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II.2. Las rutas comerciales: los intercambios de ideas
de nuevo a hombres y mujeres como son ahora, y los proveyó de cuantas cosas tienen…” (López de Gomara, Francisco; 1985:184-185). Al respecto en los textos de Gutiérrez de Santa Clara hemos hallado la siguiente información:
“… que destruyó con fuego y agua todo lo hecho y criado por el dios Cons, y que los indios que había los convirtió en simios y monas y los envió a vivir a los Andes (Selva) y a los valles que hay por allí....Y que después de destruidas estas tierras, dicen los indios que el dios Pachacama, como poderoso en todas las cosas y por otra parte misericordioso, las tornó a reformar y a mundificar, y que crió de nuevo otros indios y muchas indias bien hermosas,…” (Gutiérrez de Santa Clara; 1963: L.III, Cap. LVI).
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El tiempo pasado y una humanidad destruida/trasformada se relacionan, parece, con ciertos animales, y en algunos casos, como veremos, con ciertas plantas. En algunas narraciones el hombre nace, o es parido, por los conductos de la matriz del mundo terrenal cuya apertura, salida o nacimiento se vincula a una cueva, un manantial, etc. Cristóbal de Molina escribió lo siguiente al respecto:
“ ...Y acabado de pintar y hazer las dichas naciones y bultos de barro, dio ser y ánima a cada uno por sí, así, a los hombres como a las mugeres y les mandó se sumiesen debajo de tierra, cada nación por sí, y que de allí cada nación fuese a salir a las partes y lugares que él les mandase; y así dicen que los unos salieron de cuebas, los otros de cerros, y otros de fuentes, y otros de lagunas, y otros de pies de árboles y otros desatinos desta manera; y que por aver salido y enpeçado a muntiplicar destos lugares y aver sido de allí el principio de su linaje, hizieron guacas y adoratorios estos lugares, en memoria del primero de su linaje que de allí procedió y así cada nación se viste y trae el traje con que a su guaca vestían.” (Molina, Cristóbal de; 1989:51). 85
Así, en el proceso de creación, desde un mundo nocturno, con la primera salida del sol quedan instalados en el mundo los humanos. El Hacedor es el ordenador del mundo, el que clasifica las cosas otorgándolas identidad,
85 De esta manera el Ordenador- Hacedor divide y forma los diferentes grupos humanos conforme a un lugar geográfico, una cueva, una laguna, etc. En la cosmovisión del área mesoamericana, por ejemplo, existe la idea de que el dios creador en su ser se divide en tantos dioses como grupos humanos existían (López Austín, Alfredo; 1997:39). La cita de Cristóbal de Molina nos ha hecho pensar que, quizás, esta percepción hubiese sido semejante en la cosmovisión centro andina.
“…habiendo puesto en orden y concierto todas las cosas por él criadas, dando a cada una el lugar que le tocaba, se subió desde allí al cielo” (Cobo, Bernabé; 1956:150). Por lo tanto, el mito de creación manifiesta una serie de fases, o periodos. Se pasa de un estado de caos y de desorden, a un estado de orden y equilibrio. Pero esta Ordenación requiere una serie de fases, a modo de pruebas, ensayos. Juan de Betanzos, Suma y narración de los incas, habla de una primera creación en la que el Ordenador hizo el cielo y la tierra, los dos principios que marcan la división centro andina; y todo lo dejó en plena oscuridad (Betanzos, Juan; 1968: 8). En esta primera intervención no existían ni el fuego, ni los días. Tras la salida, en la gran laguna de Titicaca, del Hacedor, éste hizo el Sol y el día, y al “…sol mandó que anduviese por el curso que anda…” (Betanzos, Juan; 1968: 9 y sig). Sobre los mitos de creación que, comprenden la simbología de un huevo, hemos advertido que en los andes hay narraciones (Peruana Letterae annuae, T. III. Peru 14, fol 54 54v; Ávila, Francisco de; Mss.3169:fol.122.B.N.M). Por ejemplo, entre los Kogi, Colombia, el investigador R. Dolmatoff observó que el universo se percibe como un inmenso huevo. La Madre Universal creó el universo y al primer hombre. Ésta tuvo nueve hijas, y cada una de éstas representaba un tipo de cultivo, tierra negra, tierra arenosa, etc. De igual forma estas tierras formaban una serie de pisos horizontales dentro del huevo cósmico, característica que vincula el autor a una escala de valores (Dolmatoff, Gerardo Reichel; 1992:534-538). El hombre vive en la quinta tierra, la tierra negra, la tierra de en medio. El huevo se entiende como un útero, al igual que la tierra. A su vez, las cavernas y grietas de ésta se conciben como orificios del cuerpo de la Madre. Sus creencias, entiende R. Dolmatoff, se basan en la observación empírica de la naturaleza (Dolmatoff, Gerardo Reichel; 1992:534-538). Al igual que las percepciones del investigador R. Dolmatoff hemos advertido, en la cosmovisión de los Andes peruanos, una afinidad entre la creación del mundo y el huevo. El huevo es, en cierta medida una metáfora genésica del pasado, pero este punto se explicará en el capitulo de la geometría del Universo. Otro rasgo muy importante, vinculado al huevo, es que existe una característica básica: los huevos poseen variaciones tipológicas que aluden a formas de diferenciar a los individuos. Es decir, para los personajes de alto
rango el huevo es de oro, para las mujeres de plata y para el resto de la población el huevo es común (Peruana Letterae annuae, T. III. Peru 14, fol 54 54v). En Guacho y en Begueta, por ejemplo, P. José de Arriaga recopiló una información por la cual las gentes creían que en los tiempos antiguos el Sol descendió a la tierra y puso dos huevos. Uno de éstos era de oro, del cual proceden los curacas y caciques, y el otro era de plata, origen del resto de la comunidad (Arriaga, PabloJosé de; 1968: 220). El génesis desde el huevo aparece en numerosas narraciones y conlleva una distinción de sexo y estatus social. Ésta, posiblemente, ejemplifica la placenta del mundo, a partir de la cual, tras su ruptura, surge la gran separación: lo de “arriba”, lo del “medio” y lo de “abajo”. Esta separación, además, conlleva perfiles que denotan un interés por separar las gentes elegidas por la potencia divina que domina el cosmos, las de “arriba”; de las gentes comunes, las de “abajo”. Una forma bipolar hanan/hurin, además de otros rasgos que analizaremos de mayor complejidad. El investigador Eusebio Manga Quispe, basándose en los textos de Gutiérrez de Santa Clara, concibe la creación centro- andina dividida en cuatro venidas. El investigador comprende dos retornos solares, relacionados con el concepto de hanan; y dos lunares, relacionados con el concepto de hurin. La primera venida pertenece al Sol, así, una divinidad relacionada con el astro creó desde la nada una pareja de hombres, animales y peces, pero olvidó crear las plantas comestibles. El varón se murió de hambre. En la segunda creación el sacrificio del varón se entiende como el abandono del Criador, y la supremacía de las fuerzas del hurin pacha, de hurin, de las potencias de la Luna. En la tercera venida el dolor de la mujer andina por la muerte del varón es consolado por el sol que fecunda a la mujer con sus rayos. Así, las fuerzas de hanan se manifiestan sobre las de hurin. En la cuarta venida la divinidad Pachacamac, indignada por estos actos, mata al hijo que la mujer tuvo con el sol, y lo despedaza. De su sacrificio nacieron las frutas y las plantas comestibles. En la quinta venida los poderes hanan se manifiestan sobre los hurin. El sol devuelve la vida a su hijo y lo llamo Vichama, Villama. En la sexta venida, Pachacamac interviene de nuevo en la narración, mata a la madre de Vichama, aprovechando la ausencia de éste, y crea a una humanidad diferente. En la séptima venida Vichama castiga a Pachacamac y convierte a su humanidad en piedras. Pachacamac huye introduciéndose en el mar, y
Vichama crea otra humanidad. Pero éstos no saben adorar a las huacas por lo que Vichama pide auxilio a su padre, el sol, el cual le envía tres huevos. En la octava venida Pachacamac crea indios para poblar la costa. En total son cuatro creaciones y ocho enfrentamientos de las fuerzas del Sol y Pachacamac. Dos creaciones pertenecen al Sol y dos a Pachacamac: la secuencia de intervención es: Sol- Pachacamac- Sol- Pachacamac.86 Sobre los ciclos míticos Olinda Celestino ha escrito que como resultado de una lectura crítica de las fuentes se obtiene dos series cronológicas. En la primera constan datos de la tradición europea-cristiana provenientes del Antiguo Testamento, en la que se incluyen la edad del Padre, la edad del Hijo y una posterior edad del Espíritu Santo. La segunda serie contiene referencias a nombres de edades preincaicas y prehispánicas en las que el tiempo se estructuró en una división quinquepartita, pues los incas, comprende la investigadora, creyeron estar viviendo el quinto mundo. Cada uno de los mundos anteriores había durado mil años, y cada mil años perecía un sol, y resurgía uno nuevo (Celestino, Olinda; 1997:2)
El investigador A. Núñez Jiménez (Núñez Jiménez, A.; 1962: 37 y sig.) escribió un interesante estudio sobre los mitos de creación en Suramérica, y destaca las siguientes características:
1. Origen relativo. El hombre ya existía en otro mundo y llega a la tierra de diferentes maneras. 2. Origen celeste. El hombre procede de la parte superior del mapa conceptual de la cosmovisión que relate el mito.
86 El autor opina que la primera creación se produce ex - nihilo; a través de la palabra y del pensamiento. No existían las plantas cultivables, y la economía era la de los pueblos de cazadores- recolectores del Paleolítico andino. En la segunda creación Pachacamac destruye a la madre de Vichama y crea nuevos hombres y mujeres con alimentos cultivables. Lo que clasifica el autor como una referencia al Neolítico andino. En la tercera creación, por la petición de Vichama a su padre el sol, la humanidad es creada por tres huevos, y éste expulsó a la humanidad creada por Pachacamac hacia la selva. En la cuarta creación Pachacamac destruye con agua y fuego a la humanidad, y crea otra. En Manga Quispe, Eusebio, “Lucha de dioses y creaciones humanas en la costa andina”, [on line], disponible en la World Wide Web: http://www.andes.missouri.edu/andes/Especiales/EMQDioses/EMQ_Dioses3.html, 15 junio, 2001. Interpretación que, como hemos recordado, se empezó a desarrollar en los años setenta (Girard, Rafael; 1976:1692). Estas teorías, que interpretaban que las eras míticas y los ciclos de la historia podían acoplarse, poseían cierta correlación, están hoy superadas.
3. Origen subterráneo. Los hombres aparecen de las cuevas u otros orificios del interior de la tierra. Es un acto de creación que manifiesta la idea de que la humanidad fue parida por los diferentes orificios de la
Madre Tierra o Pachamama. Esta narración es preponderante en la región centro-andina. Se observa a la vez, que existe un principio femenino, junto al principio creador masculino, que realizó el acto de creación. Esta dualidad nos marca, como veremos más adelante, dos aspectos muy importes de la cosmovisión andina: el aspecto superior- masculino y frío, junto al aspecto inferior- femenino y cálido. Pero son características que iremos viendo detenidamente a lo largo del trabajo. 4. Origen después de un cataclismo: la muerte, el cataclismo que se origina, es acto de un poder sobrenatural, en forma de venganza por alguna falta de la humanidad. Estas manifestaciones del poder, de las regiones celestes, se aprecian en numerosos textos, como puede ser
Huarochirí. 5. Auténtica creación. El autor opina que la auténtica creación se realiza a través de un creador que utiliza algún material de la zona terrestre: barro, madera, etc. Esta idea es de gran utilidad porque divide a los seres realizados en dos: una caracterización material, dotada por los materiales recogidos para la creación en la tierra; y otra caracterización de lo creado que participa del creador, la parte sagrada (Núñez Jiménez,
Antonio; 1962: 39).
Pero, el principal problema que hallamos en esta propuesta es distinguir, en los escritos coloniales, las referencias que se realizan a términos como “parte sagrada, “Hacedor”, etc. Pues, entendemos que estas percepciones se adaptan, de alguna manera, a los preceptos de la iglesia católica. Por ejemplo, los anímales, las piedras, los montes no poseen alma para la religión de los informantes del Viejo Mundo. Todo lo contrario a la cosmovisión andina. Por lo tanto, el concepto de creación andina se ve delimitado y simplificado en muchos de sus aspectos por la ideología de los recopiladores. Esta terminología se analizará con detenimiento, pues arroja una información muy valiosa para el estudio y comprensión de la cosmovisión centro-andina. Las características de los héroes, como Viracocha, escribe la investigadora Olinda Celestino, se
vinculan a nociones como casma, camac o callpa, conceptos que se refieren a fuerza vital invisible que anima el universo sagrado, y que es trasmitida a los hombres y a las cosas animadas (Celestino, Olinda; 1997:6)