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EDITORIAL
En nuestras manos Faltaban pocos días para que ésta, la segunda edición de Paladar Académico, deje de ser un puñado de intenciones comunicativas apiladas, diseñadas, creadas y recreadas, y pase a convertirse nuevamente en papel. Todos los intentos de mensaje que oficiara de editorial culminaban hechos un bollo arrugado en algún tacho de basura, víctimas de la pedantería que siempre supone la autorreferencia. De repente, en la computadora, un video. Más precisamente “Cómo matar al intermediario”, una exposición de Hernán Casciari, tan racinguista como claro en sus palabras y en su voz, de hace algunos años. Lo que el autor hace, básicamente, es pararse frente a un auditorio y frente a la eternidad para enviarle un mensaje a todo aquel que tenga sueños de periodismo: “Estoy seguro que la industria de la cultura somos los lectores y los autores, nadie más”. Lo dice con la convicción de alguien que tuvo el valor, el talento, los recursos y la suerte de renunciar a sus columnas del diario La Nación en Argentina y El País en España para perseguir sueños propios, fuera de la gran industria que es la comunicación de estos tiempos. Notó Casciari, y le hace notar a todo el que lo quiera ver, que esa industria lo alienaba y estafaba. Renunció a todo eso y convirtió su blog en comunidad; la comunidad en revista; la revista en libros y los libros en la editorial Orsai. Una de las tantas ideas que allí se expresan nos llamó la atención. Una que proponía que fueran los lectores quienes distribuyeran las revistas Orsai y así evitar intermediarios. La propuesta era sencilla: Que los lectores que quisieran y pudieran, compraran de a 10 revistas, las distribuyan en sus barrios y recuperen su inversión. Quizá hasta ganen una diferencia. Se nos ocurrió de inmediato intentar implementar esa idea. Ya llegando al final, todo aquel que escucha está preparado para la emoción pero no para el tamaño de dicha emoción. Particularmente, se nos cruzó por la cabeza que, si Casciari supiera de la existencia de una revista de Racing como la que in-
tentamos ser, por lo menos se sentiría reivindicado. Pero por ahora no sabe y tal vez no sepa nunca, aunque es como si lo hiciera. Como si nos hubiese indicado un camino. “Las decisiones culturales empiezan, de a poco, a estar en nuestras manos. Ya no le hacemos caso a altavoces únicos que nos dicen lo que hay que hacer. Somos nosotros los que comunicamos. Internet llegó para unirnos, para decirnos que se pueden hacer cosas, juntos. Hoy estoy seguro que la industria de la cultura somos los lectores y los autores, nadie más. La otra industria, la que le teme a los cambios, la que intenta hacernos creer que Internet es un lastre, la que rasguña y la que daña, se está muriendo. La vamos a ver morir”, culmina el video. En eso creemos sin titubeos. Intentamos, con más errores que aciertos, ser ese escape. Mientras tanto nosotros, autores y lectores, tenemos una revista en las manos y éstas líneas no hacen más que retrasar la lectura con un mensaje, para algunos, ingenuo.
Staff de Paladar Académico.
aladar cadémico
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Edición mayo de 2015
Padre Mugica: La vida y la muerte, por luchar. Vida y obra del Padre Carlos Mugica, fanático de Racing e ícono de la lucha por los más humildes a pesar de su pertenencia a la iglesia y su posición económica.
Buscando el crecimiento: El análisis más completo del presente futbolístico. Las variantes tácticas, los recursos utilizados, errores y aciertos del equipo de Diego Cocca de cara a lo que se viene.
p. 6 No hablemos de fútbol, con Hugo Lamadrid: Una charla de café con uno de los personajes racinguistas del momento en Twitter. El humorista detrás del jugador de fútbol, la política y los Rolling Stones. p. 25
p. 12
Diego Cocca: “El abrazo con Milito y Saja resume lo que, para mí, es ser técnico”. Entrevista al entrenador campeón del fútbol argentino. Ideas y convicciones de juego, el título obtenido, su forma de vivirlo y la importancia de las emociones a la hora de dirigir.
Santiago Aysine: “Amo vivir de lo que hago, con mis convicciones”. Entrevista exclusiva al cantante de Salta la Banca, días antes de la presentación de su nuevo disco. Su pasión por Racing y su obsesión por la transmisión de un mensaje.
p. 18
p. 31
Staff Hacemos Paladar Académico: Director Propietario: Leandro Daniel Marinovich. Jefe de redacción: Cristhian Flores.
Inferiores, semillero fértil: Los porqué del mejor momento de la cantera de Racing en mucho tiempo. Las consecuencias del trabajo realizado en divisiones inferiores y las nuevas joyas que asomarán a futuro.
Directorio de Redacción: Anabel Villar Lautaro Negri Ramiro Cué Barberena Oscar Ruggiero Columnistas Invitados: Matías Ruffet y Mariano Neira.
Fotografía: Aylén Escamilla - Facundo “Irish” Suarez.
p. 39 JusticiaPorNicolasPacheco: Elevamos la bandera del reclamo de justicia por Nicolás. Una crónica minuciosa, un hecho que está muy claro más allá de lo que se haya hecho o no por esclarecerlo.
p. 44 “Cartas echadas”. Emotiva ficción Racinguista.
Diseño Gráfico: Matías Longarte - Marcos Barragán. Dirección: Ingeniero Huergo 1165 (1871) - Dock SudAvellaneda- Buenos Aires Imprenta: Génesis Talleres Gráficos. Tel.: 5197-1190 Dirección: San Lorenzo 4917- Olivos- Buenos Aires N° de DNDA: En trámite
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CARLOS MUGICA La vida y la muerte, por luchar
Se puede ser amante del fútbol y a su vez del cine, del asado, el helado y el truco. Es posible también, ser un estudioso y tener gran sentido del humor; reír y hacer reír hasta llorar. Es factible ser sacerdote y revolucionario, formar parte de una institución milenaria, pero a la vez ser idealista y luchar por cambiar el presente para gestar un mejor porvenir. Es paradójico, pero hay chances de ser un desquiciado en los tablones y el paravalanchas, y convertirse en asesor espiritual del Equipo de José. Es probable que alguien perteneciente a la aristocracia se acerque a una villa a trabajar, a luchar codo a codo con quienes no tuvieron las mismas posibilidades. Tenía una vida ideal, pero eligió dar la vida por sus ideales. Fue amado, odiado, asesinado y llorado. Se llamó Carlos Mugica y tuvo una vida signada por la pasión, donde Racing fue la primera de ellas. por Anabel Villar 6
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l 7 de octubre de 1930, apenas iniciada la “Década Infame”, nacía en el seno de una familia conservadora, católica y de clase alta, Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe, el tercero de siete hermanos. Su madre fue quien inculcó la fe cristiana en el hogar. Su padre, Adolfo Mugica, fanático de Racing, era político y, cuando se perfilaba como candidato a Presidente, irrumpió en la escena política Juan Domingo Perón, quien ganó dos elecciones consecutivas con un notorio apoyo popular. Tanto por diferencias ideológicas como por dicha situación, nació un ferviente rechazo al peronismo en la familia de Barrio Norte.
Carlos era un deportista y estudioso alto, de buen porte, rubio. Había heredado de su padre la pasión por Racing y solía utilizar 50 centavos del peso que este le daba semanalmente para pagar la entrada e ir con Nico, el hijo de la cocinera, a ver a La Academia. Su casa, ubicada en Arroyo al 800, era cercana a la Iglesia del Socorro, donde la familia concurría frecuentemente. En aquel entonces no había descubierto su vocación sacerdotal, pero años más tarde diría que, en su infancia “Era un muchacho piadoso y, a mi manera, feliz. (...) me acuerdo que un día charlando con mi confesor, le dije: ‘Padre, hoy me siento un tipo feliz: primero, porque hay una chica que creo me lleva el apunte; segundo, porque Fangio acaba de ser campeón mundial y tercero, porque Racing va primero’. Esa era toda mi problemática en aquella época. Pienso que mi vida se hubiera derrumbado si Fangio volcaba con el coche o Racing perdía dos a cero. El padre Aguirre se sonrió y me dijo: ‘Mirá, yo creo que la felicidad depende de cosas más profundas…’; después lo descubrí”.
El Padre Aguirre abrió una pequeña brecha en la vida homogénea y carente de conflictos que poseía el egresado del Nacional Buenos Aires. A sus 20 años, cuando ya cursaba se-
gundo año de Derecho, Aguirre lo invitó a viajar a Roma con un grupo de sacerdotes por la celebración del Año Santo; de allí el joven volvió con la idea de ingresar al seminario. La familia solía cenar a las 21.15, cinco minutos antes llegó el padre y Carlos lo retuvo en la puerta. —“Papá, necesito hablar con vos urgente”—, le dijo. El padre sacó un reloj de bolsillo y señaló que era la hora de cenar, pero el joven insistió hasta decirle que había decidido ser sacerdote. -“No estoy para jodas”. Le respondió Adolfo, cortante. Más tarde le planteó:”-¿Cómo vas a ser sacerdote? Si te gusta tanto el fútbol, el cine, todo...-”. -“Si papá, estoy totalmente de acuerdo, todo eso me gusta pero Dios me llama-”. -“Que Dios te bendiga”-, sentenció el padre. Carlos ingresó con 21 años al seminario de Villa Devoto. Allí comprendió que los sacerdotes están llamados a una vida austera y abierta al día a día de los humildes. En el seminario no solo vivía, rezaba y estudiaba tanto filosofía como teología, sino que también tenía —los jueves por la tarde— su espacio de recreación junto a otros seminaristas. Muchos de ellos invertían ese tiempo en jugar al fútbol. Domingo Bresci, quien compartió aquel período con él y años después también integró el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo (MSTM), recuerda que “Se destacaba por ser peleador, atropellado, bravo. Era atacante y le gustaba meter el cuerpo. Lo apodábamos ‘bestia’ porque jugaba como tal. Con el transcurso del tiempo vimos que ese apodo era su modalidad de vida; era un bestia para jugar, para estudiar y para rezar. Se metía a fondo en todo. Era un hombre con espíritu de entrega total”, afirma. 7
INICIO EN LAS VILLAS Aún como seminarista, comenzó a colaborar pastoralmente con el Padre Iriarte, de la Parroquia Santa Rosa de Lima, en las misiones realizadas en los conventillos. La particularidad de Iriarte era que no esperaba que los vecinos se acerquen a la Parroquia, sino que iba a buscarlos. Juntos, hablaban con la gente y comprendían que había muchas necesidades, además de evangelizar a los humildes. Corría septiembre de 1955 cuando Onganía derrocó el gobierno de Perón. Mugica celebró aquel golpe cívico-militar que, años más tarde, definió como “el júbilo orgiástico de la oligarquía por la caída de Perón”. Este contexto desencadenó en un momento que constituyó el punto de inflexión en su vida, el cual describió alguna vez: “Tenía que atravesar un callejón medio a oscuras y de pronto (…) vi escrito con tiza y en letras bien grandes: ‘Sin Perón, no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos’. (...) Sin embargo, lo que vi escrito fue un golpe: esa noche fue el otro momento decisivo en mi vida. En la casa encontré a la gente aplastada, con una gran tristeza. Yo era un miembro de la Iglesia y ellos atribuían a la Iglesia parte de la responsabilidad de la caída de Perón. Me sentí bastante incómodo, aunque no me dijeron nada. Cuando salí a la calle aspiré en el barrio la tristeza. La gente humilde estaba de duelo por la caída de Perón. Y si ellos estaban de duelo, entonces yo estaba descolocado: yo estaba en la vereda de enfrente (...) Ahora la gente pobre estaba de duelo y debía pensar en el significado de esa tristeza. Cuando volvía a casa, a mi mundo que en esos momentos estaba paladeando la victoria, sentí que algo de ese mundo se había derrumbado, pero me gustó”. Continuó su labor social, sabía que esa era la veta a la que quería dedicarse. El 20 de diciembre de 1959 se ordenó como sacerdote, y al día siguiente rechazó la posibilidad de ser Secretario personal del Cardenal Caggiano. Domingo Bresci sostiene que “Tenía todo a mano: tenía plata, posibilidades de ser funcionario y, cuando fue cura, podía ser obispo a corto plazo pero no se aprovechó de esa situación privilegiada”. 8
Por cuestiones de cercanía, el —ahora sí— Padre Mugica comenzó a visitar el Barrio Comunicaciones, más conocido como la Villa 31 ubicada en Retiro. Allí construyó la Capilla Cristo Obrero e inició su trabajo por y para los más desposeídos. Los vecinos sabían que era de clase alta, pero no les importó porque dedicaba la totalidad de su tiempo a ayudarlos. Era desordenado, pero hacía todo. Si alguien se le acercaba a demostrarle su apoyo, él le encontraba rápidamente una ocupación; por ejemplo, si quien se arrimaba era una chica joven, le pedía que brindara apoyo escolar a los niños. También conocía actores, como Norman Briski, y los llevaba a la villa a hacer obras o talleres de teatro para juntar fondos y comprar elementos necesarios para el barrio. Si hablaba con un empresario que tenía puestos de trabajo disponibles, caminaba por los pasillos con su megáfono, anunciando que habían tantas vacantes para trabajar en determinado lugar. Su origen le permitía relacionarse con la burguesía, pero su corazón lo unía a los pobres. El tiempo que no pasaba en la villa, transcuría haciendo cosas por ella. Sus días eran una militancia permanente, se encargaba de cuestiones sociales y políticas, daba entrevistas, escribía, se reunía con vecinos, daba clases y celebraba misa. Quienes lo conocieron lo definían como un “apasionado por la vida”. Vivía de forma austera, sin lujos. Pese a su trabajo territorial continuaba en el hogar de sus padres, pero su habitación era —por decisión propia— el altillo. Sostenía que no podía mudarse a la villa (si bien en ocasiones dormía allí) como lo hacían otros sacerdotes, y los vecinos respetaban esa decisión y su sinceridad. Sus amigos recuerdan que, algunos domingos, solía conseguir un micro o exceder la capacidad de su auto junto al de quien lo acompañe, para llevar a los chicos del Barrio a la casa quinta que su familia tenía en Guernica, donde comían y se divertían. Ricardo Capelli, su gran amigo, recuerda aquellos momentos donde iban a la pileta de la casa y jugaban al fútbol: “No sabía perder. Cuando jugábamos partidos con la gente de la villa, si perdía miraba la hora y decía ‘che, se hizo tarde, pero mañana lo seguimos eh’. Si iba ganando cortaba el partido ahí”. 9
SU CONCEPCIÓN DEL FÚTBOL “Yo soy hincha fanático de Racing, me gustaba mucho ir a la cancha. Iba a la popular con Nico, el hijo de la cocinera. En la cancha y durante el viaje, Nico y yo compartíamos las mismas cosas; además éramos iguales, bueno… éramos todos iguales: era la alegría simple del pueblo y nosotros estábamos allí. El mundo de la burguesía, en cambio, es el mundo de las diferencias; está la puerta de servicio y la entrada de la gente; una comida para el personal y una comida para los patrones. Con el fútbol me agarraba unas ronqueras bárbaras, pero, además tenía problemas de conciencia. Yo era muy piadoso… y en mis oraciones le pedía siempre a Dios que ganara Racing el domingo, mi hermano Alejandro era de River, y él le pedía a Dios que ganara River. Yo pensaba ‘ahora no sé cómo se va arreglar Dios, y bueno, entonces habrá empate’.” El ya mencionado Ricardo Capelli, hincha de San Lorenzo, tiene presente su pasión por La Academia: “He conocido hinchas de Racing, pero Carlitos era un loco. Viajaba con la hinchada, gozaba mucho los triunfos y sufría mucho las derrotas. Era un cago de risa que sea asesor espiritual de Racing, porque jamás podría ser un tipo para calmar. Era bravo, para jugar al fútbol era una bestia; un hijo de puta, mulero como el solo. Una vez me sobraba una entrada para la platea de San Lorenzo, jugábamos contra Racing y le pedí que me acompañe. Vino y le dije ‘no te hagas el boludo porque la ligamos eh’. Me dijo ‘¿Qué te pensás? ¿Que soy boludo?’. A los 15’ hace gol Racing. No solo lo gritó como loco, sino que se dio vuelta a gritarle a los plateístas. No nos pasó nada porque la gente lo conocía y lo quería”. Otro recuerdo, en este caso por parte de Bresci, es que Carlos llevó al plantel de Racing a jugar al Seminario. El sacerdote recuerda cómo se distinguía el “Loco” Corbatta, a quien Mugica enseñó a leer y escribir.
UN SACERDOTE QUE NO SOLO REZABA Entre sus actividades, daba clases en la Universidad de El Salvador, era asesor en las Facultades de Economía y Medicina de la UBA 10
(donde tuvo un choque con Martínez de Hoz), y de la Acción Católica en el Colegio Nacional Buenos Aires, donde entabló una relación con Mario Firmenich, Fernando Abal Medina y Carlos Ramus. Los mencionados integraban la Juventud Estudiantil Católica, y viajaron en 1966 junto a Mugica y otros misioneros, a Santa Fe en el marco de los campamentos solidarios de la Acción Misionera Argentina. Allí observaron la explotación sufrida por los hacheros, entre otros padecimientos populares que consideraron debían combatir de raíz. Es a partir de esto que nace la organización Montoneros, con la que en un principio Carlos estuvo de acuerdo sosteniendo que “La alternativa es límite. Pablo II condena la revolución violenta, a no ser en caso de tiranía evidente y prolongada que ponga en juego el bien de las personas y la comunidad”. Más tarde se alejaría del grupo por disidencias como lucha armada, argumentando: “soy capaz de morir, pero no de matar”. En octubre de 1967 viajó a Europa, donde visitó a Perón —quien se encontraba exiliado en España—, concurrió a la final del Mundo entre Racing y el Celtic y presenció el Mayo Francés. Luego de once meses y de adherirse al MSTM, retornó a la Argentina. Aquí los religiosos estaban organizados y el 20 de diciembre se pararon frente a la Casa Rosada para entregar un petitorio al presidente de facto donde se oponían al plan de erradicación de las villas miseria, donde las tiraban, metían a la gente en camiones y los arrojaban en terrenos vacíos de la provincia. Con el retorno democrático, fue asesor de villas —no rentado— del Ministerio de Desarrollo Social que estaba a cargo de José López Rega, quien pretendía llevar a cabo un programa de viviendas en las villas, pero con una concesión privada. En contraposición, los sacerdotes que trabajaban en las villas querían hacer un programa donde cada vecino construya su propia casa, buscando la organización popular y la dignidad de ganar lo propio. Mugica renunció al cargo por estas —entre otras— discrepancias y argumentó que “no hay comunicación entre el Ministerio y los villeros”.
Durante mucho tiempo, el sacerdote fue víctima de múltiples amenazas y recurrió a autoridades eclesiásticas para saber si contaba con protección institucional. La respuesta fue que rezarían por él. El 11 de mayo de 1974 celebró misa en la Iglesia San Francisco Solano de Villa Luro, actividad que realizaba los sábados. Su amigo Ricardo Capelli, junto a una amiga de ambos, fueron a buscarlo para luego ir juntos a un asado en la casa de un muchacho de la villa. Salieron a las 19.40 bajo la lluvia, dispuestos a subir al Renault 4-L de Mugica. Capelli iba por otra acera, cuando pudo divisar que Eduardo Almirón (integrante de la Triple A, vinculado a López Rega) disparando sin compasión sobre Mugica con una ametralladora. Al instante recibió él otros 5 disparos. Ambos fueron socorridos por su amiga y gente que se acercó, y al cabo de unos minutos llegaron al Hospital Salaberry y fueron atendidos por el Dr. Marcelo Larcade. Mugica recibió 14 disparos, sin embargo -con plena conciencia- insistió al médico para que atienda antes a su amigo, dejando de lado su estado crítico. El médico obedeció, y cuando procedió a operarlo, alrededor del quirófano habían más
de 200 personas, mayormente eran matones que esperaban la confirmación de la muerte del religioso. Obtuvieron lo que buscaban, Mugica ya no los “molestaría” ante la imposibilidad de sobrevivir a tanta pérdida de sangre permanente. El hecho tuvo repercusiones a nivel mundial. Algunos festejaron la enorme pérdida, pero el pueblo, sus queridos vecinos de la Villa de Retiro, lo lloraron y extrañaron. Tras 25 años en el cementerio de Recoleta, el mártir de los pobres descansa en la paz de aquella Parroquia Cristo Obrero que erigió en la Villa 31, donde sus oraciones rezaban que: “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición”. Donde se entregó en cuerpo y alma por sus ideales, porque llevó a la práctica, hasta su último respiro, su convicción católica, humana y militante. Siempre fiel a aquella propia afirmación de “el que no es idealista es un cadáver viviente”.
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NO HABLEMOS DE FÚTBOL
“En twitter trato de darle a todos, pero sabiendo que yo ya me cargué antes” El Flaco Lamadrid se sienta en un café y habla de todo menos de fútbol. Su personaje en la red social del pajarito, por qué empezó a hacer un curso de stand up, su fanatismo por los Stones, la política racinguista y nacional y su vida personal forman parte de esta charla que lejos estuvo de tener como eje central a la pelota.
H
ugo Lamadrid se dio el gran lujo de jugar en el Racing de fines de los ’80 que dirigía Alfio Basile. El Flaco, que fue defensor central en Inferiores, debutó como “9” y terminó siendo “5”, siempre tuvo bien en claro cuál era su característica: “Pegar patadas”. Hoy es un tuitstar, luego de que se hiciera conocido en la red del pajarito por aquel famoso tuit en contra de Mauro Icardi. “Volvería al fútbol sólo para romperle las dos piernas a Icardi”, publicó en contra del delantero del Inter. Sin embargo, lejos está de salir con los tapones de punta a quien se le cruce. El Flaco se ríe de sí mismo, su mujer y su suegra, y hasta publica recetas que aprendió de cuando se puso al hombro una panadería.
por LEANDRO MARINOVICH
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UN PERSONAJE EN TWITTER Te convertiste en un tuitstar. ¿Cómo llegaste a eso? Yo abro la cuenta de Twitter en el 2009 y no le enganchaba la mano. Era muy del Facebook y esto tiene otra estructura. Por eso mucha importancia no le daba, hasta que un día vi que la Xipolitakis tenía una cuenta. Ahí me dije: “No puede ser que ella sepa usarlo y yo no”. Le pedí a mi hija que me enseñara más o menos cómo era la mano y ella lo hizo. Ahí enganché. Ser exjugador te ayudó mucho… Lógicamente. Me empezaron a seguir los hinchas de Racing y yo trataba de contestarles a todos, había un ida y vuelta. Eso, en algunas personas, generaba sorpresas, se asombraban porque yo les contestaba. Los más jóvenes me preguntaban cómo era en mi época de futbolista y yo, al reirme de mí mismo, les respondía que era de pegar patadas, lo cual hizo que muchas personas de otros equipos se enganchasen y me siguieran. Pero el año del descenso de Independiente fue donde explotó, los vivía gastando. ¿Muchas puteadas recibías?
que yo ya me cargué antes. Así, si uno me quiere descalificar, yo le digo que ya lo sé, que ya me había cargado antes. ¿Te reconocen más ahora? Quizás el de otro equipo te puede llegar a reconocer si es contemporáneo a vos. Si es pibe, no, olvídate. Te puede ver en una foto, pero en la calle no te conocen. Sí sé de chicos que entran a Youtube para ver “mis goles”. Yo me río y les contesto: “Buscá mi patadas porque gol vas a encontrar uno solo”. ¿Qué tan parecidas son tu mujer y tu suegra a las que describís por Twitter? Yo exagero… un 3%. Mi suegra es un personaje. Estamos en la mesa con mi esposa y yo me pongo con el celular para ver si puedo tuitear lo que va diciendo. Mi mujer me reta. Hay almuerzos que son gloriosos, la casa de mi suegra genera material constante. Y, encima, ahora sos habitué de Arroban, el programa por internet de los tuiteros. ¿Cómo la pasás ahí? Es increíble cómo estos tipos saben de fútbol, una barbaridad. Diego Ripoll lo lleva bárba-
Había y hay muy pocas. Es más, los bloqueados que tengo son escasos. Si me insultan, yo bloqueo; pero si me buscan la vuelta para gastarme, no, me la banco. Ahí empiezo a notar que había mucha buena onda con la gente. Hasta hinchas de Central y de Unión me invitaban a comer. Una locura. Y con el tuit sobre Icardi se multiplicó todo… Explotó. No porque lo haya escrito yo, sino porque lo retuiteó Juan Pablo Varsky, tipo seis de la tarde. Yo tenía la mano enyesada y estaba llevando a mi mujer a la guardia porque no podía respirar. Iba manejando con una mano y escuchaba que el teléfono no paraba de sonar de la cantidad de notificaciones que llegaban. Me mandaron links de revistas de Italia, de todos lados. Ahí es donde me doy cuenta para qué debía usar el Twitter, para la joda. Por eso empecé con el doble sentido, las gastadas a mi mujer y mi suegra, a los comentaristas del Fútbol Para Todos. Trato de darle a todos, pero sabiendo 13
ro, porque el programa es en vivo. La otra vez pensaba si podría llevarse a la TV, pero no creo, porque tiene una visual específica, estamos tomando cerveza, podemos insultar y es para un público en particular. Hay gente que está esperando el programa, es muy divertido. Los invitados que van son para sacar provecho.
un disco. Había que ir a la disquería, encargarlo, esperar a que llegue, abrir el empaquetado. Cada vez que cobrábamos los sueldos en Racing, que no era muy frecuente, me iba a una disquería de Lanús a comprarme muchos vinilos. Tengo casi todos de los discos de los Stones y de Led Zeppelin en vinilo.
ARRIBA DEL ESCENARIO
¿Cómo fue la primera vez que los viste en vivo?
Ahora estás haciendo un curso de stand up. ¿Cómo se te ocurrió? Me lo propusieron muchos desde Twitter, me decían que tenía facilidad para tratar los temas. A mí me gusta el género, así que averigüé. Fui a un par de presentaciones de stand up y me contacté con Pablo Molinari, uno de los tantos que lo hacen, y me anoté. Ya hace dos meses y medio que arranqué. Por suerte, me está yendo bien. Tengo muchos temas para tratar cuando deba presentarme, aunque todavía no empecé con el fútbol ni con mi suegra. ¿Vas por la vida viendo qué podes sacar para llevarlo al stand up? Totalmente. La vida diaria es una fuente constante de temas, pasa que, como uno está metido en sus problemas, no se da cuenta de lo que lo rodea. Cuando veo algo interesante, lo anoto. En general, soy un tipo que tiene buen poder de observación. Yo jugué de “5”, una posición que desarrolla más una visión periférica. ¿Cómo te ves arriba del escenario? Bien, ya he tenido la experiencia de hablar frente al público en mi época dentro de la política de Racing. Me siento cómodo, nunca salgo forzado. No es un miedo el estar ante la gente. Después veremos si mi capacidad teatral da para esto. UN FANÁTICO STONE ¿Cuándo surge tu fanatismo por los Rolling Stones? Yo tenía 11 años cuando me regalan mi primer disco, que en realidad era un vinilo, de ellos. En un lado tenía “Miss you”; y en el otro, “Ojos lejanos”. En aquel momento, era todo un ritual tener 14
Hasta que llegaron acá, en 1995, los estuve esperando 20 años. Iba a sorprenderme con lo que iba a ver, algo que hoy no pasa porque, con Youtube, vos ya podés enterarte de todo. ¿Y tus hijos siguieron tu legado? A Axel, de 20 años, lo llevé a ver a los Stones cuando tenía meses. En 2006, se sumó Melany, que tiene 18. Morena, la más chica, de seis años, me pide por favor para ir a verlos. Ojo, también tuvimos unos años de cumbia muy complicados, ya que los grupos de pertenencia te marcan un montón. Ahora se calmó, pero evidentemente algo hice mal. Si bien hay videos que me muestran tocándoles la guitarra eléctrica, algo falló. ¿Todavía te siguen poniendo la música cuando te vas a bailar? No, porque saben que me jode. En los espacios comunes, no. En las piezas de ellos que hagan lo que quieran. En ese sentido soy muy poco tolerante. No entiendo cómo les puede gustar. Seguramente se trata de un planteamiento de viejo choto. Mi señora me dice: “Bueno, pero se divierten, respetalos”. Yo los respeto, pero no entiendo cómo les agrada. Soy intolerante en ese sentido.
Entonces, nada de otros géneros musicales… Escucho tango o música clásica. Me gusta lo bien hecho.
y cuando Grondona declaró que quería la democracia en Racing. Nosotros le pedíamos que lo dijera desde el momento que comenzamos con las protestas en la AFA, algo que lo incomoda mucho.
Hablabas de tocar la guitarra eléctrica… ¿cuál es tu relación con la música en ese sentido? Yo tuve una banda cuando tenía 16 años. Jugaba en inferiores y me iba a tocar la noche antes de los partidos, hasta que mi viejo dijo basta. Por cuestión de las redes sociales, me encontré con un viejo amigo que componía esa banda. Charlamos y quedamos en volver a juntarnos. Volví a sacar la guitarra para practicar. La otra vez estuve con Juanchi, de Los Pericos, y me invitó a tocar en una banda alternativa que tiene, “The Oligarcs”. Así que en julio vamos a ver…
¿Qué clases de enemigos te dejó? Los no declarados, los que te saludan, todo bien, pero que después hablan mal de vos o te voltean un proyecto. Después uno se entera porque tiene amigos en todos lados. Después, el que te rebotó el proyecto se pelea con uno o con otro y te llama, y te dice que en realidad no fue así, que fue esto o aquello. Por eso no estoy adentro, porque tengo un par de personas que no me quieren, aunque tengo buena relación con Blanco, Amoroso, casi todos. Igualmente, creo que mi participación en la política propiamente dicha está terminada. ¿Y en otro aspecto?
LA POLÍTICA DEL CLUB Y EL PAÍS ¿Qué te dejó la política de Racing? La política te deja mucho reconocimiento, pero así mismo muchos enemigos. Racing es un club muy político. Yo arranqué en la lucha contra Blanquiceleste y ahí empecé a ver lo que pasaba. Era muy difícil de explicarle a la gente por qué no debería seguir una conducción que recién los había sacado campeona después de 35 años. Aparecieron palabras nuevas, como órgano fiduciario. Se hacía todo muy complicado. Blanquiceleste se fue de Racing por el pésimo presente futbolístico
Sí me gustaría trabajar con juveniles para que se recupere la identidad del club; o en las relaciones institucionales, como el reconocimiento a las viejas glorias. Hasta le he puesto el teléfono a Molina para que hable sobre un posible partido de despedida con Rubén Paz y nunca se hizo. También presenté una idea para que cada puerta tenga el nombre de un jugador símbolo. Peleamos cinco años por una plaqueta para la familia de Mariano Venier, el joven fallecido en una protesta contra Blanquiceleste en las puertas de la AFA. ¡Nos llegaron a decir que no había plata en el club para una plaqueta! 15
¿Y cómo lo ves ahora? Con Blanco tengo más diálogo. El torneo pasado, cuando Racing no andaba bien y yo veía que se podían hacer algunas cosas desde lo humano, me pidió que acompañara al plantel. Lo que veo en la política de Racing es que hay más personas involucradas. En cuanto a lo nacional, ¿qué opinión tenés del país? Soy crítico de algunas cuestiones, pero así como estoy en contra, también estoy muy a favor de otras. Yo voy a votar la continuidad de este Gobierno. Todavía no entiendo cómo muchas personas votan “en contra de” en vez de “a favor de”. No comprendo cómo no se elige a favor de proyectos y sí en contra. Miro, escucho, trato de analizar los discursos de las otras fuerzas y los noto muy vacíos. Arranco la mañana con TN y a la noche varío entre 6-7-8, Duro de Domar y otros programas. Es un ejercicio bárbaro porque te das cuenta lo que es una operación política, cómo una noticia es repetida 17 veces. Creo que lo mejor de este Gobierno fue que nos dejó la capacidad de saber lo que es un grupo económico. Antes del 2001 no lo sabíamos. La otra vez escuché un spot que mostraba “garantías para alquilar”. ¡Yo me quiero comprar la casa! Alquilar beneficia a quienes tienen las propiedades, no a mí que quiero tener mi casa. ¿Y qué ves mal? La inseguridad es un tema a combatir. No creo que haya uno de nosotros —o algún conocido—
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que no lo haya vivido. A mí me robaron dos veces. También se han dado otros factores, como el narcotráfico, que son muy difíciles de luchar. LA VIDA DE TODOS LOS DÍAS ¿Cómo es un día normal de Hugo Lamadrid? Me levanto a las seis de la mañana, llevo a Morena al jardín. Después llevo a mi mujer al trabajo y voy a mi laburo, en donde manejo la parte comercial de la empresa de catering de un amigo, llamada “Milagritos”. También tengo otro amigo hincha de Racing, con quien estamos cerrando un proyecto para manejar un complejo deportivo en Villa Ballester. Además, formo parte del Registro de Menores Extraviados. Por otro lado, tengo lo otro que me hace sentir bien: el curso y averiguar sobre lo que pasa en Racing, el día a día. Dejaste el fútbol en 1999, en Douglas Haig, cuando no había súper-contratos… ¿qué laburos hiciste después? Me retiré en Douglas cuando el club me debía $65 mil. No estaba bien. Cuando dejé, tenía dos opciones: seguir con el fútbol, ya que soy DT, o emprender un comercio. Entonces puse una panadería con mi cuñado, la tuvimos mucho tiempo. Con el lío de 2001, comencé a elaborar muchos productos para no subir tanto los precios. Aprendí mucho. Luego, integré el grupo HSBC. Después, volví a retomar la panadería, que la tenía alquilada, porque estaba de capa
caída. Nuevamente volví a alquilarla al tiempo, y ahora estoy con lo que mencioné anteriormente. Entre todo eso, estaba el quilombo de Racing que frenaba algunos proyectos, como retomar la carrera de entrenador, ya que había dirigido a Douglas en la pésima época del país. ¿Cómo no involucrarse con los chicos extraviados vos que sabés bien cómo es el tema en su profundidad? Este Registro se creo por ley en el año 2009, yo ingrese en el 2009. Recorrimos todo el país para fortalecer una red de comunicación, lo fundamental en esta situación. Si se perdió un chico en Chubut y aparece en Tucumán, uno debe tener el contacto con estas dos provincias. El trabajo será más eficiente si ambos sitios tienen un nexo con este registro si es que no lo tienen entre ellos. Tenemos estadísticas propias que nos indican que no todo caso de extravío de un niño, niña o adolescente es un caso de trata de personas. El año pasado recibimos alrededor de cinco mil denuncias; de esos casos, cerca de un 80% son adolescentes de entre 12 y 18 años y la gran mayoria se van de sus hogares por maltratos intrafamiliares. Nosotros sabemos que el principal problema es el trato que recibe en niño en su familia. Tenemos un país muy extenso, donde cada región tiene su problemática particular. Lo positivo dentro de lo sensible de esta problematica, es que la mayor cantidad de los casos de extravíos se resuelven, aunque siempre es noticia el chico que se pierde y no todos los que vuelven a sus hogares.
10 CORTITAS 1) El mejor viaje: La gira que hicimos con Racing a Corea, Italia y Francia. También hicimos una a Zimbabwe muy linda. 2) El mejor día: En lo familiar, el nacimiento de mi primer hijo. En lo futbolístico, el día del debut. 3) El peor día: Cuando me rompo, días antes de saber que Bilardo iba a llamarme a la Selección. 4) Un lugar: Ushuaia. 5) Una comida: Asado. 6) Un sueño: Tener la posibilidad de trabajar con los juveniles de Racing y de recuperar la idiosincrasia racinguista. 7) Un arrepentimiento: El no haber tenido un representante en la época que yo jugaba. 8I Una película: Scarface. 9) Un disco: Exile on Main St. 10) Una persona más allá de tu familia: El Coco Basile.
LA PREGUNTA DE FÚTBOL ¿Qué es Racing para vos? Racing es el colectivo 24 que me llevaba de Domínico hasta el Hospital Fiorito. Es llegar, saludar a Tita, entrenar con un montón de pibes alrededor de muchas carencias. Es la pensión, en donde vivían muchos amigos del fútbol y en donde iba todas las tardes. Es el debut en Primera. Es haber estado con muchos grandes jugadores, como Rubén Paz, Julio Olarticoechea, el Coco Basile. Es que alguien te reconozca por algo como la lucha contra Blanquiceleste. Es todo eso. 17
SANTI AYSINE
“Amo vivir de lo que hago con mis convicciones” En la comodidad de un sillón y en el calor de una charla que ya supera la hora y media. En esa batalla que parece librar a cada instante con las palabras y con los gestos, con su mente y con sus manos, Santiago Aysine entiende. Como seguramente lo hizo tantas otras veces, entiende, pero ahora lo grita: Salta la Banca tiene éxito porque en algún momento le llegó a alguien o a muchos. Lo que no dimensiona es que él llega con cada frase y con cada gesto; con el fervor y la insistencia del mejor equipo de su admirado Marcelo Bielsa; con la pasión que transpira Diego Milito y la nobleza del Racing de Diego Cocca. ¡Eureka! Ese racimo de ideas y de sentimientos se hizo vino y se hizo entrevista. por CRISTHIAN FLORES fotografía “IRISH” SUAREZ 18
N
o fuimos esa noche del último jueves de abril a buscar al cantante de Salta la Banca, una de las bandas de mayor crecimiento en la escena del rock nacional en los últimos años. No fuimos, tampoco, a indagar sobre ese hecho ocurrido el 30 de diciembre de 2004 que lo marcó para siempre. Fuimos a encontrar a ese Santiago Aysine que no se contiene cuando hay que hablar de su enorme pasión por Racing, a ese que se emociona cuando habla de los valores que su banda intenta promover. Con el último disco de SLB como telón de fondo, comenzamos desde sus mandamientos más profundos: El barrio.
Salta la Banca y es el máximo responsable de mi enfermedad por Racing, eso es suficiente. ¿Te llevó a la cancha él, la primera vez? Sí, él me llevó a ver a Racing en cancha de Vélez en el 92 y después nunca más. Después volví a ir el Racing-Estudiantes en el que hace el gol Bossio, que creo que signó mi adolescencia futbolera. Quiero decir algo: Vi los 3 peores partidos de la historia de Racing. Ese es uno; el del gol “Pipino” Cuevas que rankea en lo más alto hasta la muerte y el 4-3 con San Lorenzo en el que íbamos ganando 3-0 y lo dan vuelta, impresionante.
¿Cómo fue tu infancia en Villa Raffo? Re difícil. En alguna de las canciones está bastante impresa la sucesión de una infancia súper heavy en relación a que había muchos problemas en casa, y lo mismo en la de mis amigos. Cuando los veo, siempre terminamos hablando de cómo hemos logrado desarrollar una integridad y superar adversidades, porque la pasábamos muy mal. Pero es como dice la canción “Fuimos”, éramos felices con cosas muy sencillas: No teníamos la mejor pelota del mundo y nos hacíamos de cualquier cosa para jugar. Inventábamos juegos para lograr omitir ese estado de las cosas. Creo que crecí en el lugar indicado, entendiendo las adversidades y en un contexto que fue permeable a esas cosas sin serle consecuentes. Quien repasa las letras de Salta la Banca encuentra historias de esos amigos, siempre hay referencias a tu mamá, a tus hermanos, pero nunca a tu papá. ¿Cómo es esa relación? Pasa que mi viejo no vivió con nosotros, aunque lo veíamos religiosamente. Tengo una relación distinta con él, que desarrollé ya de grande. Cuando era chico no nos entendíamos y no teníamos la mejor relación por eso. Cuando fui más grande y le dije que quería cantar él pensaba que era ridículo y llegamos a una discusión muy fuerte al punto de tener que decirle “Esto lo voy a hacer porque es mi sueño”. Años después hicimos tres Teatro Vorterix y él subió una foto y puso “Disculpame por no creer en vos, te amo y te admiro”. Ese día lloré mucho. A partir de ahí cambió, incluso él viene muchísimo a ver a
Además de esos partidos viviste la parte de la quiebra, el gerenciamiento… Por suerte tenía 14 años y no era del todo consciente. Yo sabía que estaba pasando algo grave, pero para mis 14 años y para el amor que sentía era realmente imposible que Racing dejara de existir. Nunca fue una posibilidad para mí. Lamentablemente no tenía quién me llevara a las marchas porque mis viejos fueron muy rigurosos con algunas cosas y no me dejaban ir sólo (como tampoco me dejaban ir a ver a Los Redondos). Pero sí estuve presente. Me acuerdo del equipo, de lo posterior que también fue desastroso, pero yo estaba desesperado por ir a la Sede. Yo no me lo voy a olvidar nunca porque toda mi infancia me tuvieron para el cachetazo, nos hacían goles tipos que no le hacían goles a nadie. Pero eso era Racing, por suerte ahora cambió. ¿Te sacaste toda la bronca de esa infancia con el descenso de Independiente? Sí, lo re disfruté, pero de cualquier manera me preocupa que vacíen a los clubes, que los hagan mierda, porque los clubes son de la gente. Y me pasó que vi mucha gente no escarmentar. Gente hablando de la historia cuando siempre nos gastaron por hablar de la historia. Dejen de hablar, vayan a buscar al presidente, a Comparada, como hicimos nosotros con el gerenciamiento. Ellos tardaron en hacer eso, como tardó River. Nos volvieron locos por hablar de la historia, que Racing era enorme de verdad, hacen lo mismo y ahora nos va bien a nosotros. Ahora cambió, Cocca logró eso. 19
Justamente, en Twitter, una vez pusiste que querés más a Cocca que al mismo Mostaza, ¿por qué? Yo a Cocca lo amo. Soy Bielsista, creo en la nobleza de los recursos, y me parece que este equipo jugó mejor, que supo superar las adversidades, que dio vuelta un partido en la Bombonera con treinta minutos, eso no pasó nunca. El mismo tipo convirtió en goleador a un jugador que puteó medio país antes de llegar y generó un funcionamiento que hizo que Racing nunca merezca perder desde que llegó. Además, la manera en el que lo viví, y Milito… ¿Qué es Milito dentro de todo eso? Para mí, Diego es Racing. Del año 70 para acá no pasó nada más grande que él. Un tipo que puso a Racing en el lugar que merece, un tipo que hace que hoy Corinthians debe estar pensando que tal vez se cruza a Racing y a Milito. Para mí los Milito, los Romagnoli, los Cavenaghi, son importantísimos. Diego nos puso en una Libertadores en la que Racing va a ser protagonista, hizo funcionar bien a un jugador como Bou, y hoy Gustavo es otro jugador gracias a Diego. Yo lo amo, me voy a tatuar el 22 y merece una canción que sé que la voy a hacer, pero ahora estuve a full con ¡Eureka!
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Su devoción (y la de quién escribe) por Marcelo Bielsa nos abre las puertas para hablar de formas de encarar la tarea, de valores y convicciones. Pero, sobre todo, permite conocer el espíritu de fondo de Salta la Banca, el proyecto al que le entrega su vida. Antes hablabas de tu Bielsismo ¿Qué es Bielsa para vos? Yo no sé de otra persona que llegue a un club como Bielsa y pretenda hacerse cargo de todas las divisiones y de todo lo que es extra futbolístico. Eso habla de un compromiso, del compromiso de una persona por cambiar un club y no sólo a una primera división. Además, su amor por el deporte, un tipo que quiere ganar permanentemente, pero jugando bien. A mí me gusta que el equipo juegue bien, que el tipo que lo está viendo de afuera se divierta, y Bielsa es eso: El amor por el deporte, por buscar todos los recursos para poder ganar y preocuparte por la nobleza de esos recursos. Lo que más me llama la atención es que es un tipo políticamente muy correcto pero, más allá de sus valores, no ha perdido su locura y su amor por el trabajo.
¿Trasladas algo de todo eso a tu forma de trabajar con la música? Son cosas con las que me siento muy identificado. Yo también me cagué un poco en lo que mi familia pretendía que yo haga porque quería generar algo en los demás y creo que él hizo mucho por el deporte, pero también estuvo muy ligado a sus sentimientos de cambiar la manera de ver las cosas, de romper con la austeridad . Ojalá yo pueda hacer mucho por la música. Tengo una manera muy Bielsista de ver las cosas, para mí es todo o nada. Cuando no me pase más nada por Salta la Banca me bajo del barco; cuando no me pase más nada con las canciones ¿para qué voy a seguir? Es una falacia. Yo quiero un equipo que se comprometa, que vaya para adelante. Bielsa es un tipo que tiene muy claro qué es lo que quiere, hasta la conmoción general no para y eso me conmueve. Lo admiro porque vivo la vida de la misma manera en todo sentido. Salta la Banca ostenta 4 discos de estudio y un EP denominado COPLA (Canto Obligado por Luciano Arruga). El 30 de mayo se presen-
tará por segunda vez en el Estadio Malvinas Argentinas, luego de agotar entradas en el mítico Luna Park en octubre del año pasado. Representantes de la escuela independiente y en constante búsqueda de la consolidación del sonido para una banda de sólo 6 años de existencia, no caben dudas de que SLB trasciende géneros y gustos musicales: Existe algo intangible que promovió ese ascenso. ¡Eureka!, el nuevo disco de Salta la Banca, ¿es un encuentro de qué? De sonido, más que nada. Lo demás ya está, la impronta de Salta la Banca la vas a encontrar en todas las canciones. La esencia está siempre vigente, en cada canción. Yo no quería ser parte una banda que llenara estadios sin tener el vehículo que le corresponde, y todos queríamos eso. ¡Eureka! es el disco que pone a la banda en el lugar que tiene que estar para poder solventar lo que le pasa. A nosotros nos pasó al revés, nos empezó a venir a ver la gente y no sonábamos bien. Y con este disco pasó eso, pero ya teníamos un horizonte. Es la expresión máxima de cada uno de nosotros.
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¿Qué es el liderazgo? En mis ideas no hay liderazgo en absoluto. Donde hay un líder hay un criterio colectivo muy bajo y yo no quiero eso para Salta la Banca. Quiero que la opinión de uno pese lo mismo que la del otro, volvemos a Bielsa que busca un poco eso, que todo el equipo se comprometa de la misma manera. ¿Cómo se convence a todo el grupo de una banda de la búsqueda, de ser un proyecto autogestionado y sostenerlo? Sobre todo al inicio, cuando las cosas no salían… Nosotros ahora podríamos firmar un contrato multimillonario, esa es toda la verdad. Naturalmente, siempre puede aparecer una persona a la que le seduzca eso y trate de promover ese contrato, pero eso acá no pasó: Acá la gente se enamoró de lo que pasaba adentro. Nosotros creímos en nosotros, en nuestras herramientas. Nos miramos la primera vez, que sabíamos que iban a empezar a aparecer estas ofertas, y dijimos “No, podemos solos”. Y no sé cuántas bandas independientes realmente se jugaron por serlo. Está genial que algunas laburen con discográficas, son decisiones, pero que tienen que ver un poco con la legitimidad del discurso: No puedo pegarle a las instituciones y después firmar con una multinacional. Amo vivir de lo que hago con mis convicciones, por mis convicciones, por lo que siento, por lo que pienso, por lo que amo. Eso es impagable, es algo que les pasa a muy pocas personas. Justamente por todo esto… ¿Vos crees que hay gente que está esperando esa grieta? No tengo dudas de que hay gente que está esperando con los cubiertos afilados que SLB se la mande para pincharnos, pero no tienen chance. Siempre hay un momento, en el ascenso, que te empiezan a caer los dardos. Eso tiene que ver con que, si vos sos un fenómeno de época, capaz el dardo y la confrontación lo tire más abajo. Ese es el egoísmo de la gente y el afán de pegarte que nunca voy a entender. Salta la Banca claramente es una banda que 22
dice cosas, que podía haberse acomodado a una fórmula que nunca siguió, siempre rompió sus propios límites, y eso naturalmente hace que haya gente que no le guste. Cuando vos sabés que lo que hacés, probablemente no gusta, tenés que hacerlo con mucha convicción.
En su EP dedicado a Luciano Arruga, la banda plantea el caso desde 6 perspectivas diferentes. Una de ellas, “Tu”, posa la mirada en Vanesa Orieta, hermana del Luciano y una de los pilares en la lucha por la búsqueda de la verdad: El asesinato a manos de la policía bonaerense.
Sin preguntarle por ella, surge la referencia: “Lo que yo quiero a Vanesa no sé cómo explicarlo. Imaginate que vos pasás por la esquina y ves una mujer buscando algo. Volvés a los cuatro años y sigue la misma mujer en la misma esquina. ¡Vanesa recién lo lloró cuando apareció el cuerpo! Tiene que ver con plantearse algo e ir por ello. En Salta la Banca hay un poco de eso”.
¿Qué consideras que es el éxito y qué el fracaso?
Que hablen las canciones: En Salta la Banca, todas las letras son de Aysine. En muchas se traslucen historias personales, idilios, valores, luchas sociales y políticas.
El fracaso es no llegar, en cualquier sentido: En el amor, en la música, en lo que sea. Ese es el fracaso absoluto porque el hombre es hombre porque está con otros. ¿Cómo no va a ser una mierda esa gente que no le puede hacer bien al otro si su vida es una mierda? Esos parásitos que dedican todo su día en bardear a las personas que generan algo, tienen una vida muy miserable porque les faltó amor. El tipo que ladra tiene un odio y tiene que saber dónde ponerlo. En contrapartida, el éxito es conmover al otro con lo que cantas, eso es increíble y lo demás no me importa. Entonces ya sé lo que pasó con Salta la Banca cuando tocamos por primera vez: Le llegábamos a la gente, ¡qué me importa por qué! Llegamos siendo lo que nosotros queríamos, porque le llegas a la gente sólo si sos verdadero.
“Podríamos rendirnos ante el yugo del vil oportunismo de sillón. Ceder a los patrones de lo absurdo y estar a su predisposición. La magia de la escuela independiente, la honra de fraguar la autogestión, se acaba si la vanidad interviene. El sueño es del que lo hace por amor”, grita “Nosotros”. “Aunque el hambre merodeara en el palier; la violencia se advirtiera por doquier y faltara alguna cosa menester, decidimos ignorarlo pa’ poder perfumarnos toda el alma de placer”, reflexiona en “Fuimos”, referencia a la infancia. “Somos el cuco de unos cuántos que se llenan la barriga manoseando a la bondad”, expresa en “Somos”.
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por MARIANO NEIRA (ex jugador profesional; actual entrenador en España)
Buscando el crecimiento El Racing de Diego Cocca comienza a transitar el momento más importante de la temporada después de atravesar un período de desafíos en cuanto al crecimiento del equipo. En esta etapa, el desgaste físico y mental que generaron la cantidad de compromisos disputados entre el campeonato y la primera fase de la Copa Libertadores, y algunas lesiones vitales, obligaron al DT a buscar variantes que disimulen las ausencias y que comiencen a familiarizarse con la idea de juego. Por el momento, en cuanto a resultados, en ambos frentes salió ileso a pesar de algún punto dejado en el camino. Con respecto a la parcela táctica, condicionada por las imprescindibles rotaciones, Cocca decidió darle una vuelta de tuerca al equipo, un poco por el cambio en las características de los refuerzos que llegaron y otro tanto por la necesidad de disponer del mayor número posible de jugadores preparados para desempeñar un papel protagónico en el tramo decisivo del año, el cual arrancó con la trascendente victoria ante Lanús.
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i bien frente al Grana se vio la cara más vertical de este Racing 2015 en cuanto a su forma de buscar el arco rival, uno de los matices que trabajó Cocca en este tiempo radica en una clara intención de empezar a manejar los partidos desde el control de la pelota: volver a iniciar las jugadas con posesiones largas parece una prioridad. Esta decisión estructural, además de ampliar el abanico de opciones en la elaboración, permite recuperarse de la acción anterior y, al mismo tiempo, evita que el rival lastime. En su búsqueda, el equipo mostró dos caras similares en su intención y, paralelamente, disímiles en su ejecución pero siempre fieles al plan fijado: por un lado, aparecieron algunas imprecisiones motivadas por cierto exceso de confianza, lentitud y displicencia que pudieron acabar en goles del rival (en el segundo tiempo ante Temperley y en ciertos pasajes de los partidos contra Estudiantes y Guaraní en Asunción). Contrariamente, en otros momentos, las mismas acciones se realizaron con mayor seguridad y seriedad generando ocasiones de gol, como el movimiento de Alvarado en el tanto de Bou a San Martín de San Juan.
el saludable nivel de Nico Sánchez y el regreso del propio Alvarado. La contracara fue Yonathan Cabral, quien rindió mejor cuando tuvo a Lollo a su lado y cuyo nivel bajó con la ausencia del ex Belgrano aunque ante Lanús volvió a parecerse al central expeditivo del equipo campeón.
Este camino escogido por Cocca está directamente relacionado con la partida de Ricardo Centurión y el arribo de Washington Camacho, que constituyó un punto clave a la hora de establecer el modo de atacar. Mientras se perdía el juego al espacio, la verticalidad y el cambio de ritmo al que invitaba Centu se ganó pausa, pelota al pie y mayor sentido asociativo con la presencia del ex Defensa y Justicia.
Asimismo, en este primer tramo del año, el equipo sufrió altibajos en su otra preciada faceta con la que dio la vuelta olímpica el 14 de diciembre: la contundencia ofensiva. En este punto, las limitaciones que genera la lesión en la rodilla de Milito y una lógica merma en el rendimiento de Bou, más la falta de acierto de cara al arco de Brian Fernández (Defensa y Justicia, San Martín de San Juan, Nueva Chicago), llevaron al equipo a perder cierta eficacia en la finalización. Contrariamente, la participación de Carlos Núñez, hasta su lesión ligamentaria, fue en aumento, aportando un repertorio de desmarques de ruptura y de algunos goles importantes.
A su vez, las lesiones de Diego Milito, Luciano Lollo y Luciano Aued también se tornaron determinantes a la hora de desmenuzar el funcionamiento del equipo. Este contratiempo reflejó otro factor clave por el cual Cocca busca variables. Sin el capitán, erigido como el eje del engranaje que le da sentido al juego, las pequeñas sociedades se conectaron menos entre sí. Sin Aued se perdió criterio en la distribución, sobre todo porque ni Cerro ni Acevedo (ni Alvarado cuando lo hizo en esa posición) poseen un corte similar al ex Gimnasia, ni tampoco Romero y Acuña, cuando jugaron en zonas interiores cerca de Videla, mostraron la inteligencia táctica y el despliegue de Luli para complementar la siempre regular labor del ex volante del Sabalero. La ausencia de Lollo, quizás, fue la que menos se notó por 26
Uno de los puntos vitales para que Racing avance en la Libertadores y se mantenga expectante en el torneo local apunta a la solidez defensiva. El equipo continúa ofreciendo una importante sensación de seguridad de mitad de cancha hacia atrás. La regularidad en el rendimiento de los laterales, Pillud y Grimi, son el reflejo del estado de confianza que atraviesa el equipo de Cocca en esta faceta del juego. No obstante, partidos como la remontada con Táchira o la derrota contra Guaraní dejaron como saldo ciertas debilidades técnicas a nivel individual, pero no por fallos producto de un dominio constante del rival de turno –Racing dominó ambos encuentros desde el desarrollo- sino debido a jugadas aisladas donde se cometieron errores de ejecución y no de funcionamiento.
Las mencionadas bajas y la necesidad de implementar rotaciones para dosificar las fuerzas, llevaron a Cocca a agitar nombres. Los enfrentamientos contra Olimpo, Atlético Rafaela, Defensa y Justicia, Estudiantes y el primer tiempo contra Huracán quedaron en el Debe en cuanto al funcionamiento. En todos ellos, el técnico se inclinó por alineaciones dispares empleadas para probar distintos sistemas, jugadores y movimientos que el calendario no le permite ensayar durante las condicionadas semanas de trabajo. En el Haber, la victoria frente a Sporting Cristal
asoma como el mejor partido del 2015, teniendo en cuenta la importancia de la cita, y un escalón más abajo los triunfos contra Lanús y Colón de Santa Fé, el gran primer tiempo ante Temperley o la última media hora con Táchira.
Ibáñez
Frente a este contexto, Cocca llegó a disponer hasta la fecha de tres sistemas tácticos además del ya conocido 4-4-2 con el que se coronó campeón del fútbol argentino. La primera innovación seria en la distribución de piezas llegó en el contundente 4 a 1 a Colón, donde el equipo se paró en 4-1-4-1, con Acevedo delante de la defensa, detrás de una línea de cuatro hombres formada por Castillón y Nagüel por afuera y Cerro y Romero por adentro. Los elevados rendimientos de Alvarado como central, de Romero con el arco rival de frente y de Núñez en la delantera llegaron como una brisa de aire fresco para un técnico que esperaba descubrir aspectos positivos de sus jugadores menos habituales para poder contar con ellos como alternativas fiables de cara al futuro cercano.
Saja
Pillud
Grimi
VidelaC
Voboril
Díaz
Acevedo
Cerro
Romero
Castillón
Nagüel
Núñez
Con el 4-1-4-1, Romero y Núñez sobresalieron en la goleada a Colón. Sánchez/Cabral
Lollo
Campi
Alvarado
erro/Aued
Camacho
Acuña/Romero
Milito
Bou
El sistema y el once tipo de Cocca con todos sus jugadores disponibles.
Un par de semanas más tarde, también con el Cilindro como testigo, Racing volvió a ganar, esta vez frente a San Martín por 2 a 0, y el DT salió de inicio con un hasta entonces inédito 3-4-1-2, con Pillud más adelantado por la derecha, Camacho cubriendo más espacios por la izquierda, Videla y Nagüel como doble cinco, y Acuña como enganche por detrás de Bou y de Milito. Al equipo le costó acomodarse, encontró los goles pronto y supo manejar los momentos del partido sin inconvenientes. Si bien se pudo ampliar la ventaja en la segunda parte, faltó algo de fluidez a la hora de la circulación aunque se mostró seriedad en fase defensiva y se ganó merecidamente. Alvarado, como central, volvió a decir presente, con participación activa en el primer gol, volcando su capacidad de centrocampista para crear superioridad numérica en la segunda línea mediante su conducción y romper la presión rival a través de un pase vertical que se encargaron de hacer bueno Acuña y Bou para abrir el partido. 27
Huracán por 2 a 0. En un primer tiempo gris en cuanto al juego y a las ocasiones de gol, el equipo salió con un 4-4-1-1, diseñado para explotar el potencial de Romero, de ilusionante partido ante Colón, pero el ex Cerro Porteño permaneció retrasado, a la misma altura que la dupla Cerro-Acevedo, sin gravitar en el desarrollo y dejando a Brian Fernández demasiado aislado. En el complemento, Camacho y Núñez aportaron mayor profundidad y Racing lo ganó a partir de una pelota parada por Nico Sánchez y, más tarde, por una gran definición de un “Discoteca” cuyos cuádriceps desafiaron a sus ligamentos durante 40 minutos.
Saja
Sánchez
Alvarado
Grimi
Videla Pillud
Nagüel Camacho
Acuña
Saja Milito Bou Cabral
Sánchez
Voboril
Díaz
Cerro
Ante San Martín de San Juan, la novedad fue la posición de Acuña como enganche.
Acevedo Nagüel
Acuña
Unos días después, en el choque frente a Estudiantes en La Plata, Cocca volvió a mover la pizarra presentando a Alvarado unos metros más adelante para formar pareja con Videla. El resultado de la prueba no fue el esperado ya que al ex San Lorenzo, que en cada inicio desde el fondo ocupó la posición de tercer central para sacar la pelota limpia, se lo vio algo lento cuando tomó el mando de la circulación en el centro del campo confirmando la teoría que no se debe jugar a la misma velocidad en una zona que en otra. A las pocas horas del choque en el Estadio Único, la fórmula trajo idéntico resultado en la segunda derrota en la fase de grupos ante Guaraní en Asunción cuando se desempeñó en el mismo sector. Fue el día en el que Cocca se convenció que su sitio en este equipo es en el centro de la defensa. El último sistema táctico utilizado por el técnico se vio en la victoria de un Racing mix contra 28
Romero
Fernández
El 4-4-1-1 no funcionó. Romero jugó muy lejos del área.
El empate sin goles ante Nueva Chicago significó el fin de la etapa de pruebas. Tras el reciente parón de quince días, el equipo parece haber dado vuelta la primera página de la temporada y se presentó con energía para lo que viene. Lo demostró en el serio 2 a 0 frente
a Lanús, donde tuvo un primer cuarto de hora de un ritmo altísimo en su juego: dejó de lado la paciencia, fue más directo que nunca para atacar y, tras pérdida, agresivo e intenso para recuperar la pelota con el objetivo de volver a ser vertical. Ya en la recta final, cuando el rival manejaba mejor la tenencia desde hacía una hora, apareció la contundencia de Bou para reencontrarse con la eficacia perdida en las últimas semanas. Con los octavos frente a Wanderers a la vuelta de la esquina y los clásicos ante River e Independiente en el horizonte, Cocca deberá analizar con sabiduría las herramientas con las que cuenta y gestionar el momento de sus jugadores de la mejor manera. Seguramente, su mayor desafío será lograr que el equipo se aproxime al nivel mostrado en Perú. De lo que puede estar tranquilo el técnico de Racing es que tiene en sus manos un grupo cada vez más maduro, con hambre, que sabe sufrir cuando lo dominan, que dispone de más registros cuando el rival se encierra y que está dispuesto a alargar sus opciones en todas las competencias durante el mayor tiempo posible. (1)
c: 15.4058.9488 e: mmldisenio@yahoo.com.ar tw: @mmlongarte fr: flickr.com/photos/mmldisenio
diseño gráfico :: diseño editorial :: comunicación
(1) Nota actualizada al 2/05 por cuestiones editoriales.
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8- Diego Cocca
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por LAUTARO NEGRI fotografía AYLEN ESCAMILLA
“El abrazo con Milito y Saja resume lo que, para mí, es ser técnico” DESDE SU LLEGADA A AVELLANEDA, DIEGO COCCA REVOLUCIONÓ A RACING CON UNA PROPUESTA DE PROTAGONISMO QUE YA LOGRÓ ENTRAR EN LA HISTORIA GRANDE DEL CLUB. MÁS ALLÁ DE LOS RESULTADOS, SE MANIFIESTA COMO UN FIEL DEFENSOR DEL JUEGO EN EQUIPO, VALORIZANDO A LA IDENTIDAD Y EL ESTILO DE JUEGO COMO CLAVES IRRENUNCIABLES. SIN EMBARGO, CONSIDERA QUE HAY UNA HERRAMIENTA QUE POTENCIA A ESTAS IDEAS: LA FUERZA DE LAS EMOCIONES.
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T
ras haber ascendido a Primera División con Defensa y Justicia durante el primer semestre del 2014, Diego Cocca desembarcó en el mismo año en un Racing que tenía un panorama completamente distinto: con tan sólo 33 puntos, había cosechado la peor marca de su historia. Cinco técnicos pasaron durante esa temporada: Luis Zubeldía, Fabián Radaelli, Carlos Ischia, “Nacho” González y Reinaldo Merlo. Sin embargo, ninguno había podido enderezar el rumbo que parecía ir en picada libre. Con este escenario desalentador, el entrenador con reciente pasado en el “Halcón” de Varela, llegó a Racing con ambición de protagonismo y con ganas de renovar las esperanzas académicas. Al haber cosechado su primera victoria en el torneo en la visita a su ex equipo, le tocó debutar frente a San Lorenzo en el Cilindro y encontrarse con la ilusión de los hinchas, una imagen que aún hoy lleva presente. Ese día sentí la necesidad de los hinchas. Iban dos partidos y parecía que estábamos peleando el campeonato. Nos volcaron esa necesidad de ser protagonistas y pelear un torneo en serio. Me sorprendió la fuerza con la que alienta la gente de Racing y se los transmití a los jugadores: “Muchachos, si nosotros tomamos este aliento para potenciarnos, no vamos a jugar con 12 sino con 15 jugadores”. ¿Cuál fue el desafío que se propusieron? -Cuando llegamos, sabíamos que teníamos que aprender a manejar la ansiedad de la mayoría que quiere ir ganando 3 a 0 a los 5 minutos. Ése fue nuestro mayor desafío y lo asumimos con muchos jugadores que no venían de jugar en equipos grandes, incluso nosotros mismos como cuerpo técnico. Fue un crecimiento total de todos en sólo 6 meses. Por eso, estoy muy agradecido con el plantel por lo que nos dio y por lo que terminó significando para el club. Durante el campeonato, hubo una seguidilla de malos resultados donde se notó un malestar presente en los hinchas. ¿Cómo pudieron sobrellevar ese momento? 32
-Cuando arrancamos este proyecto, sabíamos dónde nos metíamos: un club grande que hacía muchos años no salía campeón y buscaba ser protagonista. Sabíamos que iba a ser difícil y que teníamos que armar un plantel nuevo. Lo que le prometimos a los jugadores fueron momentos difíciles, que son los que te permiten madurar. Entonces, el equipo se sobrepuso, salió fortalecido y cuando se comprometió a ganar los partidos que quedaban, los ganó. Las situaciones adversas siempre forman parte del proceso y hay que aceptarlas. Tuvimos la oportunidad de revertir el momento, el equipo lo entendió, se unió y apareció un plantel maduro que creció muchísimo. Hoy en día vivimos otra realidad gracias a esos momentos. ¿Cómo influyeron en el clima del vestuario las críticas que recibieron? -Como declaré una vez, les agradezco a los que pusieron las banderas porque eso nos dio muchas más fuerzas. A mí me fortalece lo que hablan los de afuera. Dicen que las palabras movilizan y los ejemplos arrasan; Racing arrasó con toda esa gente. Los hinchas ahora vienen contentos, aplauden al equipo y todo lo malo quedó afuera. No hay que dejarlo entrar nunca más. ¿Se puede resumir esta mentalidad con el “Racing Positivo”? -Totalmente, nosotros sentíamos eso. Yo vivo el fútbol como una alegría, a pesar de que en el balance son muchas más las tristezas porque los resultados nunca los podés manejar. Mi deseo es que la gente venga a la cancha con la expectativa de ver un equipo protagonista que pueda ganarle a cualquiera. Esa expectativa es propia y no te la puede sacar nadie. Cuando la gente viene con esa mentalidad, se vive de otra forma. Todo empieza de adentro hacia afuera, siempre se transmite desde la cancha hacia la tribuna. Estos jugadores transmitieron eso: humildad, sacrificio y protagonismo. La gente lo sintió y lo devolvió de una manera impresionante, como lo sabe devolver la gente de Racing.
¿Cómo influyó la llegada de Diego Milito para afrontar esta situación? -Diego siempre fue muy importante. Antes de venir, con el primero que me reuní fue con él y sentí un compromiso muy grande. Venirse de Italia con la posibilidad de seguir ahí, para jugar en su club y querer hacer cosas importantes, fue algo que a mí también me convenció para poder asumir este riesgo. En el día a día me demostró mucho más de lo que imaginaba. Es un jugador de jerarquía que contagia al grupo, que intenta transmitir sus experiencias y es completamente ganador. Él vino a Racing para ser protagonista y pelear torneos. Estuvimos siempre en la misma sintonía, por eso se hizo más fácil. ¿Qué sentiste en el momento que la gente te ovacionó cuando se ganó el campeonato? -Tantas cosas… Uno siempre sueña con conseguir algo lindo en el fútbol y cuando lo lográs, la realidad supera todo lo que imaginaste. Mi sueño en Racing era que la gente se sintiera orgullosa de equipo y haber salido campeón fue increíble. Me emociono porque
no sé alguna vez se va a volver a repetir y si se da no va a ser lo mismo. Lo que viví en Racing fue único, no me lo voy a olvidar en mi vida. Bajo una misma bandera, Diego Cocca describe minuciosamente sus verdades con plena convicción, la misma con la cual mantuvo su postura luego de la derrota en el clásico de Avellaneda y la eliminación por Copa Argentina. A la hora de hablar de tácticas y estrategias, no duda en remarcar su principal propósito: priorizar lo colectivo sobre lo individual. Nosotros trabajamos la idea de que el juego en equipo es lo más importante. Lo individual tiene que estar al servicio de lo colectivo. Si estamos convencidos de que cada uno le aporte su función al equipo, vamos por el buen camino. El juego colectivo es el que potencia a todos. ¿Cómo se elabora el trabajo del grupo en base a esta idea? -Es una preparación semanal. Evaluamos lo que le falta al equipo a nivel colectivo y lo que 33
puede mejorar individualmente cada jugador. Se engloba todo, no solamente la parte física, técnica, táctica o psicológica, sino todo en conjunto. Si el jugador falla en alguna de estos aspectos, no funciona. ¿Qué estilo de juego intentás imprimirle a tus equipos? -La idea es siempre la misma: armar un equipo que trate de jugar por abajo, que esté convencido de que si maneja la pelota y llega en conjunto tiene más posibilidades de lastimar, que intente recuperar rápido la pelota en campo rival y que sea protagonista mirando al arco de enfrente. Esa es la idea; después, la identidad del equipo me la van a dar los jugadores.
¿Y qué identidad tiene este Racing? -Creo que es la de un equipo serio, ordenado, firme, que no regala nada atrás, que tiene un juego peligroso a la hora de lastimar y que desde esa solidez defensiva intenta abrir el marcador. Nos gusta terminar ganando con el arco en 0, demostrando que somos un equipo sólido y que sabemos lo que queremos. ¿Tuviste que dejar de lado tu identidad cuando los resultados no se daban? -La idea principal no va a variar nunca porque si no, no sería técnico. Me traicionaría a mí mismo y a la idea de pertenecer a un equipo protagonista que busque el arco rival antes que el propio. Dentro de los momentos y la calidad de los jugadores, el sistema puede variar, pero la idea principal no. Al recordar su recorrido en el mundo del fútbol, no se olvida de sus inicios en la cantera de River que lo llevaron a ponerse los cortos durante 15 años, tanto en otros clubes de la Argentina como en México. Sin lugar a dudas, este pasado forma parte de él y refleja las enseñanzas de los maestros que lo ayudaron a moldearse como entrenador. Los que jugamos profesionalmente durante tanto tiempo, tenemos una ventaja sobre el resto. Pero no alcanza con eso. Depende de nosotros si lo supimos aprovechar, si asimilamos esos conocimientos y si tenemos la capacidad de poder transmitirlos. Uno se prepara para poder tomar lo mejor de todos los técnicos con los que uno trabaja y, en base a la manera de ser cada uno, tener una identidad. Yo estoy orgulloso de mi identidad. Soy un tipo que sigue creyendo en el fútbol, en los jugadores, que tiene la mentalidad de jugador y me voy a morir siéndolo. ¿Cuánto influyó tu paso por México? -En México aprendí muchísimo. Creo que vivir en otro país ya te abre muchísimo la cabeza porque es otra cultura, otra forma de pensar, otra sociedad. Me hizo madurar como persona
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a nivel familiar y me hizo sentir de otra manera el fútbol. Adentro de la cancha, tuve un técnico como Ricardo Lavolpe que tácticamente me mostró cosas que en Argentina no las había visto. ¿Tenés otros técnicos referentes? -Traté de guardarme muchas cosas y hacer un mix entre Lavolpe, la personalidad de Passarella, que fue el que me hizo debutar en River, y el orden defensivo y táctico que propuso Luis Garisto en el Banfield del 2001 que me tocó formar parte. Ellos tres son una síntesis de lo que trato ser como técnico, aunque también tengo más referentes. ¿Qué otro referente tenés? -Guardiola es un referente lógico para mí y por suerte he tenido la chance de conocerlo.
El Barcelona de Guardiola es el mejor equipo que vi en mi vida y creo que todos tenemos ganas de copiarle algo. Es muy difícil ser igual porque es otra cultura, otra manera de ser, otra forma de jugar, otro fútbol, pero está bueno tenerlo como referente. Uno puede intentar copiarse de Guardiola, pero en definitiva no sirve porque no podés ser alguien que no sos. Entonces, uno busca algunas cosas con las cuales te identificás y te sirven, pero lo más importante es ser vos mismo. ¿Cómo fue ese encuentro con Guardiola? -Muy bueno, es un tipo completamente normal. Esa es otra enseñanza muy grande. El Barcelona es normal, no son extraterrestres. Son tipos que se juntan a jugar a la pelota y que tienen una idea de lo que es el fútbol, la comparten y la respetan. Es muy admirable. Ojalá se puedan hacer en clubes de la Argentina.
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Con un semblante ideológico propio y con 7 años de experiencia en el banco de suplentes, el entrenador analiza los cambios en su trabajo y exterioriza su gran actualidad con una sonrisa mediante porque el mismo reconoce que se maneja en base a sus sentimientos. Tal vez sea por eso que se permite soñar con el futuro inmediato y a largo plazo de la Academia. Nosotros no hacemos lo mismo que cuando empezamos. Ahí está la clave: la vida evoluciona, el fútbol evoluciona los jóvenes evolucionan y hay que seguir atrás de ese camino. Se debe estar con la cabeza abierta, viendo constantemente qué cosas van mejorando, para dónde viene la juventud y qué es lo que le interesa. Desde ese interés, hay que tratar de traerlos al deporte, a la táctica, de hacerlos interesar en lo que uno necesita y no en lo que uno quiere porque ellos son los protagonistas. Los entrenadores somos los que tenemos que intentar encontrar esa llave que nos dé la posibilidad de que nos crean.
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¿Cuál es tu relación con los chicos de inferiores? -Siempre estamos viendo jugadores de la reserva, de la 3º y a los chicos que citan de la Selección Sub-15. Tratamos de conocerlos a todos para darles una herramienta para que puedan cruzar ese puente que separa a los juveniles con el plantel profesional. Los hacemos entrenar con nosotros y después rotamos para traer a otros jugadores. Así logramos ver como siguen madurando en sus categorías para que sientan que la primera de Racing está cerca y depende de ellos llegar. Ése es el mensaje que le queremos dar al traerlos a entrenar con Milito, Saja y Videla. Queremos que se sientan identificados con la camiseta y quieran llegar a la primera del club. ¿Sentís que le podés aportar algo a Racing más allá de los logros deportivos? -Ojalá podamos. Es muy difícil en el fútbol argentino porque no estamos acostumbrados a pensar a largo plazo. Personalmente estoy agradecido a Víctor (Blanco) que pensó un contrato
de tres años para nosotros. Preferimos ir año a año para ver cómo está el club y cómo estamos nosotros. Lo último que quiero hacer en un club es hacerle daño, quedarme por quedarme. Nuestro deseo es armar una base sólida para que Racing participe de torneos internacionales más seguido, que esté entre los mejores de la Argentina, que dé pelea en todas las competiciones y que no tenga que esperar tanto tiempo para que vuelva a suceder. Cómo se encara un mes tan duro como va a ser el de mayo? -Con mucha responsabilidad y felicidad de tener la posibilidad de jugarnos cosas importantes. Tenemos el desafío de jugar octavos de la Libertadores para poder quedar entre los mejores 8 equipos de América. Después, jugamos con River y tenemos el clásico en nuestra casa para poder prendernos en el torneo. Nosotros venimos a Racing para pasar por momentos exigentes. Ojalá sean todos los meses así. Al igual que durante toda la charla, se nota a un Diego Cocca que habla con el sentimiento a flor de piel, aprovechando la oportunidad de alejarse de la frialdad de las habituales conferencias de prensa. Más allá de sus ideales futbolísticos, sus sueños mezclados con la carga de sus sentimientos también aparecen como marca registrada de su idiosincrasia. Yo le doy mucha importancia a lo sentimental y a la relación con el grupo. Si noto que no está bien, seguramente no voy a poder dar mi máximo y preferiré estar en otro lugar. Desde lo personal, para estar bien conmigo mismo me gusta leer, estar con mi familia, escuchar música, tener una charla con un jugador y no hablar de fútbol. Me gusta sentir que hay un cariño y un respeto implícito de los jugadores hacia mí y viceversa. A mí el fútbol me da muchísimo más que ganar tres puntos o cobrar un sueldo. Si no me diera otras cosas, no me llenaría. Siempre voy en busca de cosas que me hagan sentir orgulloso. En el 2014, tanto en Defensa y Justicia como en Racing, he sentido cosas que me han dado la posibilidad de decir “esto es lo que quiero en la vida”. Quiero seguir sintiendo eso.
¿En qué momento te liberás del fútbol? -Cuando estoy con mi familia y acompaño a mi mujer y a mis hijos en sus actividades. Trato de meterme en lo que hacen, pero no es fácil. Varias veces me han dado un correctivo porque estaba volando por el aire y pensaba quién podía jugar de 4 ó de 5. Hay que intentar no descuidar todo porque también soy padre, esposo, hijo y hermano. Intento cumplir con todas esas funciones, pero el fútbol es tan apasionante y te exige tanto que uno se olvida. La familia es la que sufre y uno siempre piensa en ella primero en los buenos momentos. ¿Cuál es tu momento preferido de ser técnico? -Puedo pensar la táctica, la estrategia, ganar un partido y estar contento, pero yo siento más en el compromiso del contacto cotidiano con el jugador. Cuando se concreta esa conexión y se logra algo, es una sensación imborrable. El abrazo con Saja y Milito cuando terminó el partido con Godoy Cruz resume lo que para mí es ser técnico. Para eso trabajo todos los días. 37
BAHÍA BLANCA 298 esquina Bragado - (Wilde) - tel.: 4217-2491 SAN MARTÍN 920 - (Avellaneda) - tel.: 4222-7887 PASAJE FIGUEROA 1654 a metros de 25 de Mayo - (Dock Sud).
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Semillero fértil Racing se encuentra en la época posterior a la resurrección de las Divisiones Inferiores. Los cimientos ya están hechos, y ahora empiezan a germinar todos los valores que posee el club. Buenos resultados en todas las categorías, gente idónea, el Selectivo peleando cada campeonato, jugadores en todas las selecciones juveniles nacionales, muchos grandes proyectos. La institución ya tiene las raíces arraigadas de cara al futuro. por RAMIRO CUE BARBERENA
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ejos quedó la siniestra época del gerenciamiento y su destrucción total. Mucho más atrás está el vaciamiento que hizo Daniel Lalín. Desde la vuelta a la democracia se han sucedido muchas transformaciones en el club (buenas y no tan buenas) y el presente de las Divisiones Inferiores y el Predio Tita Mattiussi son los reflejos de las primeras. El trabajo y progreso en ambos aspectos muestran un semillero sólido y una base de cara a un futuro auspicioso: La cantera empieza a crecer y está nutrida de grandes proyectos. La generación de Luciano Vietto, Ricardo Centurión, Rodrigo De Paul y Bruno Zuculini fue sólo una muestra de lo que estaba por venir. Hoy, Racing tiene Divisiones Inferiores serias, y con exponentes en las selecciones argentinas y que son protagonistas en cada categoría. Se insiste con jugar con la pelota al piso, salida limpia, desde el fondo, por abajo. También en la utilización de un enganche. Desde los más purretes hasta aquellos que están por pegar el salto a Primera.
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En la Novena División, el entrenador es Juan Ramón Fleitas. El “Lagarto” es el encargado de empezar a cambiarles el chip a los más chicos que vienen de Infantiles. Acá es cuando arrancan a adquirir conceptos de juego y entrenamiento. La paridad reina en esta categoría, es complicado encontrar jugadores que se destaquen. En Octava, los chicos tienen más noción de juego. En esta categoría —que dirige Mario Pobersnik— hay futbolistas muy interesantes y que, incluso, forman parte de la Selección Argentina Sub 15. Entre ellos está Gonzalo Córdoba, la gran joya del semillero que ya se entrenó con la Primera: enganche con mucha habilidad, facilidad para sacarse rivales de encima y gran llegada al gol. Los otros seleccionados son Facundo Fernández Espósito, típico centrodelantero de área; Rodrigo Aquino y Alexis Cuello, volantes externos. Pobersnik también es el director técnico de la Séptima. Esta División es —junto a la Sexta— la que mejores resultados sacó en la Etapa Clasificatoria. Se destaca Franco Geréz —goleador con siete goles—. También están los mellizos Agustín y Gabriel Charra, ambos defensores con gol; y el delantero Facundo Ríos. En la Sexta dirige Nacho González y tiene a un jugador en la Selección Sub 18: Matías Escudero, lateral derecho. Además, uno de los que más condiciones tiene es Federico Vietto, hermano de Luciano, que está lesionado, pero era una fija en las convocatorias juveniles. Otros destacados son Patricio Boolsen —central—, y Federico Zaracho —mediapunta—. En Quinta ya hay jugadores que entrenan con la Primera División: Brian Mansilla, Fernando Valenzuela (ambos convocados a amistosos con la Sub-20) y Lautaro Martínez son tres de las mayores esperanzas del semillero. Los primeros dos son habituales titulares en la Reserva. Mientras que Martínez va al banco en la Tercera y es la figura de su categoría. En el equipo de Gustavo De la Llera también son interesantes, Blas Cittadini —mediapunta— y Facundo Gutiérrez —volante central—. A pesar de no contar con dos de sus mejores juveniles, 40
pudieron hacer una buena cantidad de puntos y terminar segundo en su zona. La Cuarta División es la que más valores le aporta a la Reserva. Desde el arquero Gastón Gómez, preseleccionado Sub 20, hasta Augusto Lotti, una de las figuritas de la Tercera. También está Leandro Zacarías, juvenil que debutó en el primer equipo en un amistoso frente a San Martín. Nahuel Figueroa es un enlace con muchas condiciones y que alterna en Reserva. Sin dudas, Manuel Fernández tiene un plantel repleto de jóvenes talentos con futuro de Primera División.
FIXTURE DE LA ETAPA CLASIFICATORIA Argentinos
Huracán
Unión
San Martín
Nueva Chicago
Olimpo
1-2
2-2
2-0
3-1
2-3
2-0
Cuarta Quinta
1-1
5-4
2-0
6-2
3-2
2-4
Sexta
2-1
0-0
0-0
2-0
3-2
1-0
Séptima
5-3
0-0
2-0
8-0
1-1
5-2
Octava
2-2
0-1
1-1
4-1
1-2
3-1
Novena
0-0
1-1
2-0
2-1
4-0
2-1
Tabla General - Cuarta Equipos
Tabla General - Quinta
Puntos
Equipos
Tabla General - Sexta
Puntos
Equipos
Puntos
Unión
12
Olimpo
16
Racing
14
Racing
10
Racing
13
Huracán
13
Huracán
9
Argentinos Jrs.
10
Argentinos Jrs.
12
Argentinos Jrs.
8
Huracán
7
Unión
8
Olimpo
8
Nueva Chicago
7
Nueva Chicago
7
Nueva Chicago
6
San Martín
4
San Martín
4
San Martín
6
Unión
2
Olimpo
1
Tabla General - Séptima Equipos
Puntos
Tabla General - Octava Equipos
Tabla General - Novena
Puntos
Equipos
Puntos
Racing
14
Argentinos Jrs.
14
Huracán
16
Argentinos Jrs.
12
Unión
12
Racing
14
Unión
12
Huracán
11
Argentinos Jrs.
13
Huracán
11
Racing
8
Unión
9
Olimpo
7
Olimpo
7
Nueva Chicago
6
San Martín
3
San Martín
3
Olimpo
3
Nueva Chicago
1
Nueva Chicago
1
San Martín
0
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Pidiendo pista Cambian los jugadores en forma masiva pero la Reserva de Racing no modifica su nivel ni su protagonismo en los torneos. En el último receso perdió jugadores importantes que fueron cedidos a préstamos a otros clubes. También sufrió las bajas por lesión de Gastón Campi y Mariano Bareiro, pero a pesar de todo esto, el camino del éxito sigue. Sólo cuenta con cuatro futbolistas que practican diariamente con la Primera —además de los mencionados Campi y Bareiro—: Juan Musso, Nicolás Oróz, Facundo Castro y Mauro Bazán. El resto, son juveniles de Cuarta y algunos de Quinta. Los zagueros son Carlos de la Mata y Ricardo Ramírez, ambos de la Cuarta. De la misma categoría son los laterales: por izquierda, Ariel Siliman, marcador de punta con gol —tiene cuatro en el campeonato—, con buena pegada y proyección. Por la derecha, Brian Bortolotti alterna con Bazán. En la mitad de la cancha, el doble cinco es muy auspicioso: Mauro Leiva es un volante criterioso, con fútbol y de los más regulares. Hace tándem con Facundo Macarof, con despliegue y quite. Por una de las bandas van Oróz y Germán Díaz, un talentoso ofensivo. Por el centro alternan Valenzuela y Cristian Mora, enganche rápido, chiquito y con gol. Es uno de los que tienen mejor rendimiento. Nahuel Marina, Figueroa y Ulises Ojeda son alternativas interesantes que tiene Jorge Cordon para la zona media.
Arriba tiene a Mansilla —goleador del equipo con cuatro tantos— o Facundo Castro cuando baja de Primera. También suelen ser convocados Zacarías, Lotti, Maximiliano Cuadra —de Cuarta— o Lautaro Martínez.
El entrenador hace hincapié en lo que respecta al juego. El resultado es algo secundario, no se busca salir campeón, sino que los chicos vayan teniendo roce y mejoren para dar el salto a Primera.
La cantera brilla y el semillero crece cada vez más… 42
“Los resultados no son lo más importante” Fabio Radaelli, coordinador general de Fútbol Amateur de Racing, es uno de los principales hacedores de este gran momento de la cantera. En base a gente idónea y la búsqueda ajena al resultado, la Academia tiene uno de los mejores semilleros de Argentina. “Cuando llegué, me encontré con un club en crecimiento. Mejoró mucho en estos años en cuanto a infraestructura y ahora el predio está impresionante”, aseguró el coordinador de Racing. A los juveniles que son convocados para la Selección Argentina suelen darles consejos: “Les decimos que no se representan a ellos, sino a Racing como club. En la forma de entrenarse, de comportarse. No quedan mal ellos, queda mal la institución”. También siente mucha satisfacción por los resultados de la Reserva que alguna vez supo dirigir. “Le damos el valor correspondiente a los resultados, pero no es lo importante”, confiesa Radaelli.
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por OSCAR RUGGIERO
N
o hay nada mejor que casa”, inmortalizó un poeta racinguista que también nos falta. Triste cachetazo de la realidad, cuando tú casa se convierte en el lugar más peligroso de todos. Y más doloroso después, cuando tu casa le termina dando la espalda a toda tu familia. Nicolás, como muchos otros, así sentía a Racing. Un hogar que eligió. Mucho más allá de la pelota, de un resultado, de una campaña. Vivía Racing, hasta que no lo dejaron vivir más. En la cancha o en el Predio. O una vez por semana desde el micrófono de Racing o Nada, relacionando el sentir del corazón con la pasión periodística. O comiendo un asado en su segunda casa. Porque eso era para Nicolás la Sede de Nogoyá. Villa del Parque era su casa en un sentido casi literal. Allí tenía su lugar de encuentro con otros amigos que compartían la misma pasión y la forma de vivirla. Lo asesinaron cobardemente, pero en un mural, una línea, una foto, un video, un canto o una bandera (si no le quitan su lugar), seguirá siempre con nosotros. Los verdaderos hinchas de Racing no dejaremos nunca caer su recuerdo, y seguiremos pidiendo justicia hasta encontrala. Lo merece su memoria, su familia, sus amigos. Y Racing lo necesita.
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Nacido y criado en el barrio de Floresta, el ADN racinguista se trasladó desde su padre, tíos y toda una familia marcada por el celeste y blanco. Quienes que tuvieron la suerte de compartir de cerca su vida, destacan su personalidad extrovertida, siempre entrador, con una sonrisa que contagiaba. “Enemigo del mal humor”, el término que lo sintetiza. Egresó en 2003 del Instituto Superior de Comunicación Social (COSAL) con el flamante título de Locutor Nacional. Estudiaba actuación en el Instituto Nacional de las Artes y, en 2013, comenzaría a cursar el último año de la carrera de Producción de Radio y Televisión en el ETER. Racing, el arte y la Comunicación, además del Chavo del 8, eran sus pasiones. Su padre, Miguel Pacheco, con quien filmó el corto “Gracias a mi Viejo” y que fue galardonado por el INCA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) como uno de los mejores en el concurso “Fútbol y otras pasiones argentinas”, recuerda aquellos primeros partidos en la década del ’80, cuando un amigo los invitaba a la Super Pullman.
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Eloy, su hermano, tiene grabados en la retina aquellos domingos rutinarios, marcados por el asado, los Benvenuto y la apurada partida al Presidente Perón. Años más tarde, y a espaldas de un padre temeroso, se escapaban juntos para seguir a Racing donde jugase. Ya en el año 2000-2001, comenzaron a armarse de un grupo de amigos, todos de Floresta, con los que compartían los viajes al interior e incluso vacaciones, que se organizaban en torno al calendario racinguista de verano. Sin embargo, la pasión no quedó sólo en los tablones, sino que la trasladó al ámbito profesional de la mano de Racing o Nada, programa de radio que comenzó en 2007 junto con algunos amigos en FM Patricios. Nicolás sentía la necesidad de involucrarse con el Club. En aquella nefasta época de gerenciamiento, Racing o Nada significaba para él y sus compañeros un espacio para alzar las banderas de la democracia, además de unir la pasión por Racing con su vocación profesional. Los sábados a la mañana en el Predio Tita, viendo a los chicos y haciendo entrevistas, se transformaron en un ritual. Villa del Parque, en esos años, se convirtió en el centro de reunión semanal junto a sus amigos. Jugar a la pelota o simplemente ir a comer a una Sede abandonada, con poca vida y nulo interés desde hace ya largo por parte de las distintas dirigencias. Vaya paradoja que, donde fue asesinado, Nicolás había ayudado a pintar dos murales para darle algo más de vida al lugar que adoptó como su segunda casa. Tanto, que 2 años antes, se había mudado a sólo 8 cuadras. Aquel 23 de enero de 2013, fue a la Sede como hacía siempre. Al día siguiente, partiría rumbo a Mar del Plata para presenciar el partido ante River por el torneo de verano y, en carácter de periodista, asistir a la presentación de la nueva camiseta en el Balneario 12. Tras una cena numerosa, pasada las 00:00, quedaron Nicolás, su hermano y otras tres personas: Aníbal Domínguez Butler (conocido como “El Vaquero”, quien estaba viviendo en la Sede), Enrique Rulet “El Loco”, quien llegó de la mano de los Stones y, rápidamente, 46
comenzó a dar clases de boxeo en el Club y Carlos Ezequiel “El Turu” Rodríguez, otro sin mucho recorrido en la vida del Club, también acercado por la facción de la puerta 10. Cerca de la 1:30 de la madrugada, su hermano Eloy se retira. Nicolás ofrece llevarlo, pero él prefiere no molestarlo (recordando que vivía cerca de la Sede) y se toma un taxi hacia su casa. A la mañana siguiente, el cuerpo de Nicolás es encontrado sin vida en el sector de piletas del Club. Quienes habían quedado en la Sede (testigos hasta ése momento) alegan que fue un accidente, que Nicolás quiso saltar de un techo hacia la pileta y calculó mal. Todo se desmoronó cuando la autopsia preliminar arrojó que no se encontró agua en los pulmones, pero sí múltiples golpes en todo su cuerpo y fractura de cráneo. Además, se fijó la hora de muerte entre las 00:50 y las 03:00 de la madrugada, lo que condice con el relato de una vecina que, tras ver en la televisión que se anunciaba como un accidente, llamó al 911 diciendo que no había sido así, que ella escuchó una fuerte discusión cerca de las 3 de la mañana.
La investigación fue llevada adelante por el Fiscal Marcelo Martín Retes. El 5 de abril, el Juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 18, Dr. Pablo Raúl Ormachea, ordenó la detención de los imputados Aníbal Domínguez Butler, “Vaquero”, Enrique Rulet “El Loco” y Juan Carlos Ezequiel Rodríguez “El Turu”. Además, amplió la detención a Patricio Reynoso “Gerson” (vivía en la Sede y estaba a la hora del hecho) y Marcelino Lemo Maita, sereno de la sede, a fin de tomarles declaración indagatoria, quedando detenidos hasta el 28 de mayo. El 24 de abril, la Jueza María Graciela Lanz (subrogante ante el pedido de licencia de Retes), procesó a los primeros tres acusados por el delito de Homicidio Simple, a Patricio Reynoso por Encubrimiento Agravado y dictó falta de mérito para Marcelino Maita. Con posterioridad, la Sala IV Criminal y Correccional confirmó todos los procesamientos excepto el de Patricio “Gerson” Reynoso, a quien sobreseyó. Dicho sobreseimiento se encuentra apelado en la Cámara de Casación Penal, a la espera de una audiencia para su tratamiento.
Tras un tedioso proceso, y luego de reiteradas y sistemáticas negativas por parte del Juez Ormaechea a medidas de pruebas solicitadas por la querella, procedió a elevar la causa a juicio oral, encontrándose hoy en el Tribunal Oral en lo Criminal N°23, a la espera de la resolución sobre las pruebas solicitadas por la querella y la fiscalía. 47
¿Qué postura tomó el Club al momento del hecho? Bajo la presidencia de Gastón Cogorno, siempre hablaron de accidente. Deliberadamente evitaron la palabra asesinato, aunque puertas adentro reconocieran lo que había pasado. Hacia afuera, sólo una desgracia. Poco hizo el Club, o casi nada, para ayudar a esclarecer el hecho. Sólo ante los medios se limitaron a ponerle play al cassette y decir que estaban a disposición de la justicia. Pero no se hizo ni un sumario interno. O, al menos, no lo entregaron como prometieron en la Asamblea General de octubre pasado. “El sumario interno está hecho”, dijo el Presidente Víctor Blanco. Pidieron que lo entregara. Respondió “llegado el momento”. Familiares y amigos juntaron 900 fir-
FOTO DEL MURAL. 48
mas (400 más de las que establece el Estatuto) pidiendo una Asamblea Extraordinaria donde se tratase el tema. La misma debía ocurrir un mes después de ser presentadas (septiembre de 2014). En aquella misma Asamblea General de octubre de 2014, prometieron que se realizaría en diciembre, pasadas las elecciones (Si perdía el oficialismo, finalmente podría pasarle la pelota a otros). Todavía siguen esperando que se convoque. Aunque creen que no pasará, ya que Blanco les dijo que “no sirve para nada”. Tal es el desinterés por llegar a la verdad y el poco compromiso con la causa, que incluso ya no se puede ver la bandera de “Justicia por Nicolás Pacheco” que se ubicaba en el anillo superior de la popular visitante. Desde hace un tiempo,
una nueva bandera de la barra ocupa ése sector. Esto, también, es una prueba para nosotros, los hinchas, los socios. El 24 de enero de 2014, a un año del asesinato de Nicolás, hubo una convocatoria a la Sede de Villa del Parque. Su madre, Estela, pequeña gigante que conmovió a todos con su inmensidad, abrió el homenaje. Luego, se encendieron velas debajo del mural pintado en una de las paredes externas. Éramos 200 personas a las 7 de la tarde. Ni el 1% que asistiría a un partido en horario laboral, que nunca baja de 20 mil. ¿Qué mensaje damos? ¿Qué nos conmueve? ¿Qué nos moviliza? ¿Sólo la pelota? ¿Creés más importante viajar a Perú contra el Cristal o estar presente pidiendo justicia por un socio, hincha, amigo, compañero, asesinado dentro de la casa que decimos amar? Eso no es querer a Racing. Querer a Racing es otra cosa. Muy
distinta. Es hora de abrir un poco los ojos. De asumir y contagiar un compromiso que realmente nos convierta en el Club que queremos. El paso del tiempo, Bou, Milito y la Copa no pueden tapar semejante tristeza. La de un asesinato dentro de nuestro Club y el accionar de aquella dirigencia y la actual para con el caso. Club serio es mucho, mucho más que hacer un buen mercado de pases. Club serio no es que el Vaquero vaya a la cancha como si nada. Club serio no es ver a Rulet arriba del paravalanchas con total impunidad. Club serio no es darle la espalda a los familiares y su lucha. Nicolás tiene familia y amigos que estoicamente no dejarán que caiga en el olvido. Que, sin dudas, encontrarán justicia. O, al menos, jamás dejarán de buscarla. Nosotros estamos con ellos. Por Nicolás. Y por Racing.
FOTO AFUERA DEL ESTADIO. 49
“Cartas echadas” del columnista invitado: MATÍAS RUFFET
A José no le gustaba la trampa. La única vez que infringió un comportamiento correcto fue en 1995, en una mañana soleada de un martes, cuando se carteó. Mientras acomodaba las barajas con sus manos arrugadas, magulladas por el paso del tiempo, ese abuelo entendió que era la hora de modificar intencionalmente el orden de los naipes y seguir jugando al truco. Para eso, José, de ojos grandes y brillantes, mirada noble, frente prominente y canas prolijamente peinadas cada 15 días en la peluquería del barrio, le dijo al rival de turno que fuera a buscar unas galletitas que estaban en el aparador. En ese estante, cuyo vidrio tenía pegado un calco con el escudo de Racing, una leyenda acompañaba la insignia: “la gente buena va al cielo y la de Racing, a todos lados”. Ese martes soleado de diciembre de 1995, mientras hablaban de la goleada histórica a Boca, ocurrida un par de días antes con una actuación consagratoria del Mago Capria, autor de tres tantos en el inolvidable 6-4 en la Bombonera, el abuelo era consciente de haber alterado la disposición de las cartas antes de la mano siguiente.
Abierto el paquete de galletitas, del que el abuelo José agarró un par de anillos de chocolate, continuó el partido de truco. El rival era Facundo, su nieto, quien agarró los naipes, confirmó que todos eran de espadas, levantó la cabeza, y cargó todo el aire posible antes de gritar. ¡Flor, abuelo, flor! En las dos manos posteriores, la fórmula se repitió, aunque con oros y bastos. En cada grito enérgico de Facundo, pibito de 7 años siempre vestido en celeste y blanco, como dictaba el corazón y la herencia familiar, se advertía que la voz continuaba desgastada por los seis festejos del domingo. Por las definiciones del Chelo Delgado y del Mago, o por haber cambiado el orden de las barajas al enseñarle a Facundo cómo jugar al truco, José disfrutaba de una cosa: ver sonreír a su nieto. José no sólo le enseñó a jugar al truco. Porque primero, siempre, estuvo Racing. Cejas; Martín, Perfumo, Basile y el Panadero Díaz; Rulli, Mori, el Bocha Maschio —un señor jugador, agregaba—; Rodríguez, Cárdenas y el Toro Raffo. 50
Al lado de la cuna, cuando Facundo ni siquiera había dicho una palabra, o cuando lo llevaba a pasear y le contaba del pasado brillante de la Academia, el abuelo le repetía a su nieto una formación gloriosa: la del Racing del otro José, Pizzuti. Y tanto Racing como otro tipo de cartas, tuvieron una manera más de vincular a Facundo y José. En 2007, cuando el Alzheimer y el Parkinson se habían hecho sus crueles marcas personales, el abuelo, con esas manos arrugadas que una vez acomodaron los naipes, tomó —como pudo— una lapicera y firmó una despedida especial para su único nieto, le prometió acompañarlo desde donde fuera a cualquier cancha, y le dejó un pedido expreso: descansar en el césped del Cilindro, el paraíso de la tierra. Esa voluntad se cumplió justamente cuando se homenajeó al equipo de Pizzuti, a 40 años de haberse consagrado como primer campeón mundial. Las cenizas del abuelo José fueron esparcidas en el área grande del arco de la popular de Racing, donde una multitud, al año siguiente, fue testigo de algo increíble.
El 29 de junio de 2008, Facundo —con otros miles en la tribuna— no encontraba explicación y comenzaba a sonreír. Claudio Bustos, el delantero de Belgrano, quedó de frente al arco, solo, listo para definir después de un choque entre Martínez Gullota y Cáceres. Pero en vez de hacer el 1-1 y agigantar el sufrimiento de la Academia, que si perdía sufriría el descenso, Bustos trastabilló hasta terminar de jeta en el piso, lamentándose. Ya en Atlético Sampacho, de la Liga de Río Cuarto, en 2015, Bustos le reveló a un compañero qué le había pasado en la cancha de Racing. Cuando iba a empujarla —agitó la cabeza Bustos, como si el recuerdo fuera un puñal—, hubo una brisa y algo me entró en los ojos, no vi más y me tropecé. A José no le gustaba la trampa, pero disfrutaba demasiado ver sonreír a su nieto. Y a Racing.
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