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I.4. LA CREACIÓN

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III.4.1 Pachacamac

III.4.1 Pachacamac

I.4. LA CREACIÓN

Casi todas las narraciones coinciden en caracterizar el periodo antes de la Creación, del Inicio, como una época en la que predominaba el silencio y la oscuridad. Bernabé Cobo escribió lo siguiente al respecto: “…comenzó el Criador a sacar a luz, y producir todas las cosas, unos creen que de la nada, otros que del barro, y otros que formó los hombres de piedra y los animales y aves de las hojas de los árboles”... “que no tenía coyuntura en todo su cuerpo, que era ligerísimo...que con sola su palabra hacía nacer el maíz y demás legumbres...” (Cobo, Bernabé; 1956:150). Parece como si nada hubiese existido y fuese la palabra la que dio origen, de alguna manera, a lo creado. Gutiérrez de Santa Clara anotó lo siguiente al respecto: “…el primer dios que hubo en la tierra fue llamado Cons, el cual formó el cielo, sol, la luna, estrellas y la tierra, con todos los animales y lo demás que hay en ella, que fue tan solamente con el pensamiento..., y que formó con su resuello todos los indios y los animales terrestres y aves celestes y muchos árboles y plantas de diversas maneras. Y que después de desto se fue a la mar y que anduvo a pie enjuto sobre ella, y sobre los ríos y que crió todos los peces que hay, con sola su palabra,…” (Gutiérrez de Santa Clara; 1963: L.III, Cap. LVI).

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Durante el caos83 no existían ni los días, ni las estaciones, todo era noche; predominaba la no-delimitación del tiempo. De igual forma no existía una ordenación de las especies, los lugares, las regiones, etc. Pero, gracias a una fuerza creadora organizadora se formó la creación, el orden, el establecimiento del tiempo; a través, principalmente, del verbo del Ordenador. El tiempo material, computable, se constituyó a través del movimiento, en la bóveda celeste, del Sol y de la Luna. Glauco Torres Fernández de Córdoba anotó lo siguiente: “… i salido de allí, se fue a un sitio junto á la Laguna, donde ora está un Pueblo, llamado Tiaguanacu, a do luego que llegó con su Gente, hizo en un instante el Sol, i el Día; el cual mandó que con su veloz movimiento rodeáse i diese vuelta a todo el Mundo. Luego hizo la Luna, planetas y

83 Por ejemplo, para los panoa (cashinawa) de Brasil antes de la Creación “...el sol, la mañana y la noche estaban escondidos en agujeros...” (Núñez Jiménez, Antonio; 1962:33). El nexo común que hallamos en las narraciones es el concepto de ausencia del astro Solar, el predominio de oscuridad en un periodo pasado. Esto parece ser una constante entre diversas culturas sur americanas.

Estrellas,…” (Diccionario de Glauco Torres Fernández de Córdoba; citado en Torres, C., William: 2000: 8). De estas lecturas deducimos que en el kay pacha se entendía el tiempo, determinado por los astros, pero, nos hemos preguntado cómo aparece el tiempo en el hanan Pacha, o en el hurin pacha. Nos hemos cuestionado si existía el concepto extendido de periodos temporales en las otras segmentaciones del universo, que el Ordenador clasifica, o por el contrario no existían periodos computarizados. Durante el análisis comprendimos que, quizás, la cosmovisión centro andina entendía una primera división que determinó, en cierta medida, la ubicación de las potencias que rigen el cosmos. El cielo, con sus cualidades correspondientes, la tierra con las suyas y la región inframundana. Además, tras este primer ordenamiento se creó el sol, para marcar las pautas espaciotemporales que regirían la vida en el plano terrestre. Posteriormente, gracias a una segunda gran intervención, los seres creados pueden habitar el cosmos. Como idea general en las narraciones se hace alusión a una gran catástrofe originada por el agua; ésta marca el fin de un periodo y el inicio de otro (Molina, Cristóbal; 1989:57). Tras desaparecer las aguas de la inundación, la primera tierra que se descubrió fue la isla del Titicaca. Pedro Cieza de León anotó lo siguiente al respecto: “… porque afirman quetuvieron mucho tiempo sin ver el sol y que, padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos e plegarias a los que ellos tenían por dioses, pidiéndoles la lumbre de que carecían; y questando desta suerte salió de la isla de Titicaca...el sol muy resplandeciente..” (Cieza de León, Pedro; 2000:32).Generalmente, añade el cronista, al Hacedor le llamaban TiciViracocha; en el Collao le nombraban Tuapaca y en otros lugares Arnauan (Cieza de León, Pedro; 2000:33). El dato por el cual se presenta al gran Lago como uno de los lugares elegidos para el inicio de un nuevo periodo determina la gran importancia que el cuerpo de agua poseyó. Se exaltan dos elementos principales en la narración la Tierra y el Agua. Entendemos que, posiblemente, el mundo fuese percibido, en la cosmovisión centro-andina, como una pequeña isla de tierra, análoga al entorno del Titicaca, que flota rodeada de una gran masa de agua. De esta manera el hábitat de los seres, el kay pacha, se podría haber pensado como un gran ser vivo en gestación, dentro del líquido amniótico (Lozada Pereira, Blithz; 2003:22).

En la sierra, anotó Pedro Cieza de León, y en los llanos, se narraba que del diluvio no escapó nadie, “… si no fueron seis personas que escaparon en una balsa o barca…” (Cieza de León, Pedro; 2000:27). Posiblemente el diluvio se concibió como un gran cataclismo que purificó la tierra provocando la explosión del gran líquido que dio la vida a una nueva creación. En la Biblioteca Nacional de Madrid hemos hallado la siguiente información sobre el Diluvio:

“… creíantambién que llovio tanto un tiempo que se ahogaron los hombres y mujeres menos los que se pudieron librar en las cuevas de algunas altas lomas, y sereno que fue el çielo inviaron estos hombres, que quedaron libres, unos perros, que guardavan consigo, a que los trajesen nuevas en las señales de el lodo, y agua, y viendo, que volvían limpios, que injutos, salieron a poblar la tierra. Tambien creaín que el Mundo se a de acavar, pero observaban, que avian de preceder algunos años de esterilidad, y seca, y que el sol, y la luna se avian de perder y asi lloravan muçho en los eclipses de estos planetas...” (Cruz, Fray Laureano de la, 1653:p.43.v.Mss.2450, B.N.M).

Al igual que B. Baztán Aguirre opinamos que las aguas en la cosmovisión andina “…desintegran, destruyen las formas, lavan los pecados y generan una situación de paso de caos a cosmos: el destino de las aguas es preceder a la creación...” (Aguirre Baztán, Ángel; 1992:37). Hemos observado en las narraciones que el lugar de nacimiento de los ayllus estaba relacionado con el agua y con la tierra. Por ejemplo, cada vez que un ayllu se desplazaba la refundación de éste consistía en llevar agua del antiguo manantial de origen, de su pacarina. Por ejemplo, los incas robustecían su presencia en Cuzco cuando traían agua del lago Titicaca, su pacarina (Sherbondy, Jenette; 1992: 92). El agua primordial del lago Titicaca se utilizaba para bañar al sucesor del poder, le relación con sus antepasados fundadores, y con la fuente primigenia de creación del universo sagrado centro-andino (Moreno Yánez, Segundo; 1996:277). Hemos hallado una gran dificultad para comprender el significado del agua en la cosmovisión andina. Si bien, en los textos el agua se presenta tanto como fuente de vida, como fuente de muerte. Posiblemente existiese una relación muy compleja entre el agua y la geometría del universo. De esta manera el agua podría poseer características masculinas, relacionadas con la lluvia, y características femeninas, relacionadas, por ejemplo, con un lago. Como veremos, esta propuesta puede asociarse con el concepto unido a los

periodos de lluvias y los periodos de secas, cada uno relacionado con lo femenino y lo masculino. En este caso el agua que dio origen a la humanidad, el lago que gestó la vida, se podría relacionar con lo femenino. Así, existiría el agua de las regiones hanan y el agua de las regiones hurin. Tras analizar los textos hemos advertido la posibilidad de que el Ordenador- Hacedor fuese poseedor de cualidades andróginas, coexistiendo todos los atributos sexuales en la unidad divina, como hemos indicado. De esta manera, quizás, cohabitaban los principios macho - hembra, frió - cálido, de manera intrínseca en el ser primigenio. Esta apreciación, permisiblemente, imprime cualidades bipolares al resto de lo ordenado-segmentado; en este caso al agua. A los cataclismos ocasionados por el agua, por lo general, sobreviven unos determinados individuos, elegidos en cierto modo: una familia, una pareja hombre- mujer, una anciana, etc. Además, como hemos indicado, aparece la montaña como lugar de salvación. Aunque, Bernabé Cobo escribió al respecto que aquéllos “… se metieron en una caja de atambor...” (Cobo, Bernabé; 1956:151). En la cosmovisión andina apreciamos la idea de que antes de la intervención del Creador84 solo había mar y oscuridad, y es con esta primera humanidad el momento en el cual comienzan una serie de periodos míticos. Sobre los primeros pobladores, Fray Laureano de la Cruz escribió lo siguiente: “…dos hijos de el Sol havian causado, que hubo uno que se llamo Con. Los crió primero y luego los destruyo por que le ofendieron y el segundo que se llamava Pachacama los restituyó a su ser, dando a su albedrío las tierras y demás criaturas, que hico para serviçio de ellos…” (Cruz, Fray Laureano de la; 1653:p.43.v.Mss.2450, B.N.M). Así, en los textos, como se aprecia, existen varias humanidades vinculadas a los periodos o edades que prefijan la historia mítica. Una característica común es hallar humanidades pasadas convertidas en animales, particularidad originada, por lo general, por un castigo divino. Francisco López de Gomara escribió lo siguiente al respecto: “…sobrevino Pachacama, hijo también del Sol y la Luna, que significa criador, y desterró a Con, y convirtió sus hombres en gatos, por lo cual algunos negros tienen gesto de tales; tras de los cual crió él

84 En el diccionario de Jesús Lara este periodo es llamado tiempo del Chauchchu: origen principio; Qöri chaucha pacha: tiempo de los más antiguos antepasados, sinónimo de T’ijsi. Lara, Jesús; 1971:79.

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