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ÁMBITO ECLESIAL

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ÁMBITO SOCIAL

ÁMBITO SOCIAL

Judas no soportó su traición y se quitó la vida, Pedro ―vio‖ sobre él los ojos de Jesús y fue capaz de perdonarse y confesar ―tú lo sabes todo, sabes que te quiero‖. ¿Qué pasará en este caso? No se sabe aún. Damos gracias a Dios por no abandonar la historia y acontecer aquí en su difícil devenir entre barros y violencias, desde su densidad y gravedad (peso, entropía, pecado). Ante cada caída nos ayuda entrever un haz de luz que alimente la esperanza, nos convoca y anima a levantarnos y a ser una humanidad no fratricida sino reconciliada, hermanada. * Para entender mejor este artículo breve, que no puede ser una exposición teológica, ayudaría leer “Dios, misterio de fidelidad y presencia” ( ) y los tres artículos anteriores a ese sobre Imágenes de Dios. (amerindiaenlared.org) 12/06/2020

39.México: Reverendo López Alfaro, nuevo obispo auxiliar de San Cristóbal de Las

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Casas El Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas (México) al reverendo Luis Manuel López Alfaro, vicario general de la misma diócesis, asignándole la sede titular de Garba. Así informó, el pasado 6 de junio de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Reverendo Luis Manuel López Alfaro

Nació en Ciudad de México el 21 de junio de 1963. Después de graduarse como Ingeniero Agrónomo, estudió en el Seminario Mayor de Toluca, recibiendo la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1991. Ha ocupado los siguientes cargos: vicario parroquial, formador y director espiritual del Seminario Menor de Toluca, párroco, decano y miembro del Consejo Presbiteral de la archidiócesis de Toluca. En 2004 se trasladó a la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, donde fue párroco, vicario de pastoral, director espiritual del Seminario Diocesano y miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores. Actualmente es vicario general. (es.zenit.org) 08/06/2020

40.Incumplen Legionarios de Cristo promesa de castigar a los sacerdotes pederastas Después de que el ex sacerdote Fernando Martínez aceptó haber cometido abusos sexuales contra menores de edad, por lo cual perdió el estado clerical en enero pasado, los miembros de la congregación de los Legionarios de Cristo que lo encubrieron no han sido juzgados, reprochó Biani López, víctima del prelado cuando estudiaba en un instituto de esa congregación en los años 90. En entrevista, expuso que el nuncio apostólico, Franco Coppola, le confirmó en una reunión de marzo que no hay proceso canónico abierto sobre este caso, y que ni siquiera procedió la denuncia contra Martínez porque los legionarios lo alertaron antes para que presentara su renuncia al sacerdocio. Las víctimas de los abusos sexuales perpetrados por el ex cura identifican a por lo menos cinco integrantes de los Legionarios de Cristo que lo encubrieron: el ex director Eduardo Robles Gil, los curas Eloy Bedia y Luis Garza Medina, y Aurora Morales, quien en los años 90 era académica en el Instituto Cumbres de Cancún y, según las denuncias, sacaba a las estudiantes de clase para llevarlas con el abusador. De igual manera, se ha señalado a Jorge Bernal, obispo emérito de la prelatura de Cancún-Chetumal, ya que supo de una denuncia hecha por otras de las víctimas. Biani López agregó que debido a la emergencia por el Covid-19 no se ha podido presentar la denuncia penal contra Martínez por violación, la cual harán ella y Belén Márquez, otra de las afectadas. Añadió que a la fecha, el nuevo director de los Legionarios de Cristo, John Connor, no se ha acercado a ella ni a la mayoría de las víctimas de pederastia clerical, aunque anunció que sería prioridad. Por su parte, Belén Márquez publicó en redes sociales que en mayo recibió una llamada de Connor en la que le informó que Fernando Martínez recibirá tratamiento siquiátrico por los abusos sexuales que perpetró, y que ―estaba esperando la asesoría de un tribunal eclesiástico para determinar el tema de la responsabilidad de ‗otros‘ por negligencia o encubrimiento‖. (jornada.com.mx) 10/06/2020

41.La "iglesia de los pobres" en el Concilio Vaticano II

Uno de los temas que más salieron en los primeros dos años del Concilio fue el de la "Iglesia de los pobres". La expresión es del Papa Juan XXIII que, un mes antes del Concilio, marcó ese objetivo como uno de los rumbos a seguir, en un mensaje difundido por la radio vaticana el 11 de setiembre de 1962.

Decía el Papa: "De cara a los países pobres, la Iglesia se presenta como es y quiere ser: la Iglesia de todos, pero especialmente la Iglesia de los pobres". En realidad en esos años de reflexión el tema fue profundizado en sus varios matices (pobreza cultural y disponibilidad al diálogo, pobreza de la Iglesia y fuerza de Dios que vive en ella, opción por los pobres...) sin encontrar la recepción en los documentos conciliares que muchos esperaban: casi el anuncio profético de unos tiempos que todavía no estaban maduros.

Discurso del Cardenal Lercaro

La expresión "Iglesia de los pobres" de Juan XXIII fue recogida en el Concilio por Giacomo Lercaro, arzobispo de Bologna (Italia) que después de haber callado largamente, el 7 de diciembre de 1962 al finalizar la primera sesión, pronunció en el aula un discurso memorable.

Decía el cardenal Lercaro: "El misterio de Cristo en la Iglesia es siempre, pero sobre todo hoy, el misterio de Cristo en los pobres porque la Iglesia es la Iglesia de todos, pero sobre todo es la Iglesia de los pobres".

Con esta última expresión del papa Juan, Lercaro quiso subrayar que no solo la Iglesia debía ser "para" los pobres ayudándolos en sus apremios, sino que la Iglesia debía ser "de" los pobres; ellos debían sentirse como en su propia casa, no tan solo como objeto de caridad sino como sujetos activos y privilegiados de la vida y la misión de la Iglesia. El cardenal pedía a los padres "colocar en el centro de este Concilio el misterio de Cristo en los pobres, una verdad esencial y primordial en la Revelación"; y al mismo tiempo pedía una Iglesia evangelizadora de los pobres.

"Estamos en una época en la cual, en comparación con otras, los pobres parecen menos evangelizados y espiritualmente alejados y extraños al misterio de Cristo y de la Iglesia.

Es una época en la que la pobreza de las mayorías (dos tercios del género humanos) es ultrajada por las inmensas riquezas de una minoría". Para el cardenal Lercaro "la evangelización de los pobres no debía ser uno de los tantos temas del Concilio, sino la razón central incluso para la unidad de los cristianos. El gran tema del Concilio ha de ser la Iglesia en tanto que es, esencialmente, la Iglesia de los pobres". Según el cardenal la presencia de Cristo en los pobres se integraba con las otras presencias de Cristo en la eucaristía y en la jerarquía de la Iglesia.

El cardenal pedía finalmente reformas para que "se escogiera la pobreza como signo y forma de la Iglesia de Cristo" con propuestas concretas, por ejemplo sobre el uso de los bienes temporales, la pobreza no solo individual sino comunitaria y estructural aún en las congregaciones y órdenes religiosas.

Insistía en la necesidad de "encarar un nuevo estilo de vida para no chocar con la sensibilidad de los hombres de nuestro tiempo y dar a los pobres ocasión de escándalo". Proponía en definitiva elaborar como prioridad y como respuesta a las grandes mayorías sufrientes de la humanidad "la doctrina evangélica sobre la eminente dignidad de los pobres que son los miembros privilegiados de Cristo". El impacto inmediato de este discurso fue excepcional. Junto con las intervenciones de los padres conciliares Suenens y Montini, esta fue la más ovacionada del Concilio. La "Iglesia de los pobres" adquiría plena ciudadanía en el Concilio. En realidad se trataba de una de las grandes revoluciones copernicanas del Concilio que ni los padres conciliares ni el post-concilio lograron realmente asimilar.

Escribe el teólogo Giuseppe Ruggeri: "Esta perspectiva de Lercaro, quizás la más original y profética del primer periodo iba muy por delante de la conciencia conciliar común.

Podía haber sido un auténtico salto en adelante en la consciencia teológica de la Iglesia; pero solo fue una piedra arrojada en el estanque, solo capaz de provocar muy efímeras ondas de aplauso y de consenso".

A la voz del cardenal Lercaro le hacía eco la del obispo auxiliar de Lyón Alfredo Ancel (del Prado) que había trabajado como cura obrero: "En muchos países aún cristianos la Iglesia aparece a los pobres como extranjera y hasta enemiga, porqué rica, poderosa y aliada a los ricos y poderosos" y se auguraba que la renovación de la Iglesia auspiciada por el Concilio se diera "bajo el signo de la pobreza, del servicio a los pobres y de su evangelización". El discurso de Lercaro no fue algo improvisado ya que desde hacía algún tiempo había un grupo de obispos que en el Concilio trabajaban en este sentido. Al llamado de Juan XXIII habían respondido enseguida unos trabajadores cristianos de Nazareth en Palestina que guiados por el cura obrero Paul Gauthier y con el consenso del obispo local habían enviado una carta a los padres conciliares el 4 de octubre de 1962, fiesta de san Francisco, antes de que empezara el Concilio.

La proclama de Nazareth

El título de la carta-mensaje era: "Jesús, la Iglesia y los pobres" y conformaba el primer intento de reflexión doc-

trinal escrito a los pocos día del mensaje del papa Juan. Empezaba diciendo: "Desde Nazareth donde el Verbo se hizo carne y vivió como carpintero..., queremos hacer presente a los padres del Concilio la esperanza del mundo obrero, del mundo de los pequeños". Lamentaban "el desgarro en el Cuerpo de Cristo entre la Iglesia institucional y los trabajadores y los pobres". Recordaban el lamento del p. Chevrier: "Los pobres no son evangelizados". Denunciaban que "si es un escándalo para los no creyentes la división entre Iglesias, la división entre las Iglesias por una parte y los pueblos pobres de la otra es un escándalo todavía más grave". También clamaban porque" la Iglesia estaba instalada en las ciudades pero ausente en las periferias populares. La clase obrera nunca entró en la Iglesia porque nunca ha sido evangelizada por dentro". Estamparon su firma al mensaje el obispo de Nazaret George Hakim y el obispo de Tournai (Bélgica) Charles Himmer. Los dos obispos invitaban a sus hermanos a reunirse para estudiar en común el tema. El redactor del mensaje era el p. Paul Gauthier, un cura francés residente en Nazaret que posteriormente en Roma animará las reuniones semanales de un grupo de obispos en el Colegio Belga. La proclama tuvo respuesta inmediata. A lo largo del Concilio se iban formando grupos espontáneos de obispos como en el caso de los tradicionalistas que se reunían con los obispos brasileños Geraldo Sigaud y Antonio de Castro Mayer, con Marcel Lefebvre, Luigi Carli, etc., o del bloque centroeuropeo. En el Colegio Belga de Roma se reunió el 26 de octubre, a los 15 días del comienzo del Concilio, un primer grupo de obispos para dar respuesta a la Iglesia de los Pobres del Papa Juan y a la proclama de Nazareth. En este primer encuentro participaron 15 obispos, entre los cuales cuatro latinoamericanos: Helder Cámara y T. Da Mota de Brasil, T. Botero Salazar de Colombia, Manuel Larrain de Chile. Estaba además el obispo del Sahara (Argelia) George Mercier que clamaba para una "Bandung cristiana" en defensa de los países pobres; se refería a la primera reunión en Bandung (Indonesia) de los gobiernos de países subdesarrollados (tercer mundo). Participaron del grupo el cardenal Pierre Gerlier de Lyón con su obispo auxiliar Alfred Ancel, Maximo IV Saigh de Antioquia y algunos obispos procedentes de países socialistas.

Eran obispos principalmente del área francófona y latinoamericana. La presidencia del grupo fue confiada al cardenal Gerlier. El cardenal Gerlier introdujo la reflexión constatando que "la situación mundial caracterizada por el sufrimiento de tanta gente, aparentemente no es lo que más preocupa a la Iglesia. Este tema no se previó en el programa del Concilio. La eficacia de nuestro trabajo tiene que ver con este problema. Si no lo enfrentamos, dejamos a un lado los aspectos más importantes de la realidad evangélica y humana. Es indispensable que a esta Iglesia, que no quiere ser rica, la despojemos de todos los signos de riqueza. Es necesario que la Iglesia se presente como la que es, la madre de los pobres, preocupada sobre todo por dar a sus hijos el pan del cuerpo y del alma. Es indispensable que la Iglesia sea pobre y se desprenda de las mismas apariencias de riqueza". En la segunda reunión del 5 de noviembre de 1962 ya los obispos eran más de cincuenta. La reunión fue presidida por el patriarca Máximo IV Saigh que clamaba: "La pobreza es para la Iglesia una cuestión de vida o de muerte". A este grupo se integró también el obispo uruguayo Marcelo Mendiharat. Al final de la primera sesión conciliar este grupo de obispos luchaba para obtener la creación de un Secretariado por la Evangelización de los Pobres, así como había uno por la Unidad de los Cristianos. El objetivo era encarar temas como estos: la justicia a nivel personal y social sobre todo en el Tercer Mundo; paz y unidad entre los pueblos; evangelización de los pobres y alejados; renovación de la Iglesia por la pobreza. El grupo estaba acompañado por teólogos, entre los cuales el p. Yves Congar que al finalizar la primera sesión publicó su libro: "Por una Iglesia servidora y pobre". El libro, dedicado al cardenal Lercaro, trataba antes que nada el tema de la jerarquía como servicio y en la segunda parte hacía un estudio histórico sobre títulos, honores y privilegios en la Iglesia.

El libro del p. Yves Congar

El libro del p. Congar "Por una Iglesia servidora y pobre" explicaba cómo la Iglesia en la historia había cobrado "un porte señoreal". Según Congar la tentación del poder hacía que en muchos casos "gozar de privilegios llevaba a pensar de que se nos debían; vivir con ciertos lujos exteriores y ser honrados por todos llevaba a colocarse sobre un pedestal; el mandar continuamente y juzgar llevaba a no escuchar nunca de verdad a los demás; acosados por los turiferarios, se encontraba finalmente gusto en el incienso". 42

Describía como los privilegios de la Iglesia en el imperio después de Constantino se justificaban con la idea de que "el servicio de la soberanía de Dios era superior a todos los de la tierra". Se usaban títulos, insignias, formas de vestir, ceremonias, palabras pomposas de uso en la corte imperial.

En la época feudal la Iglesia se presentaba como una monarquía con un senado de cardenales ( curia). El Papa usaba la tiara, una mitra con triple corona que significaba su poder absoluto sobre emperadores y reyes y se lo identificaba cada vez más como el "vicario de Cristo" y cada vez menos como el "vicario o sucesor de Pedro". Los obispos llevaban pieles de armiño escarlata. San Bernardo al ver al Papa vestido de seda, cubierto de oro y piedras preciosas, montado sobre un caballo blanco, escoltado por soldados y servidores exclamaba: "Más parece el sucesor de Constantino que el de Pedro". Congar indicaba que la misión de la Iglesia era ser servidora y como tal, pobre. Los títulos en la Iglesia están prohibidos por el evangelio (Mt 23,8-12) y por consecuencia también ciertos atavíos ridículos y obsoletos. Según el p. H ring el versículo bíblico más citado en el Concilio fue justamente el dicho de Jesús: "Yo no he venido para ser servido sino para servir" (Mt 20,28). El p. Congar citaba una frase del Papa Juan XXIII afirmando que saldríamos todos beneficiados "si sacudiéramos el polvo imperial que desde la época de Constantino se depositó sobre la silla de Pedro".

Congar terminaba señalando la nueva sensibilidad en la Iglesia de cara a la cultura moderna, más auténtica y simple en la línea del p. Charles De Foucauld, de los Hermanos de Taizé, de Juan XXIII. "Lo arcaico en la Iglesia impide la encarnación. Para el diálogo con el mundo de hoy, se necesita una Iglesia pobre y servidora, pobre porque servidora, menos del mundo y más para el mundo.

La Iglesia está llamada a encontrar un nuevo estilo de presencia en el mundo, más literalmente conforme al estilo evangélico, donde la Iglesia sea tan solo Iglesia, testigo del Evangelio y del Reino de Dios.

Lo que fue aceptado en otro tiempo (en cuanto a títulos, insignias, determinadas formas de vestir, vocabulario abstracto y pomposo...) hoy sería una manera segura de aislarse, un obstáculo para la difusión del Evangelio. Toda la Iglesia ha de pasar de una estructura de casta formada por el clero, donde los fieles son solo sus beneficiarios o clientes, a un único pueblo de Dios, a una Iglesia de iguales, donde los unos están al servicio de los otros". Tras la muerte del Papa Juan XXIII y la llegada del Papa PabloVI, desde el fondo del desierto del Sahara el 15 de agosto de 1963, el obispo George Mercier escribía al nuevo Papa pidiéndole una carta encíclica sobre la Iglesia de los Pobres, en la línea de la intervención de Lercaro (Cristo en los pobres, la evangelización de los pobres, pobreza evangélica). Se lo pedía en nombre de los nómadas del desierto a los que estaba sirviendo desde hacía 22 años. En realidad Mercier hacía el pedido en nombre de los obispos del Colegio Belga, pedido que ya se había hecho con anterioridad a Juan XXIII, lamentablemente ya enfermo, en noviembre del año anterior y con una respuesta muy alentadora.

Casi al mismo tiempo que el obispo Mercier, unos 20 obreros cristianos de Nazareth y Belén y el p. Gauthier escribían a Pablo VI invitándolo a Nazareth y Belén antes de la segunda sesión del Concilio, como un signo de que la Iglesia quería volver a la pobreza de los orígenes. No sabían que ya el Papa estaba preparando su viaje a Jerusalén para encontrarse con el patriarca Atenágoras a los pies del Santo Sepulcro.

Testimonios en el Concilio

La idea de la Iglesia de los Pobres iba creando una verdadera conversión en muchos obispos y se multiplicaban los gestos, las experiencias, las provocaciones a las que la prensa iba dando gran espacio. Un obispo de países pobres había salido de Florencia a pie para llegar a Roma caminando, mendigando el pan y el alojamiento durante el viaje. Lo acompañaba un Hermanito del Evangelio. Contó después que habían golpeado por la noche a la puerta de un convento y no los habían atendido; tuvieron que ir a dormir bajo un puente.

Muchos obispos sustituían sus cruces pectorales de oro o piedras preciosas con simples cruces de madera o de metal; lo mismo hacían con el báculo y el anillo. Suprimían sus títulos honoríficos haciéndose llamar tan solo "padre", dejaban sus palacios para ir a vivir en una casa sencilla, se comprometían a construir templos menos suntuosos y más entre la gente, a no acumular bienes eclesiásticos, a dar participación a los laicos en la administración de los bienes de la Iglesia, a publicar los balances. Repartían tierras de la Iglesia a campesinos, como lo hizo Larraín en Chile; se conformaban con coches modestos y no de lujo (al auxiliar de Lercaro, Luigi Bettazzi, se lo veía andar con un Fiat 500); usaban medios públicos de transporte; eliminaban los aranceles y tarifas para los sacramentos, sustituyéndolos con el aporte familiar fijo.

Hubo obispos que luchaban por la reforma agraria en sus países, criticaban las desigualdades y la falta de solidaridad no solo en la sociedad sino también entre parroquias ricas y parroquias pobres, entre colegios ricos y colegios pobres. Se propuso una colecta ecuménica entre todas las Iglesias cristianas para ayudar a los países pobres. El pastor Roger Schultz de Taizé pedía al Vaticano deshacerse de sus riquezas. El cardenal Légar, canadiense, anunció que terminado el Concilio partiría para frica a trabajar entre los leprosos. Con los gestos, no faltaban declaraciones fuertes. Helder Cámara proclamaba que "la Iglesia está de hecho vinculada con el capitalismo; llegó a ser ella misma una gran potencia capitalista".

Se pedía que la Iglesia viviera tan solo de las ofrendas del pueblo cristiano y del trabajo de sus miembros. El obispo belga Leo Suenens recordaba que "los moralistas escribieron cantidad de volúmenes sobre el sexto mandamiento no quedando nada inexplorado, mientras que no han dicho nada para determinar concretamente la función social de la propiedad privada". Y Lienart pedía que la Iglesia volviera "a tener ese rostro que los siglos habían desdibujado: el semblante de la pobreza, la misma que vivieron Cristo y sus apóstoles". En Estados Unidos el obispo auxiliar de New York Fulton Sheen pedía que se aplicara el voto de pobreza también al clero diocesano. Comparaba a Estados Unidos con el rico epulón de la parábola evangélica y exigía a su país "terminar de dar migajas a los pobres del mundo, los que también tienen derecho a comer y a vivir dignamente todos los días"; sugería que las Iglesias de los países ricos adoptaran a las Iglesias de los países pobres.

El p. Bernhard H ring, importante teólogo moralista y asesor en el Concilio, enseñaba que "antes de Constantino la Iglesia era pobre, era la Iglesia de los pobres" y auspiciaba superar "la era constantiniana" dejando atrás todos los privilegios para volver a ser la Iglesia de antes.

Gestos significativos

Mientras tanto, el 29 de setiembre de 1963, había empezado la segunda sesión del Concilio y muchas fueron las intervenciones de los obispos sobre el tema de la pobreza de la Iglesia y los pobres. Pablo VI temía que este tema, tratado explícitamente por toda la asamblea, así como el del sacerdocio a hombres casados o de la contracepción, pudiera provocar conflictos y divisiones, presiones y campañas ideológicas en la prensa. Pidió por lo tanto a Lercaro reunir material y propuestas concretas para una sucesiva encíclica. Por su parte el grupo que se reunía en el Colegio Belga había tomado la reflexión conciliar de Lercaro como texto fundante y lo habían invitado a integrar el grupo. Lercaro aceptó gustoso y se hizo representar varias veces por su teólogo Giuseppe Dossetti debido a su trabajo de moderador en el Concilio.

El Papa, como ya Juan XXIII, aprobaba el trabajo del grupo del Colegio Belga en el que había participado él también, y le pedía continuar. El 10 de octubre de 1963 el grupo se dividió en tres subgrupos (de sociología y desarrollo, doctrina, pastoral). Colaboraron en los trabajos teólogos como Congar, Chenú, Mollat, Tillard, Dossetti. Todos estos trabajos confluyeron después en el llamado "esquema 13" y definitivamente en el documento conciliar "Gaudium et Spes". Las propuestas que el Papa había pedido a Lercaro, le fueron presentadas recién un año después. En manos del Papa, el material sirvió para la elaboración de la carta encíclica "Populorum Progressio" de 1967 que tendría un impacto enorme a nivel mundial. En el ámbito del Concilio, el obispo de Verdún (Francia) Pierre Boilon pedía que a los obispos no se los viera más como"hombres vestidos de púrpura y lino finísimo, saciados cada día por una buena mesa y olvidándose de los pobres, no sea que se abra entre nosotros y ellos un abismo insondable". Fue en un aparte del Concilio que el p. Gauthier preguntó a los observadores protestantes presentes: "¿Qué les parece si todos juntos nos dedicáramos a la evangelización de los pobres? "Sería la verdadera Reforma", contestaron.

Un obispo argentino, Juan José Iriarte de Reconquista, supo hacer una descripción pintoresca y dramática de una Iglesia de otras épocas que todavía seguía exhibiéndose hasta en el Chaco santafesino en un contexto de miseria, sudor y polvaredas. Se lamentaba tener que comunicar el mensaje evangélico "desde lo alto de nuestros altares y de nuestros palacios episcopales, en el barroco incomprensible de nuestras misas episcopales con ese extraño ballet de mitras, con las perífrasis todavía más extrañas de nuestro lenguaje eclesiástico y dirigiéndonos al pueblo vestidos de púrpura mientras todos nos llaman 'excelencia reverendísima' doblando la rodilla para besar nuestro anillo".

El obispo argentino invitaba a liberarse de ese estilo principesco trasnochado, para volver a la pobreza de Galilea, discípulos de Aquel que nació en un establo, trabajó como obrero y evangelizó como misionero itinerante y sin demora fija. En la curia vaticana el futuro cardenal Benelli había impuesto un ritmo de vida sobrio y austero; el personal que trabajaba al servicio del Papa solo estaba autorizado a usar un Fiat 127. También el Papa Pablo VI hizo algunos gestos que llamaron la atención pública como despojarse de la tiara a favor de los pobres, regalarles a los obispos un anillo sencillo y sin valor y finalmente anunciar su viaje a Palestina "la tierra de donde había salido Pedro y nunca había vuelto allí ninguno de sus sucesores". Fue quizás el momento cúlmen del Concilio: la Iglesia volvía a pisar las humildes huellas de Jesús en Belén, Nazareth, Jerusalén.

El Papa no iba en calidad de jefe de estado porque no había habido invitación oficial por parte del gobierno de Israel (no había aun relaciones diplomáticas entre el Vaticano e Israel).

Por eso cuando Pablo VI el 4 de enero de 1964 pisó las calles de Jerusalén fue arrollado por la muchedumbre y como un peregrino más, sin protocolos, recorrió la Vía Dolorosa y llegado al Santo Sepulcro pidió perdón por los pecados también de la Iglesia: "hemos venido aquí como el reo vuelve al lugar del delito".

El Pacto de las Catacumbas

La tercera sesión duró del 14 de setiembre de 1964 al 21 de noviembre y concluyó en diciembre con el viaje de Pablo VI a Bombay (India) en ocasión del Congreso Eucarístico Internacional, pero con el objetivo también de acercar la Iglesia a los pobres más pobres. Fue en esa ocasión que Pablo VI hizo conocer al mundo la obra de Madre Teresa de Calcuta. En el Concilio el obispo Himmer pedía con insistencia: "Hay que reservar a los pobres el primer puesto en la Iglesia". Pero ya en octubre de ese año el cardenal Gerlier se quejaba de la importancia secundaria que se estaba dando a los pobres en el esquema sobre la Iglesia. También los obispos latinoamericanos más lúcidos captaron pronto que a la gran mayoría del Concilio (en particular a los obispos del Centro Europa) le preocupaban más otros temas como la colegialidad episcopal, la unidad de los cristianos, el diálogo con el mundo moderno.

Según Giuseppe Alberigo, historiador del Concilio "la principal omisión del Concilio fue el compromiso con los pueblos pobres, como había pedido Juan XXIII, y la pobreza de la Iglesia". Fueron temas que estuvieron presentes, pero como en un segundo lugar; así pasó también en el caso de otros temas como la paternidad responsable, el celibato de los curas, la reforma de la curia, la temática de la mujer en la Iglesia. La propuesta de Lercaro de un Concilio comprometido con los pobres y la pobreza evangélica en todas sus dimensiones espirituales, culturales, institucionales cayó en el vacío, a pesar del interés despertado en los obispos del Tercer Mundo. Toda esa temática sería retomada por la Iglesia Latinoamericana en las grandes asambleas episcopales de Medellín y Puebla. En definitiva el Concilio fue un Concilio sobre todo europeo. Los obispos africanos no superaban en número a los obispos italianos. En la actualidad los países más pobres de América Latina, frica y Asia albergan la mayoría de los católicos y conforman la Iglesia del futuro o la "tercera Iglesia" como ha sido llamada por Walbert Bühlmann. En 1973 los países más católicos eran Francia, Italia y Alemania; ahora son Brasil, Méjico y Filipinas. En los países opulentos la Palabra de Dios parecería ahogarse entre espinas. Al final de la cuarta y última sesión, el 16 de noviembre de 1965, poco antes del cierre del Concilio, unos 40 padres conciliares se reunieron para celebrar la Eucaristía en las catacumbas romanas de Domitila. Después de la celebración firmaron un pacto en 13 puntos (el llamado Pacto de las Catacumbas) en el cual se comprometían a vivir y promover una Iglesia servidora y pobre. El Pacto, presentado al Papa para su conocimiento, fue conocido también como "esquema 14", redactado en este caso fuera del aula. Más tarde firmaron el Pacto otros 500 obispos en el mundo. Leído hoy el Pacto, llama la atención que en lo fundamental trata de un solo tema: la pobreza de la Iglesia y los pobres. El texto, en cuya redacción mucho tuvieron que ver Helder Cámara y otros obispos del continente, tuvo fuerte incidencia en la pastoral latinoamericana y en la Teología de la Liberación que surgirá en los años siguientes.

Los obispos se comprometían a vivir como la gente común en cuanto a vivienda, alimentación, medios de comunicación. Renunciaban a toda riqueza o apariencia de lujo en la vestimenta y en las insignias; a poseer bienes muebles e inmuebles o cuentas bancarias (en el caso fuera ne-

cesario, ponerlo todo a nombre de la diócesis u obras sociales o caritativas). Se comprometían a confiar la gestión financiera y material de la diócesis a una comisión de laicos competentes, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Rehusaban ser llamados con títulos honoríficos, conformándose con el nombre de "padre". Se proponían evitar cualquier preferencia, prioridad o privilegio para con los ricos y poderosos, y menos para conseguir gratificaciones. Optaban pastoralmente sobre todo por los trabajadores y los más pobres y su evangelización; las obras de beneficencia debían transformarse en obras sociales fundadas en la justicia y la caridad, cumpliendo con todas las exigencias legales. Se comprometían a estimular a los gobiernos en favor de leyes, estructuras, instituciones fundadas en la justicia, la igualdad y el desarrollo integral de cada hombre y de todos los hombres para un orden social nuevo, digno de los hijos de Dios. También impulsaban la ayuda a las Iglesias de los países pobres y el pedido a los organismos internacionales para una solidaridad mayor con los países del Tercer Mundo. Al volver a sus diócesis prometían revisar su vida con sacerdotes, religiosos y laicos; formar colaboradores que fueran más animadores según el espíritu que jefes según el mundo; ser abiertos y acogedores con todos; hacer conocer públicamente este Pacto a las comunidades para que los acompañaran con sus oraciones.

Primo Corbelli

"El Concilio Vaticano II mueve mucho el ambiente. Juan XXIII, un mes antes del comienzo, habla especialmente de la Iglesia de los po res. No partimos de solamente la nueva situación y comprensión que hay de la po reza, sino tam i n de esta pala ra prof tica de uan , que es una persona clave para la Teología de la i eración". Gustavo Guti rrez. (teologiadelpueblo.blogspot.com) 07/06/2020

42.CONICET: recuperan archivos correspondientes al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo Argentina. Investigadores, becarios y personal de apoyo del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS, CONICET-UNCPBA), perteneciente al CCT CONICET Tandil, recuperaron un significativo acervo documental, bibliográfico y hemerográfico sobre el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM). Se trata de dos fondos documentales pertenecientes a los sacerdotes José María Serra de Santa Fe y Domingo Bresci de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ambos fondos aportan material inédito entre 1967 y 1976. Los esfuerzos realizados por el instituto permitirán la catalogación, digitalización y posterior libre acceso de los fondos documentales a investigadores y comunidad en general. El material se trasladó desde las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires, luego de un acuerdo de cesión entre sus propietarios y el IGEHCS y quedará alojado en instalaciones del Instituto de Estudios Histórico-Sociales ―Prof. Juan Carlos Grosso‖ (IEHS, FCH, UNCPBA), núcleo de investigación integrante de la mencionada Unidad Ejecutora. En el caso de los fondos, los mismos reúnen quince cajas con documentos inéditos: correspondencia, circulares, folletos y borradores de publicaciones, provenientes de las distintas regionales en las que estaba constituido el Movimiento. El archivo, además, se completa con alrededor de 1500 libros y revistas publicados por grupos cristianos, campesinos y movimientos políticos de diversos países de América Latina. Entre estos se destacan aquellos vinculados con las experiencias de alfabetización y evangelización en comunidades campesinas y barriales, así como los vinculados a los procesos revolucionarios e insurgentes de Nicaragua, El Salvador y Cuba. El material de archivo permite conocer el proceso de conformación del Movimiento, así como el funcionamiento y las articulaciones religiosas y políticas que estableció. Se destacan algunos debates teológicos, definiciones pastorales y discusiones vinculadas a las transformaciones del catolicismo del período. Del mismo modo, es posible conocer los vínculos con grupos y círculos cristianos de las décadas del ‗60 y ‘70 argentinos y latinoamericanos, tales como Cristianismo y Revolución, el Movimiento Rural de la Acción Católica, las Ligas Agrarias o los grupos que luego conformaron las Comunidades Rurales Insertas en Medios Populares (Argentina), Cristianos por el Socialismo (Chile), Grupo Golconda (Colombia) o el Movimiento Sacerdotal Onis (Perú). Asimismo, la lectura del material recuperado posiciona al MSTM como un sector destacado en la resistencia a la dictadura de la ―Revolución Argentina‖ que gobernó el país entre 1966 y 1973. Es posible hallar aquí las discusiones, tensiones y subgrupos surgidos en su interior frente a las definiciones políticas que lo condujeron a un posicionamiento mayoritario en favor del peronismo y en la lucha por el retorno de Juan Domingo Perón, en 1972.

Uno de los temas recurrentes en los documentos, es la persecución y deslegitimación que sufrió el Movimiento por parte de los Servicios de Inteligencia y las Fuerzas Armadas de la Revolución Argentina, encabezada por los dictadores Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse. La encarcelación de sacerdotes y laicos generó estrategias y acciones conjuntas para hacer frente a la represión dictatorial. El asesinato del cura Carlos Mugica por parte de la Triple A en mayo de 1974, inauguró el ciclo de persecución y escalada represiva que culminó con detenciones, desapariciones y/o exilios forzados de sacerdotes y religiosos. La directora del IEHS, Lucía Lionetti, institución donde quedó alojado el conjunto del material, señaló la relevancia del mismo y que ambos fondos estén reunidos en un solo lugar. ―Es para nosotros una gran responsabilidad contar con este material tan importante. A partir de las gestiones del becario posdoctoral del CONICET Lucas Bilbao, se acordó la cesión a este Instituto por parte de Mabel Busaniche, viuda de Serra y de Domingo Bresci. Cada vez son más los estudios que analizan las intersecciones entre el catolicismo, la política y la sociedad de las décadas de 1960 y 1 970. Y el MSTM se convierte en un objeto de estudio obligado, para reflexionar sobre estas claves en el pasado, pero también sobre sus continuidades en el presente‖. También remarcó la importancia que estos archivos tienen ―para conocer en profundidad el seguimiento y hostigamiento por parte de los servicios de inteligencia al MSTM, porque eso permite explicar de manera contundente el accionar represivo que cayó sobre el Movimiento y los grupos de laicos, a partir de 1975‖. Por su parte, la profesional asistente del CONICET, Florencia Ramón, destacó el papel del IGEHCS en la recuperación, traslado y posterior instalación de este archivo. ―Una de las obligaciones del Estado es velar por el conjunto del acervo cultural de nuestro país y el Patrimonio Documental, contenga documentos creados por éste o no. Este Archivo en particular, cuenta con documentos que no fueron creados con intencionalidad narrativa, sino por distintas motivaciones. Su estudio nos permitirá obtener nuevo conocimiento sobre el proceso de conformación y desarrollo de dicho movimiento. Al mismo tiempo, la intención es poder clasificar, describir y ponerlo en línea en un repositorio digital a disposición de investigadores y comunidad en general, cuanto antes‖. La recuperación de archivos y documentos de este tipo es de enorme importancia para la producción de conocimiento histórico, es por ello que desde el IGEHCS se prevé la articulación con otras universidades e institutos del CONICET que poseen archivos similares, para la conformación de redes y espacios de discusión e investigación sobre estas temáticas. Fuente: IGEHCS (alc-noticias.net) 10/06/2020

43.Comienza en España juicio por matanza de seis sacerdotes jesuitas en El Salvador hace 30 años Madrid. Más de 30 años después del asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría, cinco sacerdotes y dos de sus colaboradoras, el 16 de noviembre de 1989, la Audiencia Nacional de España busca establecer el relato histórico de esa matanza perpetrada en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. La fiscalía exige una pena de 150 años de cárcel para el principal acusado, el coronel y ex viceministro de Seguridad Orlando Montano, quien por primera vez está en el banquillo de los acusados por el asesinato. Ellacuría, comprometido con la paz y con la justicia social, era teólogo de la liberación. El sacerdote vasco se naturalizó salvadoreño y fue uno de los filósofos más admirados de su época. Su discurso inquietó al régimen salvadoreño, lo que desató la furia de los escuadrones de la muerte que ajusticiaban a los opositores, sobre todo a cualquier militante o dirigente próximo al entonces guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. La madrugada de 16 de noviembre de 1989 fueron acribillados el entonces rector de la UCA, Ellacuría; el vicerrector académico, Ignacio Martín-Baró; el director del Instituto de Derechos Humanos de la universidad, Segundo Montes; el director de la biblioteca de Teología, Juan Ramón Moreno, y el profesor de filosofía Amando López. Junto con ellos fueron asesinados el jesuita salvadoreño fundador de la universidad Joaquín López y López y las empleadas domésticas Elba Ramos y su hija Celina, de 16 años. La matanza quedó impune, y desde entonces tanto familiares como agrupaciones de defensa de los derechos humanos han buscado justicia. Finalmente la encontraron con la admisión a trámite de la denuncia por la Audiencia Nacional de España, que solicitó la extradición a España de Orlando Montano, quien vivía en Estados Unidos y fue trasladado al país ibérico en 2017.

Desde entonces ha permanecido en la prisión de alta seguridad de Soto del Real, a la espera del juicio, que empezó ayer. En la primera sesión el proceso quedó interrumpido por el sobreseimiento de un segundo acusado, el teniente René Yusshy Mendoza, subordinado del coronel retirado. Como reside en Chile y su intervención fue por videoconferencia. La defensa de este teniente arrepentido, que había colaborado con la justicia española desde el principio, alegó que los presuntos delitos prescribieron cuando se inició la causa contra él y, con el beneplácito de todas las partes, el tribunal lo absolvió. Los magistrados también acordaron aplazar el proceso hasta el miércoles, cuando empezará el interrogatorio al septuagenario coronel Montano. La vista consta de 10 sesiones y se extenderá hasta el 16 de julio. El abogado de la acusación particular, Manuel Ollé, que representa a la Asociación Pro Derechos Humanos de España, indicó que lo que va a hacer esta Sala a lo largo de estas sesiones es establecer un relato histórico sometido a las garantías de un proceso penal, además de que se va contribuir a la reconciliación y a la paz en El Salvador. La prescripción no le es aplicable a Montano porque el procedimiento contra él comenzó antes de extinguirse los 20 años marcados por la justicia española. Montano es el primero en llegar a juicio por la matanza, pues la Corte Suprema de Justicia Salvadoreña rechazó la entrega de los militares que se encontraban aún en el país. La acción fue ejecutada por el ahora proscrito batallón Atlacatl. (jornada.com.mx) 09/06/2020

44.Comienza el juicio de los asesinatos de los jesuitas españoles en El Salvador Esta semana comenzó el juicio contra los responsables de los asesinatos de los jesuitas españoles en El Salvador, un proceso iniciado hace más de diez años e impulsado por los jesuitas y por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE). Dicha asociación presentó hace un año la acusación contra el coronel Inocente Montano Morales y el teniente René Mendoza Vallecillos, del Ejército de la República de El Salvador, por el asesinato, en la madrugada del 16 de noviembre de 1989, de los sacerdotes jesuitas españoles Ignacio Ellacuría Beascoechea, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo, y del también sacerdote jesuita Joaquín López López, la empleada Julia Elba Ramos y la hija de ésta Celina Mariceth Ramos, los tres últimos de nacionalidad salvadoreña. El juicio comenzó el lunes, 8 de junio de 2020, en Madrid, y es transmitido en directo, para de esta forma dar cumplimiento -en tiempos de COVID 19- al principio de publicidad y oralidad de los debates de la justicia penal.

Prescripción de delitos

Las sesiones se han iniciado con el planteamiento y resolución de la reciente solicitud del acusado Mendoza de que se excluya su responsabilidad penal por la prescripción de los delitos que se le imputan, señala la Asociación Pro Derechos Humanos. Yushi René Mendoza Valdecillos era un joven oficial del Ejército Salvadoreño cuando los hechos tuvieron lugar, indica APDHE y ―ha mantenido desde entonces una posición procesal de colaboración con la justicia y reparación de las víctimas, para el completo esclarecimiento de los hechos, la instrucción de la causa y la celebración de este juicio‖.

Operativo militar del ejército

El director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), padre José María Tojeira, ex provincial de los jesuitas centroamericanos, narra en Vatican News memoria de lo sucedido aquel 16 de noviembre relata: ―Cuando a las 6:30 de la mañana del 16 de noviembre de 1989 fuimos a ver los cadáveres de nuestros compañeros y de la que varios años fue cercana colaboradora y su hija, nos dimos cuenta de que se trataba de un operativo militar dirigido desde el Estado Mayor del ejército salvadoreño‖. Tal y como describe la asociación española, dichas estructuras paralelas del ejército salvadoreño emplearon ―procedimientos clandestinos de guerra sucia y terrorismo de estado durante el conflicto armado interno en el país centroamericano‖ con la finalidad de alterar la paz pública e infundir terror en la población mediante acciones tales. Ejecuciones extrajudiciales de opositores, ataques indiscriminados contra la población, desapariciones forzadas, torturas y otros atentados contra la vida y la integridad física y moral de las personas… entre los que cabe destacar el asesinato en 1980 de monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, y sucesivos ataques con bombas contra la sede de la Universidad Centro Americana, UCA, que en ningún caso podía ser considerada un objetivo militar.

Asesinato de Ignacio Ellacuría

Esa cadena de agresiones manifiestamente violatorias del Derecho Internacional Humanitario, culminó en 1989 con el asesinato de Ignacio Ellacuría y sus com- 48

pañeros, decidido por el Estado Mayor del Ejército Salvadoreño, y ejecutado de manera premeditada y alevosa por el Batallón Atlacatl que acabó con la vida de todas las víctimas por heridas múltiples de arma de fuego. Treinta años después del asesinato de los jesuitas en El Salvador, la APDHE reitera su compromiso de seguir acompañando a las víctimas en esas causas por la justicia, y defendiendo el ejercicio de la jurisdicción universal en nuestros tribunales al tiempo que propugna la recuperación del marco legislativo por dos veces indebidamente restringido por nuestros legisladores con incumplimiento de las obligaciones previamente contraídas por España.

Un plan pensado y ejecutado

Los jesuitas de Centro América y de la Universidad José Simeón Cañas, por su parte, anunciaron en un comunicado publicado el 8 de junio que quienes decidieron el asesinato de los jesuitas de la UCA, de Julia Elba y su hija Celina, saben perfectamente que no perpetraron ―simples asesinatos‖. Los religiosos aseguran que la masacre ―fue el resultado de un plan pensado y ejecutado, en la lógica del terrorismo de Estado, calificado como un crimen de lesa humanidad y crimen de guerra‖ e indican que ―mataron a personas inocentes, personas de bien, que dedicaron su vida a defender a los pobres, a impulsar la justicia social y promover el bien común desde la razón y el conocimiento académico‖. (es.zenit.org) 09/06/2020

45.“Pensé que a los jesuitas los había matado el FMLN” Madrid. Orlando Montano, viceministro de seguridad de El Salvador durante la guerra civil, declaró: siempre creí que los terroristas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fueron los que asesinaron a los curas jesuitas, al comparecer ayer ante la Audiencia Nacional de España. El acusado podría ser condenado a 150 años de cárcel por su presunta participación en el asesinato de seis jesuitas, cinco de ellos españoles y uno salvadoreño, así como dos mujeres en la Universidad Centroamericana, cometido el 16 de noviembre de 1989. Entre las víctimas estaba el filósofo e impulsor de la teología de la liberación Ignacio Ellacuría. Montano, coronel en retiro de 76 años, fue extraditado hace tres años de Estados Unidos, donde radicó luego de salir de El Salvador, en 1991, y desempeñarse como agregado militar en la embajada de su país en México. El acusado llegó al juicio en silla de ruedas y sólo respondió a las preguntas de su abogado. La acusación pretende establecer la responsabilidad de Montano en los asesinatos de los españoles Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana, Juan Ramón Moreno Pardo, y de los salvadoreños Joaquín López, la empleada doméstica Julia Elba y su hija Celina Mariceth Ramos. Montano reconoció que los hechos ocurrieron cuando él era viceministro de Seguridad Pública del país y coronel del ejército, y formaba parte del núcleo duro castrense del entonces presidente ultraderechista Alfredo Cristiani. Afirmó que, a su entender, los miembros del FMLN eran terroristas, izquierdistas y comunistas que intentaron subvertir el orden y recibieron apoyo económico y de armamento de otros países como Cuba, entonces gobernada por Fidel Castro. El acusado negó haber intentado encubrir los asesinatos, y sostuvo que instó a Cristiani a recibir ayuda internacional, incluso del gobierno español, para esclarecer el crimen. (jornada.com.mx) 11/06/2020

46.CIA y FBI se negaron a colaborar para esclarecer matanza de jesuitas Continúa en la Audiencia Nacional de España el juicio contra el coronel salvadoreño Orlando Montano Madrid. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos tenían documentos y soportes gráficos y de audio sobre la matanza en la Universidad Centromaericana perpetrada en noviembre de 1989, pero se negaron a dar información, relataron testigos durante la tercera sesión del juicio en la Audiencia Nacional de España contra Orlando Montano, ex viceministro de Seguridad Pública y coronel de las fuerzas armadas de El Salvador. Montano, el único imputado del caso que fue extraditado a España –los otros 20 fueron protegidos por el Estado salvadoreño–, es señalado como uno de los autores intelectuales del asesinato de cinco jesuitas españoles, entre ellos el fundador de la Teología de la Liberación, Ignacio Ellacuría, además de un sacerdote y dos empleadas domésticas de El Salvador. José Luis Navarro Pinar era letrado de las cortes españolas en 1990, cuando una delegación del Parlamento español viajó a El Salvador para elaborar un informe meses después de la matanza. Tras dicho viaje se elaboró un documento en el cual se afirmó que el juez Ricardo Zamora, que investigaba el

caso, se mostró preocupado porque los militares salvadoreños y los aparatos de seguridad de Estados Unidos (CIA y FBI) ocultaron información. En el informe se documentó que entre los autores intelectuales de la matanza estaba el alto mando del Estado Mayor salvadoreño. Enrique Arnaldo Alcubilla, otro testigo, letrado del Congreso de los Diputados, recordó que en aquel juicio todo fue anómalo: no hubo interrogatorios ni se presentaron pruebas. Todos los testimonios se basaron en declaraciones extrajudiciales y daba la impresión de que faltaban los autores intelectuales, que no estaban siendo juzgados, relató Alcubilla. Esta versión la ratificaron los testigos que comparecieron ayer. (jornada.com.mx) 12/06/2020

47.La Iglesia en Bolivia crea un “hospital de

Campaña” gracias a 143 obras Ciudad del Vaticano. ―Voces Católicas Bolivia‖ lleva a cabo un sondeo sobre las obras de salud que está llevando a cabo la Iglesia Católica en el país y pide que se elimine el prejuicio de que la Iglesia maneja mucho dinero, ya que la realidad es que más bien ―se ve desbordada‖ y en necesidad de estirar la mano para pedir limosna‖. Farmacias, dispensarios y centros de salud hasta llegar a un total de 143 obras de salud. Es este el aporte que la Iglesia católica en Bolivia ha realizado en este tiempo de pandemia para aliviar los problemas de salud de la población más pobre a lo largo y ancho del país dando lugar a un ―hospital de campaña‖. Gracias a un sondeo que ha llevado a cabo ―Voces Católicas Bolivia‖ ha podido conocer las experiencias, problemáticas y expectativas que atraviesan algunos hospitales católicos de distintas jurisdicciones eclesiásticas del país: Desde cómo luchan para colaborar con la población y con las instituciones de los gobiernos hasta como superan las tremendas limitaciones de materiales y de personal. El abordaje ha consistido en un sondeo sobre algunos aspectos del hospital relacionados con la pandemia del coronavirus. Una de las personas encargadas de recoger la información ha sido Isabel Irazoque, miembro de Voces Católicas Bolivia. Isabel destaca, en primer lugar, la gran disponibilidad de directivos y personal de estas obras y ha constatado de primera mano el compromiso y la vocación de estas personas, a pesar del alto riesgo de contagio por covid-19 para ellos y sus familiares. También pone de relieve que es importantísimo ―ejercer un profundo sentido de responsabilidad frente a la pandemia, porque ningún esfuerzo de equipamiento o infraestructura podrá responder a un contagio masivo‖ y enumera diversas situaciones de necesidad de estos centros, como lo son el precario equipamiento en implementos de bioseguridad y el sostenimiento de estas obras, sobre todo en lo que se refiere al pago de personal y de servicios, puesto que sus ingresos han disminuido significativamente. Por último, Isabel Irazoque asegura que este acercamiento a los hospitales le ha mostrado que esta pandemia ―ha sacado lo mejor de muchas personas‖ y pide que se elimine ese prejuicio de que ―la Iglesia maneja mucho dinero‖ ya que la realidad es que la Iglesia más bien ―se ve desbordada‖ y ―en la necesidad de estirar la mano para pedir la limosna de personas de buena voluntad porque los recursos con los que cuenta son insuficientes‖. (vaticannews.va) 05/06/2020

48.Costa Rica: Obispos exhortan a dar a conocer el protocolo del “aborto terapeútico” Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica exhortan a las autoridades responsables de elaborar y sancionar el Protocolo referido al ―aborto terapéutico‖ a dar a conocer el contenido del mismo a la opinión pública antes de su aprobación. A través de una carta dirigida al presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya, el presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica y arzobispo de San José, monseñor José Rafael Quirós, manifiesta que ―actualmente, la gran mayoría de la ciudadanía desconoce los alcances y contenidos de dicho Protocolo que será aprobado por el Ministerio de Salud‖.

Norma técnica

El arzobispo de refiere Norma Técnica para el procedimiento médico del ―aborto terapéutico‖, que vinculado con el artículo 121 del Código Penal, fue aprobada por el presidente de la República, Carlos Alvarado, el 12 de diciembre de 2019. Efectivamente, el dirigente del país firmó el 13 de diciembre un decreto que contiene el ―reglamento técnico‖ sobre la despenalización del aborto Esta norma permitirá poner fin al embarazo en caso de violación, malformación del feto o riesgo para la madre. Tras la firma, el Ministerio de Salud, con el aval de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), obtuvo un plazo de seis meses para redactar dicho documento y sus protocolos de actuación.

En aquel momento, los obispos costarricenses expresaron su ―contundente rechazo e indignación‖ por medio de un comunicado titulado ―La vida humana es sagrada‖. En él explican que dicha norma ―contradice el sentimiento expresado, con total claridad, por un pueblo convencido de su amor a Dios y a la vida naciente‖.

Transparencia

Dado que el cumplimiento del plazo para la presentación del Protocolo y la entrada en vigor de la Norma es inminente, en la citada misiva se indica que es de suma importancia ―la transparencia en la toma de decisiones de las autoridades sanitarias‖ en materia del derecho humano fundamental a la vida y, en consecuencia, que ―la ciudadanía, que convive en un régimen democrático participativo, tenga el derecho a expresar su opinión‖. ―La vida humana es un don de Dios y nuestra responsabilidad es defenderla, conservarla y cuidarla desde el momento de su concepción hasta su término natural‖, recuerda el presidente del episcopado. Finalmente, el presidente del episcopado apunta que los obispos continúan ―rogando a Dios en estos tiempos de pandemia debido a la COVID-19, por la vida humana y la salud integral que requiere de la solidaridad y del bien común‖. (es.zenit.org) 09/06/2020

49.Por vez primera la iglesia evangélica es mayoritaria en El Salvador Según la encuesta CID Gallup el 44% de salvadoreños se identifica como evangélico, y el 38% como católico San Salvador. La encuesta CID Gallup realizada en El Salvador evaluó la gestión del Gobierno y del presidente de El Salvador, pero también sondeó otros temas importantes de importancia social dentro del desarrollo del país. Uno de los descubrimientos de la encuesta fue que "en una sola generación la iglesia católica ha perdido el 17 por ciento de sus feligreses, pasando a ser la religión número dos de El Salvador". Así, actualmente el 44 por ciento de salvadoreños se identifica como evangélicos, el 38 por ciento como católicos, el 3 por ciento de otra religión o fe, y un 15 por ciento no sabe o no contesta.

Iglesia de nacimiento y de elección

La empresa encuestadora preguntó a sus consultados en "qué religión nacieron" y "cuál es la fe que profesan actualmente". De esta pregunta, se vio que un 55 por ciento nació católico, por lo que un 17 por ciento abandonaron el catolicismo. Sin embargo, entre los evangélicos sólo un 35 por ciento nació en familias cristianas, lo que supone que si todos ellos mantuvieron la fe de sus padres, además incrementaron un 9 por ciento de creyentes. "La pérdida de fieles del catolicismo es interesante verla a través de los años, y el saber que mientras un 66 por ciento de los mayores de 40 años nacieron católicos, mientras que en los menores de 24 años sólo lo hicieron el 38 por ciento", explica CID Gallup en su reporte final. (evangelicodigital.com) 07/06/2020

50.Lanzan una encuesta a nivel europeo sobre la iglesia y el coronavirus La plataforma evangélica Community in a Crisis pide a las iglesias del continente que participen para “aprender lecciones del confinamiento que darán forma al futuro de la iglesia”

Londres. Una encuesta a nivel europeo anima a participar a miembros de las iglesias evangélicas de todo el continente para que expliquen cómo han experimentado el confinamiento. La plataforma Community in a Crisis, una iniciativa puesta en marcha en respuesta a la pandemia, está detrás del proyecto. ―Nos apasiona una iglesia relacional online‖, ha señalado el equipo establecido en Reino Unido y que recibe el apoyo de IFES Europa. La encuesta online a las iglesias se realiza con el objetivo de ―conocer cómo ha sido la experiencia de la iglesia para las personas invitadas, miembros y líderes‖. ―La encuesta se compartirá por toda Europa y nuestra esperanza es que podamos aprender lecciones del confinamiento que darán forma al futuro de la iglesia‖, han remarcado. El propósito, dice el equipo que trabaja detrás de la iniciativa, es ―ayudar a las iglesias a entender cómo pueden servir mejor a sus congregaciones y a los visitantes‖. ―Se anticipa que, en algunos países, las restricciones pueden persistir por un tiempo. Estas ideas ayudarán a los líderes de las iglesias a tomar decisiones sobre el desconfinamiento que sirva mejor a las necesidades de sus congregaciones y de sus visitantes, a medida que se levantan las restricciones‖, añaden. El proceso es anónimo y los resultados se publicarán de forma agregada, donde los entrevistados no pueden ser identificados. El equipo de trabajo que está trabajando en la encuesta son Nay Dawson, coordinadora regional de formación de IFES Europa, Martin Barons, vicepresidente de la Red Cristiana de Posgrado y Personal, y Jo Rogers, an-

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