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ANTECEDENTES

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III.4.1 Pachacamac

III.4.1 Pachacamac

podía cuidar las llamas de Atunchuca...Yanaraman se convirtió en león y se comía el ganado. Un mensajero habló con Yanaraman para que entregase el ganado. Se enojó y se marcho al cerro Pumac Catao con sus hermanos Carua Pincollo y Carua Machacuay...” (Duviols, Pierre; 1977:427 y sig.).

P. Duviols cita otra información, del pueblo de Juan Sánchez Falón, en la cual se explica que del cielo cayeron tres hijos de Libiac: Raria Paucar, Callupa y Naupa. Estos pueblos comprendían que descendían de Binac Vilca y de sus tres hijos, “...a tenido hasta oy por su dios porque han creído y creen que el dicho Binac Bilca se tornó a subir al donde está el sol de manera...” (Duviols, Pierre; 1977:432 y sig.).

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.- Mito de creación Guamachuco, Fray Juan de San Pedro, 1560 (Mito de Apo Catequil) Atagaju, criador de todas las cosas, residía en el cielo, desde allí gobernaba. Éste creo el cielo y la tierra, pero viéndose sólo crío otros dos, “...estos tres tuviesen una voluntad y un parecer...” (San Pedro, Fray Juan, 1992:161). Nombrados Sagadzabra y Ucumgavrad. Además, la divinidad tenía tres, o dos servidores, según la narración consultada: Uvigaicho, Vustiqui y Huamánsuri. Enviados al mundo por la divinidad, donde las gentes malignas los esclavizaron. Huamánsuri dejó en cinta a la hermana de estas malas gentes, llamada Cauptaguan, por lo que mataron a Huamánsuri. Cautaguan parió dos huevos, el Apo Catequil y el Piguerao, y posteriormente murió. Apo Catequil resucitó a su madre, y con dos hondas, donadas por su padre Atagujo, mató a los asesinos. Atagujo posee la cualidad de hacer rayos, truenos y relámpagos, y le trasmitió tal poder a su hijo. En la narración se percibe a la divinidad Catequil como principio dinámico, mientras que Ataguju se podría considerar como el lejano creador. En común con el mito de Huarochirí, explica el investigador Nikolay Rakutz, se aprecia la creación de los dioses a través de huevos, y la aniquilación de las poblaciones; pero no halla semejanza a la mitología inca o del altiplano. En cambio, hemos observado que existen una serie de características, como las armas que porta la deidad, las advocaciones, su ubicación o sus poderes, similares a las

características narradas en el mito de Huarochirí. Estos puntos se analizarán en la conclusión del capítulo.

.- Mito de Pachacamac, Fray Antonio de Calancha.

De esta narración hemos destacado algunas ideas. Pachacamac crío a la primera pareja que habitó el kay pacha, pero éstos no tenían que comer. El hombre murió, y la mujer suplicó al sol que la ayudase, y éste la fecundó. Pachacamac mató al hijo de estos y lo despedazó. De sus dientes germinó el maíz, de las costillas y huesos la yuca, de la carne el pepino. Hemos elegido esta parte de la narración porque es un claro ejemplo, como explicaremos, del concepto de sacrificio entendido éste como generador de una nueva vida, y ritual indispensable para la sustentación de la comunidad. Además, los hombres que habían sido creados por la deidad son convertidos en monos. Dato que nos parece muy curioso es que hemos advertido que el simio sólo es mencionado en las primeras crónicas (Gutiérrez de Santa Clara, 1963:L.III, Cap. LVI; apéndice de Bataillon, Marcel; 1963: 22-23 que reproduce parte del texto de Agustín de Zarate). Si no es por las cerámicas que lo ilustran, y por estas primeras recopilaciones, parece que no hubiese existido el simio como divinidad.

.- La creación según el padre Bernabé Cobo, Historia del Nuevo mundo. En los textos del padre Bernabé Cobo70, encontramos una serie de narraciones que son bastante interesantes. La primera narra los tiempos primigenios como un acontecimiento que empezó con los incas, éstos, elegidos como gobernantes, emigran desde la laguna Titicaca hasta Pacaritambo. En el mito la laguna es el mar primigenio que fue acariciado por los rayos del sol, tras milenos de oscuridad. Se perciben dos fuerzas opuestas, el agua y el fuego, como agentes encontrados que mantienen la creación. El sol se ocupa en este escenario de marcar el renacer de una nueva fase. Así, entendido el cuerpo del agua como fluido de la “placenta cósmica”, que acaba de causar una nueva vida, los incas destacan como los hijos primigenios de ésta creación. Las

70 Cobo, Bernabé; 1956: 14 y sig.

características halladas en el texto nos hacen pensar que el mito está al servicio del poder real incaico, además, las deidades son aquellas manifestaciones que sostenían el poder del monarca, por lo tanto se percibe una amalgama de doctrinas heredadas de tiempos anteriores. En este caso, y otros muchos, el mito conlleva conceptos panandinos de poder y de herencia. La figura de Manco Capac, por ejemplo, se presenta como el nuevo poder que gobernará la tierra elegida, el núcleo del mundo, donde las fuerzas del universo convergen para desarrollar la vida con óptimos beneficios. Cuando éste llegó a lo que será el futuro “ombligo del mundo”, a Cuzco, las gentes pensaron que era hijo de una deidad, pues aparecía resplandeciente como Inti, “...hacia estirar dos planchas de plata muy delgadas y bruñidas, se puso la una en los pechos y la otra en las espaldas y una diadema de los mismo en la cabeza...” (Cobo, Bernabé; 1956:62). De esta manera Manco Capac se legitimiza como hijo del Sol. Manco Capac desarrolla una serie de trabajos que marcan la conducta arquetípica que más tarde seguirán los gobernantes y las comunidades: labrar, gobernar, educar, etc. Por otro lado, el principio femenino, que marca las conductas arquetípicas de las mujeres, es Mama Ocllo que se encarga de enseñar a las mujeres: a tejer, a cocinar, etc. El siguiente texto que recopiló el padre Bernabé Cobo trata de los hermanos Ayar. Tras el Diluvio, donde perecieron todos los hombres, salieron de una cueva, “... por una ventana de piedra, que esta en la boca o respiradero de la dicha cueva...” (Cobo, Bernabé, 1956:62) cuatro hermanos: Manco Capac, Ayar Cachi, Ayar Uche, Ayar Manco, y cuatro hermanas, Mama Huaco, Mama Ocllo, Mama Ragua y Mama Cura (Cobo, Bernabé; 1956:62 y sig). Éstos se establecieron en la tierra gracias al Hacedor del Mundo que los repartió por las cavernas de la tierra, siendo arrojados en Pacaritambo. Los conductos subterráneos de la Pachamama fueron utilizados para salir y establecer la humanidad presente, parida por ésta. Los hermanos se dirigieron hacia el Cuzco con las semillas del maíz y otros mantenimientos; las plantas que ayudan al desarrollo de la comunidad. El hermano mayor, Manco Capac, tiró una honda con cuatro piedras hacia las cuatro partes del mundo. Característica que interpretamos como el establecimiento de los cuatro rumbos del Tahuantinsuyu, mas el centro. Espacio que forma el personaje, es decir, una segmentación geográfica-cósmica.

Sobre la misma narración, Juan de Santa Cruz Pachacuti escribió que estos hermanos no fueron cuatro, sino siete (Santa Cruz Pachacuti,Juan; 1968:283). Ayar Uchu, explica, tras las averiguaciones de Francisco de Toledo, se entendió como una figura de caudillo o sinchi de las poblaciones que habitaban el valle antes que Manco Capac. De esta manera, explicaba el autor, Ayar Uchu fue el tronco del linaje de los Allcahuizas. Éstos, junto a las naciones de Quizco y Sahuasiray, formaron el núcleo que posteriormente fue la ciudad de Cuzco (Santa Cruz Pachacuti, Juan; 1968:284). La tercera narración, que recogió el padre Bernabé Cobo sobre la creación del mundo, relata que los primeros pobladores, tras el diluvio, fueron ocho hermanos. El primero al convertirse en piedra fue adorado y en su lugar se estableció la ciudad de Cuzco (Cobo, Bernabé; 1956:73). La cuarta narración que el cronista recopiló explica que Ticci Viracocha Pachayachachic formó todo lo creado en Tiahuanacu; principalmente el Sol y la Luna (Cobo, Bernabé; 1956:76). El Hacedor ordenó el universo existente; así al sol lo elevó hacia el cielo, al hanan pacha, junto con la Luna. Los hombres fueron repartidos, por los conductos subterráneos de la Pacha Mama, según la ubicación que el Hacedor elegía y posiblemente, como explicaremos. La quinta narración explica que dos hermanos se salvan del diluvio, éstos auxiliados por dos guacamayas. De la unión de estos hombres y las guacamayas proceden los cañaris71 (Cobo, Bernabé; 1956:82). Como se aprecia es un mito de creación que posee animales procedentes de un ecosistema selvícola. En las regiones boscosas existen diversos mitos donde la unión de un hombre y un animal gesta la humanidad actual. Otra de las narraciones explica que en Cuzco, en Ancasmarca, una llama le aconsejó al pastor que se marchase a lo más alto de la montaña, pues, se acercaba un gran cataclismo. Nos interesa esta parte porque es un periodo en el cual se entendía que los animales se podían comunicar con los hombres. La creación mantenía una unión comunicativa, que más tarde se disolvió (Cobo, Bernabé; 1956:87).

71 Antiguos pobladores de las provincias de Azuay y Cañar, Ecuador.

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