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TEMA DE LA SEMANA: Llamados de Iglesias y OBF a la solidaridad por explosiones en Beirut
1. Explosiones en Líbano: „Caritas Internationalis‟ lanza plan de emergencia
Roma. Caritas Internationalis ha lanzado un plan de emergencia coordinado para asistir inmediatamente a las víctimas de las explosiones en Beirut, Líbano, sucedidas ayer, 4 de agosto 2020. La organización caritativa expresa en una nota su solidaridad y compasión a la Iglesia del Líbano, al pueblo libanés y a Caritas Líbano, tras las explosiones, que arrasaron partes de Beirut y mataron al menos a 78 personas e hirieron a casi 4.000. ―Es una situación terrible y desastrosa y hoy vivimos en una confusión total‖, dijo a Caritas Internationalis Rita Rhayem, directora de Caritas Líbano, cuyo personal actuó inmediatamente para asistir a los afectados por la explosión.
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Situación crítica
―La situación es crítica y esta es la primera vez que experimentamos una circunstancia de tal magnitud, es apocalíptica, pero no nos detenemos y seguiremos adelante para ayudar a todos los que se encuentran en dificultades‖, subraya Rhayem. ―Hay muchos muertos y muchos heridos, y es probable que la situación sanitaria empeore rápidamente, ya que los gases tóxicos pueden causar problemas de salud adicionales. Cáritas Líbano se está preparando para ello, pero sus centros de salud no tienen medios para hacer frente a este tipo de situación, y las operaciones de rescate se hacen aún más difíciles por la falta de electricidad‖, explica.
Falta de recursos
La sede de Cáritas Líbano también sufrió graves daños por la explosión. Providencialmente, la oficina había cerrado poco antes de la explosión y por lo tanto no hubo heridos. ―Desde las 6 p.m. de ayer, el país se ha detenido y estamos viviendo una pesadilla. No tenemos nada para ayudar a la población‖, afirma el presidente de Cáritas Líbano, el padre Michel Abboud. ―Beirut está devastada y estamos totalmente abrumados por la magnitud de los acontecimientos‖.
Cáritas y hospitales desbordados
―Los heridos son recibidos en nuestros centros de atención primaria que están desbordados, los hospitales están increíblemente atestados. Les falta de todo, incluyendo alimentos para apoyar a la población afectada‖, agrega Rita Rhayem. Los jóvenes voluntarios se movilizan y van en busca de los heridos. Como señala el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, las explosiones a gran escala de ayer causaron más heridos a un Líbano que ya se encontraba doblegado, debido a la crisis económica, la violencia, la pandemia de COVID-19 y las consecuencias de las sanciones económicas impuestas a Siria.
Llamado a la comunidad internacional
John apunta que ―la comunidad internacional debe intervenir de manera urgente e incondicional para ayudar a la población. Es necesario apoyar los esfuerzos de las organizaciones religiosas de la sociedad civil, en particular de Cáritas Líbano, que está presente en todo el país para satisfacer las necesidades básicas y urgentes, especialmente en esta época de tribulaciones y pruebas para el pueblo libanés‖. ―No debemos perder de vista el hecho de que los efectos de las sanciones económicas y la violencia política han debilitado a este país y están pesando mucho sobre el Líbano, que se enfrenta a una escasez de alimentos. Es vital que la comunidad internacional actúe con decisión para aliviar el sufrimiento de los pobres libaneses, eliminando inmediatamente las sanciones económicas‖, añade Aloysius John. (es.zenit.org) 05/08/2020
2. Explosión en Beirut: Llamado a la oración y la ayuda solidaria desde el CMI y la Comunión Reformada
Tras la trágica explosión en Beirut, Líbano, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) envió condolencias y pidió oraciones por aquellos que perdieron a sus seres queridos, por los heridos y por el trabajo continuo de los equipos de rescate. En tanto la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR, por sus siglas en español) hace un llamado a sus iglesias miembros para que oren por todos aquellos que han sido impactados por la explosión y brinden apoyo cuando puedan. En una carta dirigida a las iglesias miembros en el Líbano y el Consejo de Iglesias de Oriente Medio, el secretario general interino del CMI, el Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, expresó una profunda compasión y solidaridad en nombre de la comunidad mundial.
―Ofrezco mi más sentido pésame a las familias de quienes perdieron la vida en esta tragedia y rezo por una pronta recuperación a los miles de heridos‖, escribió Sauca. ―Tenga la seguridad de que nuestras iglesias en todo el mundo están orando por las víctimas entre ustedes, los equipos de rescate, las familias afectadas y todas las personas libanesas traumatizadas por este trágico incidente‖. ―Vivir en el Medio Oriente nos ha enseñado el arte de continuar, de esperar y confiar en que nuestro Señor está con nosotros en el viaje‖, dijo la presidenta de la CMIR, Najla Kassab: ―Cada día es un nuevo día. Hoy decidimos mantener la esperanza y seguir enfrentándonos a la desesperanza‖. ―Continuamos esperando la paz, un mañana mejor y la fortaleza en el viaje‖, dijo. ―Nuestra principal preocupación es preservar la dignidad de las personas y poder escuchar su grito y comprometernos y recursos para hacer la diferencia‖, afirmó. La explosión, que el presidente del Líbano Michel Aoun dijo que fue causada por 2.750 toneladas de nitrato de amonio, mató al menos a 100 personas e hirió a más de 4.000, dañando gran parte de Beirut. El daño ha incluido edificios de iglesias miembros de la Comunión Reformada, incluida la Iglesia Evangélica Nacional de Beirut, donde el Comité Ejecutivo de la CMIR celebró su servicio de adoración de apertura en 2015. Las ventanas de la iglesia fueron destruidas, las puertas se volaron de sus bisagras y varios techos se derrumbaron. Habib Badr, pastor principal de la iglesia, acababa de salir de su oficina cuando el techo se derrumbó debido a la explosión. ―El daño y la destrucción son increíbles… ¡simplemente increíbles! Ahora reza por nosotros. Es un desarrollo muy serio‖, dijo. Najla Kassab, quien también trabaja para el Sínodo Evangélico Nacional de Siria y Líbano, informó que los edificios de la iglesia y las casas fueron dañadas, con ventanas y puertas reventadas. ―Muchos libaneses no pudieron dormir en sus hogares y algunos encontraron sus hogares en escombros‖, dijo. La Escuela de Teología del Cercano Oriente (NEST) también sufrió daños considerables. ―NEST nunca ha sido tan afectado como ayer, ni siquiera durante los peores días de la guerra de 15 años en el Líbano. Por supuesto, no somos los únicos. La devastación en el resto de Beirut es enorme ―, dijo George Sabra, presidente de NEST. Sauca, desde el CMI, hace un llamado a la misericordia, el amor y la gracia de Dios para que el pueblo libanés tenga poder para seguir adelante. ―Los libaneses necesitan toda la ayuda humanitaria posible para sobrevivir a esta tragedia, sanar a sus víctimas heridas y reconstruir sus hogares, hospitales, iglesias y lugares de trabajo en medio de un contexto económico, financiero, político y social ya muy difícil‖, se lee en la carta. (alc-noticias.net) 05/08/2020
3. “El Señor está con nosotros y muestra su poder en cada individuo”, dicen cristianos libaneses
Desde España, Alianza Solidaria ha puesto en marcha una campaña de emergencia para atender a decenas de familias tras la explosión A medida que pasan los días, siguen recogiéndose diferentes testimonios sobre la explosión que el martes 5 sacudió la capital del Líbano, Beirut, dejando más de un centenar de muertos y al menos 5.000 heridos. Una de esas voces que han querido explicar cómo transcurrió la tragedia es la de Trivina, una joven estudiante cristiana hija de los responsables de la organización ‗Together For Family‘, que trabaja con los refugiados que se encuentran en los campos libaneses y colabora con Alianza Solidaria. ―Cogí el coche y fui hacia el puerto, en dirección el hospital en el que estoy haciendo prácticas. Después de acabar la jornada, volví de camino hacia mi casa, pero no quería estar sola y fui a casa de mis padres. Entonces, una gran explosión sacudió Beirut. Devastó la carretera que había conducido esa mañana, el hospital al que había ido a hacer prácticas, mi apartamento y mi universidad. Esa noche, la gente del Líbano no durmió solamente con una pandemia o una explosión, sino con una situación económica muy mala, pobreza, hambre y colapso‖, explica.
Un impacto del que será difícil reponerse
La situación en Líbano, que ya estaba afectada por la epidemia del coronavirus y una crisis económica que en los últimos meses ha provocado multitudinarias manifestaciones contra la corrupción de las autoridades y los dirigentes, se ha visto ahora agravada sin precedentes. ―Ni siquiera durante la guerra civil (entre 1975 y 1990) se afrontó semejante caos con tan pocos medios‖, asegura George Dabah, médico jefe de los servicios de urgencias del hospital Hotel Diêu de Beirut, según recoge El País. El gobierno libanés ha manifestado que no tiene capacidad económica para afrontar el impacto económico ocasionado por la explosión, que solo en daños asciende a entre 8.000 y 12.000 millones de euros. A nivel internacional, muchos países han comenzado a enviar recursos a Líbano, y otros han abierto hospitales de campaña en territorio libanés, como Rusia.
Desde España, Alianza Solidaria, que colabora habitualmente con los campos refugiados en el Líbano apoyando el trabajo de Together The Family, han puesto en marcha una campaña de urgencia para atender a decenas de familias afectadas por la situación y enviarles medicamentos y alimentos, además de ayudarles a asegurar y proteger sus viviendas. Desde la entidad también destinarán una parte de la ayuda a iglesias que han sufrido daños y desperfectos en sus locales. ―No hace un año que estábamos en Líbano visitando el trabajo entre refugiados. Ver cómo ha quedado Beirut después de la explosión de este martes nos ha dejado conmocionados. Inmediatamente nos pusimos en contacto con nuestra contraparte allí. Afortunadamente ellos están bien, pero nos informan que las consecuencias para el país son terribles. Entre las estructuras que han quedado destruidas está un almacén que contenía el trigo necesario para seis meses. Ellos ya se han puesto en marcha y nos piden ayuda para poder atender las necesidades generadas. Como Alianza Solidaria creemos pertinente acompañar a nuestros hermanos de Líbano en estos días tan aciagos, y extendemos a la iglesia en España la oportunidad de unirse a esta colaboración‖, explica la presidenta de la entidad, Francisca Capa.
“Pedimos oración”
Desde Líbano, Trivina explica que, además de la difícil situación económica, ahora hay que convivir también con la conmoción. ―Esto nos ha hecho preguntarnos lo mismo que le dijeron los discípulos a Jesús en la tormenta: ‗Maestro, ¿no te importa que nos ahoguemos?‘ Creo que hoy, todos nos sentimos así. Especialmente quienes han perdido a seres queridos, sus casas, sus trabajos y todo aquello para lo que habían trabajado‖, dice. Sobre el terreno, sin embargo, los cristianos son conscientes de la importancia de su testimonio en estos momentos. ―El Señor estaba allí, a través de los bomberos, de los trabajadores de la Cruz Roja que arriesgaron sus vidas, de cada individuo que abrió su casa a los extraños que lo necesitaban. Vi al Señor en los hospitales, con el personal sanitario operando sin electricidad. Veo al Señor en cada país que ha enviado ayuda al Líbano. El Señor está con nosotros y muestra su poder a través de cada individuo. Pedimos oración por nuestro país, para que Dios nos de paz, confianza y esperanza para el futuro. El Señor en su palabra dice que los justos florecerán como una palmera, como un cedro del Líbano‖, añade. (protestantedigital.com) 07/08/2020 4. Líbano: El Papa reza por las víctimas de las explosiones en Beirut
Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco ha pedido oraciones por las víctimas de las explosiones en Beirut, Líbano, y por sus familiares durante la audiencia general celebrada hoy, 5 de agosto de 2020, tras el receso del mes de julio. Del mismo modo, el Santo Padre ha exhortado a rezar por el Líbano, para que, ―con el compromiso de todos sus componentes sociales, políticos y religiosos, pueda afrontar este momento tan trágico y doloroso‖ y, ―con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que está atravesando‖. En concreto, esta petición ha sido realizada al final de la audiencia, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano sin presencia de fieles y transmitida por los medios de comunicación social debido a la pandemia de coronavirus.
Explosiones en Beirut
Tal y como informa Vatican News, dos fuertes explosiones sacudieron el martes el sector portuario de la capital del Líbano, Beirut, dejando más de 100 muertos y más de 4.000 heridos, según un último informe de la Cruz Roja libanesa. Unas 2750 toneladas de nitrato de amonio guardadas en un almacén fueron la causa de la segunda explosión, la más potente y devastadora. Las ventanas de muchos edificios, iglesias y tiendas fueron destrozadas en varios kilómetros a la redonda y en las afueras del distrito portuario, la destrucción fue masiva.
“Curar al mundo”
A lo largo de su catequesis, el Pontífice ha reflexionado en torno al tema ―Curar al mundo‖, indicando que en estos tiempos de pandemia debemos fijar la mirada en Jesús y practicar la fe, la esperanza y la caridad. Estas ―no son simples sentimientos o actitudes, sino virtudes infusas en nosotros por la gracia del Espíritu Santo, dones que nos curan y nos ayudan a curar a los demás, que nos abren nuevos horizontes aun en medio de las tempestades‖, aclaró el Obispo de Roma. (es.zenit.org) 05/08/2020
5. El Patriarca maronita pide ayuda: "La novia de Oriente y el faro de Occidente, está herida"
"Lo que pasó va más allá de la política y los conflictos" Líbano. El patriarca maronita, cardenal Béchara Boutros Rai, hizo un llamado a los Estados del mundo para que ayuden al Líbano a que pueda levantarse tras la trágica explosión ocurrida ayer en el puerto de Beirut que destrozó la capital del país y causó más de cien muertes y unos cuatro mil heridos. El patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, presidente de la Asamblea de patriarcas católicos y obispos del Líbano, expresó que ―Beirut es una ciudad devastada, es una catástrofe. Beirut, la novia de Oriente y el faro de Occidente, está herida‖. El cardenal Rai habla de ―una escena de guerra sin guerra. Destrucción y desolación en todas sus calles, barrios y casas. Decenas de ciudadanos perdieron la vida; miles están heridos; se destruyeron hospitales, iglesias, casas, instituciones, hoteles, tiendas, edificios públicos y privados. Cientos de familias quedaron sin hogar‖. ―Y todo esto está sucediendo -añade el cardenal Raicon el estado que se encuentra en una situación de bancarrota económica y financiera que lo hace incapaz de enfrentar esta catástrofe humana y urbana. Además, el pueblo libanés vive en un estado de pobreza y miseria‖. Incluso la Iglesia, destaca en su mensaje, a pesar de haber creado ―una red de rescate‖ en todo el territorio libanés, ―hoy se enfrenta a un nuevo gran compromiso que no puede asumir por sí sola, a pesar de ser totalmente solidaria con los afligidos, las familias de las víctimas, los heridos y los desplazados, que está dispuesto a acoger en sus estructuras‖. El patriarca maronita agradece ―a todos los Estados que han expresado su voluntad de ayudar a Beirut‖ y se dirige a ―los otros países hermanos y amigos, los grandes Estados, así como a las Naciones Unidas‖ a movilizarse ―para proporcionar la ayuda inmediata necesaria para salvar la ciudad de Beirut‖. ―Una ayuda -aclara el purpurado- que no debe tener en cuenta ninguna consideración política, porque lo que pasó va más allá de la política y los conflictos‖. El cardenal también exhortó a las agencias y organizaciones benéficas de los distintos países ―a ayudar a las familias libanesas, y a Beirut en particular, para que puedan curar sus heridas y reconstruir sus hogares‖. ―En los últimos años, continúa el patriarca, el Líbano sufrió catástrofes políticas, económicas, financieras y de seguridad. Se necesita ayuda para levantarnos. El Líbano, que donó el alfabeto al mundo, merece el apoyo de sus hermanos y amigos para reconstruir su capital‖. La propuesta del cardenal Rai es crear un ―fondo controlado por las Naciones Unidas‖ para gestionar la ayuda. Hago un llamado a todos ustedes, Estados del mundo, porque sé que aman al Líbano y que responderán a esta llamada. Sé cuánto quieren que el Líbano recupere su papel histórico al servicio de la humanidad‖, concluyó el patriarca. (religiondigital.org) 05/08/2020
6. El Consejo Mundial de Iglesias envía sus condolencias tras la explosión en el Líbano
Ginebra. A raíz de una trágica explosión en Beirut, Líbano, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) envió sus condolencias y pidió oraciones por aquellos que perdieron a sus seres queridos, por los heridos y por el trabajo continuo de los equipos de rescate. En una carta dirigida a las iglesias miembros del Líbano y al Consejo de Iglesias de Oriente Medio, el secretario general interino del CMI, el profesor Dr. Ioan Sauca, expresó una profunda compasión y solidaridad en nombre de la confraternidad mundial. ―Ofrezco mi más sentido pésame a las familias de quienes perdieron la vida en esta tragedia y rezo por una pronta recuperación de los miles de heridos‖, escribió Sauca. "Tenga la seguridad de que nuestras iglesias en todo el mundo están orando por las víctimas entre ustedes, los equipos de rescate, las familias afectadas y todo el pueblo libanés traumatizado por este trágico incidente". Sauca pidió la misericordia, el amor y la gracia de Dios para que el pueblo libanés tenga la fuerza necesaria para seguir adelante. ―El pueblo libanés necesita toda la ayuda humanitaria posible para sobrevivir a esta tragedia, curar a sus víctimas heridas y reconstruir sus hogares, hospitales, iglesias y lugares de trabajo en medio de un contexto económico, financiero, político y social que ya es muy difícil‖, se lee en la carta. (oikoumene.org) 05/08/2020
7. Beirut: Obispos europeos expresan su cercanía al pueblo libanés
Los obispos europeos, a través de un mensaje enviado por el presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), el cardenal Jean-Claude Hollerich, expresa su cercanía al Líbano tras las devastadoras explosiones del pasado 4 de agosto en Beirut. En nombre de todos los miembros del episcopado expresa ―la conmoción y la tristeza del pueblo de Beirut
por las horribles y mortales explosiones‖, así como ―nuestras más profundas condolencias a las familias de las víctimas y a todos aquellos que han perdido a sus seres queridos: amigos, vecinos, colegas‖. ―Elevamos nuestras oraciones por las almas de los fallecidos y por la pronta recuperación de los heridos‖, continúa el prelado. Y reitera que la COMECE ―está al lado del pueblo libanés, incluidos los numerosos refugiados que escaparon de la violencia y fueron acogidos en fraternidad por este pequeño pero generoso país con un papel clave para la paz en toda la región de Oriente Medio‖. El purpurado señala también que comparten las palabras del Papa Francisco pronunciadas durante la audiencia general del pasado miércoles ―y rezamos por el Líbano para que a través de la dedicación de todos sus elementos sociales, políticos y religiosos, pueda hacer frente a este momento extremadamente trágico y doloroso‖. Asimismo, la COMECE expresa su agradecimiento por la asistencia inmediata y los mecanismos humanitarios activados por la Unión Europea (UE) en apoyo de las autoridades libanesas, como afirmó recientemente Janez Lenarčič, comisario de la UE para la Gestión de Crisis. ―Invitamos a la UE a que siga trabajando codo con codo con el Gobierno y el pueblo del Líbano, incluidas las comunidades religiosas locales, en este dramático momento histórico, también marcado por la pandemia de la COVID-19, una fuerte crisis económica y una grave inestabilidad regional‖, concluye el comunicado. (es.zenit.org( 07/08/2020
8. Una tragedia que persistirá: Robert Fisk
Beirut. Hay momentos en la historia de una nación que quedan congelados para siempre. Tal vez no sean las peores catástrofes que han abrumado a su gente, ni las más políticas. Sin embargo, capturan la interminable tragedia de una sociedad. Viene a la mente Pompeya, cuando la confianza y corrupción imperial de Roma fueron abatidas por un acto de Dios, tan calamitoso que a partir de allí podemos contemplar la ruina de los ciudadanos, incluso sus cuerpos. Se necesita una imagen, algo que pueda enfocar nuestra atención por un breve segundo en la locura que yace detrás de una calamidad humana. Líbano acaba de proporcionarnos un momento así. No son los números lo que importa en este contexto. El sufrimiento de Beirut esta semana no se acerca siquiera a un baño de sangre casual de la guerra civil en el país, ni al salvajismo casi cotidiano de la muerte en Siria, para el caso. Aun si se cuentan sus víctimas totales –de 10 a 60 y a 78 horas después de la tragedia–, apenas si alcanzarían registro en la escala de Richter de la guerra. No fue, al parecer, consecuencia de la guerra, en el sentido directo que ha sugerido uno de los líderes más dementes del mundo. Lo que se recordará es la iconografía, y lo que todos sabemos que representa. En una tierra que apenas puede lidiar con una pandemia, que existe bajo la sombra del conflicto, que se enfrenta a la hambruna y espera la extinción. Las nubes gemelas sobre Beirut, una de las cuales dio obsceno nacimiento a la otra, monstruosa, jamás serán borradas. Las imágenes del fuego, el estallido y el apocalipsis que los equipos de video recogieron en Beirut se unen a las pinturas medievales que intentan capturar, a través de la imaginación, más que de la tecnología, los terrores de la peste, la guerra, el hambre y la muerte. Todos sabemos el contexto, claro, el tan importante ―trasfondo‖ sin el cual ningún sufrimiento está completo: un país en bancarrota que ha estado durante generaciones en manos de viejas familias venales, aplastado por sus vecinos, en el que los ricos esclavizan a los pobres y su sociedad es mantenida por el mismo sectarismo que la está destruyendo. ¿Podría haber un reflejo más simbólico de sus pecados que los venenosos explosivos almacenados de manera tan promiscua en el centro mismo de una de sus mayores metrópolis, cuyo primer ministro dice después que los ―responsables‖ –no él, no el gobierno, ténganlo por seguro-–―pagarán el precio‖? Y ni aun así han aprendido, ¿o sí? Y, por supuesto, todos sabemos cómo esta ―historia‖ se desenvolverá en las horas y días siguientes. La incipiente revolución libanesa de los ciudadanos jóvenes y cultivados debe sin duda adquirir nueva fuerza para derrocar a los gobernantes de Líbano, llamarlos a cuentas, construir un Estado moderno, no confesional, a partir de las ruinas de la ―república‖ creada por los franceses en la que se les condenó sin piedad a nacer. Pues bien, la tragedia en cualquier escala es un mal sustituto del cambio político. La promesa inmediata de Emanuel Macron después de los incendios del martes –que Francia ―siempre‖ estará al lado de la nación baldada que con arrogancia imperial creó hace cien años–fue una de las ironías más punzantes de la tragedia, y no sólo porque el ministro francés del exterior apenas pocos días antes se había lavado las manos de la economía libanesa.
Allá por la década de 1990, cuando planeábamos crear un Medio Oriente más después de la anexión de Kuwait por Saddam Hussein, militares estadunidenses (tres en mi caso, en el norte de Irak) empezaron a hablarnos de la ―fatiga de la compasión‖. Aunque parezca escandaloso, lo que esto quería decir era que Occidente estaba en peligro de huir del sufrimiento humano. Ya era demasiado: todas esas guerras regionales, año tras año, y vendría un momento en que tendríamos que cerrar las puertas de la generosidad. Tal vez el momento llegó cuando los refugiados de la región comenzaron a marchar por cientos de miles a Europa, prefiriendo nuestra sociedad a la versión ofrecida por el Isis. Pero regresemos a Líbano, donde la compasión en el terreno podría ser muy escasa. Siempre se puede evocar la perspectiva histórica para escondernos de la onda expansiva de las explosiones, de la nube hongo que se eleva y de la ciudad destrozada. Pompeya, dicen, costó solo 2 mil vidas. ¿Y qué hay del terrible lugar de la propia Beirut en la antigüedad? En el año 551, un terremoto sacudió Beritus, hogar de la flota imperial romana en el Mediterráneo, y destruyó la ciudad entera; según las estadísticas de ese tiempo, murieron 30 mil almas. Todavía se pueden ver las columnas romanas en el lugar donde cayeron, postradas a escasos 800 metros de la explosión del martes. Incluso podríamos tomar nota de la locura de los antepasados de Líbano. Cuando la marejada se retiró, caminaron en el lecho marino para saquear navíos que habían naufragado tiempo antes… solo para ser engullidos por el tsunami que sobrevino. Pero, ¿puede cualquier nación moderna –y uso conscientemente la palabra ―moderno‖ en el caso de Líbano–restaurarse en medio de una combinación tan fétida de aflicciones? Aunque ha librado hasta ahora los fallecimientos en masa por Covid-19, el país enfrenta una peste con deplorables medios de auxilio. Sus bancos se han robado los ahorros de la gente, su gobierno demuestra ser indigno de ese nombre, ya no digamos de sus ciudadanos. Gibrán Jalil, el más cáustico de sus poetas, nos llamó a tener piedad de ―la nación cuyo estadista es un zorro, cuyo filósofo es un malabarista y cuyo arte es el arte de parchar e imitar‖. ¿A quién pueden imitar los libaneses de hoy día? ¿Quién elegirá a los próximos zorros? Los ejércitos tienen la fama de meterse en los zapatos hechos a la medida de los potentados árabes; Líbano ya intentó eso antes en su historia, con dudosos resultados. Este martes se nos llama a considerar esta monstruosa explosión como una tragedia nacional –digna, por tanto, de ―un día de duelo‖, sea cual fuere su significado–, aunque no dejé de advertir, entre aquellos a quienes llamé a Líbano después de lo ocurrido, que algunos señalaban que el sitio de la explosión, y del mayor daño, parecía estar en el sector cristiano de Beirut. Este martes murieron hombres y mujeres de todas las creencias, pero será un horror especial para una de las minorías más grandes del país. En el pasado, después de numerosas guerras, el mundo –estadunidenses, franceses, la OTAN, la Unión Europea, incluso Irán–ha acordado volver a poner a Líbano de pie. A los estadunidenses y franceses los echaron a fuerza de bombazos suicidas. Pero ¿pueden los extranjeros restaurar una nación que parece irrecuperable? Hay una opacidad en el lugar, una falta de responsabilidad política que es lo bastante endémica para convertirse en moda. Jamás en la historia de Líbano un atentado político –de presidentes, primeros o ex primeros ministros, parlamentarios o miembros de partidos políticos–ha sido resuelto. Así pues, he aquí una de las naciones más cultas de la región, con el más talentoso y valiente de los pueblos –y de los más generosos y amables–, bendecida por nieves, montañas, ruinas romanas, excelsa comida, un gran intelecto y una historia milenaria. Y, sin embargo, incapaz de manejar su moneda, suministrar energía eléctrica, curar a sus enfermos o proteger a su pueblo. ¿Cómo es posible que se hayan almacenado durante tantos años 2 mil 700 toneladas de nitrato de amonio en un endeble edificio, después de retirarlas de un navío moldavo de camino a Mozambique en 2014, sin que quienes decidieron dejar este vil material en el centro mismo de su ciudad capital hayan tomado ninguna medida de seguridad? Y, sin embargo, todos nos quedamos con este infierno colosal y su cancerosa onda blanca de choque, y luego la segunda nube en forma de hongo (no mencionemos ninguna otra). Este es el sustituto de Gibrán Jalil, la inscripción final de todas las guerras. Contiene el vacío del terror que aflige a todos cuantos viven en Medio Oriente. Y, por un instante, del modo más aterrador, el mundo entero lo vio. © The Independent Traducción: Jorge Anaya (jornada.com.mx) 05/08/2020
9. Los homenajes a El Líbano por la explosión en el puerto de Beirut alrededor del mundo
Distintos edificios y monumentos icónicos plasmaron los colores de la bandera libanesa en sus estructuras
como muestra de solidaridad por la deflagración que ha dejado al menos 154 muertos y 120 heridos graves https://www.infobae.com/america/fotos/2020/08/07/loshomenajes-a-el-libano-por-la-explosion-en-el-puerto-debeirut-alrededor-del-mundo/ (infobae.com) 07/08/2020
10.El presidente del Líbano rechazó una investigación internacional sobre la explosión en Beirut
Michel Aoun declaró que una pesquisa con intervención extranjera equivaldría a “diluir la verdad” y señaló que "es posible" que el estallido "haya sido causado por negligencia o por una acción exterior, con un misil o una bomba” El presidente del Líbano, Michel Aoun, rechazó este viernes una investigación internacional sobre la gigantesca explosión en el puerto de Beirut y dijo que podría haber sido causada por la ―negligencia‖ o por ―un misil‖, mientras continúa la búsqueda desesperada de supervivientes entre los escombros. ―Es posible que esto haya sido causado por la negligencia o por una acción exterior, con un misil o una bomba‖, declaró Aoun el viernes a la prensa, convertido en el primer dirigente libanés que menciona una pista exterior. Las autoridades afirmaban hasta ahora que la explosión había sido provocada por un incendio en un enorme almacén que contenía 2.700 toneladas de nitrato de amonio, una sustancia química peligrosa almacenada desde hacía seis años ―sin medidas de precaución‖, como lo confesó el propio primer ministro. Aoun indicó que había sido informado de la presencia de esta mercancía el 20 de julio y que pidió que el Consejo Superior de Defensa hiciera lo necesario. Por su parte, el grupo terrorista libanés Hezbollah negó ―categóricamente‖ el viernes tener un ―almacén de armas‖ en el puerto de la ciudad, tras las acusaciones que han circulado en los medios de comunicación y en la opinión pública. ―Ni almacén de armas, ni almacén de misiles (...) ni una bomba, ni una bala, ni nitrato‖ de amonio, insistió su líder, Hassan Nasrallah. El viernes, Aoun rechazó sin embargo las peticiones para abrir una investigación internacional, pues equivaldría a ―diluir la verdad‖. El presidente francés, Emmannuel Macron, reclamó una investigación internacional "transparente" durante una visita el jueves a Beirut, a la vez que exhortó a los dirigentes libaneses a "cambiar el sistema". Aoun reconoció además el viernes que era necesario revistar un régimen político "paralizado".
Asistencia inmediata
La brutal deflagración, la más devastadora que ha vivido El Líbano, alimentó la cólera de la población que en octubre de 2019 inició un gran movimiento de protesta contra los políticos, acusados de corrupción e incompetencia. Decenas de personas se manifestaron el jueves por la noche y en las redes sociales circulaban llamamientos para convocar una protesta contra el gobierno el sábado. Según el último balance, la explosión dejó al menos 154 muertos, más de 5.000 heridos, decenas de desaparecidos y a cientos de miles sin hogar en los barrios cercanos. La organización internacional de cooperación policial Interpol anunció el viernes el envío de un equipo de expertos especializados en la identificación de víctimas. El presidente francés informó de la organización próximamente de una conferencia de ayuda humanitaria de emergencia para El Líbano, país en pleno hundimiento económico desde hace meses. La Comisión Europea participará y la Unión Europea ya desbloqueó 33 millones de euros (38 millones de dólares). El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo francés acordaron el viernes ―trabajar con sus socios internacionales para proporcionar asistencia inmediata a los libaneses‖, indicó el portavoz de la Casa Blanca, que precisó que ambos habían ―expresado su profunda tristeza‖ tras este drama. Varios países ya han enviado material médico y sanitario y hospitales de campaña. La Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró su preocupación por la saturación de hospitales en plena pandemia de nuevo coronavirus, por la escasez de medicamentos y de equipos médicos, y reclamó 15 millones de dólares. La Agencia de Ayuda Internacional de Estados Unidos (USAID) anunció el viernes el envío inmediato de 15 millones de dólares en comida y medicamentos, el equivalente a tres meses de alimentos para 50.000 personas y a tres meses de medicinas para 60.000 personas.
“Preparen la horca”
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, prevé desplazarse el sábado a Beirut, para mostrar la "solidaridad" de los europeos "conmocionados y entristecidos".
En una capital con aires posapocalípticos y ante la incuria del gobierno, centenares de libaneses están movilizados, en una enorme ola de solidaridad, para proseguir las operaciones de retirada de escombros o ayudar a los que se han quedado sin techo. Dos ministros que intentaron entrar en los barrios devastados fueron abucheados por habitantes. ―Dimisión‖, ―Preparen la horca‖, gritaron algunos, obligando al ministro de Educación, Tarek Majzoub a marcharse, escoba en mano. Autoridades del puerto, servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad sabían que había químicos peligrosos almacenados pero se echaron las culpas unos a otros. Además del nitrato de amonio, el fiscal militar habló de la presencia de ―materiales altamente inflamables de combustión lenta‖, según un comunicado. Decenas de personas están siendo interrogadas, indicó el viernes una fuente judicial a la AFP, que asegura que "altos cargos" podrían ser detenidos. Una veintena de funcionarios del puerto y de las aduanas fueron interpelados, según fuentes judiciales y de seguridad. Entre ellos, el director general de aduanas, Badri Daher, y el presidente del consejo de administración del puerto, Hassan Koraytem. Por Hachen Osseiran y Jean-Marc Mojon (AFP) (infobae.com) 07/08/2020
11.Líbano se prepara para gran manifestación para pedir cuentas por tragedia de
Beirut
La explosión en el puerto, cuyas circunstancias aún no han sido esclarecidas, habría sido provocado por un incendio que afectó un enorme depósito de nitrato de amonio, una peligrosa sustancia química Miles de libaneses se preparan este sábado para una importante manifestación contra la clase política, a la que responsabilizan de la terrible explosión que devastó una parte de Beirut con un saldo de más de 150 muertos, 5.000 heridos y unas 60 personas aún desaparecidas. Dos días después de una historia visita del presidente francés Emmanuel Macron, la actividad diplomática se intensifica para organizar la ayuda internacional al país de Medio Oriente, en vísperas de una conferencia de donantes. Por cuarta jornada consecutiva, Beirut se despertó con el ruido de los vidrios rotos recogidos en las calles por los habitantes y un ejército de voluntarios, con escobas, movilizados desde muy temprano. La explosión en el puerto, el martes, cuyas circunstancias aún no han sido esclarecidas, habría sido provocado por un incendio que afectó un enorme depósito de nitrato de amonio, una peligrosa sustancia química. Los espectaculares videos registrados tras la deflagración muestran una nube en forma de hongo que hizo recordar a muchos los de las bombas atómicas en Japón en 1945. Los socorristas han comparado las escenas de destrucción a las de un sismo. La catástrofe ha dejado al menos 154 muertos y más de 5.000 heridos, de los cuales 120 en estado crítico, según el ministerio de Salud libanés. Además hay 300.000 beirutíes sin techo y más de 60 personas continúan aún desaparecidas, mientras se reducen las esperanzas de hallar supervivientes. Aún en estado de conmoción por esta explosión de una violencia sin igual en la historia del país, muchos libaneses piden cuentas a una clase política a la que denuncia de negligencia y corrupción. En la plaza de los Mártires, epicentro de la protesta política desde octubre pasado y donde está prevista una manifestación este sábado por la tarde bajo el lema "el Juicio Final", militantes ya colocaron una horca. "Luego de tres días dedicados a retirar los escombros y a curar nuestras heridas, es hora de dejar explotar nuestra cólera y sancionarlos por haber matado gente", afirma Farès al Hablabi, de 28 años. "Debemos levantarnos contra todo el sistema (...) el cambio tiene que ser a la medida de la magnitud de la catástrofe", agrega este militante que salió a la calle cuando se inició la protesta popular el 17 de octubre de 2019. Si el movimiento se desinfló en los últimos meses, especialmente a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus -que continúa agravándose en el Líbano-, la tragedia podría reactivarlo con más energía. "No tenemos nada que perder. Todo el mundo tiene que salir a la calle", afirma Hayat Nazer, una militante que ha impulsado muchas iniciativas de solidaridad. El presidente Michel Aoun, cada vez más criticado, dijo claramente el viernes que se oponía a una investigación internacional, afirmando que la explosión podría haber sido acusada por negligencia o por un misil. Unos veinte funcionarios del puerto y de las aduanas fueron detenidos, según fuentes judiciales y de seguridad. Entre ellos se encuentra el director general de aduanas Badri Daher y el presidente del consejo de administración del puerto Hassan Koraytem. Entre tanto, del lado de la comunidad internacional, una videoconferencia de donantes tendrá lugar el domingo a las 1 2H00 GMT coorganizada por la ONU y Francia, indicó la presidencia del país europeo.
"¡Todos quieren ayudar!", tuiteó el presidente estadounidense Donald Trump, precisando que la videoconferencia reuniría a "Macron, los responsables políticos del Líbano y responsables de otros lugares del mundo". Líbano se encuentra en pleno naufragio económico, tras haber caído en cesación de pagos de su deuda, y sus responsables son incapaces de ponerse de acuerdo en un plan de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tiene previsto llegar el sábado a Beirut para expresar la "solidaridad" de los europeos "impactados y tristes". La UE ya liberó 33 millones de euros (39 millones de dólares) para financiar una primera ayuda de urgencia. El jefe de la Liga Árabe, Ahmad Abul Gheit, así como el vicepresidente y el jefe de la diplomacia turcos, Fuat Oktay y Mevlut Cavusoglu respectivamente, también viajaron a Beirut el sábado para garantizar su apoyo a los responsables libaneses. Sin esperar, muchos países enviaron material médico y sanitario así como hospitales de campaña. En efecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo estar preocupada por la saturación de los hospitales -ya sometidos a dura prueba por la pandemia del nuevo coronavirus-, la escasez de medicamentos y equipos médicos, y pidió unos 15 millones de dólares con este fin. (eluniversal.com.mx) 08/08/2020
12.La mitad de Beirut, destruida; 300 mil sin techo
Beirut. Unas 300 mil personas se encuentran sin techo este miércoles en Beirut, al día siguiente de las explosiones que sacudieron el puerto, indicó el gobernador de la capital libanesa Marwan Aboud, quien estimó el costo de los daños en más de tres mil millones de dólares. "He recorrido Beirut, los daños pueden elevarse a entre tres mil y cinco mil millones de dólares", indicó a la AFP el gobernador, precisando de todos modos que esperaba una evaluación de expertos e ingenieros. "Cerca de la mitad de Beirut está destruida o dañada" y hay entre 250 mil a 300 mil personas sin techo, dijo. El presidente francés Emmanuel Macron viajará a Líbano el jueves para ofrecer apoyo después de la tragedia. La oficina de Macron informó el miércoles a The Associated Press que el líder francés se reunirá con los líderes políticos libaneses. Líbano es un antiguo protectorado francés y los países mantienen estrechos lazos políticos y económicos. Francia también enviará varias toneladas de ayuda y trabajadores de emergencia. No estuvo claro qué causó la explosión, que parecía haber sido provocada por un incendio y que tuvo la fuerza de un terremoto. Fue la más potente registrada nunca en la ciudad, que estuvo en la primera línea durante la guerra civil (1975-1990) y ha soportado conflictos con la vecina Israel y periódicos ataques y bombardeos terroristas.
Búsqueda de desaparecidos
Decenas de personas estaban desaparecidas y sus familiares pidieron ayuda para encontrarlos a través de las redes sociales. Una página de Instagram llamada ―Localización de victimas de Beirut" se llenó de fotos de desaparecidos y los conductores de los programas de radio leyeron los nombres de los heridos y desaparecidos durante la noche. Muchos residentes se trasladaron a casas de amigos o parientes luego de que sus departamentos quedaron dañados y se curaron sus propias heridas porque los hospitales estaban desbordados. Líbano estaba ya al borde del colapso por una grave crisis económica que causó protestas multitudinarias en los últimos meses. Los hospitales enfrentaban un repunte de contagios de Covid-19 y preocupa que el coronavirus pueda propagarse más a medida que la población desborde los hospitales. No había evidencia de que la explosión fuese un ataque. En su lugar, muchos líbaneses achacaron el incidente a las décadas de corrupción y mal gobierno de una clase política estancada que gobierna la nación mediterránea desde la guerra civil. El Hospital Universitario Saint George, uno de los principales centros privados de la ciudad y que había estado recibiendo pacientes con Covid-19, estaba fuera de servicio el miércoles tras sufrir graves daños. Un médico, que se identificó como Dr. Emile, dijo que 16 trabajadores y pacientes, incluyendo cuatro enfermeras, murieron en la explosión. Declinó dar su apellido por cuestiones de privacidad. La explosión también hirió a miembros de las fuerzas de paz de Naciones Unidas en la zona. Bangladesh dijo que 21 miembros de su Marina estaban heridos graves y uno crítico. Italia, uno de los principales contribuidores a la misión UNIFIL, reportó un herido.
El nitrato de amonio
El ministro del Interior, Mohammed Fahmi, dijo a una televisora local que el incidente parecía estar provocado por la detonación de más de dos mil 700 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un almacén del puerto desde que fueron confiscadas en un mercante en 2013.
El nitrato de amonio es un ingrediente habitual en los fertilizantes, pero también puede ser altamente explosivo. Se usó en un atentado en la Ciudad de Oklahoma en 1995, cuando un camión con 2.180 kilos (4.800 libras) de fertilizante y combustible destrozó un edificio federal matando a 168 personas e hiriendo a cientos más. Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona portuaria el miércoles tras la entrada de una excavadora para retirar los restos. Un joven suplicó a los soldados que le dejasen pasar a buscar a su padre, desaparecido desde el incidente. Fue redirigido a un funcionario del puerto que tomó nota de los detalles. En uno de los distritos más afectados, Achrafieh, trabajadores de defensa civil y soldados trataban de localizar a los desaparecidos y limpiar los escombros. Al menos un hombre seguía atrapado bajo las piedras de un viejo edificio que se vino abajo. Los voluntarios le dieron una botella de oxígeno para ayudarle a respirar mientras otros trataban de liberarle una pierna. El estallido destrozó numerosos edificios de apartamentos, lo que podría dejar a una gran cantidad de personas sin hogar en un momento en que muchos libaneses han perdido su empleo y han visto como sus ahorros se evaporaban por la crisis monetaria. También preocupa cómo hará el país para seguir importando casi todos los bienes de primera necesidad con su principal puerto devastado. En un breve discurso televisado, el primer ministro, Hassan Diab, pidió a todos los países y amigos de Líbano que amplíen su ayuda afirmando que ―Estamos siendo testigos de una catástrofe real‖. El dirigente reiteró su promesa de que los responsables del desastre pagarán por ello, sin comentar la causa.
Trigo perdido
Líbano, una pequeña nación que alberga a más de un millón de sirios que huyeron de la guerra en su país, tiene además un problema de seguridad alimentaria. El mayor silo de grano del puerto está gestionado por el Ministerio de Economía y Comercio. Imágenes tomadas el miércoles por The Associated Press con drones mostraron que la explosión derribó esos depósitos, arrojando su contenido entre los escombros y la tierra. El país importa alrededor del 80% de su suministro de trigo, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Las estimaciones sugieren que cerca del 85% del grano de la nación estaba almacenado en los silos ahora destruidos.
En declaraciones publicadas por la agencia noticiosa estatal, el ministro de Economía y Comercio, Raoul Nehme, dijo que todo el trigo almacenado en el depósito estaba ―contaminado‖ y no podía usarse. Sin embargo, insistió en que hay suficiente para cubrir las necesidades inmediatas del país. Según Nehme, Líbano importará más trigo. La crisis económica de Líbano está radicada en décadas de corrupción sistemática de facciones políticas que explotan las instituciones públicas para beneficio de sus partidarios. Después del final de la guerra civil, los libaneses sufren frecuentes cortes de electricidad y servicio públicos deficientes. (jornada.com.mx) 05/08/2020
13.Incidentes en las multitudinarias protestas contra el gobierno de El Líbano: manifestantes tomaron el Ministerio de Relaciones Exteriores en Beirut
Se produjeron los primeros enfrentamientos luego de que un grupo de personas intentara ingresar al Parlamento. La gente salió masivamente a las calles luego de las explosiones que dejaron más de 150 muertos y 5.000 heridos Beirut. Manifestantes y policías se enfrentan en la capital libanesa en el marco de una protesta en la que miles de personas exigen la dimisión de las autoridades tras la explosión registrada el martes en el puerto de Beirut, que ha causado más de 150 muertos y 5.000 heridos. Un grupo de personas, liderado por oficiales retirados del ejército libanés, tomó por asalto el Ministerio de Relaciones Exteriores y lo declararon ―la sede central de la revolución‖. El asalto, retransmitido por las televisiones locales, se produjo mientras las fuerzas de seguridad se concentraban en mantener el orden en la tensa manifestación, celebrada a unos pocos centenares de metros del Ministerio, que reunió a miles de libaneses. La marcha se convocó frente al Legislativo y ya se están produciendo los primeros enfrentamientos con los policías, que arrojan bombas de gas y gases lacrimógenos a los manifestantes, mientras estos les lanzan piedras. La protesta, convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, reúne a miles de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de ―Dimisión‖, un grupo intentó entrar en el Parlamento a la fuerza. No lo lograron pero sí consiguieron ingresar al Ministerio de Exteriores. Poco antes de los enfrentamientos, la gente comenzó a reunirse en el lugar para expresar su rechazo al Gobierno y al régimen político al que responsabilizan de la grave crisis y el deterioro en que ha caído el Líbano.