Directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de Ottawa, que realiza diversos estudios donde rescata las dinámicas emocionales de fenómenos históricos, políticos y sociales y su relación con lo privado e íntimo, fundamental aporte para pensar la relación siempre presente en los Estudios de Género y Feministas, entre lo público y lo privado. En 2011 inició su Public Feelings Project (Proyecto de sentimientos públicos) que es un archivo queer y feminista de emociones que comparte con un grupo de académicxs, artistas y activistas, entre ellxs Lauren Berlant, crítica cultural feminista estadounidense que mencionaré más adelante. Según Cvetkovich, el llamado “giro afectivo” en crítica cultural no solo hizo de las emociones, sentimientos y afectos (y sus diferencias) objeto de investigación académica sino también inspiró nuevas formas de producir teoría crítica (Cvetkovich, 2012), ya que para la autora, en la teoría crítica se produce un giro hacia las memorias y lo personal que da cuenta tanto del agotamiento de la teoría como de su renovación. Destaco del análisis de Ann Cvetkovich que narra experiencias personales de depresión en su obra Depression: a Public Feeling (Cvetkovich, 2012), ya que parte de una experiencia que suele ser asociada a la vida privada para construir teoría encarnada sobre lo que significa vivir con dolor y ansiedad. Utiliza sus memorias para plantear otros métodos de conectar sus experiencias con las exigencias críticas de la Academia (2012), lo que es sumamente interesante en relación a mi análisis de las emociones pandémicas ya que su objetivo es generar nuevas formas de pensar en la agencia de lxs sujetxs (2012) y en su reflexión hace explícita la relación emotiva y conflictiva con su trabajo académico. Siguiendo esta línea, Cvetkovich utiliza sus diarios de la depresión (Cvetkovich, 2012) para producir teoría crítica, dando cuenta de esta transformación del “giro afectivo” también en la escritura académica que visibiliza la dimensión emocional desde narrativas personales, lo que también se relaciona a mi trabajo de investigación sobre la pandemia a partir de reflexionar desde y sobre la encarnadura de mis diarios del confinamiento. Por su parte, Lauren Berlant, que ha sido considerada otra de las referentes del “giro afectivo” en la década de los noventa, ha indagado acerca de los componentes afectivos de la sentimentalidad nacional de Estados Unidos, dando cuenta de la forma en que las emociones y la política se articulan. La obra más reconocida de la autora es El optimismo cruel (Berlant, 2020) donde aporta dos claves de análisis para entender las emociones que han sido fundamentales para mi análisis de las emociones pandémicas: la importancia de dar cuenta de la dimensión afectiva de la esfera pública y, al mismo tiempo, visibilizar la dimensión política de la vida afectiva. De este modo, así como Sara Ahmed trasciende la pregunta acerca de qué es el dolor, el miedo o la vergüenza, para ver qué hacen estas emociones en términos sociales y su relación con la política