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El aumento del precio de la energía y su impacto en España

ISABEL MARÍA BASTIDA FERNÁNDEZ | PERIODISTA

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Los parques eólicos han incrementado su presencia en la península.

Parece que vivimos en el día de la marmota. A diario, abrimos las páginas de un periódico, sintonizamos nuestro informativo radiofónico favorito o encendemos el televisor para ver el telediario y hay una frase que se repite a diario en cada uno de estos medios. Como si de un mantra se tratase, hemos adquirido a nuestra cotidianidad la afirmación “la luz, el gas y el petróleo marcan un nuevo récord histórico en su precio”.

Al principio, muchos de nosotros ni tan siquiera prestábamos atención a los hechos, pues se trataban de precios para el mercado mayorista y nuestras facturas energéticas no se veían involucradas. Pero, poco a poco este hecho fue afectando a nuestro bolsillo y, lo que al principio eran solo unos céntimos, se convirtió en un problema social.

Un problema social compuesto de diversos dilemas más pequeños: entender la factura de la luz o del gas, comprender las causas que provocan el encarecimiento o abaratamiento de la energía y la cantidad de familias españolas para las que hacer frente a dicha factura les supone no llegar a fin de mes.

El mercado de la energía Debemos saber que gran parte de la culpa del aumento del coste energético es debido a la crisis energética que estamos viviendo. En 2020, Europa sufrió una escasez de gas natural que provocó varios bloqueos del mismo en el continente.

La escasez de gas viene dada por diversos motivos, tales como problemas geopolíticos con los países suministradores de gas (Rusia, Argelia y Marruecos, entre otros), así como las grandes alteraciones de la oferta o el aumento del uso del gas, por parte de China, para generar energía menos contaminante que la que venía creando, postulándose, de este modo, como un gran competidor para Europa en el consumo de este bien.

Este hecho, junto a la realidad de que la energía eólica no pudo dar suficientes frutos, debido a que el viento no sopló tan deprisa como lo suele realizar y los cortes de energía nuclear que también se produjeron, fomentó un desabastecimiento al que solo se podía hacer frente mediante la quema de combustibles fósiles, lo que provocó el aumento de los costes de los permisos para contaminar marcados por la Unión Europea.

Además, el mercado de la energía es un mercado regulado. Es decir, el precio se establece mediante una subasta diaria en el que las empresas generadoras de energía marcan una tarifa mínima para cada una de las horas del día siguiente.

En esta subasta, el precio mínimo se entrelaza con la demanda tanto de las empresas comercializadoras de energía, como de los consumidores. Estos precios por horas se ordenan desde el más bajo hasta el más alto y la cantidad monetaria de la última tarifa adjudicada será la que paguen los compradores.

Dentro de este marco, cabe destacar que los hechos que motivan la subida de la luz son los siguientes: • La demanda del consumidor: cuando se producen cambios bruscos de temperaturas, ya sea a la alza o a la baja, el uso de la energía, especialmente de la electricidad y el gas, incrementa. Esto produce que el consumo se dispare y que, por tanto, sus costes de producción sean más elevados.

En 2020, Europa sufrió una escasez de gas natural que provocó varios bloqueos del mismo en el continente

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno./ EUROPEAN UNION

• El precio de las materias primas: el incremento del precio del gas, que es el combustible fósil más utilizado para producir energía, provoca que, por ende, suba el precio de la luz, pues las centrales generadoras se verán afectadas por unos costes mayores. • Coste de las emisiones por CO2: este coste es una especie de impuesto que deben abonar las empresas generadoras de energía para poder contaminar.

Al haber aumentado éstas las emisiones de CO2, deben pagar un precio más alto por este ‘impuesto’. • El rol de las energías renovables: la producción de las energías renovables tienen un coste menos elevado, pero no tienen un rendimiento tan alto como el de los combustibles fósiles. Además, estas energías dependen de factores externos, como el sol, el viento o la lluvia, por lo que, a día de hoy, no son capaces de abastecer toda la demanda existente.

El coste de la energía en el hogar español El aumento del precio de la energía, por parte de las empresas generadoras, provocó que el Gobierno de España suspendiera, de forma provisional, el impuesto del 7% de producción a la energía eléctrica y la rebaja del IVA del 21% al 10%.

Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha afirmado que el consumo de energía en el recibo de la luz ha legado a suponer más de un 50% de la factura, por su parte, los impuestos representan el 13,5%, mientras que el 35% restante son los peajes y demás cargos que hay que pagar por transportar la energía y su creación.

Por lo tanto, las decisiones llevadas a cabo por el Gobierno, aunque han ayudado a paliar los efectos negativos del incremento del precio, no han sido eficaces para que la factura eléctrica no suponga un problema en los hogares españoles, que se enfrentan a la realidad de tener que costear uno de los recibos más caros de Europa.

Efectos del aumento de precio de la energía A lo largo de este artículo, estamos hablando del hogar, pero no podemos olvidar que las empresas también son consumidoras de energía y, por lo tanto, también sienten el efecto del incremento de este coste.

En este ámbito, encontramos uno de los efectos negativos. El incremento de los precios puede provocar un éxodo de grandes empresas hacia países en los que el precio de la energía sea menos elevado, pues esta realidad les resta competitividad con el resto de industrias del sector en el que trabajen.

En cuanto a los autónomos, éstos son los más perjudicados, pues su competencia está más próxima a

El mercado de la energía está regulado: el precio se establece mediante una subasta diaria en la que las empresas generadoras marcan una tarifa mínima para cada una de las horas del día siguiente

Los paneles solares se prevén un salvoconducto ante la subida del precio de la luz.

El aumento del precio de la energía provocó que el Gobierno de España suspendiera, de forma provisional, el impuesto del 7% de producción a la energía eléctrica y la rebaja del IVA del 21% al 10%

ellos y pueden existir variaciones importantes en el importe de la factura energética entre un competidor y otro debido al tipo de contrato que tengan con las empresas comercializadoras. Además, sus ingresos son menores que los de las grandes empresas.

Cabe destacar que este aumento del coste de la energía ha provocado la subida del IPC, por lo tanto, tanto grandes empresarios como autónomos, tendrán que hacer frente a unos costes laborales y salariales más elevados.

Otro efecto negativo es la disminución del ahorro doméstico y es que los hogares españoles, que a día de hoy destinan alrededor de 800€ anuales a pagar el suministro energético, ven cómo su capacidad de ahorro disminuye y, por tanto, se reduce su capacidad de compra y el Estado sufre una reducción en la recaudación de impuestos.

Y es que, con el inicio del fin de la pandemia no todo son buenas noticias. Aunque, a pesar de este nuevo bache al que nos enfrentamos como sociedad, tenemos que dar las gracias a nuestros mayores y su gran capacidad de previsión de crisis, pues ya decía mi abuela hace unos cuantos años “hija, apaga la luz que el contador está corriendo y la luz está cara”, enseñando, de este modo, cómo ahorrar de manera eficaz y eficiente.

El incremento de los precios puede provocar un éxodo de grandes empresas hacia países en los que el coste de la energía sea menos elevado

Manifestación por la subida de la luz en 2021./ ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

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