dios y que la Santísima Trinidad ha puesto su casa en el corazón del hombre. Celebrar el Corpus Christi es celebrar la plenitud de la VIDA NUEVA traída por Cristo a los hombres por su Cruz y su Pascua. Es celebrar la reconciliación con Dios y entre nosotros. Es celebrar el encuentro como pueblo, redimido, santificado y enviado a reconstruir la vida en los hombres siendo testigos de la ALEGRÍA y de la Esperanza de su Evangelio. El Papa Pablo VI, acaba de darle al mundo un estupendo documento sobre la ―alegría cristiana‖ como fruto del Espíritu Santo en este Pentecostés que acabamos de celebrar. Celebrar la Eucaristía así, no debe ser sólo para la fiesta del Corpus Christi, sino que lo debe ser cada vez que la celebramos en nuestras parroquias, capillas, o lugares apropiados para ello. La Eucaristía, que es la Santa Misa, no es ni puede ser propiedad de una persona particular o de una familia; la eucaristía es la celebración de toda una comunidad y el encuentro fraternal de quienes confesando la misma fe, al mismo Señor Jesús; de quienes nos traen a la mesa del altar la vida de una comunidad con sus alegrías y sus dolores para unirlos a Cristo y ofrecerlo a nuestro Padre Dios. En ella, también, pedimos por nuestros muertos. En la Eucaristía no celebramos la muerte sino la Vida, aunque la celebremos por nuestros muertos. En este sentido, deberemos ayudarles a comprender y vivir mejor las celebraciones de las misas que se celebran en la diócesis. Toda Eucaristía que se celebre en la diócesis debe ser siempre el signo de la unión de todos y no signo de división. Quienes tenemos el ministerio sacerdotal deberemos estar muy atentos a esto para que ella sea verdaderamente el encuentro y la celebración de la fraternidad de un pueblo que se quiere y camina unido buscando la felicidad de todos, como la gran tarea a realizar cada día. La fiesta de nuestros santos patronos será completa, cuando en ella celebremos la Eucaristía y participemos en ella reconciliados con Dios y entre nosotros. Así lo vivieron nuestros santos patronos, así lo quiere Dios y nuestra Madre la Virgen, así recogeremos mejor el fruto cristiano en nuestras fiestas y el compromiso de vivir fraternalmente construyendo una Rioja nueva. So-

bre esto tendremos ocasión, Dios mediante, de seguir reflexionándolo. La Iglesia quiere y enseña que nosotros los cristianos conozcamos mejor la Misa, la celebremos participando plenamente en ella y volvamos a la vida de cada día con un mayor compromiso de vivir con lo demás lo que hemos celebrado en la mesa del altar. La celebración del Corpus de este año, deberá ser un gran encuentro con Cristo presente en el Santísimo Sacramento. Tenemos mucho que agradecerle y también mucho que pedirle. Pero le pediremos, especialmente, unidos a todas las diócesis del país, que nuestra tarea pastoral del año sobre el ―matrimonio y la familia‖ sea bendecida por nuestro Padre Dios. Porque sentimos la necesidad de apuntalar nuestros hogares y preparar los futuros, pongamos el sólido fundamento de la oración para que alcancemos los frutos que esperamos de las familias riojanas y de toda la Patria. Esperanzados y con una visión más alegre y optimista de la vida, pongamos también ante la presencia eucarística de Cristo a la Patria. Hoy, en nuestra fiesta Patria, le pedimos en esta Eucaristía, que escuche y acoja el dolor y la esperanza de nuestro pueblo argentino. Que lo que se está gestando con sangre y sufrimiento no sea en vano. Que nos dé la fuerza y el coraje interior para que los argentinos seamos artífices de un... Gloria al Padre… (vivamosjuntoslafe.blogspot.com) 07/06/2020

34.Once años en la Isla: Trabajo de Aguas Vivas para el Mundo en tiempos de CO

VID-19 Cuba. El ministerio de Living Water for the World -Agua Vivas para el Mundo, cumple 11 años de servicio en Cuba. Es el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas quien coordina las instalaciones del ministerio de Living Water for the World -Agua Vivas para el Mundo- en el país, junto a hermanas y hermanos de las iglesias de Estados Unidos. ―Hemos acompañado a 62 iglesias, centros cristianos y sociales para llevar agua limpia, de vida, a doce provincias de nuestro país, de las quince existentes‖, dicen desde el Seminario. ―El 10 de junio cumpliremos 11 años en este quehacer que ha superado las fronteras, los muros, los inconvenientes. En medio de una pandemia que ha paralizado centros laborales, líneas aéreas, comercio internacional y numerosos aspectos de la vida cotidiana, no ha podido detener el servicio de agua limpia a nuestro pueblo‖, subrayan. Uno de los principios fundamentales de la filosofía que sustenta Aguas Vivas para el Mundo, es el compartir el agua gratuitamente con toda la comunidad que rodea las instalaciones. ―Y podemos asegurar que ese principio se ha cumplido fielmente en esta situación de crisis sanitaria general, superando el desafío que el virus generador de la enfermedad COVID-19 impone a la higiene personal y colectiva‖. La inmensa mayoría de estos sistemas no han dejado de dar el servicio tan necesario para las familias y centros asistenciales, al contrario, han reforzado las cantidades y los horarios para ofrecer el agua en coordinación con las autoridades de la localidad, nos cuentan desde Matanzas. Y siguen, quienes operan el servicio trabajan armonizadamente con las medidas especiales de higiene social que cada lugar ha tomado en tiempos de COVID-19: utilizan los nasobucos, organizan las filas separadas, tienen preparada una solución de hipoclorito para aplicar en las manos a todas las personas que vienen a recoger agua. Ha sido un esfuerzo extra a su trabajo. Los sistemas que han dejado de ofrecer agua limpia son solo aquellos que su ubicación en interiores no les permite el acceso a las personas por originar peligros de contagios El Seminario mantiene la comunicación permanente con las hermanas y hermanos que están operando los sistemas. Les ofrece ayuda técnica, suministros de piezas de repuesto y atención, a pesar del aislamiento. ―Los esfuerzos de muchas personas vinculadas a este quehacer han hecho posible que este servicio se mantenga, sobre todo, los que se enfrentan diariamente a esta tarea de servir, cumpliendo con la Misión fundamental de nuestras iglesias. A ellos y al pueblo que recibe este servicio les dedicamos este 11° Aniversario de Aguas Vivas para el Mundo. También queremos rendir homenaje al reverendo Wil Howie, fundador de la idea de extender el ministerio del Living Water for the World a otros países, quien repite, A Dios, la gloria!‖ (alc-noticias.net) 11/06/2020

35.En nombre de la humanidad: Marcelo

Barros Hoy en día, en los Estados Unidos y en todo el mundo, muchas personas reaccionan contra el racismo revelado en el cruel y cobarde asesinato de George Floyd. En nuestra sociedad, discriminación social y racismo son íntimamente casados.

Mientras la humanidad sufre la tragedia de esta pandemia, el presidente de los Estados Unidos cancela 400 millones de dólares que el gobierno norteamericano siempre pasaba à la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el mundo, se están probando ocho tipos de vacunas contra el Covid 19. De estos, la mitad (4) viene de China. Donald Trump utiliza todo su poder para evitar que las vacunas chinas lleguen al mercado mundial antes de noviembre. Considera que esto sería perjudicial à su campaña de reelección. En medio de esta realidad, el presidente de Sudáfrica lanza un desafío à las Naciones Unidas: la vacuna contra un virus mortal que amenaza a toda la humanidad no debería ser comercializada. La vida no es mercancía. En varios países, entre ellos el Brasil, diversas organizaciones de la sociedad civil están unidas en una campaña internacional para declarar vacunas y medicamentos contra epidemias como bienes comunes de toda la humanidad. Esta campaña está coordinada por una Fundación Internacional que intenta unir a la humanidad en una Ágora de los Habitantes de la Tierra. Hay un documento que recorre el mundo y puede ser firmado por todos como Manifiesto en nombre de la Humanidad. La conciencia de la dignidad e igualdad de todos los seres humanos y la comprensión de una ciudadanía universal es algo reciente. Para que tales logros se hayan producido, fue importante una evolución de la cultura. Hegel afirmaba que no somos dueños de nuestras ideas. Son las ideas que llegan a nosotros y allí tienen un poder transformador. La lucha por las ideas está en la raíz de las grandes luchas emancipadoras de la sociedad. Desafortunadamente, en la historia, a menudo, las iglesias y religiones se han opuesto a los movimientos de liberación y promoción humana. En los siglos pasados, pastores y ministros cristianos defendían la monarquía contra la república. Consideraban que la superioridad del hombre sobre la mujer provenía de Dios. Eran en contra de la igualdad de género y de la libertad de expresión y de religión. Aún hoy, hay pastores y ministros que organizan cruzadas contra el derecho de las personas à la diversidad sexual. Sobre todo, ligan religión con poder y control social. Necesitamos urgentemente volver al evangelio de Jesús que dice: "He venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10:10). (amerindiaenlared.org) 12/06/2020

36.La estrategia del camaleón:

Alirio Cáceres Aguirre Colombia. La pandemia por el coronavirus ha rasgado ―el velo del templo‖ y ha puesto al descubierto otras pandemias que amenazan la vida. Con ellas convivíamos, pero eran imperceptibles. O tal vez simplemente las ignorábamos en una actitud indiferente e indolente. Esta cuarentena, que ha convertido el tiempo de Cuaresma y de Pascua en un Adviento, nos pone en frente la pandemia del hambre, la inequidad, la soledad, la corrupción, la contaminación, la ineficacia y el horror del sin sentido. El hambre que empuja a zonas de contagio de millones de seres humanos que, presionados por la miseria y el afán laboral, prefieren arriesgarse a morir con los pulmones cerrados y la boca abierta, que con la boca abierta y el estómago vacío. Son también mayoritarios los sectores que están desprovistos de un sistema de salud eficiente, o como en el caso de la Amazonía, están expuestos al COVID19 sin una infraestructura mínima que garantice el servicio médico oportuno. Es que la brecha de inequidad y de injusticia en nuestros países es escandalosa. Una élite concentra los bienes que Dios ha creado para todos. El llamado ―estallido social‖ va brotando como un grito desgarrador desde estos rostros en los que Cristo clama. Los que experimentan la muerte prematura por el virus. Los aterrados por el hambre. Los excluidos de los servicios públicos. Los que no puede quedarse en casa, porque no tienen casa. Los que no pueden lavarse las manos, porque no tienen agua segura. Pese a preciosas iniciativas de atención primaria en la emergencia sanitaria y humanitaria, aún son insuficientes las respuestas estructurales pues, sencillamente, nuestra civilización se nutre de las energías de quienes diariamente ofrendan sus labores al culto del dinero. Allí son sacrificados en una orgía de sudores para sostener un estilo de vida y una noción de desarrollo que nos tiene al borde del abismo. El pequeño virus ha puesto en evidencia al gigante paradigma tecno económico que el Papa Francisco denuncia en el capítulo 3 de Laudato si´. La pandemia desnudó la cultura del descarte, cinco años después de ser descrita en las páginas de la encíclica. Y también anticipó el antídoto, pues no hay otro camino que una cultura del cuidado. Cuidar es sanar, es curar, e implica salirse a la vera del camino para hacerse cargo, cargar y encargarse del agonizante hasta garantizar su recuperación, cueste lo que cueste.

La pandemia puso en el espejo a los ancianos, migrantes, indígenas, pero también liberó a la hermana Madre Tierra, como la llamó San Francisco de Asís, en un jubileo justo pero incompleto, pues para Dios, Comunidad Preciosa de Amor Infinito, importan tanto los peces como los pescadores, el reciclaje como los recicladores, las mascotas como sus cuidadores. Es el Dios de la Ecología Integral, el del hogar común de su familia creada, el que quiere que este Planeta Azul sea nuestra morada. La pandemia, paradójicamente, nos estropea los pulmones, pero ha hecho que el aire sea más limpio, ante la reducción de contaminación. Lo que comenzó en la remota China ya está a la vuelta de la esquina. Somos una red de relación. Un todo interconectado. Hoy por el virus, pero siempre por el amor. Justamente la búsqueda de Dios como tabla de salvavidas en medio de la tempestad, también está quitando la máscara a los falsos horizontes de realización. No nos salvan los goles de los multimillonarios deportistas sino el trabajo silencioso de muchos campesinos, obreros, transportadores, comerciantes, panaderos, aseadores. Somos interdependientes. El COVID19 trajo consigo el abrazo de la hermana muerte sin distinciones sociales. Nunca más antes, tuvo sentido la vida sino en los umbrales del sepulcro. Mas siendo comunitarios y colectivos, el viacrucis de la agonía se debe afrontar en solitario y los responsos al difunto solo tienen como eco, los susurros del silencio. Pandemia de soledades como una cena con cada uno en su pantalla. Total contraste con aquella última cena, mojada por las caricias respetuosas de Aquel que mostró el Camino, la Verdad y la Vida en un gesto de esclavo y en la soberanía del amor sin medida. El coronavirus fue destapando las cartas del pecado estructural de la humanidad y desde sus sombras, indicando el valor de la luz del Evangelio. Crucificados están los servidores: enfermeras, médicas, religiosas, sacerdotes, más expuestos a la muerte por ser presencia del Dios del amor, ofrenda su vida en su intento de salvaguardar la vida. Pero en el recorrido de los retos para el liderazgo católico en el continente, hay un virus que amerita investigar una vacuna aún más avanzada. Se trata de la pandemia de la corrupción, mencionada en cada una de las sesiones de trabajo y en los círculos de estudio. Parecería obvio que la fe cristiana otorgara credenciales a la ética para retornar a los cargos públicos y las conciencias electorales. Pero también están ausentes. Están aislados. El descrédito de los partidos, la polarización ideológica, y la incapacidad directiva, se suma a la quiebra del estado y la esclavizante relación con las potencias nacionales y los anónimos mandatos de las transnacionales. Es clarísimo que sin una restauración moral no será posible una sana gestión gubernamental. Todo el ideario de la Patria Grande, el sueño de unidad de los pueblos en aras a un progreso integral, desarrollo humano sostenible y sustentable, reconciliado con los biomas y ecosistemas, se fundamenta en la capacidad de conectar manos, mente y corazón, lo técnico y lo ético, lo ético y lo estético. En la Doctrina Social de la Iglesia hay muestras del antídoto a la pandemia del egoísmo y la negligencia para seguir leyendo lo humano desde las radicalidades de dos modelos obsoletos, que han sido fácil presa de ese monstruo con pies de barro que es el narcotráfico. Lo hemos tenido frente a nuestros ojos por décadas, pero se ha vuelto invisible en su disfraz de resignación cotidiana. Es sencillo hacer el recorrido de estragos que causa en la tierra, el agua, en nuestras selvas y en los surcos de nuestros campesinos. El ambiente es una de las primeras víctimas de los cultivos de uso ilícito. Tal ―multinacional‖ es la más rentable en América Latina y el Caribe. Ha logrado crear redes internacionales y transfronterizas mucho antes que REPAM, REMAM o REICOSUR. El crimen organizado conoce mejor nuestra geografía que los más experimentados guías. El daño del narcotráfico no es sólo financiero y económico, sino factor que nutre la corrupción de la dirigencia política. Con crudo realismo no falta el niño que diga que el ―rey está desnudo‖ como en aquel cuento del traje invisible y se afirme que estamos en una curva exponencial de narco estados, narco políticos, narco empresarios, pues querámoslo o no, por el circuito monetario ya tenemos el contagio. Acaso nos toca ser complacientes y condescendientes pues las reglas de la economía del mercado en países utilizados como despensa de ―commodities‖ nos ponen en estado de indefensión. ¿Será posible sanear la economía y encontrar un gel para limpiar las manos contagiadas por la tentación de la ganancia fácil? No tendría que ser la rentabilidad financiera, el único criterio, pero en la realidad real, eso es lo que impera. Y aún más, hay un daño cultural enorme, en la mentalidad de los y las jóvenes que, seducidos por la codicia, se conectan en la espiral de violencia y vanidad que sostiene entramado de la sociedad. Lamentablemente tenemos muchas series de cine y tv que dan cuenta a la historia de la guerra de carteles y la estrafalaria suntuosidad de quien inyecta dinero mal habido a su vacío existencial y ego pervertido. Ni hablar 35

del efecto en los consumidores. Esta no es una cadena de favores, sino una secuencia de horrores. El narcotráfico es una cultura, una postura ante la vida, que se va metiendo, se va adaptando a la forma de las relaciones en cada territorio y configura una estética de las excentricidades y despilfarros. Es un camaleón que se esconde tras los artistas de moda, los poderes territoriales, la administración de la justicia. ¿Cómo evangelizar este monstruoso virus? Sabemos que el Señor es el Mesías del cosmos, que así estemos a punto de naufragar, si él va a nuestro lado, nada debemos temer. Donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia. Es el Dios de las sorpresas. El que saca vida de la muerte. El que convierte la ignominia de la cruz en un árbol de vida en abundancia. Sabemos que Jesús está llorando conmovido ante la tumba de su amiga, la ―Casa Grande‖. Muy probablemente el hedor sea espantoso. Se han corrompido hasta nuestras conciencias. Y ya ha pasado mucho tiempo. Pero la misma voz que calmó la tempestad en medio de las aguas, resuena para liberarnos de mortajas y hacernos caminar. No hay duda que lo hará. América Latina y el Caribe retornará a la vida. La tumba vacía como signo, Las calles vacías como señal. Otra vez volverá la fiesta a la casa de Lázaro, Marta y María. Nuestras Iglesias domésticas, santuarios de la vida, entorno protector de la ecología humana serán semilla de Iglesia en salida, pobre y para los pobres, que cuida y transforma la casa común. Y cada uno de nosotros seremos Cristo. Su rostro se multiplicará. Nos reconocerán al partir y compartir el pan. Al ser instrumentos de paz. E incluso la estrategia del camaléon será eclesial, pues la misericordia adoptará las formas de cada cultura y los colores de la ternura.

En la película colombiana ―La estrategia del caracol‖ (muy recomendada) la sagacidad es la que vence. El Evangelio mimetizado en todas las actividades humanas, será la sazón de un nuevo sabor, de un nuevo saber, de un nuevo sentido. El rescate de la comprensión orgánica de la Iglesia como Cuerpo de Cristo, la conciencia de ser parte de ese glorioso cuerpo, permeará la diversidad de vocaciones. Los monasterios y las calles, los conventos y los auditorios, los seminarios y las oficinas de gobierno, los templos y los foros públicos, todo estará interconectado por el Espíritu que renueva la faz de la tierra y renueva nuestros corazones. Pero en esa omnipresencia de Dios, refulgirá el colorido de los laicos, capaces de subvertir la nefasta alianza entre tecnología y economía, y bajar del pedestal a la

falsa divinidad monetaria. ―El Espíritu de Dios nunca deja de animar y sostener a su pueblo‖ Se que parece una distante utopía erradicar el narcotráfico de nuestra cultura. Tal vez llegue más pronto la cura contra el COVID. Pero, Lázaro estaba muerto y hedía. Dios es experto es convertir en posible lo imposible. Tan solo si cada uno decidiese convertirse en ofrenda viva, en pan de amor para los demás. Si el altar del templo hoy solitario se trasladase a cada cuerpo para ser habitación del Espíritu Santo. Alguien tendría que decir ―No, al narcotráfico. Basta ya. Ya no más‖. Y otro más allá decir ―Ya no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí‖ y negar más oportunidades a la corrupción. Tal vez maten el cuerpo. El Evangelio dice que no hay que temerles. Pero otro se levantará en México ―Yo soy de Cristo‖ y otro más en Colombia dirá ―Yo soy Cristo‖. Y así en las selvas peruanas y los Andes ecuatorianos, en Bolivia, en Venezuela, en Brasil, en Argentina, y el colorido camaleón se vestirá con nuestras banderas. Alguien tiene que decir el primer ―No‖. Tal vez eso implique el martirio. Pero la vida verdadera no acaba ahí. Sueño entonces que quienes terminamos este Seminario asumamos el liderazgo del colibrí. Corazón grande, incansables alas, una misión clara. Hay incendios en la selva y en las almas. Gotita a gotita es posible lograr un rocío que caiga como bendición. No de uno sino de muchos aleteando con el mensaje divino.

La frase ―Hago lo que puedo, lo mejor que puedo‖ (de Cristina Gaztelu, joven española que murió en olor de santidad) resume la mística que sostiene el ritmo, aun desde nuestras fragilidades. Iglesia que se encarna, se incultura como un camaleón, para transformar las relaciones vitales con el poder del Evangelio. Líderes católicos que aletean con la pasión de la misericordia que suscitar conversión en cada flor del jardín del mundo. Dos formas distintas de expresar que necesitamos personas incólumes éticamente, profundas espiritualmente, capaces de incidir en políticas públicas, generar procesos de gobernanza, diseñar y ejecutar programas de gobierno, asumir roles decisores en las tres ramas del sistema democrático, poniendo como centro de atención y promoción al ser humano en sus complejas relaciones con el entorno. Líderes que dejen escuela y establezcan lazos comunitarios. Líderes que testimonien con humildad su disposición de servicio, siempre buscando el bien común. Líderes sensibles al clamor de los sufrientes. Líderes con tapabocas de prudencia, guantes de transparencia y gel anticorrupción. Líderes de la coherencia. Líderes de la convivencia.

Una academia de líderes que establezca redes para aprender haciendo, para ser instrumentos de Dios Creador en la gestación de hombre nuevo y la mujer nueva en cielos nuevos y tierra nueva en donde more la justicia (2 Pe 3, 13).

Nota 1:

No tengo la edad cronológica (40) para participar en la campaña de video de la Academia de Liderazgo Católico, pero me siento joven en el deseo de anunciar el Reino de Dios con los talentos que El mismo me dio. Por eso quiero hacer este homenaje a cada uno de mis hermanos y hermanas de este I Seminario Internacional de Liderazgo Católico, a través de este breve mensaje en clave de ―arteología‖:

―El liderazgo del colibrí‖: https://www.youtube.com/watch?v=-Cd1daRfEkc

Nota 2:

http://liderescatolicos.net/seminario/ Agradezco a los organizadores del Seminario y a los evaluadores de los ensayos, por haber destacado este escrito entre los trabajos de casi 900 participantes de América Latina y el Caribe, muchas de ellas, líderes políticos, funcionarios públicos, obispos, presbíteros, dirigentes de organizaciones eclesiales, universitarias, sociales… Ha sido una gran sorpresa, un inmenso honor y una gran responsabilidad. Por eso lo comparto con algunos ajustes y con muchas esperanzas de suscitar una reflexión sobre las pandemias de nuestra ―Casa grande‖, como la ha llamado la teóloga, misionera y docente Ariana Díaz Acuña, asistente del Observatorio Laudato si´ en la Universidad Católica de Costa Rica. www.vivelaudatosi.org Participé en el Seminario como representante del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC). Quería contribuir ―laudatosificando‖ la reflexión sobre el liderazgo católico. No siempre se logra todo lo que se quiere, pero tampoco se pierde nada de lo que se hace. El capítulo 5 de Laudato si´ sigue siendo la ―cenicienta‖ de la encíclica. Tal vez este Año Laudato Si´ permita sacarlo de la sombra y ponerlo a la luz de las agendas públicas locales, nacionales e internacionales. http://www.humandevelopment.va/content/dam/sviluppo umano/documenti/Laudato%20Si‘%20Anniversary%20Y ear%202020-2021%20-%20Spanish.pdf

Nota 3:

Quienes no conozcan esta obra de arte, vale la pena que dediquen un tiempo para ver la película ―La Estrategia del Caracol‖

https://www.youtube.com/watch?v=veM RxWiv6mw Es una muestra de la cultura bogotana y su ingenio. Data de los año 90. Que la puedan ver en la REPAM (Red Eclesial Panamazónica); REMAM (Red Eclesial Ecológica Mesoamericana); REICOSUR (Red de Ecología Integral del Cono Sur) y en cada cuenca de nuestra casa común. Frente a las pandemias, necesitamos similares estrategias… @DiaconoOikos Publicado originalmente en Amerindia (alc-noticias.net) 11/06/2020

37.El ITESO y el reto de la nueva normalidad Reflexiones éticas de una pandemia Tan inaceptable es que una molécula de ácido ribonucleico rodeada de proteínas someta a la humanidad a una enfermedad; como que las inercias económicas destruyan nuestras capacidades de vivir como sociedades cohesionadas. La nueva ―normalidad‖, la que configuremos en conjunto, como universidad, implicaría aceptar el reto de nuestra misión: la búsqueda de la verdad y ampliación de las fronteras del conocimiento. El término normal tiene diversas acepciones. Según la Real Academia Española refiere al estado natural de una cosa, a lo habitual u ordinario, a lo que sirve de norma o regla, a lo que se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. En la acepción del estado natural, es inevitable el cambio permanente de la naturaleza, por lo que la mutación que dio lugar al Covid-19 es normal, suponiendo que este virus no sea resultante de una manipulación humana, en el sentido que la naturaleza no es estática y por consiguiente no podemos proyectar nuestro futuro como inercia del pasado. Por el contrario, desde la acepción de lo habitual u ordinario, el Covid-19 no es normal sino disruptivo. Parecería inimaginable que nuestra situación actual se convierta en nuestra regla, pues es imprevisible fijar de antemano las reglas a seguir ante la pandemia. Si establecemos una analogía con el coronavirus, cabe preguntarnos si ha sido normal la forma en la que global, nacional y localmente hemos vivido desde antes de esta crisis sanitaria y económica. ¿Es normal que una, dos o tres decenas de personas cuenten con un capital superior al de la mitad más pobre de la humanidad? ¿es normal que estemos destruyendo la capacidad del planeta para sostener la vida?

¿es normal que vivamos en medio del temor, la inseguridad y la violencia? Si entendemos lo normal en términos de la naturaleza humana, esto es una aberración; pero si lo entendemos en términos de ―lo habitual o lo ordinario‖, de ―lo que ha servido como regla‖ y de ―las normas del libre mercado fijadas de antemano‖, entonces sí, desgraciadamente todo esto ha sido parte de una normalidad cada vez más autodestructiva. La normalidad no lleva en sí misma una connotación positiva o negativa, la cuestión es si la normalidad en la que hemos vivido es aquella que no solo queremos, sino también es la que podemos vivir. Es probable es que este Coronavirus sea natural, en el sentido de que se trate del resultado de una transformación en la naturaleza, dónde un virus, una molécula de ácido ribonucleico rodeada de proteínas, adquiere la capacidad de alojarse y reproducirse en el ser humano. Sin embargo, ese carácter natural de una molécula, no significa que simplemente nos sometamos a la enfermedad que produce. Paralelamente, el que nuestras inercias económicas destruyan nuestras capacidades de vivir como sociedades cohesionadas es tan inaceptable como el virus mismo llamado Covid-19. Si los expertos de las ciencias médico biológicas están empleando todo el conocimiento disponible para enfrentar la amenaza de la enfermedad y la muerte, entonces también nos toca emplear no sólo nuestros conocimientos, sino también nuestros sentimientos y capacidades, de todo tipo, para enfrentar la polarización de la riqueza, el cortoplacismo del libre mercado, el desdén hacia la destrucción ambiental, la discriminación, el hostigamiento (sexual, laboral o de cualquier otro tipo), la competencia avasalladora hacia ―los perdedores‖ o los ―no exitosos‖ y la tolerancia a todo aquello que lejos de impulsarnos a poder vivir colectivamente como seres humanos, nos ―naturaliza‖ a convertirnos en el lobo para el hombre (homo homini lupus), o el lobo para la humanidad, como lo advirtió Thomas Hobbes, que de natural no tiene nada, puesto que los lobos no comen lobos, pero los humanos sí podemos ir sobre nuestra propia especie. La normalidad que hemos estado reproduciendo no nos permite perdurar colectivamente en condiciones dignas ¿Qué podemos hacer en el ITESO? Si nuestra misión como universidad es formar profesionales y colocarnos como al servicio de la sociedad, y no necesaria ni prioritariamente en función del mercado. Entonces debemos contribuir a la construcción de estrategias humanísticas, técnicas y científicas que nos permitan romper con una normalidad social y ambientalmente destructiva. Una normalidad alternativa, que podría implicar el uso de tecnologías, de formas de organización, de políticas y de metodologías inclusivas que partan de nuestras propias características locales, regionales y nacionales. Debemos aprovechar el privilegio de estar en el ITESO justamente para no reproducir privilegios, sino que las condiciones de desarrollo que nos ofrece, las utilicemos para romper paradigmas, para que las políticas ambientales, culturales o sociales no estén condicionadas por su viabilidad económica, sino que las estrategias económicas estén condicionadas a su viabilidad ambiental, cultural y social. Ello implicaría aceptar el reto de nuestra misión universitaria en términos de búsqueda de la verdad y ampliación de las fronteras del conocimiento. Ello implica proponer y desarrollar soluciones viables para la transformación de sistemas e instituciones. En suma, implica actuar de acuerdo a nuestra Misión. Las propuestas por área de conocimiento, por nuestras historias institucionales y personales pueden ser infinitas, pero hay una pregunta más, que es obligatoria de responder antes de proponer algo: ¿qué es lo que no podemos hacer? No podemos seguir reproduciendo nuestras inercias sociales o mercantiles de una búsqueda por ser superiores al otro, del privilegio individual y de la negación de nuestra realidad, no podemos negar que estamos en el barco en el que viajamos todos. No volveremos a una nueva normalidad definida no sabemos dónde ni por quién. Esa nueva normalidad la tendremos que construir hacia dentro del ITESO, y desde ahí hacia nuestra ciudad, país y planeta. Requerimos una normalidad que nos beneficie como mundo y como especie, no una normalidad que nos muestre como un espejo que como a la bruja de Blanca Nieves nos diga que somos los más bonitos o los mejores; sino una normalidad en la que podamos vernos más allá del nuestro propio reflejo. (cruce.iteso.mx) 08/06/2020

38.Extraña y realmente… Dios acontece hoy*: Rosa Ramos “No puedo respirar… no puedo respirar…no…”George Floyd “Sí, respiras, sí, respiras, sí, respiras/ Respiras en nosotros, clamas en nuestra voz, vives!”/ Tu raza y todo un pueblo de conciencias

―Dios no es, Dios acontece‖, le oí decir en Chile por primera vez a Manuel Ossa, un teólogo protestante hace muchos años, esa expresión me impactó mucho y

siguió creciendo en mí. Obviamente implicaba una novedad en relación a mi formación religiosa. Hoy desperté recordando aquella lección del teólogo chileno: Dios no es, acontece. Y tras estas palabras, aquella voz y aquél rostro, otra catarata de palabras oídas o leídas, me llegó en ese despertar aún a oscuras; dejé los ojos cerrados para que fluyera con menos impedimento. ―Dios está siendo, Dios se está haciendo, no está terminado‖, dice Jon Sobrino. Este teólogo aprende, descubre, ve a Dios en el devenir de la historia y con San Pablo entiende que vivimos entre dolores de parto y que la plenitud llegará ―cuando Dios sea todo en todos‖. (1 Co. 15, 28) Muchos han visto ―acontecer‖ a Dios y se han emocionado, alegrado y agradecido en estos meses en la lucha titánica de médicos y enfermeros tratando de salvar pacientes, durmiendo pocas horas, cayendo extenuados, pero levantándose para responder con lo mejor de sí a una epidemia que exigía sus mayores esfuerzos. Muchos los aplaudieron, viendo que allí había una reserva de humanidad que bregaba por la vida de los otros, más allá de credos. Yo lo he visto en la conmoción e indignación ética provocada recientemente por un hecho doloroso, ignominioso -aunque no infrecuente-: la muerte por asfixia de un hombre a manos de otro hombre. No en la muerte, sino en lo sucedido después, veo acontecer a Dios. No hay dos historias, la historia de salvación es la historia humana y es allí donde acontece Dios precisamente en esos dinamismos –animados por su Espíritu- en que hombres y mujeres damos saltos en conciencia ética, indignándonos ante el sufrimiento y la injusticia. ¿Quién era Abel?, ¿quién era José el hijo menor de Jacob? en los relatos del Génesis, ¿quién era George Floyd de Mineápolis? No eran santos, no eran perfectos, eran seres humanos, personas, que como tales debían ser respetados, no vendidos ni asesinados por sus hermanos. ―¿Dónde está tu hermano?‖ Pregunta Dios a Caín por Abel. ¿Dónde estamos los otros hermanos y hermanas cuando se mata, se vende, se desprecia, se odia a una mujer o a un varón de nuestra raza, de la única raza humana? Parece que no estamos, pero sí estamos, quizá estábamos dormidos o entretenidos en nuestros propios afanes e intereses. Sin embargo la muerte injusta suele pincharnos y despertarnos, sacarnos de esa somnolencia apática, tocar fibras íntimas y ponernos de pie. Esto ha sucedido en estos días y en esto podemos descubrir a Dios acontecer, densificarse en la historia hasta hacerse visible, de un modo quizá inesperado, extraño, pero real. ¿Qué hemos visto en estos días? Miles de manifestaciones contra la violencia racial, ríos caudalosos de gente caminando, primero en Mineápolis y multiplicadas en todas las grandes ciudades de EEUU. Vimos imágenes de las ceremonias funerarias de George Floyd en la ciudad donde lo mataron y días después nuevas imágenes de multitudes en Houston donde finalmente sus hermanos vestidos de blanco dejaron su cuerpo negro en un ataúd dorado, ¡qué simbólico y se comprometieron por la causa de la igualdad, la vida, la justicia. ¿Era necesario que a un hombre le impidieran respirar, era necesario que muriera? Claro que no, sin duda no fue voluntad de Dios su crimen, como no lo fue el de Jesús. Pero de hecho así han sucedido los hechos históricos. Sin embargo lo que pasó en la conciencia de miles de personas con la muerte de Floyd nos dice algo de Dios y de su sueño para la humanidad.

―La revelación no cae del cielo como un aerolito‖, nos dicen Juan Luis Segundo, Andrés Torres Queiruga, otros y otras. ―La gracia nace siempre en la historia y tiene forma de historia‖, esto lo afirma José Ignacio González Faus. La magnitud de las reacciones y manifestaciones en este caso reciente se han comparado con la indignación ética que recorrió el mundo con el asesinato del pastor luterano Martin Luther King en 1968, hace más de cincuenta años. No son análogos los hombres ni las circunstancias, no se comparan las personas en sí, sino los crímenes y la herida a la humanidad que en ambos casos interpela y levanta. La historia no es pura transparencia, la historia es historia y la gracia se descubre mezclada con su barro. Sin embargo en medio de tanta muerte y tanta violencia, tanto retroceso humano (mucho barro en este presente histórico) ha acontecido algo que alimenta la esperanza. Cito nuevamente a González Faus: ―la potenciación y renovación de lo humano es nada menos que una potenciación hasta lo divino‖, pues ―el don de Dios es Dios mismo‖. Caín no sólo sintió miedo, vergüenza y confusos sentimientos por su crimen, llegó a sentirse ―signado en la frente‖ por Dios para no morir. Los hermanos de José, después de mentirle a su padre, después de andar en la oscuridad mucho tiempo, llegaron -según el pedagógico relato bíblico- a reconocer a su hermano como tal y a volverse hermanos ellos.

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