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La nueva arquitectura

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dado registrados en las narraciones y poesías románticas de nuestros abuelos20.

N uevas u rba n iza cio n es

Durante el periodo que nos ocupa (1895-1920) se inicia el estilo de crecimiento de la ciudad en forma de urbanizaciones, dejando de lado la tradicional manera de apertura de calles. Después de la fundación de Lima, que inauguró la cuadrícula de «cuadras» divididas en solares, el crecimiento de la ciudad se hacía exclusivamente extendiendo el modelo propuesto por Francisco Pizarro o abriendo nuevas vías, de una calle a otra, cortando manzanas excesivamente extensas. Esta forma de avance urbano se hacía en muy pequeña escala, ya que el crecimiento en extensión de la ciudad se detuvo a mediados del siglo xvn. A partir de esa época —y hasta fines del siglo xix— el aumento de la población era absorbido incrementando la densidad gracias a la mayor subdivisión de los solares originales, que habían resultado demasiado grandes. Por este motivo, luego de la construcción de las murallas de Lima, el área de huertas que se dejaron entre la ciudad y aquéllas se mantuvo sin variaciones durante casi 250 años. El primer intento de parcelar áreas rústicas para venderlas en forma de lotes urbanos lo realizó una empresa privada durante el segundo gobierno del mariscal Ramón Castilla, cuando aún existían las murallas que envolvían a la ciudad. Esta obra urbana, que se ejecutó en lo que había sido la huerta del Noviciado de los jesuitas, se denominó «Barrio de las Chacaritas» y creó las calles, a espaldas de la casona de San Marcos, de Mapiri, Sandía, Bambas, Cotabambas y Tipuani. Pero, a pesar de su trascendencia, esta obra seguía aún los métodos de las llamadas aperturas de calles, ya que no existió una parcelación verdadera sino que los terrenos se vendían por manzanas o medias manzanas. Debido a la bonanza económica iniciada en 1895 y a la existencia rectora del Ministerio de Fomento, se desarrollan las primeras urbanizaciones propiamente dichas en Lima, tanto en las huertas de «intra

20 C. B. Cisneros, «Monografía del Departamento de Lima», en R evista de la Socie

d ad Geográfica de L im a, t. XXVI, Lima, 1910.

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muros» que aún existían, como en algunas de las exteriores, iniciándose así un proceso urbanístico que, todavía tímidamente en esa época, irá posteriormente destruyendo el área agrícola que crearon los maran- ga hacía más de 2.000 años. Entre las urbanizaciones interiores podemos citar las de La C olmena, paralela a la apertura de la avenida del mismo nombre a partir de 1901; el llamado Barrio de la Encarnación, conformado por las cuatro manzanas, a un costado de la plaza San Martín, encerradas por la Colmena Izquierda y los jirones Carabaya, Pachitea y Lampa. Esta venta de terrenos, que anteriormente había sido la estación del ferrocarril a Chorrillos, era, según los anuncios de aquella época,

[...] una brillante oportunidad para adquirir una propiedad cuyo valor se duplicará a la apertura del Canal de Panamá [...]21.

Otras urbanizaciones «interiores» fueron las de la antigua huerta del Chirimoyo, entre el Jardín Botánico y el Hospital Dos de Mayo a partir de 1902; la de las manzanas comprendidas entre la Penitenciaría (actual Centro Cívico) y la avenida Alfonso Ugarte, que dio origen a las avenidas Uruguay, Bolivia, España, Chota, Washington y Wilson y la urbanización de las huertas comprendidas entre Maravillas (jirón Ancash), el Cercado y los jirones Junin y Mainas. La primera urbanización que se planeó más allá de lo que había sido el área amurallada de la ciudad fue la de La Victoria. Esta hacienda, que había pertenecido a Victoria Tristán de Echenique, esposa del presidente Rufino Echenique, y que fue el escenario del famoso baile de la Victoria narrado por Ricardo Palma 22, se escogió para un proyecto descentralista en 1871. De acuerdo con el plano regulador elaborado por el ingeniero Luis Sada, se esbozó la ubicación, en la que es hoy plaza Manco Capac, de los emplazamientos para los palacios de Gobierno y Legislativo. A pesar de que los propietarios de los terrenos, que aún dependían del Distrito de Miraflores, obsequiaran al Estado cinco manzanas para el desarrollo de los edificios públicos y se sancio

21 Publicidad en la revista V ariedades de los años 1912, 1913 y 1914. 22 R. Palma, Tradiciones peruanas, 5, Barcelona, Montaner y Simón (eds.), 1894.

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nara la aprobación con una resolución suprema, la urbanización se inició a finales del gobierno de Piérda. Las demás urbanizaciones que se iniciaron en «extramuros» fueron la de La Unión, proyectada originalmente por Enrique Meiggs en el año 1876, actual avenida industrial de la Argentina; la del fundo San Martín, cuyo eje fue la actual avenida Guzmán Blanco, diseñada para dar acceso al Hipódromo de Santa Beatriz, actual Cam po de Marte, y la urbanización de Desamparados, de forma triangular, entre el antiguo camino a Magdalena y la nueva avenida Brasil. Estas dos últimas urbanizaciones, que también comprendían la avenida 28 de Julio, fueron proyectadas y realizadas por el ingeniero Enrique E. Silgado, de acuerdo con el «Proyecto de Ensanche de la Ciudad de Lima por la Parte Sur» que se incluyó en la Memoria Municipal de 1906. Algunos años después, en 1915, la Empresa Urbanizadora Manzanilla inicia la parcelación del fundo del mismo nombre de acuerdo al proyecto del ingeniero J. M. Saavedra. Esta ampliación del antiguo casco urbano se extiende en forma triangular hacia eí sur desde la avenida Grau entre el Hospital Dos de Mayo y el Cuartel de Barbones, en donde, de acuerdo con los anuncios publicitarios,

[...] puede usted, con menos de lo que gasta en Cinema, adquirir una hermosa propiedad [...].

La n ueva a rq u itectu ra

Desde la guerra del Pacífico la construcción de edificios estaba prácticamente detenida, ya que las únicas obras públicas que se realizaron en Lima fueron la fachada del Palacio de Gobierno, el local de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima y el inicio del Edificio del Correo Central. El 3 de diciembre de 1884, poco después del tratado de Ancón, estalló un incendio en uno de los cajones de Ribera (construidos en 1793 por el virrey Gil de Lemus), que se propagó a la balconería reduciendo a pavesas gran parte de la fachada del palacio, destruyendo las oficinas del Ministerio de Gobierno y del Tribunal Mayor de Cuentas. Esto obligó al Estado a derribar la antigua fachada (de fien-

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duchas en el primer piso y balcones corridos en el segundo) y contratar al arquitecto español Eduardo de Brugada para reconstruirla. Entre 1887 y 1900, la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima construye su local, que aún sigue siendo su sede principal, en la calle Divorciadas (sexta cuadra del jirón Carabaya), siendo su director el futuro presidente de la República, don Manuel Candamo. En 1876, el Gobierno contrató con la «Compañía de Obras Públicas y Fomento del Perú», del empresario americano Enrique Meiggs, la construcción de una «Casa de Correos y Telégrafos» según proyecto de E. Parcg y presupuesto de 188.900 soles del ingeniero Umlauff. Para la ejecución de los trabajos fue nombrado, como arquitecto director, Eduardo de Brugada. La muerte del empresario Enrique Meiggs en 1877 y la guerra del Pacífico obligaron a abandonar la obra para disponer que la construcción continuara por administración, nombrándose al efecto una junta compuesta por el director general de Correos, los arquitectos San Martín y Brugada y un tesorero. Por economía se dispuso construir sólo el primer piso. Por razones de una nueva paralización de las obras, dispuso el presidente Andrés Avelino Cáceres, el 23 de julio de 1890, que se nombrase una comisión formada por el director de Obras Públicas, el director general de Correos y el capitán de navio Melitón Carbajal y que se reiniciasen los trabajos

[...] teniendo a la vista los planos levantados por el mencionado Brugada [...] 23.

Nuevamente se inician y se detienen las obras de construcción, hasta que el 5 de marzo de 1895 se suspenden los trabajos debido a

[...] que habiéndose disminuido considerablemente los ingresos de las rentas del correo, a consecuencia de la situación creada por la actual contienda política [la guerra civil de Piérda contra el presidente Cáceres], es imposible continuar con la construcción [...].

23 Ministerio de Fomento y Obras Públicas, A n ales de las obras públicas del Perú. A ño 1890, Lima, Imprenta La Industria, 1897.

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El 15 de noviembre se llama nuevamente al arquitecto Eduardo de Brugada, adscribiéndolo a la obra de la Casa de Correos. En 1896, estando ya en el gobierno don Nicolás de Piérda, las obras se encargan a la Dirección de Correos, que contrata al arquitecto Brugada directamente para hacer los planos definitivos y dirigir su construcción. La bonanza económica a partir de este año permitió regresar al proyecto original de dos pisos, dándole al segundo el uso de oficinas para la dirección. Brugada muere algunos meses antes de la inauguración del edificio. El estilo arquitectónico de moda en esa época, y que rompe con la construcción tradicional limeña, se desarrolla gracias a la fuerte influencia francesa del momento y al uso, cada vez más extendido, del cemento portland 24. A finales del siglo pasado comienza a introducirse este nuevo material de construcción, descubierto en 1828 por el escocés Joseph Aspadin, que se llamaba en Lima de múltiples maneras: cemento, cemento romano, cimiento, cimiento romano, mezcla, cimiento portland, argamasa, betón, concreto, concreto de cemento y concreto hidráulico. Aunque se prefería seguir construyendo con adobe, quincha y barro o usar la mezcla de cal, arena y agua para los pocos edificios de ladrillo, la construcción de los nuevos edificios comienza a diferenciarse lentamente de lo tradicional con el uso en aumento del nuevo material. El cemento portland se importaba mayormente de Inglaterra en barriles de 180 kilos con una densidad de 110 a 112 libras por bushel (fanega de 36,35 litros). Era «strikeado» (raserado), es decir, medido con exactitud, y se preparaba mezclando 8 partes de «lastre» (de cinco partes y media de guijarros con dos partes y media de arena) por cada parte de cemento portland, formando una argamasa de la cual a cada pie cúbico se agregaban 4 galones de agua. A comienzos del siglo xx, el cemento portland se usaba solamente en la construcción de pisos y zócalos. Por ejemplo, en el Colegio de

Guadalupe, diseñado por el ingeniero Santiago M. Basurco y construido por el arquitecto Maximiliano Doig, se especifica en 1902 que se habían empleado los siguientes materiales:

24 H. Velarde, Vuelo entre cornisas, Lima, Editorial Ausania, 1960.

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— Piedra de cimientos ........................................... 5.001.500 m3 — Cal, 15.086 sacos, equivalentes a .................... 1.676.000 m3 — Arena, 4.185 carretadas, equivalentes a .......... 2.092.000 m3 — Ladrillos ............................................................ . 1.359.000 u. — Cemento portland, 129 barriles, equivalentes a 23.200 kg. — Piedra labrada ..................................................... 670 m2

Estas cifras demuestran claramente la enorme diferencia que aún existía, a comienzos de este siglo, entre el empleo de la cal y del cemento en una obra de la importancia de ese colegio. En 1905 se inaugura el Cine-Teatro, en lo que hoy es la plaza San Martín, que fue la primera obra íntegramente construida en ladrillo asentado con mezcla de cemento. La sustitución de la cal por el cemento portland va aumentando con los años hasta desplazarla a partir de 1914 debido a la apertura del canal de Panamá, que permite una importación más fluida. Al comien- zao de la Primera Guerra Mundial hay 9 casas comerciales que vendían este producto en Lima, época en que comienza a usarse el «concreto armado». La primera obra de concreto armado es la Cárcel de Lima (el tristemente conocido «Sexto»), diseñada por el arquitecto Claudio Sahut en 1918. En el presupuesto de esta obra vemos que aún se especificaba cimientos «con piedra de cerro sentadas con mezcla de cal y arena en la proporción de 2 a 3». Pero ya se recomienda la «albañilería de ladrillos macizos sentados con mezcla de cemento y arena en la proporción de 2 a 8». En el mismo presupuesto figuran tabiques, pilastras, pilares empotrados, escaleras, vigas y techos de concreto, todos con «armazones de fierro redondo», junto con techos de cuartonería de madera y barro, así como estructuras metálicas, en una verdadera ensalada de métodos y materiales de construcción. Los edificios más importantes, todos en estilos eclécticos afrancesados con cada vez mayor uso de cemento, que se construyen durante los 25 años que median entre los segundos gobiernos de Piérola y Le- guía son los siguientes: la Escuela Normal de Mujeres en parte del claustro de San Pedro con frente a la calle Gato (4.a cuadra del jirón Azangaro); el Colegio San José de Cluny en la esquina de las recién abiertas avenidas de Bolivia y Wilson; el Observatorio Unanue; la pía-

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