3 minute read

Nuestra imagen

ISTOCK.COM/KUPICOO

Nuestra imagen

Por Charles Mills

Charles Mills es autor de más de 50 libros publicados y más de 300 artículos. Mills comenzó su carrera en Faith for Today y en el Adventist Media Center en Newbury Park, California. Durante los últimos 35 años, ha sido productor independiente en los medios, escritor y presentador de radio/ televisión. Ser un cristiano adventista del séptimo día ofrece algunas ventajas bastante únicas no compartidas por los miembros de otras iglesias. Influye en cómo interpretamos y aplicamos las Escrituras.

En ningún lugar es esto más evidente que cuando leemos Génesis 1:26 donde Dios dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen». Hay quienes insisten en que la palabra «nuestra» implica que Dios estaba hablando de sí mismo y de los ángeles. Otros dicen que la usó como lo hacen a menudo los reyes y gobernantes humanos al hacer proclamaciones o decretos, como en «el “nosotros” real».

Pero podemos saber, sin lugar a dudas, que cuando Dios dijo «nuestra», se refería a los miembros de la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En otras palabras, la imagen en la que fuimos creados incluye atributos de los tres miembros de la Deidad. Para mí, eso es emocionante. ¡Fui creado para reflejar a la Trinidad y todo el poder y el amor que ofrecen!

Tú y yo fuimos dotados de un tipo especial de consciencia que nos diferencia de todas las otras criaturas formadas para habitar este mundo. Tenemos la capacidad de razonar, de usar la moralidad como guía, de comunicarnos con palabras y símbolos, y de disfrutar de un sentido de propósito. Lo más significativo de todo esto es que somos capaces de entender la verdad, experimentar el amor y apreciar la belleza.

Esos dones nos permiten disfrutar de la vida al máximo y también modelan —sirviendo como representantes de la Trinidad aquí en la tierra— el increíble cuidado y la tierna consideración que el

Cielo tiene por cada ser humano.

Responsablemente

Hay otro aspecto de nuestro linaje divino que muchos pasan por alto. Con esa sólida conexión con nuestras raíces, se nos ha asignado la tarea de «gobernar» o administrar toda la creación de Dios. Es

Nuestra imagen

nuestra responsabilidad cuidar, proteger y nutrir a todas las demás criaturas que deambulan por este mundo, ya sea que esa criatura camine sobre dos patas o más. Esa comprensión debe estar al frente y al centro de la cosmovisión cristiana y ayudar a dar forma a nuestra actitud hacia la humanidad.

De repente, la forma como tratamos a los demás, cómo respondemos a las necesidades que nos rodean, cómo gastamos nuestro tiempo, talento y tesoro, se enfocan claramente. Nuestra tarea principal no es solo disfrutar de un sentido de dignidad y de valor —y aprovechar las oportunidades que se nos presentan—, sino también compartir esas bendiciones con los demás. Como representantes del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, se nos ha dado el privilegio de informar a quienes nos rodean de su conexión innata con el Reino de Dios, para hacerles saber que son mucho más de lo que creen ser.

Alcance de primera

He disfrutado de una larga asociación profesional con la Agencia de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), el esfuerzo principal de nuestra iglesia hacia aquellos cuyas vidas han sido tocadas por la tragedia, los desastres, o la necesidad. No solo he creado programas de radio y anuncios de servicio público para ellos, sino que también colaboro regularmente con su ministerio. Su lema es un reflejo perfecto de la conexión que todos compartimos con la Trinidad. Simplemente afirma que ADRA está «sirviendo a la humanidad para que todos puedan vivir conforme a la voluntad de Dios». Las bendiciones de Dios estaban destinadas a todos y si algunos se encuentran sin ellas por elección o por alguna tragedia, nuestro trabajo como seres humanos es ir a su rescate y ayudarles a restablecer las desaparecidas conexiones. Nuestra responsabilidad, creada por Dios, es ofrecer dignidad, valor y un sinfín de oportunidades para dar lugar a la esperanza y a la salud.

Ese pensamiento hizo eco de las palabras de un ex presidente de ADRA cuando le pregunté: «¿Deberíamos sentirnos culpables cuando nuestras vidas pareciesen estar tan bendecidas mientras que el desastre golpea a otros tan violentamente?» Me respondió de esta manera: «No. Debemos sentir un sentido de responsabilidad para ayudar a los demás cuando y donde podamos».

Eso es exactamente lo que hacen las personas «creadas a imagen de Dios».

ISTOCK.COM/RAPIDEYE

This article is from: