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Colaboradores, colaboracionistas y secuaces……….……...........................219

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EPÍLOGO

EPÍLOGO

salvar al país”. Cada vez que en el Perú, por las razones que fuesen, ha habido malestar social, huelgas, paros, desórdenes callejeros, protestas estudiantiles, un vasto sector de la población civil ha reclamado la intervención militar para imponer “orden”, “disciplina”, que “es lo que el Perú necesita”. Las ocasiones en que la corrupción de las autoridades civiles han levantado escándalo, la opinión pública ha pedido que las Fuerzas Armadas tomen cartas en el asunto. Cuando el crimen, la inseguridad pública, el narcotráfico, asolan nuestras ciudades y el campo, se alzan voces pidiendo mayores medios y garantías, y hasta impunidad para la actuación de las FFAA. Muchos gobiernos civiles respaldados por la opinión pública han recurrido a los militares como si tuvieran poderes mágicos para resolver problemas espinosos.

Es una locura, dicen los sicólogos, hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Los peruanos tenemos la locura de creer que un gobierno fuerte, tirano, manu militar, autoritario, como el de los militaristas, sean estos encabezados por militares como Velasco o civiles como Fujimori, nos pueden sacar de las crisis y llevarnos al progreso. Nada más falso ni más pernicioso, tenemos atrás toda nuestra historia para demostrarlo.

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Quizá la peor consecuencia del militarismo es que en dos siglos no hemos desarrollado corrientes políticas que puedan debatir de forma continua y coherente nuestros conflictos: sierra-costa-selva, indios-cholosblancos, indigenismo-occidentalismo, ricos-pobres-clase media, centralismo-descentralismo, ciudad-barriada-campo, etcétera, etcétera. Tampoco se han podido desarrollar corrientes ideológicas que representen de forma sostenida y dinámica los intereses de los diversos grupos sociales y económicos. Por lo tanto no tenemos un “PROYECTO DE PERÚ” a debatir o compartir.

Ejemplifica este hecho la triste campaña de los candidatos a la presidencia del Perú el año 2001, centrada en si uno de ellos consumía cocaína y tenía una hija “ilegítima” o si el otro tenía un piso en Francia que no había declarado. Este vacío de contenidos políticos a debatir es

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