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El nuevo chico
ISTOCK.COM/FSTOP123
El nuevo chico
Por Charles Mills
«Si fueses un chico nuevo en la escuela y no conocieses a nadie, y te sintieras como un extraño, y tal vez tuvieses dificultades para entender lo que decía el maestro porque no hablabas inglés bien, ¿cómo te sentirías?»
«¿Pasó algo emocionante en la escuela?» La mamá preguntó mientras Jerry se sentaba en su silla favorita. «Más o menos», respondió el niño. «Un chico nuevo se sentó a mi lado en la clase de ciencia».
«¿Un chico nuevo?»
«Sí. De algún tipo de un país lejano. Siria o India o África o en algún otro lugar».
Su madre sonrió. «Qué bueno. ¿Qué te dijo?»
«Nada».
«Y tú, ¿qué le dijiste?»
«Nada». Su madre frunció el ceño. «¿No se hablaron?»
Jerry negó con la cabeza. «¿Por qué debería hacerlo? Ni siquiera le conozco. Y él no me conoce. Además, no tenemos nada de qué hablar».
«Hay algo de lo que podían haber hablado», le dijo su mamá.
«¿De qué?»
«¡De ciencia! ¡Ambos estaban en clase de ciencia!»
«Bueno, sí. Pero, no creo que me vaya a llevar con él de todos modos. Se ve extraño». «¿Extraño? ¿Qué quieres decir?» «No sé. Tal vez no sea extraño. Tal vez es simplemente diferente. Su pelo, su piel, sus ojos. Incluso la forma como habla. No sé, diferente».
Su madre se acomodó en el taburete junto a la silla de Jerry. «Déjame hacerte una pregunta».
«A ver».
«Si fueses un chico nuevo en la escuela y no conocieses a nadie, y te sintieras como un extraño,
y tal vez tuvieses dificultades para entender lo que decía el maestro porque no hablabas inglés tan bien, ¿cómo te sentirías?»
Jerry pensó por un largo rato. «Supongo que... ¿me sentiría un poco avergonzado? ¿Un poco perdido?»
«¿Y qué querrías que alguien hiciera; alguien como el estudiante sentado a tu lado?»
«Bueno, tal vez podría decir algo como: “Hola. ¿Cómo estás?”»
Su madre sonrió. «Eso me suena como un buen plan». El niño exclamó asombrado. «Espera un minuto. Sé lo que estás haciendo. Me estás haciendo sentir como que soy el chico nuevo para que pueda averiguar qué debo hacer y decir si me siento al lado de un chico nuevo niño en la clase de ciencia, ¿verdad?»
Su madre asintió. «O en la iglesia, o en la tienda, o en el autobús, o en el juego de pelota. Hay muchos “chicos nuevos” en este mundo y, tienes razón, probablemente se sientan avergonzados y perdidos como tú te sentirías. Cuando alguien dice “hola” o “¿cómo estás?”, no se siente tan solo».
«Ahora me vas a decir que Jesús también quiere que hablemos con extraños, ¿verdad? «¡Extraños en la escuela o la iglesia o sentados a tu lado en el autobús, sí! Jesús dijo algo acerca de cómo debemos tratar a los chicos nuevos en nuestra vida. Leímos el versículo la semana pasada durante el culto matutino. ¿Recuerdas?» Jerry frunció el ceño de nuevo, luego se iluminó. «Espera. Ya recordé. ¿Algo acerca de hacer a los demás lo que queremos que nos hagan a nosotros?»
Su madre sonrió. «¡Estabas prestando atención cuando tu papá leyó ese versículo! ¡Muy bien! Decía: “Así que en todo, haz a los demás lo que quisieras que te hiciesen a ti” Mateo siete, doce. Ese es un versículo muy importante. Si queremos ser tratados de una manera justa, con respeto, y que se nos permita ser quienes somos, tenemos que permitir a los demás ese mismo privilegio». Su madre le miró fijamente. «¿Te imaginas cómo sería este mundo si todos... Me refiero a todos... hiciesen lo que Jesús dijo? ¿Qué pasaría?»
Jerry sonrió. «De algo estoy seguro», declaró. «Habría muchos menos extraños y muchos más amigos».
«Entonces», le dijo su madre, «¿qué vas a hacer la próxima vez que te sientes al lado del chico nuevo?» El niño levantó ligeramente la barbilla. «Voy a decirle: “Hola. ¿Cómo estás? ¿Sabes lo que es una supernova?”»
Su madre asintió. «Eso me suena como un muy buen plan», le dijo con orgullo.