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Galeusca y la Federación de España

04/04/2019 En un reciente acto celebrado en la Universidad Carlos III de Madrid, Felipe González ha vuelto a plantear la necesidad de reformar la Constitución española y habló de federación, algo que prohíbe taxativamente la actual Constitución

El Artículo 145.1 de la Constitución dice claramente que “En ningún caso se admitirá la federación de Comunidades Autónomas”. Resulta sorprendente que aquel que en su momento recurrió a la disposición 32ª del Artículo 149 de la Constitución, para exigir que fueran todos los españoles los que votaran un Referéndum sobre Cataluña, venga ahora a proponer una posible federación de CC.AA.. Efectivamente, la disposición 32ª del Artículo 149, dice que es competencia exclusiva del Estado la “Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum”.

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Y fíjese bien el lector que dice la autorización que no la competencia para su convocatoria, la cual podría hacerse por iniciativa popular tal como lo intentó en su día el Partido Popular recabando firmas para un referéndum contra el Estatuto de Cataluña aprobado en su día, o por la vía de una proposición no de ley del parlamento tal como hicieron. (ver El País) Y este fue el inicio de la conspiración del PP contra el Estatuto de Cataluña que desataría el Procés como respuesta. Pero haciendo memoria, conviene recordar que el Artículo 145 es también una respuesta a lo que en su día se llamó Galeusca acrónimo de Galicia, Euskadi, Cataluña y que unía en diversos actos celebrados durante aquellos años previos a la redacción de la Constitución, a los nacionalistas de las tres nacionalidades históricas del Estado español. El miedo a una posible actuación conjunta de estas tres nacionalidades históricas fue la causa principal de tal prohibición taxativa, tal como quedó reflejado en las declaraciones públicas de algunos dirigentes en la prensa de aquellos días, entre los que destacó Manuel Fraga Iribarne uno de los padres de la Constitución. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón llegó incluso a precisar los términos de este acuerdo en un programa radiofónico de aquellos años y Joaquín Garrigues Walker llegó a decir que el Estado de las autonomías sería lo más parecido a una

federación de Estados, así que la respuesta se plasmó en el 145 como freno a ese posible Estado Federal Español, que sería lo más parecido a una República.

La reforma de la Constitución debe ir asociada al fin de la monarquía

Pero la Transición española se vería envuelta en numerosas nubes de humo producidas por los atentados e intentos de Golpe de Estado de la extrema derecha y los atentados de ETA, diluyendo el debate sobre estas cuestiones, algo que le vino muy bien a quienes estaban consolidando el atado y bien atado del postfranquismo que daría paso al bipartidismo. Felipe González se ha convertido en el apologista de la Utopía de Tomás Moro, al proponer lo imposible por la vía del idealismo. En la actual situación de fraccionamiento político, que ha atomizado a los partidos políticos, resulta imposible llegar a los dos tercios del Congreso para proponer una reforma de la Constitución, tal como establece su Artículo 168. Así las cosas, sólo la sensatez de los socialdemócratas garantiza el mínimo equilibrio en medio de tanto desaguisado e insensatez política. Véase sino las recientes declaraciones del gobierno y del expresidente Rodríguez Zapatero sobre la situación en Cataluña

y contrástense con las del resto de las fuerzas políticas españolas. La reforma de la Constitución española está lejos de ser posible en tanto y en cuanto no cambie el actual fraccionamiento del voto, hoy más que nunca se hace necesaria la unidad de los socialdemócratas y los progresistas, frente a la barbarie de la derecha y el neofascismo. Ya llegará el tiempo de convocar un referéndum, sobre la monarquía y en consecuencia reformar la Constitución y restablecer la República.

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