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El imperio Quechua

Cajamarca y Lambayeque. La garantización se puede notar en forma acentuada en la Cultura Huari a través de un destacamento que garantiza el dominio de un grupo sobre los demás; esto no es incompatible con el dominio a través de la justificación, pues, por el contrario, ambas formas de dominación se dan la mano, se complementan. Lo que sí debemos precisar es que la garantización es el aspecto que predomina, por la necesidad de fortalecer el dominio del futuro Estado.

Huari, a decir del arqueólogo Lumbreras, fue un imperio que contó con un ejército ya organizado, el mismo que le sirvió para la conquista de otros pueblos. Esto implicaría que fue ya un Estado, propiamente dicho. Deduciríamos, por lo tanto, que por entonces existía ya una sociedad esclavista. Al respecto de este último planteamiento, no estaríamos en condiciones ni de aceptar ni de contradecir lo sostenido por Lumbreras, hasta mientras no aparezcan más evidencias, los mismos que nos darían más luces al respecto.

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EL IMPERIO QUECHUA

En principio, es bueno dejar en claro dos cuestiones: a) Utilizamos el término “Quechua” para denominar a la cultura a la cual la mayor parte de los estudiosos (historiadores, sociólogos, antropólogos, etc.) denominan “Cultura Inca”. Creemos que el término “Quechua” engloba y expresa de mejor manera a toda esta Cultura, mientras que el de "Inca" sería en base al nombre del soberano gobernante y continuaríamos con el viejo vicio de hacer historia política privilegiando la personalidad de los individuos. b) Utilizamos también el término de "Cultura Quechua" por haber sido esta cultura la que logró imponerse sobre las demás.

En torno a la Cultura Quechua en su conjunto, hay un sinnúmero de opiniones, comenzando por la de los fundadores del socialismo científico, los mismos que en muchos de sus trabajos se refirieron a este tipo de sociedad (véase: Formaciones Económicas Precapitalistas y El Capital T. III, Carlos Marx; El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Federico Engels). Para caracterizar a la Cultura Quechua en su conjunto, hay diversas opiniones. Nosotros mencionaremos las más importantes. EL MODO DE PRODUCCIÓN DE LA COMUNIDAD PRIMITIVA

El peruano Luis E. Valcárcel y en menor medida el francés Luis Boudin son los que sustentan este punto de vista, tomando como base la vida en el Ayllu,

que a partir de la llegada de los españoles se le denominó “comunidad”. Estos autores resaltan la forma de trabajo, los bienes en común (tierras, bosques, animales, pastos, agua, etc.) y, por supuesto, el reparto equitativo de todo lo producido.

EL MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICO

Los que sostienen este punto de vista se guían por los planeamientos hechos por Carlos Marx en referencia a las sociedades de la India, China, Ceilán, etc. Aquí sus palabras: "El Estado es aquí el supremo terrateniente y la soberanía no es otra cosa que la concentración a escala nacional de la propiedad de la tierra. A cambio de ella no existe propiedad privada sobre el suelo, aunque sí posesión o disfrute, tanto privado como colectivo, de él.” (Marx, 1964: 733)

Los representantes de esta corriente en el análisis de la Cultura Quechua son: el francés Maurice Godelier, el alemán Jürgen Golte, los peruanos Agustín Barcelli y Waldemar Espinoza, entre los más conocidos. EL MODO DE PRODUCCIÓN ESCLAVISTA

Los que se agrupan en torno a este planteamiento se basan en la existencia de clases, de la lucha de clases y del Estado, este último con sus dos características fundamentales: la burocracia y el ejército permanente. Los más claros representantes son: Emilio Choy, Luis Guillermo Lumbreras y en menor medida Carlos Núñez Anavitarte, para quienes la sociedad Quechua fue una sociedad esclavista fuertemente organizada. EL PUNTO DE VISTA DE MARIÁTEGUI

El Amauta ha sido constantemente tergiversado, unas veces porque no se comprenden sus puntos de vista y otras por mero interés ideológico y político.

Mariátegui tuvo datos muy limitados en torno a la Cultura Quechua, y éste fue el motivo principal del por qué no profundizó más el estudio de la superestructura de dicha cultura, como sí lo hizo, y en forma amplia, a nivel de la base económica.

El Amauta comienza sosteniendo que la base económica sobre la cual se desarrolló la Cultura Quechua es la de un comunismo agrario organizado en ayllus, aquí la tierra no tenía propietarios individuales, tampoco los bosques, pastos, aguas, el propietario era el Estado y éste había dividido las tierras en tres

categorías: las tierras del Sol, las tierras del Inca y las tierras del pueblo. Existía una producción, un reparto equitativo de la riqueza, a este tipo de economía Mariátegui denominó Comunismo Agrario. Aquí sus palabras: “Anteriormente a la vasta organización del Imperio Incaico, existió entre las poblaciones aborígenes que ocupaban el inmenso territorio, un régimen de comunismo agrario.

Desde que las tribus primitivas pasan del nomadismo al sedentarismo, en la tierra, dando origen a la agricultura, se constituyó un régimen de propiedad y usufructo colectivos de la tierra, organizado por grupos que constituyeron las primeras "comunidades", estableciéndose la costumbre del reparto de la tierra según las necesidades de la labranza.

El Imperio Incaico de los quechuas, al formarse y extenderse progresivamente, ya sea por medio de la guerra, o por anexiones pacíficas, encontró en todas partes este orden económico existente.” (Mariátegui, 1979: 62)

Pero hay que tener en cuenta lo siguiente: a nivel social, existían clases y, como lógica consecuencia, lucha de clases, y a nivel político existía un Estado centralizado y teocrático, de manera que los quechuas mantenían la base económica del comunismo agrario por necesidades particulares del desenvolvimiento del Tahuantinsuyo.

Al respecto Mariátegui dirá lo siguiente: “Sólo necesidades administrativas y políticas tendientes a reforzar el poder del control central en el vasto imperio, impulsaron al Gobierno de los incas a organizar en forma especial ese régimen comunista que funcionaba desde un tiempo muy lejano en todo el territorio del imperio.” (Mariátegui, 1979: 62)

Como se puede apreciar, en estos planteamientos parece existir una contradicción. Es el mismo Mariátegui quien se encarga de develar ese aparente problema, señalando en sus 7 ensayos: “Mas el comunismo no supone, históricamente, libertad individual ni sufragio popular. La autocracia y el comunismo son incompatibles en nuestra época; pero no lo fueron en sociedades primitivas.” (Mariátegui, 1979: 65)

Este concepto del comunismo agrario no sólo será planteado por Mariátegui. El economista chileno Luis Segal, en referencia a otras sociedades, afirma lo siguiente: “Los restos de comunismo primitivo subsisten aún en nuestros días entre ciertos pueblos bajo la forma de comunismo agrario: las comunidades rurales poseen las tierras en común y distribuyen los lotes a perpetuidad entre sus miembros.” (Segal, 1938: 27)

Sintetizando diremos que, para Mariátegui, el modo de producción

predominante en la Cultura Quechua fue el de un esclavismo naciente, manteniendo a nivel económico el comunismo agrario.

A manera de resumen de lo anteriormente planteado, incidiremos en lo siguiente: mucho antes del desarrollo y posterior dominio de la Cultura Quechua, gran parte del territorio, que posteriormente se denominará Tahuantinsuyo, estuvo poblado por una serie de culturas -cuarenta según los cronistas- que, según Choy, llegaron algunas de ellas a un alto nivel de desarrollo, que lo llevan a afirmar la existencia de Estados con características y manifestaciones, embrionariamente se entiende, de los Estados actuales.

La Cultura Chavín y la Cultura Huari, a decir de Lumbreras, fueron las que mayormente se desarrollaron; otras sobrevivieron incluso hasta los tiempos de la invasión occidental. Los quechuas son originariamente de los valles del Vilcanota y Urubamba (Cusco). Se cree que son descendientes de los pukinas. Cronológicamente los quechuas son una cultura reciente. En esta cultura se puede hablar, sin lugar a dudas, de la presencia de un Estado con las características y rasgos de los que conocemos actualmente, como la burocracia y el ejército permanente.

Este aparato era un ente político, incluso económico, mas no un Estadonación, por el mismo carácter de su sociedad y la etapa histórica en la cual se desarrolló. El Imperio Quechua alcanzó su máxima extensión geográfica con Pachacútec, y con Huayna Capac llegó a su máximo esplendor político-social. Esto no niega, más por el contrario, demuestra la situación de dominio y opresión en la cual se encontraban las demás culturas comprendidas en el territorio de los suyos, a excepción del Antisuyo, donde no llegaron a penetrar los quechuas.

Las luchas entre la nación quechua dominante y las culturas dominadas llámense cañaris, chimus, chinchas, huancas, huaris, chancas, lupacas, etc.- eran continuas y permanentes; lo lamentable es la nula información que tenemos respecto a la forma y a los métodos (desde el punto de vista de las culturas dominadas), empleados por los quechuas para someter a las demás culturas. Es muy posible que en ciertos lugares arrasaran con todo y no dejaran "piedra sobre piedra".

Posteriormente se iniciará la gran guerra de secesión entre el Norte y el Sur, la misma que dividirá a la nobleza, unos con Huáscar (Cusco) y otros con Atahualpa (Quito).

Desearíamos plantear lo siguiente: Además de la rivalidad ya señalada, nos parece que ella es también una lucha entre una cultura dominada en proceso de asimilación (1os cañaris) en contra de la cultura dominante, que trataba de

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