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Valderrama, compromiso con la calidad y el medio ambiente

La firma Aceites Valderrama es conocida por sus aceites de oliva virgen extra de excepcional calidad. Para garantizarla, lejos de confiar en el azar, sus responsables se apoyan en los más modernos recursos tecnológicos en todos los procesos. Para empezar, las dos fincas de Valderrama, ubicadas respectivamente en Montilla (Córdoba) y La Pueblanueva (Toledo) cuentan con múltiples estaciones de control de humedad, temperatura y crecimiento de los olivos, que permiten regular y satisfacer a la perfección las necesidades del cultivo.

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En los laboratorios instalados a pie de almazara se realizan controles diarios para determinar cuándo se alcanza el punto óptimo de maduración para la recogida de cada una de las variedades plantadas, así como para calibrar las cualidades físicas y químicas del aceite. Pero quizá lo más determinante para conseguir esta calidad suprema es el exclusivo procedimiento de extracción en frío de Valderrama, por el que obtienen de las olivas su preciado zumo en tiempo record, inferior a una hora, y a una temperatura de 19 0C, muy por debajo de lo permitido por la legislación. El resultado es una producción más exigua, pero de calidad sobresaliente

Fieles a este compromiso con la excelencia, la empresa aceitera permanece alerta a los requerimientos de la alta hostelería, su principal nicho de mercado, que demanda soluciones a medida para cada tipo de negocio, para cada modalidad de cocina e, incluso, para cada plato. Por eso, Valderrama es posiblemente la firma española con mayor oferta en variedades y formatos de aceite. Dispone de seis distintos monovarietales (arbequina, ocal, cornicabra, picudo, picual y hojiblanca) además de varios coupages específicos para distintos usos, como el ‘especial cocina’, el aceite para freír o su Grand Cru, un ensamblaje de las mejores aceitunas seleccionadas, ideal para su uso en crudo.

En función de cada exigencia, la compañía puede envasar los aceites en multitud de formatos que varían desde las monodosis hasta las grandes garrafas pasando por pequeños frasquitos -de 10 o 25 centilitros-, botellas de cuarto, medio o un litro o prácticos bag in box de dos o cinco litros. Y, para completar este amplio porfolio, Valderrama crea cada año productos nuevos, como el aceite virgen extra arbequino ahumado con haya y roble, el ocal con trufa blanca o negra natural infusionada o sus gamas de condimentos Aromas y Sabores Cercanos, para la cocina tradicional, y Oriental Collection, para dar un toque exótico a los platos más creativos. Estas dos líneas de producto han sido diseñadas en coautoría con el popular cocinero Alberto Chicote.

Aunque la alta hostelería esté siempre en su punto de mira, Valderrama no se olvida tampoco del gran público, que puede acceder a sus aceites a través de las marcas Óleum del Molino y Valderrama 1853, disponibles en las grandes cadenas de distribución.

Pero los estándares de calidad de esta compañía no se ciñen únicamente a lo que atañe a sus productos. Todos sus procesos alcanzan las más altas cotas de responsabilidad medioambiental y optimización de recursos. El desecho resultante de la elaboración del aceite se separa y se recicla. Los huesos de las aceitunas se desecan y son empleados como carburante para las calderas de las almazaras. El agua -tanto la del lavado de las olivas como la extraída del fruto- es tratada con un autogenerador de ozono que, además de permitir reutilizarla una y otra vez, desinfecta los equipos y el sistema de riego. Se almacena en la propia finca, en una inmensa balsa de recogida de aguas pluviales que, sumada al resto de mecanismos de aprovechamiento, convierten a esta firma en paradigma de la sostenibilidad y calidad empresarial

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