3 minute read

Sobre las lenguas dominantes

21/07/2020 Conocemos el origen de las lenguas, gracias a la existencia de la escritura, bien sea a través de signos como el egipcio o el acadio, bien sea a través de letras como el griego o el latín que han hecho referencia a otras lenguas habladas pero no escritas

Viene a cuenta este artículo, por que ha caído en nuestras manos una entrevista a un Catedrático de Lingüística, en la que se vierten algunas afirmaciones en nuestra modesta opinión desacertadas. Si de lo que se quiere hablar es de las lenguas y su papel en la vida cotidiana de los individuos hay que hacer necesariamente referencia a las lenguas maternas, es decir a esa lengua que se habla en nuestros hogares desde que nacemos y que es la

Advertisement

lengua asociada al aprendizaje de los primeros años en el entorno familiar. Esa lengua va a ser la que determine en gran medida nuestro concepto de las cosas y va a ser la que conforme una lengua predominante sobre el resto de las lenguas que podamos aprender posteriormente… fuera de casa. Y este pequeño pero importante detalle, es el que distingue a las llamadas lenguas vernáculas de las lenguas dominantes. Las lenguas dominantes siempre han existido, si nos remontamos atrás seis mil o diez mil años, los egipcios tenían una lengua propia, pero conocían el acadio tal como se desprende del altísimo volumen de tablillas cuneiformes que se encontraron en distintas excavaciones, con lo cual podemos colegir que el acadio era la lengua usada en la relaciones comerciales entre los pueblos del Creciente Fértil, por ser la lengua más avanzada y de fácil aprendizaje. El poema o epopeya de Gilgamesh, la obra literaria más antigua de la humanidad hasta ahora conocida, probablemente escrito originalmente en acadio antiguo, fue traducido durante miles de años a distintas lenguas dominantes en cada momento en el Creciente Fértil y fuera de él, hasta llegar a nuestros días y ha sido traducida a decenas de idiomas de todo el planeta. Por cierto que el acadio es una lengua, de las llamadas muertas, que se sigue enseñando en todo el planeta, lo cual es de por sí

un dato muy relevante a la hora de valorar las lenguas por su transcendencia e importancia en la historia de la humanidad. Las lenguas, al igual que las monedas son medios de intercambio comúnmente aceptados por quienes reconocen y aceptan compartir su valor, a la vez que se identifican con su uso. Una cuestión básica para los nacionalistas, que suelen recurrir a la defensa de su moneda y su lengua como un sentimiento identitario, sin tener en cuenta que existen otros factores que tienden a la universalización hoy llamada globalización. Decir que es falso que más de 500 millones de personas usen el castellano como lengua, es sencillamente una manipulación, una mentira. El castellano y sus distintas variaciones, es la lengua materna, en muchos casos compartida con otra lengua, usada por más de 550 millones de seres humanos en todo el planeta.

Estamos en la era de los políglotas, saber más de un idioma es fundamental

Es la segunda lengua materna más hablada del planeta después del chino y esto no sólo no es cuestionable, está demostrado por la estadística y la simple suma de pobladores que señalan a ese idioma como suyo.

Así las cosas, la existencia y conservación de los idiomas, va a depender de su trascendencia cultural y de su capacidad reproductora y transmisora generación tras generación. Y ello obliga a los pueblos que las hablan, las fomentan, las enriquecen y las cultivan con su uso cotidiano, familiar y cultural con independencia de lo que hagan otros para imponer una lengua distinta. La geopolítica determina en buena medida la expansión de los idiomas, así que conviene matizar que no es cierto que el latín fuera una lengua impuesta por Roma, por lo menos durante la República ya que el griego era la lengua de intercambio dominante y la lengua culta por excelencia, durante ese período. Fue con el cristianismo cuando el latín se convirtió en la lengua más hablada de occidente, precisamente por su vinculación con la religión de los romanos y su dominación económica. Y es con la decadencia del Imperio romano precisamente cuando renacen las lenguas maternas y vernáculas, relegando el latín para usos cultos y religiosos. En el siglo XXI acudiremos al auge y expansión del uso del chino como lengua dominante en el planeta, relegando a la actual lengua de intercambio que domina los mercados y que no es otra que el inglés.

This article is from: