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De la Monarquía Hispánica al Estado español

06/11/2019 Para entender por qué España es una Nación de Naciones, es necesario repasar su historia y recordar lo que ha sucedido a lo largo de algo más de 2000 años en la península ibérica con sus pueblos y sus territorios

Desde siglos antes de la era común, la península ibérica fue dividida y nominada por los romanos con arreglo a las naciones que la poblaban: primero como Hispania Citerior y Ulterior, después en la era común, como Tarraconensis, Lusitania y Bética, en el siglo II como Galecia, Tarraconensis, Lusitania y Bética y después como Galecia, Tarraconensis, Lusitania, Bética, Cartaginense y Baleárica. Nadie duda que esas divisiones administrativas de los romanos, se correspondían con pueblos, lenguas y culturas claramente

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diferenciados, a los cuales Roma aportó su civilización, sus costumbres (Derecho Romano) y su lengua (Latín). La aparición y extensión del cristianismo como ideología hegemónica, unida al desmoronamiento del Imperio romano, la península ibérica se sume en el oscurantismo y un cierto regreso a la barbarie. Con la invasión de los llamados visigodos o bárbaros germánicos, en el siglo IV, tampoco va a variar sustancialmente la situación, salvo en lo tocante a la religión, ya que los visigodos no impusieron sus costumbres, hablaban latín y nada nuevo aportaron al caudal heredado de Roma, ni siquiera modificaron su división territorial. En el terreno religioso predicaron la austeridad, la pobreza y el sacrificio para poder alcanzar el cielo, amenazados constantemente con morir abrasados en el infierno. Los visigodos fervientes cristianos arrianos, persiguieron y esclavizaron a buena parte de los judíos que habían sido expulsados de Jerusalén en tiempos de Roma y que años después serían los mejores aliados de los islamitas árabes. Es con la expansión del islam en el siglo VII, cuando comienza a desdibujarse buena parte de la herencia de Roma y la transformación territorial de los pueblos de la península ibérica, que sufrieron una profunda influencia cultural del mundo árabe en el Al-Ándalus (Andalucía), sin que el islam

llegara a calar en la mayoría de la península, iniciándose un periodo de tolerancia religiosa en el que convivieron las tres corrientes abrahámicas. Los árabes dominaron militar y económicamente la península ibérica de forma muy irregular y decreciente, durante 800 años, hasta la llamada reconquista de los reyes católicos en 1492, los cuales prohibieron la práctica del Islam y expulsaron a los judíos. La gesta de los reyes católicos les aportó el prestigio suficiente como para erigirse en los defensores de la cristiandad y los garantes de la seguridad de la península ibérica, arropados por las grandes riquezas que obtuvieron con el descubrimiento de América. Y es con los reyes católicos con los que va iniciarse la Monarquía Hispánica, a la que algunos autores llaman Monarquía Católica o Monarquía de España. Los Reyes fueron apellidados Católicos gracias a la bula papal de Alejandro VI, que no era otro que el fundador de la dinastía más corrupta que conoció Roma: los Borgia. La monarquía Hispánica estaba formada por Reinos, Estados y Señoríos en lo que dio en llamar aeque principatiler (unión diferenciada), se trataba pues de entidades distintas que conservaban sus propias leyes, fueros, privilegios, lenguas y límites territoriales dentro del llamado Régimen polisinodial.

Así pues a los Reyes Católicos correspondía la defensa y la diplomacia de la Monarquía Hispánica, mientras los distintos reinos mantenían sus monedas, leyes financieras, aduaneras, etc. Pero los Reyes Católicos siguieron siendo los reyes de Castilla y de Aragón, dos reinos que no llegaron a unificar dadas las grandes diferencias existentes entre ambos, hasta después de su muerte.

España es una nación de naciones diferenciadas por sus particulares lenguas y culturas

Por consiguiente es absolutamente falso afirmar que España aparece como nación con los Reyes Católicos, ya que ni siquiera ellos habían unificado sus reinos. La Corona de Aragón formada por Valencia, Mallorca, Cerdeña, Sicilia y los condados de Barcelona, Rosellón y Cerdeña. La corona de Castilla formada por los reinos de Galicia, León, Toledo, Sevilla, Murcia, Córdoba, Jaén y el Señorío de Vizcaya. A los que se unirían el reino de Portugal, el reino de Navarra y el reino de Granada. Con Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, heredero de los reyes católicos, apodado el Cesar, nace el Imperio español, y con él un nuevo concepto de la Monarquía Hispánica, que no de España.

El Régimen polisinodial se mantuvo hasta el siglo XVIII, cuando es sustituido por los llamados Decretos de Nueva Planta inspirados por el Conde-Duque de Olivares y promulgados por el rey Felipe V de Borbón como consecuencia de la Guerra de Sucesión Española. Mediante estos Decretos, son abolidos los privilegios de los reinos, estados y señoríos de la península ibérica (Portugal se independiza en 1640). Felipe V tan sólo mantiene los fueros de los Señoríos de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y el Reino de Navarra, en agradecimiento a su apoyo en la Guerra de Sucesión, así España adopta en modelo absolutista de la corona francesa. El Rey Felipe V se encarna en el poder supremo, impone a todos sus súbditos el ordenamiento jurídico de Castilla, crea el Consejo de Indias, se impone el castellano como la lengua única y oficial del reino y se empieza a hablar de Estado. Con Felipe V, desaparece la España diversa y plural y se inicia la España dominada por las leyes y costumbres de Castilla, pretendiendo borrar la nación de naciones, hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. La proclamación de la República y la abolición de la monarquía española, fue contestada con la sublevación militar de 1936 encabezada por Franco y apoyada por el régimen fascista

italiano de Benito Mussolini y el gobierno nazi alemán de Adolf Hitler dando pie a la Guerra Civil española. Durante la dictadura fascista, España pasa a denominarse “Estado español” evitando su asociación con la monarquía y se mantienen los fueros de las provincias vascas y Navarra sin modificar la organización provincial de 1833. Cuarenta años después, tras la muerte del dictador, se reinstaura la monarquía borbónica y se crea el llamado Estado de las Autonomías, que devuelve a las comunidades históricas algunos de los derechos abolidos por Felipe V y oficialmente España pasa a ser el Reino de España. La nueva Constitución, reconoce los derechos históricos de las nacionalidades, sin asumir el carácter federal de la nueva organización del Estado de las autonomías y cerrando el paso a la abolición de la monarquía. Así el Estado español es un Ente Administrativo formado por comunidades que gozan de cierta autonomía, bajo la apariencia de una Monarquía Parlamentaria, heredera del absolutismo de la Casa de Borbón.

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